Pruebas
Ya no tenía demasiado tiempo,y como era de esperar, la mente de Álvaro era un tremendo caos, y más aparte estaba re apurado.
— ¡Conchetumare! ¡Francisco va a matarme weon!
Se puso una playera negra con el pantalón blanco, un collar con un dije de luna menguante, no combinaba demasiado pero ¿tenía opción?
Apurado salió hecho una bala de su habitación hacia la cocina, sacó una taza y galletas para "desayunar".
Se preparó un té de manzanilla, no ayudaba pero lo relajaba un poco.
Abrió con desesperación el empaque y se llevó a la boca aquella galleta, mordiendo y masticando con desespero.
Casi se ahogó varias veces, pero el ya no procuraría salir de casa con la panza vacía.
Termino y recogió un poco, agarró una mochila que tenía agua y cosas esenciales, como las llaves de su auto, un Versa de esquema negro con detalles en aguamarina.
Como prendió el auto arrancó lo más rápido posible.
En el fondo no quería ir al ensayo pero lo echarían de la banda si faltaba de nuevo, y pues, no es que le importe demasiado pero se siente revitalizado y un poco asustado por aquel sueño, necesitaba contárselo a los chiquillos, sí o sí.
Narra Álvaro.
Por fin llegue al estudio, después de como 20 minutos, que para mí fueron 5.
Entré y me disculpé por haber llegado tarde.
— Weon, ¿Estai volao? - Me preguntó severamente Francis, alzando una ceja y mirándome confundido, ladeando un poco la cabeza y rascando su nuca, expresando dudas.
— Eeeeh, ¿No?, supongo - Respondí, no sabía que responder al 100%, así que empecé a jugar con mis dedos, estaba nervioso.
— Bueno, no importa - Dijo con calma y suficiencia con ambos hombros alzados mostrando indiferencia y desinterés con una sonrisa un poco socarrona.
Empezamos con la clásica "Una Nube Cuelga Sobre Mi", amaba y odiaba esa canción.
La amaba por el ritmo, pero la letra era tan real que la odiaba.
Así pasamos 3 horas, entre canciones, risas y bromas por parte de Mauri, como antes, y tanto así que perdí la noción del tiempo, sumido en la felicidad momentánea de estar con los chiquillos.
La nostalgia estaba invadiéndome, tanto así que mi vista se empezó a nublar.
Lágrimas empezaron a recorrer mi rostro, cayendo suavemente por mis mejillas mientras soltaba unos ligeros sollozos por estar llorando.
Con mi mano comencé a secar las lágrimas fallidamente, hasta para calmarme soy un inútil.
Narración omnipresente.
Francis escuchó esos sollozos que provenían del nostálgico Álvaro, preocupado se acercó y preguntó
— Hey, Alvarito, ¿Estai bien?
— Si, todo bien, Fran... - Respondió entre lágrimas y sollozos
— Dale, tranquilo, aquí estoy, y de verdad ¿Que pasó como para que estés así?
¡Maldición! Le tenía que decir
10 minutos después
— Uuuh, sería una alucinación, estai seguro que no te drogaste? — Preguntó Francisco de nueva cuenta.
— Pues mira, los ojos rojos no tiene, así que posiblemente no — Mencionó un expectante Mauri chequeando los ojos de Álvaro.
Pasado un tiempo, el ensayo se dió por concluido.
Todos acomodaron todo y salieron, siendo Francis el último en salir.
— Uy, Álvaro, que difícil situación... - Se dijo a sí mismo.
En la noche <Álvaro narra>
Bien, anduve haciéndome el tonto durante un buen rato, acostado en mi cama, me dormí, chequeaba mi celular, en fin, perdiendo el tiempo.
— Hola Álvaro... veo que te gusta el traje que te dejé...
Esa voz, la conocía, era la del sueño.
—Bah, ¿que quiere? - Pregunté desanimado y sin ganas.
— Solo una prueba, ya sabes, para ver si eres digno amo de mi ser, enciende la TV - Ordenó severamente.
Hice lo que dijo, y ví un reportero en la avenida principal de acá Santiago, si, era un accidente muy grave.
Los autos quedaron destrozados, y en algunas partes se veían manchas de sangre.
— Es muy grave, no creo que sobrevivan los accidentados - Informé angustiado, con temor de que la muerte me lleve por ese comentario.
— ¿Seguro?, ¿Por qué no les das una segunda oportunidad? - Dijo chasqueando los esqueléticos dedos de su mano, haciendo aparecer una hoja estilo papiro, una pluma y un tintero, como en los viejos tiempos.
Me los dió y los tomé sin tener idea para una relación con la prueba.
— Y, ¿Que se supone que hago ahora? - Pregunté ya bastante confundido.
— ¿No lo recuerdas? Tienes que tachar el nombre del que debe morir... -
Narración omnipresente.
La mismísima Muerte explicándole su trabajo al novato Álvaro López, que loco ¿No es así, querido lector?...
La Muerte no sabía si burlarse o sentir vergüenza, simplemente estaba en un dilema emocional, un choque de dos tierras totalmente distintas, pero en parte no podía culparlo de su torpeza, una vida ocupada no es fácil.
Álvaro entendió al tiro, y mientras era espectador de aquella tragedia hacía conclusión en su perturbada mente.
Eran 6 nombres, de los cuales 2 fueron tachados.
— Aquí tienes, es todo lo que puedo hacer... - Notificó ya cansado de tanto pensar y darle vueltas al tema.
— Bien, buen juicio, ahora vuelvo...
La Muerte se puso su capucha y agarró su típica guadaña, dando un pequeño "vistazo" a Álvaro, con sensación de felicidad, aunque no podía expresarla físicamente, además de decir gracias de alguna forma.
Continuará...
(Aclaración: Álvaro es el baterista, Francis es el vocalista, los 2 Mauros son los guitarristas <y Mauri Durán también es tecladista>, y Gonza es bajista [Por cierto, es el único que conserva su puesto en este AU]).
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