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¿Podía pedir algo más? Por supuesto que no, lo tenía todo, heredero de una de las empresas más grandes en el país, un rostro lo suficientemente atractivo que lograba robarse más de una mirada de los omegas, el dinero suficiente para escapar de casa sin preocuparse por sus estudios, amigos con los que podía convivir cuando él quisiera, y omegas que siempre estaban encantados de hacerle compañía a cualquier lugar y momento del día, ¿qué más podía pedir? Nada, porque Park Jimin lo tiene todo.
Soltó un largo suspiro, el avión privado acababa de aterrizar en tierra firme, y las voces animadas de las personas que le acompañaban se escuchaban cada vez más, llevo su mano hacia sus cabellos peinándolos hacia atrás y después miro al frente, encontrándose con Taehyung quien ahora se encontraba atento con la mirada en la ventanilla.
—Deberíamos repetir esto más seguido —menciono Jimin, llamando la atención de su amigo—, se ve que lograste divertirte mucho con mis amiguitos.
—Tus amiguitos son muy empalagosos —Taehyung sonrió ladino—, admito que fue entretenido y toda esa mierda, pero detesto cuando se ponen empalagosos conmigo y lo sabes.
—Lo dulce no es lo tuyo —rodo los ojos—, pero deberías admitir que fue divertido, por lo menos lograste quitarte el estrés sobre los hombros —Taehyung dio un asentimiento.
—Entonces hay que repetirlo —menciono Taehyung—, por cierto, ¿qué tal te fue con tu nueva conquista? —elevo ambas cejas y Jimin sonrió al poco tiempo.
No era una novedad, Jimin siempre elegía omegas al azar para saber si le gustaría como una potencial "pareja" aunque ciertamente no estaba del todo interesado en ningún omega en particular, simplemente le gustaba probar, y ahora había probado con una chica algo tímida, una omega de nuevo ingreso que se comportaba demasiado cohibida y avergonzada por cualquier cosa, pero que le había parecido adorable en ese momento, pero ahora... ahora le daba lo mismo.
—No te imaginas lo bien que se sintió, amigo —dijo Jimin—, parece tímida, pero es toda una fiera, se coloca inclusive muy sumisa en momentos y gime precioso.
—Eres un asco —dijo Taehyung—, en verdad que lo eres, y más te vale no darme detalles, me importa un carajo —ambos soltaron una suave risa—, ¿piensas volver a...? —Jimin negó con frenesí.
—Definitivamente no —relamió sus labios—, ella fue solamente un pasatiempo, y se lo deje claro después de que nos acostamos.
—¿Se enojo?
—¿Tú que crees? —era obvio que se molestaría, pero no es como si alguien pudiera hacer que Park Jimin estuviera a sus pies de la noche a la mañana, eso se trata de una misión imposible.
Taehyung estaba a punto de decir algo más, pero algo en la ventanilla logró llamar su atención, sus labios se quedaron entre abiertos mientras miraba por la ventanilla, y allí la vio, brazos cruzados, vestida pulcramente en un traje sastre color negro con una blusa blanca, llevaba lentes oscuros para cubrir su vista, sus cabellos estaban perfectamente peinados y eran levemente movidos por el viento, se encontraba algo alejada, pero Taehyung conocía a esa mujer lo suficiente como para saber de quien se trata.
—Tu madre te espera —menciono Taehyung y Jimin no tardo en mirar hacia la ventanilla.
—Que raro —frunció levemente el ceño—, seguramente no le creyó al tonto de Seokjin sobre que me encontraba en casa —soltó un bufido—, no sé porque mi madre lo contrato, es un inútil, ni siquiera sabe guardar secretos o mentir... y eso es fastidioso.
—Bueno, tu madre lo contrato justamente para que no sea un mentiroso con ella ¿no crees?
—De todas formas, es fastidioso —dejo de mirar hacia la ventanilla—, ¿qué es lo que querrá ahora?
—Yo lo único que quiero ver es la reprimenda que te dará cuando salgamos de aquí.
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Trabajar duro para conseguir tus objetivos, desde un principio la señora Park no había tenido todo fácil, cuando naces en una familia de clase media baja las posibilidades de crecer son casi mínimas, pero nunca se debe perder la esperanza, y la señora Park no era alguien que perdiera las esperanzas tan fácilmente, desde pequeña le encantaba cultivarse con todo acerca de la ciudad de Seúl a pesar de no vivir allí, de vez en cuando durante vacaciones de primavera le gustaba viajar a Seúl con el poco dinero que lograba juntar para pasar el día admirando edificios de grandes compañías o visitando algunos museos, por supuesto siempre procuraba que las visitas no tuvieran algún costo extra.
Tenía un solo sueño, ser dueña de alguna de las compañías o mejor aún crear su propia compañía, por supuesto la mayoría de personas creían que eso se quedaría estancado en las imaginaciones de una pequeña niña, pero esto no ocurrió, ella ya tenía claro lo que quería cuando grande y sabía que tenía la fortaleza necesaria para cumplir su sueño, por supuesto nunca es tarde para empezar, y todo comenzó con ahorros, después con ahorros del trabajo, encontrando hasta tres empleos consecutivos, descansando pocas horas, estudiando en sus tiempos libres y consiguiendo apoyo de personas que en verdad estaban dispuestas a caminar junto a ella, la señora Park había iniciado pidiendo un pequeño préstamo para abrir un hotel a las orillas del mar, el lugar era pequeño, pero ella logró acondicionarlo para que las reservas de habitaciones fueron suficiente, el negocio comenzó a prosperar poco a poco, y ella se hizo con otro lugar, decidiendo poner un restaurante de comida tradicional de Seúl en otra ciudad, aunque parecía poco, para ella era lo mejor que podía pasar.
Conforme pasaron los años, ya no solo se trataba de un pequeño hotel y un restaurante, sino que se convirtió en una cadena de restaurantes, de cafeterías, de hoteles, de viajes turísticos, de inversiones en la bolsa de valores, las ganancias prosperaban, las alianzas entre empresas se formaban, y para cuando naciera su primer y único hijo, ella ya tenía un futuro completamente asegurado para su familia, y estaba orgullosa de ello, porque inicio desde lo más profundo hasta alcanzar las estrellas y por supuesto siempre se mantenía con una visión ambiciosa para el futuro, nunca se quedaba atrás.
Pero claro, su hijo no había tenido la oportunidad de ver el mundo desde abajo, sino que todo el tiempo lo ha visto en la cima de la colina en donde no puedes ver más que el cielo y no aprecias lo que se encuentra bajo tus pies, y quizás fue un error desde un inicio, pero ella quería lo mejor para su pequeño como cualquier madre, pero claro todo había traído consecuencias, y ahora las recibía.
Pero muchas cosas cambiarían desde ahora.
La señora Park mantenía su semblante serio mientras seguía escuchando la risotada de su hijo quien se encontraba frente a ella, sus manos sobre el abdomen debido a la risa, sus ojos cerrados y casi ella podía percibir unas pequeñas lagrimas que igual eran provocadas por la risa, ella quería decirle que guardará silencio, pero dejaría que riera a más no poder, después de todo quien rie al último, ríe mejor.
—P-pero que... —Jimin apenas y podía controlar su risa—, q-que... —volvió a reír—, ¿qué quieres decir con eso? —no dejaba de mostrar sus blancas perlas al sonreír—. Es la mejor broma que me has hecho, mamá.
Y volvió a reír.
Las cosas eran simples, su progenitora había sido clara: "desde ahora irás a una escuela pública ubicada en Busan." La señora Park lo había dicho con tanta seriedad que Jimin no pudo evitar comenzar a reír, porque esto era ridículamente absurdo.
¿Él en una escuela pública? Ajá...
—No es una broma...
—¡Oh, por favor, madre! —soltó una suave risa—. ¿Un chico como yo en una escuela pública? Já... es como poner a un pavo real en un maldito lodazal con cerdos, definitivamente no va conmigo.
—¿No va contigo?
—No.
—Pues lamento decirte que serás un pavo real rodeado de patos y gallinas y te convertirás en cualquiera de ellos, quieras o no —aquellas palabras no le dieron ni una gracia a Jimin, y su madre lo noto—, te inscribí hace poco, después de vacaciones ingresarás a esa institución, portarás el uniforme al pie de la letra, he mandado ya por el para que te lo pruebes y...
—No iré a una escuela pública.
Jimin se escuchaba determinado.
—No puedes obligarme —menciono Jimin.
—Irás.
—No iré.
—Si yo digo que irás, lo harás.
—Mi padre... —la mujer le interrumpió.
—Tu padre esta de acuerdo conmigo —Jimin frunció el ceño.
—¿Qué? —Jimin soltó un bufido—. Mamá esta broma sí que es pesada.
—No es una broma —soltó un resoplido—, escúchame bien, te he dado muchas oportunidades, y en ninguna ocasión me demostraste tan siquiera un mínimo interés en trabajar duro por tu cuenta para ganarte inclusive un solo centavo de dinero... además he sabido que no le tienes mucho aprecio a las personas a las que consideras como pobres, eres egoísta, egocéntrico, pero lo que más detesto de todo eso, es que te la pases de omega en omega usándolos como si fueran alguna clase de material para satisfacerte —Jimin rodo los ojos—, ese tipo de actitud es la que no seguiré tolerando.
—¿Y piensas que metiéndome a una tonta escuela pública lograrás algo?
—Sí... —sonrió levemente—, irás a esa escuela.
—¿En verdad crees que lo haré? —Jimin rodo los ojos—. Puedo no ir a clases, puedo faltar, quedarme en casa, ir con mis amigos, y...
—Hazlo y diles adiós a tus cuentas bancarias...
Definitivamente Jimin no se esperaba esa amenaza.
—No puedes...
—Oh, claro que puedo, hijo mío —le regalo una sonrisa—, mi propuesta es está, sigue mis indicaciones, obedece y ve a esa escuela, has amigos, conoce personas, haz tus deberes y te dejaré tener acceso a los lujos que siempre has tenido —Jimin escuchaba atento las palabras de su madre—, pero si dejas de hacerlo... bloquearé tus cuentas bancarias, no más viajes, no más compras, no más gastos innecesarios en omegas interesados... y sobre todo un adiós para siempre a tu escuela privada.
Jimin no podía ni siquiera creer todas las palabras de su madre, pero ¿en verdad ella estaba tan dispuesta a todo con tal de que asista a la escuela pública? ¡Era increíble!
Apretó sus labios mientras analizaba las consecuencias que sus decisiones podrían tomar por sus actos, su madre siempre ha sido una mujer de palabra, pero cuando se trataba de él, las cosas podían ser inclusive más suaves o al menos eso es lo que cree, porque su madre es una persona muy dulce, y una buena madre no dejaría a su pobre y único hijo desamparado en ningún momento ¿verdad?
—No iré —dijo Jimin seguro de sus palabras, pues confiaba en que sus suposiciones fueran totalmente ciertas, su madre jamás le abandonaría, ella siempre procura por él día y noche, y no lo dejaría, así como si nada, sonrió en sus adentros sintiéndose confiado en sí mismo y en sus propias palabras y decisiones—, es mi última palabra.
Ambos alfas se miraron a los ojos, su progenitora se percato de que tiene la misma mirada de determinación que ella tenía cuando era más joven, pero claro, esa mirada determinada podía convertirse en una muy distinta después de un par de hechos, pero claro, la señora Park se encargaría de hacérselo ver más temprano que tarde.
—¿Estás seguro de tu decisión? —volvió a insistir, pero su hijo le sonrió ladino.
—Totalmente.
—De acuerdo —dijo ella y dejo de mirarlo—, te lo advertí.
—Sí, como digas —menciono Jimin mientras se encogía de hombros restándole total importancia a las palabras de su madre.
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