Capítulo 1 - La Academia
El sol relucía cada véz más enérgicamente sobre la Escuela de Educación Secundaria San Greet; los alegres pájaros madrugadores que cantaban desde el alba, denotaban aún más el ambiente matutino.
Al pasar la elegante reja azabache de entrada a la escuela, un ancho camino de cemento liso y claro guiaba a los estudiantes a través del amplio patio de recreación hacia la puerta principal.
El gran patio, al igual que el camino de cemento, estaba rodeado por zonas verdes de pasto perfectamente cortado y cuidado, arbustos con forma semicircular y algunas plantas perfecta y cuidadosamente ubicadas para decoración del lugar.
__ Que lugar de mierda... -- susurró la adolescente para sí mientras caminaba hacia la puerta pricipal --.
Decenas de alumnos charlaban y reían entre sí sentados en bancos color beish ubicados en las zonas verdes o mientras caminaban, al igual que Casey, hacia la puerta principal.
Todos llevaban el uniforme del colegio; las chicas, una camisa blanca con corbata roja, zapatos con tacón y una falda con volado, roja con tiras blancas que les llegaba casi hasta sus rodillas; y los chicos, camisa blanca con corbata roja, zapatos con un tacón menos notorio que las chicas y una bermuda roja con dos tiras blancas a sus costados.
Casey aborrecía todo aquello: el lugar, el uniforme, el sistema, y, más que nada, a los "delicados y elegantes niñitos", cómo ella los llamaba, que asistían allí.
No tenía amigos en esa escuela, ya que ella los consideraba, con bastante certeza, niños ricos, holgazanes, inútiles y delicados que probablemente acabarían comprando sus títulos.
Aunque bueno, la chica tampoco era muy querida en el lugar, de hecho todos la veían como una "bruta", "rebelde" y "marimacho", debido a su personalidad y forma de ser, cosa que a la chica, le importaba muy poco.
Suspirando nuevamente, la castaña lanzó su mochila al respaldar de su asiento descuidadamente, para, posteriormente, sentarse casi sobre ella.
El sistema educativo era también otra cosa, además del molesto y estereotipado uniforme, que realmente le molestaba mucho.
El hecho de tener que estudiar cosas inútiles que se le olvidarían unos meses después de aprenderlas, le parecía absurdo, al igual que el método "dolor-recompensa" que usaban en las escuelas. "Si haces tu tarea y estudias, tendrás una buena nota, si no, tendrás una mala" -- se dijo en su mente imitando la melosa voz de la profesora de Física, una de las que más odiaba --.
Si bien era una chica muy inteligente y tenía buenas notas ya que debía hacerlo al menos por el momento, el hecho de que un o una imbécil la calificara le parecía simplemente estúpido; ella sabía quién era y de lo que era capáz, la opinión que los profesores tubiesen sobre su persona o su desempeño le era indiferente, no necesitaba la aprobación de nadie, y mucho menos de alguien que ni siquiera conocía más allá de su nombre o rostro. Pero bueno, un trato era un trato; sus padres la apoyaban en el Boxeo y, hasta que pudiera conseguir su propio dinero, cosa que esperaba que fuese pronto, debía complacerlos ya que dependía economicamente de ellos.
"Que jodido..." -- pensaba fastidiada --
El sordo y repentino sonido de un portazo interrumpió los pensamientos de la joven, devolviéndola a la realidad: Clase de Matemáticas.
"Lo que me faltaba para empezar mal el día" -- se lamentó mentalmente --
__ Buenos días, Alumnos -- dijo distraída una alta mujer rubia de aspecto severo -- espero ver sus tareas hechas hoy, de lo contrario, como ya les he mencionado previamente, comenzaré a enviar notas en sus cuadernos -- dijo con el ceño fruncido ahora mirando al alumnado --.
"Y ahora nos amenaza..."
__ Oh, señorita Darley -- el rostro de la profesora cambió a una exagerada sorpresa cuando reparó en la presencia de la adolescente -- que raro verla por aquí, nunca viene a mis clases -- continuó con cierto tono de burla mientras una forzada sonrisa brotaba en los labios de la castaña -- bueno, espero que esté al día con los temas.
__ Más o menos... -- "vieja puta" -- pero me arreglaré -- dijo la chica luciendo aún más una perfecta sonrisa falsa --.
Ambas mujeres se sostuvieron la mirada por algunos segundos, hasta que la mayor rompió el contacto visual.
__ Hmp, bien, no quiero retrasados -- dijo seria mientras se daba la vuelta hacia la pizarra --.
"¿entonces por qué está aquí?" -- pensó burlona --.
***
La campaña que anunciaba el corto receso entre clases sonó por fin. La hora de matemáticas había pasado, tal y como Jenna temía, muy lentamente, a un ritmo tortuosamente lento a los ojos de la castaña.
Matemáticas era una de sus materias menos favoritas, el hecho de aprender cosas inservibles ya de por sí le molestaba, pero, además de aprender, tener también que esforzarse por hacerlo, era aún peor.
Si bien Jenna era muy inteligente, no solía hacer uso de sus habilidades cognitivas a menos que fuese necesario, ya que, como ella decía, "pensar mucho la agotaba mentalmente", y matemáticas, si se podía definir en tan solo una frase, esa sería "pensar y aprender cosas que a casi nadie le interesan o, mucho menos le sirven en la vida". Además, el nivel de pensamiento tan lógico, complejo y centrado que requerían las matemáticas era, en opinión de la chica, un absoluto dolor de cabeza.
"¿y tendré que soportar esto el resto del trimestre?" -- se preguntó alarmada --.
Completamente sumergida, en sus penas, la chica ni siquiera notó cuando un grupito conformado por tres chicas "las taradas plásticas", se acercaba sigilosamente a la castaña, quien reparó en su presencia cuando las tuvo prácticamente a unos centímetros de su pupitre.
__ Vaya, vaya, hasta que la salvaje decide volver a la civilización -- comentó burlona la "líder" del grupito -- aunque no se ni para que te molestas en venir, un bruto animal como tú no posee la suficiente inteligencia como para aprender nada más que dar puñetazos --.
El trío rió a coro, pero la boxeadora ni siquiera se inmutó.
Al ver esto, la rubia agregó burlona:
__ ¿qué pasa?, ¿no me oyes o no hablas nuestro idioma? -- dijo entonando las sílabas y acercando su rostro al de la castaña --.
__ ¿mmm? -- la ensimismada adolescente giró la cabeza con un gesto extrañado, como si acabara de reparar en su presencia --, ¿decías...?.
__ ¿eres sorda o qué?.
__ No, solo... bueno, cuando algún tarado me habla, automaticamente evito prestar atención, me disculpo -- dijo la castaña con una inocente sonrisa -- ¿decías algo importante... o solo eran tus sandeces de siempre? -- preguntó ahora con una voz más sombría, borrando su sonrisa --.
La rubia apretó los puños y frunció el ceño con indignación.
__ Vamos chicas -- dijo volteándose hacia sus seguidoras -- no vale la pena perder el tiempo con esta basura.
__ Sí, es solo un estúpido animal -- coincidió la pelirroja --.
Sin volver a dirigirle la palabra a la chica, el trío se alejó entre murmullos e insultos.
"pero que taradas"
Ahora solo tendría que sorportar otra hora de matemáticas, y luego, Literatura.
A diferencia de lo que se podría pensar de Casey, la verdad era que a ella le gustaba mucho la literatura. Aunque su habla coloquial solía ser algo brusca y vulgar, la chica poseía un vocabulario muy amplio aunque no lo utilizara, y le gustaban mucho ciertas novelas o poemas; la combinación de las palabras, describiendo objetos, personas, cosas abstractas... de manera incluso más explícita que una imágen; la complejidad de los escritos, incitándo al lector a interpretar metáforas y comparaciones... era un arte, y una hermosa forma de expresarse, de contar una historia, y de conectar a un lector y escritor a tal punto de llegar a ver a través de los pensamientos y sentimientos del autor, a través de su alma.
Literatura era, en sí, junto con deportes, la materia favorita de Casey.
Y, para su alivio, la literatura podría quitarle el mal sabor de las matemáticas y de su obstinada profesora, ya que, hablando de profesores, la profesora de literatura, Amalia, una mujer de ya avanzada edad, era la única docente que realmente le agradaba a la chica, ya que realmente sabía transmitir la pasión y complejidad de la literatura en su estado más puro.
Ring ring ring -- la campana sonó nuevamente, anunciando el regreso a clases --
Otra hora de tortura y luego por fin, algo mejor.
O al menos eso pensaba la joven.
El salón comenzó a llenarse de alumnos poco a poco y, al cabo de unos cuantos minutos, todo el alumnado esperaba el regreso de la fastidiosa profesora de matemáticas.
Con tal pensamiento en mente, todos los alumnos se sorprendieron al ver atravesar la puerta, no a la odiosa rubia, sino a un joven, castaño con lentes cuadrados, delgado y de aspecto algo cansado, con ojeras alrededor de sus preciosos ojos café.
Los pensamientos pesimistas de Casey frenaron en seco al ver al joven.
Si bien entró, y cerró de un portazo con bastante rapidez, esos simples segundos pasaron en cámara lenta ante los ojos de la chica.
El joven era muy guapo a su parecer; vestía una camisa blanca con corbata negra, una bermuda negra y unos elegantes zapatos negros, ropa que se ajustaba muy bien a su delgada contextura física; sus cabellos castaños caían por su cabeza, y sus ojos café se veían claramente a través de los simples lentes cuadrados que utilizaba por encima de sus marcadas ojeras que resaltaban notoriamente en su increíblemente pálida y cremosa piel.
No era un modelo de revista ni "estereotípicamente" un chico considerado realmente atractivo, pero, para el gusto de Casey, estaba más que bien. Como esos increíbles personajes de anime de los que se había enamorado.
El joven dejó su maletín café sobre el escritorio y se acomodó las gafas sobre el puente de la nariz antes de presentarse.
__ Mi nombre es Noah Hash y seré su profesor sustituto de literatura debido a la incapacidad de su actual profesora. -- se presentó dirigiéndose al alumnado --.
Casey, sin prestar mucha atención a las palabras de su nuevo profesor, no podía dejar de observarlo casi hipnotizada; en serio, el joven era realmente atractivo; ese estilo freak pero inteligente era magnífico, como el gran detective L o como el frío e intelectual Kaneki. Ese tipo de hombres, casi inexistentes en la vida real, eran una rara pieza de oro, sin duda alguna, no podía ni dejaría pasar esta oportunidad.
-- "¿será un antisocial?, ¿será un genio con corazón de hielo?, ¿será como Kaneki Ken o como L, o aún mejor, como Kishou Arima?" -- se preguntó deseando que su apariencia reflejara su personalidad y no acabase siendo solo un amable e indulgente profesor que solo se levantó con el pie izquierdo por la mañana -- "si termina siendo un Arima Kishou, o aunque sea, un Matsuri Washuu, con gusto vendré el resto del año a clases. O al menos, a SUS clases" --
Saliendo brevemente de su ensimismamiento, la chica notó que alguién hablaba con "su" chico: ¡la perra de matemáticas!.
-- "¿qué hace esa bastarda aquí?" -- se preguntó mentalmente mientras enfocaba su atención a la conversación --.
__ ¿es que el director no se lo informó? -- preguntó el joven profesor con cierto tono de indiferencia --
__ No, pero no importa. Hablaré con él de inmediato; buen día, profesor. -- dijo la mujer haciendo una leve reverencia --.
Al esperar unos breves segundos y no obtener respuesta del joven que ya ni siquiera la miraba, la "perra de matemáticas" apretó más firmemente el bolso café con sus cosas que sujetaba entre sus brazos y se dirigió hacia la puerta del salón con una expresión impertérrita, probablemente molesta por la actitud no tan amable del chico, para luego, salir y cerrar rápidamente la puerta tras ella.
-- "se muestra bastante frío con la perra de matemáticas... arrancamos bien" -- evaluó la adolescente con satisfacción y una sonrisa en el rostro --.
__ Bueno, -- comenzó el nuevo profesor captando la atención de los alumnos que susurraban y reían por lo bajo, seguramente a causa del trato hacia la profesora -- hoy comenzaremos con un repaso de lo que ya vieron que a la vez, me ayudará a saber su nivel de conocimiento en la materia.
-- un abucheo y disconformodidad general no se hizo esperar, reclamando entre murmuros --
__ Silencio -- dijo el hombre con voz autoritaria -- la evaluación no modificará su promedio, pero aún así deben esforzarse -- finalizó serio en voz algo baja mientras revolvía en su maletín --
Al cabo de unos segundos, el nuevo profesor sacó una tiza y comenzó a escribir en el pizarrón:
"1. Define literatura y poesía con tus palabras.
2. Menciona y explica brevemente los géneros básicos que abarca la literatura.
3. Escribe un poema corto y luego explícalo.
4. Menciona tres escritores que..."
-- "¿escribe un poema?" -- la chica frenó al leer la consigna y sonrió exageradente mientras los demás hacían lo posible para seguor el ritmo de escritura del profesor -- "jajaja, esta es mi oportinidad perfecta para impresionar al profesor con mis habilidades en poesía" -- pensó la chica --
__ Muy bien, cuando acaben quiero su hoja en mi escritorio con nombre, apellido y fecha. -- declaró antes de sentarse en su escritorio y dirigir su completa concentración hacia unos papeles que sujetaba y acomodaba entre sus manos --.
-- "bien, hora de brillar" --
*******
La evaluación en general le resultó muy fácil a la chica; casi ni se distrajo con los molestos susurros de los revoltosos adolescentes debido a su concentración: quería un resultado perfecto; utilizó palabras complejas, las colocó y combinó cuidadosa y perfectamente, y fue una de las últimas en acabar debido a su esfuerzo en el poema. No podía fallar.
El profesor comenzó revisar las evaluaciones, poniendo caras de confusión a veces, seguramente debido a la mala letra u ortografía.
Casey, si bien tenía una ortografía perfecta, su letra era fatal; pero se había esforzado mucho, asi que estaría bien.
La adolescente no le quitó la fija mirada de encima al joven hasta que este acomodó las hojas entre sus manos, se acomodó las gafas y comenzó a nombrar alumnos que, al escuchar su nombre, caminaban hacia el escritorio para recoger su hoja.
__ Roswald Alex -- llamó dirigiendo una gélida y cansada mirada hacia el chico rubio que se dirigía hacie él -- pésima ortografía, he de decir -- dijo entregándole la hoja --, a decir verdad, su nivel de conocimiento es bastante pobre, pero más que por lo que les han enseñado, yo creo que es porque ustedes no prestan atención, ya que hay algunos que sí contestaron correctamente.
__ Darsey Casey -- dijo sosteniendo... "¡mi hoja!" -- no está mal, de hecho es el trabajo más correcto y el poema no está tan mal -- dijo mientras la castaña sonreía de oreja a oreja --.
"Aunque no lo haya dicho como un graan alago, eso solo refleja su personalidad fría y exigente, ¿no?. Pero sí le gustó mucho ;)" -- pensó emocionada --.
Casey se acercó rápidamente, sonriendo y haciendo una leve reverencia ante el profesor que, por primera vez, la observó con sus oscuros ojos.
El cruce de miradas fue, en opinión de Casey, su primer logro con el profesor.
La fría mirada del adulto pareció abandonar su semblante indiferente por un momento, llegándo, tal vez, a mostrarse algo sorprendido o incluso interesado en la chica; pero era casi imposible saberlo, ya que si ocurrió, su cambio de expresion de frío a sorprendido y luego nuevamente a frío, fue tan rápido como un flash, haciendo que la chica se preguntara si realmente esos fríos y profundos ojos llegaron a abandonar ese melancólico y depresivo resplandor opaco por un leve brillo de expectación o si solo fue un micro engaño de su mente, al esperar rápidos resultados y confiar de manera casi narcisista en sus "increíbles" encantos.
Fuera cual fuese la realidad, el hombre desvió la vista de inmediato, volviendo a sus papeles con una indiferencia que realmente intentó convencer a la castaña que ese pequeño cambio fue solo una ilusión, cosa que, debido a su orgullo y arrogancia, se negaba a creer afirmando para sí que su belleza y potente aura eran atributos imposibles de ignorar.
La mirada de Casey, que, a diferencia de la del joven, se mostró sincera, acompañada de una leve sonrisita de autosuficiencia, casi llegando a lucir, en opinión de algunos, arrogante, parecía tan viva y radiante como un fuego abrasador, como la mirada de un depredador al ir por su presa, o la de quien comienza un desafió que está dispuesto a superar; con emoción, orgullo, seguridad de que ganará.
Mientras Casey se dirigía nuevamente a su pupitre ignorando olímpicamente las decenas de ojos clavadas en ella, pensaba en su situación:
"Bueno, pudo haber sido mejor... pero tambien pudo haber sido peor"
Si bien el nuevo profesor podría haber denotado más impresión al verla, el hecho de que la elogiara y admitiera que su poema le gustó, fue algo, además de que era la primera y hasta ahora única alumna que se había ganado un cumplido de aquel hombre; no había estado tan mal después de todo, ¿no?.
*******
El resto de las clases transcurrieron de manera tranquila. Dos horas consecitivas de literatura, en las cuales comenzaron a estudiar literatura y escritores del siglo XIV, y en las cuales, Casey y su guapo profesor no volvieron a cruzar miradas, y luego, la hora restante con la perra de matemáticas. Al fin resultó que el profesor Hash, por alguna razón, debía irse antes de las 19:00, pero la perra de matemáticas tenía que dar clases de orientación en matemáticas de 18:00 a 19:00 a los estudiantes de primer ciclo, por lo que el director había acomodado los horarios para comodidad de ambos, siendo una hora de matemáticas, dos consecutivas de literatura y finalmente, otra de matemáticas.
La profesora Amalia había sufrido una inesperada recaída y se encontraba en el hospital central, razón por la cual el profesor Hash tuvo que sustituirla.
Casey se llevaba muy bien con la mujer, y no quería "festejar" el hecho de que estuviese mal ni desear que tardara en recuperarse para estar más tiempo con el profesor, pero bueno, hay que verle el lado positivo a las cosas, ¿no?, además, le gustase o no, sucedería lo que tuviese que suceder.
Y la solución en ese caso, era conquistar al hombre rápido, antes de que volviera la profesora amalia, cosa que, según les dijo el director, podría durar unas pocas semanas o incluso dos o tres meses, dependiendo claro, de cómo progresaba.
"Iré a visitarla al hospital un día de estos" -- se convenció la chica sabiendo que la anciana mujer no tenía hijos y su esposo murió, por lo que nadie la visitaba en realidad --.
En cuanto al profesor Noah, planeaba conquistarlo sí o sí, este caía porque caía.
Y cuando Casey se proponía algo, lo conseguía; ese hombre caería ante sus encantos o ella dejaría de llamarse "Casey Darney, La Tarántula".
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