68


Capítulo 68

"Unión"


Advertencia: este capítulo posee contenido adulto +18 con sexualidad explícito (leve). Para evitar algún disgusto, se recomienda saltearlo o ignorarlo.



Juntos caminaron hasta la habitación de Gabriel Miller, aunque Ethan sugirió que ella aguardara alli, sobre la puerta. Apoyó su cabeza esperando a que él encontrara algunos condones y evidentemente los consiguió. Al regresar, se miraron una vez más y sonrieron. Tomados de la mano, con sus dedos entrelazados, encaminaron hasta llegar al cuarto de Ethan y este, cerró la puerta.

¿Había marcha atrás? Sí. Pero ninguno de ellos accedía a retroceder.

Juntos se recostaron en la cama y se miraron; ella lo miraba con anhelo con sus brillantes ojos dorados y él, la miraba con ternura liberada con sus magníficos ojos celestinos. Intercambiaban sus miradas y ahora, sus ansiados besos. Aquel beso acaramelado y breve pasaban a ser besos llenos de fervor. 

Ella acariciaba los fuertes brazos de este, como acostumbraba a hacerlo cuando sus labios se probaban y él, exploraba todo de aquella mujer; le gustaba acariciar sus cabellos, con la yema de sus dedos acariciaba su espalda logrando estremecerla ante tal cosquilleo, aunque todo cambió cuando ella se quitó la remera con su ayuda. Ambos no perdían un segundo sin dejar de besarse de manera dulce. 

Ellie siempre ha soñado un momento así. 

No se detuvo en experimentar qué se sentiría por fin cumplir sus fantasías con el hombre indicado en este momento; apretaba cada parte de su cuerpo, especialmente su espalda, ambos hombros, sus bíceps... le fascinaba despeinarlo y contemplar su cabello desordenado y a él, le fascinaba aun mas lo que ella hacía, y lo que le provocaba. 

"¿Por qué no me animé antes? ¿En qué momento estaba enceguecido?" pensaba Ethan para sus adentros. Ambos tenian su torso desnudo porque él, desabrochó inútilmente y nervioso su sostén, juntos dieron una risa ante la torpeza que es normal, y ella no lo juzgaba, lo miraba con su brillo reluciente entre sus ojos dorados, con ternura. Ellie se apegó mucho mas a él, abrazándolo por completo y este, rodeó absolutamente sus brazos sobre su cuerpo. 

No era la primera vez de Ethan, pero sí de Ellie.

Él siempre lo sospechó, y juntos se envolvieron totalmente con una sábana hasta que la oscuridad los completó. Hacía demasiado calor, pero lo soportaban, de alguna forma ese "calor" entre sus cuerpos y la leve humedad que brotaba sobre ellos los excitaba. Lo demostraban con esos besos que indicaban que se necesitaban, que lo habían soñado aunque sea una vez y por fin, esto no era un sueño. Es la realidad. Se deshicieron del resto de sus prendas; pantalones, ropa interior...

Sus cuerpos desnudos siendo extasiados por el fuego que ahora parecía consumirlos les hacía probar más. 

Él llevó unos dedos curiosos hacia su zona íntima y despacio, manejaba movimientos circulares a su alrededor. Se sentía bien, eran caricias, masajes que le otorgaban placer. El hecho de no verse los rostros permitía que ella se sintiera más atrevida, y no se detuvo al intentar hacer lo mismo con la intimidad de aquel hombre; exploró hasta tomarlo con su mano y practicó suaves movimientos arriba hacia abajo. Ella suspiraba en su oído. Él gruñía ante el contacto de su aterciopelada mano.


—Voy a colocarme el condón —indicó dándole un beso sobre su frente y destapando un poco sus cuerpos.


Ella asintió y observó detenidamente como Ethan tomaba aquella pequeña caja y sacaba dos contenidos; un gel y un condón. No queria sonar experimentado, quizás no sea del agrado de ella, pero no intentaría nada, por lo menos hoy. Aun así, la humedad para que pueda tener una experiencia más sutil ante el contacto era primordial y lo sabía. Con sus dientes abrió ambos sobres y, tomando un poco de aquella viscosidad entre sus dedos, se unieron en un beso para proceder a colocárselo sobre su interior, solo lo suficiente. No más. Él estaba muy excitado y no quiso perder un solo segundo más, al terminar de ponerse el condón, regreso hacia ella y volvieron a taparse bajo las sabanas.  


—¿Lista? —pregunta acariciando su cabellera rubia. 

—Lista —aseguró ella tomándolo de sus mejillas —¿Y tú estás listo, lobito?

Ríe ante ese cuestionamiento y le susurró: —También lo estoy.


Se incorpora encima de ella;

Al principio no fue brusco, incluso intentó esperar un poco más de tiempo. Nadie los apuraba. Él besó no solo sus labios, besó su frente con amor, pasó a atacar su cuello con determinación e incluso se animó a lamer su clavícula con decisión. Una de sus manos masajeaba su muslo realizando roces cautelosos y acechantes, sus dedos recorrieron el peligroso camino hasta llegar a su húmeda intimidad y seguir masajeando allí, y ahora sí, introdujo un dedo sacando de ella el primer gemido audible que no pudo contener. Ella no lo notó, pero él sonreía ante lo que estaba provocando con su cuerpo y ansiaba que se sintiera así. Sus intimidades comenzaban a rozar cuidadosamente y de forma peligrosa hasta que sus ganas, los terminaron por consumir.

Él toma su miembro y lo coloca en su entrada y cuando supo que estaba en el lugar correcto, de una estocada se profundizó en su interior.


—Damian —musitó en un gemido su nombre y apretó todo su cuerpo. 

—¿Estás bien? —se interesó en saber sin hacer el intento de moverse, lo haría con su permiso.


Ella asintió y continuaron con sus besos hasta que Ethan avanzó con sus movimientos de cadera. Las manos de él definían toda la silueta de aquella mujer que tenia ahora mismo bajo su dominio, quería tocarla, sentirla y disfrutar no solo de su cuerpo, sino de aquel preciso momento que le garantizaba el mayor de sus placeres. 

Solamente bastaron cinco minutos para que él pudiera acabar pero no pensó en terminar allí. Cuando su espalda se tensó y su estocada finalmente fue la más profunda que ella pudo sentir, se quitó aquel condón ya sin utilidad y la levantó para colocarla encima de él. Estaban de acuerdo, lo que habían sentido anteriormente tendría que volver a repetirse sin dudas. Nuevamente él, aprovechando su firmeza, volvió a unirse nuevamente a ella, recreando el instante desde otra posición.






¡Buenas, cabellos largos con pulgas! ¿Cómo están?

Sí. Sé que pude haber recreado un "mejor" momento para el primer encuentro íntimo. Pude haber sido mucho mas explícita, motivada, apasionada. Sin embargo, no lo hice porque estoy guardando la escena más fuerte para otra ocasión. Este es... la entrada, digamos.

¡Espero que aun asi, lo hayan disfrutado! 


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