40
Capitulo 40
"Ethan por fin revela la verdad"
El viaje de regreso a las tierras de Ethan transcurrió en silencio, nadie acotó ninguna palabra respecto a lo hechos acontecidos hace unas horas. Victoria estaba a cargo del volante y en el asiento del copiloto estaba Ethan y encima de él, Leannie, quien se aferraba a este en sollozos. Detrás de ellos estaba Emilia sentada y sobre sus piernas, recostado estaba Gabriel descansando.
El cansancio terminó ganando y Leannie quedó profundamente dormida. En sus sueños, se encontraba ella de pequeña, cuando conoció a Adam Allem y a su familia por primera vez. Mas que sueños, eran recuerdos.
Las miradas de Leannie y Adam se encontraron por primera vez y una amistad se formó, pero desapareció con el paso de los años, cuando iban creciendo. Pero lo que se recuerda, significa que nunca desaparece.
Esos recuerdos fueron sustituidos ahora, por una nueva imagen que se proyectaba en la mente de Leannie mientras dormía.
Una pequeña, de cabello negro azabache se encontraba tumbada entre la nieve que se hallaba en el suelo. Su piel pálida competía con la nieve para ver cual era mas blanca. Temblaba de miedo, su temor era aun mas grande que el frío que estaba sintiendo. Tenia la sensación de estar siendo observada y no se encontraba muy equivocada. Sus sentidos auditivos captaron el sonido de alguien acercarse a ella, pero estaba petrificada para voltearse a ver de que se trataba.
Un hombre...
Aquel hombre se acerca a ella, a su oído para respirar sobre este y pronunciar: "Eres mía, pequeña. Vendré por ti". En ese instante, cuando la pequeña quiere ver el rostro de aquella figura estaba Ethan sonriendo.
—¡Ethan! —Exclamó sobresaltada Leannie al mismo tiempo que se levantó de repente.
Estaba en un ambiente cálido y muy familiar, sobre una cama acostada y vestida con un camisón. Se encontraba recostada en el cuarto de Ethan Griffin.
—¿Ya despertaste? —Se aparece Griffin con una bandeja sobre sus manos, tenia unas medialunas y una taza de café. —¿Cómo estás?
—Estoy bien. ¿Cómo está Gabriel? —Preguntó.
—Se encuentra mucho mejor, ademas esta siendo cuidado por Emilia. Ella sabrá cuidar bien de él. —Sonríe y esa acción tranquiliza a Leannie, sabia que ya no había de que preocuparse.
—Es... lindo volver a estar aquí. —También le dedica una cálida sonrisa al Alpha.
—Sobre todo porque de seguro me extrañaste, no soportabas el hecho de no estar conmigo. —Le guiña el ojo y, apoyando la bandeja en la cama, encamina a abrir las cortinas para que entre la luz del sol.
—Por supuesto. Claro, definitivamente extrañe a Ethan, el egocéntrico. —Ambos ríen ante ese comentario y el se sienta junto a ella. En ese instante, Leannie recuerda su sueño y su sonrisa se fue disminuyendo.
—¿En qué piensas? —Preguntó Ethan mientras miraba a los ojos a Leannie.
—Ethan... —Pronuncia su nombre y pensando cuales son las palabras exactas que utilizaría en el momento.
Narra Leannie
Gabriel me había dicho que Ethan debía contarme la verdad, pero ¿cómo le pregunto a Ethan todo lo que quiero saber?
En estos momentos, está mirándome pero yo no puedo hacerlo. Pero tengo la necesidad de hacerlo y confesarle todo.
—Ethan... en el momento que no estuve aquí, tanto Arthur, Victoria y Gabriel me han confesado muchas verdades y secretos. Pero para mi, las palabras más importante provienen de tu boca. —Tragó saliva.
Ethan se levantó, y fue a una estantería donde había varios libros viejos y antiguos, a juzgar por sus amarillentas hojas deberían tener muchas generaciones. Quitó algunos libros y se encontró con uno que estaba muy en el fondo.
Con el libro en su mano, se acerca a ella, sentándose en su cama.
—¿Estás lista para una historia?
—¡Estoy lista! —Afirmó Leannie con seriedad espetando el libro que Ethan tenia sobre sus manos.
—Los hombres lobo somos una raza maldita, somos humanos que tenemos la habilidad de convertirnos en lobos con capacidades inhumanas. Es por esto que no somos aceptados por la iglesia. —Concluyó mientras le arrebata una medialuna a Leannie. —Unos sabios, únicos Alphas de una única manada dieron a luz dos hijos; Arsenio, su primer hijo y Baudilio, su segundo hijo. Curiosamente, Arsenio tenia unos ojos tan celestes, y eso despertó la curiosidad de muchos. Sin embargo, con el paso de los años, Baudilio comenzó a sentir un enojo personal hacia su hermano y unas ansias de poder que lo llevó a la locura y terminó por cometer la atrocidad de matar a su propio hermano.
—Que horrible. —Acotó Leannie mientras le dio un sorbo a su taza de café.
—En ese entonces, la manada se dividió en dos bandos que aun perdura hasta la actualidad. Están los sucesores de Baudilio, quienes quieren ser únicos Alphas, obtener el poder de todas las manadas y así vaya uno a saber que quieren hacer después. La asociación Gul'kah es parte de eso, pero es una agrupación sádica y maniática que crearon tradiciones como la de cazar humanos.
—¿Cuál es la verdadera función de los Gul'kah?
—Prácticamente quieren gobernar por completo, eso implica a los humanos, pero es la idiotez más grande que he escuchado. Juntos, han buscado y cazado a los sucesores de Arsenio.
—¿Por qué?
Ethan abre el libro y allí estaba la imagen de un Oráculo dictando algo en un idioma que no se llegaba a comprender. —Un Oráculo dictó que un Alpha de ojos celestes daría por finalizado a todo aquel que quiera corromper la paz de las manadas.
Narra Leannie
¿Ethan será ese Alpha destinado a acabar con aquellos que quieran reabrir la asociación Gul'kah?
—¿Y nosotros que rol ocupamos? —Preguntó Leannie confusa.
—Arsenio, antes de morir a manos de su hermano, dejó con vida dos hijos, su primer hijo que fue un niño y su segunda hija, una niña. Gracias a la mujer de Arsenio y madre de sus hijos, estuvieron aislados en unas tierras lejanas, intentando sobrevivir y no ser cazados. Cuando los dos niños se independizaron y su madre murió por vejez, ellos hicieron sus vidas. Lograron unión con sus parejas y así, tuvieron hijos, sucesores que llevan en su cuerpo la sangre de Arsenio.
—¿Y nosotros somos hermanos?
—Primos. —Afirmó Ethan tranquilo mientras le arrebató otra medialuna a Leannie.
—No comprendo.
Ethan suspiró y cambió la pagina de su libro, donde había un enorme árbol genealógico. —El hijo de Arsenio tuvo un niño de ojos celestes, a diferencia que su hija, que tuvo una niña de ojos celestes. Mi padre tuvo ojos azules.
—Eso quiere decir que mi madre era...
—Una Alpha de ojos tan puros, como los tuyos. Así es.
—¿Mi mamá era la hermana de tu padre? —Preguntó Leannie.
—Si, ella era mi tía. —Este se levanta y vuelve a buscar en su estantería algo para Leannie y al encontrarlo, regresa a sentarse en la cama y le enseña una hoja doblada.
—¿Qué es esto? —Recibiendo la hoja de Ethan.
—Es una fotografía de tu madre. Yo debo irme pero enseguida regreso y por favor, no salgas de la casa hasta que vuelva. —Acaricia su cabello despeinándola como acostumbraba a hacer y se retira, cerrando la puerta.
Leannie abre la hoja y era la imagen de una hermosa mujer. Una lagrima cae rodando por su mejilla mientras forma una sonrisa con dificultad.
Fin del capitulo 40
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¡Buenas, buenos días, tardes o noche! ¿Qué tal están?
Les dejo este capitulo y luego le damos la bienvenida a una nueva personaje... si, NUEVA.
¿Saben que significa? 😏
Nueva actualización el día martes, así que con Leannie les deseamos que tengan un hermoso día.
—🐺
—Les dejo esta hermosa imagen de la fotografía que Ethan le dio a Leannie.
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