52


Capítulo 52

"Mas destrucción para Hellen"



NARRA ELLIE 


No podía creer lo que Hellen acaba de nombrar: Los Griffin, ese es el verdadero apellido de Damian, bueno, Ethan, y también el de aquella chica pero, pensando un poco en los sucesos Damian (¡Por todos los panes!, no me acostumbro a llamarlo Ethan) tiene casi nuestra edad, no pudo haber matado a nuestro padre cuando él era un bebé entonces. Lo que si, sí pudieron haber matado a papá sus padres. Necesito saber de los padres de Damian y sobre el apellido Griffin.


—Hellen —me acerqué a mi hermana que estaba temblando y la abracé —, te amo.

Ella me abrazó con muchas más fuerzas y me susurró al oído: —Yo también te amo, y prometo cuidarte siempre.


Sus palabras me dejaron pasmada. Nos alejamos y ella se puso a limpiar, me quise ofrecer para limpiar en su lugar pero se negó rotundamente y le dije que iba a ir a las habitaciones para alcanzar las mochilas asi no llegamos tarde. Ella aceptó con una sonrisa para ocultar su dolor. Claramente esto ha sido un choque muy fuerte, incluso para mí. Pero sé que a ella le afecta más.

Ahora mismo, miré los sobres que tenía pensado repartir hoy a Damian y Hellen y quedan para segundo plano: ¿Acaso quiero que mi hermana se ponga peor por mi culpa? Claro que no. Con esto, ella ya tiene demasiado y no le quiero agregar un problema o angustia más. Y sobre Damian, a juzgar por lo que sé de él, lo mío queda en un último plano ahora mismo.

Hay cosas más importantes.


—Ellie, necesito tu ayuda abajo —me sorprendió Hellen y guardé ambos sobres debajo de la almohada.

—¿Qué paso? —pregunto.

—Se trata de Coco, yo me encargo de llevar nuestras mochilas. Olvidé guardar unas fotocopias importantes, por eso.

—¿Quieres qué le dé comida a Coco? —me acerqué a la salida de mi cuarto.

—Por favor —susurró desanimada aún con sus mejillas húmedas y no me resistí en abrazarla.

—Ey, Hellen.

—Perdón si fui muy ruda contigo con lo de los abuelos —musitó llorando.

—Hellen, ya, olvida eso, perdóname a mí al hacerte sentir culpable.



NARRA HELLEN


Ellie siempre intenta hacerme sentir bien. Y lo logra.

Me dedica una última sonrisa y corre a darle de comer a Coco. Estaba por ir a mi habitación para buscar mi mochila hasta que miré la cama de Ellie y debajo de su almohada, sobresalían dos sobres hechos por ella misma, y ahora que lo recuerdo los ocultó nerviosa cuando me vio. Me acerqué y me sorprendió ver que uno de los sobres decía mi nombre y el otro hacia mención a Damian.

Antes de que ella apareciera, guardé ambos sobres bajo mi ropa y cerré la puerta de su habitación no sin antes también sacar su ya preparada mochila y sus pertenencias. Yo hice lo que tenia que hacer y antes de salir lavé mi cara y guardé la carta que mi abuela había escrito para mí, tenia miedo de mostrársela a Ellie.

Al bajar las escaleras, Ellie inspeccionaba los libros.


—Son libros muy antiguos e interesantes —mencionaba Ellie asombrada —. Son como reliquias de leyendas, ¡Que maravilloso!

—Los libros no deben ser vistos por mamá. Además, seguro contienen información sobre los Griffin y sobre papá. Los enviaron con ese propósito, ¿no?

—¿Qué proposito? —pregunta Ellie dándome los libros y los guardé en mi mochila.

—¿No es obvio? Los abuelos quieren que sepamos absolutamente todo de nuestra raza, nuestra manada y sobre todo, nuestra familia.


Durante el camino estuvimos hablando con mi hermana respecto a muchas cosas, y juntas creábamos hipótesis sobre todo. Ella me daba los ánimos para hablar del tema sin quebrar en un interminable llanto de tristeza pues Ellie, es la hermana que cualquier persona desearía tener. Ellie es especial.


Cuando nos separamos, le dije a Ray que tenia que ir con urgencia al baño. Solo me saltearía unos minutos de clases pero necesitaba leer las cartas que Ellie escribió para mí y para Damian. Primero procedí a leer mi carta:



Hellen:

Quiero decirte que te aprecio un montón. Sos una persona incondicional, mi única amiga también y perdón si a veces te demuestro lo contrario. Sí. Es verdad que este último tiempo me comenzó a gustar un chico con una personalidad hermosa, lo conocí hace casi dos meses atrás y hasta el día de hoy, nos vemos seguido. Nunca te confesé de quién se trataba porque queria asegurarme de presentarte a ti y a mamá un chico especial y además temía de que fuera algo pasajero pero me doy cuenta que no fue así. Todo lo opuesto. Él si es especial y se trata de Damian. Sí, Damian Miller, el mismo que comparte nuestras mañanas con nosotras y Raymond. A pesar de compartir el mismo amor, mi amor por ti es mucho más fuerte y si tú y Damian están juntos jamás me opondría porque siempre que seas feliz, soy feliz.

Te amo hermana.



Tenia tanto dentro mío. Al leer las palabras de mi propia hermana no pude soportarlo más. Estaba encerrada en un cubículo del baño de mujeres a puerta cerrada y como presentía que había estudiantes, lloraba omitiendo ruidos de mi llanto ahogado. Estaba dolida, pero como si fuera peor, aún con mis manos temblorosas y un nudo en mi garganta, abrí la carta que era para Damian:



Damian:

Desde nuestro primer encuentro no he podido dejar de pensar en ti, llegado hasta el día de hoy. Quiero decirte que me gustan las charlas que tenemos, me fascina el tiempo que pasamos juntos, a solas o acompañados. Al comienzo, solamente me parecías lindo físicamente pero con el paso de los días vi más allá de lo que la gran mayoría suele ver y comencé a ver cada una de tus virtudes. Te aseguro que llegado el día de hoy quiero confesarte que me gustas, y eres el primer hombre que me gusta con esta intensidad. No importa si no sientes lo mismo por mí, me hace sentir orgullosa expresarme, y si lo nuestro es solamente una amistad, estaré encantada de aceptarlo.

Te quiere, Ellie.



Al terminar de leer aquello, no lo aguanté. Quebré en un llanto audible. Ya me daba igual.

Todo este tiempo fui una completa idiota. ¿En qué momento me convertí en la peor hermana de este mundo? ¿Cómo pude ser tan idiota para no darme cuenta que se trataba de Damian? Eso explica todas esas veces que ella se sentia mal al verme cerca de él, y... si ella me llegó a ver besando a Damian. Ni siquiera quiero imaginarlo. Nunca en mi vida pensaba que nos iba a gustar el mismo chico, nunca pensé atravesar esta situación. 

No sé qué hacer.

Me tiré en el frío suelo, notando la cerámica en mi cara y mi nariz, comenzó a sangrar al sentir cómo mi presión bajaba.






¡Buenas, pelusas de ombligo! ¿Cómo estan?

¿Qué piensan de Hellen? ¿Se merece llorar de esa forma o es algo injusto? ¿Qué va a pasar ahora que poco a poco muchas verdades estan saliendo a luz? ¿Habrá enfrentamientos que romperán con la amistad?

¡Espero que hayan disfrutado de la lectura! 





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top