Capítulo 8
—¡¿Qué infiernos quieres decir con que no están?! —El alfa Piya Vimuktayon gritó hacía su subordinado, lanzando la carpeta en su mano sobre el escritorio.
—Al parecer hace algunas semanas de ello, señor —el lobo respondió, todos los vellos de su cuerpo erizados por el miedo que transmitía el furioso y despiadado León.
—Y se puede saber, ¡¿por qué infiernos no sabía?!
El lobo dio un paso atrás ante el rugido al final de las palabras del líder. Tragando ruidosamente antes de responder con voz temblorosa.
—Nadie se había percatado, desde que el grupo de Khaotung salió de la ciudad hace un mes, no hubo nadie que estuviera realmente pendiente de ellos —explicó—. Y como los Suppasit vivían en una cabaña a inicios del bosque, no es como que tuvieran vecinos realmente cercanos, ellos siempre prefirieron mantenerse alejados de todo.
—Estupideces, después de todo, ambos tenían trabajos a los que reportarse, ¿o no? Es imposible que pasaran tan desapercibidos —el alfa gruñó.
—En realidad no fue tan raro, ya que el alfa de los Suppasit vivía cambiando de trabajo, así que no era de extrañar ya no verlo en el mismo lugar. —El lobo se removió nervioso—. En cuanto al omega, había renunciado una semana antes de su partida, la última vez que se le vio en el hospital, era en realidad su último día de trabajo.
—Demasiado conveniente. —Vimuktayon rastrillo los dientes—. ¿Alguien tiene idea de su paradero?
El lobo negó con la cabeza. —Nadie, señor, los Suppasit no tenían amigos, desde la muerte de sus padres, se alejaron de todos a excepción del lobo Jumpol.
—Ese hijo de puta de Jumpol —Vimuktayon maldijo—. Estoy seguro de que debe saber donde están. Si el mal nacido no fuera tío del alfa de Bangkok, hace años que los hubiera sacado de mi camino. —El león apretó los puños rabioso.
—Es de conocimiento de todos que los Suppasit se convirtieron en sus protegidos —el lobo informó—. Tratamos de averiguar, pero lo único que nos dijo es que estos le habían dicho que se mudarían, pero no al lugar que lo harían.
—Obviamente está mintiendo —Vimuktayon gruñó.
—Hay otra cosa, señor.
—¿Acaso esperas una invitación para decirlo? —El león fulminó al lobo cuando este no habló de inmediato.
—No señor, lo siento. —El lobo se apuró a disculparse, no queriendo que el enojo del alfa cayera sobre él—. Lo que pasa es que, al parecer, los Suppasit le vendieron su propiedad a Jumpol, señor.
—¿Qué dijiste?
—Tal parece que fue un par de semanas antes de su partida.
—Malditos conejos de mierda, se negaron a venderme las tierras por años, pero en cuanto Jumpol se las pidió, se las dieron. —Vimuktayon dejo caer su puño sobre la madera de su escritorio, el cual soltó un quejido ante la fuerza y haciendo temblar todo lo que había sobre ella—. ¿Sabrá Jumpol de...? Imposible. —Negó para sí mismo.
Tomando una profunda respiración, el león trató de calmarse, debía mantenerse sereno. Su prioridad sería encontrar a los Suppasit y hacerlos pagar por lo que le hicieron a su querido ahijado.
—Busquen más información, reúne a un par de hombres y haz que busquen en las ciudades cercanas. Quiero que traigan a los Suppasit ante mí cueste lo cueste.
—Como ordene, señor. —El lobo hizo una reverencia y se apuró a salir del estudio de su líder para cumplir con su mandato.
—Malditos conejitos, ¿en qué madriguera se habrán metido? —Vimuktayon abrió uno de sus cajones y sacó un puro, poniéndolo entre sus labios antes de tomar su encendedor de oro y encenderlo—. No importa donde estén, juro que los encontraré, no van a quedar impunes —el alfa murmuró, expulsando el humo del tabaco.
Poniendo la caja en una de las esquinas libres de la sala, Mew se limpió el sudor de la frente y se dejó caer en el piso a su lado.
—No hubieras estado tan cansado si no te la hubieras dado de macho pecho peludo y me hubieras permitido ayudar con las cosas pesadas. —Win se acercó hasta él, agachándose justo a su frente y ofreciéndole una lata de refresco.
—Gracias —murmuró indiferente, abriendo la lata para tomar un largo trago—. ¿Terminaste con lo que hacías?
—Por supuesto, te dije que mi idea de etiquetar las cajas por secciones funcionaria de maravilla. —El omega se mofó y Mew giró los ojos.
Win había tenido la idea de colocarles a las cajas una etiqueta que rezara "cocina", "habitación M", "habitación W", "sala", "baño" y demás para que supieran donde estaba cada cosa en las mismas y de paso pudieran dejarlas directamente donde pertenecía.
Mew debía admitir que la idea le había ahorrado el tener que cargar cajas de un lado a otro y había facilitado la organización de las cosas bastante.
—Tu siempre un cerebrito —Mew concedió—. ¿Cuánto crees que nos tome arreglar todo?
—Dado que nong Gulf llamó para avisar que vendría a ayudar luego de sus clases y el tiempo que nos hemos ahorrado, hum... no demasiado, quizás para mañana esté lista.
—¿Gulf te llamó?
—¿Eso fue lo único que escuchaste?—Win reclamó.
—¿Por qué no me llamó a mí?
Rindiéndose, Win contestó:— Porque según dijo, tu número sonaba fuera de servicio.
—¿Fuera de servicio? —Frunciendo el ceño, Mew se sacó el celular de los pantalones, percatándose entonces de que al parecer se había quedado sin batería y ahora estaba apagado—. Entonces fue por eso.
Win rodó los ojos. —Ya está romeo, que no es como que me fuera a robar a tu julio. —Win le empujó la frente con el dedo índice y se puso de pie, dando un par de aplausos—. Vamos, continuemos con esto.
Mew gruñó. —Al menos podrías alimentarme antes, aún no he ni desayunado.
—Yo tampoco lo he hecho y no me ando quejando —Win reprendió, caminando por el pasillo en dirección a las habitaciones—. ¡Y que recuerde tienes dos manos perfectamente funcionales para prepararte algo!
Bufando, Mew se puso de pie para dirigirse a lo que a partir de entonces sería su habitación, buscando la mochila donde había guardado su cargador y las cosas que más necesitaría.
Una vez se aseguró de que estuviera cargando, decidió aprovechar y comenzar a organizar sus cosas, ubicando con algo de esfuerzo su cama donde quería que estuviera, siguiendo con los estantes, escritorio y demás.
—¿Qué se supones que estás...? ¿No te dije que me llamaras para ayudarte, idiota? —Win le lanzó un peluche que tenía en la mano, ese que en realidad le pertenecía al alfa, el primero que sus padres le regalaron y tuvo desde que nació.
—De cualquier forma, ya lo hice. —Mew recogió el pequeño peluche del suelo, sacudiéndolo para dejarlo en su pequeño librero—. Más bien vamos a arreglar la tuya.
—Eres tan idiota —Win refunfuñó, saliendo de la habitación de Mew para dirigirse a la propia.
—Yo también te amo, phi.
Fue así como la mañana se pasó y cuando Gulf llegó con bolsas de comida, sinceramente estuvieron agradecidos, porque se concentraron tanto en ordenar, que al final no habían comido nada.
Los tres se reunieron en el comedor que habían comprado justo el día anterior y hacía solo un par de horas que le entregaron, sacando los platos y bebidas para disponerse a comer.
—Me alegra mucho que al final se descantaran por esta casa. —Gulf les sonrió—. Me aseguraré de visitarlos a menudo.
—No esperaba menos. —Win rio.
Porque sí, al final se habían quedado con la pequeña cabaña cerca del bosque, Mew tuvo que insistirle bastante al omega, porque a pesar de que no estaba feliz de estar tan cerca de la del líder, como Gulf había dicho y para su pesar, era de los lugares más seguros.
—De cualquier forma, en realidad no pareciera que me necesitaran para nada —Gulf dijo casi en queja, mirando alrededor que los hermanos ya habían organizado casi todo—. No les falta mucho, el trabajo pesado ya está hecho.
—Fue todo gracias al cabeza dura de Mew, se empeñó en que organizaría los muebles por sí mismo. —Win le miró mal y Gulf sonrió cuando el alfa hizo una mueca a su hermano.
—Entonces solo les falta abrir algunas cajas y arreglar lo otro.
—Básicamente —Mew contestó—. Si quieres, con Win pueden terminar de organizar aquí afuera en lo que termino con mi habitación y el baño, que es lo que falta. Lo demás lo dejaremos para mañana.
—Como prefieran —Gulf aceptó—. Recuerden que tienen reunión con Mile para las siete treinta.
—Sí, no estoy muy emocionado con eso —Mew bufó—. Pero prefiero que lo hagamos rápido para no tener que volver.
—¿Ni siquiera a visitarme? —Gulf se inclinó sobre la mesa, apoyando uno de sus brazos en esta para sostener su rostro con la palma y acercase al alfa.
—Tú siempre puedes venir aquí, dulce —Mew contestó, provocando un leve sonrojó en el tigre, quien volvió a alejarse con un resoplido avergonzado.
—Pero en ocasiones deberías visitarme también.
—Lo haría, pero tomando en cuenta que tu hermano y cuñado parecen odiarme... prefiero mantener mi distancia.
—Ellos no te odian. —Gulf alcanzó una de sus manos y la apretó.
—¿En serio? Pues que la diosa se apiade de mi alma si llegaran a hacerlo. —Mew blanqueo los ojos y Gulf hizo una mueca.
—Prometo que normalmente no son así, es solo que últimamente no sé qué les pasa.
—Es obvio que no están contentos con la idea de que estés planeando ser mi pareja —Mew dijo sincero, entrelazando sus dedos con el menor cuando su mirada se volvió afligida—. Es una suerte que no me importe en lo más mínimo lo que ellos piensen, aquí quien decide eres tú y si estás dispuesto, entonces yo también.
Sonriendo, Gulf bromeó: —Cuidado, eso suena peligrosamente a una petición.
—Podría serlo. —Mew guiñó y los ojos de Gulf se abrieron a más no poder.
—¿En serio? ¿Me estás pidiendo que sea tu novio? —El menor jadeó.
—¿No quieres?
—No, quiero decir sí, sí quiero, es solo que... esto es confuso y repentino —Gulf contestó dudoso.
—No te mortifiques, Mew es muy bruto en estas cosas —Win interrumpió, una gran sonrisa surcaba su rostro, feliz porque su hermano por fin había decidido buscar su propia felicidad—. Yo que tú y le digo que no, es la proposición más cutre y decepcionante que he escuchado en mí vida.
—Cállate, Win —Mew gruñó, sólo sacándole una carcajada a su hermano—. Y además es tarde, él ya dijo que sí.
—Lamentablemente —Win molestó, ganándose una mala mirada—. Ya, fuera de broma, felicidades y Mew, espero que pesar de que ya sean novios vuelvas a pedírselo de manera decente.
—No, yo estoy bien así —Gulf interrumpió—. Además, dudo que Mew sea del tipo dulce que te invita a una cena y luego a caminar bajo la luz de la luna para pedírtelo. —El menor fingió un escalofrío—. De solo imaginarlo, se me erizan los pelos.
—Ustedes dos, yo sería perfectamente capaz de hacerlo —Mew gruñó, aunque fue solo por su orgullo pisoteado—. ¿Es lo que quieres? Porque puedo hacerlo. —Preguntó al tigre.
—Ya te dije que estoy bien así —Gulf negó—. Además no hay porqué ser tan formales.
—Ajá, lo divertido aquí, será explicárselo al alfa ésta noche.
Cuando el rostro de Mew se frunció en una mueca de desagrado, Win supo que su hermano ni siquiera lo había considerado.
—Idiota. —Win rio, siendo acompañado por el omega menor.
Sentándose en la sala (originalmente sería en la oficina, pero Gulf no lo permitió) del alfa, todos se mantuvieron en silencio mirándose unos a otros. Mew estaba sentado en un sillón con Gulf y Win, uno a cada lado de él, mientras que el alfa, la luna y el beta de la manada, estaban frente a ellos, este último más alejado, recostado en una esquina con los brazos cruzados en el pecho.
—Muy bien, ya me aburrí —Gulf dijo, rompiendo el tenso silencio—. Phi Mile, ¿puede dejar de mirarlos así?
—Según tú, ¿cómo los miro?—El alfa respondió.
—Oh, por favor, corten ya su mierda —Gulf bufó—. No sé qué les sucede y para este momento ha dejado de importarme, pero eso no quiere decir que tengan que comportarse como unos completos imbéciles.
—Cuida como le hablas a tu líder —Apo le gruñó y Gulf rastrillo sus dientes.
—De cualquier forma —Mew sostuvo el brazo del menor, deteniendo sus palabras—, con todo el respeto que se merece, líder —dijo con tono sarcástico—. No queremos permanecer más tiempo de lo necesario aquí, impidiendo sus muchos deberes, simplemente hemos venido a avisar de nuestra estadía a largo plazo en la manada.
—Debo decir que guardaba la esperanza de que decidieran continuar su camino —Mile espetó casi con aburrimiento.
—¡Phi Mile! —Gulf reclamó, siendo detenido nuevamente por su novio.
Mew fingió sentirse afligido. —Mis más sinceras disculpas por no cumplir sus expectativas. —Sonriendo de medio lado agregó:— Sin embargo, tal parece que nos estaremos quedando por una larga temporada, a menos por supuesto que después de que nos unamos, mi dulce novio decida que quiere irse conmigo.
—¿Novio? —La luna de la manada preguntó, mirando con desapruebo a su hermano.
—Así es, lo oficializamos esta tarde —fue Gulf quien respondió.
—¿Hasta dónde piensas llegar con tu capricho?
—No es ningún capricho —Gulf respondió a su hermano—. Y llegaremos tan lejos como sea posible.
—Claro, ya me gustaría ver una relación como la suya, ¿qué futuro podría tener? —La luna contestó con burla—. Estando con alguien que ni siquiera podría defenderte.
—Curioso —Mew murmuró lo suficientemente alto como para que todos le escucharan—. No dejan de repetir que no podría defender a Gulf y sin embargo, lo único que puedo pensar es en qué sería necesario, porque yo lo veo lo suficientemente capaz de defenderse a sí mismo.
—Vaya respuesta —la luna soltó una carcajada sin gracia—. Queda más que claro que será él quien cuide de ti.
—Bueno, es algo que realmente espero. —Mew rodeó los hombros de Gulf con un brazo, quien se dejó acurrucar mirándole curioso.
—¿Ni siquiera vas a negarlo?
—¿Debería?
—¿Acaso eres tonto?
—¿Me hace tonto el querer que mi omega cuide de mí? —Mew preguntó, simulando una mueca confusa—. ¿Quiere eso decir que no cuida usted de su alfa?
—¡Insolente! —Apo gritó, intentando avanzar pero siendo detenido por su alfa.
—¿He dicho algo que no debía? Mis disculpas de ser así. —Sonrió—. En mí casa siempre se me enseñó que una relación debe ser recíproca, que las parejas deben cuidarse mutuamente, ¿no es así en su familia?
—No quieras pasarte de listo conmigo, Suppasit —Apo le gruñó.
—Oh, la diosa no lo quiera así —Mew respondió, tan imperturbable como siempre.
—Tal parece, Suppasit, que no puedes controlar tu lengua. —El alfa decidió intervenir—. No ha habido una sola vez en el que te reúnas con nosotros y no hagas algún comentario de listillo.
—Dicen por ahí que recibes lo que das —Mew contestó y el alfa entrecerró los ojos casi imperceptiblemente, tal vez considerando que era alguien a quien debería tenerle cuidado.
—Tengo entendido que tienes un título de abogado y sin embargo, aún no ejerces como tal, solo has trabajado en varios bares y otro montón de lugares —Mile expuso, escrutándolo con la mirada—. Y eso que supuestamente fuiste el mejor de tu generación, me hace preguntarme, ¿qué habrá pasado?
—Entonces hizo sus deberes, líder. —Mew le arqueó una ceja.
Mile no reaccionó a su insolencia esta vez y los labios de Mew se curvaron en reconocimiento.
"Hasta que se decide a jugar", Mew rio mentalmente.
—En realidad, no he ejercido debido a ciertos... inconvenientes que tuve en mi antiguo pueblo. —Se decidió a contestar.
—¿Qué tan grave debieron ser esos inconvenientes para que no encontrarás un lugar en el que trabajar?
—Ciertamente, la estupidez de las personas es un asunto grave y lamentablemente en algunos es imposible de corregir.
—¿Quieres explicarte mejor?
—Pierda cuidado. —Mew negó con la cabeza, mirando por el rabillo del ojo como el beta al fin se había movido de su lugar para ponerse más cerca de su líder.
"¿Me considera una amenaza?", resopló sintiéndose divertido interiormente, "curioso".
—Dejémoslo en que no le agradaba demasiado a las personas en mi antiguo pueblo.
—No me imagino porqué, si eres todo un encanto —Apo bufó y Mew escuchó el resoplido de risa de Win.
—Gracias, es algo natural en mí —Mew contestó, haciendo la risa de su hermano un poco más audible, a pesar que este intentaba por todos los medios contenerla y enfureciendo aún más a la luna Phakpun.— Pero volviendo al tema... ¿Qué fue exactamente lo que le llamó la atención de mi impecable historial? No sería ni la primera ni la última persona que lamentablemente no ha podido ejercer su título.
—¿Impecable dices? — Increíblemente el líder rio.
—Hay que ver.
Bueno, ciertamente su historial no era exactamente impecable, pues Mew tenía algunos reportes por haberse metido en alguna pelea en los bares que trabajaba. Él no podría haberlos evitado, sin embargo, ya que a pesar de lo que se le decía, Mew nunca sería capaz de quedarse sentado y ver como unos mal nacidos intentaban aprovecharse de algún beta u omega.
—Con solo verte y hablar unos minutos contigo, si se presta la suficiente atención, cualquiera sería capaz de darse cuenta que eres más astuto de lo que dejas ver. —Mile se recostó despreocupado en su sillón—. Debo confesar que me intrigas bastante.
—¿Lo hago? —Le arqueó una ceja.
—Por supuesto, sin embargo, lo que más me intriga es saber lo que ocultan. —Mile se acarició la barbilla como si pensara profundamente en ello, por su parte Mew se puso rígido, más no lo demostró—. Por la reacción de tu hermano, me es fácil imaginar que debe ser algo realmente importante.
Mew contuvo el impulso de girarse a mirar a Win, no queriendo dejarse más en evidencia de lo que estaba. Manteniendo su actitud relajada y comenzando a jugar con el pelo de Gulf.
—Entonces... todo este tiempo, su actitud para con nosotros es debido a que piensa que ocultamos algo, ¿no?
—¿Me equivoco?
—No, no lo hace —respondió, pues Mew no creía que sirviera de nada mentir, además de que no sabía con certeza de si éste ya estaba enterado de todo—. Sin embargo, es algo bastante personal.
—Veo —Mile aceptó, aunque era obvia su inconformidad—. Por el momento, bienvenidos a la manada, espero que sus estadía aquí sea agradable.
—Gracias. —Todos se pusieron de pie y Mew se acercó a estrechar la mano que Mile le ofreció, devolviendo el apretón tan fuerte como se le fue dado.
—Ah y Suppasit, tenemos que hablar con más calma sobre tu relación con nong Gulf, no me importa que ya sea mayor de edad, sigue siendo alguien por el que tengo que velar.
—Puede estar tranquilo en eso, en adelante puede confiármelo. —Mile debió ver algo en él, porque apretó ligeramente los labios y asintió.
—De alguna forma, comienzo a pensar que es así.
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Win veía como Mew golpeaba el saco se boxeo con fuerza. El menor había estado burbujeando rabioso desde que había salido de la casa alfa.
Win sabía que se debía a la patente amenaza que este les había hecho. Ellos no eran estúpidos y la supuesta "curiosidad" que sentía por ellos y lo que les había pasado, no había sido más que una advertencia.
Y por supuesto, ellos lo habían visto por lo que era, no cayendo en sus palabras disfrazadas.
—No importa cuánto lo golpees, Mew, eso no arreglará nada.
—Pero me da satisfacción pensar en su rostro mientras lo hago —el alfa respondió entre jadeos.
—De cualquier forma, ya llevas dos horas en eso, solo déjalo. —Win bufó y Mew dejó de golpearlo, atrapando el saco entre sus manos.
Retirándose los guantes, Mew los metió bajo su brazo y se acercó hasta el mayor, dejándose caer a su lado para comenzar a desarrollarse las cintas.
—¿Qué tan cerca crees que esté? —Win preguntó.
—No puedo estar seguro, pero ya dejó en claro que tiene la certeza de que algo ocultamos. —Mew tomó su termo con agua y se tomó un trago—. En realidad tardó más de lo que creía, en cuanto lo vi supe que era un hijo de puta astuto, después de ver tus heridas, el que estuviéramos viajando a algún lugar sin rumbo y nos encontraran "vagando" en su territorio a mitad de la noche, sería sospechoso para cualquiera.
—Entonces, ¿corremos peligro?
—No por el momento.
—Pero...
—Estuve revisando —Mew le interrumpió—. Por alguna razón aún no han puesto una denuncia y si lo hubieran hecho era algo lo suficiente trágico como para que la prensa hablara de ello.
—¿Qué quieres decir?
Mew se quedó callado por unos segundos como si estuviera analizando algo, pero al final solo negó.
—Eso solo significa que Vimuktayon no quiere que nadie se interponga en su camino —respondió—. En teoría, sería más fácil si tuvieran a la policía de su lado para buscarnos, pero eso también significaría que luego no podría actuar por su cuenta.
—¿Tratas de decir que no podría hacernos nada?
—No exactamente, pero de hacerlo, entonces estaría en la mira. —Mew golpeó sus dedos contra el plástico del termo con la calma que lo caracteriza cuando analizaba algo a profundidad—. Sé que nos están buscando, de alguna forma tuvo que haberse enterado que tuvimos la culpa de lo que le pasó a Nani.
—Fue en defensa propia. —Win tembló, abrazándose a sí mismo cuando recuerdos de aquel momento inundaron su cabeza.
—No te preocupes, phi, me encargaré de estar preparado.
—¿Significa eso que sin importar qué, ellos nos encontrarán? —Tragó temeroso.
—Es inevitable, solo estoy ganando tiempo.
—¿Ganando tiempo?
—Como te dije, solo deja todo en mis manos. —Gulf le sonrió y le alboroto el pelo.
Win le manoteó, porque odiaba cuando hacia eso y el alfa rio. Le miró no muy confiado, sabiendo que Mew tramaba algo y temía que se metiera en problemas debido a ello. Sin embargo, tenía la certeza de que por más que le preguntara, este no se lo diría, por lo que decidió dejar el asunto de lado por el momento.
—Estuve mirando el sótano. —Decidió cambiar de tema.
—¿Qué pasa con él?
—Creo que sí lo ambientamos lo suficiente, podría servirte como gimnasio y así dejaras de tener tus cosas regadas por todos lados. —Win miró inconforme el reguero en el patio.
—Siempre te estás quejando por eso. —Mew giró los ojos y Win le fulminó—. Está bien, mañana veré qué se puede hacer.
—¿Piensas seguir armando a tu preciosa?
—Por supuesto, aún tengo que comprar algunas piezas, pero está casi lista.
—Me pregunto cuándo llegará el día en que te concentres en una sola cosa. —Win suspiró posando los codos en sus piernas para sostenerse el rostro y mirar las copas de los árboles mecerse con el ligero viento—. Eres bartender, mecánico, carpintero, plomero, electricista y abogado.
—En realidad, oficialmente solo soy abogado. —Mew sonrió—. Lo otro son cosas que he aprendido de paso.
—Desde que cumpliste quince comenzaste a trabajar, aunque en ese entonces no era precisamente necesario. —Win giró la cabeza para mirar a su hermano—. Siempre has sido demasiado inquieto, incluso para un conejo.
—Me aburro fácilmente, siempre tengo que tener algo con lo que mantener la mente ocupada.
—Ansiedad.
—No empieces.
—No tenía planeado hacerlo, hace años que me di por vencido. —Suspiró, volviendo su vista al frente—. Volviendo al tema anterior, realmente me preocupa que Phakpun este tan interesado en nuestras vidas y por lo que dijo, no parará de indagar.
—No le caigo bien y el hecho de que sea pareja de su cuñado solo le ha dado la excusa perfecta. —Mew chasqueó la lengua—. Phakpun no está feliz de que arruinara su acuerdo implícito de paz.
—¿Uh?
—Gulf me dijo que hace años los Phakpun y los Vachirawit se peleaban por estas tierras, cada familia quería tener el control total de Phetchaburi —Mew explicó—. Sin embargo, se derramó más sangre de lo esperado, ambas fueron más fuerte de lo que la otra esperaba, por lo que al final decidieron hacer un acuerdo.
—¿Te refieres a...?
—Así es, en cada generación se deben enlazar un miembro de la familia con la otra. —Mew arrugó el ceño—. Debido a que Mile fue hijo único y encontró a Apo, en esta generación aún no lo han hecho y se supone que Gulf tomaría su lugar.
—Pero se arruinó porque llegaste tú.
—Exacto y Phakpun no está feliz con eso.
—Pero el alfa Vachirawit no pareció tener problema con que fueras pareja de nong.
—Sí, bueno, Gulf siempre ha sido rebelde y aunque no muy a menudo, no sería la primera vez que tuviera pareja.
—Por lo que piensa que eventualmente van a separarse, sin importar qué.
—Eso es lo que él piensa.
—Esto está más jodido de lo que esperaba —Win murmuró, su preocupación aumentando.
Stars_Of_Saturn.
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