Capítulo 19: Ante toda tempestad...

Nicolau cargaba la cesta de frambuesas directo desde el sendero hasta llegar a su casa. Cuando entro se anunció en la entrada para después quitarse sus zapatos y ponerse zapatillas que se encontraban a unos cuantos pasos. Pero nadie le contesto, cuando fue a la sala en la mesa de una esquina estaba Benet fumando una pipa con voracidad mientras revisaba pilas y pilas de papeles, desde hace unos días las valijas que preparo Benet están a la espera de ser transportadas lejos.

El albino sonríe y se acerca al vampiro cuyos hombros musculosos están descubiertos, dejando que el albino se acercara para darle un abrazo por atrás, pero el vampiro no se movió un centímetro, seguía revisando ávidamente los documentos, el albino le vuelve a dar un abrazo, obtuvo por respuesta un beso en la frente del vampiro.

–Hola Nicolau, disculpa no quiero ser grosero pero tengo que seguir revisando unas cosas por aquí.

–Benet, no soy un niño. Se perfectamente que estas preocupado porque nos marchemos cuanto antes de España. Eso lo entiendo perfectamente, tu tío Dario y tu prima Mirka ya nos lo dijeron varias veces en las últimas semanas. No tienes por qué preocuparte en escondérmelo.

El vampiro se vuelve para mirar los acuosos ojos de su amado humano. Llevaba un año y medio preparando a qué lugar irse lejos después de la reunió con su familia. Se estaba decidiendo el lugar final al que iría, estaban entre irse al nuevo continente o Asia. Aun a pesar de que Fabio extrañamente le insistió que se quedaran solo un par de días más. Solo con la excusa de que se terminaran de preparar.

–Nicolau, por ti es que estoy preocupado. La simple idea de que....de que nos encuentren desprevenidos me aterra. Sí, me aterra. Incluso un vampiro puede tener miedos infundados como yo amado mío. Y no tienes idea de lo que haría por ti. Lo que daría por ti. Por tenerte a salvo el resto de la eternidad.

Su pareja se sonroja y se sienta al lado suyo, precisamente en su regazo, Benet deja que su amado lo abrace con cariño, realmente lo necesitaba. Un suave beso se depositó en la mejilla del italiano, después otro un poco más hambriento, después más de uno que lentamente querían llegar a sus labios. Se quita la pipa para después besar los deliciosos belfos sonrosados del albino. Sintiendo el sabor amargo del tabaco en sus labios.

Una pequeña sesión de caricias empezó en sus labios, el vampiro quería detenerse hasta que sintió una caricia de los muslos fuertes de su pareja acariciar su entrepierna. Un jadeo suave pasa por los labios del albino mientras se sube al fuerte cuerpo de su amado.

–Nicolau, no creo que sea buen momento para....oh...

Un jadeo salió al sentir como las posaderas de Nicolau se comenzaron a frotar suavemente encima de él. Los pequeños gemidos de Nicolau le comienzan a quitar la tranquilidad, últimamente su apetito sexual se desbordaba donde sea, es normal que el vigor sexual de los vampiros siempre estuviera alto. Pero el vigor de su pareja era más seguido desde que consumaron su amor. Ahora sin pudor lo hacían casi donde sea, una vez entre la sombra de los viñedos mientras lo embestía y lo hacía gemir con potente voz, otro día fue en la media noche mientras nadaban en el río. Le quito los tirantes y rasgo su overol y comenzó a penetrar a su amado albino ahí en medio de la noche.

Y nuevamente eran tan rápidos que Nicolau solo se quitó la parte baja de su ropa lanzándola coquetamente mientras sigue acariciando con sus nalgas desnudas el libido miembro de Benet que amenaza con romper la tela del pantalón, la vista del miembro rojo e hinchado de Nicolau con aquellas mejillas sonrojadas alimentaba las ganas que tenía el vampiro por dejarse llevar. Los labios del albino besan el cuello del vampiro quien no se queda atrás y rasga la playera del chico dejando ver uno de su rosados y sensibles pezones que adora morder, lo lame con voracidad sin perder el tiempo, los cabellos blancos como la nieve del chico se despeinan con al tosca mano del vampiro acariciando su nuca, mientras ambos dan gemidos bajos.

Libera su miembro de la tela y juguetean entre risas y lascivos comentarios lo que paso la última vez que tuvieron sexo. Literalmente un granjero los vio teniendo sexo en un árbol donde Nicolau había subido, terminaron corriendo de ahí subiéndose la ropa apresurados. Claro Benet pudo usar fácilmente su hipnosis e indicarle al humano que se fuera. Pero no sería tan divertido darse esos encuentros salvajes a mitad de la noche.

Sujeta la cadera de Nicolau, metiendo un dedo húmedo por su entrada para volver a penetrarlo, haciendo movimientos circulares lentos y excitantes para que su amado albino se goce el contacto con los largos y gruesos dedos del vampiro, se sostiene del cuello de Benet mientras mete el segundo dedo, y después no hubo mucho problema después para meter el tercero. El dulce ano del albino se estaba acostumbrando a la enormidad que entra por su cuerpo y eso le encantaba a los dos. Significaba menos tiempo para ser cuidadosos y más tiempo para disfrutar de una sesión de sexo vigoroso.

Sujeta sus piernas, las coloca a los costados, irgue su enorme pene para después penetrarlo. El gemido de Nicolau sale fuerte y sonoro mientras siente nuevamente como Benet lo embiste con suavidad y comienza un gentil vaivén en su cerrado interior que disfruta de la enormidad de su amante. Cuan delicioso y dulce momento que desean sea eterno.

–Más rápido por favor..

Le suplica en el cuello a su amado vampiro. El olor de la sangre del chico tan cerca de él lo está haciendo perder sus cabales. Era tan delicioso, lo amaba, lo amaba tanto. Todo de él.

Su cuerpo, sus pensamientos de pequeños celos por que le preste más atención a las plantas que a él, su voz, sus detalles como el collar de joyas preferido del vampiro, quererlo cuando los tiempos eran tempestad y no veían el futuro con buenos ojos. Ahí estaban los dos, no se han separado, adoraba todo eso de Nicolau lo amaba, vuelve a embestirlo con más fuerza, lo sujeta con firmeza y se prende a sus labios fuertemente. Le mira a los ojos con mas que deseo.

Cada vez las embestidas más acaloradas y el sudor del chico resbalan por su cuerpo mientras más fuerte le da placer, acaricia su miembro y en ese punto casi ni siquiera es necesario que lo toque para que llegue al orgasmo. Lo toma de frente y sus ojos carmesí miran con voracidad del cuerpo y el rostro de Nicolau.

A medida que se acercan al orgasmo, los gemidos de ambos resuenan fuertemente, mientras hacen rechinar la silla, Benet se tuvo que poner de pie y sostener con sus brazos el cuerpo de Nicolau.

Mando la silla al carajo al partirla con la fuerza que estaba embistiendo a su amado albino. Ambos ríen mientras se besan nuevamente, estar de pie no le impedía al vampiro seguir dándole embestidas fuertes llenas de placer.

–Benet cariño, ya habíamos hablado de que debes de dejar de romper los muebles.

Al buen chico le cuesta hablar con esas embestidas que desbordan sus insanos pensamientos, mientras el vampiro lo estampa contra la pared para seguir embistiéndolo.

– ¿De quién será la culpa?

El sonido de sus risas se escucha mientras siguen moviendo sus caderas con frenesí. El pantalón del vampiro se resbala de sus caderas al estar de pie y se cae al piso dejándolo desnudo por completo, aleja de una patada su ropa mientras sigue besándose con voracidad los labios de Nicolau.

Acelera las embestidas para llegar al orgasmo en el interior del chico. El albino hace su cabeza para atrás recuperándose del orgasmo brutal que libero su cuerpo. El vampiro se acerca a su cuello.

– ¿Te quedarías conmigo?

Pero ese ambiente excitante se fue en el instante en que el vampiro dijo aquello, Nicolau se endereza del orgasmo agitado con pesadez y le mira a los ojos. Su mirada era todo menos complaciente, más bien confundido.

–Yo... ya estoy contigo...

Los cuerpos se restriegan sudorosos mientras el albino se suelta del cuello de su amado y se pone de pie en el piso, el vampiro le abraza con cariño confundiendo aún más al chico.

–Me refiero a que si te quedarías conmigo siempre, como lo hemos hecho hasta ahora, en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza. Permitiéndome que yo...te convierta en vampiro...

Al comprender el significado de las palabras Nicolau se aleja de él. Dejando los brazos de Benet vacíos, la sorpresa se deja ver en su rostro. ¿Renunciar a ser humano?

Benet no se cree que lo acaba de dejar con la palabra en la boca.

¿Estar juntos por el resto de la eternidad?

Nicolau se sonroja de sobremanera, pero era un tipo de vergüenza diferente. El torpemente recoge su ropa del suelo y se viste rápidamente y se acomoda su overol ante la vista expectante del vampiro.

– ¿Nicolau?

Le llama la suave voz ronca de su amado. El vampiro se sube nuevamente el pantalón mientras espera la respuesta.

– ¡Acabo de olvidar algo importante en la tienda del pueblo!, ¡Yo... no tardare en regresar es solo un pequeño detalle!

–Nicolau...

– ¡No me tardare nada te lo juro!, ¡Es solo una pequeñez!

Su risa nerviosa sale con apresuración, mientras toma su morral en la espalda y Benet no puede saber en qué demonios está pensando su amado, no puede leer su enmarañada mente.

– ¡Te quiero mucho!, ¡No me tardo!

Al cerrar la puerta sale corriendo como alma que lleva el diablo en dirección al pueblo.

Benet mentalmente se talla la cara con mortificación, pensando en lo mucho que se equivocó en decirle eso a su pareja. Y mentalmente se prepara para el rechazo.

Pero Nicolau estaba corriendo buscando una tienda de joyería abierta.

"¡Un anillo!, ¡Un anillo!, ¡¿Dónde carajos esta una joyería abierta?!"

Mientras recorre el pueblo de tremo a tremo, buscando una joyería abierta. Aunque no lo parezca Nicolau está muy enamorado del vampiro, lo suficiente para saber que su respuesta es un rotundo sí.

Si, quiere pasar su tiempo con Benet, llámenlo impulso, llámenlo inocencia. Pero quiere pasar el resto de la eternidad con Benet.

Si, está enamorado, está loco por el vampiro, lo ama. Lo ama lo suficiente para recorrer de tremo a tremo cada joyería. Y necesita urgentemente un anillo, un anillo con un rubí, o tal vez con un zafiro. ¡O tal vez de solo oro!

Cuando llego a una joyería abierta suspiro aliviado. Entro por la puerta agitado. Mientras un hombre mayor estaba en el vidriero atendiendo.

– ¡Buenas tardes!, ¡Necesito un anillo de compromiso!

– ¡Oh!, ¡Eso es muy adorable muchachito! ¡Pasa sin pena!

Nicolau fue directo a la vitrina buscando un anillo que le quede bien a su amado.

– ¿Es para Benet, no es así?

El muchacho asiente al señor, ese hombre era un brujo bastante liberal y despreocupado, pero en realidad era un señor muy amable. Y sabia de la relación entre ellos dos. No los miraba con malos ojos.

– ¿La harás la gran pregunta?

–En realidad el me la hizo a mi señor, pero... me puse nervioso porque vi que no tenía anillo.

–Oh, qué lindo es ser joven. ¿Sabes? Me llego un cargamento de joyería barroca hace poco. Una selección de anillos en oro blanco con incrustaciones de diferentes diamantes.

– ¡De oro blanco!, ¿Tiene con algún rubí o zafiro en él?

–Creo que sí, mira están justo aquí. ¿Tienes la medida del dedo anular de Benet?

– ¡Si señor!

El chico tenía en su mano anotado la medida de Benet, desde hace un tiempo cuando Benet estaba dormido a su lado le tomo la medida a su dedo anular. Ahí donde debía ir el lazo de unión que desea tenga su nombre escrito. Se la entregó al amable señor.

–Pues algo podemos hacer, espera un momento.

Nicolau espera con agitación y con una sonrisa dibujada en su rostro. ¿Cómo debería regresar a decirle a Benet?

En lo que se quedó solo en la joyería, en lo que el brujo vuelve decide practicar en solitario como decirle a Benet aquella pregunta que anhelaba en sus sueños desde hace un tiempo.

"¡Hola Benet amado mío! ¿Me harías el honor de desposar tu mano?"

No eso suena común y torpemente dicho a la carrera. Prueba otra.

"Benet, eres el hombre de mi vida. Me dejas sin aliento cada que te tengo cerca. Estoy loco por ti, ¿Me permitirías seguir loco por ti el resto de la eternidad?"

No, muy cursi seguro. Inténtalo de nuevo.

"Mi amado vampiro, conocerte aquella noche invernal en Moscú fue la cosa más maravillosa que me pudo pasar. Te amo, te amo tanto que sé que mi decisión es acertada. Benet, mi amado vampiro de melodiosa voz de ángel, ¿Te casarías conmigo?"

¡Perfecto!, es justo lo que quería. Justo como se lo imaginaba. Nicolau toca su cuerpo y sus labios donde lleva en su alma la esencia del vampiro, en sus labios su sabor, en su cuerpo sus caricias deleitosas. Y en su corazón su amor.

Han pasado seis años y sigue más que enamorado de él, lo amaba. Vuelve a suspirar tocando donde aquellas caricias marcadas en deseo del interior de su cuerpo. Sintiendo como tenía en su labio inferior la arca de una mordida de los dientes de Benet. Los palpa con la yema de sus dedos, vuelve a sonreír dejando que pequeñas risitas pasen por sus labios.

En la joyería entra una silueta vestida de uniforme, una aspiración de las fosas nasales quita del trance enamoradizo a Nicolau. Cuando se vuelve a la persona que llego a la tienda pensó que seguro era otro cliente.

Hasta que vio el uniforme del cosaco y se le enfría la sangre.

La sonrisa de Dmitriy se ensancha cuando ve que era nada más y nada menos que aquel chico que fue su jornalero.

–Pero que pequeño es el mundo Vladimir Ivanovich. No sabía que también estabas en España. ¿Porque me miras así? ¿No me recuerdas acaso?

Nicolau se agita asustado ¿Por qué trae el uniforme de los cosacos? ¿Por qué esta ahí? ¿Por qué le hace preguntas? Contesta con los nervios a tope pero intenta creer que no lo está buscando, si piensa que es Vladimir. No debería porque sospechar ¿Verdad?

– ¡Hola Señor Vólkov! ¡Ha ...pasado un tiempo desde que nos vimos!

–Seis años se pasan volando y en un suave suspiro. ¿No lo crees? Cuéntame, ¿Qué ha sido de tu vida y la de tu tutor? ¿Se ha mejorado? La última vez me dijiste que estaba enfermo.

La mirada y el tono de voz de Dmitriy eran burlones, tal pareciera que jugara con un ratón en las garras del gato.

–Hemos ...pasado la crisis al irnos...estamos mejor aquí...

Le contesta nervioso, tal vez en verdad no sabe quién era e verdad. Físicamente era muy diferente de cómo se veía en Moscú, ya no era delgado, debilucho y de cabello corto, ahora era musculoso, más alto y de cabellos atados en coleta que se deja caer en sus hombros. Esta bronceado por el sol, su actitud es más atrevida que antes. Pero aun así logro reconocerlo. No podía confiarse.

–Su majestad no se ponga nervioso, simplemente quiero que se sienta seguro.

No por favor. La mente de Nicolau esta que se quiere morir. No podían hacerle eso, no podían. No en ese momento. No cuando estaba por tener uno de los momentos más felices y hermosos de su vida.

"El destino no puede ser tan cruel" Piensa para sí mismo Nicolau cuando su cuerpo empieza a temblar de Dmitriy lo toma del hombro.

–El destino puede llegar a ser infinitamente cruel con todos por igual su majestad. No tenga miedo, vengo a llevarlo a casa sano y salvo. Es probable que este en trance sin que lo sepa. A veces ni siquiera lo puedes sentir. Puedo decir que es probable que sea un vampiro el que te tiene en hipnosis. Ninguna otra criatura de la oscuridad tendría tanto poder como un vampiro para lograr esa hazaña.

–Por favor, déjeme ir .... Usted tampoco es humano...

Pide Nicolau mientras quiere soltarse del agarre firme que le está dando el hombre oso. Era obvio que se dio cuenta al ver que supo lo que pensaba.

–Soy un hombre bestia su majestad, un hombre oso. Soy lo suficientemente para matar al bastardo que lo tiene en trance. ¿Acaso es aquel vampiro que se dice lo salvo en aquel atentado? ¿Es el tal Benet D' La Rosa?

–No, no es él.

Sin rechistar y sin dudar quería quitar la culpa de lo que sea que le quieran hacer a Benet, no le importa volver al frio infierno que fue aquel palacio en Rusia. Pero a Benet nadie le pondrá un dedo encima.

–Su majestad no tenga miedo, puedo decir que es él. Lo acaba de pensar también. No luche, ahora venga conmigo...

–Suéltame....

–Deje de forcejear su majestad....

– ¡He dicho que me sueltes!

Nicolau se suelta del agarre mientras corre a tropezones a la puerta y sale corriendo. Lo más lejos que pueda, pero cuando sale corriendo se topa con un fuerte pecho que lo sujeta firmemente de los costados. Otro cosaco estaba sujetándolo con fuerza para que no pudiera escapar. No era solo un cosaco, era una tropa entera, los hombres lobo intentan mantener quieto al muchacho. Era más fuerte de lo que parecía, físicamente les estaba dando pelea.

El brujo salió al escuchar el ajetreo afuera. Viendo como aquellos cosacos cargaban de las extremidades al chico, quien se debatía fuertemente intentando liberarse de los poderosos brazos que amenazaban con casi desmembrarlo a la fuerza. Cuando salió quiso detener desde la puerta al cosaco Dmitriy, quien de su espalda ya tenía fuera la escopeta, el brujo quería ayudar a Nicolau diciendo que el chico no había hecho nada malo. Pero cuando le puso una mano en el hombro al hombre oso este le metió un golpe a la cabeza con la escopeta. La sangre cayo de su cabello y el cosaco apunto a la cabeza del pobre brujo y le metió un plomazo que mancho las paredes y la vitrina con su sangre. El estruendo sonoro se escuchó dejando que los civiles se alejaran asustados, Nicolau llora al ver como mataron al pobre hombre. Los gritos de una mujer se alejan con temor, los vampiros o lobos se alejan. Eran cosacos y eran hombres bestias. Eran peligrosos y bastante letales, nadie se creía que unas bestias trabajaran para el zar.

–Tenemos que averiguar dónde mierda esta ese vampiro, háblale a Fabio. Él tiene que tener la dirección exacta.

Cuando Nicolau escucho el nombre del amigo de Benet se volvió a mirar hacia Dmitriy con lágrimas en los ojos.

Fabio....¿Los vendió?....

–Fue Fabio....

Dijo de manera más calmada mientras los cosacos lo seguían sujetando. Su cabeza se agacha adolorido, no debieron confiar en ese tipo. No debieron.... Con razón les insistió en quedarse unos días más en Prada, les había atrasado para que los cosacos pudieran llegar antes de su partida.

–No se preocupe su majestad, si gusta también nos cargaremos a ese vampiro.

–Por favor..., iré a Moscú. Regresare sin rechistar lo juro. Pero por favor no toquen a Benet.

El hombre oso se acerca, no era mala idea, si aceptaba ir por las buenas entonces se pueden marchar.

– ¡Me temo que eso no pasara hijo mío!

Retumbo una voz desde lejos, se acercaba con paso rápido. Ahí en las calles de aquel pueblo alejado de todo. Estaba el Zar Alejandro fumando una pipa, Nicolau reconocía en sus más fieras pesadillas la silueta de su padre. Pero eso era horrible, no podía ser la vida tan cruel por dios.

–Padre....

Llama Nicolau, el Zar le mira con una sonrisa y cariño.

–Mi querido hijo, esa sanguijuela mal parida está apunto de conocer lo que es volver a morir.

–No....por favor....

–El vampiro me dijo que estaba en la pradera, en unas parcelas de trigo al norte no muy lejos. Vayan de una buena vez.

Benet estaba nervioso esperando la llegada de su amado Nicolau. Ya se estaba tardando. ¿Volverá cierto? Nicolau no se iría sin más, cuando vuelva tienen que hablar seriamente sobre su futuro juntos.

Cuando vio que se estaba tardando demasiado se vistió para ir a buscarlo, no pueden postergar esa charla. Necesita pedirle seriamente como es debido. Decirle que se case con él. Que lo amaba.

Cuando se vistió salió por la puerta, dejando que el ocaso se viera por su costado. Se fue a buscar al albino al pueblo, salió del sendero cuando escucho una marcha desde las sombras. Una sonora marcha fúnebre de botas al unísono. Pero cuando percibió el aroma de Nicolau y se quiso asomar unos brazos le tomaron por la espalda arrojándolo con fuerza al suelo y revolcándolo en la tierra.

– ¡Aquí está su majestad!

Para los ojos expectantes de Benet reconoció la voz de Fabio.

– ¡Fabio que mierda estás haciendo!

– ¡Perdona Benet yo también tengo una familia que proteger!

Cuando los cosacos lo vieron en el suelo no tardaron en darle patadas fuertes por los costados.

Los gritos de Nicolau no se hicieron esperar cuando vio como golpeaban a su amado. Benet se levanta rápidamente rajándole el cuello con los dientes a un lobo. El derramamiento de sangre no se hace esperar cuando comienza a pelear con los lobos, pero era una tropa de más de treinta lobos y un hombre oso. No podrá con ellos, no eran tan débiles como los humanos.

Sujetaron al vampiro que se debatía entre todos los brazos de los lobos, dejándolo a la merced del su majestad quien le veía con asco al ver que en el cuello del vampiro estaba el collar que debía ser de la propiedad de su futuro nieto. El collar de rubíes de oro que no debía ser de nadie.

–Oh Benet, ¿De verdad pensabas que lograrías escapar de mí?

Su voz era seria y veía como el vampiro empujaba y se debatía con furia mirándolo con desprecio y odio puro. Ni siquiera le podía hablar ya que todos los brazos de los cosacos lo detenían para que el zar le hiciera lo que quiera.

–Pero olvidaste el detalle de que yo...

Rasga el abrigo del vampiro dejando que su cuerpo de vea y se recalque el collar, la mano del Zar tomo el collar firmemente, enfureciendo al vampiro, Benet amaba ese collar, era el máximo símbolo de amor que tenia de Nicolau. Era suyo de su propiedad.

– ¡YO SOY EL ZAR ALEJANDRO! ¡ASQUEROSO PERRO DESGRACIADO! ¡TU NO ERES NADIE!

El zar arranco de un fuerte tirón el collar, partiéndolo en pedazos y viendo como el vampiro se le iba encima con todas su fuerzas, moviendo por un instante a los treinta hombres que los sujetaban. Los colmillos del vampiro casi rasgan la cara del Zar, pero este se apartó sin cambio de humor. Arrojo el collar a la tierra y le escupió con asco. Otros cosacos llegaron con los fierros incandescentes para desmembrar al vampiro, así se torturaba a los vampiros. El fuego los mataría y los haría gritar, Nicolau era firmemente sujetado por Dmitriy quien veía las lágrimas en los hijos del chico. Quien suplicaba por piedad.

– ¡Padre!

Llamo el albino nuevamente, el Zar se acercó a su hijo a sabiendas de que pronto quemarían al vampiro.

– ¡Hare todo lo que tú quieras padre!, ¡Lo que sea que quieras, por toda mi vida si es necesario!, ¡Pero dale misericordia a Benet por favor!, ¡Por favor padre te lo suplico!

Nicolau se soltó del agarre del hombre oso para caer de bruces al suelo sujetando las piernas de su padre pidiendo piedad por la vida de Benet con lágrimas vivas en sus ojos.

– ¡Por favor mi Zar!, ¡Por favor padre perdónale la vida!

Por Benet esta dispuesto a incluso lamer la suela del Zar con tal de que lo perdone, a humillarse suplicando como un perro por comida.

La piel del vampiro se quemaba con los rayos del alba que le estaban haciendo gritar.

Para su suerte eso rindió frutos en la lastima de su hijo. Acaricia la cabeza de su hijo con cariño y una sonrisa socarrona y maliciosa.

–Está bien hijo mío. Lo perdonare y no lo matare.

– ¡Gracias padre! ¡Gracias por tu misericordia!

Tomo del cuello a su hijo y lo levanto del suelo y le seguía sonriendo.

–Pero eso no lo salvara de su tortura. Aten a mi hijo y metándolo en la carroza.

Le señalo al cosaco Dmitriy quien asiente con calma. Mientras vuelve a tomar a su hijo en brazos quien se debate suplicando que no lastimen a Benet. El Zar fuma una pipa con una sonrisa traviesa mientras mira al hombre oso.

–Felicidades Dmitriy, te ganaste tu derecho a ser el líder de los cosacos. Mi buen Atamán. También manda a pedir que aten al vampiro que vendió a mi hijo. Y también a su familia. No dejare cabos sueltos.

El hombre asiente con gratitud mientras vuelve a forcejear con el chico quien esta partido en llanto y gritos coléricos mientras era amarrado con una camisa de fuerza que poseían los cosacos.

Benet observa cómo se llevan a su amado Nicolau. El vampiro quiere liberarse pero no poseía a fuerza para soltarse. Grita su nombre, con su alma desgarrada al ver como lo apartan del amor de su vida. De su amado príncipe, de cuyas tempestades les ganaron y no lograron huir a tiempo.

Tal parece que Benet olvido lo que tanto se prometió a el mismo. Al ver como Fabio lo traiciono.

"Nunca confíes en nadie"

Se quedara gravado en su memoria por siempre mientras ve como su amado grito su nombre.

– ¡BENET TE AMO! ¡POR FAVOR NO LO LASTIMEN!

El vampiro mantiene su vista fija como un animal que se quiere liberar bruscamente, de cómo le entierran las uñas para inmovilizarlo y su vista solo está en cómo se llevan lejos a Nicolau.

–No maten al vampiro, después nos desharemos de él. Por ahora déjenlo ciego.

Dijo un lobo a sus compañeros para después tomar un fierro incandescente con la fogata que habían prendido para empezar la tortura.

– ¡NO!, ¡BENET MI AMOR!

Suplicaba Nicolau mientras lloraba, su felicidad fue arrebatada con crueldad en la cúspide de la felicidad que decidió ir en picada acabando con toda su sanidad.

– ¡NICOLAU!, ¡VOY A ENCONTRARTE AUN QUE SEA LO ULTIMO QUE HAGA!

No pudo ver como se fue la carroza cuando un fierro de doble pico se precipito en sus ojos quemándole la vista, haciéndolo gritar desgarradoramente mientras se debatía entre los brazos de las bestias quienes casi se quedan sordos ante el grito de dolor.

– ¡TE AMO!

Grito el vampiro a todo pulmón. Pero ahora nadie lo escucharía mientras Nicolau estaba demasiado lejos para verlo.

Ahí en la lejanía estaba su amado humano. La única persona que había visto suplicara por su vida. No lograron sobrevivir ante todas las tempestades. No lograron vivir libremente. El alba se ensombrece dejando paso a la noche. Las criaturas del lugar se cubren sus oídos asustados y tristes por semejante aberración que estaba ocurriendo.

"No lograron ser felices los pequeños retoños de amor"

"El amor no lo logro"


Fin del capítulo 19.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top