Capítulo 19

JungKook se vio sorprendido por los brazos de su hermano nada más entró a casa, JiMin se acurrucó contra él, restregando su mejilla en su pecho. Era su omega buscando la familiar seguridad, estas cosas solo sucedían cuando JiMin pasaban por grandes recaídas.

Lo hacía con su padre cuando estaba vivo y luego comenzó a hacerlo con él cuando este falleció.

—¿Ya te sientes mejor, Minnie? —Preguntó, acariciándole el cabello con una mano, mientras se encaminaba a la sala a duras penas con el mayor aferrado a él.

—Tanto como puedo estarlo. —JiMin respondió, restregando esta vez la nariz en su pecho e instalando con fuerza—. ¿Estás usando perfume?

—No, sabes que mi nariz es muy sensible y no me gusta —respondió extrañado—. ¿Por qué?

—¿Estás seguro? —JiMin preguntó en cambio—. ¿Ninguna colonia o crema? Porque hueles realmente delicioso, es muy leve, pero... —JiMin suspiró y comenzó a frotarse como si realmente quisiera empaparse del supuesto aroma.

—Hey, tranquilo. —JungKook tuvo que separarse, porque realmente comenzaba a incomodarse; arqueó las cejas ante el sonrojo en el rostro de su hermano—. No llevo nada, ha de ser tu imaginación o el olor de algún ambientador que se adhirió a mi ropa.

—Lo siento. —JiMin carraspeó, pero su nariz se movía ligeramente en busca del aroma—. ¿Cómo están todos? ¿Averiguaron algo?

—No mucho, pero el alfa y la luna están bien. También supimos que Park se vio involucrado en el altercado, pero también salieron ilesos —contestó y finalmente tomaron asiento en el sofá—. Lo único es que el hijo mayor del alfa Min salió gravemente herido, aunque actualmente se encuentra fuera de peligro.

—Eso es bueno.

—Lo es. Hoy el segundo de los hermanos volvió y no estaba muy feliz por la situación que encontró.

—Imagino, nadie al que le pasara algo así lo estaría. —Asintió comprensivo—. ¿Y qué piensan hacer ahora?

—Tengo entendido que comenzarán a organizarse para contraatacar —respondió—. La manada está oficialmente en guerra, más bien, esta y todas las aliadas. Y ahora con lo de... estoy preocupado, ellos podrían aprovechar los disturbios para intentar llegar a nosotros.

—¿Qué sugieres que hagamos?

—Más temprano TaeHyung propuso que nos quedemos en la casona.

—No. —Fue la respuesta inmediata del Omega—. Yo no podría JungKook, de solo pensar en que estaré todo el día rodeado de... Diosa, no. —JiMin se estremeció.

JungKook esperaba esa respuesta, por lo que no insistió. Se lo había dicho a TaeHyung, ninguno de los dos se sentiría cómodo allí.

—Es por eso que TaeHyung pidió que algunos de sus hombres fueran enviados aquí, desde hoy se encargarán de vigilar los alrededores y cuidarte. No se acercarán a la casa a menos que sea estrictamente necesario —agregó cuando vio que el mayor iba a protestar—. Posiblemente ni siquiera seas capaz de verlos, al menos no regularmente, pero ellos siempre estarán allí por si sucede cualquier cosa.

—Lo que realmente significa que estarán allí por si a SikHyun o alguno de los hombres de Dong viene a por mí, por nosotros mejor dicho.

JungKook no respondió, pero JiMin no esperaba que lo hiciera, aquello era algo obvio.

—No lo creo —JungKook comentó y tanto Park como Kim, junto a sus betas, se giraron en su dirección.

—¿Tú qué haces aquí? —NamJoon gruñó.

JungKook sonrió y se encogió despreocupadamente de hombros, terminando de entrar al comedor y acercándose hasta la mesa donde estaba desplegado un mapa con el territorio de Corea del sur.

—Es mí día libre.

—¿De qué forma responde eso mí pregunta? —NamJoon bufó.

—Tranquilízate, tampoco es como si estoy emocionado de estar aquí, pero dado que mi pareja aquí vive, es lo que hay. —JungKook frunció el ceño, no apartando la mirada del mapa y las piezas de ajedrez ubicadas en lugares específicos del mismo.

—¿Por qué crees que nuestra suposición es errónea? —El hijo mayor de los Min preguntó, YoonGi, si mal no recuerda.

—Es obvio, lo más factible sería crear una serie de disturbios alrededor de las manadas. —JungKook las señaló con un dedo—. De esa forma se verían obligados a desplegarse, los dividiría, por lo que serían claramente más débiles. Entonces irían directamente a la casona a por el alfa y si tienen suerte, por sus lunas; todo el mundo sabe que si hay una forma de desestabilizar a alguien enlazado, es dañando a su compañero.

—Tendría sentido, ya intentaron asesinar a SeokJin-ssi. —ChanYeol asintió.

NamJoon se removió en su sitio ante la mención de aquello, había pasado una semana desde el altercado, pero la furia aún bullía en su interior cada que recordaba que esos infelices casi acaban con la vida de su compañero; de no haber sido por JunGi... no quería ni pensarlo.

—El chico tiene razón —el beta de Park agregó—. Y sin embargo, es imposible el que no nos veamos obligados a desplegados de ser así, no podemos dejar a nuestra gente desamparada.

—Nunca dije eso, lo que dije fue que hay que tomar en cuenta la posibilidad, tal vez podrían crear un equipo que se encargué específicamente de cuidar a los líderes —señaló—. Y por favor no vayan a saltar con su mierda de que son capaces de cuidarse solos.

—Cuida tu lenguaje, Jeon. No estás hablando con un cualquiera —NamJoon advirtió.

YoonGi y ChanYeol rieron divertidos, era claro lo mucho que el chico exasperaba a Kim.

Girando los ojos, JungKook agregó:—Sus culos son los que realmente importan.

—Jeon —NamJoon volvió a advertir y una vez más fue ignorado.

—Si ustedes caen, la manada lo hace con ustedes. —Señaló a los dos hombres—. En especial usted, ChanYeol-ssi, es literalmente el pilar del resto de las manadas de Corea, sin ofender. —Miró a Kim y a Min—. Es algo así como el líder de líderes y es claro que estas personas tienen algo con usted.

—¿Por qué piensas que tiene algo especialmente conmigo?

—Porque todas las manadas que han sido atacadas, son sus aliados y curiosamente los más fuertes. —JungKook ladeó la cabeza—. Es como si quisieran erradicar el problema de raíz, si logran tumbar a los más fuertes, sería cuestión de tiempo antes de que el resto se diera por vencido.

—Ese es un gran punto de vista, chico. —YoonGi le palmeó la espalda y ChanYeol asintió a sus palabras—. Ya hemos visto su modus operandi, tengo entendido que principalmente han intentado ir directo a por ustedes o sus allegados.

—Cada que atacaban, lo hacían directamente a la familia del Alfa —HoSeok confirmó—. La suposición de Jeon podría ser bastante sólida.

—Entonces deberíamos reforzar los límites de la manadas, aumentar la vigilancia. —JongIn reubicó algunas fichas en el mapa—. Aunque también sería bueno que evitaremos ponerlos al tanto de que podríamos saber sus planes, sería mejor si les hiciéramos creer que tienen todas las de ganar.

—También hay que terminar de hacer el reconocimientos de las manadas que se han vuelto en nuestra contra —esta vez habló HoSeok—. El tipo al que logramos capturar hace unos días apenas nos dio un puñado de nombres, pero es seguro que hay muchos más.

—Ya he mandado a alguien a investigar —ChanYeol dijo, haciendo alusión a que ya tenía a gente infiltrándose entre el enemigo.

—Por el movimiento que algunos de los hombres han reportado, no debe faltar mucho para que finalmente se dispongan a atacar. —YoonGi se rascó la barbilla pensativo—. También uno de nuestros aliados en Ilsan ha reportado que en el último tiempo, ha habido ciertas cargas extrañas en alguno de sus puertos.

—¿Es información verídica? —ChanYeol arqueó una ceja de forma interrogativa.

—Por supuesto, uno de sus hijos es trailero y de la pasa de puerto en puerto debido a su trabajo —Min respondió—. Al parecer se llegó a topar en dos ocasiones con algunos cargamentos que parecían un poco turbios y le llamó la atención que ambas veces parecieran haber sido manejados por la misma gente y tuvieran casi el mismo destino.

—¿Por qué pensó que eran turbios?

—Porque al parecer no estaban siguiendo precisamente el protocolo y según él, eso solo significan que estaban moviendo dinero por debajo de la mesa. —Entonces YoonGi se inclinó y puso un dedo encima de una de las ciudades—. Debido a que tiene buenas relaciones con la gente de los puertos que visita, logró averiguar que estos se dirigían a algún lugar cerca de Busan.

—¿Busan? —Tanto JungKook como ChanYeol preguntaron a la vez.

—Sí. Él no pudo averiguar el lugar exacto, pero supuestamente irían a algún lugar al sur de la ciudad.

—Ese hijo de puta —JungKook gruñó—. No sería para nada una sorpresa si el mal nacido tuviera algo que ver en esto.

—Concuerdo contigo. —ChanYeol apretó los labios, su ceño fruncido acentuándose aún más.

—¿Hay algo que no sepamos? ¿Acaso tienen a alguien en mente? —YoonGi cuestionó.

—¿Acaso sospechan de Dong SeoHyuk? —NamJoon supuso.

—¿Ese quién es? —YoonGi preguntó.

—Es el Alfa líder de una de las manadas del sur de Busan —NamJoon aclaró.

—¿Y qué lo hace un sospechoso?

—El simple hecho de que es una de las personas más miserables y retorcidas que podrías conocer jamás —JungKook escupió con asco—. Podría apostar lo que sea a que está metido en esto y les aseguro que ganaría. El mal nacido mete las manos en todo aquello que crea que puede abultarle los bolsillos.

—Lamentablemente, JungKook-ssi tiene razón —ChanYeol acotó—. Nunca me he fiado de ese tipo, es imposible confiar en un alfa que en vez de cuidar a los suyos, los intimida.

—Intimidar es poco —JungKook farfulló—. Es un abusador en toda la regla, desde que obliga a pagar una cuota por una "protección" que jamás proporcionan, hasta que no duda en enviar a sus hombres a darte una "lección" si no cumples con la cuota o de por sí te niegas a pagarla.

—¿Cobra por brindar protección? ¿En qué siglo cree que estamos? —YoonGi soltó un bajo gruñido—. ¿Y nadie lo ha denunciado?

—Todos están demasiado aterrorizados para hacerlo, además de que en sí solo lo hacía con las pocas familias no depredadores y a las razas más "débiles" que sí lo eran. —JungKook hizo una mueca—. Todos evitan llamar la atención sobre sí mismos, por lo que hacen la vista gorda a lo que pasa.

—Pero si no le denuncian, nunca lograrán cambiar las cosas.

—Es más fácil decirlo que hacerlo.

—¿Por qué tengo la impresión de que hablas por experiencia propia?

—Eso es porque lo hago.

YoonGi frunció el ceño, pues tenía la impresión de que Jeon no es el tipo de persona que aguantaría la mierda de nadie, por lo que estaba sinceramente sorprendido de que realmente él haya pasado por todo aquello.

—Entiendo —se limitó a responder—. Entonces deberíamos enviar a alguien a echarle ojo, ¿no?

—Podríamos, pero hay que ser discretos. —HoSeok asintió—. Tampoco podemos dar todo por sentado, por mucho que pensemos que podría serlo, no tenemos ninguna prueba en concreto.

—Mandaré a alguien —ChanYeol dijo—. Utilizaremos sus mismas técnicas, además de que debo sacar a mí tío de allí por precaución.

—¿Enviaremos a uno de nuestros hombres no depredadores? —JongIn cuestionó, recibiendo una asentimiento de su líder—. Me pondré en eso y de paso enviaré a por el tío ChungHee.

—Ve —ChanYeol mandó y su beta salió de la sala para comenzar a movilizar a su gente.

—Muy bien, entonces, tomando en cuenta lo dicho por Jeon, debemos reorganizarnos. —NamJoon devolvió su vista al mapa, comenzando a mover algunas piezas.

Tardaron alrededor de una hora en ello, tiempo en el que TaeHyung fue a por JungKook, más los líderes le pidieron que por favor (para el pesar de NamJoon) se quedara, pues era obvio que este tenía una buena visión en estas cosas y requerían su opinión. Así que el Omega volvió a retirarse.

—Tengo que irme, ahora —Min llamó la atención del resto una vez estuvieron satisfechos con la planificación—. JunGi será trasladado a un hospital en la manada, en realidad ya se verían estar en camino —comentó mirando el reloj en su muñeca—. Comenzaré a movilizar a los hombres, avisaré por cualquier imprevisto.

—Está bien, hablamos más tarde —NamJoon despidió y el resto le imitó.

Poco después Min se había ido.

—Yo también debería ir por TaeHyung —JungKook murmuró.

—Espera, JungKook-ssi —ChanYeol llamó—. Quisiera hablar contigo unos minutos.

—¿Sucedió algo?

—No exactamente, es solo que quería que habláramos a más profundidad sobre lo que me dijiste la semana pasada. Eso sobre que al parecer SeoHyuk ha averiguado que están aquí.

—En realidad, es algo que me interesa a mí también —NamJoon intervino—. Les prometí protección y no me gusta nada eso de que ese tal SikHyun estuvo aquí y nadie tiene ningún registro de ello.

JungKook suspiró, al parecer su salida con TaeHyung tendría que aplazarse un poco más.

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—Aún me siento mal por JiMin —TaeHyung murmuró, no soltando el brazo de JungKook en ningún momento.

—Él ya dijo que estaba bien, tranquilo. Además prometió llamar si algo pasaba —JungKook aseguró, agradeciendo por lo bajo al guardia que les dio paso a la discoteca.

El ruido se hizo mucho más fuerte una vez entraron, las luces de colores danzando de un lugar a otro debido al movimiento de los pequeños reflectores. El característico olor a alcohol y en ciertas partes a humo no del todo desagradable debido a las famosas Hookah*, que sin embargo, JungKook no estaba seguro si eran del todo legales.

TaeHyung le había pedido ir para, según sus palabras, reemplazar el mar recuerdo de su primera vez en un establecimiento de ese tipo, solo que en esa ocasión habían ido a otro lugar.

—Consigamos una mesa —habló, inclinando para acercar su boca al oído del menor y poder ser escuchado.

TaeHyung asintió y JungKook se aseguró de ponerlo delante suyo antes de internarse entre los cuerpos danzantes en la gran pista de baile. Sabía como eran esos lugares y para nada le apetecía que algún idiota aprovechado fuera a manosear a su pareja.

Fueron directo a barra, donde después de un par de minutos les atendieron y pudieron pedir sus bebidas. JungKook aprovechó para preguntar por quién podría conseguirles una mesa y el bartender llamó a un chico que les guio hasta el lugar.

—Cualquier otra cosa que deseen pedir, solo deben escribirlo en la tableta y se los traeré —el chico indicó, encendiendo el aparato que se encontraba integrado a la mesa con su debido protector y le instó a que le pusiera su propia contraseña para evitar malentendidos.

—Está bien, muchas gracias. —JungKook asintió y este se despidió con una sonrisa.

—Me gusta el lugar —TaeHyung comentó una vez se sentaron, tomando un trago de su cóctel. Por su parte, JungKook tenía su predilecto Ron cola. —El DJ es bueno.

—Lo es —JungKook aceptó, sonriendo mientras miraba al menor moverse levemente al ritmo de la música, era claro que deseaba ir a la pista—. ¿Quieres ir a bailar ya?

—¿Quieres tú hacerlo? —Los ojos sorprendidos de TaeHyung se pusieron en él.

—Bueno, por algo hemos venido aquí hoy, ¿no? —Preguntó divertido.

—Entonces terminemos esta copa y vamos. —Asintió—. Es probablemente la última vez en un largo tiempo en el que se me permitirá salir.

—Es por seguridad, Tae. —JungKook señaló al escuchar el tono molesto—. Incluso hoy tampoco es como que debimos haber salido.

—No empieces tú también, Kook —bufó—. Además, no es como si de cualquier forma NamJoon no envió gente a vigilarnos. Ahora mismo no los ubico, pero sé que están ahí.

—Al menos lograste que te permitiera venir hoy.

—Supongo. —Suspiró con resignación—. Ha estado más irritable de lo normal con todo esto.

—Bueno, tampoco puedes culparlo.

—No lo hago, pero que esté así hace que todos en la casona estén muy tensos; ni siquiera me he atrevido a comentarle que me marcaste, ni a él, ni a SeokJin.

—¿Ninguno lo saben? —JungKook arqueó las cejas divertido—. Y yo que pensaba que no habían dicho nada porque estaban demasiado ocupados controlando la situación con los rebeldes.

—La he estado ocultando en casa —confesó—. Prefiero evitarme encontronazos por el momento.

—Entiendo.

—Bien, ya basta. No vinimos aquí para hablar de eso, vinimos para despejar la mente y divertirnos, así que eso haremos. —TaeHyung apuró su bebida, tomándose el resto del contenido en su caso de un trago.

—Hey, hey. Vas a emborracharse rápidamente —JungKook regañó.

El omega se encogió de hombros, poniéndose de pie con una sonrisita traviesa, entonces le tomó la mano y tiró de él.

—Vamos a bailar.

Ante la insistencia, JungKook se vio obligado a apurar su bebida de igual forma, siendo rápidamente arrastrado hasta la pista de baile por el menor.

TaeHyung metió dos de sus dedos entre las pretinas de su pantalón, jalándolo hasta que estuvieron presionados juntos y comenzó a ondear sus caderas en su contra. JungKook llevó las manos a su cintura y le dejó marcar el ritmo.

Se movieron alrededor, nunca alejándose demasiado del otro, sus cuerpos creando suaves olas y frotándose íntimamente contra el otro. Dándole la espalda, TaeHyung se aseguró que su trasero quedara presionado contra el pene del alfa, moviéndolo entonces lentamente de arriba abajo y de izquierda a derecha.

Las manos de JungKook se apretaron en sus caderas y su boca fue a parar a su cuello, donde dejó un húmedo beso contra su la marca. TaeHyung suspiró placenteramente, llevando una de sus manos hacia atrás para sostener su cuello y mantenerlo pegado allí.

—¡JungKook! —Gimió cuando sintió una de las manos de este meterse bajo su camisa y acariciar la piel en su bajo vientre, la punta de sus dedos metiéndose apenas entre la cinturilla de sus pantalones—. Maldición.

TaeHyung se giró sobre sus talones y enganchó ambos brazos en el cuello del alfa, buscando su boca inmediatamente después. Las manos de JungKook acunaron su culo y lo arrimó más cerca de su cuerpo, metiendo una de sus piernas entre las suyas para continuar con el sinuoso balanceo de caderas.

—Cualquiera pensaría que estamos a punto de follar aquí mismo —TaeHyung dijo sobre sus labios una vez rompieron el beso.

—Dudo que alguien realmente nos este prestando atención, dulce, todos están muy ocupados bailando o haciendo exactamente lo mismo que nosotros. —Kook desvió sus besos a su barbilla y TaeHyung aprovechó para dar una mirada alrededor, cayendo en cuenta de que el alfa tenía razón.

—De cualquier forma, deberíamos mantener un poco más el decoro, ¿no?

—¿Te incomoda lo que estamos haciendo?

—No, pero estoy comenzando a tener pensamientos que... —mordió su labio inferior, su mirada volviéndose aún más oscura y salvaje cuando la puso en la del alfa—, no creo que podamos cumplir.

—¿Quién dice que no? —JungKook sonrió de medio lado y los ojos de TaeHyung brillaron durante un segundo, más terminó negando.

—Lo siento, pero tener sexo en el baño de una discoteca fue algo que me prometí que nunca haría y no creo que quieras ir a un hotel sabiendo cómo están las cosas, y que JiMin está solo en casa.

—Si es lo que quieres, podríamos ir un par de horas y luego regresar a casa —contestó sinuoso.

TaeHyung rio como si sus palabras fueran las más divertidas que había escuchado nunca.

—Pero cariño, contigo el sexo nunca es solo por un par de horas.

JungKook arqueó las cejas ante sus palabras, dándole una amplia y sensual sonrisa.

—¿Es eso una queja?

—Nunca. —Le guiñó, retrocediendo varios pasos para salir de su agarre—. Mejor vamos por otra bebida, esperemos a que la calentura baje y luego volvemos a la pista.

—Como quieras, pero sinceramente dudo que no haga otra cosa que no sea aumentar.

TaeHyung volvió a reír y JungKook comenzó a guiarlo nuevamente hasta su mesa. Para su mala suerte, a mitad de camino alguien con tal vez copas de más en su sistema, tropezó empujando al omega, quien se fue hacia delante, cayendo directamente en la espalda de alguien.

—Disculpa, alguien me ha empujado —TaeHyung dijo a esta persona, justo cuando JungKook logró alcanzarle.

—¿Estás bien, Tae? Ese tipo salió de la nada.

—Estoy bien.

—Pero si no es otro que Kim TaeHyung.

Solo entonces la pareja puso sus ojos en el tipo al que TaeHyung había empujado, dándose cuenta de que no era otro que Byul JeongSeong, el mismo alfa que al parecer se había dado a la tarea de hacerle la vida imposible cada que se lo encontraba.

—Seong, como si no fuera suficiente tener que ver tu rostro cada vez que voy a entrenar. —TaeHyung bufó.

—Oh, sabía que te recordaba de algo, eres el tipo al que noqueé la última vez, ¿no? Veo que tu nariz no sufrió demasiado —JungKook dijo con cierto tono burlón, cayendo en cuenta de quién se trataba.

JeongSeong gruñó en su dirección. —Jeon, creí que te habías asustado; nunca volví a verte por el gimnasio.

—Para nada. He estado bastante ocupado, esa es la razón por la que no he podido volver, sin embargo, cuando quieras volver a enfrentarme, solo debes decirle y me aseguraré de hacer un espacio para ti. —Sonrió—. Unos cuantos billetes nunca están de más.

—¿Insinúas algo, Jeon? —Byul se enderezó en toda su altura, adoptando una pose amenazante.

—¿Eso piensas? —Burló—. En sí no lo hago, aunque para ser sincero estoy un poco deseoso, escuché por ahí que estuviste metiéndote con mi hermano y yo realmente odio cuando se meten con los míos.

—Entonces es una amenaza. —Byul dio un amenazante paso más cerca, JungKook le imitó, haciendo a Tae cuidadosamente a un lado—. ¿Qué?, ¿quieres resolverlo aquí y ahora?

—¿Seguro de que quieres que vuelva a patear tu culo delante de tantas personas?

Byul gruñó y JungKook esperó que le atacara, sin embargo, los amigos de este se metieron, jalándolo hacia atrás.

—JeongSeong, tranquilo, no vinimos aquí para esto —uno de ellos dijo.

—Además, recuerda lo que el Alfa te dijo de molestar a su cuñado y a los Jeon —otro agregó.

—Es él quien comenzó a provocarme con su actitud soberbia —Byul gruñó.

—Simplemente olvídalo, hermano.

—Yo que tú escuchara a tus amigos. —TaeHyung se metió entre ellos.

—Nadie está hablando contigo, Kim.

—Pero sí con mi novio, que es lo mismo para mí —retó, alzando la barbilla desafiante—. Lo mejor sería que dieras la vuelta y siguiera con lo tuyo, nosotros haremos lo mismo.

—Está bien, TaeHyung, nosotros nos encargamos de él —uno de los chicos dijo, arrastrándolo lejos del lugar.

TaeHyung bufó, girando para fulminar a JungKook con la mirada antes de continuar su camino hacia su mesa.

—¿Estás enojado? —JungKook cuestionó, arrastrándolo encima de su regazo una vez estuvieron sentados.

—No. —Terminó suspirando—. Solo pide otros tragos y olvidemos el mal rato, ¿sí? No dejemos que esto nos arruine la noche.

—Como mí dulce quiera. —JungKook dejó un beso en su mejilla y se dispuso a desbloquear la tableta para hacer los nuevos pedidos.

El resto de la noche se la pasó tomando y bailando sin ningún nuevo percance.

—Ya estamos listos, señor. —Uno de sus centinelas se acercó—. Todos están armados y listos para salir, solo esperamos sus órdenes.

—¿Ya han rodeado los alrededores de las manadas? —SeungYeop preguntó, metiendo dos cargadores de repuesto en sus bolsillos.

—Así es, señor. Todo tal y como ordenó —su centinela respondió—. El equipo ave acaba de volver después de su reconocimiento de perímetro y está todo despejado.

—Excelente. Diles a todos que partan, en cincuenta minutos exactos quiero que el primer grupo ataque —ordenó, este respondió afirmativamente y se marchó con un leve trote.

Ellos se encontraban en una de sus manadas aliadas en Gyeonggi-do, a poco más de una hora de Seúl. La emoción corría por sus venas, había esperado por esto durante años y al fin había llegado el momento.

Hoy sería el día en que la manada Park cayera, el día en que recuperaría lo que se supone debió ser suyo por derecho. Está listo para arrasar con cualquiera que se interpusiera en su camino.

—Alfa SeungYeop. —La voz del que reconoció como su beta le sacó de sus pensamientos—. DakHo acaba de llamar para informar que están casi llegando a Daegu. Su grupo atacara la manada de Kim y el de JangHun irá por la de Min.

—De acuerdo. ¿Dónde está KyungHong?

—Aquí estoy —respondió el susodicho, entrando apenas al lugar—. Mi gente ya está en camino, solo faltamos nosotros.

—Entonces, pongámonos en marcha.

*Hookah: es una pipa de agua que se usa para fumar tabaco especialmente elaborado. El tabaco viene en varios sabores diferentes, como manzana, menta, cereza, chocolate, coco, regaliz, capuchino y sandía, lo que lo hace más atractivo para la gente joven.

Stars_of_Saturn.

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