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Capítulo 21

Toda la zona en la que se encontraban estaba completamente destruida. Cuerpos estaban esparcidos en el terreno baldío. Las lágrimas de Gaia caían sobre el cielo, en una torrencial lluvia, aunque ninguno de ellos le observaban. En el suelo, entre la cabaña hecha añicos, los cuerpos de las chicas estaban completamente sanas.

—¿Qué ocurrió? —Preguntó desorientada Kimiko, mirando a Tsukine con extrañeza.

—Nada, todo ha terminado —respondió él, contento de que hubiera empezado a llover para que no notaran su lágrimas, ahora de alegría.

Debajo del cuello de Kimiko, había una línea enrojecida. Era una cicatriz pequeña de lo que le había sucedido. Ella colocó manos sobre esa zona, y se dio cuenta que no había sangre, ni una abertura.

—¿Me has salvado?

Tsukine asintió, con una sonrisa. Ella le miró un momento, estaba agradecida, pero estaba contrariada en lo que sentía. Lo sabía, él era su Clymuwaed, pero estaba tratando de resistir lo que sentía para pensar con coherencia.

—¿Cuál es tu nombre? —Preguntó, mientras se incorporaba.

—Tsukine Yoshiko, ¿y el tuyo?

—Solo Kimiko —dijo ella. Respiró profundamente, y sus ojos comenzaron a buscar al que ella, en ese momento consideraba como más importante.

Halló a Aland descendiendo del cielo, pero tenía una expresión serena. No parecía complacido de haber ganado la batalla. Sus ojos se encontraron, y cuando finalmente tocó suelo, ella se acercó y se inclinó con mucho respeto.

—Maestro, lamento que mi derrota fuera tan vergonzosa —dijo ella, enojada consigo misma.

—No tienes que disculparte. Medita en lo que has vivido y aprende de ello —le respondió.

Kimiko asintió, y él pasó de ella. El hombre se acercó a la multitud, vio a Lance a un lado, Samael tenía a Origami entre sus brazos, y aunque la chica había despertado también, los dos estaban enfocados entre ellos, abrazados, como si nada externo estuviera pasando. Era una imagen bonita, pero Aland no estaba para eso en ese momento. Del otro lado, Sigurd estaba desmayado y Eileen lloraba sobre él desconsoladamente. Iris había despertado, pero estaba sentada en el suelo demasiada afectada por lo que su cabeza estaba procesando, Fierce parecía consolarla en ese momento. Dani tenía cargada a Yami, y ella estaba pegada al cuello de este.

—Huele divino —le dijo, enterrando su rostro en el cuello de esto.

Aland suspiró, cruzó los brazos, y dijo al final:

—Todavía nos falta un miembro —señaló, sopesando las miradas de todos que le observaban en ese momento.

—¡¿Por qué esperaste tanto para hacer algo?! —gritó Iris, horrorizada.

—Un mago nunca llega tarde, sino en el momento justo y preciso —le respondió, no solo con la convicción palpada en sus palabras, sino sin temor a decirlo.

—Él nos estaba ayudando —dijo Tsukine—. Por eso fue que pudimos llegar a este lugar.

—Los que predisponen del conocimiento de la omnisciencia siempre tiene un paso adelante —dijo Kimiko, a un lado de su maestro.

—¿Y esa mierda que significa? —Preguntó Dani.

—Qué él sabe más de lo que nosotros podríamos saber —Le aclaró Yami, dándole unos golpecitos en el pecho para que se calmara.

—¿Por qué él no despierta? —Los sollozos de una mujer al fondo, llamó la atención de todos. Era Eileen, cansada de intentar lo imposible sobre Sigurd.

—Él está batallando con las esencias que se ha comido —dijo Aland, acercándose al cuerpo de Sigurd.

Se agachó, y colocó uno de sus dedos sobre la frente de Sigurd. El chico tenía fiebre, y si no fuera por la lluvia, estaría sudoroso.

—Sí, parece que tiene un camino que debe recorrer por su propia voluntad —dijo Aland.

—¿Estará bien? —Preguntó Eileen, asustada.

—Podría, pero creo que lo mejor es que lo cuides hasta entonces. Necesitará de tus fuerzas para recordarle porque debe luchar —añadió él.

Aland miró a Tsukine, este miraba a kimiko, y ella tenía la mirada apartada. Sabía que estaban en una situación difícil, esos dos.

Creatio rerum omnium creatarum —dijo Aland, los collares de la gema en su cuello brillaron, y de inmediato ocurrió varias cosas: del suelo destruido comenzó a crecer la vegetación, y un pasto verde y brillante, como si tuviera vida propia. Los cuerpos de los caídos se hundían en la tierra, y en cada uno de lo que representaba una tumba, había crecido una flor de fénix —una flor de con pétalos de color rojo brillante, con varios estigmas de color dorado, y estambres de color negro; aquella planta era la representación de la resurrección después de la muerte, si se había creído en Gaia en vida—. En donde habían estado árboles, otro creció, y los destruidos, se remolinaron alrededor de ellos, y en un momento, se dividían y tomaban formas, hasta crear un techo sobre ellos que flotaba, rocas aparecieron debajo de sus pies, formando un piso duro y firme, y luego paredes le rodearon, con una única entrada delante. La cabaña había regresado.

Por supuesto, Jul y Jal se acercaron a la entrada relinchando por la lluvia, y un techo apareció por encima de ellos para protegerlos. En los cielos, truenos ahora acompañaban aquella lluvia.

Mediocris flores apparitio —dijo Iris, al ver como el lugar estaba demasiado oscura.

Entonces, en el interior de aquella cabaña aparecieron flores acampanadas de color anaranjadas que brillaban con tanta intensidad, que el interior se iluminó por completo, y los rostros de todos estaban iluminados, pero una sensación de calidez llegó al cuerpo de todos, lo que demostraba que la flores hadas de Fairyhow, no solo iluminaban sino que mantenía un lugar cálido.

—Quieren respuestas, ¿no? —Preguntó Aland, y aunque algunos rostros asintieron, y otros le observaban curiosos y con poca confianza, añadió—. Es momento de revelar lo que hasta ahora se nos ha desconocido. ¡Sphaera omnia vident!

En un momento, en el centro de todos ellos, una esfera de color blanca apareció, en su interior parecía haber un humo que flotaba sobre una inmensidad encerrada, y un momento después, comenzó a brillar tan fuerte que, por un par de segundos, quedaron enceguecidos pero sin poder cerrar sus parpados. La imagen real era, que los ojos de todos se habían puesto blancos.

Y a través de ellos, imágenes comenzaron a mostrarse: Iris siendo raptada, y encerrada por años en el reino Esmeralda; vieron su rescate, y la invasión de su reino por parte de los brujos y Reynolds. Observaron los últimos acontecimientos del reino Zafiro, en el que Samael robó la gema zafiro junto a Origami, y una pequeña batalla entre ellos y Aland, Kimiko estaba a su lado. Vieron el pacto de Samael y Origami hacia Aland, y como esta fue curada del veneno de Yami. Observaron a Lance huyendo del rieno Amatista, con la gema robada, cuando llegaron a la cabaña de Yami, gracias a Saya. También, las incontables peleas de Tsukine, su salida al reino Diamante, la huida de Dani y Eileen de sus hogares, la salvación de Sigurd, el encuentro con Dani y Eileen, la huída de estos del reino , sus enfrentamientos con los caballeros, los cazadores y la oleada de un ejército detrás de ellos. Y por supuesto, se mostraron las imágenes del combate en ese lugar con los tres hermanos oscuros, Morgan, Mim y Herpo, y la de su padre Rachid.

En realidad, no hubo pérdidas de detalles en aquellas visiones que, claramente, mostraban el robo de las cuatro gemas que por ahora tenían: Zafiro, Esmeralda, Amatista y Diamante. También, se añadió la muerte de Clisius a manos de Diana, la destrucción Amatista, y Saya junto a Filius, y dos chicos detrás que Lance y Tsukine percibieron que se trataban de los príncipes. La imagen terminó, con Diana junto Akudomi, quienes no conocían, a excepción de Aland.

Hubo un momento de silencio.

Obviamente, estaban procesando la información que habían recibido. La esfera desapareció, y sus ojos habían vuelto a la normalidad, sobre la misma cabaña, y las flores hadas flotando por encima de ellos.

—Han destruido el reino Amatista —dijo Lance, recordando las escenas de esta, y la muerte de sus reyes.

—Los reyes han... han muerto —Tsukine estaba pálido. Tenía nauseas.

—¿Esto es una guerra declarada? —Preguntó Yami, intentando comprender.

—Creo que es una estrategia deshonrosa usar criaturas para destruir a los humanos —añadió Fierce, sin poder creerlo.

—El honor no importa cuando quieres venganza —dijo Eileen, con el ceño fruncido—. La reina Diana es la culpable.

—¿Y quién era ese con quien estaba? —Preguntó Kimiko.

—Es Akudomi Sohma —respondió Origami, cruzada de brazos—. Es el hijo del jefe del clan de Dragones... Nunca creí que se atrevieran a hacer algo asi —dijo ella, negando con la cabeza.

—¿Por qué crees que lo hicieron? —Le preguntó Samael, todas las miradas fueron a ella.

—No viste el pecho de ellos, son Clymuwaedes... Beigard, el jefe de los dragones, tuvo que estar de acuerdo en unirse al reino Esmeralda. Tal vez, espera establecer una relación entre ellos.

Aland sonrió, el razonamiento de Origami era acertado.

—Pero por qué querría vengarse del reino Amatista —Preguntó Samael.

—Porque el reino Amatista les había derrotado en la última batalla —contestó Tsukine.

—Si eso es así, entonces quién sigue —Preguntó Samael, sin entender.

—Es posible que sea el reino Zafiro porque el príncipe Aland —señaló a su maestro—. Negó comprometerse con ella, deshonrándola.

—Es cierto, el rumor se extendió por todo el reino —dijo Dani, pensativo.

—Decían que el príncipe del reino Zafiro era un hombre cobarde y sin honor, y que le había declarado la guerra al reino Esmeralda al haber deshonrado al rey Clisius y la princesa Diana, en ese momento —aclaró Eileen, ahora más tranquila. El cuerpo de Sigurd, estaba entre sus muslos, pero se veía más tranquilo. La fiebre había bajado.

—¡Cobarde! —chilló Kimiko—. Esa gente no sabe de lo que habla...

Aland colocó una mano sobre su hombro, sonriéndole. No era momento para enojarse.

—¿Y qué sucede con el reino Fairyhow? —comenzó hablar Samael, viendo a Iris—. ¿Quién era ese hombre?

—Reynolds —dijo Iris—. Hizo un trato con los brujos y tomaron a la fuerza el gobierno legítimo.

—Nos perseguían cuando llegamos hasta aquí, pero si ese hombre —Fierce señaló a Aland—. ha derrotado al rey de ese reino, entonces, deberíamos tener oportunidad para recuperar fairyhow y que iris tome el reinado.

—Imposible —Interrumpió Aland, por primera vez—. No es el momento para que Iris asuma el reinado, es momento de rescatar al último integrante para cumplir con nuestros destino, una vez hecho eso, podrán hacer lo que quieran...

—¿¡Y por qué tenemos que creerte!? ¿¡Por qué tendríamos que seguirte!? —Gritó Iris, enojada y enrojecida por el poco valor que le estaba dando a lo que a ella le importaba.

—Porque si no lo haces, y no acabamos con la amenaza mayor, ya no habrá reinos que gobernar —contestó—. Reynolds está ilegítimamente como rey, pero todavía posee un reino que gobernar y un gobierno que derrocar, pero si lo haces ahora y te estableces como la soberana reina, no podrías dejar el reino para cumplir con tu deber...

—¿Y qué deber es ese? —Cuestionó esta vez Fierce.

—Debemos acabar con el Nihilismo —afirmó.

Iris bajó el rostro. Todos le miraron, y tomando valor agregó:

—Él no miente —dijo ella—. Eso fue justo lo que le dije yo al rey Clisius antes de morir, el verdadero amanecer de la especies.

—¿Qué es eso? —Preguntó Origami.

Lance, solo escuchaba cruzados de brazos.

—Es el nuevo orden para todas las especies —dijo Aland—. Uno en el que criaturas sean tratadas por igual y respetadas; uno donde la salvación sea genuina y verdadera.

—Una donde se dé a conocer a Gaia hasta lo último de los confines de los mundos —agregó Iris.

—Entonces... —Intervino Lance, pensativo—. Si Tsukine nos enseña sobre la fidelidad, tú —se dirigió a Iris— nos muestra el valor de servir a otros por encima de nuestras necesidades. Yo soy el guía que da valentía, pero tú eres la voz sabia del consejo —se refirió a Aland—. Origami y Samael representan el amor y las convicciones, al punto de dar la vida por ello, y Yami el valor de aprender de nuestro pasado para construir un verdadero futuro. Y ustedes, ¿qué nos aportan? —Preguntó, mirando a Kimiko, Eileen, Sigurd, Fierce y a Dani.

—Kimiko es la inteligencia; una que se muestra para hacer uso de la razón —dijo Aland, con sinceridad—. Sigurd representa la amistad; de esas que se valoran más, pues es capaz de dar la vida por sus amigos. Fierce, representa la dicha y el gozo que debemos tener, aun en momentos malos, si por lo que se lucha se ama; Dani es el coraje que se necesita cuando se está acorralado. Y Eileen... —sonrió—. Es la dualidad que tenemos para luchar entre lo bueno y lo malo...

Lance miró a Eileen, pero ella no parecía comprender sus palabras.

—Bueno, les comento que ese chico, Akudomi, es nuestro integrante faltante —Aland afirmó, con una sonrisa.

Todos se sorprendieron.

—Es una broma, ¿no? —dijo Eileen—. Es obvio que si está con la reina Diana, no podría tener buenas intenciones.

—Está cegado por el amor —Origami habló, sintiendo pena por ese chico.

—Me importa una mierda si está cegado de amor o de mariposas —rugió Dani—. El problema es que si está con ella, estaremos muertos apenas demos la espalda.

—¡Oye! ¡Cuida ese vocabulario! —dijo Yami, y él solo le sonrió y besó su frente—. Eso dejará de funcionar, ¿sabes?

Él le sonrió, y ella quiso permanecer seria, pero no pudo evitar sonrojarse. Sabía que estaba dañada ahora por su culpa.

—Debemos sacarle de esa oscuridad... ¿quién quita que ella se vuelva una de nosotros? —dijo Kimiko.

Todos le vieron con asombro (Inserte emojis de ojo + boca+ ojo).

—No quiero a esa mujer con nosotros —dijo Dani.

—Es malvada —añadió Eileen.

—Lamento informar que no tengo buenas relaciones con el reino Esmeralda —dijo Samael—. De hecho, debo estar en esa lista de venganza, porque fui yo quien robó la gema del reino.

—Lance... —interrumpió Aland—. Es momento de que nos guíes —le dijo.

Lance tragó grueso, vio todas las miradas que incrédulas sobre él, vio a Aland y a Kimiko, y respiró profundamente.

—Nunca podremos cumplir nuestro destino si falta un integrante, debemos hacer hasta lo imposible por hacerle partícipe a nuestro llamado —dijo—. Eso es lo que Sigurd posiblemente haría y es el coraje que necesitamos... —vio a Dani—... para una situación acorralada como la que se nos presenta.

Hubo quienes rezongaron, fastidiados.

—Esto es una mala idea —dijo Eileen.

—¿Mala? ¡Es una mierda! No dormiré con ustedes si esa mujer se nos une —agregó Dani bravucón, mientras Yami lo llevaba a un rincón para que dejara el asunto.

—Moriré seguramente —dijo Samael, pero Origami le puso un dedo en los labios para que se callara.

Aland le dio unas palmadas a Lance en el hombro, y le sonrió. Parecía complacido de su decisión. Kimiko, se sentó en uno de los rincones sola, pero Tsukine se le unió en silencio. Todos estaban cansados, y la luna sobre ellos parecía determinar la medianoche en ese momento.

—¿Vas a ignorarme? —Preguntó.

—No —dijo ella—. Solo que he aprendido que hay tiempo para ciertas cosas —miró a Aland sentado, solo en otro punto—. Ya habrá momento para nosotros.

—¿Y no puede existir el tiempo y el momento de nosotros alineados en una misma cosa? Dos líneas que se envuelven, como un Cordon de cuerdas, que no solo refuerzan, sino que tienen un mismo propósito.

Kimiko le miró por un momento, y se sonrojó.

—Esa es una buena respuesta —Le dio un beso en la mejilla, y posó su cabeza sobre su hombro—. No tenemos que apresurar nada.

—Te esperaré el tiempo que sea —dijo él. 

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