5

La cita

—¡Juli, ayúdame a encontrar qué me voy a poner!

Estoy muy nerviosa. Hoy es sábado, Lucian quedó de venir por mí a las 5:00 p.m. y son las 4:00, y aún no sé qué voy a utilizar. Juli me ha dado todas las opciones posibles y todas las he rechazado, no sé qué hacer.

—Victoria, tienes tanta ropa bonita, cualquier cosa te quedará muy bien.

—Eso me lo has dicho las últimas dos horas y aún no encuentro nada.

Mi mamá entra en la habitación, ella me conoce, sabe que estoy muy nerviosa.

—Hija, ya son las 4:15 y nada que estás lista —dice mientras se dirige a mis posibles opciones que están sobre la cama, toma una y me la pasa—.

—Lo vas a dejar flechado —dice y sale de la habitación.

Las palabras de mi mami me hacen sentir mucho más segura y su elección fue la mejor. Sin duda alguna, ella tiene muy buen gusto. Escogió una falda de jean azul y una blusa corta blanca.

Me visto de prisa y Juli me peina, toma mechones y los ajusta en una trenza, dejando el resto de mi cabello suelto. Sin duda, me hace ver adorable, y para terminar mi vestuario, tomo mis sandalias blancas. Me miro en el espejo y me veo realmente hermosa. Por primera vez me siento muy linda. Es un sentimiento extraño, pero agradable.

Miro el reloj: faltan cinco minutos para la hora de llegada de Lucian y siento que me duele el estómago y mis manos sudan. Estoy realmente nerviosa. Es mi primera cita. Había tenido novios antes, pero nunca me habían invitado a algún lado. Comienzo a caminar en círculos por mi habitación. Escucho que suena el timbre de mi casa y corro a mirar por la ventana. Él ha llegado. Salgo corriendo a buscar a mi mami para despedirme. Ella está en el balcón.

—Ma, ya me voy —me acerco a ella y la abrazo. Ella me da un beso en la mejilla.

—Qué te vaya muy bien, hija, cuídate mucho.

—Te amo, mami —salgo corriendo hacia las escaleras. Me despido de Juli con la mano y bajo. Mi corazón está muy acelerado y siento miedo de caerme bajando, pero no lo puedo evitar, estoy muy nerviosa.

—Hola —le digo a Lucian tímidamente, quien me da una mirada rápida pero descarada de abajo hacia arriba. Cuando me mira, me da una sonrisa y siento que dejo de respirar. Dios, ¡sí que hace calor! Estoy sudando.

—Hola, guapa, estás radiante.

...

Ya estamos en el centro comercial. Lucian y yo vamos de camino al McDonald's, en donde venden helados deliciosos. Mi favorito es el McFlurry de M&M.

—Victoria —es la primera vez que él me llama por mi nombre.

—Sí, dime —respondo y lo miro a los preciosos ojos que tiene.

—¿Cuál es tu color favorito?

—El azul. ¿Y el tuyo? —respondo.

Lucian

—Oye, te estoy preguntando —me dice Tori.

—¿De qué estábamos hablando? —estoy realmente perdido en sus ojos. Ella es tan hermosa y parece no saberlo. Es lo que más me gusta de ella: cree que es insignificante ante la mirada de los demás, cuando ella es luz.

—Me preguntaste mi color favorito, ahora yo te estoy preguntando el tuyo.

—Morado —respondo rápidamente, avergonzado por perderme en la conversación.

Llegamos al lugar. Ella elige un helado muy raro, pero parece saber su nombre exacto, algo con "Flurry". Yo no sé qué es, así que pido lo mismo. Si a ella le gusta, debe ser muy bueno. 

He estado observando a Victoria en el salón de clases. Ella parece no darse cuenta, pero yo he notado todas las veces que arruga su frente cuando está muy concentrada o las veces que su mirada se pierde mirando a la distancia. 

Quisiera saber si alguien tan maravillosa como ella estaría con una persona como yo.

Se ve tan emocionada por su helado, parece una niña pequeña. Bueno, lo es. Es muy bajita. Está feliz al recibir su helado. A continuación, recibo el mío y le paso el dinero al chico que nos atendió. Victoria no lo notó, pero el cajero se quedó mirándola. Sé que está admirando su belleza. ¡Ja!, yo la estoy conquistando, perdedor, me digo internamente y sonrío.

—¿Qué pasó con tu novia? —me dice Victoria.

Me pongo rígido. Es un tema del que no me gusta hablar. Hace poco ella me dejó, aún duele. Cuando estoy cerca de Victoria, siento que estoy mejor, pero cuando la mencionan, aún duele mucho.

—Terminamos —respondo secamente.

—¿Por qué? —dice Victoria.

Ahh, ella es tan curiosa.

—Ella me dejó.

Y con eso, Victoria me deja frío. Pensé que podría seguir, ya han pasado dos meses, pero aún quema recordar todo lo que viví con María. La amaba. Aún la amo. Me maldigo por pensar en ella teniendo al frente mío a una preciosura de chica, pero así es la vida. 

Quisiera dejar de sentir todo esto por María y seguir adelante, seguir con mi vida, ser feliz con alguien tan maravillosa como Victoria. En ese momento me doy cuenta de que fue una mala idea invitarla a salir. No debí permitir esto.

Victoria

Lucian está muy callado desde que mencioné el tema de su exnovia. Estaba muy animado, pensé que todo iba muy bien. Genial, Victoria, arruinaste todo.

Ya estamos al frente de mi casa. Él sigue ausente, todo rastro de su sonrisa se ha ido.

—Gracias por este rato, Victoria —lo dice en un tono sombrío.

—Gracias a ti, por invitarme.

—Nos vemos pronto —y con eso se va. Lo veo alejarse caminando. Creí que se daría la vuelta para verme, pero no lo hizo. Y allí quedé parada en la puerta, confundida.

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