Capitulo 78

"El pasado es doloroso, no dejes que influya en tu presente"

Ethan estaba recostado en su cama jugando con su pequeño hijo, este estaba bien de salud física y era bastante vivaz y rellenito. Él estaba completamente feliz y sentía dentro de su ser una inmensa paz al tener a ese pequeño en sus brazos y poder disfrutarlo. Se sentía pleno de ser papá y quería que su hijo se sienta orgulloso de él, aunque tal vez sea por un corto tiempo.

Leannie se adentra y también se recuesta sobre la cama, observando detenidamente cómo Ethan parecía transformarse en un niño.

—Siempre supe que serias un buen papá —susurró Leannie acariciando los despeinados cabellos del Alpha.

—Me apena tanto no haber podido estar contigo en su nacimiento —dijo triste —, te juro que anhelaba tanto tomar tu mano en ese momento.

—Ethan —musitó Leannie tomando la mejilla de él —, fue un momento difícil, pero no te culpo. Creo que en gran parte fue culpa mía, olvidé que tenia que estar bajo los cuidados de Emi y yo tomé una decisión muy arriesgada. Sentí la necesidad de hablar con Arthur.

—Luca ya me ha dicho el acuerdo, necesito estar preparado para ese momento.

Narra Leannie

Luca me ha dicho que Ethan está dispuesto a sacrificar su vida para que nuestro bebé y yo podamos tener un futuro, pero...

Yo ni siquiera soñaba tener una familia, me enamoré de Ethan y sí, me enamoré de él, pero no planeaba tener un hijo. En cambio Ethan, sí. ¿Quién merece vivir entonces? ¿Por qué quitarle ese sueño a Ethan? 

Yo sí estoy dispuesta a dar mi vida por Ethan.

—Acordamos un año, un año para poder estar en paz.

—Leannie —llamó Ethan a la pelinegra sosteniendo a su pequeño —, aun no le hemos puesto un nombre.

—Ya te lo he dicho, quiero que él se llame cómo tú —respondió ella.

—¿Estás segura? —preguntó poco convencido —Porque yo no estoy muy seguro de ese nombre, quiero decir, hay miles de nombres más. 

—Es que es como un mini Ethan —sonrió Leannie.

Narra Ethan

Este momento es... perfecto. En mi pecho tengo el pequeño rostro de este bebé tan precioso, puedo apreciarlo entre mis brazos y me llena con tanta ternura que desborda. Y cómo si eso fuera poco, a mi lado esta la hermosa mujer que me permitió formar una familia.

¿Será qué... si ella supiera la verdad me seguirá aceptando?

—Ethan —llamó Leannie al Alpha chasqueando sus dedos —, ¿ocurre algo? 

—Perdón, me quede pensativo —deja al pequeño bebé que parecía quedarse dormido entre los brazos de Leannie —, ¿crees que puedes venir a hablar conmigo después de cenar?

—¿Pasa algo? —cuestionó preocupada viendo cómo él se alejaba.

—Es de algo que debemos hablar, si puedes venir, te espero en mi escritorio. Sino, será después de cenar.

—Lo recuesto en su cuna y conversamos —asintió Leannie.

—Te espero —terminó de decir para retirarse de la habitación y caminó hasta su escritorio.

Narra Ethan

Noah me ha dicho que Leannie estuvo teniendo sueños. Sueños donde soy el protagonista. Sueños que no son sueños, sino un pequeño fragmento de su pasado, un recuerdo de algo que ocurrió hace quince años.

Si le confieso que por culpa mía ella termino con los Allem, ¿me odiará?

Me duele recordarlo, pero no quiero que el tiempo siga pasando y ella no sepa el porqué terminó con esa familia, no quiero morir sin decirle qué por mi culpa termino ahí.

Ethan estaba buscando entre esos libros antiguos y percudidos, uno en particular. Sacó uno y lo abrió, apoyándolo sobre la mesa de su escritorio. Antes de acercarse a leerlo o revisarlo, tomó una botella de whisky y se sirvió en un vaso. Esos libros mostraban hojas arrancadas que impedían leer con normalidad aquella lectura. De igual forma, estaba escrito en otro idioma. Un idioma desconocido.

Mientras intentaba descifrar aquel lenguaje, traga de un sorbo su bebida y se sirve un poco más. Las vibraciones de los golpes en su puerta lo distrajeron y se enfocó en levantarse de su asiento para recibir a quien esperaba.

En efecto, se trataba de Leannie. 

 —Siéntate dónde gustes y ponte cómoda —sugirió Ethan mientras se sentaba sobre el sillón, a pesar de tener su asiento personal.

Leannie asintió y se sentó al lado del Alpha, estaba un poco preocupada de que podía tratarse el tema del que quiere tocar Ethan. Ella habló —¿Está todo bien?

—Tengo que contarte algo muy importante, y no puede ser alguien más. Noah me dijo que intento decírtelo pero Emilia lo detuvo.

—Ahora que lo recuerdo sí, eso pasó... bueno, antes de que pase toda la desgracia. 

—Para empezar, me gustaría que me comentes un poco más ese sueño tan peculiar que tienes —agregó Ethan.

—Bueno, cómo comenzar —se quedó pensativa unos segundos intentando buscar en su mente las palabras correctas —. Hace unos años atrás, estuve presentando un sueño extraño, se trataba de yo pequeña, había nieve y recuerdo las palabras de un hombre, sé qué se trataba de un hombre, él me decía que era suya y que pronto vendría a por mí. Nunca pude reconocer su rostro, hasta una noche. Cuando estaba junto a Gabriel, en la prisión de la casa de Arthur, recuerdo que vi el rostro de la persona y se trataba de ti.

—¿Yo era quién te susurraba esas palabras?

—Sí, fue muy extraño. Eras tú. He tenido este sueño durante muchos años, y algunas noches se presentaba con más frecuencia.

—¿Y sí te dijera que nosotros... ya nos conocíamos? —susurró Ethan por lo bajo —¿Qué pasaría sí te dijera que nosotros ya nos conocíamos?

—No entiendo, Ethan, me estás asustando —ríe apenas nerviosa la joven sin entender las palabras del robusto o cuál era su punto.

—Hay algo que nunca te conté, y te juro que desde que te vi, no hacia mas que sentirme culpable muy en mi interior —debatió —. Leannie, cuando yo era apenas muy inmaduro de mente, dependía mucho de mis padres, ¿sabes? No me preocupaba porque confiaba en que ellos siempre estarían para mí. Aun así, nunca sabes que te deparará la vida. Cuando los Gul'kah, en ese entonces liderados por quienes hoy son los abuelos de Morgan, mataron a mis padres, yo entristecí mucho.

—Lo siento mucho, Ethan —musitó Leannie tomando con su cálida mano la de él.

—Siento que les he fallado mucho. A ellos y la familia de mi padre —pronunció entre dientes, alejando bruscamente su mano de la de Leannie —. Mi madre se sacrificó para que yo pudiera escapar con mi hermana pequeña, de apenas unos meses y con la hija de la familia de mi papá. Sí, esa eras tú.

Narra Leannie

¿Qué... acaba de decir? ¿Nosotros ya nos conocíamos?

Ethan se levanta y se dirige al escritorio, donde había dejado un vaso servido de whisky sin tomar. Lo agarra y de un trago, aquella bebida ardiente y pura traspasa la garganta de Ethan. Leannie solamente se quedó estática en el sillón, plasmada viendo cómo su pareja parecía adolorido de revolver momentos del pasado.

—Me sentía totalmente solo sin contar con la ayuda de un adulto a mí lado, recuerdo totalmente esa noche, es... —intentó contenerse las lagrimas y un nudo se formó en su garganta, sus palabras no salían.

Desesperado, buscó la botella de whisky y le dio un profundo trago, tanto fue que terminó tosiendo a causa de la pureza de esa bebida alcohólica, sintiendo cómo un fuego traspasaba su garganta y sentía una combinación más audaz.

—Esa noche, te dije que te escondieras en una pequeña casa destruida, bajo unas maderas. La nieve no cesaba, y cómo si eso fuera poco, estábamos siendo perseguidos. Ellos nos ganaban en cantidad, eramos muy pocos. Te dejé escondida por sí pasara algo en el camino, pero preferí tener a mi hermana en brazos y llevarla conmigo, fue la peor decisión que tomé en mi vida.

—¿Qué pasó?

—A mí me encontraron, y el Clan Vurugahma me arrebató a mi hermana. Pensaron que se trataba de ti y se la llevaron, para ese entonces cuando quise verte, una mujer te llevó. Me sentí impotente, un miedoso. Por culpa mía te fuiste tantos años con una familia equivocada.

—Ethan —ella se levantó y lo abrazó con muchas fuerzas —, gracias por haberme confiado este pasado.

Narra Leannie

Me horroriza pensar en cómo ha terminado la pequeña hermana de Ethan, sé que apenas tenia meses. Era una pequeña criatura. Y ahora puedo comprenderlo mejor, tengo un hijo y si le llegara a pasar eso, no podría perdonármelo.

Ethan no sólo se siente culpable por la muerte de su pequeña hermana sino, por no haberme cuidado cómo es debido.

—No todo ha sido malo, Ethan —susurró Leannie hundiendo su cabeza en el pecho del Alpha —. Cuando era una niña, me divertía mucho jugando con Arthur y Adam, eramos niños inocentes. A medida que fuimos creciendo, tomamos actitudes distintas. Sin embargo, jamás me voy a olvidar de ellos como los niños que alguna vez fueron.

—Perdón —sollozó Ethan abrazando a Leannie para que ella no pudiera ver su rostro, se sentía al borde del colapso.

—Me siento feliz de que a pesar de los años, hayas podido encontrarme teniendo esperanzas —ella se aferró fuertemente a su cuerpo.

Después de encontrarse varios minutos en silencio, ambos, cómo sí se tratara de un instinto, se miraron y no pudieron contenerse las ganas de unirse en un beso. Un beso que borraba todas las tristezas y los lamentos, un beso que indicaba qué, a pesar de que tan doloroso sea el pasado, debemos aprender a convivir con el presente sin que intervengan aquellos recuerdos que son capaces de desgarrarnos el alma.

Narra Leannie

Ethan... ya no estas solo. No te sientas culpable. El pasado te ha transformado en el hombre que eres hoy en día. No bajaste los brazos, no te diste por vencido. Conviviste con tu dolor en el pecho, con la impotencia del momento, con el alma rasgada.

Aun así, me encontraste y hoy, después de tantos años, vuelvo a estar a tu lado.

Fin del capitulo 78

¡Buenas, pequeños lobitos y pequeñas lobitas! ¿Qué tal están el día/tarde/noche de hoy?

Bueno, en este capitulo quiero aclarar un poco el sueño de Leannie. Los sueños no son tal como los soñamos, ella solía soñar que una figura masculina la proclamaba suya y hacíamos alegoría a Ethan, quien no se rindió en buscarla durante años. 

¡Espero que les haya gustado y esperemos el siguiente capitulo, cada vez me siento mas emocionada porque estamos mucho mas cerca del final! Así que con Leannie, les dejo muchos saluditos.

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