Episodio 4 Paramount x Columbia
Estresada del trabajo, Columbia renegaba con cada cosa que se le cruzaba, sea un objetivo una persona, siempre buscaba un método de desahogo por culpa de su estrés constante, y el más inoportuno para aguantarla era el tolerable Paramount. Aunque muchos no lo superan, Paramount solía tener problemas de ira, sin embargo supo controlarse y logró llevar a cabo una personalidad más relajada y paciente, pero al parecer ésta chica quiere sacarlo de quicio a cada minuto que pasaba del día.
En plena mañana, ya ni se podía convivir con Columbia, puesto a que se encontraba de mal humor debido a su poca tolerancia con los archivos de su computadora que no lograban enviarse por la falla del wifi
—¡Maldita mierda, funciona!— se quejaba apretando millones de veces la tecla del mouse pero seguía fallando. Por un lado, su compañero de bajas temperaturas sólo se la pasaba dibujando los extras de su película hasta que fueron arruinados por el temblor del escritorio a causa de los golpes de la mujer impaciente
—Agh, ¡Columbia! ¡¿puedes quedarte quieta?!—
—¡Cállate! ¡quiero arreglar esta basura sin oír ni un sólo sonido!—
Obedeciendóla por una vez, se quedó callado y sólo continuó dibujando, aunque tuvo que arreglar las partes que dibujó mal en sus personajes por culpa del movimiento brusco en la mesa hace rato. Afortunadamente la "desquiciada" no volvió golpear el escritorio pero si seguía gritando de las quejas. Harto del ruido, agarró sus cosas y se levantó para irse
—¡¿Disculpa?! ¡¿a dónde crees qué vas, idiota?!— expresó ella furiosa
—A mi oficina. Al menos allí podré trabajar en paz sin tener que oír a una loca que le urge un pito todas las noches, adiós— concluyó a punto de irse con su maletín y de más hojas
—¡Imbécil degenerado! ¡esta es mi oficina y yo decido cuando te irás!— dijo parándose de su silla hasta empujarla atrás, mostrando una pose firme
—Pues que pena, "alteza". Por si tu memoria no te da, Holdings anuló nuestra colaboración en la película y tú fuiste la ambiciosa que me obligó a estar aquí sin su permiso. Si tanto jodes con que esta es tu "propiedad", entonces hazte responsable cuando el jefe venga hasta aquí para darte una suspensión por esto. Nos vemos, "princesita valiente"— dijo al final cerrando la puerta en definitiva. Columbia apretó sus manos con fuerza del rencor, tronando sus dedos de la fuerza y yendo a buscar a aquel ignorante
—¡No he terminado contigo, infeliz!— le gritó al salir de su oficina, rebotando su eco por el pasillo. Paramount se detuvo por la indicación, dando un suspiro de cansancio y decidido a voltear a verla
—¿Eres paciente cuándo se trata de mí, verdad? incluso decirlo se siente raro—
Se quedó muda de la humillación. Nuevamente se había sentido humillada ante él, una cosa que ya estaba harta de soportar
—¡No te hagas el importante! ¡nuestra película es lo más centrado que tenemos ahora y tú eres mi compañero! ¡¿no te parece injusto dejar un proyecto a medias por culpa de unos pendejos que se pelean?! literalmente deberías ir a quejarte porque te perjudican—
Eso sorprendió a Paramount, ya que le parecía súper extraño que su más grande enemiga lo esté "defendiendo"
—Wow, me impresionas. No creí que me apoyarías en mis conflictos— se rió al verla fija desde lejos
—¡¿Qué?! ¡no malinterpretes! honestamente no tengo otra opción que trabajar contigo, imbécil— dijo dándole la espalda de brazos cruzados por su rara timidez que floreció en sus mejillas
—Mmh, que extraño, se supone que soy alguien súper perezoso para colaborar con alguien como tú, ja ja—
Columbia se ruborizó peor de vergüenza, puesto a que se negaba a admitir sus circunstancias
—¡Te dije que es porque no tengo opción! carajo, eres insoportable cuando se trata de preguntar—
Se volteó para verle a la cara aunque estuvieran a una distancia apartada en el pasillo
—Aww, la "princesa valiente" me extraña, ¡jajaja!—
Volvió a sonrojarse bastante apenada, esta vez tapándose un poco con su parte de arriba del atuendo que llegaba hasta el cuello
—Bueno, me quedaré contigo con la condición de frenar tus quejas a golpes—
—¡Agh, eres un demonio irritable!—
Con su dedo índice lo llamó para indicar que entrara otra vez a la oficina y éste la siguió.
Con la llegada de las horas libres era complicado para Columbia, pues hace bastante tiempo decidió apartarse de sus amigas al desconfiar de ellas y ahora estaba sola sin amigos, comiendo sola como perrito abandonado en el buffet. En ocasiones se quedaba en su oficina para no perseguirse por miradas pero esto no era suficiente para calmar su tristeza o soledad, necesitaba a alguien a su lado sin importar que sea. En lo que gozaba de su comida consistente en sándwiches, sentada en una banca plateada ubicada cerca de las ventanas del edificio, una tierna presencia vino hacia ella y se trataba de su querida hija TriStar, que llegó a visitar a su madre
—Hola, mamá, ¿cómo va tu día?— dijo acercándose con un juguito de naranja en sus manos, usando su linda camisa bordo, su falda negra, sus largas medias a rayas en blanco y negro y sus tacones oscuros que portaban un lindo moño rojo a su costado (referente a su película Matilda)
—Hola, cariño. Mi día va de maravilla, es sólo que hoy estoy muy estresada jeje, por eso estoy aquí sola, para no fastidiar a nadie con mis cambios de humor repentinos, je— dijo con un tono sutil que ocultaba tristeza
—Oh, eso suena...triste, ¿te encuentras bien? ¿por qué no fuiste al buffet?— cambió su rostro feliz a uno preocupante
—¡P-por supuesto! ¿por qué no lo estaría? hoy pude finalizar varias cosas en mi trabajo, y además, quería un poco de espacio lejos de las otras empresas—
—Vaya, me alegro por eso pero...no te noto tan contenta como otras veces, ¿segura que estás bien? puedo llamar a papá si quieres y podemos hacerte compañía—
En un respectivo instante, se percató de ese detalle importante que le faltaba: hace mucho que no convivía con su familia y eso también la ha afectado emocionalmente, supongo que no estaría mal pasar tiempo con ellos, sin embargo...su problema principal que tenía era estar emparejada a Sony por un día y no deseaba tenerlo cerca por la incomodidad de su presencia. Además, también sabía que su hijo no querría estar con ninguno de los dos, así que podría ser en vano intentarlo. Indecisa por su decisión, escogió rechazar su idea
—No te preocupes, hija, por el momento...sólo quiero estar sola un rato, tengo varias complicaciones...— mencionó deprimida con la mirada hacia abajo
—Mmm...¿y qué hay de tu novio?—
Instantáneamente se sorprendió inesperada al escuchar esa pregunta
—¡¿Qué acabas de decir?! ¿de qué novio estás hablando?—
—De Paramount. Lo he visto muy cerca de ti cada día, acaso...¿ustedes están saliendo?—
Sin poder controlarse, su rostro se tornó rojo hasta parecer una manzana, quedándose tiesa del pudor por la escena tornada incómoda
—Obviamente no, cielo. Simplemente trabajamos juntos, es todo. Disculpa si esto te haya sido un malentendido—
—Oh, comprendo...supongo que no hace falta que te disculpes, debería ser yo por la malinterpretación, jeje—
Mediante su charla, apareció el sujeto menos esperado para Columbia, ya que hablando de Paramount, se había aparecido delante de ellas con dos vasos de café
—Emm, ¿estoy interrumpiendo algo?— exclamó él confundido mientras permanecía ahí parado
—¡Holaaa! ¡tú debes ser Paramount! mucho gusto, soy TriStar, la hija de Sony y Columbia, es un placer conocerte. ¡créeme, soy muy fan de tu saga de Transformers! ¡tengo muñequitos de Optimus Prime y Bumblebee! ¡deberías verlos!— hablaba muy entusiasta abrazando y brincando al rededor del mayor que le sonreía nervioso
—Jeje, sí, igualmente— intentaba mantener el equilibrio para no derramar el café. En su escena, la mujer de altos estándares se levantó de autoridad y le comenzó a hablarle "bien" sólo por la presencia de su hija
—Mmm, ¿a qué viniste, "Rey Helado"? espero que no vengas a protestar quejas porque sino-...—
Interrumpida, el de clima friolento le entregó la bebida caliente sin decirle nada
—Ten, supuse que estarías sola, así que decidí traerte algo al menos—
—¿Qué? ¿y a ti qué mosca te picó?— preguntó extrañada. Como buena gratitud, aceptó el café, y mientras ambos estudios se miraban seriamente, TriStar no podía aguantar la felicidad de verlos tan juntitos "¡La manera en que mamá lo ve es tan romántico! ¡algo me dice que voy a tener un buen padrastro pronto, jiji!", reía en su mente traviesa. En lo que acababan de mirarse entre sí, comenzaron a beber su cafeína, la cual le pareció delicioso a Columbia
—Wow, es el mejor café que he probado, ¿dónde lo conseguiste?—
—No lo conseguí. Yo lo hice, así que agradezco tu halago—
Apenada por lo que acababa de decir sin saber el contexto, volvió a darse la vuelta para cubrirse
—¿Está todo bien, ma?— dijo TriStar asomándose un poco para observarla
—¡Todo en orden! jeje...¡uy, mira la hora! ¡ya debo irme! el deber llama, ja ja...— balbuceó ridículamente mientras iba retrocediendo para marcharse hasta que se giró y así finalmente seguir su rumbo.
Conforme caminaba llena de vergüenza cubriéndose el rostro con su mano, chocó contra un estudio accidentalmente, aunque lo peor no fue ese choque. Antes de pudiera hablar para disculparse, se dio cuenta que se trataba de Screen Gems, la empresa que lucía su traje rojo y blanco junto a su moño rojo en el cuello
—Ah...yo...¡l-lo siento tanto! ¡no te vi y entonces me deje lleva-...—
—Sí, sí, como sea, sólo cállate. Estropeas mi tiempo, bruja— mencionó éste siendo un maleducado con la dama. Un comportamiento que ni Paramount toleraba a distancia, y del enojo, fue a tomarlo de su traje para confróntarlo
—¡Oye, infeliz! ¡¿con qué descaro se te ocurre contestarle así?!—
—¡A ti que te importa! ¡sueltame, escoria!— jaloneaba con el objetivo de liberarse. Rápidamente, TriStar y Columbia empezaron a alarmarse hasta intervenir en la situación para separarlos y evitar una súper pelea
—¡Detenganse por favor!— ordenó la mujer mayor
—¡Todos ustedes están locos!— exclamó de vestimenta rojiza planeando irse velozmente sin querer hablar con nadie.
Screen Gems se sacudió y acomodó su traje por el apretón en su ropa y con seriedad se dio la vuelta para largarse, sin embargo una voz delicada lo obligó a detenerse
—Screen...deja de meterte en problemas y mejor solucionálos...— le mencionó TriStar con su voz quebrada aguantando las ganas de llorar. Éste sólo giró la mirada para verla, y sin más preámbulo se fue ignorando a los tres.
Paramount seguía molesto, pero a la vez se sentía confundido. Reaccionó en un instante apenas oyó el sonido de un pequeño llanto, de tan sólo voltearse a ver a sus espaldas, vio que se trataba de Columbia llorando mientras su hija intentaba consolarla, sentadas en la misma banca plateada. No quiso quedarse ahí parado e igualmente fue a estar junto a ella a su lado
—Bia, ¿qué...te ocurre?— dijo él
—N-nada...*nif*— negaba a medida que sus lágrimas caían peor. TriStar le ofreció un pañuelo blanco y su madre pudo calmarse un poco sonando su nariz
—Agradezco que hayas defendido a mi mamá pero...no debiste tratar a Screen de esa manera...— expresó la menor viéndolo fijamente seria
—Sí...lamento eso, es que no soporto a esos tipos que agreden o tratan mal a las mujeres así—
—Te entiendo, pero debes saber que...él es mi hermano...y pues, no hay una buena relación...—
La revelación dejó a Paramount impactado hasta quedarse tieso, ya que no sabía que su peor enemiga tenía otro hijo además de TriStar
—D-disculpen mi ignorancia. Mmm, comprendo que esto es un asunto personal pero...¿cómo permiten que Screen Gems se comporte así con su propia madre?—
Columbia se detuvo lentamente en llorar, aclarando un poco más la garganta y tomando un suspiro para platicar mejor a la vez que secaba su rostro con otro pañuelo blanco que guardaba
—Es una historia bastante compleja...sólo puedo decirte que Sony y yo fuimos culpables de su carácter y odio hacia nosotros mismos hace muchos años. Desde entonces mantenemos una distancia estrecha en donde siempre nos ha costado acostumbrarnos hasta la actualidad...*nif*—
Él continuó estando inmóvil a medida que la escuchaba. Y pensar que su quejumbrosa rival tenis tantos problemas personales que ni siquiera ella mencionaba casualmente. Le daba intriga saber más sobre ella, pero tampoco es el momento perfecta para preguntar todo como si fuera un chismoso, primero debía respetar su espacio. A pesar de que era consiente sobre su rival, extrañamente le daban ganas de abrazarla como consolidación, y lo hizo.
Columbia recibió un abrazo desde atrás por su espalda, una acción tierna que provenía de su oponente, ¿cómo puede reaccionar a esto? ¿feliz o molesta?, no estaba del todo segura, pues no sentía el valor para arruinar el momento y acto de apoyo mutuo. Siendo honesta, accedió al abrazo de Paramount, y ambos se aceptaban como dos adorables peluches de oso. TriStar estaba sorprendida, creer que su madre está enamorada no es una opción, es una realidad para ella como su hija menor
"¡Ahh, la química que veo entre ambos es formidable! ¡Diosito, por favor has que se casen!", suplicaba la menor con sus manos juntas para rezar disimuladamente sin que los mayores la vieran.
Concluyendo el horario del descanso, ambos enemigos regresaron a sus propias asuntos, esta vez estando solos. No obstante, Columbia se fue a la oficina de Marvel, ya que necesitaba ayudarlo con la película de "Venom 3" antes de que él se estresara igual.
Mediante su colaboración, Columbia tenía problemas para concentrarse, pues no podía olvidarse de aquel abrazo dado por Paramount (una cosa difícil de creer para cualquiera). Marvel no le prestaba atención a las distracciones de su compañera, sólo pensaba en preparar su película para los cines y el público en general. Ella se encargaba del equipo de sonido y la edición de cada escena mediante su laptop
"Fue sólo una muestra de afecto porque me apoyaba, ¡¿qué tanto me tiene que importar?!", pensaba frustrada ante lo sucedido recientemente, ni ella misma era capaz de entenderse.
Paramount, por otro lado, además de trabajar, también estaba chateando con Warner, conversando sobre Universal. Mientras se centraba en su plática, de la nada comenzó a imaginarse que hablaba con Columbia. Al pensar en eso, inició diciendo palabras que le resultaban extrañas a la compañía del conejo, hasta que luego entró nuevamente en razón cuando leyó el mensaje de Warner diciéndole "¿de qué estás hablando? no te estoy entendiendo". Leyendo lo que había mandando, tenía ganas de cavar su propia tumba, pues todo lo que le dijo accidentalmente sonaba demasiado cursi para decírselo a un hombre "¡¿Qué mierda sucede conmigo?! ¡acabo de enviar los mensajes más pubertos de mi vida!", se golpeaba con su celular en la frente de la torpeza, mientras lucía avergonzado hasta las orejas.
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