Capítulo 3.- A 500° Celsius

Zona de minería: Al norte de la ciudad.

Un inconmensurable agujero abarcaba el centro de la zona como si de una fosa de muertos se tratara; luego de un par de explosiones para abrir una nueva zona de minería los hombre se encontraron con aquella estructura natural donde emanaba un olor hediondo, una mezcla entre alcohol y carne en descomposición.

Desde la distancia una camionetas se acercaban dejando arriban a hombre de trajea la zona, con un peculiar equipamiento que no parecían conocer los mineros.

— Caballeros, esta zona es del departamento de extracción de recursos, no pueden entrar aquí — excusó el jefe de la obra  mirando con desagrado.  

— Industrias Wesscorp, les pedimos desalojar, esta será un área supervisada por la corporación para el mejor uso de los recursos — exclamó uno de los sujetos en traje enseñando una orden de desalojamiento — Le pedimos retirara las perforadoras y a sus trabajadores.

— Esto no es justo, llevamos semanas planeando la excavación además no sabemos que hay ahí abajo — el supervisor se acerca a uno de los hombre con cólera en sus palabras.

— Por favor, retírese de la zona  — su voz gélida y sin alma intimidaron al obrero que hablando entre dientes tan solo mandó a desalojar todo.

 — ¡Vámonos muchachos! — 

Tras la retirada de los civiles, el hombre a cargo observó la extraña brea que brotaba de las grietas de la región; tomando su comunicador de muñeca reporta a su superior:

— Doctor Isaac, encontramos otra fuga, pido traer al equipo de limpieza — exclamó el hombre pidiendo no tocar nada, la otra voz contestó.

— El equipo llegará en 10 minutos, tengan listo todo —

— Cada día hay más Criaderos, dudo que la ciudad dure mucho tiempo más —

Un peligro se escondía bajo las capas de la capital y nadie estaba listo para ello.

♤♡◇♧ ♤♡◇♧

La luz de mediodía cegó a un joven de ojos perezosos que permaneció sin poder conciliar el sueño, era una mañana calurosa y rayos abrazadores.

— Odio esto — murmuró negando la serie de incidentes que abarcaron la noche de hace varios días, aquello se visualizaba en su memoria como una maldita pesadilla que degradaba su cordura dejando solo un cascarón vacío de sueños truncados, pues, ¿Quién estaría cerca de él?.

<< Gabriel, escúchame, debes comer algo, ha pasado tiempo y no puedo sustentar tu cuerpo al cien por ciento >> como un mosquito zumbando en su oído, esa voz no paraba de hablar << Te terminarás digiriendo si no comes nada además no podrás hacerme desaparecer con esas pastillas, nada puede >>

Ignorando la voz el joven se coloca su uniforme y se dispone a tomar una ducha. Su cuerpo se había ido cambiado en todo ese tiempo en aislamiento en su habitación sin la más mínima interacción, los pliegues en su piel junto a la grasa de su rostro había desaparecido dejando ver una mirada agraciada; su abdomen redondo se había desaparecido dejando ver un abdomen sutilmente marcado. 

Sus brazos se habían fortalecido y tonificado considerablemente, sus ojos tomaron un tono más claro similar al chocolate; el agua acariciaba su piel desnuda pero los ojos se fijaban en el dolor invisible que sentía en el pecho. 

Terminada su labor de aseo se dirige a la institución de estudio, sin animo en sus palabras; en sus ojos se reflejaba un ser que había perdido todo rastro de cariño o tal vez eso es lo que le faltaba a su existir.

— Si te mato, podría vivir feliz de nuevo — liberando una tenue risilla en la limusina este se sentía tentado a saltar del vehículo en movimiento pero un extraño remordimiento retuvo su mano obligándolo a permanecer inmóvil y callado el resto del camino.

Durante todo la clase no liberó ninguna palabra, lo que pareció más extraño para sus compañeros era el repentino aspecto atractivo que consiguió y parecía casi mágico aquel peculiar cambio pues ya había faltado muchos días. Las chicas le dirigía miradas picaras pero este ignoraba casi cualquier intento de interacción.

— Gabriel, ¿estás bien, colega? —  su amigo más cercano trató de animar el joven contándole una de sus conocidas experiencias bizarras pero Gabriel solo se limitó a escuchar dejando a Luis aún más preocupado — ¿Pasó algo en tu cita con Mónica?, te vez muy diferente cualquiera diría que irreconocible.

Gabriel continuaba negando lo ocurrido, tan solo observando por la limusina notaba el cambio que todos mencionaban de él atreves del reflejo del cristal;  hoy era un día especial, pues era día de videojuegos en su mansión.

El padre de Gabriel había salido de la ciudad y tenían casa libre para jugar videojuegos y procrastinar hasta el amanecer pero ni ese esperado día motivaba a Gabriel, dejando a  su amigo con un rostro cabizbajo.

Era como estar cansado y serle imposible el conciliar el sueño,  algo arrastrándose a tu oído hasta perder lo que te hacía humano.

Luis espero arribar a la mansión sin decir ninguna palabra pero la limusina se detuvo cuadras antes del lugar, la causa, un árbol que parecía haberse roto pese a que la valla de protección servía para evitar que obstruyen el paso.

— Que extraño, no hay viento o lluvia hoy —pensó Gabriel sintiendo un escalofrío que se extendía bajo su piel como el frío toque del peligro, detiene a Luis quien pensaba investigar que había sucedido en el árbol — Algo está mal, no debes bajar... yo.

Sin poder decir lo que sentía tan solo es mirado con rareza por el joven quien se baja del vehículo a revisar el tronco notando quemaduras en la valla y el tronco del inmenso árbol en la zona fracturada.

— No hay nadie cerca, se siente tan mal — notando ese detalle que resultaba cierto era el hecho de que nadie transcurría por la calle que transitaron alertando más al joven; el chofer rápidamente se bajó y corrió hasta desaparecer entre los callejones << Gabriel, ve a tus alrededores, alguien anda cerca >>

El sol caía ante ellos, su mansión estaba muy lejos y pedir ayuda no sería muy seguro; su mirada al ocaso fue cubierta por una figura que se acercaba rodeada de un inusual rojo, su rostro no era visible por el reflejo del sol pero aquellos ojos infernales le resultaban muy familiares inyectando una dosis de terror en el joven que salió para buscar a su amigo en el exterior.

— ¡Luis!, vámonos caminando — exclamó mirando a la persona que caminaba a paso lento y constante como si estuviera lista para atacar.

Los últimos rayos de luz dejaron ver un rostro curtido y de mirada insensible, de hombros anchos y una estatura superior a la de ambos hacía correr la sangre de Gabriel a toda velocidad; un extraño hombre se aproximó a los jóvenes los cuales intentaron pasar de largo la situación antes de ser llamados por el sujeto:

— Gabriel A. Wescott, tu padre necesita de tu presencia, es un gusto volverte a ver — el hombre se mostraba muy cordial y decente pero algo en este no terminaba de cuadrarle pues sus manos liberaban un olor similar a las cenizas y roble quemado — Si no es mucha molestia pido a tu amigo que se retire.

En ese momento Gabriel comprende su situación cuestionando al sujeto colocando a su amigo tras suyo a modo de protección.

— ¿Cómo es que sabes de mi amigo si mi padre no lo conocía, caballero? — 

— Eso no tiene importancia, ¡sube al vehículo! — 

<< Conozco a este sujeto, no es alguien de fiar >> exclamó la voz de la criatura.

Buscando manejar la situación Gabriel improvisa mirando sus zapatos y brotando una idea.

— Bien, solo déjame atar mis cordones — arrodillándose recorre un puñado de tierra que rápidamente lanza al sicario, cegándolo parcialmente.

Tomando a su colega del brazo ambos corren lo más que sus piernas podían sostener.

— Gabriel, ¿Quién es ese sujeto? — exclamó Luis notando al hombre tan solo mover su cuerpo a modo de estiramiento, su impacto fue mayor al notar que este se aproximaba a una velocidad espeluznante con el escarlata brotando de su mirada.

— Mi padre nunca me mandaría a buscar él es bueno, debe tratarse de lo que dijo Mónica — se cuestionó avanzando un par de calles pero son interceptados nuevamente por el hombre incognito quien terminó perforando la pared aledaña — Si es así, no tenemos ninguna oportunidad de escapar vivos.

— Odio repetirlo, ¡acompáñame a los laboratorios! — la temperatura que emanaba de él resultaba sofocante para los chicos, esa voz volvió a sus oídos con suma preocupación.

<< No lo sigas, escapemos o tu padre te usará de sujeto de pruebas como todos los demás >> propuso la criatura tomando el control del cuerpo y colocándose en posición defensiva,

—¿Ah?, ¿cómo el podría hacerle eso a su hijo? — temblando no sabía que más pensar y la paciencia del hombre parecía acabarse, Gabriel desesperado recupera el control de si mismo pero ya era tarde el sujeto furioso impacta un potente golpe siendo recibido en su totalidad por Luis quien cubrió con su cuerpo a Gabriel el cual no pudo mover un solo musculo, todo efecto del miedo en si.

— Fue muy tonto lo que hizo tu amigo, ahora, nadie irá a tu funeral — dijo el sujeto encendiendo una flama de sus brazos se disponía a tomar al joven — Solo son necesario 500° Celsius para calcinar a alguien, veremos si resistes eso.

Cuando  lo peor estaba por suceder el estruendo de un disparo de escopeta silencia la voz del pirómano, dirigiendo los ojos al hombre nota un inmenso agujero en su espalda cayendo sin poder hablar para dejar ver un charco de sangre semejante al color carbón.

— No pensé que duraras tanto solo pero me alegra que no estés herido — la figura angelical que se presento ante sus ojos emanando un aroma a pólvora y perfume femenino que le caracterizaba, cubierta de un aura asesina que daba a conocer la chica que el mismo Gabriel mencionó:

— Mónica...  — Gabriel se dirige a su amigo quien se encontraba al borde de la muerte por el colosal golpe; sin poder abrir del todo los ojos este toma la mano de su amigo expulsando sangre de la nariz y boca.

— Me alegra que no te halla lastimado, Gabriel — tomando a su amigo rápidamente lo lleva al hospital más cercano, en un par de minutos recibe apoyo y termina internado en las instalaciones por la gravedad en sus heridas.

Su conciencia acariciaba la muerte pero no era momento de caerse a pedazos, Mónica sentada a su lado en la sala de espera tomaba su mano intentando expresar empatía por el desdichado joven pero este aún seguía paralizado del miedo; mirando el anillo que traía en el dedo dirige una mirada de odio hacia la chica.

— El ya debió regenerar el disparo, vendrá pronto aquí y no quieres que dañe a tu amigo, ¿o si? — las palabras llegaban al joven como chirridos y susurros sin sentido, mirando sus manos cubiertas de la sangre de la persona más cercana corre al baño lo poco que desayunó.

— Tú, ¡todo esto es tu culpa! — lanzándose contra la chica, intenta asfixiarla pero rápidamente pierde fuerzas cayendo cubierto de lagrimas de sumo miedo y dolor — Si tan solo nunca te hubiera conocido.

Mónica se mostró vulnerable bajando la mirada y viendo como algunos guardias se acercaban al ver el escandalo; pero esta pidió que se retiren dejando nuevamente a ambos solos.

— No lo sabes aún pero eres clave en todo esto de los portadores — una lagrima brotó de sus resplandecientes ojos pasto — Te sugiero pensar las cosas.

— Tú no me conoces — sentándose nuevamente a lado suyo , ambos permanecieron en un silencio pesado.

— Únete a mi y tu amigo estará a salvo, además, nadie más sufrirá si te mantienes fuera de cámaras y eventos  — extendiendo su delicada mano hacia el joven.

Cuestionándose por un momento recuerda la mirada moribunda de su amigo y ese sentimiento inhumano que recorría su sangre, este estrecha la mano con desgano; saliendo de la puerta, el doctor se acercó a los chicos con una carpeta medica.

— Esta estable, si no lo hubieras traído rápido por el golpe del vehículo estaría muerto  — el doctor no conocía la causa pero sabía que no se trataba de un accidente automovilista como le narró Gabriel siendo silenciado por una faja de billetes.

— Coloque la cuenta a mi nombre y si viene alguien a preguntar al respecto no diga nada, por favor, vean que sobreviva al tratamiento y tenga todos los medicamentos — pese a eso, la preocupación por su colega era evidente, pagando la operación a este, que se estabilizó en un par de horas.

Sentado frente a una curiosa mirada de Mónica, Gabriel contemplaba su existencia y el mundo donde se había adentrado algo fuera de todo conocimiento colectivo y oculto ante los ojos de la ignorancia, era un un hermoso y eterno anochecer que se regocija de las maravillas e insensibles horrores.

Junta directiva de Wesscorp, Ubicado en Nueva Europa.

La conferencia encabezada por el indiscutible líder de una de las compañías de biotecnología más grande de la nación y del mundo, reposaba sentando escuchando los detalles respecto a las pruebas de los últimos "productos".

— Señor Wescott, la junta a decidido retirarnos de la zona bio militar y depositar todo en la medicina — el comentario de uno de los hombres irritó fuertemente al Albert quien rápidamente cuestionó la decisión siendo respondido por un joven administrador de recursos.

— Viendo que no hemos sacado ningún producto en este año y la ventas disminuyen, decidimos que sería mejor idea desviar todo a la medicina y conseguir más acciones — el joven confiado de su posición reta al señor Myers.

 — Saben yo estuve cuando el mundo fue hecho trizas y podría hacerlo de nuevo, si quieren conservar sus puestos les recomiendo avisarme — su aura asesina fue contrastada por el muchacho quien rápidamente reveló un arma en su maletín apuntando hacia Albert.

— Ya no seguiré trabajando para un asesino y soportando sus amenazas, todos decidimos sacarlo de la compañía, ¿no es así muchachos? — intentando buscar el apoyo de los demás en la mesa solo es recibido por un silencio sofocante — Puedo asesinarlo ahora y quedarme con la compañía, solo hace falta jalar del gatillo.

Los guardias estaban por atraparlo, siendo detenidos por Albert quien simplemente sonrió levemente mientras se acercaba al rebelde.

— Aleje, tengo un arma — corriendo hacia este el casquillo del arma fue vaciado en su pecho, todo se mantuvo inmóvil.

Una respiración agitada era la único que se podía escuchar, sus ojos temblaban por dentro pues los agujeros en su pecho se cerraron al igual que Gabriel en su caso; justo frente a él inyecta un dardo en su cuello.

— La corporación a tenidos ciertos tropiezos estos últimos años pero... no es razón para perder la fe — los gritos de agonía del joven aturdían los oídos de los presentes quien aterrados oían a ambos al mismo tiempo sin poder moverse un solo centímetro — La confianza es algo que se puede perder y es algo que ya no tienen de mi.

La piel del caballero comenzó a cristalizarse, cubriendo su cuerpo completamente de una vidrio negro hasta asemejar a una estatua viviente con un último rostro de horror plasmado en él.

— Bueno si es todo a discutir entonces me retiro, tengo asuntos que atender en La Ciudadela —tomando sus papeles se retira de la sala hablando con uno de sus guardias para comentarle — Desháganse del cuerpo y no dejen que nadie salga vivo de la habitación.

Los gritos de los hombre eran como armonías para su audio, retirándose pido otro saco pues este se ensució de sangre.

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Un cuerpo inmóvil cubierto de un charco de sangre despierta con agitación moviendo sus brazos y hombros tras tanto tiempo inconsciente para luego toser con fuerza al piso.

<< Esa chica, debemos deshacernos de ella, Elías >> propuso la voz en su cabeza terminando de cerrar el agujero en su pecho cubriéndolo de la sustancia negra que rápidamente se evaporó.

Levantándose del frío suelo de concreto el hombre enciende su pipa con el chasquido de sus dedos.

<< No crees que es algo viejo eso, hay cigarros, además que dañará tus pulmones >>  exclamó el ente que habitaba dentro suyo << Los electrónicos no hacen tanto daño como estos >> 

—Tal vez pero la sensación no es la misma, por cierto... —con una actitud calmada observa al cielo notando la luna luego de varios días, una notificación se sonó en su teléfono seguido de un aviso de captura — La noche ya llegó y la locura ya ronda por la ciudad, iremos por otro sujeto.

Una nube de tabaco se elevó hasta disolverse en las nubes donde se apreciaba la muerte que invadía lentamente la ciudad y la noche era testigo de la obra.

— Gabriel Wescott, que curioso objetivo —
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Hola se que me quede en pausa con la otra historia y no había publicado nada desde Enero pero perdón, en serio en cuestión a porque hago los capítulos tan cortos es porque yo no me tomó la situación tan pesada.

Necesito comprensión de parte suya, espero lo hallan disfrutado y que tengan un lindo día. :3

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