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Para muchas personas el inicio de un nuevo curso significaba muchas cosas, pesadez por ver a las mismas personas, alegría por seguir avanzando en los estudios, a otros les daba lo mismo, simplemente se trataba de un día más, pero en ese preciso momento para Park Jimin se trataba de un reto, se miro al espejo, acomodando mejor la corbata en su cuello, relamió sus labios y miro con detalle que ningún mechón de su cabello estuviera fuera de lugar pues no quiere causar una mala impresión a los omegas de nuevo ingreso, después de todo estaba dispuesto a quizás probar un poco a los más nuevos e ingenuos, sonrió ladino al recordar lo que su madre le dijo, ¿él en una escuela pública? ¡Jamás!

Su madre podía tener ideas muy extrañas cuando no tenía nada que hacer, no la culpa, cualquiera puede caer en la locura después de los años y con mucho dinero es imposible no sentirse tentado a no gastarlo, pero eso ya no importaba, porque él es consciente de que su madre jamás lo dejaría desamparado y mucho menos sin estudios, miro el reloj Rolex en su muñeca derecha, verificando que estaba justo a tiempo para ir a su escuela privada, porque sí, no planeaba obedecer e ir a esa dichosa escuela pública.

Salió del sanitario y se dispuso a caminar para salir de su habitación, los sirvientes alrededor que se encontraban limpiando dejaron sus acciones para darle los buenos días, Jimin ni siquiera contesto, simplemente se coloco derecho y miro con relativo desprecio a esas personas, y por unos momentos se imagino siendo uno de ellos, pero claro la sola idea le provoco un gran escalofrió en la espalda.

"¿Qué mierda? Jamás me verán de esa forma" sonrió para sí mismo ante sus pensamientos y siguió su camino, en cuanto llego a las escaleras no tardo en encontrarse con Kim Seokjin aquel asistente molesto de su madre, quien le esperaba al final de la escalera, Jimin fue caminando peldaño tras peldaño de la escalera para terminar de descender y en cuanto lo hizo, Seokjin le regalo una sonrisa.

—Buenos días, joven Park —dijo dando una reverencia, pero Jimin solamente rodo los ojos—, espero que haya dormido bien, su madre...

—¿Ahora qué es lo que quiere? —pregunto Jimin.

—Ella me pidió que le informará que el chofer se encargará de llevarlo a su nueva escuela —menciono Seokjin tranquilo.

Jimin sonrió ladino, no podía creer lo que estaba escuchando.

—He sido claro con ella, no iré a una escuela pública —camino alejándose un poco de Seokjin quien le seguía con la mirada—, y esa es mi decisión.

—Lo sé, joven Park —dijo Seokjin en respuesta—, pero la señora Park ha sido clara, su madre tiene buenas intenciones con está decisión y debería acatar sus órdenes, usted es su hijo.

Detuvo sus pasos al escuchar aquel sermón, sí, está claro que es hijo de aquella mujer, pero también estaba más que claro que no estaba dispuesto a obedecer una orden como esa, en toda su vida su madre jamás se había puesto como una autoridad a la que debía obedecer sí o sí, de hecho, le daba su libertad y él la aprovechaba al máximo y por supuesto eso no cambiaría.

—Iré a mi escuela —señalo su vestimenta—, ¿lo ves? Esté es el uniforme de MI escuela —Seokjin no menciono nada—, y no pienso salir de esa escuela, dile a mi madre que ni crea que asistiré a esa pocilga, y puedo conducir solo a la escuela.

—Lo lamento, joven Park, pero me parece que el vehículo le fue confiscado.

—¿Qué? —Jimin abrió los labios ante las palabras de aquel sujeto—. ¿Qué carajos significa eso?

—Significa que no podrá usarlo, joven.

—Sé lo que significa, no soy idiota.

—Pero usted me lo pregunto —Jimin a veces detestaba esa actitud de Seokjin, e inclusive pensaba que le gustaba hacerlo enojar, pero lo dejaría pasar.

—No importa, llamaré a Taehyung para que venga por mí.

—Pero... —Seokjin ni siquiera fue escuchado, pues Park Jimin siguió su camino hacia la salida de la casa.

Kim Seokjin en cuanto miro que ese alfa testarudo se fue soltó un largo suspiro, definitivamente la señora Park tendría mucho trabajo por realizar, pero ya esperaba la respuesta del joven Park, así que no quedaba de otra, su jefa fue especifica, la última oportunidad que le daba a su hijo era el día de clases, si asistía a la escuela pública entonces le permitiría inclusive utilizar su automóvil, pero en cambio... la respuesta tan agresiva e impulsiva de Jimin debido a la molestia que sentía por tener que ir a una escuela pública, más esa actitud de superioridad hicieron lo que no debían hacer.

El ringtone de su teléfono celular comenzó a sonar, por lo que de inmediato lo tomo para atender la llamada, no era necesario revisar de quien se trataba, pues lo sabía perfectamente.

—¿En serio lleva puesto el uniforme de su antigua escuela? —la voz de la señora Park lo hizo sonreír levemente.

—En efecto lo hizo, presidenta —un suspiro se escucho del otro lado de la línea.

—Ese niño —ciertamente la señora Park se sentía muy desesperada y decepcionada de su propio hijo, pero todo cambiaría—, en ese caso, pon en marcha lo que platicamos.

—Entendido.

Park Jimin se llevaría una ingrata sorpresa.




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Las risas estruendosas de Kim Taehyung era lo que escuchaba cuando por fin su amigo detuvo por breves momentos su vehículo detrás de la fila de otros automóviles que estaban cerca de la entrada de la escuela, sus manos apretaban el volante mientras no podía dejar de reír, Jimin le había platicado sobre su situación la cual él consideraba la más trágica de todas, pero claro para Taehyung parecía ser el chiste más divertido e hilarante de toda la historia.

—¿Podrías callarte de una buena vez? —Jimin estaba harto de seguir escuchando esa risa—. No es divertido.

—¡Claro que lo es! —Taehyung apretó sus labios para después tratar de controlar su risa—. Deberías ver tu cara, me recuerdas a la princesa caprichosa de un cuento a la que le han quitado sus posesiones por no ser una buena hija.

—¿Hablas del rey cuervo? —Taehyung dio un asentimiento—. Es ridículo, además eso no tiene nada que ver, te apuesto a que si estuvieras en mi situación lo entenderías.

—Quizás sí —se encogió de hombros mientras ponía de nuevo en marcha su vehículo—, aún así no creo que sea bueno que desobedezcas a tu madre —Taehyung estaba enterado de toda la situación—, me dijiste que ella se veía muy seria cuando te hablo del tema.

—Sí, pero sé que está bromeando —el vehículo frente a ellos entro al estacionamiento, y en cuanto lo hizo Jimin saco de su bolsillo izquierdo de su pantalón su credencial escolar, Taehyung ya la tenía preparada sobre el tablero del vehículo—, ella es una grandiosa bromista.

—Yo pienso que no está bromeando —Taehyung oprimió un botón en el tablero del vehículo para bajar los vidrios del mismo, los guardias de seguridad se acercaron, Taehyung fue el primero en mostrar su credencial, y no le dijeron absolutamente nada, le indicaron que podía ingresar.

Pero en cuanto Jimin miro al otro guardia de seguridad y le mostro su credencial, empezaron los problemas.

—Lo lamento, pero usted no puede ingresar a esta institución —Jimin no podía creer lo que estaba escuchando.

—¿Disculpe? —Jimin soltó un resoplido—. ¿Qué quiere decir con eso? —el alfa estaba a punto de gruñirle, la molestia en su ser era más que clara—. He venido a esta escuela ya hace más de un año y jamás me habían dicho tal cosa.

—Lo lamento, pero usted ya no está inscrito en esta institución.

—¿Quién lo dice?

—La subdirección —Jimin dejo de mirar al guardia, sabe que no solamente la subdirección está detrás de esto, de inmediato la imagen de su madre paso por sus pensamientos—, esa maldita hija de...

—Es tu madre, Jimin —le recordó Taehyung mientras le sonreía—, te dije que debiste obedecerle.

—Pues tu advertencia llego tarde.

—Tiene que abandonar el vehículo o el otro joven no podrá llegar a tiempo a sus clases —les interrumpió el guardia de seguridad—, además está obstruyendo el acceso.

—Supongo te veré después —dijo Taehyung.

—Como sea —Jimin de mala gana se dispuso a abrir la puerta del copiloto para salir del vehículo, cerro la puerta con poco cuidado, y Taehyung sonrió levemente, sabe que alguien esta en serios problemas, y la situación le parece de lo más divertida, y le gustaría estar presente y apoyar a su amigo, pero no puede perder clases.




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Jimin miro como su amigo se alejaba para ingresar, esto era peor de lo que había imaginado, no podía utilizar su automóvil, no tenía acceso a la escuela, ¿qué seguía? ¿Dejarlo dormir en la calle con poca ropa? Su madre no estaba tan loca, pero ahora mismo lo dudaba. Rodo los ojos, no tenía muchas opciones, así que lo mejor era irse, pero no a casa y ni siquiera a la otra escuela, de la cual ni siquiera sabía la dirección, así que decidió irse a otro lado, quizás una cafetería, o un restaurante, no había podido comer algo, así que era mejor ir.

Tenía sus tarjetas de crédito así que no era un problema, iría a sacar un poco de dinero a uno de los cajeros electrónicos y se iría a comer. Las ventajas de algunas escuelas privadas era que muchas de ellas contaban con centros bancarios cercanos a las mismas y por supuesto la de él no era la excepción, a un par de cuadras se encontraba uno de estos, y no tardo en ingresar para revisar su tarjeta, aunque en cuanto la ingreso y le pidió su clave para acceder al dinero pensó que la posibilidad de que está estuviera bloqueada, pero no, le dejo ingresar, y se sintió aliviado, eso significaba que su madre no era tan mala persona y le había dejado todo el dinero, pero justo cuando quiso mirar sus ingresos...

—¡Pero qué carajos! —exclamo con frustración—. E-esto no puede ser posible...

Claramente en la tarjeta decía: "¡Lo sentimos! No tiene fondos."

Cero. Sin dinero, nada de nada.

El alfa no podía creer lo que sus ojos veían, pero el mensaje estaba más que claro, pero no, esto no podía estar pasándole, restregó el dorso de su brazo por sus ojos cerrados, quizás se trataba de una pesadilla, pero cuando volvió a abrir los ojos y vio de nuevo ese anuncio en verdad se asustó, saco la tarjeta y la volvió a meter, puso su clave, pero de nuevo el mismo anuncio, volvió a sacar su tarjeta y miro que había otro cajero, corrió hacia él y metió la tarjeta.

De nuevo tecleo números que solamente él y su madre conocían, y volvió a recibir la misma respuesta; "¡Lo sentimos! No tiene fondos."

—¿Esto podría ser considerado como bancarrota? —Jimin soltó un gruñido por lo bajo, esto era peor que no ingresar a la escuela o tener su automóvil, ¿acaso su madre enloqueció?

Tenía que hablar con ella, porque no podía estarle haciendo esto, dejarlo sin dinero era la peor desgracia, era comparada con pisar eses fecales de perro con zapatos de marca, no, ¡era mucho peor! Como perder una pintura de Vincent Van Gogh en un baño público, o ensuciar su saco Dior con pelos de gatos callejeros. Jimin se sentía totalmente desgraciado.

Necesitaba hablar con su madre de inmediato. 

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