Mientras Laxus descansaba en una tienda de campaña improvisada hasta que se reconstruyera el gremio, el resto de magos ayudaban en la construcción. Makarov usando su gran fuerza y tamaño fue quien plantó los pilares en la base asegurando la estructura.

Mira servía la comida y bebida en los descansos así como dar ordenes a los que no sabían como continuar. Hacia mucho tiempo que el lugar no era destruido de aquella manera, realmente podrían haber muerto todos.

Jenny que se había retrasado en unas cosas, fue hasta el hospital a ver a su amiga. Al verla, pudo comprobarlo por si misma, tenía que ser ella, da igual el look, era ella.

—¡Erza!—se abalanzo sobre la joven que casi no podía respirar.

—Ya he dicho que no soy Erza, soy Zera.

—¿Vas a venir entonces?—pregunto Natsu sonriente.

Ella suspiro y aparto a Jenny, luego les miro a los ojos.

—Lo siento, no puedo ir, tengo una vida aquí; novio, amigos y un trabajo de pastelera que compagino con misiones de maga. No soy esa Erza que tanto decís, por favor...marchaos—aquellas palabras cayeron sobre todos como un jarro de agua helada, especialmente para Natsu cuya mano descendió hasta volver a su bolsillo.

—Erza—susurraron todos.

Agacharon la cabeza mientras la miraban de reojo.

—Por favor...tengo una vida. Creo que...si perdí la memoria o me paso aquello, tal vez fuera el destino. Os agradezco mucho que hayáis tomado la molestia de venir, pero...mi respuesta es no—dijo firme.

El doctor interrumpió diciendo que tenían que marcharse, ella debía descansar y hacerle pruebas más adelante para comprobar que todo estuviera en orden. Fueron hasta la estación para regresar a casa. Todos tenían el animo por los suelos.

—Creo que...es lo mejor...ella ya ha pasado por grandes problemas en Fairy Tail. Ahora la vida le ha dado una segunda oportunidad—comento Lucy.

—Tenemos que dar gracias de que siga viva, para mi, eso es lo importante—Levy sonrió de manera falsa.

—Estoy de acuerdo—Gray no pensaba diferente.

Jenny observaba a Natsu caminar como de costumbre, como si nada de eso hubiera pasado. Aquellos ojos que presentaba, su semblante...le hizo recordar el porque se había enamorado de él.

—Natsu, ¿estás bien?—pregunto Gray apoyando su mano en el hombro.

—No.

—Se que es duro amigo...pero eres fuerte, odio admitirlo, pero eres una persona fuerte y se que lo superarás—por un momento dejaron de lado las peleas y esa enemistad.

—Gracias Gray.

El camino de vuelta Natsu estaba tan desanimado, que ni siquiera la debilidad que tenía por los transportes le afectaba para nada. Solo miraba por la ventana esperando llegar a casa. 

El grupo aprovecho para dormir un rato, salvo Natsu y Jenny. Ella tomo la cabeza del joven y la puso en su regazo, mientras acariciaba su cabello.

—¿Por qué?—mascullo—Erza...una lagrima salió de sus ojos.

—A veces solo podemos aceptar la perdida de una persona para seguir adelante. Piensa que ella ahora es feliz con otra persona, tiene una nueva vida y además, tú también, ¿recuerdas?.

El joven solo se quedo en silencio, llorando y quedándose dormido ante la suavidad que sentía y el dulce aroma del perfume de la maga.

Al llegar a Magnolia, Natsu se fue directo a casa, solo quería estar a solas consigo mismo. Jenny dijo que le haría una buena comida, quería animarle con ello. Él tuvo que aceptar, ya tendría tiempo para pensar.

—Ya verás—dijo con una sonrisa—esta deliciosa—dijo con una gran sonrisa y vestida de ama de casa.

El mago estaba como ido, pero poco a poco iba recuperando un poco la calma. Aún sentía como su pecho se comprimía de vez en cuando por el dolor al recordar a Erza.

—Aquí esta—sirvió el plato—se me olvidaba las patatas—fue hasta la cocina.

(Nota: Natsu ahora vive en la misma casa pero reformada y es más amplia.)

De pronto, una gran explosión se escucha y destroza la pared impactando en Jenny que sale despedida contra una pared mientras restos impactan en ella.

—¡Jenny!—grita asustado y ya en pie. Aquello le había tirado al suelo.

—Tú debes de ser Natsu Dragneel—dijo la voz macabra.

Una figura oscura entro a la casa por el agujero que había hecho.

—¿Quién eres?—pregunto este molesto.

—Soy el hijo de Acnologia. Fui concebido por...Samantha—al escuchar ese nombre, Natsu se quedo de piedra.

Pero llevaba razón, ambos olores eran muy similares. Tenía el pelo castaño, pero su rostro, era igual al de aquel enemigo que tanto daño hizo a los humanos y dragones.

En un vistazo, vio a Jenny en el suelo e inconsciente. Pero vio algo horrible, un charco de sangre junto a su cuerpo, aquel líquido rojizo que odiaba.

—Je-Jenny...Jenny...Jenny—recordó su sonrisa y todo lo que había hecho por él en todos esos meses.

—Oh, pobre estúpida...morir de esa forma.

—Jenny—el enemigo le miró extrañado—Jenny...

Un aura roja emergió del cuerpo de Natsu mientras repetía su nombre. Cada segundo que pasaba era más y más grande haciendo retroceder al oponente.

En un momento, cerro los ojos y cuando los abrió...ya no tenía ojos humanos, sino las pupilas de un dragón mientras unos pequeños colmillos se formaban en su boca y sus manos eran garras.

—Jenny—fue lo único que dijo ahora su siniestra voz.

Fin Primera Temporada.