Prólogo
La joven maga de Fairy Tail caminaba de manera lenta observada por todos los chicos de la ciudad. Aquel día llevaba puesto un precioso vestido azul, zapatos oscuros y el peinado que había decidido era dos coletas dando un aspecto muy juvenil y coqueto.
Sin duda llamaba la atención de todos, el viento movía su pelo y desprendía un aroma a fresas, como el pastel que tanto le gustaba comer. Al llegar a las puertas del gremio todo el mundo dirigió su mirada a ella.
—Hola Erza—saludo Macao.
Cada uno de los miembros iban saludando y ella devolvía el gesto con la mano y una bella sonrisa haciendo que saliesen corazones en los ojos de estos. Gray tomaba algo con Juvia, Levy leía algo a Gajeel, Makarov bebía como de costumbre y Lucy miraba el panel de misiones.
—Buenos días Erza—saludo Mira mientras limpiaba la barra.
—¿Mucho trabajo?.
—El de costumbre—contesto sirviendo como siempre una jarra helada para aquel día tan caluroso.
—Veo a todo el mundo contento—comento entre sorbos.
—Si, son buenos tiempos y todo el gremio tiene dinero.
—Por cierto, ¿has visto a Natsu?, normalmente me esta retando a pelear—dijo mirando a todos lados.
—Ahí esta—su vista lo encontró en una mesa con la cabeza apoyada en ella.
Ella se termino la jarra y se acercó hasta el joven.
—¿Qué quieres?—pregunto de morros y sin mirarla.
—¿Aún enfadado por la derrota del otro día?—ella disfrutaba viendo de aquella guisa al mago.
—¡Si!—miro a otro lado.
—Como castigo, tendrás que venir de compras conmigo.
—¿Eh?, ¿por qué debería?—pregunto.
—Porque lo dijiste, que harías cualquier cosa—eso le molestó aún más, ahora no podía echarse atrás.
Él asintió ante la insistencia de la chica, después de todo, una apuesta era una apuesta. Ella le dijo la hora y el lugar de quedada, y sobretodo, que no llegase tarde.
—Bueno, nos vemos luego—dijo con una sonrisa. Natsu estaba aún cabreado.
Cuando salió por la puerta, el mago golpeo la mesa y la partió.
—¿Por qué debo ir de compras con ella?, !yo quiero derrotarla!—grito echando fuego por la boca.
Todos los chicos se abalanzaron sobre él y empezaron una trifulca.
—¿Acaso no ves que es una cita idiota?—gritaba Gray golpeando a este.
—¡Ir de citas es de hombres!—Elfman no veía a quien pegaba.
—¡Una chica hermosa te pide una cita y tratabas de rechazarla!—Macao también se había unido por la envidia que le daba.
Mientras, a las afueras del gremio, la joven pudo ver todo por la ventana mientras se dibujaba una sonrisa en su cara. El pensar en una cita, los colores se le subieron y un leve sonrojo le apareció en las mejillas.
—Ya estoy deseando que llegue ese momento—pensó mientras se sujetaba la cara con las manos por la vergüenza.
Luego continuo su camino con el pensamiento de que en la tarde, disfrutaría de una cita con el joven que desde hace tiempo, le había robado el corazón. Ahora que había conseguido su objetivo, tocaba dar un paseo por la ciudad para comprar unos ingredientes y preparar todo para que el joven probase una deliciosa cena tras una tarde con ella.
Quería como mujer, demostrar sus habilidades en la cocina. Su mente capto unas imágenes.
—Erza, cocinas muy bien...quiero que seas mi esposa—decía él.
—Oh Natsu, claro que lo seré.
Cuando estaban a punto de besarse, algo la interrumpió.
—Eh preciosa, ¿quieres dar una vuelta?—pregunto un joven con aspecto de macarra.
Se escuchó un duro golpe. El chico apareció con la cabeza estampada en el suelo y con varios chichones mientras ella esbozaba una sonrisa tranquila y caminaba. No le gustaba que le molestasen cuando fantaseaba con su amado.
Continuara...
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