I: El Primer Encuentro

Alguna vez en tierras lejanas de la era medieval en un castillo muy elegante se encontraba un rey celebrando su cumpleaños número 28, aquel rey gobernaría el reino llamado Pólux. El nombre del nuevo gobernante era Saga, emperador supremo de las tierras de Pólux.

En la fiesta del rey se presentaban todo tipo de nobles, desde la clase alta y baja de nobles de varios reinos vecinos. Todos presentes con el objetivo de felicitar al joven rey del imperio Pólux, deseando que gobernara con prosperidad y justicia, cosa que el padre del joven rey, nunca lo hizo.

Aquellos nobles donceles, doncellas y caballeros bailaban entre ellos con felicidad y alegria los vals que sonaban. El rey Saga observaba a todos sus invitados desde su trono y de vez en cuando bailaba con alguno de sus invitados, pero esta vez descansaba luego de una pieza musical y entre tanta multitud el joven rey pudo distinguir una hermosa cabellera rojiza carmesí que brillaba con las luces de aquel elegante palacio, poco a poco veía como esa hermosa cabellera se acercaba a el.

Al ver al dueño de aquella cabellera roja, el rey quedo sorprendido ante la belleza de aquel joven que se reverencio al estar frente a el y como esa belleza no venía solo, vio que su acompañante hizo lo mismo, ambos jóvenes levantaron su mirada y aquel pelirrojo que vestía como una bella joven que aun no sabia si era un doncel o doncella, sonrió ante el rey, esa sonrisa cautivo al soberano.

-Larga vida al sol del imperio Pólux, le deseamos de todo corazón un feliz cumpleaños su alteza.- Hablo el acompañante del hermoso pelirrojo.- Mi nombre es Shura y el es Camus mi prometido y príncipe del reino Borealis, es el segundo hijo del rey kardia y su esposo Dégel.

Al escuchar eso el rey sintió un pesar en su corazón al oir que el hermoso doncel tenia un futuro dueño.

-Muchas gracias por invitarnos a su cumpleaños... Principalmente venimos a desearle lo mejor y que talvez esta sea la primera y última vez que nos veamos su alteza.

-Me gustaría volver a verlo príncipe Camus, ¿Cuáles son sus motivos por lo que ya no podremos vernos? Claro que si se puede saber.- Habló de la manera mas educada posible, para saber porque el bello doncel no volvería a verlo, ya que anhelaba volver a ver a ese ángel pelirrojo.

-Principalmente por...- Camus deseaba explicar la situación en la que se encontraba, pero fue su prometido el que hablo antes que el.

-Porque cuando regresemos a Borealis nos casarenos y el príncipe se convertira en rey.- Interrumpió algo molesto, Shura empezó a desconfiar de las intenciones del rey Saga, más que todo al ver como este veía a su pareja.

- Príncipe Camus, debería enseñar sus criados a no interrumpir cuando la realeza habla... No importa que sea su prometido, aún no está en la posición de siquiera ser participe de esta conversación.- Comentó el rey algo disgustado de que alguien como Shura no le permitiera hablar con el bello príncipe.

-Soy el general del ejército de mi príncipe, así que también pertenezco a la clase noble su alteza...-

-Usted solo es un noble de bajo rango, si me permite deseo bailar una pieza musical con su prometido. Espero no le moleste.- Saga sonrió ante sus palabras, a lo que la pareja se sorprendió, mas cuando el joven doncel fue besado en su mano por el rey.

Shura intento impedirlo, pero el rey jalo a su pareja hasta la pista de baile, sin tener aun el permiso o aprobación de su prometido.

El vals empezó a sonar y todos tenían sus miradas concentradas en el rey y el joven que lo acompañaba, aquel pelirrojo captaba la atención y admiración de cada invitado presente de esa fiesta ya que su belleza no pasaba desapercibido.

Shura apretó sus puños y miro con rabia al rey, si las miradas mataran apostamos que Saga estaría 100 metros bajo tierra, siendo torturado en el mismo infierno. Se dice que la mirada de uno dice mil palabras, y Shura decía mucho con esa mirada de frustración.

La pareja se movía ante la melodia del vals, Camus se encontraba totalmente sonrojado, admitía que Saga era mas hermoso que su prometido en varios aspectos.

-Es una lástima que no pueda volver a verlo.- Mencionó el soberano mientras bailaba al ritmo de aquel vals.

-Si, pero los deberes reales ya no me permitirán ser libre...Creo que eso usted lo entenderá mejor que nadie.-El menor bajo la cabeza al decir eso, albergaba cierta tristeza, al saber que ya no sería tan libre como ahora.

-Usted es un príncipe, si me permites preguntar ¿Porque se casara con un simple general? Apuesto que muchos príncipes y reyes lo desearon tener al menos como una concubina o amante.-

-Tres razones, la primera y más importante porque Shura me ama y yo también, el me cuidaba desde que era un niño además su padre protegió el reino de mis padres con su vida, es alguien a quien respeto mucho, la segunda razón es porque estoy esperando un hijo de el.-Un rubor carmesí cubrió el rostro del príncipe.

-Encerio?- Saga no pudo evitar sentir ciertos celos, en esos momentos deseaba que aquel hijo que esperaba el doncel fuera suyo, pero mas que nada hubiera deseado ser el quien le quitara la castidad al hermoso príncipe. Pero aún así lo deseaba aún sabiendo que sería como tener una manzana mordida por otro.

-Si y la tercera razón es porque el gobierno de mi reino se basa en la confianza, si es noble o incluso esclavo si le tienes confianza es digno de cargar con los deberes de un reino, mis padres confían en que Shura cuidara de mi y su reino.-

-Veo que sus padres tienen unos ideales completamente diferente al reino de muchos, incluyendo al mío.-

-Asi es, siempre me dijeron que el pueblo esta antes que cualquier riqueza, nosotros los reyes estamos para servir al reino y protegerlo.-

-¿Cuál es su linaje de sus padres?- Sentía tanta curiosidad por ese príncipe, deseaba saber todo de él, en el poco tiempo que tenían.

-Bueno mis abuelos nunca pudieron tener un varón, en la familia solo tuvieron dos hijos que eran donceles, el mayor es mi tío, el es el otro general acargo del ejército de los reyes, se llama Albafica y el segundo hijo es mi madre Dégel, quien gobierna actualmente junto a mi padre. Mi padre era el hijo del consejero real de mis abuelos, el hizo lo posible para demostrar su amor por mi madre, fruto de eso nací yo y mi hermano Hyoga.

-¿Quiere decir que su padre era un plebeyo?-

-Asi es, pero el respeto y la humildad lo guió al trono.-Sonrió al decir eso, cosa que ruborizo a Saga, ya que sus intenciones eran avergonzar un poco al príncipe, pero no esperaba esa respuesta.-Y usted tiene algún hermano?

-Tengo un solo hermano, es mi gemelo, el esta comprometido con el príncipe del reino Atlantic, por lo que ya no vive aquí...-

Saga quería mencionar algo mas, sin embargo, aquel vals terminó y el pequeño príncipe se reverencio ante el, solo antes de que se fuera.

-Fue un gran honor bailar con usted alteza, pero me temo es hora de volver a mi reino.-

-¿Tan pronto? Porque no se queda a descansar hasta el dia de mañana, ahora es muy tarde, le daré a usted y su prometido la mejor habitación del palacio para su buena estadía.-

-Lo siento alteza, pero el viaje a mi reino es un poco largo, aprovecharemos la luz de la luna, mi amado y yo debemos estar en Borealis antes del atardecer de mañana para nuestra boda.-

-¿Se casaran mañana?- El rey no ocultó su sorpresa, aquel príncipe ya tenía una vida hecha y si se iba jamás lo volvería a ver.

-Si, espero disculpe mi descortesía pero ya debo retirarme.-El príncipe hizo una última reverencia y se dirigió a su amado para que ambos salieran del palacio y fueran en dirección de su carruaje que tenia la bandera del reino Borealis, no sin antes despedirse cortésmente del rey.

El soberano solo sonrió de lado al ver a su bellos doncel salir de su castillo, volvió a sentarse en su trono y mando a uno de sus guardias a llamar a su general, quien no tardo en presentarse ante el rey. Al estar frente a su alteza, este se arrodilló ante el.

-Me mando a llamar su alteza?-

-Deathmask por favor ponte de pie.-Aunque ese no era el nombre verdadero del general, a tal le gustaba que lo llamaran de esa manera, era un misterio para muchos saber porque eligió un nombre tan macabro. Pronto el joven obedeció a su rey.- Sabes que aparte de ser el general de mi guardia real, ante todo eres mi amigo.

-Lo se mi rey.- Comentó el general, agachando su cabeza.

-¿Conoces la bandera del reino Borealis?-

-Si su alteza, un escorpión de cristal con ojos rojos... ¿Porqué lo pregunta?

-Excelente, tengo una misión para ti que se debe completar en este mismo instante.-

-¿Cuál es la prisa?-Pregunto el joven con cierta curiosidad, se suponía que esa velada era especial para que el rey disfrutará de su cumpleaños, pero al parecer ya tenía un trabajo pendiente.

-Más tarde te lo explico, ahora sigue mis órdenes, en el carruaje que lleva la bandera del reino Borealis esta el príncipe, un joven pelirrojo y su prometido... Tu misión sera matar al prometido del príncipe Camus y al príncipe golpearlo en el vientre hasta hacerlo sangrar, si no vez una pizca de sangre no vuelvas.- Saga dio esa orden disimuladamente para no levantar sospechas entre sus invitados, pero al escuchar eso Deathmask sonrió sadicamente.- Luego trae al príncipe vivo, yo me encargare de resto.

-Entiendo, en resumen, matar al novio del príncipe Camus y matar al hijo que espera de su novio.

-Se que solo tu puedes cumplir esa misión asi que ve, alcanza ese carruaje y cumple con mis ordenes.- Dijo con autoridad el joven rey, en lo que Death solo se reverenciaba ante el.

-Como ordene.-

Tanto como el rey y Deathmask sonrieron de una manera macabra por asi decirlo, Saga esperaba que pronto Deathmask entrará con el doncel en sus brazos, había encontrado la manera perfecta de hacer suyo al doncel.

Inmediatamente Deathmask tomo un caballo y fue a alcanzar al carruaje de los Borelais.

Mientras la joven pareja no sabia lo que llegaría a pasar, pues dentro del carruaje hablaban de lo que harian después de su boda, tenían planes futuros y nunca se imaginarian que dentro de unos minutos sus vidas cambiarian totalmente. En especial del bello doncel.

Continuara...

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