✧Capítulo #1 [El error]

Mi historia comienza desde la época griega, después de Cristo en la que la ciencia y filosofía comenzaban a ser alternativas viables para el ser humano debido a su exactitud y veracidad en ciertos enigmas del momento pero por desgracia estas grandes novedades no eran accesibles para cualquiera porque solo los hombres cuya profesión fuera de educadores, astrónomos, abogados o defensores de la patria tenían derecho a ejercer dichas disciplinas a favor de todos simplemente por haber nacido varones, a excepción de mi, pues con todo el escepticismo, entusiasmo e ilusión comencé mi aventura como tutora de chicos no sin antes siendo autorizada por mi propio padre, un brillante maestro del cual al parecer heredé mi intelecto, ya que mi madre falleció durante mi nacimiento y para lograr mantenernos a flote Él dedicó su vida a la enseñanza y valió la pena porque éramos de una buena posición económica a diferencia de muchos.

Hipatia de Alejandría fue como mis padres me nombraron al nacer debido a una estrella súmamente luminosa que se destacaba en el firmamento en comparación a las demás y ese fue quizá el peor error que ambos cometieron conmigo porque sería una mujer considerada como genio en la actualidad tras ser superdotada en cualquier campo en el que me desarrollara, y así fue, pues amaba la ciencia, las matemáticas, la astronomía y la filosofía tras buscarle sentido a la vida con argumentos y locos experimentos desde que era muy pequeña, por eso, al ser temas reservados para varones mi papá permitió mi carrera como profesora en nuestro templo al notar que efectivamente era mi vocación.

Al principio, mi oficio era de absoluto secreto para todos al temer que me hicieran daño pero como era terca en querer sobresalir nunca obedecí las advertencias de mi padre y por eso fui brutalmente asesinada cuando parecía que comenzaba una Era en la que las mujeres tendríamos poder, por eso, aunque mi profesión fue medio aceptada gracias a que mi progenitor era un hombre muy respetable en medio de la población pude ejercer por poco tiempo lo que tanto adoraba a pesar de practicar una religión diferente y ser mujer.

Como profesora los chicos me amaban en todos los sentidos tras enamorarse de mi en algunas ocasiones, pues mi apariencia física era realmente hermosa y bien cuidada debido a mi belleza, por eso debía cuidarme de los hombres que intentaran conquistarme, pues muchos de ellos pretendían inclinarme a la religión católica en contra de mi voluntad, sin embargo, solo me llegué a sentir atraída por un chico de alta estatura, ojos verdes, piel blanca, cabello marrón enmarañado y cuerpo voluminoso al pertenecer al ejército griego pero nuestro amor nunca pudo consumarse por las estúpidas reglas del matrimonio entre cristianos con otras religiones no oficiales y mi padre desaprobaba dicha unión, por lo tanto nunca más volví a sentir amor verdadero porque mi vida duró demasiado poco, o eso creían.

Tras ser friamente asesinada en medio de muchos vecinos, amigos, hermanos religiosos y extranjeros que invadieron nuestros territorios sagrados solo por considerarme una "amenaza" a sus estúpidos ideales juré que al regresaría al mundo terrenal de manera inesperada y cada uno de mis verdugos pagaría muy caro luego de arrebatarme la vida cuando comenzaba a florecer, más por ende no escucharon mis palabras y en un abrir y cerrar de ojos todos se olvidaron de mi historia después que mi abatido padre también muriera de tristeza por mi trágico final pero no fue así, mi espíritu prevaleció en la Tierra en búsqueda de paz y auténtica justicia para quienes necesitaron ayuda a lo largo de más de cinco siglos posteriores a mi muerte pero nadie nunca fue capaz de agradecer lo suficiente, por eso, como alma en pena decidí que ayudaría por última vez a una singular mujer que me pareció bastante interesante.

Grecia Alameda González fue la chica a la que ayudé con mis poderes desde el más allá con tal de sacrificar mi propósito astral, pues yo, Hipatia de Alejandría, una mujer imcomprendida por la vida haría hasta lo imposible con tal de demostrar la verdad y velar por la seguridad de las víctimas de abuso en la asquerosa sociedad que continuaba siendo patriarcal aunque estuviera muerta desde hace cinco siglos, además, lo más curioso de todo era que la mujercita tenía por nombre el país en el que alguna vez nací, por eso, aquella fue una clara señal de que debía hacerlo con ella y su familia.

La chiquilla fue secuestrada durante seis largos meses y obviamente fue como si se la tragara la tierra, pues nunca más se volvió a saber de ella luego de que en el año de 1958 jamás regresara de su vieja preparatoria hacia su hogar donde sus padres la esperaban para festejar su cumpleaños número dieciocho con un gran pastel de crema y un vestido azul hasta las rodillas que su abuela le tejió, sin embargo Grecia no era de las típicas adolescentes rebeldes que escapaban de sus hogares después de una pelea con sus progenitores o tenía novio a escondidas así que el misterio, el miedo, la impotencia y la intriga inundaron aquella pequeña ciudad al demostrarse que enserio pudo haber muerto en manos de algún perturbado social.

Por otro lado, su madre era una mujer mayor que creía en la adivinación y astrología porque creció en ese ambiente y tras enterarse de que yo, un espíritu justiciero podía ayudar bajo ciertas condiciones en esas difíciles situaciones no lo dudó más y prometió dar su vida a cambio de que su única hija regresara a casa sana y salva sin importar los riesgos al sentirse impotente al ver como la policía cerró el caso por falta de pruebas así que decidí otorgarle mi apoyo divino por última vez pero la vieja madre no murió como creía, solo enfermó durante un corto tiempo y al doceavo mes se curó totalmente luego de que su adorada hija regresara a casa sin ninguna explicación, pues los secuestradores decidieron regresarla a casa en perfecto estado luego de que un fantasma de verdad se aferrara a ellos y sus vidas empezaran a ir muy mal.

-Bss, vecina. -exclamó de pronto una anciada de apariencia extraña, pues tenía el cabello gris enmarañado como si no hubiera salido de su descuidada casa durante años.

-Ahm, ¿Si? ¿Qué desea, señora Tessy? ¿Necesita algo en específico?, no la había visto desde hace mucho, ¡Oh si! ¿Está bien?

-... Se que tu preciosa hija Grecia está desaparecida desde hace muchos meses y las autoridades son tan incompetentes que no la han podido rescatar porque cancelaron su búsqueda, ¿Cierto? -exclamó la vieja mujer con un notorio guiño.

-¡Uff!, claro, es obvio, ¡también es una bruja local quiere venderme sus productos! ¿O no es así, Tessy?

-No, no, ¡no te ofendas, querida!, solo pretendo ayudarte porque estás comenzando a perder las esperanzas de encontrar a tu hija algún día.

-Bueno, si, debo admitir que la tristeza me consume poco a poco, pero, ¿A caso tú la has visto?

-No, vecina, pero puedo ayudarte en esto gracias a mis conocimientos, ¿O a caso quieres que Grecia muera y jamás encuentres sus restos hasta que los hallen en un botadero de basura?

-¡Oh no! ¡Claro que no! ¡Quiero que sus raptores paguen con sangre por su desaparición porque mi hermosa hija aún está perdida y yo me estoy volviendo loca de dolor! ¡Usted lo sabe! ¡Anhelo justicia!

-Bien, escúchame... Entre mujeres nos entendemos así que mira, ¡Existe un poderoso conjuro que puedes hacer con tal de proteger a los que amas de cualquier peligro! ¡Lo aprendí de mi tatarabuela! ¡Tú eres una bruja como yo! ¿Cierto?

-Sí, creo que mi madre me heredó sus dotes en estas cosas y aunque me guste mucho el tarot, el horóscopo y los hechizos aún me da miedo, ¿Es seguro para todos?, Tessy, ¿Podré hacerlo yo sola?

-¡Claro que sí! ¡Cualquiera puede y tú eres una bruja! ¡Adelante! ¡Te puedo garantizar que Grecia volverá a casa completamente sana y salva!

-¡Ay Dios! ¿De verdad? ¿Y de qué se trata ese supuesto hechizo? ¡Lo necesitamos muchísimo! ¡Quiero a mi hija junto a mi otra vez!

-Invocarás a una entidad femenina desde el más allá... Con cuidado y respeto, obviamente.

-¿Qué dices? ¡Ay no! ¡De ninguna manera, Tessy!, y si, okey, puede que yo sea hechicera y haga amarres amorosos o vea el futuro con las cartas como mi madre me enseñó pero no voy a llamar a ningún demonio, ¡No! ¡No lo haré! ¡Por eso la sociedad nos cree malvadas y nos quemaron en la Edad Media bajo siniestras hogueras!

-Calma, ¡Presta atención!, el espíritu del hechizo no es ningún demonio del inframundo, ¡Al contrario!, es el alma en pena de una pobre mujer que ayuda a los desaparecidos tanto hombres, niños, ancianos y mujeres con el fin de que la verdad sea revelada así como tú lo deseas! ¡Su nombre es Hipatia de Alejandría y se que ayudará mucho a tu hija!

-¡Ohhhh!, bien vecina, bien, ¡Dame el hechizo de la mujer fantasmal!, si, ¡Por mi preciosa niña haré todo lo que sea necesario!, lo juro.

-Mira, la mujer intercede por quien la invoca pero toma su tiempo, además debes hacer un altar con velas y flores amarillas, trazar un círculo blanco sobre el suelo, colocar tu objeto favorito en el centro no muy lejos de ti, respirar profundo y pronunciar tres veces las palabras de "Flor flor de lago", ¿Entendiste?

-... ¡Así es!, lo entendí, muchas gracias, ¡Hoy mismo lo haré!

Seis horas después.
22/04/1958, 11:45 PM.
Ciudad de Choperla.

-Bien, no se qué carajos estoy haciendo pero no me importa si mi hija regresa, ¡Uff! ¡Conjuraré a la mujer! ¡Flor flor de loto, flor flor de loto, flor flor de loto! -exclamó la afligida madre con un tono de voz jadeante tras volver a abrir sus ojos y sentir una peculiar corriente de viento -¡Ohhhh!, ¿Hipatia? ¿Ya estás aquí, verdad?, vamos, ¡Ayúdame!

-... No cumpliste con el trato. -se escuchó como eco en medio de la nada cuando aquel jardín estaba completamente solitario.

-¡Ay mierda! ¡Dios! ¡nunca vi que una entidad pudiera hablar!

-¡No pusiste mis flores amarillas en el altar y por eso serás castigada por tu brutal ofensa a mi!

-¡Ohhhh! ¡rayos! ¡no debí escuchar a la loca de Tessy! ¡Uff! ¡AHHH! ¡Fuera de aquí, mujer! ¡Regresa a tu quemante mundo infernal! ¡Ya lárgate, maldito espíritu!

En ese momento Casilda González, la madre de Grecia borró el círculo de tiza con jabón, rompió las fotografías que puso en el centro tal como los peluches de su hija e imágenes sagradas, y, para ponerle la cereza al pastel quebró las velas de cera sobre el altar y lo quemó totalmente, pues le dio muchísimo miedo que Hipatia fuera un demonio de verdad así que no terminó el pacto y acabó enferma hasta que su hija regresó, ya que la mujer fantasmal era bondadosa y no se vengó de ella tras notar su gran dolor pero de igual forma buscó que aquella ofensa fuera pagada hasta muchos años después por medio de su única y hermosa nieta.

Y si, la desalmada adolescente volvió a casa con mil traumas y pesadillas frecuentes al estar expuesta a aquellos delicuentes que pretendían explotarla sexualmente como a muchas otras jovencitas en el mundo pero cuando me vieron de frente se orinaron en los pantalones, corrieron como locos y liberaron a su inocente víctima tras sentir mi auténtica presencia entre ellos, no obstante, aunque al principio la chica también se quedara en shock supuso que mi intervensión divina fue gracias a su madre o abuela, dos brujas secretas de la ciudad y por lo tanto ahora estaba decidida a cambiar su vida al ayudar a los demás como policía cibernética, ya que se graduó con honores de la academia, resolvió casos importantes sobre secuestros, fue ascendida en su empleo como jefa y se casó con su novio Ismael Hernández al hallarse muy enamorada, por lo tanto, ahora eran una hermosa familia que pronto se completaría con el nacimiento de su única hija de nombre "Helena" apenas dos años después de su estabilidad económica, psicológica y laboral, o sea en el año de 1962.

11/01/1959.
7:10 PM.
Ciudad de Bastallo.

-¿Y? ¿qué haremos con la chica?

-Venderla, obviamente, ¡Seremos ricos! ¡Ella nos dará suerte!

-Perfecto, su tonta madre nunca pagó nada y la policía se dejó comprar, entonces, ¿Dónde la vamos a colocar? ¿En las Vegas o Texas?

-Las Vegas suena perfecto.

-... ¿Oíste eso? ¡Sonó como si alguien hubiera entrado! ¿Será la policía?

-¡No seas miedoso!, no creo que sea la policía porque cerraron el caso, ¿Recuerdas, tonto?, la chica estará con nosotros "para siempre", si, ¡A esta nadie la podrá salvar! ¡Cumplirá con su deber como mujer!

En ese momento y de la nada se escuchó un fuerte estruendo que fue causado por un poderoso rayo el cual cayó sobre un árbol de baja estatura que pronto se incendió frente a los ojos de los secuestradores y muchas cosas más comenzaron a suceder, pues las sillas se arrastraban solas, se vieron luces en la oscuridad que desaparecieron rápidamente, en las mohosas paredes del encierro se escribieron con sangre las palabras de "Δικαιοσύνη για την Ελλάδα" (Justicia para Grecia) en un idioma distinto que resultaba incapaz de traducirse por su evidente complejidad y como punto detonante del terror de los secuestradores aparecí yo, una mujer de apariencia espectral, cabello negro hasta las rodillas, ojos sin pupilas, de piel tan pálida como ningún otro ser y de paso mis frías manos estaban manchadas de la espesa sangre con la que fue escrita aquella frase en griego antiguo, por eso, además de casi morir de un triple ataque cardiaco los hombres que pretendían hacerle daño a Grecia terminaron por rendirse ante mi indiscutible presencia en el mundo de los vivos tras verme y escucharme.

-¿Enserio le temes a los rayos?, vamos Esteban, ¡Es absurdo! ¡Pareces una niñita miedosa!, solo lloverá.

-... Pe-ro es que afuera está a cuarenta grados, ¡No es normal!

-¡Pendejo! ¡Solo se acerca una gran tormenta pero para nosotros será de dinero sin fin gracias a la mocosa que secuestramos hace meses!

-Δικαιοσύνη για την Ελλάδα.

-¡Mierda! ¿Escuchaste eso?, no, ¡Tenía razón! ¡Esto no es normal!

-Esteban, ¡Cálmate! ¡Es tu mente la que juega contigo!, lo prometo.

-Ah si, ¿Y desde cuándo "mi mente" puede hablar, eh?, no, ¡Yo me voy!

-Si te vas de aquí estarás fuera del negocio y no volverás a menos que quieras morir como muchos otros aunque seas mi hermano, te lo advierto, estúpido cobarde.

-Δικαιοσύνη για την Ελλάδα.

-¡Basta Alex! ¿Enserio pretendes volverme loco, ah?

-¡Yo no dije nada!

-Okey... -exclamó el más valiente de los secuestradores con un tono de voz trémula y silenciosa.

-¡AHHH! -exclamó el hombre de nombre Esteban tras ver como los rayos del exterior estaban detonándose y alumbrando el suelo dentro de aquella casa abandonada.

-¿Qué demonios es esto?

-¡Mira allá! ¡Algo está sucediendo!

-¡Las sillas, Alex! ¡Las sillas se mueven solas!

-... Bueno, debo admitir que sí me asusté pero esto es un vil truco.

-¿Un vil truco? ¿Enserio? ¡Mira a tu alrededor, Alex! ¡Algo nos persigue!

-Si, una montaña de dólares luego de la venta de la chiquilla linda.

-Alex, ¡No te voltees!

-¿Por qué no? ¿Sucede algo?

-Solo no te voltees.

-¡Esteban, hermano! ¿Estás bien? ¡Te ves muy pálido! ¿Necesitas ayuda?

-... Sí, si necesito ayuda pero de un exorcista equipado con crucifijos.

-¿Ah? ¿Por qué?

-¡AHHH! -exclamaron ambos hombres al ver como en todas las paredes estaba escrito con sangre las mismas palabras extrañas que escucharon hacía unos minutos.

-¡Asesina a la chica!

-Pe-ro yo no puedo hacerlo...

-¿A no? ¡Lo harás y punto!

-¡No seas tonto, Alex! ¡Si ella muere no seremos millonarios y la policía nos encontrará pronto!

-Ya lo hicieron, Esteban, ¡Son ellos los que crearon este elaborado escenario de terror porque no dejaron el caso como nos hicieron creer! ¡Qué tonto fui! ¿Cierto, imbéciles? ¡Su teatrito se acabó! ¡La molesta mujercita morirá!

-No, ¡No lo hará! ¡Para eso estoy yo!

-AH... -volvieron a exclamar los secuestradores con una expresión de pánico absoluto luego de verme y escucharme claramente.

-¿Y aún cre-es que sea un tru-co?

-¡No seas tonto! ¡Obviamente es una broma creada con un olograma!

-¡Par de gallinas! ¡Puede que no sepa lo que es un olograma pero sí soy real! ¡Δικαιοσύνη για την Ελλάδα!

-¡Jesús Santísimo! ¿Y esas pa-la-bras?

-Son en griego antiguo, ¡Sorpresa! ¡Significan justicia para Grecia! ¡Ustedes van a liberar a la chica o si no me veré obligada a llevarlos conmigo al inframundo!, o quizá peor, ¡Llamaré a Pisístrato de Atenas, mi fiel amigo que cuenta con un ejército de mercenarios, y a Cípselo de Corinto que asesinó a miles de civiles por renegarse a su poder.

-¡Corre Esteban! ¡Corre!

En ese instante aquellos cerdos sin alma huyeron de la casa secreta en la que tenían encerrada a la pobre de Grecia González, pues por poco ambos fueron arrastrados por mi parte hasta el verdadero inframundo con apoyo de mis amigos tiranos, que aunque nacieron miles de años antes que yo eran fieles seguidores de mi poca influencia en Grecia y Atenas, más por ende, la chiquilla que rescaté únicamente me agradeció con una sonrisilla junto a un leve movimiento de cabeza tras intuir rápidamente que yo era producto de la magia de su madre y abuela, por eso la adolescente nunca más habló del tema y vivió con eso por el resto de su existencia al notar que mi poder era real, sin embargo, ella nunca me dio los créditos adecuados luego de ser rescatada con vida y esto me enfureció sin lugar a duda de tal modo que prometí conseguir mi venganza con una última niña, esta vez completamente inocente y pequeña al ser la única hija de Grecia Alameda González, la chica ingrata que ayudé con influencia de mis místicos poderes del más allá.

Era simple, la madre de la chica cuyo nombre era Casilda González cometió el gravísimo error de no cumplir con una de mis condiciones fundamentales y para empeorarlo todo quemó el altar según ella con la intención de deshacerse de mi, por lo tanto, a mi se me fue castigada en el universo tras aún ser un alma en pena y mi enojo no era para menos, más por ende me tranquilicé y entendí a aquellas mujeres, las cuales únicamente deseaban estar juntas después de ser separadas por un horrible trauma pero como parte de mi penitencia divina tuve que romper definitivamente con la conexión del mundo terrenal no sin antes salirme con la mía cuando renací en la pequeña Helena a modo de pago a ciegas hacia Casilda por haber desobedecido mis reglas, deshecho mi poder como protectora y salvado a su malagradecida hija Grecia.

La dulce bebecita tenía el cabello marrón, piel blanca como la nieve, ojos color almendra y sus labios eran de un bello tono rosa carmesí, por lo tanto aquella niña demostró su hermosura desde que vino al mundo un caluroso día de abril, pero, su precioso nombre tenía una enorme similitud con el mío porque Casilda González, la madre de Grecia y la abuela de la niña recién nacida tuvo muchísimo miedo cuando años atrás notó que yo era demasiado poderosa aún en el mundo de los muertos así que decidió omitir las flores amarillas a propósito cuando ese paso era fundamental para salvar a su hija, y no, a pesar de aquella ofensa yo no tomé repesalias, al contrario, pude entenderla y rescaté a su muchachita pero sí la castigué y muy pronto las consecuencias de su cobardía se vieron en quien más amaría, en este caso, su única y adorada nieta.

Helena creció los primeros ocho años de su vida fascinándose por la naturaleza a tal grado que deseaba convertirse en veterinaria cuando pudiera ingresar a la universidad, amaba los experimentos con líquidos pegajosos o materiales caseros, además se entretenía jugando a buscar hallazgos geológicos o a ser maestra con sus muñecas, coleccionaba piedras de colores con significados especiales y exploraba el hermoso mundo que la rodeaba, por lo tanto, al cumplir trece años desarrolló un gran amor por la ciencia, la filosofía y las matemáticas a tal grado que demostró con hechos de lo que podía ser capaz de lograr por sí misma desde que era pequeña tras tener talento para eso al nacer como una niña prodigiosa.

No obstante, había un tortuoso inconveniente en la preciosa vida de Helena, pues en esas épocas la voz de las mujeres aún estaba relegada por los hombres debido a que en la década de los sesenta no habían marchas feministas que velaran por los derechos de las chicas en medio de una sociedad retrógrada y si una niña deseaba ser grande en esas profesiones "masculinas" era castigada tal cual y me sucedió a mi en la antigua Grecia, por eso decidí tener una segunda oportunidad y recuperar todos esos años luego de vivir dentro del espíritu de la dulce Helena desde que nació hasta que la justicia social llegara por sus manos y la verdad de lo que me sucedió en realidad fuera revelada al fin.

...

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