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Capítulo 76

"La transformación de mini Ethan"



NARRADOR ONMISCIENTE 


La calle estaba oscura, una noche tranquila, de esas ideales para salir con alguien, hablar de la vida bajo la luna y el cielo totalmente brillante y estrellado. Las risas eran música cálida para tranquilizar el silencio de aquella noche y la pareja que caminaban acaramelados tomados de la mano eran una caricia para la penumbra. 

Ellie Schneider y Ethan Griffin. Clanes distintos, sangre distinta. Único amor. 


—Todavía no me acostumbro a decirte Ethan —menciona aquella muchacha de cabellos rubios —, ¿te acostumbras a tener dos nombres?

—Al principio era complicado, hasta sentía que tartamudeaba si debía pensar qué nombre decir en cada ocasión —el robusto rodea su brazo por la cintura de la chica. 


Ellos continuaban caminando. 


—Damian —ella voltea a verlo. 

—¿Tú tambien lo sientes? —anuncia tomándola con fuerzas, apegándola a él.


El momento era sacado de un cuento para ser real. Las risas se acabaron. Los agarres de ambos se volvieron más fuerte indicando que a su alrededor, había un peligro latente. No sabían a qué se estaban enfrentando con certeza pero ellos estaban olfateando para ver qué podían deducir del asunto. No era normal. El ardor de un aroma penetrante y espantoso los inundó por completo. Ellie se aguantaba sus ganas de vomitar y Damian (Ethan), lo recordó al instante: sangre.

Los grandes ventanales de aquellas casas estaban tapadas por una cortina, todas en su mayoría.


—Ellie, tenemos que alejarnos de estas casas, de este lugar —habló Ethan —, si hay algo que nos sigue...

—No debemos involucrar a estas personas. Entiendo —asintió. 


Ellos retrocedieron unos pasos y al darse la media vuelta, corrieron. Sin embargo, aquel aroma, parecía alejarse y por momentos, volverse mucho más intenso, como si estuviera en todas partes. Estaban en la última cuadra de aquel vecindario, casi cerca de un descampado total; un terreno baldío en el cual, había varios instrumentos y herramientas para crear nuevas casas. Las estructuras de casas sin construir estaban separadas, los elementos como escombros permanecían apilados en diversos sectores y un gran alambrado separaba aquella zona con un letrero que indicaba que era propiedad privada en proceso. 

Se sentían acorralados. 


—¿Y ahora? —pregunta Ellie recuperando el aliento —¿Qué hacemos?

—No lo sé, pero tenemos que estar preparados —susurra apoyándose contra el alambrado —, lo que sé es que nadie estará involucrado mas que nosotros ahora mismo. 

—¿Qué está pasando? ¿Qué era ese aroma? —cuestiona asustada —Se sintió como si todos mis sentidos se anularan con ese olor a... sangre.

—Creo que no somos los únicos lobos aquí, es esto lo que estuve investigando —aclara.

—Damian —susurra Ellie con voz temblorosa señalando con su dedo una apertura entre el alambrado, como una especie de hueco.


Ambos inspeccionan aquel hueco donde tranquilamente, un animal podría adaptarse y cruzar hacia la zona no habitada. En ese alambrado caído y arruinado, como si alguien lo hubiera roto con sus garras, se hallaba sangre casi fresca, algunas gotas espesas aun caían sobre la tierra. Ethan alumbra con la linterna de su celular hacia el interior y a una distancia, una liebre esta agonizando. Aún respiraba. Los órganos de su interior estaban esparcidos y la sangre, igual. Ellie comenzó a tener arcadas y fue contenida por un abrazo de su pareja acompañante. Ethan no perdía su vista en dirección al animal y tampoco, su linterna dejaba de alumbrar.

En un segundo, una mano casi humana arrastró al animal hacia el interior de una casa sin terminar. Era simplemente el esqueleto de aquella enorme conformación de ladrillos.


—¡¿Qué diablos...?! —él se sobresalta y se pone en modo alerta.

—¿Damian? —ella no había visto lo mismo que él, mas que su reacción —¿Qué pasa?

—No estamos solos —advirtió —. Algo arrastró a aquel animal. Hay algo que lo arrastró, una mano peluda, era negra oscura, totalmente negra pero aun mantenía su forma humana.


El rugido de un animal fue una amenaza para que prestaran más atención al frente; un hombre. Delante de ellos, un hombre con unos harapos desgastados, como si vistiera una ropa obrera estaba mirándolos, dando una sonrisa psicópata de lado a lado. Su risa se entremezclaba con unos rugidos animales. Expresaba mínimas palabras sin sentido, casi no pertenecían a ningun idioma.

Su cabello era oscuro, tenia nudos de dureza y estaba sucio, como su aspecto. 

Este cae al piso comenzando a convulsionar, de su boca salia una espuma espesa color blanca y sus ojos, parecían arderle. Aquel hombre extraño muestra su molestia apretando sus ojos haciendo que estos se salieran de sus cuencas, fundiendo sus dedos para arrancárselos. Este seguia revolcándose sobre la tierra, dando vueltas como un maniático y ahora pasa a quitarse toda su vestimenta. Ethan y Ellie seguían inspeccionando con horror aquella escena. 


—Está transformándose —afirma Damian.

—¿Cómo...? ¿Qué hacemos? —pregunta tomándolo del brazo —¿Es peligroso? ¿Esta es la criatura responsable de los asesinatos?

—¡Ellie, atrás mio! —grita —. No voy a dejar que nada te pase, y si tengo que luchar en ese intento, lo haré.


Ellie lo suelta.

Él comienza a quitarse su chaqueta de cuero dándosela a Ellie. Ahora pasa a desabrocharse el cinto, su boxer se asomaba a la vista, se quitó la remera que llevaba puesta, y ahora sí pudo quitarse su ropa interior. Él le de una última mirada y le sonríe, indicándole que todo estaría bien. Ella jamás se había transformado, tampoco sabía cómo era el proceso y qué debía hacer. No obstante, Ethan parecía seguro. Ellie no. Se encontraba con miedo, quería tomarlo por la espalda y decirle que no hiciera lo que tuviera en mente. No valía la pena si resultaba herido.

Ethan se agacha, apoyando sus rodillas contra el suelo. 

Su espalda se arqueaba y sus huesos comenzaban a deformarse. La columna vertebral pareciera moverse como si se agrandara y achicara al mismo tiempo. Era imposible no gritar ante el dolor y la sensación de sentir como tus huesos se modifican a voluntad para dejar atrás tu forma humana. 


—Ethan —musita casi al borde de las lágrimas, sujetando delante su mochila con fuerzas.


Ellie observa con detenimiento cómo delante de ellos se encuentra un lobo. Su aspecto era desastroso; desperdiciaba sangre oscura y con un olor nefasto que se mezclaba con todo su pelaje. Esta temblaba del miedo y empieza a buscar algo que pudiera darle tiempo a Damian de poder completar su transformación sin ser interrumpido. No había nada y la desesperación de un momento trágico estaba inundándola. Para su fortuna, encuentra un fierro oxidado cercano a ella y sin pensarlo, lo toma y se posiciona delante de Damian.


—¡Yo tambien quiero cuidarte, Ethan! —alza su voz.


Aquel lobo ya transformado y con su aspecto descompuesto y pútrido amaga en atacarlos y se lanza mostrando sus deteriorados colmillos.

Ante la luz de la luna, sólo se escucha el grito de Ellie.






¡Buenas, lobitos lectores y lobitas lectoras! ¿Cómo están?

Aquí presente con un nuevo capítulo y WOW... ya ¿acaso vamos por el capítulo 76? Sí señores, faltan aproximadamente 20 (veinte) capítulos más para terminar ROTUNDAMENTE con este segundo libro y absolutamente con esta historia de hombre lobos, pero no con mi mundo de fantasias. Próximamente una nueva historia: VAMPIROS 🧛‍♂️


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