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Capítulo 62
"El temor de Hellen al enamorarse"
NARRA HELLEN
Horas antes...
En estos momentos estoy esperando al Sr. Gabriel Miller. Esta es mi tercer semana tomando secciones con él. Mientras me siento en el asiento que acostumbro a tomar observaba todo a mi paso; las cosas están ordenadas, la limpieza es sorprendente y el aroma a sahumerio es muy agradable. Quizás deba tomar notas para aplicarlo en mi habitación, por lo menos una vez a la semana.
—Perdón la demora —entra Gabriel con una bandeja —. No sabía si te gustaba con mucha o poca azúcar, asi que traje el café para que lo endulces a gusto.
—¿Eres así con todos tus pacientes en horario laboral? —pregunto observando unas galletas, la azucarera y dos tazas de café.
—Suelo hacer algunas excepciones a veces —sonríe —. ¿Cómo te encuentras el día de hoy? ¿Qué tal la universidad y los estudios?
—Tengo que admitir que poco a poco me voy sintiendo mejor, tengo mis ideas centradas en el estudio y en entrenamientos nocturnos —bebo un sorbo del café.
—¿Entrenamientos nocturnos? Me has comentado que te encantaba entrenar pero no pensaba que por las noches igual —recalca tomando su café.
— Sí, es que me ando centrando mucho mas en eso ahora.
—Entrenar no es malo, todo lo contrario, es una forma de ejercitar y estar sano físicamente pero, ¿hay alguna razón por la que aplicas entrenamientos nocturnos a tu rutina?
En este momento estaba dudando.
Se supone que todos los psicólogos tienen una palabra de promesa: lo que sucede y se comenta en cada sesión no sale de allí. En estas asistencias que tuve, Gabriel me mostró ser muy compañero, comprensivo y una excelente persona profesional en su trabajo. Si no fuera reservado en sí, quisiera que salgamos a tomar un café.
¿Qué pasaría si le comento la realidad de lo que me pasa?
¿Traerá consecuencias contarle la realidad de mis entrenamientos?
—Sí, hay una razón —confieso y me muerdo el labio, quisiera hablar pero esto es muy complejo.
—¿Hay algo qué está preocupándote? —alegó haciendo a un lado su libreta y tomándome la mano, nunca mostró un acercamiento así.
¿Gabriel Miller está tomándome la mano?
En cuanto tuvo contacto conmigo, nos quedamos así, en silencio. Yo no me quedé atrás. Correspondí su acción entrelazando sus dedos con los míos, haciendo que la unión de nuestras manos sea más notorio y más fuerte. El momento en sí, no era incómodo, pero yo estaba nerviosa. Nunca me había sentido así, pues siempre actué con naturalidad y sobre todo si se trata de chicos. Con Gabriel es distinto. Con él me siento distinta, descontrolada, me descoloca, me entusiasma la idea de que tome no solo mi mano, sino otras partes de mi cuerpo. No puedo imaginar otras cosas más que lo que podríamos hacer si él se sintiera como yo.
Se escuchó un golpe en la puerta y nos separamos.
—Sí, adelante —enuncia Gabriel volviendo a su libreta y lapicera, con su aire tan natural.
—¿Disculpe, Gabriel? —curiosea su secretaria de nombre Stacy, la que siempre le pareció atractivo él, y honestamente no la culpo.
—¿Qué pasa? ¿Es importante? —consulta serio, yo solamente oía.
—Es el listado de las siguientes citas para la semana próxima y el señor Paul no va a asistir esta tarde —informa mirándome con un poco de desprecio. Siento que ya no le caigo muy bien.
—Gracias, a mi paciente le quedan cincuenta minutos —agregó —, por favor necesito que se retire.
Ella sonrío y volvió a mirarme sin ninguna expresión más que mostrando seriedad. Sí, se supone que mis planes eran asistir una semana, quizás dos dependiendo mi estado de ánimo, pero esta es la tercer semana. Estoy segura que ella sospecha que vengo por Gabriel y no está equivocada, la realidad es esa. Asisto por Gabriel Miller, por verlo, por conectarme con sus conversaciones, por descubrir más de su personalidad y aspecto, por verle a los ojos y fantasear con mi imaginación.
A pesar de eso, lo trato con respeto por varias cuestiones y no me le voy a insinuar. Mi personalidad impulsiva me llevó a casi arruinar mi relación de amistad con Damian y también, le hice mucho daño a mi hermana. Eso es lo que causa ser impulsivo a veces, y quiero evitarlo. Centrarme en disfrutar de esta hora junto a este hombre.
Gabriel ordenaba los papeles y uno pequeño color rosado cayó al suelo, prácticamente a mis pies. Inevitablemente lo tomé y no pude no leerlo; había un número de celular y el nombre de "Stacy" junto con su aroma dulzón del perfume que usa.
—Perdón, me temo que esto es tuyo —le devuelvo aquel papel.
—¿Y esto? —se preguntó sin saber de qué trataba pero al leerlo, lo supo —Bueno, en otro momento lo atenderé. Lo importante acá eres tú.
—Gracias por tu atención y amabilidad. Tengo que ser honesta, estas semanas que hablamos juntos me ayudaron a tener una personalidad más... serena.
—¿Y cómo surgieron esos cambios? —consultó interesado.
—Bueno, siempre fui muy impulsiva en mis actos, en la manera de expresarme y en fin, eso. Desde que conversamos de varios puntos, cada vez controlo más esos sentimientos. Gracias.
—Lo que menos debes hacer es agradecerme —vocifera —, los cambios positivos que vas demostrando es gracias a tu voluntad.
—Quisiera que estas secciones fueran eternas, en verdad, eres muy bueno en tu trabajo —alago.
—Gracias por tu cumplido, señorita Hellen —agrega con una sonrisa, tomando su café y procedo a hacer lo mismo.
—No hay de que, señor Miller —le devuelvo el mismo gesto.
Tengo miedo.
Tengo miedo de seguir así, de no controlarlo a tiempo y terminar enamorándome. ¿Y si ya es tarde?
¡Buenas, cabellos largos con pulgas! ¿Cómo están?
Este capítulo viene ser un "horas antes..." del momento que vimos entre mini Ethan y Ellie, donde confiesan sus verdaderas identidades. ¿Creen que surja amor entre ellos o Gabriel se comportará como un profesional? Bueno, eso lo van a descubrir en el capítulo siguiente.
¡Espero que lo hayan disfrutado!
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