Un regalo de Egipto
Días después, Taehyung le vendó los ojos a Jungkook y lo trasladó a otro lugar, justo como le habían ordenado que lo hiciera. Galba había hecho esto con el único propósito de que ambos estuvieran solos un momento y, a juzgar por el silencio de su acompañante, podía asegurar que también era vagamente consciente de esto, de que se trataba de un plan para propiciar que tuviera un momento íntimo con Jungkook.
—Me gustaría preguntarte algo. ¿Realmente tuviste relaciones sexuales con Lord Galba? —Pero Jungkook seguía sin poder responder nada. Ni aunque quisiera hacerlo.
—No me has hablado desde hace días. Está bien, no voy a preguntar al respecto de tu silencio. Solo... Cuando tenga razón, mueve la cabeza de arriba para abajo y de izquierda a derecha cuando esté equivocado ¿De acuerdo? ¿Puedes tan solo hacer eso? —Taehyung le susurró a su oído para que los guardias que estuvieran cerca no pudieran entender, con la esperanza de poder comunicarse con Jungkook.
—¿Es ese niño...? ¿Es mi hijo?
...
No podía responder a esa pregunta, pero tampoco quería seguir mintiendo así que solo lo evitó y miró hacia abajo sin hacer ningún movimiento.
—Galba... ¿El bebé está siendo tomado como rehén por él?
Jungkook se mordió los labios con fuerza. Ni siquiera asintió o sacudió la cabeza hacia la izquierda o hacia la derecha como le había dicho, pero la tristeza y desesperación que vio en sus facciones debió haber sido suficiente para hacerle entender a Taehyung que tenía razón y que todo allí estaba mal.
—Entiendo. No me importa mucho que ese bebé sea mío o de Galba. Te ayudaré de todas formas, como sea es tu hijo y eso es suficiente para que quiera ayudar a ese niño. ¿Crees poder volver al Reino de Egipto por tu cuenta? —Jungkook asintió ante esas palabras.
Sin embargo, lo único que pareció repetirse en su mente fue "No me importa mucho si ese bebé es mío." Fue tanto así, que tuvo que sostenerse el pecho al sentir como crujía de dolor.
—Tú y tu bebé no son los únicos que han sido traídos aquí y retenidos a la fuerza ¿Sabías que muchos de los ciudadanos del Reino de Egipto fueron tomados como esclavos? Están en un calabozo ahora mismo.
Jungkook apuntó la cabeza a Taehyung.
—Entiendo. Está bien, no es culpa tuya. Voy a conseguir un barco para que todos ustedes puedan irse de aquí. ¿Bueno? Déjalo en mis manos.
¡...!
¿Qué estaba diciendo ese hombre? ¿Sabía lo que pasaría si hacía eso? En respuesta a su preocupación, Taehyung le sonrió.
—Está bien. Hey, está bien. No pongas esa cara. No vale la pena que te preocupes por mí. Yo soy el objeto del odio de Galba y no quiero que te involucres más en eso. Me cuidaré solo, tú tienes que ver por ti, y también por alguien más. Eso es lo importante.
¡Pero no podía permitir que Taehyung se pusiera en peligro por él! Mientras pensaba en esas cosas y trataba de buscar su mano, lentamente llegó a un espacio bastante ruidoso y cuando finalmente le quitaron la venda de los ojos y los abrió, descubrió que estaba en un lugar espacioso y que, en vez de Taehyung, estaba con Galba en una arena circular iluminada por el sol. A la izquierda y a la derecha había comenzado a soplar un viento bastante cálido y abajo de ellos la tierra se levantaba tanto que llegó a pensar que estaba en el desierto de nuevo.
—Que bueno que apareciste, comencemos de una vez. —Ante la señal de Galba, un león enorme, de aspecto feroz y hambriento, fue lanzado a la arena de luchas al ritmo de miles de vítores diferentes. Junto con el gruñido del animal, su sombra oscura pareció estar claramente grabada en el suelo como para comprobar su gran tamaño.
—Por favor, toma a Quinn. No querrás que comiencen a malinterpretar lo que somos en un día tan especial como este ¿No es verdad? —Le pasó al pequeño niño de los brazos de Taehyung después de besarlo en la mejilla. A él lo besó en la cabeza.
—Muy bien.
Ya entendía todo. Hoy era el cumpleaños del cónsul Galba y por eso mismo había traído a la escena a Jungkook, quien era su amante, y al bebé que parecía estar lo suficientemente adormilado como para abrir los ojos por más de un minuto entero. Su hijo, que aún era muy pequeñito, tenía cabello dorado y pupilas muy parecidas a las de su madre. Después de todo, era idéntico a quien vio en ese sueño.
“(Pensé que había perdido mi poder porque estaba embarazado... Pero tal vez todavía tengo algún tipo de magia)”
Mientras sostenía a su niño contra su pecho, Jungkook recordó que todo esto también había aparecido en una de sus visiones una vez. Por supuesto, había llegado a pensar que su cachorro era el hijo de Galba cuando resultó ser el de Taehyung y si ese era el caso, entonces significaba que él iba a pelear una batalla mortal contra un león.
—He traído al hermoso Faraón del Reino de Egipto como un regalo.
...
¿Un regalo?
—Es mi amado compañero, por supuesto. Pero esta noche, para honrar nuestras tradiciones, este Rey Omega será el regalo para el ganador. Solo el que desafíe a mi león y se convierte en el vencedor absoluto va a poder cogerse a esta dulzura.
—¡Um! —Quería gritarle que era un desgraciado, pero lamentablemente no era posible.
¡Este hombre quería socavar la autoridad del Faraón del Reino de Egipto solo por venganza!
Mientras el público armaba un escándalo considerable, hombre tras hombre saltaba a la arena para desafiar al león y así ganar el derecho a estar con Jungkook. Sin embargo, eran derrotados casi de inmediato por la bestia y hasta ese momento ya iban diez hombres muertos y fue honestamente asqueroso ver a tantos cuerpos desmembrados.
“Ya basta. ¡Yo sé lo que estás haciendo! ¡Es otro truco para burlarte de Taehyung por ser un gladiador! ¡Deja de hacer que tanta gente muera innecesariamente!”
Claro, no podía hablar, pero estaba moviendo desesperadamente la boca mientras lo tomaba de la manga y Galba pudo leerlo en sus labios.
—No, un cónsul romano no puede terminar la competencia sin tener un ganador. —Fue la respuesta a sus suplicas.
—Entonces, yo lo seré —Taehyung, se postulo entonces para realizar la tarea.
Jungkook todavía con su bebé entre los brazos, se levantó y trató de detenerlo. Sin embargo, la mano de Galba lo sostuvo, apartandolo de él.
¡...!
¿¡Qué demonios estaba haciendo!? ¡Era muy fácil para su tío provocarlo!
Taehyung se puso su armadura, pero no usaba casco. En su lugar, solo estaba sujetándo un escudo y una espada que agitaba de un lado a otro a medida que entraba en la arena de luchas. El sol del Mediterráneo brillaba para hacer que las espesas sombras de Taehyung y el León se pintaran en el suelo y entonces, la audiencia guardó tanto silencio que el rugido del animal se escuchó tres veces más potente de lo que había sido. Sin embargo, Taehyung no cambió su expresión y miraba directamente al león sin inmutarse o retroceder.
Escudo en su mano izquierda.
Una espada en su mano derecha.
Se situo en mitad de la arena —Estoy listo.
El león rugió con fuerza y, sus patas delanteras se levantaron de una manera que parecía estar apuntando a sus hombros.
—¡Ugh!
El escudo de Taehyung derribó el cuerpo del león en el último minuto, cuando esté se dispuso a atacarlo, haciendo que rodara por el suelo con un fuerte estruendo. En medio del polvo que se levantó, el animal rugió de ira e inmediatamente después se incorporó, arañando el suelo con sus patas delanteras para poder abalanzarse una vez más sobre el hombre.
¡¡¡...!!! —Jungkook intentó gritar otra vez.
El escudo de Taehyung detuvo la carga del león y, por consiguiente, la audiencia se sacudió en gritos bastante emocionados. Galba se veía muy feliz por todo este espectáculo pero, Theo, que estaba sentado detrás de él, miraba fijamente la espalda de su padre adoptivo como si quisiera arrancarla. Fue una vibra tan fuerte que, por un momento, a Jungkook le llegó una visión de él intentando matar a Galba. ¿Odio? No, era una intención asesina lo que podía percibir en ese momento viniendo de Theo.
“(Él... Realmente odia a su padre adoptivo.)”
—¡Mátalo!
Se sobresaltó y miró hacia el frente de nuevo. Taehyung estaba luchando contra el león en el suelo. Jungkook contuvo el aliento y abrazó a su pequeño bebé cuando lo vio hacer pucheros.
—¡...!
“(Detente… ¿Por qué? ¿¡Por qué estás haciendo algo tan peligroso!?)”
Taehyung parecía estar debilitándose poco a poco, esquivando al león con su escudo en la mano mientras levantaba la espada en lo alto con la otra. Incluso las sombras de sudor, que goteaban por el cabello del hombre, estaban claramente grabadas en el suelo junto con las sombras oscilantes de la melena del animal.
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¿Cuánto duró la lucha del león con Taehyung? Hasta el momento en que la ardiente puesta de sol coloreara el cielo del oeste y entonces, inmediatamente después los soldados comenzaron a formarse en una esquina de la arena para encender todas las antorchas que tenían disponibles.
El chirrido de las llamas parpadeantes y la respiración salvaje de los leones era lo único que resonaba en ese lugar.
—Um. No se da por vencido ¿Eh? Ese hombre... Parece estar realmente enamorado de ti.
“Sí.”
—Aunque tal vez como los demás, solo quiere cogerte.
—... Ser el Faraón del reino de Egipto, me volvió popular. —Dijo, moviendo los labios y esperando que lo entendiera incluso sin hablar. Sin embargo, sonrió al pensar que no se había dado cuenta de que Taehyung quería ayudarlo.
—Me hace feliz imaginar tu figura distorsionada, ahogada en placer mientras la persona que amas te ataca con odio y te obliga a tener sexo. Mi deseo, es que Taehyung te humille todos los días, cada instante hasta hacerte sentir tan infeliz que desees la muerte. Empezando por ahora.
...
Era un imbécil.
Roma eventualmente perecería si era gobernada por un hombre así. No, seguramente podría suicidarse antes de ver que algo como esto se volviera real.
—¿Entendiste?
Finalmente, el león que ya había sido herido múltiples veces por la espada de Taehyung, dobló las patas delanteras y cayó al suelo como si se resignara a perder ante él. Por supuesto, inmediatamente después de esto el público comenzó a festejar la victoria del gladiador.
—¡Mátalo!
—¡Mátalo!
Gritaba la multitud enrarecida, exigiendo que Taehyung acabará de una vez con la vida del león, así que Galba se levantó para darle sus felicitaciones y hacer silencio.
—Ya los escuchaste. Dame la vida de ese león como muestra de tu lealtad y entonces, aceptaré que tomes el premio. —Galba miró fijamente a Taehyung, quien hacía lo mismo en su dirección y no pasó mucho tiempo antes de descubrir que había un enorme odio reflejado en sus pupilas. Después de todo, el cónsul parecía estar viendo en él la sombra del hombre que alguna vez amó.
—Como usted quiera, señor.
Esa noche, después de que terminara la justa, frente a la gran jaula que rodeaba a los leones con los que había peleado, Taehyung parecía estar completamente decidido a hacerle el amor al Faraón y al parecer, el lugar al que los habían mandado para eso se trataba de un espacio utilizado por el cónsul para escapar del calor durante el verano o simplemente, un tipo de estudio cuando quería un poco de privacidad.
Desde la ventana se veía el mar, iluminado por una enorme luna y de vez en cuando, se escuchaban las gaviotas al pasar muy cerca del agua. Allí, había una cama enorme cubierta con una tela oscura y un jarrón al lado con rosas y pétalos esparcidos en el buró y en el suelo.
—Tú eres mi recompensa hoy. Creo que es lo menos que merezco —Jungkook lo miró sin pestañear.
Los leones estaban a sus espaldas y, por supuesto, ellos no eran los únicos que parecieron estar atentos a cada cosa que decían o que pasaba entre los dos. Es decir, fue muy obvio que Galba estaba en el otro extremo observandolos y Taehyung, por la forma en la que actuaba y se movía sobre la cama, posiblemente también estaba enterado de la situación.
—Al menos espero que sirvas para algo. —Jungkook analizó las palabras de Taehyung y la manera en la que lo estaba tratando, de un modo en que se sintió un tanto agresivo.
Luego, se sentó a horcajadas sobre las rodillas de su pareja y dejó que su verga le tocara la parte inferior de las piernas y también, la entrada de su culo.
—Uh... ¡Um!
Al final, no esperó ni un segundo antes de meterse muy dentro de él sin siquiera dilatarlo.
—¡Ah! —Jungkook gritó de dolor.
Los leones detrás de los dos estaban gruñendo y en el momento en que Jungkook miró en su dirección para asegurarse de que la reja estuviera bien cerrada, entonces notó que ciertamente había una pequeña ventanita al fondo desde donde Galba debió estar mirando el encuentro.
—Faraón le suplico que me perdone por esto... Por favor, haz todo de forma un poco más exagerada. Muevete más y grita, que parezca que te estoy haciendo daño. Lord Galba nos está mirando.
...
—Te ayudaré a irte esta noche, cariño. Lo prometo. Tú, tu gente y el bebé. Así que... Solo por esta vez... Perdóname por tratarte así dulce Omega.
Como si todo estuviera bien planeado para tapar la situación, los leones estuvieron rugiendo y dando vueltas dentro de la jaula una y otra vez durante toda la noche, para camuflar sus palabras
—Te amo, Jungkook. Todavía te amo, no importa que pase nunca dejare de hacerlo.
El terror y el placer se mezclaron dentro de su cuerpo. Jungkook se balanceó sobre Taehyung y se retorció como si el dolor estuviera explotando incluso en sus articulaciones.
—Hmmm...
Sus rodillas y la parte interna de sus piernas estaban temblando muy fuerte e incluso parecia que los calambres habían llegado también hasta un punto extraño dentro de su panza. De entre su ano y en la punta de sus genitales goteaban semen y secreciones, su pecho estaba subiendo y bajando igual a si estuviera completamente intoxicado.
—Ah...
Dejó escapar un suspiro inquieto e inmediatamente después movió sus caderas para buscar su propio placer.
—Faraón Jungkook... Mi hermoso Omega. —Taehyung le cubrió los labios con los suyos y lo besó.
—Hmm...
A diferencia de la temporada de apareamiento, no se había estado mojando desde antes de comenzar con el encuentro y tampoco parecía estar sensible a sus toques. Era solo que Jungkook y él habían compartido la cama tantas veces que ahora podía tomar su placer sin mostrar ningún tipo de dolor, así que debía exagerar para aparentar un sufrimiento que no estaba sintiendo.
Lo tomó, lo volteó, lo acomodó y lo dejó tan expuesto que pudo sentir la mirada de Galba desde la ventana, observando fijamente todo lo que hacían para poder decir que les ganó e hizo que Taehyung lastimara al hombre que ama.
“(Me pregunto qué estará sintiendo ese hombre mientras mira..)”
De repente, el centro de su cuerpo comenzó a calentarse. Sentir la mirada del gobernante supremo de Roma sobre él mientras le hacía el amor a su sobrino, y todo eso frente a una jaula de bestias feroces... Hizo que tuviera el mismo placer que encontraría de ser un pervertido exhibicionista. Fue tan extraño que, aunque ciertamente todavía no estaba en celo, comenzó a sentir que no podía respirar.
—Hmm...
Jungkook no pudo evitar sonreír. Incluso podía decir que tenía muchas ganas de reírse a carcajadas por lo absurdo de la situación.
—¿Qué pasa?
Mirando fijamente a los ojos de Taehyung, Jungkook observó hacia la pequeña ventana y se recargó contra su pecho instantes después y quizá entendiendo el significado de esa brillante sonrisa, el Alfa hizo lo mismo y le susurró: —Que malvado eres.
“(Es lo mismo contigo.)” —Puso sus manos alrededor del cuello de Taehyung para comenzar a devorarle la boca.
No tenía miedo de nada cuando estaba con él y hasta había comenzado a pensar que ambos eran poderosos juntos. Este hombre salvaría a su hijo, a su pueblo esclavizado y evitaría que Roma invadiera el Reino de Egipto. Podía apostar todo lo que tenía a qué sería así.
Con la boca bien abierta y las lenguas entrelazadas, se abrazaron y se besaron hasta que comenzaron a notar que el cielo cambiaba.
—Um, ah, ah, ah... —Mientras Taehyung penetraba aún más profundamente dentro de un cuerpo que no dejaba de temblar, extendió las manos y los dedos y los utilizó para acomodarlo de un modo en que lo pudiera esconder para hablarle.
—He arreglado un barco mercante que se dirige al este. Te ayudaré a irte después de esto.
¡...!
—Yo me ocuparé de Galba. Tranquilo. Lidiar con él es un juego de niños para mi. —Jungkook asintió y comenzó a mentalizarse sobre lo que tenía que hacer a continuación.
Después de todo, realmente era su destino tomar a su bebé y regresar a su tierra natal con los ciudadanos esclavizados del Reino de Egipto.
Debía tener fé en que todo saldría bien.
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