Capítulo 5
—Por lo tanto, en lo que se resuelve todo, les tendré que pedir que se queden cerca —el alfa Vachirawit dijo.
Mew miró a Win, no sintiéndose satisfecho de tener que quedarse más tiempo en aquella ciudad, pero dado a la seriedad del asunto, sería lo mejor. Después de todo, el tipo le había amenazado con usar su veneno en él.
Fue un movimiento estúpido de su parte, considerando que hacía años que se habían lanzado leyes que prohibían que los cambia formas de especies venenosas, utilizaran su veneno a menos que sean en un caso extremo de peligro.
Si lo utilizaran en una situación así, entonces podría ser considerado en defensa propia, de lo contrario, podrían pasar el resto de su vida pudriéndose en una cárcel de máxima seguridad, fuera del contacto humano.
Ahora, una amenaza directa de utilizarlo es un delito menor, que con suerte terminaría con una multa de unos buenos miles y en caso de no poder pagarla, les dejaría unos meses en prisión.
Para algunos podría ser exagerado, pero luego de lo mucho que estas especies intimidaron, persiguieron e incluso asesinaron a aquellos que no cumplían sus caprichos, se vio necesario tomar medidas drásticas para controlar el auge delictivo de los mismos.
—Supongo que podríamos atrasar nuestro viaje un par de días más. —Asintió al hombre, después de todo, el tipo no había sido más que cordial y agradable con ellos.
—Gracias y disculpen las molestias por la que han pasado. En adelante me aseguraré que se ponga más atención en este tipo de casos. —Mew asintió satisfecho a las palabras del alfa.
—Muy bien, entonces nosotros pasaremos a retirarnos, cualquier cosa que necesite, ya sabe donde contactarnos —Mew dijo, poniéndose de pie junto a los otros dos.
—Así lo haré, permítanme acompañarlos —el alfa ofreció.
Saliendo de la oficina del alfa, este abrió la puerta para ellos y uno de sus hombres estaba tras ésta.
—Alfa Vachirawit —el hombre dijo, mirándoles de reojo—. El alfa Phakpun está aquí y solicita verle.
El alfa Vachirawit frunció el ceño como si aquello le extrañara, pero simplemente asintió.
—Iré de inmediato, por favor escolta a los Suppasit a la salida —el alfa Vachirawit dijo.
—Señor, la cosa es... —El hombre les lanzó otra mirada como si dudará de decir lo siguiente—. El alfa Phakpun preguntó si los señores Suppasit aún estaban aquí, porque había venido por ellos.
El ceño de Mew se arrugó y tuvo que poner todo de él para no hacer alguna mueca desagradable, sabiendo que no podía ser más que Mile Phakpun.
Se sintió tentado a negarse, pero siendo sinceros, Mew solo quería terminar con todo rápido y salir de allí, por lo que terminaron acompañando al alfa hasta otra sala donde estaba el alfa Mile Phakpun junto a cómo no, su cuñado y presunto acosador de Mew, Gulf Kanawut.
—Alfa Phakpun —saludó Min.
—Alfa Min, disculpe que apareciera tan de repente, gracias por recibirnos. —Mile se puso de pie junto a Gulf, extendiéndole una mano al hombre, quien la recibió, haciendo lo mismo con el omega.
—Para nada, sabes que son siempre bienvenidos —Vachirawit respondió—. Se me informó que han venido por los Suppasit —agregó, apuntando los sofás indicándoles que se sentaran.
—Así es. —Mile les miró y Mew le devolvió una mirada plana, Win a su lado se arrimó un poco más a él—. Nong Gulf me contó sobre el... incidente, él estaba algo preocupado por ambos y me pidió venir a por ellos.
—Oh, entonces, ¿son amigos? —Vachirawit preguntó.
—Eso es otra cosa de la que me gustaría hablarle —Mile dijo al alfa Vachirawit con seriedad, mirando entre Gulf y Mew, quien alzó una ceja interrogante—. La cosa es alfa Vachirawit, que Mew resultó ser el destinado de nong Gulf, se supone que recién Mew comenzó a... cortejarle.
Mew miró al león con incredulidad, fijando luego su mirada en el omega junto a él, que le alzó una ceja en desafío.
—¿Es eso así, Gulf? —Vachirawit preguntó.
Mew frunció el ceño cuando este adoptó una actitud vergonzosa, apenas mirando a los ojos del alfa cuando asintió.
—Así es alfa —Gulf contestó—. Nos conocimos no hace mucho y hemos estado hablando, phi Mew y phi Win tenían que salir por unas semanas y por eso estábamos en aquella cafetería.
Mew casi blanquea los ojos cuando el omega incluso se sonrojó mientras le daba una tímida sonrisa al líder de aquella manada.
—Ya veo —el hombre murmuró pensativo, mirando entonces en su dirección—. ¿Eso significa que no aceptarás el compromiso con Fiat? —Preguntó, volviendo su vista al tigre.
—¿Estás comprometido? —Mew fingió enojo, o al menos eso fue lo que se dijo—. ¿Por qué no me lo habías dicho?
Los ojos de Gulf se abrieron en grande, como si no se esperara aquel reclamo. El omega se puso de pie y dio un paso en su dirección negando firmemente con la cabeza.
—No es así, no estoy comprometido aún, nosotros...
—Gulf —Mile le detuvo, tomándole del brazo—. ¿Por qué no acompañas a Win y Mew afuera? Así aprovechan y hablan mejor las cosas, yo me quedaré aquí hablando con el alfa Vachirawit.
—Está bien —aceptó sin problemas—. Phi Mew, ¿me acompañas por favor?
Mew estuvo tentado a decirle que no le acompañaría a ningún lado, pero Win se puso de pie y le lanzó una mirada de "para-tu-puto-culo-de-ahí", que Mew no pudo ignorar.
—Alfa Vachirawit, gracias por habernos recibido. —Mew hizo una pequeña reverencia al hombre, quien asintió a sus palabras. Girándose, miró a los otros dos omegas—. ¿Vamos?
Dejando que los otros dos salieran primero, Mew los siguió calmadamente. Gulf los guió fuera de la casa hasta un pequeño jardín que había a un lado, fue entonces cuando Mew tomó al tigre omega de uno de sus brazos y le hizo girarse con cierta brusquedad.
—¿Qué infiernos crees que...?
—¡Nog Gulf! —Alguien gritó, interrumpiendo sus palabras.
Mirando en dirección al grito, Mew vio como alguien corría en su dirección, gruñendo, soltó al omega, mismo que fue recogido en los brazos del hombre.
El tipo tampoco dudó un segundo antes de unir sus bocas. Un gruñido salió de su garganta y antes de que pudiera siquiera procesar lo que estaba haciendo, había sacado al omega de entre los brazos del tipo, rodeándole la cintura y arrastrándolo contra su pecho.
—¿Quién demonios eres? —El tipo preguntó.
—¿Qué jodidos te importa?
—Dado que estas en mí casa y arrebatas a mi futuro prometido para sostenerlo tan íntimamente, yo diría que me interesa bastante. —El tipo, obviamente alfa, gruñó en su dirección.
—¿Futuro prometido dices? —Mew le dedicó una sonrisa burlona, haciendo que el hombre se irritara aún más—. ¿Dulce, por qué no le habías dicho a tu querido novio que aparentemente tenías un pretendiente tan... atrevido? —Mew preguntó hacía Gulf, pero sin quitar sus ojos de encima del otro.
—¿Novio? ¿Acaso perdiste la cabeza? —Él dio un paso amenazante en su dirección y Mew hizo a Gulf a un lado, dispuesto a enfrentarle.
—Fiat —Gulf llamó, interponiéndose nuevamente entre ellos—. Tranquilízate.
—¿Quién rayos es este tipo? ¿Por qué está diciendo que es tu novio?
—Eso es porque...
—Lo soy. —Mew interrumpió, rodeando con uno de sus brazos la cintura del tigre—. ¿Éste es el tipo del que me hablaste, dulce? —Mew se inclinó para poner el mentón en el hombro de este y besar su mejilla—. No es tan guapo como dijiste.
—Tú... — El tal Fiat intentó irse en su contra, pero Gulf puso una mano en su pecho para detenerle, Mew ni siquiera se inmutó.
—Mew, por favor deja de provocarle —el tigre dijo con voz dulce, a pesar de que le lanzaba dagas con los ojos cuando se giró a mirarle.
—Pero...
—Mew —Esta vez fue Win quién le llamó y Mew se giró a mirar a su hermano—. No me estoy sintiendo muy bien.
A pesar de que sabía era una clara mentira, Mew se separó del tigre para llegar hasta él.
—¿Qué tienes?
—Creo que necesito sentarme. —Win se sostuvo de su brazo y dio un tambaleante paso más cerca de él.
—¿Win? —Llamó preocupado, ¿no estaba él fingiendo?
—Estoy bien, pero si tomara asiento estaría mejor.
—Déjenme acompañarlos —el tigre ofreció, siendo detenido por el alfa tras él.
—Aún no terminamos nuestra conversación —el tipo dijo.
—Fiat —Gulf reprochó.
—Nosotros estamos bien, de cualquier forma planeábamos irnos —Mew bufó, rodeando la cintura de Win para mantenerlo estable.
—Se supone que hablaríamos —Gulf reclamó, frunciendo el ceño.
Mew estuvo a punto de decirle que ya habían hablado lo suficiente, pero mirando al tipo tras el tigre, lo reconsideró.
—Luego hablamos dulce, atiende a tu... amiguito aquí —respondió y luego comenzó a alejarse junto a Win, ignorando el gruñido rabioso del alfa.
—¿Entonces? —Fiat insistió y Gulf tuvo que poner mucho de sí para no mandarlo a la mierda.
—Estamos saliendo —continuó con su mentira, aún no estaba seguro de porqué Suppasit le había seguido el juego, pero si se lo ponía tan fácil entonces lo aprovecharía—. Nos hicimos formales hace poco.
—Gulf, tuvimos sexo hace como dos semanas —Fiat gruñó—. ¿Me dirás que te acostaste conmigo mientras estabas con él?
—Para entonces no estábamos oficialmente juntos y habíamos peleado —dijo lo primero que se le ocurrió—. Ahora estamos bien y él me pidió ser su pareja.
—Y aceptaste sin más, ¿no? ¿Acaso todo este tiempo ha sido un juego para ti? ¿Por qué estuviste dándome esperanzas para al final hacerme esto?
"Porque ni siquiera yo sabía que conocería a mi destinado", Gulf pensó, mas no lo dijo.
—No estuve jugando contigo. Te dije que no estaba seguro de lo nuestro y...
—Por supuesto que no estabas seguro, si estuviste conmigo mientras te revolcabas con él —el alfa escupió.
Gulf no dudó en alzar su puño y estrellarlo contra la mandíbula del alfa, le gustaría golpearle aún más, pero sabía que Mile no estaría feliz de que se metiera en más problemas.
Después de todo, se supone que él es un dulce, sumiso, complaciente y encantador omega. Nada que ver con el idiota boca suelta de mal carácter que en realidad era.
—Escucha imbécil, si no puedes aceptar que decidí estar con alguien más, es tu puto problema, pero a mí no me faltas al respeto —Gulf rugió, apretando los puños a sus costados.
—¿Qué demonios? —El alfa le miró con bastante sorpresa, pues el Gulf que él conocía nunca se atrevería siquiera a alzarle demás la voz—. ¿Te has vuelto loco?
—No, no enloquecí. Lo que pasa es que ya me harte de fingir ser una dulce florecita, no lo soy, podría patearte el culo en cuanto quisiera.
—¿Perdón?
—Lo que escuchaste —bufó—. Mira Fiat, fue divertido estar contigo y todo eso, no eres un mal tipo, pero ahora estoy con alguien y no me interesa para nada seguir cualquier mierda que según teníamos.
—¿Ahora me dirás que no tuvimos nada?
Gulf rodó los ojos y se cruzó de brazos.
—¿Qué tuvimos? ¿Un posible compromiso que los alfas de nuestras manadas estaban concertando? ¿Un poco de sexo cuando queríamos rascarnos la comezón?
—¿Solo llevas unos poco días con él y te ha hecho esto? ¿Es esta la influencia de él en ti?
—No, este soy yo, mi verdadero yo —señaló—. Nunca he sido de los que se callan y se sientan a esperar que hagan una mierda por él, puedo valerme por mí mismo, así que de cualquier forma no hubiéramos funcionado a largo plazo.
—Según yo, estuvimos muy bien antes de él. —Fiat señaló el camino por donde los hermanos Suppasit se habían ido.
—Tú estuviste bien, pero la realidad es que muchas veces tuve que morderme la lengua para no decir, como Mile diría, "algo inapropiado". —Hizo comillas con los dedos.
—¿Estas tratando de decirme algo?
—¿Eso piensas? —Gulf preguntó de vuelta, suspirando ante retraída mueca del alfa—. Fiat, te repito, eres un buen tipo y pasamos agradables momentos juntos, si quieres podemos seguir siendo amigos, solo que en adelante no habrá ningún acercamiento... íntimo.
—Justo ahora comienzo a verte bajo una nueva luz.
—Lo tomaré de forma positiva. —Acercándose al otro, Gulf le palmeó el hombro—. Fue bueno mientras duró, ahora si me disculpas, tengo que ir a contentar a mi furioso alfa.
—No voy a rendirme tan fácilmente —Fiat respondió.
—Oh, por favor, no pierdas tu tiempo. —Gulf blanqueó los ojos—. El idiota posesivo de mi novio, es también mi destinado, así que no te molestes.
—Eso no dice nada, han habido casos en donde los destinados deciden no estar juntos.
Alejándose, Gulf se encogió de hombros.
—Como sea, haz lo que quieras —respondió—. Y en adelante, cuida la mierda que sale de tu boca, aún tengo ganas de darte un buen puñetazo —gruñó.
—¿Otro?
—Diez más.
—Es justo. —Fiat, asintió.
—Bien, entonces nos vemos. —Con un ademán Gulf dejó al alfa para seguir el rastro de los hermanos Suppasit.
No le tomó mucho encontrarlos, estos estaban en su camioneta. El omega sentado en uno de los asientos, mientras Mew estaba parado fuera dándole una botella de agua.
—Dime qué es lo que te ha puesto así. —Escuchó decir al alfa en cuanto se acercó—. ¿Cómo voy a ayudarte si no me dices nada?
—Estoy bien, es solo... esta casa me pone nervioso, está este olor que... olvídalo. Ahora estoy mejor. —Win tomó un nuevo trago de agua y luego sus ojos cayeron sobre él—. Nong Gulf.
Nada más dijo su nombre, el alfa se giró a encararlo, frunciéndole el ceño como cada vez que le veía.
—Hola, novio. —Gulf se acercó al alfa casi hasta estar presionado contra él, esperó que le maldijera y se alejara, pero curiosamente este le rodeó la cintura con un brazo y le acercó el resto del camino.
—¿A qué estás jugando, tigre? —El alfa preguntó por lo bajo, inclinándose aún más cerca.
—¿De qué hablas cariño? No estoy jugando a nada. —Gulf levantó las manos y las presionó contra el duro pecho que había sentido antes cuando estuvieron junto a Fiat.
—¿No? Entonces, ¿qué fue todo ese show que montaron frente al alfa Vachirawit? —La mano de Mew se deslizó peligrosamente cerca de su trasero y la respiración de Gulf se enganchó por un momento.
—Tu no dijiste nada, incluso participaste en ello. —Presionando sus dedos aún más en la carne de el alfa, Gulf suspiró, encontrándoselo sumamente agradable.
Debía admitir que Mew era exactamente su tipo, del tamaño, musculatura y contextura que le gustaba. Y como extra, tenía esa actitud de mierda que le provoca enfrentarlo en cuanto abría la boca, Gulf pensaba que nunca se aburriría si es que llegaran a estar juntos.
—Tal parece, dulce —Mew murmuró, inclinándose cerca de su oído y Gulf no pudo evitar tomar una profunda respiración, inhalando el delicioso aroma que este desprendía—, que no contestaste a tu querido prometido lo suficiente.
Gulf parpadeó confundido ante el brusco cambio de la conversación. Dando un paso atrás, Mew le hizo dar la vuelta y su mirada chocó con Fiat, que fulminaba al alfa.
—Parece que realmente lo encantaste, me pregunto qué le habrás hecho —soltó petulante.
—Si tienes algo que decir, dímelo directamente. —Gulf se giró hacia el alfa una vez Fiat siguió su camino.
—Me da curiosidad —Mew comentó, repasándole con los ojos de arriba a abajo—. Tú ya tienes a alguien, ¿por qué estás tan interesado en mí?
—Mew déjale. —Win tomó el brazo de su hermano—. Guarda tu mierda.
—Pero si no he dicho nada.
—Mew, te conozco bien, estás enojado, así que déjalo —Win advirtió. — No vayas a decir alguna estupidez de la que termines arrepintiéndote.
—¿Estas celoso? —Gulf preguntó, sus labios curvándose en una sonrisa satisfecha.
—¿Por qué lo estaría? —Mew preguntó, mirándole como si no fuera la gran cosa.
Alzando una ceja, Gulf dejó salir una risita.— Oh, estás celoso —afirmó.
—Dulce, puede que seas sexy y podría ser hasta divertido follarte, pero realmente no es como si fueras el último chico lo suficientemente caliente como para hacerme pensar justo eso.
—Te la tienes muy creída, ¿verdad?
—Bueno, ayudas bastante a mi ego. —El alfa sonrío chulesco—. Desde que me sigues como sí no pudieras dejarme ir sin antes tener una probada de mí, pues...
—Imbécil.
—Mew, cállate.
Dijeron ambos omegas a la vez, siendo el hermano del alfa quien dijo lo último.
—Escucha, entiendo que por lo que está pasando no quieras acercarte demasiado, pero no por eso tienes que comportarte de ésta forma —Win murmuró por lo bajo, sin embargo, gracias a su buen oído, Gulf logró escucharle.
—¿Por qué están pasando? —Preguntó.
—¿No te dije que no debías meter la nariz donde no te llaman? —Mew regañó.
—Ah cariño, pensé que ya debías conocerme mejor. —Gulf le bateó las pestañas, ganándose un suspiro de exasperación—. Entonces, ¿finalmente me contarás qué fue lo que les pasó?
—Chico, tú...
—Mew —Win interrumpió con voz dura y luego le miró—. Nong Gulf, ¿podrías darnos unos minutos? Mew hablará contigo después.
—No voy a...
—Por favor. —Win le frunció el ceño a su hermano, quien rodando los ojos se acercó a la camioneta y se recostó en ella.
—Está bien —accedió sin mucho problema, alejándose hasta uno de los árboles cerca de allí y sentándose bajo la sombra.
—Win...
—Win nada —el omega cortó—. Mew ésta no es la forma, sé que no quieres tener una relación, pero eso no quiere decir que debas hacer que te odie.
—Si lo hace sería más fácil el que se alejara —rebatió.
—Mew escucha, personalmente creo que deberías darle una oportunidad. —El alfa intentó responder, pero Win levantó la mano para detenerlo—. No digo que te lances a por ello, pero al menos intenta conocerle.
—No es un buen momento.
—Entonces nunca lo sería. Mew, no quiero que luego te arrepientas de esto, el chico es tu destinado, no es algo que simplemente deberías dejar pasar.
Mew miró en dirección al tigre, quien al percatarse que lo hacía levantó la mano y saludó.
—Es tan irritante.
—¿Por qué te quejas? La diosa luna solo te está dando lo que pediste. —Win también miró hacia el tigre—. Es como la versión omega de ti, es tan boca suelta y cabeza dura como tú.
—Yo no soy así. —Mew frunció el ceño hacía su hermano.
—¿Te atreves a negarlo? —Win blanqueó los ojos—. El punto es, ¿sabes cuántas personas mueren mucho antes de conocer a su compañero? ¿Cuántas personas darían lo que no tienen por poder hacerlo?
—Pero si algo le pasara por mi culpa, yo...
—Mew escucha, nadie sabe que estamos aquí.
—Pero podrían no tardar en hacerlo —contradijo.
—Así como también podrían tardar años o nunca encontrarnos. —Win tomó la mano del alfa entre la suya—. No tenemos nada que nos ligue aquí y esta es una manada de depredadores, lo más seguro es que piensen que buscaríamos una manada mixta donde podamos refugiarnos.
—Aún así...
—Mew. —Win cerró los ojos y tomó una profunda respiración antes de volver a mirarle—. Hagamos un trato, tú quieres que deje de pensar que todo esto no es mi culpa, ¿verdad? Entonces, prometo hacerlo si te das una oportunidad con él.
—Eso es jugar sucio.
—Tal vez, pero Mew, si te niegas esto a ti mismo, solo será una carga de conciencia más que tendré que llevar. —Win miró afligido al tigre—. Porque la razón por la que ni siquiera quieres considerarlo, es porque debido a mí tú...
—Te he dicho que dejes de decir eso —Mew regañó.
—Y yo te he dicho que lo dejaré de hacer sólo si lo intentas con él. —Win señaló al otro omega con la cabeza.
—Diosa Win, ¿por qué haces esto?
—Porque sé que aunque no lo digas, te duele, sé que has pensado muchas veces como hubieran sido las cosas de estar en una situación diferente, ¿verdad?
Mew apretó los labios, Win tenía razón, pero eso no es algo que diría.
—No es necesario que respondas. —Win le soltó y le dio una pequeña sonrisa—. Ahora, te lo ruego Mew, ve y conoce a tu destinado.
Mew dudó, se sentía en medio de una encrucijada. Ir con la persona que la diosa le envió o quedarse lejos por su seguridad, para él la segunda opción era la adecuada, en cambio para su conejo que a pesar de casi paralizarse del miedo cada que tenía al tigre cerca, la primera era la que más anhelaba.
Mew no entendía al animal, temblaba y quería huir cada que el tigre se le acercaba, pero a la vez deseaba que acercar y marcarle con su aroma, restregarse contra el imponente y salvaje animal, muy a pesar de que sabía que este podría comérselo en cualquier momento.
Es como si su sentido común se hubiera atrofiado, sus más arraigados instintos pidiéndole huir y esconderse, pero su corazoncito pide quedarse.
—Está bien, Win. —Mew accedió a los deseos de su hermano y aunque no lo admitiera, a los más profundos suyos—. Me acercaré, intentaré conocerlo, pero si no funciona...
—Es justo, aunque no creo que haya posibilidad de que no lo haga. —Win le sonrió en grande—. Ahora, ve con él, te esperaré aquí, intentaré dormir un poco mientras.
Mew dudaba que lo hiciera, Win no podía relajarse mientras se sentía rodeado de tantos depredadores, aunque no podía culparlo, él mismo tampoco podía hacerlo.
—Vuelvo en unos minutos —respondió y dejando a Win dentro de la camioneta, se giró para ir hasta el tigre.
El omega se puso de pie en cuanto lo vio acercarse y una vez Mewestuvo frente a él, le extendió su mano. El tigre se le quedó mirando extrañado, Mew rodó los ojos, se acercó para tomar la mano de éste y luego la sacudió.
—Mew Suppasit, mucho gusto.
—¿Es en serio? —Gulf preguntó.
—¿Quieres que me vaya?
—¿Estás intentando hacer algún tipo de borrón y cuenta nueva? —Preguntó burlón.
—Chico, ¿lo tomas o lo dejas? No tengo todo el día para ti.
—Eres de mecha corta.
—¿Contigo? Tal parece que sí. —Mew retiró su mano, pero el omega la sostuvo con más fuerza y volvió a sacudirla.
—Gulf Kanawut, el placer es mío, cariño.
—¿Puedes dejar de decirme así? —Mew bufó, metiendo sus manos en sus bolsillos traseros.
—¿Quién lo hizo primero?
—¿Rencoroso?
—Con quienes se lo merecen.
Mew asintió, le parecía justo.
—Entonces, Gulf Kanawut. Una de estas noches, ¿te gustaría salir a comer o tomar algo conmigo?
—Vaya, ¿no es esto ir muy rápido?
Mew giró los ojos pidiéndole paciencia a la luna, el omega era de las personas más irritantes que había conocido nunca.
—Chico....
—Entonces... ¿Será una cita? —Mew estuvo a punto de decirle que lo olvidara, pero cuando miró tras él, vio los ojos de Win fijos en su persona.
—Sí Kanawut, será una cita —concedió.
—Pues será todo un placer ir contigo, cariño. —Mew ignoró el mote, sabiendo que el omega solo buscaba picarle.
—Muy bien, entonces, ¿me das tu número? —Mew sacó su celular y se lo pasó al omega.
—Por supuesto.
Win tomó el dispositivo en su mano, escribiendo su número y presionando el icono de llamar. Cuando su celular sonó en su bolsillo delantero, colgó y se lo devolvió al alfa.
—Por precaución. —Guiñó, sacando su propio se celular para registrarlo.
Mew le blanqueó los ojos, más no dijo nada. —Como si fuera a dejarte plantado.
—Con lo escurridizo que eres, no me sorprendería —puntualizó—. Así que te esperaré mañana a las nueve en mi casa, te mandaré la dirección por mensaje. Saldremos a tomar unos tragos.
—Disculpa, fui yo quien te invitó.
—Estaba entre las opciones que me ofreciste y sinceramente prefiero ir a tomar unos tragos. —Gulf le recorrió de arriba a abajo con los ojos—. Tal vez así te relajes y sea más fácil... entrar en confianza —agregó con un tono bajo y sugerente.
—¿Insinúas que tratarás de emborracharme para aprovecharte de mí?
—¿Eso te gustaría?
Mew se sorprendió a sí mismo soltando una risita ante lo dicho por el omega. El chico era claramente irritante, pero a la vez le resultaba curiosamente divertido.
—Te dejaré intentarlo, pero podrías llevarte una sorpresa.
Si se me escapa algún nombre, por favor avísenme.
Dando la última revisión, me fije que le puse Fiat al ex de Gulf, jajajaja. Juro que fue coincidencia, no me di cuenta hasta el final.
Stars_Of_Saturn.
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