13


Capitulo 13

"Las ideas de Ellie"



NARRA ELLIE 


Estaba sentada sintiendo la suavidad de la manta sobre el bien cortado césped mientras leía "El mago Merlín", era una de mis lecturas más preciadas porque siempre imagino a mi padre como Arturo, hijo del rey Uther Pendragon.

¿Habrá sido mi padre un Alpha noble e importante que combatió con honor en algún momento de su vida?

Mi mamá afirmó que Arthur Morgan murió en un accidente de avión en sus viajes laborales cuando ni siquiera habíamos nacido, así que toda mi vida me he criado sin una figura paterna y siempre pensé qué es lo que se sentirá tener un padre o una presencia masculina que te guíe o te aconseje de forma distinta.


—Bueno, —suspiro y doy una media sonrisa —es momento de ir a clases. 


Cerré aquel libro de portada roja con letras doradas, levanté tranquilamente mis cosas y caminé hasta llegar al salón que me correspondía. Una gran plataforma circular estaba presente delante y todo lo que lo rodeaba, estaba disponible para que pudiéramos sentarnos con la necesidad de tomar apuntes y prestar atención a la clase, por supuesto que el profesor se situaba en el centro. Por cierto, el profesor de la materia Fundamentos de Prehistoria ya estaba firme con unos papeles entre sus manos, releyéndolos.

Era un hombre adulto, canoso y con algunas arrugas con las que podría deducir que ronda los cincuenta. Si es que no se trata de más.

Me senté en el medio, ni muy atrás ni muy adelante. Algunas personas iban llegando y se acomodaban, la mayoría se dirigía hacia la parte trasera y muchos de ellos venían en cantidad, conversando de manera grupal. Mientras varias personas llegaban y se reincorporaban a la clase, olfateé algo inusual.


—¿Hellen?


¿Qué haría Hellen por estos lados? Podía sentir sus voces junto con la de Ray y otra persona más que los acompañaba, escuchaba murmullos y voces entrecortadas porque también sentía las voces de mis compañeros charlando entre sí. No le di mucha importancia. Tal vez ellos solo estén de paso. Saqué un cuadernillo decorado con mis propios dibujos hechos a mano que consistían en animales como peces coloridos y ballenas animadas. 

Ese aroma.

Levanté mi vista y vi entrar a Damian. Mi corazón pareciera haber dado un vuelco y mis palpitaciones rápidas eran testigos de lo sorprendida que me encontraba en ese preciso momento, ¿qué hace él aquí?

Y mi sorpresa fue aun mucho más grande verlo acompañado de Hellen. Ella lo tomaba del brazo y ante eso, pensé en seguir no mirando aquella escena, fingir que no había visto nada. Aun seguía muy nerviosa ante todo lo que acaba de ocurrir en ¿cuánto, un segundo? 

Estaba tan distraída que no me di cuenta que una sombra estaba delante mio, observándome.


—¡Hola, Ellie! —saludó Damian amablemente, sentándose a mi lado a lo que le sonreí.

—Hola, ¿cómo estás? —saludé. 

—Bien, admito que me he perdido sin saber cómo llegar. Me ayudaron dos personas muy buena onda.

—Sí, ella es mi hermana, Hellen, de quien te había hablado.

Su expresión de asombro no pudo ser desapercibida y di una pequeña risilla ante eso, y él habló: —¿En serio ella es tu hermana?

—Sí, no te estoy jugando una broma —sugerí riendo —, ella es muy amable, siempre ayuda a los desorientados. 

—No me lo puedo creer, ¡Qué enorme coincidencia!


El profesor Sprautt dio inicio a la clase así que ambos mantuvimos silencio y prestamos atención. Por momentos, intercambiábamos miradas o hacíamos alguna que otra mueca de asombro o aburrimiento cuando él hablaba demasiado.

Admito que faltaban ya unos pocos minutos para que terminara esta clase pero mi mente ya dejó de prestar atención y mis manos, se detuvieron al apuntar en mi cuadernillo.

No quería que Hellen supiera que Damian se trata del chico con el que he coincidido algunas veces para conversar; algunas eran a propósito, otras fueron casualidad. Yo aun pensaba en conocer mucho más a Damian y espero tomar esto como una oportunidad para mí, espero que ella sepa entenderme. 

Ya habrá momento de que le cuente de él.


—¿Qué te ha parecido la clase? —la pregunta de Damian hizo que quitara la mano que sostenía mi mejilla.

—Para ser la primera, admito que hubo momentos donde sentía que el profesor hablaba mucho.

—Concuerdo —acotó guardando su cuadernillo en su mochila —, ¿te parece bien que vayamos a tomar algo?

—Sí, me encantaría —respondí también guardando mis cosas.


Salimos de aquel salón y tenia que fijarme que materia era la que seguía a continuación. Caminábamos por aquellos grandes pasillos y mirábamos todo a nuestro alrededor, seguramente él estaba tan sorprendido como yo de asistir a una universidad.

Es momento de decirle.


—Damian, ¿puedo decirte algo? —agregué con timidez ante lo que iba a decirle.

—¡Claro! ¿Qué pasa? 

—¿Recuerdas a Hellen? Bueno, quería decirte que prefiero no decirle que ya nos conocíamos. Quisiera que ella sepa que nos conocimos aquí, en la universidad.

—Sí, está bien —dijo y me quedé sorprendida ante su serenidad —, ¿se puede saber el porqué?

—Es que a ella no le he contado que ya te había conocido, prefiero omitir eso y que sepa que nos conocimos hoy —mentí. Claramente todo iba por otro camino —. Perdón, sé que está mal.

—Ey, no te disculpes —me miró fijamente con una sonrisa que calmaba mis miedos —, a mí no me molestaría cubrirte en esto. Hagamos de cuenta que nos conocimos hoy, ¿lo intentamos?

—¿Cómo? —sonreí acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja y ambos nos detuvimos.

—Así —afinó su voz como si quisiera preparar un discurso —¡Hola! Me has parecido una compañera muy divertida y animada, mi nombre es Damian —estrechó su mano.

No pude contener mi risa: —Mucho gusto, mi nombre es Ellie. 


Ambos nos mirábamos a los ojos y nuestra risa poco a poco fue desapareciendo para dejar plasmado entre nuestros labios una sonrisa tímida, por lo menos en mí. Una vez más, me he quedado hipnotizada viendo sus ojos pero estos eran distintos, ya no se plasmaba aquel color celestino que pareciera brillar.

Su color de ojos es ahora aun más... ¿normal es la palabra?

Pensar tanto en eso no me di cuenta que llevábamos cinco segundos con nuestras manos tomadas, sentía su calidez y suavidad, era una linda sensación.


—¡Ellie! —exclamó la voz de mi hermana y rápidamente, lo solté —Ay, parece que ya se conocieron. 

—¡Hola Ellie! —saludó con su mano Ray y se acercó para darme un beso en la mejilla —Este grupo parece que se hace más grande. 

—Sí, a Ellie la conocí porque de casualidad me senté al lado de ella pero, ¿ustedes ya se conocen? —inquirió Damian a lo que no pude evitar unir mis labios de la risa.

—Ellie es mi hermana —informó Hellen con una sonrisa totalmente animada y abrazándome.

—¿En serio? —preguntó Damian fingiendo sorpresa, debo admitir que es muy bueno.


Juntos caminamos hasta la cafetería, quien más hablaba era Hellen; comentó un poco sus clases, sus compañeros y prácticamente todo lo que hicieron en esas horas. Ray y Damian agregaban muy poco a la conversación (ya que Hellen no para de hablar) y yo solo me limitaba a sonreír y mirar a Damian disimuladamente.

Nunca imaginé que su reacción haya sido esa. Me sentía terrible al tener que pedirle que finja que nos conocimos hoy, pero se lo ha tomado de una forma tan buena. Ni siquiera ha hecho muchas preguntas o ha demostrado síntoma de molestia o confusión.

Cada vez siento que es un buen chico. 






¡Buenas, pequeñas bolas de pelo! ¿Cómo están?

Espero que se hayan divertido leyendo este capítulo porque prometo que vendrán nuevos personajes (y cada uno tendrá su ficha, por supuesto) que ayudarán (o capaz no) a mini Ethan en sus nuevas aventuras.

¡Espero que les haya gustado!




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top