Cap .-2 Aquellas Manos

Dentro pensó en subir como la vez anterior pero ¿Qué pasaría?

En la estancia giro a la izquierda y había una modesta sala bastante deprimente en colores a pesar de estar limpia los colores verde oscuro estaban desgastados.

Mientras observaba, sintió que detrás de ella dos brazos se estiraban abrazándola por la espalda al instante sintió una cabeza recargándose en su hombro.

-Sabía que regresarías chica sin educación....-

Hermione se asustó en un principio pero pronto se había quedado paralizada.

Mientras sentía la respiración de Snape en su cuello las manos de este comenzaron a acariciar su cuerpo, ante esto Hermione quiso zafarse logrando hablar.

-Si dices que fuiste profesor ¡deberías tener más respeto! Podría haber sido tu alumna...-

Al escucharla Severus la soltó.

-No lo creo nunca antes te he visto, además si Harry te envió debes de hacer tu trabajo supongo que por eso regresaste..-

Dijo el pocionista con áspera frialdad.

La joven bruja no comprendió del todo las palabras de Severus pero ¿Por qué era así su comportamiento? ¿Tal vez la soledad le estaba comenzando a afectar, pero... ¿Estaba ella dispuesta a satisfacer los deseos de Snape?

-...Tienes razón, Harry me pidió que te cuidara.-

-Entonces hazlo-

Ordeno Snape.

- ¡Lo hago!, no me dijo en ningún momento que fuera tu sirvienta, yo te veo bastante bien.-

-En todo caso muchacha molesta, ¿dime cuál es tu nombre?.-

Hermione pensó decirle su nombre pero algo en ella se lo impidió.

-me llamo Jean. -

-Déjame conocerte bien, hasta ahora solo conozco tus labios.-

Dijo Snape con una indiferencia que podría hacer pensar a Hermione que podría besarla otra vez a pesar de lo extraño de su petición.

-Por si no lo has notado y si Harry no te lo dijo, estoy perdiendo la vista. Veo un poco aun ahora mis manos son mis ojos... déjame verte...-

Dijo Severus cerrando sus ojos y extendiendo sus manos hacia el rostro de la joven bruja.

Con sus pulgares toco delicadamente la frente, cejas y ojos de la castaña que estaba inmóvil y podía sentir como su corazón comenzaba a acelerarse ya que más que reconocerla través del tacto parecía que le acariciaba el rostro.

Y los pulgares de Severus se detuvieron en los labios de Hermione que hasta hace un momento se había relamido dejándolos húmedos haciendo que los dedos de Snape resbalarán fácilmente acariciándolos por todo lo largo.

El aire se volvió pesado en ese instante, haciendo que Snape se inclinara de nuevo sobre Hermione uniendo sus labios con los de la joven bruja, besándola.

Al sentirlo encima Hermione puso sus palmas en el pecho agitado de su exprofesor y por un leve instante lo acarició.

Sintiendo que la situación estaba subiendo de tono Hermione se separó agitada.

-Tienes facciones muy agradables Jean podría decir que hasta familiares...-

Dijo Severus controlando la respiración restándole importancia al beso.

-¿Pero cómo puedes decir eso? Es la segunda vez que me besas!-

-¿Y te gusto?-

-¡Claro que no!-

-Tus labios me decían otra cosa, tal vez quieras otro beso ...-

Dijo gravemente Snape.

Hermione se quedo inmóvil aquel ultimo beso la había dejado vulnerable.

Lentamente Severus extendía el brazo, Hermione cerro los ojos esperando otro beso, pero al no recibirlo abrió de nuevo los ojos viendo que el pocionista había tomado uno de sus mechones de cabello y le daba un simple beso.

Acto seguido Severus se daba la vuelta completamente erguido dejando ahí a Hermione con el corazón latiéndole fuertemente.

Esa noche ya en casa recibía una carta de Harry.

"Hermione.

¿Cómo estas? Has visto a Snape ¿Cómo esta él? Olvide decirlo pero esta perdiendo la vista, esta muy solo espero que tu compañía le haga bien. Vi las noticias, lo lamento mucho espero que solo sea un malentendido, podría jurar que Ron en verdad te ama, pero una imagen habla más que mil palabras espero recibir una carta tuya pronto.

Tu amigo Harry."

Y pensar que ella se sentía mal por haberse besado con Snape hasta Harry sabia de la traición de Ron.

"Harry

Estoy bien, ya lo he visitado dos veces se encuentra bien lo bastante para que en un principio no me diera cuenta de su ceguera, sigue siendo igual de extraño, incluso más.

Y por favor no me hables de Ronald bien sabes lo mucho que lo he extrañado y querido.

Me dan unas ganas de llorar terribles de tan solo pensar que quería casarme con el.

Tu amiga Hermione."

Hasta ese momento la joven bruja comenzó a comprender mejor a Harry. Severus vivía solo y estaba a nada de quedarse ciego si le llegaba a ocurrir algún accidente nadie lo sabría y no podría ser socorrido al estar completamente... solo.

Desde la primera vez que visito a su antiguo profesor tardo dos días en volverlo a visitar, temía tener que hacerlo todos los días....

Al día siguiente después de trabajar Hermione se debatió en si ir a visitar a Severus o regresar a casa.

Siendo la primera opción su tarea del día.

De nuevo camino por aquel casi vacío vecindario muggle, hasta llegar a la casa de Severus.

Uso la llave abrió la puerta y entro, pensando en que podría ocurrirle este día, en definitiva tenia que permanecer lo mas alejada posible de Snape.

Todo seguía igual que el día anterior, seco y deprimente.

Hermione camino por el pasillo de la entrada después de cerrar la puerta tratando de no ser escuchada.

Mirando a todos lados Hermione cayo en cuenta de qué Severus no estaba, seguramente el pocionista se encontraba en la parte superior de la casa.

Dirigiéndose a la habitación donde lo había encontrado la primera vez miro un poco mas el lugar, casi no había luz y en las paredes estaban las marcas de las palmas de Severus.

Cierto era que el murciélago de las mazmorras poseía unas manos grandes y varoniles.

De tan solo recordarlas acariciando su cuerpo Hermione se ruborizo y regresando en sí, debía de cuidarse de que eso no volviera a ocurrir. 

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