Un aroma enloquecedor

Frente a él, había un  enorme jardín con vista al mar. Allí también tenían un manantial rodeado de un lecho de flores blancas y un par de pequeños pero muy bonitos arbustos. El agua parecía ser lo bastante fría a simple vista así que pensó que podría ser perfecta para enfriar su cuerpo y suprimir el calor de su celo, y con eso en mente, bajó los escalones de piedra, que estaban justo en frente de su habitación, y llegó hasta el borde.  

Empapado en agua hasta la cintura, Jungkook recogió un poco de agua con ambas manos y se la tiró de inmediato en el cuello y en el pecho. Sin embargo, parecía que el celo le estaba quemando hasta el cerebro porque sus extremidades inferiores no dejaban de temblar y el área alrededor de sus muslos comenzaba a humedecerse con  su propio semen.

Lamentablemente, por mucho que se lavara y se frotara, era como si tuviera un aroma muy obsceno emanando de cada uno de los poros de su piel y también de cada una de sus aberturas. Estaba a dos días del Reino de Egipto... ¿Cómo podía conseguir medicina allí? ¿Era posible ir a buscarlo en tal estado? Para nada, esa era la respuesta a sus interrogantes. Además, se estaba sintiendo muy incómodo y hasta un tanto adolorido con toda esta situación.

Mientras continuaba bañándose, frotando por aquí y por allá y respirando lentamente, comenzó a sentir que su piel se enfriaba, incluso aunque hubiese sido solo un poco. Claro, su celo no podía suprimirse por completo y tan pronto como se detenía, la temperatura volvía a subir de nuevo hasta hacerle sentir con fiebre.

—Ah, ah ¿Qué hago?

Estaba completamente perdido. No podía soportarlo más así que incluso comenzó a pensar que sería mejor buscar a alguien y dejar que se lo follara, justo como lo había hecho su hermano en Libia

¿Debería acaso preguntarle a Taehyung si quería ayudarlo? Pero por supuesto que no, justo cuando pensó que era una tontería, comenzó a sentir la presencia de alguien a sus espaldas.

Levantó la cabeza.

No se había dado cuenta del momento en que pasó, pero varios soldados romanos, habían rodeado el manantial solamente para mirar a Jungkook de arriba para abajo. Algunos incluso extendieron la mano para acomodarle el cabello.

—Pensé que olía extraño y resulta que es porque hay un Omega aquí.

Dios ¡Que estúpido! No se había detenido a pensar en el lugar en el que estaba porque solo se había preocupado por bajar su celo.

—Quiero... Quiero estar solo. —Dijo Jungkook, con una voz increíblemente temblorosa.

Por supuesto, los hombres se rieron y estiraron las manos en su dirección, lo jalaron del brazo y lo sacaron de la fuente. Después de todo, desde el punto de vista de un fuerte soldado romano, Jungkook era tan ligero como un niño.

—Por favor... No. Por favor...

Pero no importaron sus suplicas, lo arrojaron entre los arbustos, presionaron las manos en su cuerpo y luego otro hombre, un poco más alto que él y que ellos, le tapó la boca con la palma completa y le impidió seguir hablando.

—Un Omega ciertamente es una criatura misteriosa...

—En Roma, solo los funcionarios gubernamentales de alto rango pueden tener uno.

Una sombra negra cayó sobre su rostro y un escalofrío recorrió por completo su espalda. Era verdaderamente humillante y espantoso ¿¡¡Cómo se les había ocurrido tratarlo así!!? Nunca antes lo habían obligado a hacer algo que no quisiera e incluso se dió cuenta que aunque se moviera para todos lados e intentara escapar, no encontraba la fuerza necesaria como para resistirse.

—Eres un hombre realmente hermoso y tu olor es irresistible también. —El soldado se atrevió a tocar uno de sus pezones con la punta de los dedos. El cuerpo de Jungkook se retorció de inmediato.

—¡Hmm!

La sangre se le estaba calentando. Fue horrible que el centro de su cuerpo doliera cada vez más y más y que esa parte de su cuerpo, lo que estaba entre sus piernas, comenzara a cambiar de forma y a endurecerse, incluso aunque fuera por alguien así.

—Mira nada más. Es increíble, ¿Puedes excitarte solo con esto? Justo como se esperaba de un Omega.

No podía perdonarse a si mismo por lo que estaba sintiendo y además, no podía permitir que estos tipos jugaran con él como si fuera un cualquiera. ¡Él tenía que elegir a su pareja sexual! No dejaría que se lo cogieran sin su consentimiento, como si lo que pensara o sintiera no importara y tampoco iba a dejar que lo trataran mal solo por no ser un romano y  entonces, haciendo uso de todas sus fuerzas, Jungkook mordió el dedo del hombre que le estaba cubriendo la boca y lo apretó hasta que gritó.

—¡Auch...! ¿¡Qué estás haciendo, maldito infeliz!?

Tal vez fue porque lo había mordido lo suficientemente fuerte como para tocar sus huesos, pero el hombre retrocedió, agitó la mano y lo miró por la inesperada resistencia que había puesto incluso aunque no tenía la suficiente consciencia para actuar así y en ese momento, Jungkook se movió para adelante, sacó la daga que estaba en la cintura del hombre y la utilizó para apuntarle con ella.

—¡No me toques! Te lo advierto ¡No dejaré que te acerques más!

Pero los hombres solo se rieron.

—Como se esperaba de un Faraón, incluso en un estado tan deprimente como este, se resiste igual que un campeón ¿No es cierto?

—Seguro va a ser muy interesante cogerse a alguien tan arrogante como tú.

Un hombre sacó una espada larga de su cintura y se la mostró. Era completamente imposible pelear contra él porque no podía hacer nada para defenderse con una daga tan pequeña como la que tenía entre los dedos. Lo intentó, por supuesto, pero como era de esperarse, al segundo golpe la daga fue derribada por el soldado y él no tuvo más remedio que cerrar la boca para no ponerse a suplicar por su perdón.

—Ah...

Extendió la mano para recoger su daga, pero dejó de moverse en el momento exacto en que la punta de la espada apuntó ahora en dirección a su cuello.

—Deberías ser un poco más rápido.

—Así es. Además, es tu culpa por dejar fluir ese aroma tan obsceno.

—Vamos, vamos. No tienes que ponerte tan agresivo, yo cuidaré de ti como el príncipe que eres. Además, te conviene ¿No crees? He escuchado que un Omega comienza a sentirse muy bien cuando un Alfa lo reclama.

—Seguro mueres por ver si es verdad.

La punta de su espada tocó su cuello en el momento mismo en que Jungkook parecia contener la respiración y mirar fijamente al soldado.

¿Qué tenía que hacer? Es decir ¿Sería violado por estos hombres en un lugar como este? No, eso no podía ser posible. Él era un faraón elegido por los Dioses. ¡Y no había forma de que la Diosa Isis pudiera permitir que le ocurriera algo así!

Fue entonces cuando pasó.

Tan pronto como comenzó a rezar, un hombre apareció del otro lado de las rosas y agarró de inmediato el hombro del sujeto que apuntaba con su espada a Jungkook. Por supuesto, se trataba de Taehyung.

En un lugar como este y sin que se escucharan sonidos de pasos, el hombre decidió intervenir con la calma y la urgencia de una bestia carnívora acercándose a un cervatillo al que quería devorar.

—Taehyung....

—Ustedes son guardias en la Puerta Este, ¿No es así? ¿Qué están haciendo aquí? ¿¡Por qué abandonaron su puesto de trabajo!?

—Pero, Taehyung... ¿Cómo es que tú puedes soportar un aroma así?

—Así es, también eres un Alfa.

—Seguro sabes que no es nuestra culpa.

Ciertamente y a diferencia de los otros hombres, Taehyung estaba muy callado y tranquilo. Aunque era Alfa, no parecía afectado por el celo del Omega y ni siquiera uno solo de sus mechones de cabello parecía desordenado. Sus pupilas, talladas en las cuencas de unos ojos profundos, parecían similares al agua fría de un manantial en completa calma.

—Estoy bien. Yo no soy como ustedes, no me aprovecho de ningún Omega indefenso por su celo. Que digan que no es su culpa no es más que el absurdo pretexto de un violador. —Taehyung sonrió y acomodó su cabello atrás de sus orejas utilizando sus dedos.

Junto con el brillo dorado de su cabeza, sus extremidades altas y flexibles parecieron proyectar una sombra bastante imponente
contra el suelo cuando continúo hablando. —Si no quieren morir, más les vale alejarse de aquí ahora mismo.

—Señor Taehyung, incluso si dice algo como eso...

—Así es, mi señor. Es imposible resistir.

—¡Es culpa suya!

—No podemos ir en contra de nuestros instintos.

Taehyung no dijo nada con respecto a eso. En su lugar, solo sonrió y sacó una bolsa de monedas de oro de su bolsillo que de inmediato arrojó en dirección a sus caras: —Tomen. Vayan a comprar a una prostituta y dejen de hacerme sentir vergüenza ajena. Déjenle la vigilancia de esta noche a un Beta y vayan a pasarla bien. Les doy permiso. En cambio, deben alejarse del Faraón ahora mismo porque si se acercan más, voy a cortarles la cabeza con mi espada para aliviarles el deseo. —Sosteniendo el cuerpo de Jungkook entre sus brazos, lo subió a sus hombros y lo llevó a su habitación como si cargara un bulto de papas. Cerró la puerta y también todas las ventanas.

—Lo siento... No estaba pensando bien cuando decidí ir a la fuente. —Los ojos que miraban al tembloroso Jungkook eran tan fríos como el agua que había arrojado sobre su cabeza. Él también era un Alfa pero, ¿Acaso no podía sentir sus feromonas? ¿No le estaba haciendo sentir nada?

—Tu celo continuará por un tiempo. Incluso si te mantengo aquí, es solo cuestión de minutos antes de que el aroma sea insoportable. Es posible que los otros Alfas vengan.

—¿Cuántos? —Preguntó Jungkook.

—Estoy liderando a un ejército de 2000 soldados romanos Alfa.

¿Realmente había 2000 Alfas allí? Y ya que Taehyung era el líder y ya que el cuerpo de Jungkook estaba en este estado, entonces iba a ser imposible que pudieran marchar todos juntos para ir a cualquier lugar y justo cuando estaba preocupado por lo que tenían que hacer a continuación, escuchó un fuerte golpe en la puerta que parecía como si quisiera echarla abajo y destrozar la madera.

—¿Qué es eso? —Jungkook sacudió su cuerpo.

—Shhh. Ven aquí. Tranquilo dulce Omega.

—¡Abre, maldita sea! ¡Hay un aroma terrible saliendo de allí!

Se volvió a oir como golpeaban la puerta con el puño.

—Taehyung....

—Hey, no pasa nada. ¡Todos pueden ir al burdel hasta que se sientan mejor! Hay uno si siguen derecho por el camino de piedra. Tienen mi permiso para ir y quedarse hasta la mañana y pueden usar todo mi oro también, pero no se acerquen. Si rompen la puerta, no voy a tener más remedio que matarlos a todos y juro que voy a ocupar mi espada contra cualquiera que aparezca frente a mi ¡No me importa que sean mis hermanos! Nadie va a tocar al príncipe.

Podía sentir el enojo de los Alfas, al otro lado de la puerta y aunque todavía había ruido, también le pareció escuchar perfectamente la manera en que toda la gente alrededor comenzaba a alejarse de allí igual a si se hubieran dado por vencidos.

Después de acercar su oído a la madera, Taehyung se apoyó contra la puerta, se cruzó de brazos mirando a Jungkook.

—Vas a hacer que me quede sin ejército. La gente se está volviendo loca  con tu aroma ¿Sabes?

—¡Es por tu culpa!

Taehyung sonrió. —¿Por qué es mi culpa?

—¿No dijiste que te enamoraste de mí a primera vista? —Sí, Jungkook en realidad pensaba que había entrado en celo porque ese hombre dijo algo tan comprometedor como eso para empezar.

—¿Y eso?

—No, no es nada. —Jungkook estaba confundido. ¡Le atraía muchísimo este hombre y casi lo acababa de decir en su cara! Dios ¿Qué estaba haciendo? Sin embargo, incluso mientras pensaba eso, no pudo evitar sentir una picazón irresistible en la parte inferior de su pierna y tampoco logró evitar querer que lo tocara justo donde estaba caliente. Por supuesto, no podía dejar que este hombre lo supiera. Además, ya que no parecía tener ningún deseo bestial por él, incluso se puso a pensar que tal vez no lo deseaba tanto como le había hecho creer al inicio y aunque se sintió un poco aliviado por eso, también estaba un tanto... Decepcionado.

—Pero bueno, Príncipe Jungkook ¿Tienes algún plan? Podría ir por un supresor de celo al Reino de Egipto, pero tardaría algún tiempo en volver. No puedo dejarte aquí solo y no puedo permitir que te vayas.

—Ah... Eso lo sé.

No podía quedarse aquí más tiempo, incluso pensaba que estaba perdiendo el tiempo y debía regresar lo antes posible a Egipto, debía evitar que el ritual de entronizacion de Junghyung terminara, lo que pasaría antes de la próxima luna llena.

—Solo hay dos opciones. La elección es tuya. —Taehyung se acercó a Jungkook y lo miró a los ojos. —¿Quieres escucharlas?

—¿Cuáles opciones?

—Um... Primera opción. Tal vez, quieras tener sexo con alguno de los soldados de mi ejército.

—¿... QUÉ ESTÁS DICIENDO?

—No te preocupes, yo lo detendría antes de que todo se convierta en un desastre y se atreviera a marcarte. Sin embargo, el soldado romano que se acueste contigo probablemente se convertirá en tu sirviente para siempre, en una especie de abeja zángano para controlar el celo de la abeja reina.

—... ¿Y tú quieres que haga eso? —Taehyung negó con la cabeza, luego sonrió.

—La elección es tuya, no es que yo quiera verte siendo tomado por un solo soldado o por varios... Estoy seguro de que olvidaré que es uno de mis subordinados y lo mataré en cuanto te ponga una mano encima.

—¿Entonces...? —Sintiendo que su corazón estaba latiendo con fuerza, miró a Taehyung arrodillándose frente a él, el hombre tomó su mano como si estuviera jurando lealtad de nuevo.

—Así que... Por favor, te pido que seas mío. No te tocaría sin tu consentimiento, pero por favor te suplico que me dejes hacerlo. —Jungkook frunció el ceño ante las repentinas palabras de Taehyung.

—... ¿Cómo que sea tuyo?

—Sí. De esta manera, ningún otro Alfa se te acercará.

¿Eso significaba que se iba a aparear con él?

—Yo... ¿No estás aquí conmigo por la promesa de convertirme en pareja del cónsul al que sirves? —Taehyung suspiró, parecía un tanto contrariado por sus palabras.

—Lo se, pero quiero hacerte mío aún así. —De repente Jungkook comenzó a sentir que algo extraño se apretaba contra su pecho de nuevo.

Un Faraón no podía darse el lujo de tener sentimientos especiales por nadie. Su destino era tener un hijo con el cónsul romano o con su heredero. Sin embargo, su corazón tembló ante la pequeña mención de la palabra "amor" por parte de un simple gladiador.

Jungkook pensó que había enloquecido. Ni siquiera se conocían y ya sentía que tenía que estar con él, una parte de si, sabía que ya le pertenecía a este Alfa desde hace muchísimo tiempo. Además, de solo tenerlo cerca, podía notar que el calor de su celo estaba aumentando muy rápidamente y que su boca comenzaba a producir mucha saliva, estaba reaccionando muy fuertemente al estar a su lado.

Mientras se ponía de pie, todavía sosteniendo la mano de Jungkook, quien parecia estar temblando como una ramita al viento, Taehyung entrecerró sus ojos y lo miró a la cara.
—Me gustas muchísimo.

Jungkook se giró para que no lo viera. Pero, tan pronto como pensó que lo que estaba diciendo lo hacía inmensamente feliz, su cuerpo se tensó y comenzó a sentir miedo.

Ya lo había dicho. Un amor libre no estaba permitido para él. Se decía que si un Faraón se enamoraba de alguien que no fueran los Dioses y formaba un lazo por algo que no fuera crear descendencia, entonces las divinidades lo castigarían y perdería todo su poder, y si eso sucedía, podía perder su calificación para convertirse en el próximo Faraón y también perdería su reino. Sin embargo, fue horrible para él darse cuenta de que a pesar de que era consciente de cuál era su destino, su corazón y su cuerpo siguieran latiendo salvajemente, como regocijándose en el amor que le ofrecía este Alfa.

—Tus sentimientos... No, lo siento. No puedo corresponderte. Un Faraón no puede permitirse sentir algo tan tonto como el amor.

Cuando tuvo la actitud de empujarlo, la mano de Taehyung se deslizó lejos de la suya como si estuviera decidido a aceptar sus palabras y hacer lo que él quisiera con tal de no incomodarlo y entonces Jungkook lo agarró por la muñeca y lo miró cara a cara. —Pero… Ahora esto es una emergencia.

Sí, ciertamente lo era. Este era un asunto urgente que debía solucionar porque necesitaba derrotar a Junghyung lo antes posible.

—¿Entonces?

—...Tómame ahora mismo.

—¿Hablas en serio?

—Tenemos que llevar a tu ejército a la frontera. No hay tiempo que perder. Tampoco tengo un inhibidor o un supresor, así que se me agotan las opciones.

¿Qué haría el cónsul romano si tuviera al hijo de alguien más? Seguro iba a enojarse con él y de todos modos y mucho más importante que eso, no podía darse el lujo de perder contra Junghyung y  mientras pensaba en sus planes, fue como si su cuerpo comenzara a doler más y más por la urgencia que tenía del Alfa. No podía evitarlo y no era culpa de ninguno. Era más como... Quitarle el veneno a una serpiente antes de que le hiciera daño a otra persona.

—Así que... Por favor. Hazme el amor... —Jungkook se quitó las joyas que traía puestas y dejó al descubierto su cuello.

...

—Nos necesitamos ¿No es cierto?

Era solo una orden. No había nada de qué alegrarse porque de todos modos no podía estar enamorado de nadie y por eso mismo no le era posible transmitir sus sentimientos y ofrecer su corazón tan descuidadamente a alguien más. Sin embargo, incluso aunque se dijo eso, estaba sintiendo una extraña alegría en lo más profundo de su corazón por la simple idea de estar a su lado aunque fuera así. Además, este hombre ya había dicho muchas veces que le gustaba y también que lo amaba y se sintió como si eso fuera todo lo que necesitaba para poder estar bien. A parte de la tibieza en su piel, Jungkook estaba sintiendo algo así como una tibieza en su alma.

—¿Seguro que estás bien con eso?

—¿No eras tú el que no dejaba de decir que te habías enamorado de mi?

—¿Y qué pasará si tienes un hijo mio?

—Ese tipo de cosas ya no importan.  Quiero que me tomes de todos modos.

—¿No te da miedo que esté esperando dejarte embarazado? ¿No te da miedo que esté arruinando todos tus planes?

—... NO

Si este hombre era tan feliz por esto como se escuchaba, entonces ya debería haberlo empujado hacia abajo y follado contra una mesa.

—Si tengo un bebé contigo, voy a asumir la responsabilidad.

En cualquier caso, esto podía tomarse también como un contrato. Algo que duraría hasta que Junghyung fuera derrotado y como Faraón, entonces era su deber disolverlo cuando todo estuviera tranquilo. Un contrato a corto plazo por la duración de la temporada de apareamiento.

—Todo esto suena muy frío.

—No tenemos otra opción. —Jungkook rió suavemente. —De otra forma ya no sería un Faraón. —Para serlo, no tenía que enamorarse de este hombre.

—Tienes mucha confianza en esto.

—Soy el Faraón que la Diosa Isis reconoce en este mundo. Es mi deber...

—¿Me odias por ser solo un gladiador romano?

—No te odio. Pero tampoco me gustas.

—Quiero gustarte.

En realidad le gustaba muchísimo y casi se había aventado a sus brazos en cuanto escuchó su confesión. Pero eso no estaba permitido para él. Es decir, no estaba en condiciones de hacer las cosas en función de sus gustos y sentimientos y no tenía permitido enamorarse solo por instinto. Después de todo, así lo habían criado y sabía que un gobernante debía amar a su gente, no entregarle su corazón a una sola persona. A un Faraón nunca se le permitiría vivir para si mismo. Menos aún, desear el amor de alguien más.

Pero lo hacía, deseaba con todas las fuerzas de su corazón ser amado por Taehyung.

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