La bella mujer se miraba al espejo, su hermoso cabello caía sobre su espalda desnuda y se quedaba admirando su trabajada figura. Se puso un largo vestido gris, unas chanclas debido al calor de aquel día y un gran sombrero para cubrir su cara de la luz. Tenía que mantener su piel bien cuidada.

Una vez lista y habiéndose armado de valor, Jenny salio de casa rumbo al gremio de Fairy Tail. Al igual que con Erza, estaba considerada como una de las mujeres más bellas de Fiore, había participado en show televisivos y posados en revistas. Los murmullos no cesaban a su alrededor, caminaba mientras el viento movía su pelo y el vestido. Para picar a los jóvenes, a veces hacia como que la parte del hombro se deslizaba dejando un poco a la vista.

—Bien Natsu Dragneel, hoy te mostraré mis sentimientos—pensaba apretando el puño tratando de obtener confianza y valor.

No tardó demasiado en llegar al gremio, deslizó la puerta y entró. Como era habitual, todos se giraron y al verla, sus ojos se volvieron corazones.

—Hola Jenny—dijo Mira con bandejas en la mano.

—Hola Mira, te veo estupenda. ¿Preparándote para el concurso de belleza?—pregunto con una sonrisa desafiante.

—Por supuesto, esta vez ganaré de nuevo.

Ambas se echaron a reír, eran muy buenas amigas y siempre habían sido rivales desde niñas.

—¿Donde está Natsu?—pregunto.

No hizo falta respuesta ya que un fuerte golpe se escucho detrás de ellas. Como era costumbre, el joven mago entró dando una patada.

—¡Ya estoy aquí!—gritaba.

—¡Natsu-sama!—grito la joven echando a correr y abrazando al mago ante la mirada de todos.

—¿Ehhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh?—todos levantaron sus manos sorprendidos(típica escena de sorpresa en un anime).

—Oh...hola Juana—Jenny se cayó al suelo.

—Es Jenny, Natsu-sama—corrigió ella.

Al verlo con el pecho descubierto ya que llevaba su típico chaleco, Jenny sintió como su corazón latía muy deprisa.

—Oh, Natsu-sama, esta tan guapo como siempre—decía haciendo fotos mientras daba vueltas en torno a él.

En una de las mesas Elfman y Wendy charlaban tranquilamente sobre el tema cuando escucharon que un vaso se rompía cerca de ellos. Al mirar, vieron a Erza con una falsa sonrisa y un aura de color rojo alrededor de ella.

—Parece que esos dos se lo están pasando muy bien—comentó en un tono asesino.

—Erza-san, no parece muy contenta—comento la pequeña.

—¿Yo?, si estoy feliz—contesto en el mismo tono. 

Con un simple dedo atravesó la mesa haciendo un agujero en ella.

—Definitivamente no esta bien—Elfman sentía mucho miedo.

Jenny se puso delante de Natsu y con una gran sonrisa se atrevió a decir las palabras.

—Natsu-sama...¿te gustaría salir conmigo?—pregunto jugando con sus dedos índice y con una mirada tan tierna que la de un gato parecía horrible.

—Oh, claro—contesto.

—Ehhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh—los del gremio no se lo creían.

—Ese Natsu es un suertudo—comento Gray.

—¿Dijo algo...G-r-a-y-s-a-m-a?—Juvia rompió parte de un pilar con una sola mano.

—No...nada...—dijo bebiendo de su jarra.

Jenny daba saltos de alegría y abrazo a este.

—Por cierto, ¿a donde quieres salir?—pregunto el mago rascando su nuca.

—Vamos a un restaurante, soy VIP, así que puedes comer todo lo que quieras—dijo guiñando un ojo.

—¿En serio?—sus ojos parecían estrellas.

Ella asintió.

—Y luego...podemos ir a mi casa...vivo sola—dijo colocando su mano en su boca a modo de parecer que le daba vergüenza. Sabía que Natsu se moría por la comida, así que decidió atacar ese punto débil.

—Claro, no veo porque no—Natsu asentía a todo.

Jenny tomo del brazo y se dispuso a salir por la puerta cuando una sombra se interpuso en medio.

—Lo siento, pero...¿podrías soltar a Natsu?—era Erza.

—No, viene conmigo.

—Te propongo algo...pronto es el concurso de belleza, ¿no?—Jenny asintió—quien gane el concurso, será quien vaya con él.

El gremio estaba en silencio.

—De acuerdo, pero hoy...vamos a comer juntos...pelirroja teñida—no iba a permitir que su plan se fuera a pique.

—¡Es natural!.

Pero Jenny aprovecho ese descuido para salir corriendo con el joven.

Aunque Erza quería mantener la calma, el aura que emanaba de su cuerpo tenía atemorizado a todos sus compañeros.

Mientras tanto, Jenny corría de la mano con el joven sonriendo de felicidad. No podía imaginar que todo hubiera ido tan bien, estaba radiante y se notaba en su sonrisa.

—Aquí es—dijo parándose en la entrada.

El restaurante era muy elegante, de hecho, era de los mejores de Fiore. Cuando vieron a la joven aparecer junto a Natsu, enseguida la invitaron a pasar. Allí estaban muchas de las celebridades que no dudaron en girar su cabeza y algunas incluso saludaban a Jenny.

—Natsu, ¿luego vendrás a mi casa?—pregunto. Antes no había podido escuchar su respuesta.

—Claro, podemos jugar a algo—dijo mientras miraba la carta.

—¿Jugar...a...algo?—la mente de la mujer enseguida se puso a imaginar cosas surrealistas.

El mago pidió muchas cosas que tenían buena pinta. Mientras, Jenny mando unos cuantos mensajes a su servicio personal para que preparasen todo. Después de la comida, dieron una gran vuelta donde la maga fue enseñando cada tienda donde compraba.

Fue casi de noche cuando recibió el mensaje, todo estaba preparado. Tomado de la mano, llevo al joven a su casa quien se impresiono del tamaño de esta. Era como 100 veces la suya.

—Es enorme—dijo mirando cada rincón.

Este se puso a remirar y vio que allí podrían vivir unas treinta personas perfectamente. Jenny aprovecho para iniciar el ataque.

—Natsu-sama...tengo algo para usted—dijo.

—¿El qué?—se giró y sus ojos se quedaron mirando a la joven.

Delante, Jenny aún tenía puesto aquel sombrero, pero nada más, ninguna tela cubría su cuerpo y ella se tapaba sus partes con sus manos.

—Hoy quiero demostrarle lo mucho que le quiero—comentó algo roja y poniendo una cara muy tierna.

Continuara.