Temporada de apareamiento

—Jungkook. 

El Faraón era alguien que no podía actuar como un hombre libre.

“No ames a nadie, no tengas sentimientos, muéstrate siempre firme, sé la novia de Dios” Esas eran las cosas que le fueron enseñadas en su entrenamiento para ser Faraón y haberlo hecho nacer como un Omega era la prueba que le había dado el cielo de que este era el mandato divino. Como si le estuvieran diciendo que no tenía que amar nunca a un Alfa porque se trataban de meras herramientas para dar descendencia y él solo debía vivir en función de su reino.

“Un Alfa es solo un escudo para proteger nuestro reino. No olvides eso jamás. A los únicos a los que puedes amar es a Dios y a tu pueblo.” Recordando las palabras de su madre, el difunto Faraón, Jungkook se rindió ante Taehyung y lo abrazó por el cuello.

Su cuerpo esbelto estaba completamente cubierto por los brazos del Alfa que lo sostenía como si fuera su más grande tesoro. Esta era la primera vez que podía sentir el consuelo de estar envuelto en unas manos tan fuertes y bonitas.

—Te amo más que a nada, Jungkook y por eso mismo te prometo darte mi amor como tu pareja. No, más que eso. Te prometo que te amaré por siempre en alma y cuerpo.

Amor.

No sabía exactamente cómo era sentirlo y de todas maneras tenía que admitir que sus palabras estaban calentando su corazón hasta hacerle creer que era una promesa maravillosa.

Después de eso, los labios del hombre tocaron su cuello, sintio como una lengua humeda remarcaba su piel e inmediatamente después, sintió un dulce dolor al momento en que el Alfa dejo salir sus colmillos y le mordió el cuello.

Taehyung lo había hecho en un intento de convertirlo en su pareja, pero incluso si Jungkook pensaba que la mordida era solo un "contrato temporal," que después borraría con la mordida del cónsul Galba, pareció no poder evitar emocionarse con la idea de estar enlazado a Taehyung. Es decir, podía sentir la manera en que sus pezones se hinchaban debajo de su ropa y la forma en que la parte inferior de sus piernas estaba crujiendo. Entonces, como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor, dejo que Taehyung comenzará a devorar su cuerpo lentamente. No, sería más exacto decir que se estaban devorando el uno al otro.

—Ah, ah, ah... —Solo el leve roce de los dedos de Taehyung hurgando en cada rincón del impoluto y virginal cuerpo de Jungkook provocaba que un dulce gemido saliera con fuerza de su boca.

Taehyung todavía llevaba puesta su ropa blanca. La túnica de Jungkook estaba remangada y sus piernas se abrieron por completo para que la mano fuerte y grande del gladiador, se insertara entre ellas como le viniera en gana.

—Estás reaccionando mucho aunque es tu primera vez.

—Um...

—Como era de esperarse de un Omega...

Tan pronto como tocó sus pezones con la punta de la lengua, todo su cuerpo se entumeció hasta un punto en que le fue honestamente intolerable, su pecho y abdomen comenzaron a convulsionar hasta que los genitales ya erectos de Jungkook empezaron a supurar un montón de fluidos corporales blanquecinos que se veían bastante viscosos.

—Wow... Hueles muy dulce aquí.

Durante la temporada de apareamiento, se decía que el cuerpo de un Omega cambiaba completamente para poder concebir a un bebé. Le habían explicado que las mucosas anales, que no solían mojarse, se ponían como lo harían los genitales de una mujer, se dilataría y comenzaría entonces a arrojar fluidos para lubricarse. Sin embargo, a Jungkook todo le pareció bastante nuevo ya que no lo había experimentado personalmente jamás.

—Aaah...

—¿Se siente bien aquí?

Era una sensación irresistible cuando tocaba uno de sus pezones y le fue extraño darse cuenta que su piel que antes estuvo expuesta al aire, ahora pareciera increíblemente adolorida con tan poco.

—Ya creció ¿Lo ves? Además, solía ser de un bonito color rosado pero, con solo tocarlo un poco, ahora parece que el tono y la forma cambiaron hasta verse como una granada.

No quería ver si era verdad que esa parte se había convertido en un grano rojo, como el de una granada. Pero cuando bajó la cabeza y se buscó, notó que su pezón ciertamente estaba regordete e hinchado como una fruta bastante madura. Además, estaba de un color increíblemente intenso.

—Hmm...

Pero eso solo se sintió como estar en problemas. Seguramente cuando todo terminara, iba a estar tan avergonzado que no podría exponerse ya nunca en público.

—Muevete un poco más para acá. Así. Quédate quieto. —La lengua de Taehyung picoteó su areola y su clavícula hasta hacer que el cuerpo de Jungkook se estremeciera sobre la cama. Fue justo como estarle mostrando que estaba completamente entregado al placer que le daba en ese momento.

Había semen en su pene, fluidos corriendo de su agujero y su piel estaba completamente empapada, brillando entre sus muslos y antes de darse cuenta, la mano de Taehyung se posó justo allí, sobre su sexo.

—¡Umm! —Era una sensación extrañamente placentera. Era la primera vez que supo que tener el culo expuesto para ser penetrado por alguien y el escroto en la palma de la mano de un hombre que lo estaba masturbando, era algo que podía sentirse tan bien.

—Sube un poco...

En poco tiempo, sus piernas se abrieron mas, y las manos de Taehyung se arrastraron hasta arañar y apretujar la carne de sus nalgas.

—Mira que mojado te puso el celo. Ah, me hace sentir enojado pensar que tendrás que darle un hijo al cónsul después. Incluso si es por el bien del Reino de Egipto, no quiero que borre mi marca ni que tengas que parir un hijo de él.

Era una verdad innegable. Algún día, el hijo del cónsul tendría que crecer en su vientre para poder continuar con los tratados de paz y su marca se iría junto al recuerdo de su primera vez.

—Es mi deber...

Pero no quería hacerlo. No podía ni imaginar que la semilla de otro hombre fuera plantada en su cuerpo. Quizás era por su reciente lazo pero anhelaba a Taehyung, deseaba que su semen fuera el único que brotara dentro de él y le entristecía pensar en lo mucho que quería tener a sus hijos. Aunque por supuesto, no se dio cuenta de eso porque se trató de un simple impulso.

—Este lugar está demasiado angosto. Seguro aceptará bien mi dedo, tengo que abrirte, no quiero lastimarte.

—Ah...

Pero en cuanto el dedo de Taehyung tocó su entrada, el círculo carnoso de su ano se contrajo hasta un punto en que el hombre solo se rió. Podía sentir perfectamente como su mucosidad estaba empapando sus manos.

—Tranquilo. Voy a meter solamente uno.

Jungkook sintió como algo largo comenzó a hundirse en su cuerpo hasta enviar un escalofrío por su columna que provocó un sonido bastante pegajoso.

—¡Ah!

—Estás tan caliente. Siento que me voy a quemar...

El dedo de Taehyung comenzó a moverse dentro de su culo, provocando que Jungkook se mordiera el labio con muchísima más fuerza que la primera vez. Luego de eso, cerró los ojos y dejó que un suspiro escapara de sus labios hasta morir en las paredes de la habitación. Estaba tan excitado que pensó que definitivamente debía oler muchísimo a sus feromonas.

—Ah... Espera. Es raro ¡Se siente raro!

Pero no sé trataba de nada como eso. La cuestión era que se sentía infinitamente bien a pesar de que esta era su primera experiencia sexual y por supuesto que eso lo asustó. Incluso el picor que sentía en el ano lo calmaba tanto que Jungkook se encontró torciendo las caderas como un loco ante él movimiento del dedo de Taehyung en su interior.

—Lo estás haciendo muy bien. Puede que duela un poco al principio, pero tienes que tener paciencia.

Taehyung lo agarró por la cintura y lo levantó un poco lejos de la cama. En ese momento, Jungkook se quedó sin aliento cuando vio el tamaño de los genitales del Alfa que tenía en frente de él y es que solo la idea de que esa cosa entrara en su cuerpo envió escalofríos por todo lo largo de su columna vertebral.

¡Seguro podría romperle la cintura si se lo propusiera!

Sin embargo, también hubo una parte dentro suyo que pensaba que no importaba si le pasaba algo como eso siempre y cuando pudiera sostenerlo y besarlo como lo había estado haciendo desde que comenzó. Pero sabía que era su instinto, no su cabeza, lo que se lo pedía y entendió que era por eso también que hasta su abdomen inferior pareció estar lleno de calambres.

—Eres hermoso. Tu cuerpo me tiene muy excitado. Estoy seguro de que cualquiera que te viera así se volvería tu esclavo.

—Um...

—¡Que aterrador! Si ya me volviste loco a mi, no puedo imaginar lo que pasaría con alguien más.

—Taehyung...

—Por eso, de ahora en adelante, cada noche te haré el amor hasta que tu cuerpo grite que eres solo mío.

Esas palabras hicieron que su corazón latiera dulcemente y que más líquido se desbordara de su agujero.

—Um...

Deslizándose con suavidad, los genitales de Taehyung comenzaron a meterse lentamente dentro de su cuerpo.

—Uh... ¡¡Hmm!!

Su rostro se contrajo por el dolor que parecia estarle rompiendo la parte baja de la espalda. La presión que estaba siendo empujada dentro de él era irresistible y le hacía sentir que su cuerpo se estaba desgarrando por completo en varias direcciones diferentes y mientras insertaba y retiraba lentamente su pene de la parte mojada de su ano, el cerebro de Jungkook solo se apagó por un segundo.

—Ah, ah, ah, ah, ah...

—Lo sé. Lo sé, cariño.

Su cuerpo estaba lleno de Taehyung. Tanto y tan fuerte, que hasta las vibraciones de su respiración se estaban transmitiendo a la perfección en su estómago.

—Um, um, ah...

Tal vez era porque se trataba de un Omega, pero sus pezones, que fueron tocados hace un rato, palpitaban y ardían e incluso se sentia como si sus extremidades inferiores se estuvieran abriendo por su cuenta para dejarle más camino. Además, aunque no podía respirar y aunque era obvio que le estaba doliendo demasiado, no podía creer que al mismo tiempo se estuviera sintiendo así de bien.

—Tu cuerpo se siente estupendo...

La mano de Taehyung agarró sus genitales para comenzar a jugar con sus testículos. Por si fuera poco, la voz de Jungkook pareció agregar una leve dulzura a la situación, entre gemidos.

Desde que nació como Omega y desde que se convirtió en príncipe, pensó que viviría toda la vida en los brazos de algún hombre importante porque lo mismo hizo el Faraón anterior. Hasta su muerte, cada vez que estaba en celo, su madre era tomado y utilizado violentamente en un salón del palacio desde que comenzaba el día y por semanas enteras. Es más, podía estar seguro de que el acto había aumentado en intensidad año tras año. En el Reino de Egipto, cuanto más lascivas fueran las relaciones sexuales, más parecia que los sacerdotes las consideraban más sagradas. Después de todo, como Faraón, su función era concebir muchos hijos, traerlos a este mundo y mantener viva a la nación para que pudiera extenderse por completo sobre la tierra.

—Hmmm... ¡Ah!

Estaba seguro de que lo mismo estaba pasando con él. En otras palabras, se estaba volviendo un Omega bastante lujurioso y es que, cada que lo penetraba, comenzaba a sentir un pequeño calorcito que se extendía por la parte inferior de su abdomen hasta hacer que perdiera la cabeza y pidiera por más.

—Ah, ah, ah...

—Eres precioso. Eres precioso, mi adorado príncipe.

Jungkook estaba enterrando las uñas en la espalda de Taehyung tras cada estocada de su pene. Cada vez que se insertaba, la parte inferior de las piernas de los dos se empapaba con una tremenda mucosidad que sacaba espuma y que hacía sonidos raros.

Jungkook abrió los labios, sacó la lengua y dejó que Taehyung la tomara con sus dientes desde la parte más gruesa hasta la punta y tenía que decir que era hasta agradable eso de sentir que la verga que estaba atrapada en la parte baja de su cuerpo, se estuviera expandiendo tanto como para que incluso las vibraciones de sus movimientos viajaran a su garganta.

—Ugh... ¡Uh!

Cuando se dio cuenta, ya se estaban besando los labios como si lo necesitaran para poder continuar respirando. Entrelazaron sus lenguas y se buscaron con tanto ímpetu, que parecía que se tocaban el alma.

—Hmm, hmmm, ¡Ummm!

Era difícil respirar con normalidad y hasta su conciencia comenzó a parecerle muy débil. No obstante, a pesar de esto Jungkook continúo buscando desesperadamente a Taehyung hasta que la saliva le goteó de los labios.

—Ah, ah...

Cuando finalmente soltó sus labios, Taehyung agarró la cintura de Jungkook otra vez y aceleró las estocadas, lo penetró tantas veces que podía asegurar que había comenzado a ver chispas en frente de sus ojos.

—Ah, ah, ah, ah... —Haciendo un sonido que se escuchó bastante obsceno, lo golpeó en las nalgas hasta que gritó tan fuerte como para que todos los soldados del palacio lo pudieran escuchar.

—Tu expresión es hermosa.

Jungkook pensaba que Taehyung parecía un hombre increíblemente frío e insensible desde que llegó a su lado. Sin embargo, ahora que estaban uno contra el otro, notó que en realidad ese no era el caso para nada. Más bien, creyó poder ver un color suave en sus ojos y una sensación de transparencia que le hacía sentir bastante cómodo al estar a su lado. Sus pupilas oscuras y profundas le provocaban contener la respiración y lo hacían sentir inmensamente seguro y protegido.

Hacía mucho calor cuando estaban juntos.

—Ah, ah, ah..."

—Ah... Taehyung..... ah....

Los fluidos corporales de Taehyung comenzaron a fluir en su interior al mismo tiempo en que Jungkook eyaculaba sobre su vientre.

—¡¡Aaaaaah!!

Aquel fue el mejor de los orgasmos, un clímax dulce y caliente. Una sensación, que solo el cuerpo de un Omega siendo penetrado por un Alfa podía sentir y si ya era así de intenso ahora ¿Entonces eso significaba que repetiría esto con alguien más hasta dar a luz al sucesor del Reino de Egipto?

Ya lo había dicho, este era un lazo temporal y por eso mismo algún día tendría que recibir en su cuerpo, el semen de otro hombre que lo fecundaría. Pero mientras pensaba en eso, Jungkook se sintió desconsolado ante la idea de tener que estar en los brazos de otro Alfa varón, que no fuera Taehyung, lo que irremediablemente ocurriría en un futuro cercano solo para mantener el reino de Egipto a salvó y vengarse de su hermano. Como Omega, era su destino concebir a los hijos que el pueblo y la nación necesitaran y sin embargo ¿Por qué el corazón le estaba doliendo así al pensar que iba a perder esto? ¿Por qué se sentía tan triste ante la idea de concebir a los hijos de otro Alfa que no fuera Taehyung?

De repente, Jungkook sintió que las esquinas internas de sus ojos se calentaban y trató de contener sus lágrimas, cerrando los párpados con fuerza para aferrarse a los brazos de Taehyung.

—Príncipe Jungkook... Si estás cansado, puedes dormir aquí conmigo.

Pero Jungkook perdió el conocimiento antes de poder contestar.

Esta era la temporada de apareamiento de un Omega y tenía que repetir este comportamiento hasta embarazarse porque así era la vida de un Faraón, no importaban sus sentimientos ni sus deseos, ni su vida, ni su cuerpo le pertenecían, había sido creado por los Dioses para el servicio del reino de Egipto y debía cumplir con sus obligaciones.

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