13


Capítulo 13

"¡Maldito pie!"



Narra Leannie

¿Qué sientes por Ethan? ¿Qué siento por Ethan? 


Leannie quedó en estado de choque. No comprendía a qué se estaba refiriendo Emilia. Ademas, debía escoger las palabras más adecuadas para una buena respuesta, puesto que no quería que aquella castaña se transforme en su enemiga. Sin embargo, habló nuevamente. 


—Lo lamento, ha sido una repentina pregunta. Me refería a qué sientes por Ethan por traerte aquí bruscamente. 

—Oh... —se detiene pensativa.


Narra Leannie

Así que a eso se refería... Dios, debo estar volviéndome muy paranoica.


—Bueno... me dolió mucho apartarme de donde me crie. De mis cercanos, y aun me duele. Odiaba a Ethan pero... sé que lo hizo por lástima —agacha su mirada.

—¿Lástima? —arquea una ceja la castaña.

—Ethan me confesó que me trajo aquí por los malos tratos que recibía, pero es normal, soy una Omega —ella da una leve sonrisa de boca cerrada.

—Ya veo.


Alguien golpea delicadamente la puerta; era Ethan que ya había regresado a su casa. 


—¡Volviste! —salta la castaña con emoción —¿Cómo te ha ido?

—Bien, ¿me acompañas a mi escritorio? 

—Claro, vamos —vuelve su mirada hacia Leannie —. Un gusto en conocerte y charlar contigo.

—Igualmente.

—¡Quédate aquí! —le ordena Ethan.


Ambos se van y este, cierra la puerta del cuarto de Lennie.


Narra Leannie

Sí, como si voy a hacerte caso, Ethan Griffin. Cuanto antes me escape de este lugar, mejor para mí


La pelinegra se acerca hasta la puerta y, al tomar el picaporte y girar, se dio cuenta que estaba cerrado con llave, pero no le sorprendió, seria muy tonto por parte de Ethan dejar la puerta abierta sabiendo las intenciones de ella. 


Narra Leannie

¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡Ya sé! ¡La ventana!


La habitación tenia una ventana enorme por la cual, sabia que podía bajar por allí. 


—¡Perfecto! —susurra Leannie mirando la ventana.


En el escritorio, con Emilia y Ethan Griffin


—Yo propongo que le cuentes toda la verdad a Leannie —sugiere la Betha.

—Aún no. Tiene que recibir un buen entrenamiento, ser una verdadera loba, y tú la vas a guiar.

—Ethan, yo lo haría pero... creo que debes considerar decirle la verdadera razón por la que la has traído aquí. 

—Ya te dije, aún no. No seas terca —la regaña Ethan.

—Está bien, tú eres el Alpha. Ya debo irme.

—¿Quieres que te acompañe? 

—No te preocupes, mejor acompaña a Leannie —comentó Emilia.

—¿Segura? —insiste.

—¡Segura! —se acerca a él y lo abraza —Eres un buen líder.


Este corresponde el abrazo que duró varios segundos y se dispone a acompañarla hasta la puerta. Al abrir la puerta principal, ambos se llevan una grata sorpresa, pero sus expresiones demostraban algo distinto; Emilia se cubrió con una mano la boca que dejaba escapar una pequeña sonrisa, Ethan, de lo contrario, tuvo una seria mirada.

Se encontraron con Gabriel trayendo a Leannie en sus brazos.


—Intentó escaparse y al caer por la ventana, se lastimó el pie —informa Gabriel.

—¿Estás bien? ¿Te duele? —pregunta preocupada Emilia.

—Yo me encargo de esto. Emilia ve a tu casa —enojado —. Gabriel, acompáñala.

—Sí. Vamos, Emi —dispuesto a acompañar a la Betha.

Emilia se acerca al oído de Ethan y le susurra: —No seas duro con ella —se aleja —. Adiós, Leannie. Cuídate y que tengas buenas noches.


Leannie quiso responderle pero Ethan la cargó tomándola de las piernas y dejando a la pobre muchacha sobre su espalda boca abajo. Cierra la puerta bruscamente.


—Oye. ¿Qué crees que estas haciendo? —golpea su amplia espalda —¡Bájame ahora mismo! 


No tardó mucho para que su exigencia fuera cumplida. De manera imprevista, Ethan la tira sobre un sillón.


—¡¿Qué crees que haces?! —le grita.  


Ethan se agarra de la cabeza, esa mujer lo estaba volviendo loco de la forma literal. La mira detenidamente y se coloca encima de ella, pero sin aplastarla. 


—Quiero que me prestes atención, ¿estamos de acuerdo? —demandó el Alpha.


Narra Leannie

Que esté encima mío me produce una sensación tan... ardiente. Es como si desprendiera autoridad, como si me da miedo. Mi piel se pone como la de una gallina, él puede notarlo, él sabe lo que siento. No puedo parar de mirar sus ojos... son el reflejo de los míos. Es un hombre tan... misterioso. Quisiera alejarlo de mí pero no puedo, mi cuerpo está intacto, solo puedo asentir


—No quiero lidiar con estas escenas tuyas. No quiero que vuelvas a escapar y me obligues a poner un comando de Bethas para que te vigilen. Puedes caminar, puedes realizar cualquier actividad que gustes, puedes ir a la biblioteca a leer, pero nunca me desobedezcas y me faltes el respeto y menos enfrente de alguien. ¿Me oíste?

—S-Sí. —titubeó.

—No quiero otro de tus caprichos.


Este toma unas vendas y se las coloca sobre el pie de ella, para su fortuna no era nada grave, eso fue un alivio. Agarra una bolsa de hielo y vuelve a levantarla para llevarla a su respectiva habitación. La recuesta en la cama y le coloca la pequeña bolsa que contenía hielo y se va, cerrando la puerta con llave. 


—Esto no quedara así, Ethan Griffin.


A la mañana siguiente, en la habitación de Leannie


Ella se levanta, abre lentamente sus ojos y se dio cuenta que el día, ya estaba presente. Habría descansado bastante bien en su nueva y cómoda cama, incluso su pie se encontraba mejor luego del accidente que se dio por la noche. Inmediatamente, alguien golpea su puerta y era Emilia.


—¿Puedo pasar? —pregunta Emilia con una sonrisa.

—Claro, adelante.

—Buenos días, Leannie. ¿Pudiste descansar?

—S-Sí. 

—¿Cómo esta tu pie? —señala mientras se sienta a un extremo de la cama —¿Se encuentra mejor?

—Sí, muchas gracias por preguntar.

—Oh, no hay de que. Me preguntaba si querías bajar a desayunar conmigo —con una sonrisa —¿Te gusta la chocolatada? 

—S-Sí. 

—¿Te espero abajo? 

—Está bien, enseguida bajo.

—De acuerdo —se retira Emilia con la misma sonrisa con la que entró.


Leannie se aseó y se alistó para bajar al comedor. Enseguida, se encontró con una radiante Emilia que preparó leche chocolatada y pancitos de jamón. Juntas estuvieron charlando de diversas cosas, aunque quien mayormente hablaba era Emilia. 


Narra Leannie

Emilia... me trata tan bien, sin conocerme se preocupa por mí y suele ser muy cariñosa... ¿Será que Ethan se lo pidió? ¿Estará fingiendo? ¿Su personalidad no demuestra quién es realmente? De acuerdo, tal vez estoy siendo paranoica pero debo tener mucho cuidado con ella, mas si tiene una relación con Ethan. En lo posible, intentare sacarle alguna información útil

No puedo descartar la idea de que Ethan mando a Emilia a supervisar mis actitudes.  


—Leannie, ¿vamos a ver como entrenan? —pregunta la castaña.

—¿Quiénes...? —un tanto confundida.

—Ethan y Gabriel, ¿quiénes más?







¡Hola lobitos y lobitas lectores! 
¿Cómo están?

Yo estoy feliz de comenzar a desarrollar como va a surgir esta trama y que es lo que pasará. Quiero comentarles que de ahora en adelante habrán escenas pequeñas cómicas y graciosas, pero luego el desenlace se tornará más serio. Es todo lo que diré.

¿Qué opinan de Emilia? Lennie ya dejó su veredicto. Así que les enviamos muchos saludos y que tengan un lindo día.




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