Capítulo 15
-Mmmmm... puede que pida pizza después – Murmuró Lincoln para sí mismo. Iba tranquilo, esperaba tranquilamente sentando en un banco que se encontraba enfrente de la escuela secundaria de Royal Woods.
Hoy era un día peculiar, pues había decidido venir hoy para ejecutar su siguiente paso. Según chismes que Lola le había conferido, hoy el club de teatro y el club fúnebre de la escuela llevarían a cabo una colaboración de forma independiente a la escuela.
Ya conocía que Lucy pertenecía al club fúnebre, lo mismo ocurría con Luan en el club de teatro. Era una colaboración rara por lo que le dijo Lola, ya que los de teatro, por lo general, no les gustaba participar con personas de otros clubes, pero que muchos miembros y hasta ex miembros del mismo iban a reunirse hoy en el auditorio de la escuela.
Era una reunión de artistas primerizos con los humos subidos, sin embargo, Lincoln no tenía el menor interés en ellos. Lo que le interesaba era poder acercarse a Lucy y a Luan. La primera constantemente lo evitaba, se cansó de que ella huyera de él, un caso similar ocurría con Luan, desde que se encontró con ella en aquella fiesta las cosas parecieron salir bien, pero tenía que venir Lynn para hacer que ella desconfiara de él.
Seguramente si muchos supieran su intención de acercase a ambas chicas lo tomarían como un acosador, pero Lincoln cuando tenía un objetivo en mente muy rara vez lo dejaba, y en esta ocasión su intención era llevarse bien con todas las hermanas Loud, o, por lo menos, que las chicas le obedecieran lo suficiente como para no tener problemas en su trabajo como niñero.
Y teniendo en cuenta lo disfuncional que era la familia Loud, tendría que ser algo rebuscado, pues ya habían pasado unos meses desde que se mudó al pueblo. Todavía no tenía planes para irse, y aunque tuviera planes de irse, se apuraría para terminar su trabajo.
Si empiezas algo, acabalo. Eso le decía Ricardo. Como un buen hijo adoptivo, le haría caso, así que hoy espiaría a Luan y Lucy para planear su siguiente jugada, y con este inesperado evento, podría matar dos pájaros de un tiro.
Miro su celular, ya casi era la hora de la salida y ellos se reunirían después de clases, por lo que tendría que esperar.
Para matar el tiempo decidió navegar en la página de la CNN, podría haber alguna noticia de alguno de sus hermanos. Con más de cien, al menos de uno habría hecho algo llamativo.
Para su decepción no había nada a lo que pudiera atribuirle a alguno de sus hermanos, noticias usuales, pleitos políticos, algún famoso causando polémica y novedades deportivas con los olímpicos estando cerca de ocurrir.
Se le ocurrió que quizás alguno de sus hermanos entraría a los juegos, de ser el caso, sería la competencia más absurda en la historia, pues no habría nada que los atletas pudieran a hacer contra ángeles, otro pensamiento se le vino en mente, conociendo a varios de sus hermanos era probable que se organizaran para entrar en los juegos y competir.
-Veo a Demencia haciendo algo así, incluso puede que Marco entrase – Comentó Bloody. Tenía razón, veía a esos dos haciendo algo así. Incluso él mismo entraría si lo animaran a ello.
La idea de hacer una competencia física entre casi todos sus hermanos sonaba muy divertida. Sus divagaciones fueron interrumpidas.
Escucho el timbre marcando el fin de las actividades escolares por hoy. En cuanto la puerta se abrió dejando salir a los chicos entusiasmados por ser libres, se movió tan rápido que nadie lo miro escabullirse dentro de la escuela. Con el aroma de Luan y Lucy detectados solo se mantuvo oculto de miradas ajenas y de las cámaras que solo llegaban a captar un borrón.
Ni siquiera tuvo que seguirlas, cuando de pura casualidad dio con el auditorio, todavía no había nadie, así que entro. Era un sitió relativamente grande, con casi doce filas de asientos que cada una contaba con doce asientos. Muy simétrico, eso le gustaba.
Enfrente estaba el escenario, era uno bastante común, tenía más espacio tras bambalinas que del cacho de escenario que mostraban. Simplemente voló hasta arriba donde los focos colgaban, en la esquina se formaba un espacio donde podría reposar y mirar todo.
Solo podrían mirarle si alguien tenía que subir para arreglar un foco, e incluso, por si acaso, con sus poderes podría evitar que miraran hacía acá, no le resultaba problema alguno hacer que ellos no puedan ladear su cabeza justo donde podrían verle, mientras no se fuercen a sí mismos no se harían daño.
Solo le quedo esperar, no paso mucho cuando llego la maestra a cargo. Era una señora de mediana edad, cabello negro corto, nariz larga, demasiado maquillada, vestida de una camisa azul claro, un abrigo amarillo, pantalones violetas y zapatillas rosadas.
La mujer hablaba consigo misma farfullando sobre su "gran obra". Estaba completamente metida en su mundo, incluso cuando más alumnos fueron llegando, la saludaban, pero no devolvía el saludo. Ya parecían estar acostumbrados, así que empezaron a charlar entre sí sentándose en los asientos de la audiencia.
Era más gente de la que había imaginado. No obstante, por fin llegó Luan, ella se sentó más lejos de los grupos que se estaban formando, mirando su celular, la miro fijamente, estaba tensa y escuchando por encima a alguno de los alumnos podía escuchar comentarios dirigidos a Luan. Comentarios no muy amistosos.
También sintió que el club fúnebre llegó, nadie pareció percatarse de la llegada del grupo salvó él, luego de un tiempo con los Loud entendió que a Lucy le gustaba mucho escabullirse sin que nadie la viera para soltarles un buen susto, su club no era diferente a ella.
-¡¿Se encuentra todo el mundo?! – Preguntó la maestra.
-No están los del club fúnebre – Respondió uno de los alumnos.
-¡¿Dónde diablos esta Minerva?!
-Llevamos aquí desde hace rato – Respondió otra mujer, haciendo que todos se sobresaltaran.
-Buenas tardes, mortales – Murmuraron el resto del club dando un doble infarto a los demás.
-Predecible – Comentó Bloody indiferente.
-(Demasiado predecible, diría yo) – Concordó Lincoln, todavía se preguntaba como nadie se había acostumbrado a esa costumbre, sería demasiado fácil de recordar, pero bueno, suponía que nadie se le acercaba a los "raritos" de la escuela o algo así.
-¡Te he pedido un millón de veces que dejes de hacer eso! – Le reclamo la maestra de teatro, la otra mujer solo rodó los ojos, haciéndose la desentendida, aunque Lincoln estaba más que seguro que por dentro disfrutaba de eso.
La maestra a cargo del club fúnebre tenía piel blanca, cabello negro cuidado que le llegaba un poco por debajo de la nuca, vestido color vino y zapatillas negras.
-Deja de lloriquear, Patricia, ve al punto que estas reuniones son fuera del horario escolar y estoy seguro de que más de uno de tus estudiantes quieren irse a casa – Dijo.
-¡Serían unos tontos si se fueran a casa ahora mismo! – Declaró la mujer dramáticamente mirando a toda la audiencia. – ¡Por que por fin he logrado completar mi obra maestra! – Exclamó, llamando la atención de sus alumnos.
-¿A qué se refiere maestra? – Preguntó una alumna.
-Pues que he completado la obra de mi vida – Sonrió de lado a lado, extendiendo su mano para darle más dramatismo innecesario al momento.
-Ah, habla de ese guion para su obra original, ¿no? – Mencionó otro alumno.
-Creo que nos lo menciono una vez hace tiempo – Añadió otro alumno.
-En efecto, mi gran obra en la que he estado trabajando incansablemente, por fin esta completa y que mejor manera de darla a la luz que llevándola al estrellato en el concurso de "Llora, Ríe y Emociónate" – Explicó.
-¿Esa no es una competencia nacional? – Preguntaron en la multitud.
-Así es, es un concurso completamente independiente que ha tomado potencia desde los últimos dos años, y este año planeo mostrar mi obra y para eso, necesito de la ayuda de todos ustedes, mis alumnos – Más emoción innecesaria para el gusto de Lincoln.
-¿Pero porque no la presentamos en el siguiente concurso estatal? – Preguntó una de las chicas más jóvenes del club fúnebre.
-Creo que no entiendes, querida. Es MI obra, MÍA, y si concursáramos en el concurso estatal, la escuela se quedaría con todo el crédito como siempre hacen, suficiente tengo con la miseria que me pagan – Despotrico sin descaró, aunque los del club de teatro parecían estar acostumbrados a eso.
-Oh... entiendo, la codicia de alcanzar las estrellas es impresionante... suspiro – Dijo la chica. Lincoln empezaba a sospechar que ese club fúnebre solo era una excusa para que gente con las mismas costumbres de Lucy se reunieran.
-¿Pero dígame maestra, para qué necesitamos a los góticos estos? – Preguntó un chico de cabellos rizados con bastante prepotencia.
-Le he pedido ayuda a los miembros del club fúnebre, porque son los indicados para poder caracterizar de forma adecuado a los personajes de mi obra, y de todas maneras, aunque esto no afectara sus notas, sí que puede ser una gran oportunidad de los miembros del club para destacar, pues las obras se llevarán a cabo en el gran "Fox Theatre" en Detroit y en donde lo televisaran en unos de los canales exclusivos del programa, es la oportunidad perfecta para que sus jóvenes carrearas puedan despegar y que el club fúnebre tendrá su mérito con parte del premio de cien mil dólares al ganador
Como era de esperarse los murmullos de entusiasmo e ilusión se desataron, incluso los del club fúnebre lucían interesados, aunque la mayoría mantenía su inexpresividad. Lincoln pudo notar que a Luan le brillaron los ojos y que el corazón de Lucy elevo su frecuencia.
Ambas claramente estaban muy interesadas, por razones distintas, y eso lo tenía claro. Sin embargo, era una buena apuesta la que la maestra proponía y rápidamente la mente de Lincoln trabajo con una idea en mente que le hizo dibujar una sonrisa socarrona en su rostro, incluso Bloody sonrió.
De ahí la maestra explico que para participar había que pagar una cantidad bastante alta, así que tendrían que meter dinero para concursar, aparte de eso, tenían el permiso del director para ensayar después de clases los martes, jueves y sábados. Entre muchos más detalles que Lincoln memorizo.
Ahora ya tenía un plan. Ahora solo se preguntaba si alguno de sus hermanos llegaría a verlo en esa transmisión.
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Luan estaba nerviosa, hoy era el día en que las audiciones se iban a llevar a cabo. Se rascó la mano por una pequeña picadura de mosquito. Iba sola, así era siempre. Entre los vacíos pasillos de la escuela caminaba inquieta. Estaba algo tarde para la reunión, y seguramente, la gran mayoría ya estaría presente.
-Muy bien, chica, necesitas mentalizarte. Relájate, si logras conseguir el papel principal o de algún secundario relevante, podrás llevar tu carrera más allá. Sé que tengo que competir contra buenas actrices, pero hey, por lo menos sé que les gano en no apuñalar por la espalda – Soltó una risa sin humor.
Siguió caminando mientras ensayaba los diálogos de una de las protagonistas en su cabeza. Ya había leído y ensayado el guion que la maestra les había dado. Pero nunca estaba de más reforzar antes de lamentarse.
La obra trataba de dos hermanas que no se llevan bien, ambas conocen a un noble príncipe que las termina enamorando, pero como ambas no se hablan, no saben que se han enamorado de la misma persona. Y cuando lo hacen, empiezan a conspirar contra la otra para así conseguir su amor, pero por accidente una de ellas termina envenenando al príncipe, el cual fallece, y provoca que ambas se suiciden sin poder soportar su perdida.
Si era sincera consigo misma, no lo pareció nada muy espectacular como su maestra no paraba de afirmar, pero sí que le gusto la historia. El papel al que aspiraba era el de Margaret, una de las dos hermanas. En la historia, Margaret era una chica a quien siempre se le inculco actuar de cierta manera para agradar a las personas, ella odiaba eso, pero noto que a las personas amaban esa farsa, un día sin poder aguantarlo más se mostró como era y se volvió foco del desprecio de la gente. Viviendo en una profunda tristeza, hasta que conoció al príncipe que la acepto tal cual era, enamorándose del mismo.
Era el personaje que más le había gustado de la obra. Hasta podía sentirse identificada. Por eso sentía que podía interpretarla a la perfección. Entendía al personaje, entendía su dolor, sabía que podía conseguirlo. No obstante, esa interminable y molesta voz que siempre le decía lo contrario desde lo más profundo de su conciencia. Para su desgracia, esa voz cada vez se hacía más fuerte desde que ya no tenía los antidepresivos, solo esperaba poder controlarla.
Entro dentro del auditorio, ya estaban casi todos, y ya varios estaban dentro del escenario con sus guiones mientras la maestra daba instrucciones.
-¡No, no, no! ¡Debe sentirse su tristeza desde lo más profundo de su ser, con ese llanto no transmitirás los sentimientos de mi personaje! – Fue lo primero que escucho al entrar. Tragó saliva cuando vio a la chica temblando por la presión mientras trataba de contener las lágrimas.
-L-Lo siento – Se disculpó suavemente.
-Una disculpa no me sirve, ¡Natalie te toca! – Llamó a una chica rubia excesivamente maquillada. La otra chica solo se fue de ahí mientras se limpiaba las lágrimas que se le escapaban.
-Ay dios... – Murmuro intimidada al ver eso. Estaba acostumbrada a que la Mtra. Patricia fuera estricta, pero nunca la vio así. Tomo asiento en silencio. Miro a su alrededor. Si bien podía ver que estaban los grupitos de siempre y varios exalumnos, que hoy se veían especialmente distantes entre sí. Claro, la competitividad de obtener un papel importante. También observo a varios otros alumnos como la chica anterior que estaban en los asientos más alejados y se veían especialmente mal.
Podía asumir que eran los que ya habían subido al escenario. Vio también a su hermana con el club fúnebre, mirando estoicos. Regreso su mirada al escenario cuando se dio cuenta de que Lucy también la estaba mirando.
Se preguntaba sí es que su hermana ya había subido al escenario. Daba igual, suponía que no, no veía a Lucy actuando como enamorada, lo haría mejor como un cadáver. Hasta podía suponer que ella estaría contenta con ese rol. Tampoco lo sabía, casi nunca hablaba con Lucy.
-¡No! ¡Por favor, si vas a equivocarte con una de las líneas no alcanzarás nunca el estrellato, mucho menos si no eres capaz de improvisar con prudencia! – Grito la maestra.
Natalie estaba intimidada, y no muy diferente de la chica anterior. No dijo nada. La mujer suspiro y miro severamente.
-Intenta de nuevo – Ordenó.
-S-Sí – Respondió.
-El amor es solo una ilusión, obra de la desilusión de ver que este mundo inmundo es tan horripilante, provocando que la prole busque un refugió de la verdad, yendo hacía una mentira. – Fue interrumpida por la maestra.
-Es suficiente, no tienes lo necesario, ¡es tú turno Cecilia! – Tras decir eso, la chica se fue corriendo entre lágrimas. La mtra. Patricia no se inmuto en lo absoluto.
-(Esos diálogos eran de Clara) – Pensó Luan. Clara era la hermana de Margaret, una chica oscura e incomprendida, que es extremadamente obediente con sus padres, siendo una muñeca más que una hija, siendo amada por todos, pero al ser un amor tan superficial y vacío que no le ve propósito alguno, estando constantemente peleando con Margaret.
Trago saliva, no le pareció que la chica lo hubiera hecho mal, pero ese nivel de perfeccionismo asustaba.
Otra chica subió al escenario, pero su suerte no fue diferente. A la maestra Patricia se le veía muy frustrada. Miro a su hermana, de vuelta, y noto que ella tenía el guion en la mano, se le veía nerviosa. Cosa rara, hasta hace solo unos momentos ella seguía manteniendo esa inexpresión.
Acaso... ¿ella estaba interesada en el papel de Clara?
Eso sí que era algo impresionante.
-¡¿Acaso alguien es capaz de dar una interpretación decente?! – Exclamó furiosa mirando a todos los presentes. – ¡¿Hay alguien más que tenga el talento y las agallas de subir?! – Luan miro a su hermanita.
Observo como una de sus compañeras a su lado, blusa color vino y cabello azabache largo, peinado para taparle su ojo derecho. Le dio un leve codazo a Lucy, quien la miro, no se dijeron nada, pero se entendía que la estaba animando a participar.
Lucy dudó, pero lentamente fue levantando su mano. Inesperadamente, alguien la alzó antes que la chica.
-Yo subiré, maestra – Declaró alguien a quien Luan detestaba. Jessica Hardgraves, una perra en toda la expresión de la palabra. Una chica que constantemente se metía con Luan, teniendo que aguantarla por compartir varias clases con ella.
De cabellos marrones, ojos azules, tez blanca con un lunar debajo de su labio superior, vestida con una blusa amarilla con naranja, una falda de mezclilla y unas zapatillas blancas.
-De acuerdo, sube – Ordenó.
La chica así lo hizo, ya estando arriba, se aclaró la garganta y comenzó a actuar. Pese a que Luan la despreciaba, no podía negar que la chica tenía talento, teniendo que concederle el haber interpretado mejor al personaje de todas las chicas que habían pasado.
Sin embargo, la maestra no lucía satisfecha.
-No me terminas de comprar, pero te daré el papel – Declaró. Jessica celebró con la sonrisa más prepotente que Luan había visto en su vida.
Regreso su mirada a su hermana, la cual lucía desanimada, su amiga le daba palmaditas en la espalda. Luan sintió algo de rabia, no era cercana con Lucy, pero no recordaba ningún día en el que Lucy se había puesto así, generaba muchas emociones encontradas para la propia Luan. Para su desgracia, no se podía hacer nada. Lucy no aprovecho cuando tuvo la oportunidad.
-Con esto ya tenemos a las hermanas Pussett – Declaró con seriedad. Esas palabras hicieron reaccionar a Luan, que hizo que se levantará.
-¡Espere! – Llamó la atención de la mujer. Patricia solo la miro.
-¿Sucede algo? – Preguntó manteniendo su seriedad.
-¡¿Cuándo fue que dieron el papel de Margaret?! – Preguntó desesperada.
-Se lo di a Reine cuando llegó. Es mi mejor alumna, así que opte por darle el papel de Margaret – Respondió sin más. Luan miro a Reine, era otra chica a la que Luan despreciaba, incluso más que Jessica.
La chica sonreía, ya sabiendo de esa decisión, pues la maestra se lo había informado por mensaje.
Reine era alta, más que Luan, de cabellos rubios con unos mechones teñidos en plateado, ojos cafés, tez blanca. Vestida con un vestido de una pieza verde aguamarina, lentes de sol colgando en su vestido, zapatillas blancas y un bolso plateado.
Luan apretó los puños de rabia, no solo porque le estaban arrebatando el papel por el que tanto esfuerzo estaba poniendo, sino porque la muy perra justo en ese momento abrazo el brazo de su novio, el cual era su ex, Benny Elliot.
-¡Pero yo iba a presentar para el papel de Margaret y estoy segura de que no soy la única! – Unas cuantas chicas más se levantaron también a protestar. Luan solo se había retrasado por cinco minutos, no le podían robar el papel, así como así.
-Lo siento, pero ya tenía tomada mi decisión, no eres mala actriz, Luan, pero no eres lo que busco para el personaje de Margaret – Concluyó la mujer.
-Pero... ni siquiera me dio una oportunidad – Dijo débilmente.
-Ya tomé la decisión, y es irreversible, confórmate con ser un secundario – Termino de decir. – Ahora, pasemos a ver quién será el príncipe Pendragon – Luan no lo podía creer.
Miro con incredulidad lo que acaba de suceder, ni siquiera tuvo chance de poder participar. Miro a Reine quien le sacaba el dedo medio mientras le daba un beso a Benny en el cachete, este también se burlaba de la tragedia de la Loud.
Luan solo pudo sentarse, tratando de no llorar, no quería darles la satisfacción de eso. Pero esa voz no paraba de decir que era inútil, que no era ni digna, ni talentosa, ni linda, era una ensalada de autodesprecio que Luan no aguantaba.
Odiaba su vida, odiaba la familia tan desestructurada en la que había crecido, odiaba que todos fueran unas cobardes, que ella fuera una cobarde, odiaba esa debilidad, se odiaba a sí misma.
Sus piernas perdieron fuerza y volvió a sentarse, se llevó las manos a la cara para intentar detener las lágrimas, escucho la risita insoportable de Reine a lo lejos. No se atrevió a mirar. No quería darle el gusto a esa perra. Y odiaría ver la cara de su ex novio.
Antes Benny era un chico dulce y amable, eran días bonitos donde el castaño le escribía poemas de amor, era un chico tan encantador. Pero las cosas fueron en picada cuando se unieron al club de teatro. Ambos tenían talento, pero Benny termino por destacar más, consiguiendo un rol protagónico y llegando a ganar una competencia nacional. Desde ahí, la popularidad y el ego se le subió a la cabeza, en cuanto la zorra de Reine se le acercó a él, la termino por cambiar. Eso le rompió el corazón.
Su relación era lo único que la hacía feliz, la vida con su familia era fea, nadie diciéndose nada, cada quien por su lado, nulo interés o preocupación, sus padres apenas podían estar en casa, no había amor familiar, extrañaba tanto los días más lejanos donde aún Lynn era muy pequeña.
Esos recuerdos tan preciados, esperando el nacimiento de su nuevo primer hermanito, días de risas y calidez. Fue desde el momento en que su padre les informó que su hermanito se marchó al cielo que su vida cambió drásticamente. Los colores cálidos con los que percibía el mundo se habían apagado. Las sonrisas y risas que tanto amaba presenciar se esfumaron.
El rostro lleno de lágrimas de su padre que a su lado estaba Lori, pálida y horrorizada, el llanto de Lynn, el cual su padre trataba de calmar desesperadamente, las preguntas incesantes de Luna y Leni, incapaces de comprender lo que su padre les había dicho. Ella solo pudo estar en silencio. Ese escenario estaba guardado en su memoria para siempre.
De ahí en más, solo se limitó a intentar hacer sonreír a los demás, resulta que solo era buena con los niños, siempre que intentaba hacer reír a sus padres, estaban tan cansados que apenas llevaban el hilo de una conversación. De sus hermanas, pudo sentir como las cosas cambiaban conforme fueron creciendo e interesándose en cosas distintas.
Luna era su mejor amiga, pero hasta ella empezó a actuar distinto, pronto entre discusiones y arrebatos de ira, recordó las palabras tan crueles que su hermana le había dicho: ¡Deja de jugar a la familia feliz! ¡¿no eres consciente que nadie está feliz?! ¡Nadie tiene tiempo de ser feliz y tú solo nos haces perderlo!
Esas palabras calaron en su corazón. Pensó que ella tenía razón, solo estaba forzando las cosas. Nadie estaba feliz, nadie se reía de sus chistes, y estaba muy cansada de eso. Quería volver a esos tiempos felices, pero solo los estaba alejando una vez más.
Culpa suya por ser una niña ingenua.
Toda esa oscuridad que envolvía esos tortuosos recuerdos, que solo hacía mirar al pasado con dolor. Volvían a repetirse en su mente.
-¿Luan? ¿Estas bien? – Una voz le habló, sacándola de su trance. Sintió una mano en el hombro, alzo la cara conmocionada. Miro a su alrededor, nadie les estaba mirando, ahora era el turno de los chicos por pasar. Miro atrás y se encontró a su hermana. Lucía... preocupada.
-¿Eh? – Fue lo único que alcanzó a decir.
-No te ves bien, si quieres podemos regresar a casa... – Dijo con una mezcla de timidez y preocupación. Esta no era su usual máscara melancólica.
Se quedo en silencio, sin saber que hacer. Cuando su cerebro proceso todo y estuvo dispuesta a hablar un estruendo resonó en todo el auditorio, asustando a todos.
-¡Holaaaaaaaaaaaa! – La voz que se escuchó, era una que ambas hermanas conocían muy bien.
-(¡¿Qué hace él aquí?!) – Pensó la castaña mirando al recién llegado.
-(Con que así se siente provocar un paro cardiaco... oh por Edwin... no es nada divertido cuando te ocurre a ti) – Pensó Lucy con una mano al corazón.
-¡Buenas tardes! – El albino volvió a saludar amablemente.
-¿Se puede saber quién eres? – Preguntó la Patricia entrecerrando la mirada ante este invitado inesperado.
-Disculpe, me llamo Lincoln, soy el niñero de Luan y Lucy Loud, vine aquí a dejarles el almuerzo. Después de todo, las grandes artistas también necesitan comer – Sonrió inocentemente.
Ambas Loud miraron fijamente al albino. Esa actitud y esas palabras no eran propias de él. Peor aún...
-¿Eso es todo? – Afilo más la mirada, pero Lincoln no se inmuto.
-Así es, lamento si fui muy ruidoso, pero es que estaba emocionado, porque nunca antes había presenciado el ensayo de una obra de teatro. Sin contar que siempre me alegra ver mucho a Luan y Lucy – Las miradas ahora pasaron a las hermanas, quienes seguía mirando incrédulas al albino.
Algunas risas no se hicieron esperar y ambas enrojecieron de la vergüenza. Luan quería golpearlo y Lucy maldecirlo pese a estar 80% segura que era un vampiro.
-¡¿Qué diablos haces aquí?! – Le susurró Luan enojada cuando el albino se acercó con dos loncheras. Uno era de la princesa pony y otro era de los Looney Toons.
-Lo acabo de explicar hace un momento – Respondió tranquilamente.
Extendió las loncheras a su respectiva chica. Haciendo enrojecer más a Lucy que apretó la lonchera sabiendo que el club fúnebre también los estaba mirando.
-Si ya no tienes nada que hacer, entonces puedes irte – Declaró Patricia queriendo deshacerse rápido del muchacho.
-Por supuesto... pero...
-¿Pero?
-Verá, estaba emocionado con poder ver a los jóvenes actores hacer su magia, así que... ¿no les molestaría que yo permaneciera aquí como espectador? – Actuaba como un chico inocente e ingenuo, era tan distinto al confiado y audaz Lincoln de siempre. Pero si algo compartían en común, era la capacidad de molestar a Luan.
No estaba de humor, no luego de tener un recorrido de regreso al pasado que tanto odiaba, ni cuando había perdido el papel que tanto había practicado.
-(¿Cómo siquiera se enteró de esto?) – No había pedido nada a nadie, solo se lo comentó a su madre, pero a nadie más. La respuesta a su pregunta vino sola.
-(Lola... Claro... debía de ser) – El chisme volaba más rápido que la velocidad de la luz.
Luego de unos segundos de silencio, suspiro y se llevó sus dedos a la cien.
-De acuerdo, solo por favor no causes problemas – Estuvo de acuerdo. Luan quería golpear a su maestra. Dejar quedarse al tipo que casi los mata a todos del susto, al que claramente estaba siendo burla de los demás, pero no darle una oportunidad a ella para luchar por el papel. Fantástico...
-Ya le puedes llorar a tu niñero, Loud – Se burlo Jessica a lo que fue seguida de algunas risas.
-¡Silencio! – Llamó la atención la maestra.
-¡Maravilloso! ¡Muchas gracias! – Sonrió dejando ver sus colmillos, eso le dio un escalofrío a Lucy. Ver esos colmillos seguía estremeciéndola.
Tomo asiento al lado de Luan.
Ambas se le quedaron mirando, sin saber que decir. Lincoln solo permanecía en silencio.
No dijeron nada, pero cuando Lucy volvió a sus cabales, iba a sacar a su hermana mayor de aquí. Cuando extendió su brazo para tocarle el hombro de nuevo, Lincoln tomo su mano.
-Oh Lucy, querida, por favor, toma asiento – Pidió Lincoln mirándola. Lucy volvió a estremecerse, así que sin decir nada, se zafo del agarre del albino y se marchó de vuelta con su club, no se sentía segura con esa forma tan rara de actuar de Lincoln, sería lo mejor no precipitarse.
Luan estaba tensa, ahora tenía aún más ganas de marcharse, pero se sentía inesperadamente calmada, eso fue un cambio tan brusco que le pareció irreal, y teniendo al albino al lado suyo, solo hizo que se tensara, tenía un mal presagio.
Así, continuo los postulados al príncipe. El chico bajito que ya estaba en el escenario, se preparó nerviosamente. Y comenzó a actuar.
-Mi querida Carla, gracias al gran rey que se postra imponente en el cielo soy capaz de apreciar tu infinita belleza, alegrándome este día tan amargo – Patricia no estaba convencida.
-No es suficiente, hace falta más sentimiento – Dijo. – Otra vez – Ordenó.
El chico volvió a decir la línea tratando de meterle todo el sentimiento, pero para sus nervios la maestra Patricia no lucía satisfecha.
-¡No es suficiente! – Exclamó. – Lo siento, Miguel, pero te daré el papel del sirviente del príncipe – Sentencio. Miguel, parecía listo para protestar, pero se tragó su frustración y se dispuso a irse hasta que el albino habló.
-Disculpen de nuevo, si me permiten comentar sobre la actuación del caballero Miguel, diría que hizo un trabajo apropiado al reflejar la sinceridad en las palabras del príncipe ante la damisela Clara – Comentó.
Miguel se sintió ligeramente mejor por ese comentario, pero al ver la cara de su maestra volvió a tener ese sentimiento amargo en su interior.
-Jovencito, le pedí explícitamente que no interrumpiera con las actuaciones – La mujer hablo con seriedad.
-Ya había acabado la presentación, así que me pareció oportuno comentar sobre el trabajo de su alumno – Se excusó Lincoln. – Igualmente, lamento si la moleste – Concluyó.
Patricia rodó los ojos algo fastidiada, pero llamó al siguiente.
-De acuerdo, Ray, comienza
-Este es el pueblo al que juré proteger con mi vida, y contigo residiendo aquí, mi querida Margaret, mi deber y mi coraje solo se fortalecen.
-Inténtalo de nuevo
Otro fallo.
-Ugh, te deberás conformar como el sacerdote, Ray – Declaró entristeciendo al muchacho.
-¿No cree que fue demasiado dura, maestra? El chico me parece que hizo un buen trabajo con su expresión facial, solo debería de practicar más para darle ese sentimiento de nobleza – Volvió a comentar, Lincoln.
Patricia estaba perdiendo la paciencia, no quería ponerse histérica en estas audiciones para encontrar al elenco de su obra maestra, pero estaba perdiendo los estribos y la concentración con tanta interrupción. Solo le dirigió una mirada con el ceño fruncido profundamente. Lincoln solo alzó las manos y no dijo nada.
-Sube de una vez, Benny – Ordenó.
-Ya era hora – Contestó el castaño mientras se ponía de pie.
Subió al escenario con una sonrisa arrogante. Se aclaró la garganta y comenzó.
-¡Oh dios mío! ¡¿Por qué tuviste que arrebatarme a otro hermano más?! ¡Ahora debo de cargar con la carga de ser el último hijo de la familia Pendragon y el único heredero al trono! – Benny lo hizo muy bien, eso se podía ver por todos, pero Patricia no estaba convencida. No fue como los otros dos a los que faltaba emoción, lo que sucedía con Benny en lugar de eso fue...
-Creo que pusiste demasiada emoción, ahí parece un poco sobreactuado – Comentó Lincoln.
De nuevo, la concentración se fue de la mente de Patricia cuando escucho esa voz, un tic en su ojo derecho emergió. Benny por su lado se molesto demasiado. Ambos lo miraron.
Patricia estuvo a punto de echar al albino, pero Benny se adelanto a contestar.
-¡Si tan bien críticas, me gustaría verte intentarlo! – Exclamó Benny molesto mirando al albino disgustado.
-Si insistes puedo participar – Estuvo de acuerdo, Lincoln alegremente. – ¿Qué opina, maestra? – Preguntó mirando a Patricia.
Ella también estaba muy molesta, no podía concentrarse con este chico interrumpiendo, y esta sería la oportunidad perfecta para descargar su frustración, que eso le sirviera de lección de no interrumpir el trabajo de un artista.
-Sube – Fue lo que dijo, y en cuanto dijo eso, los alumnos ya estaban sintiendo pena o expectantes de la masacre que iba a suceder.
-No tienes que hacerlo, solo se burlarán de ti – Dijo Luan, tomándolo del hombro cuando el albino se estaba levantando.
Lincoln sonrió socarronamente, mirando la cara preocupada de Luan.
-Y yo me quiero burlar un poco de ellos – Le susurró mientras le guiñaba el ojo y se encaminaba al escenario. Luan solo se quedó en silencio, observándolo.
Con una gran tranquilidad, Lincoln subió, se acercó hacía la maestra, quien lo miro atentamente. Benny era ligeramente más alto que Lincoln y Patricia era la más pequeña de los tres. El castaño le dio su guion al albino.
-Adelante, super estrella – Ánimo con una sonrisa maliciosa.
-Gracias, media estrella – Benny entrecerró la mirada, pero no quito su sonrisa, así que solo se hizo aún lado para darle espacio.
-Cuándo estes listo – Aviso Patricia mirando como el albino comenzaba a leer el guion. Ojeo buscando otra escena hasta que encontró una que le gusto.
-Oh... Este sentimiento en mi pecho... este fuego tan cálido que me abraza tan sensualmente... mi corazón, mi alma, mi cuerpo, mi mente han sido seducidos... pero... ¡¿de quién?! ¡¿cuál ha sido la mujer que me ha robado el aliento?! Clara... Margaret... este sentimiento... ¿es obra de una de las dos? – Esa actuación genuinamente sorprendió a todos, nadie se vio venir, fue excelente.
-No puedo creerlo... – Patricia estaba anonadada.
Viendo la reacción de su maestra, Benny se adelantó.
-N-No estuvo mal para un principiante, lástima que no obtendrás el papel, ya que...
-¡Es perfecto! – Interrumpió lo que Benny estaba diciendo. Las lágrimas salían incontrolables de los ojos de Patricia. Una sonrisa de emoción pura se dibujaba en su rostro mientras juntaba las manos, encantada.
-¡Eres exactamente lo que busco para el papel! – Declaró, ahora sorprendiendo a todos.
-¡¿Qué?! – Gritó Benny impactado.
-No te había visto bien cuando llegaste y estaba tan molesta de que me estuvieras interrumpiendo que no te di un buen ojo. Eres justo lo que imaginaba cuando estaba escribiendo al personaje, solo que sin cabello blanco y sin los ojos rojos. No solo eso, sino que también actúas a la perfección – Le llovieron halagos al albino.
-Oh basta, me hará sonrojar – Dijo Lincoln actuando avergonzado.
-¿Cuál es tú nombre? – Preguntó.
-Lincoln Buttowski – Contestó.
-¡Lincoln! ¡Que gran nombre! – Volvió a halagar.
-Gracias, que amable esta actuando de repente – Lincoln cerró los ojos y soltó una risa.
-Lincoln... ¡Te suplico, te ruego! ¿Podrías actuar como el príncipe Archibald Pendragon en mi obra de teatro? – Pidió esperanzada.
Eso fue la gota que derramo el balso para el resto de alumnos que miraban todo el show, incrédulos de lo que sus ojos presenciaban.
-¡Claro! Suena divertido – Aceptó con una sonrisa.
-¡Esplendido!
-¡Espere ahí, maestra! ¡Todavía no termina mí audición! ¡Sé que puedo hacerlo mejor que este perdedor! – Reclamo Benny desesperadamente.
-¡No hables así de Lincoln! Y tú audición ya termino, y ya tomé una decisión. Lincoln obtendrá el papel, si aun quieres obtener un rol en la obra, pues tendrás que conformarte con ser el duque – Sentención ante la impotencia de Benny.
-Genial... lo que faltaba – Murmuró por lo bajo. Lincoln, alguien que supuestamente no había actuado nunca había conseguido un rol protagónico y a ella ni chance hubo, un coctel de emociones se revolvía en su interior. Luan tomo sus cosas, lista para marcharse.
-De hecho, maestra... aceptaré ser el príncipe con una condición – Anuncio Lincoln.
-¿Qué deseas? – Preguntó intrigada.
-Pues... verá... no me siento cómodo con mis nuevas colegas que interpretan a lo que vendrían a ser mis "pretendientes", ya que no las conozco de nada y eso me genera mucha inconformidad. Sé que no es profesional de mi parte, pero me gustaría pedir si pudiera darle el papel de Margaret a Luan Loud y el papel de Clara a Lucy Loud – Esa declaración hizo que Luan se detuviera en seco y que la barbilla de Lucy cayera en shock.
-¡¿Qué?! – Gritaron casi todos en unísono.
-¡Maestra, no puede cumplir eso, nuestros roles ya están asignados! – Reclamó Reine viendo que Patricia lo estaba pensando.
-¡Sí! ¡Eso no es justo para nosotras! – Acompañó Jessica a la protesta de su amiga.
-Sé que suena a un capricho mío, pero estoy seguro de que las Loud harán un gran papel. Solo deles una oportunidad aquí para demostrarlo – Ánimo Lincoln.
-¡Tú no sabes nada, así que mejor cállate! – Gritó Benny furioso, apretando el puño con rabia.
-Está bien – Declaró.
-¡¿Qué?! – Volvieron a gritar casi todos al unísono.
Las chicas se quedaron en shock. A ambas le habían dado la espalda su maestra, por primera vez en sus jóvenes carreras sintieron lo que era ser víctimas de los acuerdos a favor de otras personas y los cambios de última hora.
-Si con eso soy capaz de tenerte en mi obra, lo aceptare. No obstante, me encargaré de que ambas Loud cumplan con su rol... sin importar nada – Eso con una seriedad y con un ligero tono, no de amenaza, pero sí de advertencia. Luan y Lucy se estremecieron.
Ambas ni siquiera lo habían terminado de procesar.
-¡Perfecto! – Dio unos aplausos en celebración y luego fue hacía la orilla del escenario, mirando a todos sus nuevos compañeros de teatro. – Espero ansioso trabajar con todos ustedes, perdedores – Dijo mientras sonreía socarronamente y sus ojos brillaron por un segundo.
-Récenos sucios humanos – Exclamó Bloody sonriendo con superioridad.
-(Ay no...) – Pensaron Luan y Lucy al mismo tiempo viendo a Lincoln.
~0~0~0~
Mientras iban de regreso a la casa Loud en un silencio extremadamente incomodo, el cual no parecía afectar a Lincoln, quien tarareaba una canción que ninguna conocía.
Luan aún no podía creérselo. No esperaba ese giro de tuerca, en su vida o las cosas le salían medianamente bien o le salían desastrosamente mal, no había punto medio ni remontadas de situación. Esta era la primera vez que algo así le sucedía. Había obtenido el papel que buscaba, pero no de la manera que ella esperaba. Pese a eso no se sentía conforme, ahora la voz que le repetía que no podía, ahora comenzaba a llamarla tramposa. Estaba odiando eso.
Lincoln... él de nuevo tenía que entrometerse. Cada vez entendía mejor porque Lynn lo detestaba. Se había dicho que tenía que tener cuidado con él, y así lo había hecho, no hablaba con él a no ser que sea necesario para evitar meterse en problemas. Con su situación actual no podía quedarse de brazos cruzados.
-¿Qué es lo que buscas conseguir? – Preguntó entrecerrando la mirada.
-¿Conseguir qué cosa? – Él la miro, esos ojos tan rojizos de nuevo, le mareaba verlos.
-Sabes a lo que me refiero, ¿qué tienes entre manos? – Volvió a preguntar, irritada.
-En estos momentos, absolutamente nada – Mostró sus manos vacíos, pero no borró de su cara esa sonrisa tan molesta.
-¡¿Deja de hacerte el tonto?! Sabes muy bien lo que quiero decir – Insistió.
Lincoln guardó silencio unos segundos.
-Nada, en realidad, solo me resulto divertido el poder participar – Respondió. Luan no estaba satisfecha con esa respuesta, y no era la única.
-Mientes – Declaró, Lucy para sorpresa de su hermana mayor. – Siempre estas planeando algo, no hay momento que no tengas un objetivo a cumplir – Volvió a declarar. Su tono no era el monótono de siempre, ella tampoco se escuchaba contenta con lo sucedido hace unos momentos.
-Oh, vaya, así que, por fin, la chiquilla decide hablar. Hacía tiempo que no me dirigías la palabra, eso no era muy amable de tu parte – El albino fingió sorpresa.
-No evadas nuestras preguntas – Luan se recuperó rápidamente de la sorpresa y se unió a su hermana.
-Ya lo respondí, lo hice porque se veía divertido
-No mientas, actuabas raro desde que te presentante en el auditorio, actuabas como si fuéramos amigos – Reclamó Luan.
-Ouch, eso fue cruel – No mostró ningún cambio en su expresión. Eso irritaba más y más a ambas.
-¡Ya deja de estar jugando! – Demandó la mayor.
-No estoy jugando, simplemente actúe como actúe allá con el propósito de molestarlas un poco – Eso les sonaba más creíble a ambas.
-Claro... ¿entonces por qué te la pasabas interrumpiendo si esta era "tu primera vez en un ensayo"?
-Que sea mi primera vez dentro del ensayo de una obra teatral, no significa que no sepa algo de actuación, ver películas también ayuda.
-Una cosa era ver la actuación de actores profesionales en un filme, y ya otra es entender todo el trabajo detrás de esas interpretaciones. Tú fuiste el único ahí que dejo cautivado a la maestra, aun cuando ni el mejor de la clase parecía convencerla
-¿El de pelos rizados era el mejor?
-Sí, Benny.
-Vaya, pues que amable fue al dejarme intentar, aunque simplemente pudo insistirle a la maestra que me retirara – Se burló.
-Seguramente te dejo subir al escenario para ponerte el ridículo, no sería la primera vez que hace eso – Comentó.
-Oh, entonces le cerré la boca, ¡pues que divertido!
-No importa, el chiste es que la actuación que diste haya no fue obra de un novato, ¿también buscas aspirar a lo más alto de la actuación?
-Ugh, que insistente, solo lo hice porque era divertido, todos de vez en cuando hacen cosas que están fuera de lo que están acostumbrados a hacer para salirse de su zona del confort, no era diferente para mí, solo leí el guion y fue dejarme llevar. ¿No escuchaste a tu maestra? Soy el "niño genio" – Esa sonrisa en serio la sacaba de sus casillas.
-Y convencer a la maestra de darnos los papeles a nosotros, aun cuando ya estaban asignados a otras personas, ¿también era parte de "dejarte llevar"? – Inquirió Lucy.
-Hey, ambas no se veían para nada satisfechas con esos resultandos. Y por lo que dijo tú maestra, ninguna de las dos había subido al escenario para intentarlo, ¿o sí? – Ambas guardaron silencio. Sí que estaban interesadas en ello, pero no estaban conformes.
Cuando Luan no obtuvo ni la chance de presentar para el papel se frustro y deprimió, pero ella quería demostrar que podía hacerlo, para callar esa estúpida voz en su cabeza, no quería que le dieran el papel solo por garantía de que Lincoln participara. Lucy, por otro lado, si le interesaba interpretar a un personaje tan trágico, pero no tuvo las agallas de subir a presentar, cosa que la hizo sentirse decepcionada de sí misma, pero cuando la llamaron por petición del albino, y ya estando en el escenario, se arrepintió, pues hacer eso significaba llamar demasiado la atención y no estaba segura si podía soportarlo. Pese a que estaba muy intrigada e interesada por Lincoln, aún con sus sospechas, no podía dar pasos en falso con él.
No dijeron nada, al no haber respuesta, Lincoln continuo.
-Entiendo, entiendo. Es algo de conseguir el papel por ustedes mismos, ¿no es así? – No hubo respuesta, pero las caras consternadas de ambas les dio la respuesta. – En ese caso...
Se detuvo y las dos Loud también lo hicieron.
-Si no sienten que se merezcan ese papel, pues pruébenlo con lo que resta. Si durante todo este tiempo en el que nos reuniremos para ensayar la obra, demuéstrenles a todos que, si lo merecen, y, que aún sin mi "ayuda" hubieran logrado conseguir el papel – Les sonrió, esta vez, sin burla, con simple complicidad.
Ambas la miraron, algo sorprendidas, pero Luan pronto negó.
-Suena muy lindo y todo, pero ten en cuenta que gracias a esa ayuda que nos diste, ahora pusiste a casi todos los demás en nuestra contra. Ya que ni Jessica ni Reine ni mucho menos Benny se van a quedar de brazos cruzados tras lo que hiciste, y seguramente, convenzan al resto del club de teatro para meternos el pie para que fracasemos – Eso era lo que más le preocupaba, no toleraría más burlas a su persona, y mucho menos en un evento tan importante.
-Y yo soy la única del club fúnebre que está dentro de la obra, los demás solo estarán para caracterización de escenario, vestuario y maquillaje, no estarán muy seguido en los ensayos, así que solo seremos blanco aún más fácil – Mencionó Lucy, estaba acostumbrada a que se metieran con ella de vez en cuando, pero que lo hicieran todo el tiempo era una molestia constante y por eso, prefería ser invisible ante esas personas. La chispa de la emoción fue la que la había empujado a practicar el papel de Clara, ahora maldecía lo mucho que le gustaba el personaje.
-Si eso era lo que en verdad les preocupaba, déjenmelo a mi – Se apunto a sí mismo con su pulgar. – Seré su guardaespaldas, si intentan algo contra nosotros, yo me encargaré, enfóquense por completo en dar lo mejor de ustedes. Ambas claramente, desean esta oportunidad, ya sea para escalar a algo más grande o por simple amor al arte, esta es una oportunidad única que no deberían de desaprovechar pese a que yo haya tenido que interferir, tan solo no me hagan quedar mal ante todos a los que declaré que ustedes eran perfectos para el papel, y aunque también soy completamente consciente que hay que tomarse esto en serio, ¡disfrutemos esta experiencia! – Esa sonrisa socarrona volvía a aparecer.
Sus palabras eran claras, no sonaba que juguetón o burlón, pese a que su expresión dijese otra cosa. Sencillamente, se sentían sinceras. Y ambas no sabían muy bien que pensar de eso.
Él tenía razón. Esta oportunidad no debía desaprovecharla, por fin con esto la gente dejaría de molestarla, le daría una cucharada de su propia medicina al tonto de Benny y podría ser el inicio de una carrera profesional. Esperaba poder mantener estos ánimos.
-Suspiro... no creo que vuelva a hacer esto en mi vida – Comentó Lucy con pesimismo.
Y... ahí iban sus ánimos que se apagaron demasiado rápido gracias al pesimismo de Lucy.
-¡Qué gran espíritu! – Una carcajada salió de la boca del albino.
-La niña es divertida – Bloody también soltó una carcajada.
Sin duda, esto sería divertido para ambos y no tan divertido para las hermanas.
~0~0~0~
Lucy estaba alerta, no confiaba en nadie a su alrededor, desde chica siempre había pasado como la "rarita", eso nunca cambio. Sin embargo, gracias a la situación en la que cierto albino la involucro, las personas pasaron de ignorar su existencia a maldecirla constantemente. Eso quizás antes le hubiera parecido hasta emocionante, pero cuando te están mirando con ojos de pistola, la emoción muere demasiado rápido.
Miro sutilmente a su alrededor ocultando su rostro con el guion. Podía sentir malas miradas en su nuca. Los ojos envidiosos, odiosos y endemoniados que la asechaban, eso le daba muy mala espina.
Deseaba que fueran miradas de espíritus y no de gente real, así por lo menos, podría comunicarse y tener más información del más allá, en su lugar, tenía que estar al pendiente de que alguien intentará algo contra ella. Desde hace tres días que Lucy había estado de esa manera, todavía no le había pasado nada malo, el efecto de eso sería estar más tranquila, pero no era el caso, estaba más paranoica que nunca.
Pasar de no preocuparte de que nadie te haga nada, porque no quieren acercarte a ti a estar con ojos en la espalda. Más con Jessica Hardgraves asechando. La chica ya la había amenazado y aunque no demostró emoción por fuera, estaba muy preocupada. Los rumores que había en la escuela de ella no eran bonitos, menos que en todos esos supuestos eventos en las que estaría involucrada se haya salido con la suya.
Sus manos estaban sudadas, le daba asco, pero los nervios no paraban de atormentarla. Camino en silencio, con especial cuidado de donde pisar. Ni siquiera estaba leyendo el guion, no podía concentrarse.
Cuando paso cerca de un grupito, pudo escucharlos murmullando, justo lo hicieron cuando paso, así que podía imaginarse lo que estaban diciendo: Se cree demasiado solo porque le dieron el papel, ¡esa insólita no se lo merece! Ya le daremos su merecido.
Seguro dijeron eso con un vocablo más vulgar. Trago saliva. Los ensayos estaban resultando ser la cosa más incomoda de lo que había imaginado. Como se arrepentía de haber asistido la clase pasada, si tan siquiera no se hubiera entusiasmado de interpretar a un personaje tan trágico y oscuro, Lincoln no la hubiera metido en esta situación.
Lo miro, él se encontraba murmurando consigo mismo, leyendo sus diálogos por lo bajo. Absorto en su lectura. Que suerte tenía él por no asistir a la escuela. Realmente estaba un 80% segura de que él era un vampiro. Antes se había dejado llevar por las palabras que él le dedico hace ya tiempo, en ese momento estaba convencida por completo, pero cuando lo pensaba en frío, no estaba tan segura. Lo que más la confundió fue que pudiera caminar sobre el sol, eso solo podría significar dos cosas: Que no es un vampiro y solo es un insensato que le gusta jugar con los demás... o los vampiros no tienen la debilidad al sol.
La segunda opción le costaría una eternidad de aceptar, que los vampiros fueran inmunes al sol, más que aterrarla, le decepcionaba profundamente que no se limitarán a ser seres de la noche. Sacudió la cabeza, no era el momento de estar embobada analizando a ese misterioso individuo.
-Suspiro... – Dijo en voz baja. No faltaba mucho para que la maestra acabará de hablar con teléfono, por un lado, sentía que los chicos no intentarían nada si la maestra estaba supervisando todo, pero eso, a su vez, le ponía de los nervios pues viendo como fue en las audiciones no dudaría en reprimirla o humillarla frente a todos.
En su mente solo pasaban escenarios pesimistas, pero en sí, todo el ambiente que había estaba con un ánimo por los suelos, no era el de la clase de humor melancólico y triste de los funerales, más bien de la clase donde nadie estaba muy dispuesto a hacer las cosas y que por cualquier tontería se podría desatar una pelea.
Sin darse cuenta, choco contra alguien, eso la hizo tensarse, preparada para esquivar lo que fuera. Miro con quien había chocado. Era Luan.
-Ay lo siento – Se disculpó. No dijo nada, ambas se miraban la una a la otra con incomodidad, ella parecía estar en el mismo estado paranoico.
La cosa se había vuelto aún más incomoda con ese pequeño descuido, no habían vuelto a hablar en estos días. Por lo general, evitaba interactuar con su familia. Nunca le gusto esa vibra tan desagradable que todas sus hermanas mayores poseían, a Leni la sentía más que nada, demasiado feliz para su gusto.
Y ellas tampoco estaban dispuestas a interactuar con ella, Lynn solo lo hace porque comparten habitación, pero más allá de reclamarle por dejar que Colmillitos muerda su bat, no hablaba con nadie, en su casa y fuera de esta, Lucy seguía siendo invisible.
Era muy... solitario, pero ya había aceptado esa penitencia dada a su persona, porque seguramente en su anterior vida le hizo un hechizo a alguien o termino por hacer un pacto con algún demonio.
Hablando de demonios, la presencia de Lincoln en la familia había cambiado el ambiente de las cosas en casa, no sabía como describirlo, era raro, claro, Lynn, Luna y Lori estaban más malhumoradas, Leni seguía siendo la misma, papá y mamá se les veía con mejor cara y no con la cara de muertos con la que siempre llegaban a casa, y sus hermanas menores estaban aferradas a él como garrapatas.
Quizá les soltó un hechizo, le parecía demasiado sospechoso que él haya podido vencer a Lisa, esas cosas hacían que sospechará más de él. Esa divagación de pensamientos pasó en segundos, Lucy se vio forzada a regresar a su realidad cuando escucho a Luan intentando iniciar una conversación, pero cayendo solo en balbuceos inentendibles. Ella tampoco sabía como proceder, se congeló. Eso fue hasta que una voz interrumpió el extraño momento.
-¡No se maten tanto hablando Louds, aún no hemos ensayado! – Grito Reine, la cual estaba con Benny y Jessica apartados mirándolas con malicia y una sonrisa burlona.
Las pequeñas risas no se hicieron esperar.
Lucy en serio lamentaba que el club fúnebre solo pudiera venir los sábados para probar los vestuarios que han estado diseñando, le vendría bien que sus únicos amigos estuvieran, así se sentiría más segura.
Luan parecía querer que la tierra se la tragase, la pelinegra estaba igual.
Inesperadamente, Lincoln se posiciono cerca de ellas, con una cara entre la seriedad y el reproche.
-Oigan, no ven que están practicando. Clara y Margaret no se llevan bien y tienen una relación muy desinteresada la una con la otra, y cuando se ven forzadas a actuar no saben como lidiar con la otra, son las únicas que están ensayando y no es correcto burlarse de ellas estando sentados sin hacer nada – Eso le sonó tan rebuscado, pero la forma en la que lo dijo hizo dudar a todos.
Reine lo miro, estaba enojada, pero mirar esos ojos rojos costaba, le intimidaban demasiado si los miraba por demasiado tiempo, por un momento se le hizo un nudo por la garganta.
-No digas tonterías, primor. Pierdes tu tiempo defendiendo a esas perdedoras – Respondió.
-¿Cómo que "primor"? – Le murmuro Benny arrugando la cara con celos.
-Ay no empieces – Le murmuro de vuelta.
-Con esa actitud no vas llegar lejos. Esperaba más seriedad y profesionalismo por parte de los artistas aquí presentes – Dijo Lincoln indignado.
Que alguien se refiriera a todos los presentes como "artistas" desato cierto sentimiento de vergüenza. Principalmente, porque nadie los había llamado de esa manera, más que por la burla anterior, y había algo más... raro por la forma en la que lo dijo que lleno de incomodidad a los presentes.
Antes de que Reine o Benny pudiera decir algo, la maestra Patricia entró en escena.
-¡Escúchenlo! – Exclamó. – El trabajo del artista no solo se limita a crear su arte, sino que también, un artista debe tener porte, dignidad, espíritu y corazón. Si vamos a trabajar todos juntos para llevar al estrellato mi gran obra maestra, evitemos esta clase de actitud infantil – Regañó la maestra.
Los alumnos no supieron como reaccionar, pero el grupo de Benny solo apretó los puños con rabia viendo que ese regaño iba mayormente destinado a ellos. Nunca antes les habían llamado la atención así.
Lucy no esperaba eso y Luan tampoco. El albino las miro y les guiño el ojo con complicidad. Recordaron sus palabras...
Seré su guardaespaldas, si intentan algo contra nosotros, yo me encargaré, enfóquense por completo en dar lo mejor de ustedes.
Parecía ser que esas palabras eran en serio y no solo otro de sus juegos.
-¡Ahora sin más parloteo innecesario, comencemos! – Patricia empezó con un gran aplauso. Miro fijamente al trío, Lucy y Luan se estremecieron con su mirada mientras que Lincoln solo sonrió con tranquilidad.
-Voy a exprimirles todo el jugo que tengan para que, en el día de la gran función, los espectadores puedan disfrutar el mejor jugo de su vida, así que las quiero completamente enfocados, ¿entienden? – Hablo lento y decidida, más su mirada tan fija e intensa calará dentro de sus actrices y actor. Cosa que casi le funciono.
El albino solo seguía sonriendo, divirtiéndose con sus palabras, mientras que las otras dos estaban temblando, absolutamente intimidadas.
-¡Si señora! – Exclamó el albino. Las otras dos reaccionaron y titubeantes también exclamaron. – ¡S-Si S-Señora! – Patricia sonrió. Era la hora del show.
-¡Todos a sus posiciones para la primera escena! – Anunció y todos empezaron a moverse.
~0~0~0~
-Muy bien, tomen un descanso de cinco minutos en lo que voy por un café – Anuncio la maestra limpiándose el sudor antes de retirarse.
-Oh dios, por fin un respiro – Comento Luan quien también se limpió el sudor de la frente.
Actualmente la chica tenía puesto uno de los atuendos que el club fúnebre había hecho para el personaje, según la maestra, la función del club fúnebre acabaría cuando ellos trajeran distintos trajes, para que la maestra los seleccionará como los que iban a salir. Era muy selectiva hasta en los atuendos, se notaba demasiado lo mucho que significaba esta obra para ella.
La verdad, le quedaba un poco apretado, sobre todo de la parte de la cintura, y con el calor que estaba haciendo más aún.
-Sí, ya era hora... suspiro – Lucy también pudo respirar mejor. Al igual que su hermana mayor, estaba usando uno de los atuendos prototipo, incluso la peinaron [para su disgusto] de manera que dejará al descubierto sus lindos ojos azules.
Luan creía que su hermanita se veía mejor así. Sonrió, mirando como el resto de alumnos también tomaban un descanso del arduo trabajo.
Ya habían pasado unas dos semanas desde que los ensayos comenzaron oficialmente, había sido duro. Si Luan era sincera consigo misma, esperaba que para este punto hubiera renunciado a la obra de toda la burla que le hubieran hecho. Eso la había tenido al pendiente durante los primeros días, pero sorpresivamente nadie intentaba nada, al menos, por el lado físico, el grupo de su ex novio era más de intentar humillar verbalmente, pero Lincoln siempre intervenía cuando lo intentaban.
Era como el muro de concreto al que el lobo nunca pudo derribar con su soplido. Otro punto que pensó que estaría en su contra sería su maestra. Ya la conocía y por eso podía decir sin ninguna duda que era más estricta que nunca, por eso, pensó que la estaría presionando hasta el punto de ya no soportarlo y dejar la obra.
Eso lo pensó luego de que le diera el papel gracias a Lincoln. Así, este último se vería forzado a trabajar con alguien más capaz. Pero no fue el caso, sí, la maestra Patricia era estricta, pero nada como Luan se lo había imaginado. Cuando hacía algo bien, ella no duda en decirlo y cuando fallaba, la ayudaba a mejorar.
Era el trato que siempre recibió de su parte desde que entro al club, solo que ahora con más rigor a la hora de ensayar. Se sentía... bien.
Podía ver que no era la única que disfrutaba de ese trato, era fácil de captar que esa sensación también la compartía su hermanita y el resto del elenco, tanto los actores como los de producción.
Al principio, todo el ambiente era tenso, nadie estaba conforme con esa súbita decisión de la maestra de cambiar los dos roles protagonistas, solo por la petición de un desconocido. Era comprensible, si no hubiera sido Lincoln ella se habría molestado tanto como resto.
Fuera de lo que creía que todos la odiarían durante todos los ensayos, eso termino siendo más que pasajero, sí, al inicio se les veía desganados y rencorosos, pero a medida que pasaban las prácticas ese enfoque desapareció por completo, se notaba que en la gran mayoría habían abrazado su rol y daban lo mejor de sí.
¡Incluso Lucy se veía mentalizada!
Se notaba las ganas y el esfuerzo que metía, claro, era la más novata de todo el grupo de actores junto a Lincoln [o eso decía él, pero nadie le cree eso] tenía potencial, cosa que sorprendió a todos, la maestra Patricia estaba dándole un poco más de enfoque a ella para desarrollar mejor su actuación.
Luan jamás de los jamases se imagino ver a Lucy así de enfocada. En realidad, casi nunca la veía, siempre fue tan distante con la familia... o... quizás ellos eran los distantes con ella. Eso le daba mucho de que pensar a Luan. Varias veces se fue a la cama con ese pensamiento.
Para nadie era sorpresa saber lo disfuncional que era la casa Loud, pero ahora era diferente, podía verlo, antes fingía que no lo hacía, tenía miedo de ver que ese cambio resultará ser perjudicial para la familia. Sabía que hubiera terminado interviniendo si resultaba ser algo malo, y ya no tenía el mismo coraje de la primera vez que intento mejorar su hogar, las palabras de Luna nunca se habían ido de su cabeza y seguramente nunca lo harían, no deseaba empeorar más las cosas, pero... quizás ese cambio era lo que la familia necesitaba y lo quisiera o no podía seguir pretendiendo que todo seguía igual.
El corazón de Luan se aceleraba, y una sonrisa se dibujo inconscientemente en su rostro cuando miro a Lucy, revisando nuevamente los diálogos de la escena que estaban ensayando.
Una de las razones por las que ese cambio empezó a darse, tanto dentro de la actitud de los demás en este proyecto como en su hogar, era ni más ni menos que aquel con el que se inició este revuelo, Lincoln.
Él... podría no ser tan malo como pensó que sería. Sí, era impredecible y sumamente molesto cuando quería, pero... las cosas mejoraban desde que él llego a sus vidas. Por primera vez en mucho tiempo, Luan podía volver a ver la luz.
Hablando de él...
-Oye Lucy, ¿es normal que tus amigos me analicen por tanto tiempo? -preguntó Lincoln estando cerca de la susodicha, señalando al club fúnebre que se había quedado para mirar cómo iba todo.
-Por supuesto que no... (aunque no los culpo) suspiro... – Pensó eso último mirando a sus amigos.
Todos seguían sin creer posible la mera existencia de Lincoln. Lucy no se pudo resistir en contarles acerca de sus sospechas sobre Lincoln, fue luego de que él le dijera esas palabras que la emocionaron y asustaron tanto. Claro que no le habían creído y se había limitado a mostrarles fotos.
Y desde que lo tuvieron el frente, parecieron tener el mismo impacto que ella tuvo las primeras veces que interactuó con el albino. Era normal, ella también había quedado embelesada con él, era alguien inusual que destacará fuera a donde fuera.
Un chico alto, apuesto, cabellos tan blancos como la nieve [completamente naturales], esos colmillos más grandes que el promedio y lo que más llegaba a hipnotizar o intimidar era esos profundos ojos rojos, Lucy siempre que llegaba a verlos fijamente sentía como si entrará en un océano de sangre. Incluso pensar en esa metáfora la hacía sentir un emocionante y aterrador escalofrío.
Pero ahora que Lucy se fijaba más, en serio, que ellos estaban encantados con Lincoln. Vio como el mismo desde hace rato, estaba hablando con ellos amistosamente, actuando como lo había hecho desde que lo conocía.
Ahora que se fijaba, Lincoln se veía bien, demasiado bien, ese traje típico de cuento Disney, pero hecho en un estilo tan gótico y oscuro que hacía un contraste increíble. Aunque, si era honesta, Lincoln se veía bien con todo, ese rostro suyo tan feroz y misterioso le hacía lucir extremadamente atractivo se vistiese con lo que se vistiese.
De hecho, entendía por qué Haiku y Perséfone se sonrojaban tanto cuando lo veían, aunque eso no terminará de gustarle, por alguna extraña razón.
-Oye, Lucy – La llamó Luan, sacándola de sus pensamientos.
-Estaba pensando un poco y... ¿qué tal si luego de esto te invito un helado y no sé... podría darte algunos consejos? – Propuso la mayor tímidamente.
Lucy abrió los ojos.
Ni una sola vez, alguna de sus hermanas vino a proponerle ir a algún lugar juntas, no se interesaban en ella nunca, ella estaba bien con eso, una vida solitaria y melancólica era lo que aspiraba a tener. Sin embargo, una cálida sensación recorrió su pecho y sin darse cuenta soltó una pequeña sonrisa.
Dicho acto inconsciente, hizo poner más nerviosa a Luan, era la primera vez en toda su vida que había visto sonreír a su hermanita, no sabía como sentirse, pero, también sonrió tímidamente. Diablos, extrañaba a su antiguo yo que rompería la tensión con algún chiste malo al que solo a ella le daría gracia, pero... este momento estaba bien.
-Sí, por supuesto, hermana, me vendría bien – Aceptó Lucy volviendo a su compostura de estoica.
Súbitamente, dos bolsas de arena cayeron desde arriba, cosa de la que ninguna de las dos se percató, algunos alumnos que vieron casualmente como caían soltaron un grito de advertencia.
Cuando ambas chicas miraron arriba, lo que vieron fue dos manos levantando la respectiva bolsa que iba a impactar contra ellas.
De inmediato reaccionaron y se apartaron, su salvador resulto ser Lincoln quien con sus dos manos jugueteaba con las bolsas.
-Este lugar se esta cayendo a pedazos, deberían hacerle una remodelación, así nos evitamos accidentes – Comentó Lincoln mirando el techo.
Hubo un suspiro colectivo viendo que nada grave sucedió. Lincoln les sonrió a ambas, mirando lo desconcertadas que estaban.
-Tranquilas, no paso nada, solo fue un accidente que no lastimo a nadie, menos conmigo guardando sus espaldas – Les guiño el ojo.
Hubo un pequeño coreo de emoción con las chicas presentes jadeando sonrojadas, mientras los chicos miraban impresionados por lo genial que se vio el albino. Mientras que ambas Loud, sintieron que sus corazones latían, latían tan fuerte, aunque no entendían si fue por el susto o porque esa sonrisa estaba encantada, pues su rostro no paraba de arder.
-¡¿Qué paso aquí?! – Preguntó Patricia recién llegando y notando que se perdió de algo importante.
Así unos de los alumnos le explico brevemente lo que había ocurrido.
-Menos mal que Lincoln reacciono a tiempo y que es fuerte como para levantar esas bolsas, ahora tengo que avisar al director, no tolerare si alguien aquí resulta herido por mal mantenimiento del escenario – Dijo la mujer cruzando de brazos y frunciendo ligeramente el ceño. – Como sea, debemos volver a trabajar – Anunció.
Luan y Lucy sacudieron sus cabezas, aunque ninguna se pudo borrar de la cabeza la imagen de Lincoln sonriéndoles tan dulcemente. La gótica miro a sus amigos, quienes se taparon la boca ocultando las sonrisitas que estaba mostrando junto a un pequeño sonrojo, Lucy solo volvió a colorarse, sin poder contener su vergüenza. Luan por su parte, se le acercó un par de sus compañeros y le murmuraron la suerte que tenía por poder convivir todos los días con Lincoln, Luan tampoco pudo ocultar su encogimiento.
Cuando ya nadie lo miro, Lincoln ladeo la cabeza, aún con las bolsas en manos, y sin ninguna expresión, observo a Jessica fijamente, esta se dio cuenta y sintiéndose profundamente intimidada por esos ojos rojos, solo a parto la mirada con temor, ocultando su navaja.
-Heh – Fue lo único que salió de la boca de Lincoln que formo una sonrisa retorcida mostrando sus colmillos.
-Zorra – Dijo Bloody mirando a la chica con odio.
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-Creo que deberías practicar más en tus sonrisas, el personaje de Clara se te hace más sencillo porque en buena parte de la obra luce melancólica y ahí es donde esta tu punto fuerte. Es por eso que pienso que deberías practicar tu expresión en la escena de la torre – Comentó Luan mientras caminaba junto a Lucy, ni cortas ni perezosas regresaban a casa.
-Lo entiendo, las sonrisas son algo que escasea en mi vida, normal que me resulte complicado esta clase de escenas – Asintió Lucy mientras volvía a revisar esa escena en su guion.
-Creo que te saldría mejor si no retorcieras tanto la cara, aunque en lo de verte como una damisela interesada por su príncipe le das en el blanco – Se burló Luan.
Lucy no dijo nada, solo frunció ligeramente el ceño. Si que era verdad que en esas escenas donde tenía a Lincoln tan cerca de ella no podía controlarse. Estaba maldiciendo que el albino siempre usará ese hechizo para ponerla así, estaba fastidiándola a propósito, estaba segura, la cara no le podía enrojecer tanto con tan solo mirarlo a los ojos.
Habían pasado tres semanas, y las cosas empezaban a ver un resultado positivo, atrás quedo el pesimismo y la desmotivación que en se presento en su primer ensayo, todos estaban quedando encantados con todo el trabajo que se estaba poniendo en la obra.
Ya todos habían abrazado sus roles dentro de la obra tanto dentro como fuera de escena. Había mucho esfuerzo, incluso los del club fúnebre se veían mucho más entusiasmados con el resultado.
Y desde ya hace tiempo, Luan pudo acercarse más a su hermanita, descubriendo lo talentosa que podía ser, y aunque, a primera vista pareciera que fueran polos opuestos, compartían varias cosas en común.
Eso genuinamente animo a Luan, nunca pensó que podría estar hablando con Lucy durante horas, aunque el tema no fuera la obra, se sentía cómoda y su hermanita también se veía a gusto con su presencia.
Su vida pareció haberse iluminado...
-Yo también pienso, que tú no deberías exagerar tanto en la escena del jardín, creo que sobreactúas algo – Comentó, Lucy.
-¿Tú lo crees? – Luan se puso a pensar, era cierto que esas escenas las sentía un tanto intensas tenía que estar muy cerca del albino, y podía sentir lo fuerte que estaba, a decir verdad, perdía un poco el juicio en esas escenas.
-No lo sé, ¿entonces porque piensas que a la maestra le gusto tanto esas escenas conmigo? – Si su hermanita tenía razón y estaba sobreactuando, no entendía porque solo su maestra elogiaba esas escenas, lo mismo sucedía en esas escenas donde Lucy retorcía la cara.
Me encanta lo enamoradas que se ven
Era lo que les llegó a decir en uno de los ensayos.
-Quien sabe, cuando pienso que he descubierto como actúa, siempre me termina sorprendiendo con algo, se parece un poco a Lincoln en eso – Comentó, la maestra Patricia era algo extraña, quizás la maestra Minerva supiera mejor cómo funcionaba esa mujer.
-Hablando de Lincoln, ¿no te dijo dónde se metió? – Preguntó Luan.
-Ni idea, pensaba que a lo mejor tú lo sabrías – Respondió, eso era algo extraño, casi siempre Lincoln las acompañaba de regreso a casa, suponían que hoy tenía algo más que hacer.
Mientras ellas seguían conversando, cerca de ellas, estaban siendo seguidas. Era Benny con algunos amigos suyos. Sonriendo maliciosamente el castaño cargaba consigo globos llenos de pintura, al igual que sus otros cuatro amigos que también estaban soltando risitas.
Hoy sería el día que sacaría del camino a esas dos, solo le faltó que estuviera el albino, su plan era llenar de pintura a los tres, y así difundir las fotos en redes sociales, con Reine y Jessica organizándose para humillarlas y que fueran la burla de la escuela.
Así abandonarían sus papeles en la obra, teniendo vía libre para él, Reine y Jessica de retomar sus papales, aunque ese albino imbécil no estuviera, podrían desmotivarlo por lo sucedido a sus dos amigas y así recuperar el papel.
Aun quedaban dos semanas para el día del concurso, y podrían adaptarse rápidamente, sin contar que habían estado practicando en secreto los diálogos de los personajes, para no atrasar la obra, no permitiría que esos perdedores les robaran los reflectores y se quedaran con la gloria. Ya se habían librado de muchas bromas gracias a ese odioso albino, pero ahora sí que nadie las protegería.
-¿Todos listos? – Murmuro Benny a sus amigos que asintieron, preparados para hacer llorar a esas dos raritas.
-¡Bien que empiece la fiesta! – Ánimo Benny lanzando el primer globo, pero no llegó muy lejos cuando detrás del grupo salió Lincoln, saltando a Benny, alcanzado el globo que no llegó lejos gracias a la velocidad del albino. Estando en el aire y mirando la cara impactada de Benny, Lincoln solo sonrió maliciosamente, antes de caer en al suelo, le lanzó de vuelta el globo al castaño en toda su cara, pintándola de rojo.
-¡Oye! ¡¿Este de donde salió?! – Reclamó uno de los amigos de Benny.
-¡No lo sé, pero lo va a pagar claro! – Dijo otro chico decidido a lanzarle el globo que tenía en su mano, pero en cuanto menos se dio cuenta ya no tenía sus globos consigo.
Miro a Lincoln quien saco de sus bolsos cuatro globos que le había quitado a los chicos y sin borrar su sonrisa, se los lanzó, dando en el blanco de todos.
Ahora todos estaban inconscientes, con los rostros pintados de algún color, Lincoln se acercó a ellos.
-Puede que los haya lanzado con un poquito más de fuerza – Murmuró.
-Da igual, se lo merecían, es más, ¿qué tal si tomamos una foto y se la mandamos a la zorra de Reine? – Propuso Bloody ampliando más su sonrisa.
-Mejor a Patricia, será tan divertido ver que como echan a estos dos de la obra y así son un dolor menos en nuestro trasero – Dijo.
-Eso está mejor
Tomo el celular de Benny, saco capturas de las conversaciones que tuvo con Reine, no encontró nada comprometedor con Jessica, desgraciadamente, se mandó a él las capturas, luego borro su contacto. Sacando su propio celular tomo las fotos de Benny y su grupo de amigos, antes de dejar caer el celular del castaño a su lado. No era su problema si se lo terminaran robando.
-Volvamos con las chicas – Ellas ni habían notado ese pequeño altercado, solo siguieron con su platica sin desviarse de su rumbo.
Lincoln no le tomo casi nada alcanzarlas, y mientras ellas aún estaban hablando, con toda la descereza del mundo rodeo sus brazos en los respectivos cuellos de ambas, dándoles un inesperado abrazo que tomo a ambas desprevenidas.
-¿Qué tal señoritas? ¿Por qué no me esperaron? – Preguntó con su fingiendo ofensa.
-¡¿Q-Qué haces?! – Le grito Luan enrojeciendo.
-Regresando con ustedes, duh – Se burló. – Aunque que feo de su parte no esperarme, tan solo me quede hablando con la chica del sonido – Comentó.
-¡No hagas eso! ¡Nos vas a matar de un infarto! – Le reclamó Luan.
-Pero si Lucy hace esto siempre, es divertido, ¿sí o no, Lucy? – Le preguntó a la susodicha mirándola directamente.
-Te apesta la boca a ajo – Dijo Lucy tratando de soltarse del agarré de Lincoln, al igual que Luan, su rostro paso a estar tan rojo como el tomate, de paso no respondió la pregunta del albino.
-Huh, pensaba que no se notaba tanto – Dijo algo desilusionado. Dejándoles un respiro, rompió ese inesperado abrazo y camino un poco, ambas se quedaron quietas mirándolo.
Él se giró.
-¿Qué esperan? Vamos a casa, las demás están esperándonos – Les sonrió ladeando un poco su cabeza. La imagen de Lincoln mirándolas, esa sonrisa, esos ojos, más el atardecer que se posicionaba detrás de él les regalo una vista hermosa que nunca abandonaría sus mentes.
-¡Okey, vamos que tengo hambre! – Mencionó Luan rápidamente alcanzando a Lincoln y pasando de él para no quedarse mirándole como tonta.
-¡Sí, ya casi comienza vampiros de la melancolía, debo apresurarme! – Dijo caminando más deprisa, siguiendo a su hermana.
-Que adorable – Se rio Bloody.
-Bastante – Lincoln también soltó una risita y continuo su rumbo junto a ellas.
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Finalmente, llegó el tan ansiado día, Luan se miraba al espejo con muchos nervios, no se encontraba sola, pues su hermanita también estaba sentada a un lado suyo, frotándose las manos, inquieta.
La chica estaba mirando su atuendo por quincuagésima vez, eso voz en su cabeza había reaparecido diciéndole que el vestido no le quedaba bien, que iba a arruinarlo todo, y no podía ignorarla.
Su corazón estaba que no paraba, había tratado de calmarse, pero no estaba funcionando, diablos, que hasta su maestra la noto demasiado estresada y le había dicho palabras de aliento. Pero sencillamente se sentía presionada. Era normal, lo tuvo en mente desde el primer día que se presento por el papel. Sin embargo, no pensó que esto la iba a agobiar tanto.
Su atuendo hecho a medida por el club fúnebre consistía en un vestido bastante refinado de color amarillo, de estilo victoriano con unos bordados en blanco, ajustado de la cintura, con un colgante plateado con la forma del sol y unos tacones negros recién boleados. Mentiría si dijera que no le costo adaptarse a los tacones. Sumado a todo el maquillaje que llevaba puesto para hacerla lucir más pálida, envidiaba que Lucy ya tuviera piel pálida, a ella no la tuvieron una hora sentada con las chicas de producción iniciando su maquillaje, tan solo le habían agregado algo y estuvo como mucho quince minutos.
Volvió a pasar sus dedos por su cabello, había usado mucho acondicionador, más de lo que Lori usaba, estaba más lacio que nunca, lo malo fue que el personaje de Margaret debía tener una coleta de caballo, así que tuvieron que ponerle una falsa, así que tenía que no hacer movimientos bruscos si no quería que se cayera.
Muchas chicas le habían dicho lo bonita que estaba con ese estilo, incluso la amiga de Lucy, Haiku le había dado un cumplido, a su manera. Viendo su reflejo, no estaba convencida, no se sentía bonita, no se sentía bien, no pudo dormir bien por los nervios, más el hecho de que este evento tenía lugar en Detroit, eso había sido un factor teniendo en cuenta la cercanía que había con Royal Woods, tan solo tres horas de viaje en camión.
Se acaricio la muñeca, con sus dedos recorrió el metal del brazalete que tenía puesto. Estaba demasiado incomoda, sentía que quería llorar. Sentía que en cualquier momento iba a romperse de lo tensa que estaba. Esta no era su primera obra donde llegó a tener un rol protagónico, ya tenía experiencia en el medio, pero esto superaba todas esas veces.
-Tranquila hermana, sé la carga que llevas encima, pero no eres la única que carga con ese peso en sus hombros – Lucy trato de calmarla, mirándose preocupada. No es que ella no estuviera alterada, pero Luan parecía que iba a desmayarse en cualquier momento.
Lucy vestía con un vestido negro con bordados azul marino, de estilo victoriano, guantes negros hasta los codos, un colgante de plata con la forma de la luna. Al igual que Luan, llevaba un par de tacones negros [los cuales se prometió no volver a usar nunca luego de la obra].
Su cabello estaba arreglando de tal manera que dejaba al descubierto sus ojos, para su propia vergüenza, llevaba algo de maquillaje, aunque no tanto como Luan, incluso llevaba un labial negro. Honestamente, se sentía rara, estaba tan acostumbrada a su ropa de siempre que no podía acostumbrarse, este fue el último atuendo que el club fúnebre había hecho, y solo llego a probárselo en un ensayo, hubiera preferido el segundo atuendo que mostraron, pero al final, fue la maestra quien tuvo el último [y único] voto en esta decisión.
Ya había practicado mucho, se había esforzado mucho, no podía negar que estaba emocionada, pero ver a su hermana tan mal le estaba afectando a ella también. Era raro, ella pensó que su vida iba a resumirse en cursar los estudios siendo un bicho raro para los demás y para su familia, acabar la escuela y tratar de estudiar literatura para tratar de ser escritora, dejar la casa en cuanto pudiese, independizarse y no volver a ver a su familia hasta el funeral de sus padres.
Sonaba y era cruel verlo de esa manera, pero en serio era como se visualizaba en un futuro, sencillamente porque no se llevaba con nadie en su familia y nadie estaba dispuesto a llevarse bien con ella, pero en todo este tiempo, las cosas cambiaron, ahora sentía una conexión con Luan, y no solo con ella, gracias a Lincoln, sus hermanas menores empezaron a dirigirle la palabra, a pedir que estuviera con ellas, incluirla.
Eso definitivamente había cambiado algo dentro suyo, nunca antes le habían dado afecto, ella estaba bien con eso, pero... ahora que ya había sentido la calidez y el amor de una familia por primera vez, ya no quería soltarlo. Precisamente, por eso, estaba muy preocupada por su familia, nunca antes se había dado cuenta de lo dañada que estaba hasta que por fin supo cómo debían de estar, unidas.
No podía ni iba a olvidarse de como ayer Lana le había abrazado para desearle suerte, Lola se paso media hora hablando de como debía aplastar a sus rivales, Lily le dio un beso en la mejilla, Leni la había ayudado cuando sin querer daño su atuendo sin pedirle nada a cambio, Lisa solo le deseo éxito y sus padres le dijeron que iban a apoyarla viendo la transmisión a como diera lugar.
No pudo ni comprender como era que se había emocionado tanto que tuvo que decir que tenía que ir al baño para soltar lagrimas de felicidad. Era inaudito en ese momento, hace años que no lloraba y ahora lagrimas bajaron de sus ojos, sin ninguna amargura, puro goce.
Sentía que debía ayudar a las demás, empezar a actuar como una buena hermana, no podía simplemente largarse y dejar a todos a su suerte. Quería ser mejor, quería... ser tan buena como Lincoln.
Antes, pensó que Lincoln se trataba de un ser de la oscuridad, alguien mañoso, desafiante, y muy repudiado por sus hermanas mayores, pensaba que él tenía un gran plan para someterlas [debía de reconocer que quizás esas novelas adolescentes no habían influido demasiado bien en ella] pero se dio cuenta del favor que le estaba haciendo a la familia. Desde que él llegó no trajo oscuridad como había llegado a pensar, trajo luz, esperanza para esta familia, y también quería contribuir al respecto.
-Si quieres puedo traerte algo de agua – Ofreció poniéndose de pie y tomando el hombro de su hermana.
-No, quiero algo de aire, siento que me asfixio aquí – Se levantó dispuesta a despejarse.
-Te acompaño – Lucy no quería dejar sola a su hermana, la cual asintió, sonriendo ligeramente por la preocupación de su hermanita.
Salieron de su camerino, la castaña solo necesitaba un momento para relajar su mente, mentalizarse, callar de una vez esa tonta voz en su cabeza. Caminaron por los pasillos del lugar, había gente moviéndose de un lado al otro, era el staff del teatro, también había visto a alguno de sus compañeros ajetreado.
Escucho las risas del público, parecía que la obra que ahora se estaba presentando estaba siendo divertida. Se sintió tentada a mirar un poco el show, pero necesitaba concentrarse, probablemente si iba su mente le fuera a jugar sucio y no necesitaba eso.
-Parece que se están divirtiendo, será placentero cambiar esas risas por amargas lagrimas con la tragedia que les mostraremos – Comentó Lucy.
-Sí... seguro – Luan sonrió un poco, aunque fuera solo un poco, su hermanita la estaba ayudando. Eso ya de por sí significaba mucho para ella.
Les faltaba doblar al final del pasillo para ver la salida de emergencia, pero antes de llegar se toparon con una de sus compañeras, Jessica, quien ahora había pasado a trabajar de utilera para la obra gracias a ser semi cómplice de Benny y Reine.
-¿A dónde están yendo? ¡Ya no queda mucho para que nos toque a nosotros! – Preguntó.
-Solo quiero tomar algo de aire para controlar mis nervios, no iré a ningún lado, solo quiero despejarme y Lucy me está acompañando – Respondió algo ansiosa.
Jessica guardo silencio unos segundos y respondió.
-De acuerdo, vayan, yo les avisaré cuando nos toque – Declaró. Luan asintió, seguía sin agradarle mucho la chica, aunque ya no se metía con ella, así que quería acabar rápido su pequeña conversación.
-Gracias, solo será un momento – Dijo antes de marcharse, Lucy miro a Jessica, ella también sentía cierta incomodidad, teniendo en cuenta lo hostil que fue con ella en las primeras semanas, razón por la que le quitaron su papel y la mandaron a utilería. No le daba buena vibra, pero Luan ya se había marchado, así que sacudió la cabeza y la siguió.
Jessica las miro, en especial a Lucy, sonrió maliciosamente, en realidad, se la había pasado esperando a que salieran de su camerino, justo les convenía para lo que estaba por suceder. Rápidamente saco su celular y mando un mensaje a Reine.
-Ahora podrás interpretar a Carrie junto a tu patética hermana, mocosa – Susurró para sí misma con una risa maliciosa.
Ya estando afuera del edificio, Luan suspiro, mirando la calle y a los transeúntes pasar.
-¿Estas mejor? – Preguntó de nuevo Lucy.
Luan no respondió de inmediato, antes inhalo y exhalo, cerrando los ojos.
-Un poco – Los volvió a abrir. – Solo quería despejarme... – Miro al cielo, era la tarde, para cuando el evento terminase ya estaría anocheciendo.
-Lo sé... suspiro... – La pelinegra miro a su hermana la cual tenía una mirada de inseguridad.
-¿Tú crees que en verdad nos estarán mirando desde casa? – Preguntó la castaña sin mirarla.
-Eso dijo papá – Recordó.
-Eso lo sé, pero no es la primera vez que papá o mamá me dice que van a ir a una obra mía, a un partido de Lynn o a lo que sea y nunca pueden porque tienen mucho trabajo – Suspiro. – La verdad... ni siquiera estoy segura de que nuestras hermanas estén mirando el evento – Comentó.
Lucy no dijo nada.
-Lori no le interesaría, Leni se habrá distraído con cualquier otra estupidez, Luna debe de estar fuera de casa aprovechando que no está Lincoln, Lynn debe estar durmiendo, Lana y Lola se habrán olvidado de eso, Lisa estaría con sus experimentos y Lily en caso de que se acordarse hubiera puesto alguna caricatura – El pesimismo en Luan era cada vez más evidente.
Lucy se quedo sin palabras, sin saber que decirle. Lo que había dicho Luan... no le parecería descabellado. Todas esas cosas que había dicho... podrían ocurrir perfectamente, quería creer que no, pero también estaba dudando. El apoyo dentro de la familia Loud ya era desconocido, aún era muy nuevo para Lucy, y no podía imaginar la cantidad de decepciones que Luan se había llevado incluso antes de que naciera.
-Puede que no lo hayan olvidado y si estén viendo el espectáculo – Trato de animar, trato de mantenerse positiva, cosa rarísima en ella siendo como era.
-O puede que se repita lo mismo de siempre, que se arruine todo y lo echemos a perder para que se burlen de nosotros en la escuela, puede que hasta en la casa ocurra lo mismo – Se podía notar el veneno detrás de esas palabras, Lucy volvió a enmudecerse, esto era mucho más difícil de lo que pensaba.
Hubo un prolongado silencio incomodo hasta que Lucy hablo.
-No sé si están viéndonos y apoyándonos, pero quiero creer en que sí. Sabes... me cuesta mucho decir estas cosas, pero... – Maldecía que las palabras se le estuvieran escapando de la lengua. – Solo quiero confiar en que mi familia estará para nosotras, eso es todo – Finalizó, eso hasta se sintió terapéutico.
Luan la miro fijamente, sin saber que pensar. Ella había pensado así hace muchos años, ponía su fe ciega en su familia y pensó que ellos también lo hacían con ellos, eso hasta que se dio cuenta de la realidad.
-Yo... – Súbitamente fue interrumpida.
-¡Oigan tontas, disfruten del cerdo! – Grito una voz que no reconocieron, entonces vieron a un grupo de chicos encapuchados cargando unas cubetas.
Apenas pudieron meter las manos, para cuando el líquido las empampo de rojo. Arrugaron fuertemente la nariz por el fuerte aroma a hierro. Los chicos se rieron, pero no perdieron el tiempo y corrieron hacía una camioneta, subiéndose y marchándose a toda prisa.
Se quedaron pasmadas, atónitas por lo sucedido. Luan miro su vestido cubierto de sangre de cerdo, todo se había arruinado, ya no había nada que hacer, no falta mucho para que fuera el turno de pasar.
Lucy pensó que el día que estuviera cubierta de sangre real sería una situación más emocionante como en sus novelas de vampiros, pero cuando olió el potente aroma a sangre sintió su estómago retorcerse de asco, la bilis no tardo en subir por su garganta, pero la trago con amargura.
Luan comenzó a reír, Lucy la miro incrédula. La cara de Luan la hacía ver como si estuviera por enloquecer en cualquier momento.
-Lo sabía... – Se dio media vuelta y se apresuró a ingresar dentro del teatro, ya que la gente que pasaba se le quedaba mirando, incluso alguno tomo una foto.
Lucy también se apresuró a seguirla.
Pasaron sin importar si alguien las mirase, Luan fue directa a su camerino, no quería que nadie más la viera. Algunos se les quedaron mirando confundidos, pero en cuento llegó a su camerino, intento encerrase, aunque Lucy había logrado entrar no sin antes golpearse un poco la frente.
-Debía de suponerlo – Luan seguía riéndose, pero pronto esa risa paso a volverse más dolorosa. Se notaba mucho la frustración de Luan.
Lucy se quedo en blanco mirando a su hermana, pronto se acercó al espejo y se vio, toda empapada de sangre, ahí fue cuando se dio cuenta, todo había acabado, no podrían actuar así, todo el esfuerzo tirado a la basura.
Se sentó sin fuerza, no pudo decir nada, solo sintió pura amargura, fue tanta que pequeñas lagrimas cayeron por sus mejillas, agachando la cabeza, se rindió.
Pasaron casi un minuto entero en silencio, cada una metida en su propio pensamiento. No podían ver a nadie y no querían que nadie las viera, aún así, alguien toco a la puerta.
-¡Vete! – Le grito Luan, no le importaba quien fuera, no quería que nadie viera lo patéticas que lucían.
-No puedo hacer eso, y por lo que me comentaron algunos algo malo ocurrió – Respondió Lincoln al otro lado de la puerta.
-¡Que te vayas, no quiero verte a ti! – De todas las personas, ella no quería que él la mirase, no así. Lucy también se alarmó, ella tampoco deseaba que la mirasen, él menos que nadie.
-Con su permiso – Anunció y entro sin permiso, mirando todo, abrió los ojos con sorpresa. – Oh... sí que era grave – Dijo sencillamente. Chasqueo la lengua, bajo la guardia, eso le pasaba por quedarse a coquetear con otra chica que vino a participar.
El albino estaba vestido con una camisa de vestir de cuello alto estilo Cambridge, por encima un chaleco color vino tinto a conjunto con un pañuelo plateado, un saco negro, guantes blancos, unos pantalones negros ajustados y unas botas negras. Su cabello estaba muy bien peinado.
-¡Te dije que no entraras! – Le grito Luan, tomando un labial que había y lanzándoselo al albino, quien no tuvo problema al atraparlo.
-No, dijiste que no querías verme, no que no querías que entrará – Respondió.
La palabra "idiota" paso por la mente de ambas chicas.
-¿En serio? ¡¿Es en serio?! ¡Nos vez así, vez que la obra se arruino y que todo el esfuerzo que nosotras y todo nuestro equipo estuvo haciendo durante más de un mes acaba de irse a la mierda! – Comenzó a despotricar. Lincoln no dijo nada.
-¡Todo lo que estuvimos haciendo para nada, todo mi entusiasmo, mi ánimo, mi tiempo, se esfumaron! ¡Ya de por sí no valgo nada y cuando puede ser que por fin creí que deje de ser una tonta inútil que solo arruina las cosas pasa esto! ¡No es justo, golpearía a todos los dioses que la humanidad ha creado hasta encontrar al bastardo que se dedicó a hacer de mi vida un infierno! ¡No solo a mí, sino a toda mi familia, toda esa banda de hipócritas y egoístas que no son capaces de decirte gracias cuando haces algo lindo por ellas, que te dejan tirada cuando más lo necesita, que se van cuando necesitas un abrazo, ellas merecen algo mejor para lo maravillosas que pueden ser, seguramente ni siquiera estén mirando el evento para apoyarnos! – Finalmente rompió a llorar amargamente, cayendo de rodillas, sacó todo de su pecho, pero eso no quitaba la enorme tristeza y frustración que aún guardaba.
-Luan... – Lucy se quedo sin palabras, no sabía que su hermana estuviera tan dolida, ya no solo con lo de la obra, sino también con la vida.
Lincoln no dijo nada, solo se acercó hacía Luan, se puso de rodillas y saco su celular.
-Si ya terminaste... te mostraré algo, tú también ve esto, Lucy – A ambas les mostro la pantalla de su celular, las hermanas miraron y abrieron los ojos.
Era una selfi tomada por Leni con toda la familia Loud reunida en el sillón, frente a la tele donde estaban puesto el concurso. Casi todas sonreían a la cámara, diablos, incluso Lori, Luna, Lynn estaban presentes, no se les veía cómodas o conformes, pero estaban, sus padres también, se les veía agotadísimos, pero estaban con una sonrisa cansada. Debajo un mensaje.
¡Los estamos viendo desde casa, mucho amor y ánimos! 😩😘🤩🎉💋💛💛💛🖤🖤🖤
-Como pueden ver, su familia sí los está apoyando, creí que ya lo habrían visto, Leni me dijo que también se los mando a ustedes – Lincoln sonrió con suavidad.
-Yo... bueno... mi teléfono se le acabo la batería – Mencionó Luan, de los nervios de anoche que llegaron a Detroit se le olvido cargarlo y cuando se dio cuenta ya era tarde.
Lucy no dijo nada, ella sí había cargado su celular, solo que lo tenía en su bolsa. Rápidamente se levantó y lo busco.
-Es verdad... sí nos estaban viendo – Dijo Lucy incrédula, sintiendo que otra vez los ojos se le empañaban con lágrimas.
Luan no podía creerlo, por una vez en mucho tiempo, su familia volvía a apoyarla todos juntos, apretó el celular.
-Sí, es cierto que tú familia desde que la conozco ha sido un caos, pero ahora es diferente, ellos son diferentes, al menos casi todas, así que levántate, tenemos que arrasarla con nuestra obra – Ánimo Lincoln poniéndose de pie extendiendo su mano a Luan con una sonrisa confiada.
Ella lo miró, un brillo paso por sus ojos por un segundo, pero su semblante volvió a apagarse, dejo caer sus brazos, derrotada.
-Ya da igual si lo están viendo o no, solo míranos, no podemos salir así – Mencionó relajando su agarre dejando caer sus brazos, derrotada.
-Ahí te has vuelto a equivocar, si piensas que por un poco de sangre va a arruinar todo, estas muy equivocada, aún nos queda algo de tiempo y tengo una manera de remover esa sangre de manera rápida – Respondió sin perder su sonrisa.
-¿En verdad puedes hacer tal cosa? – Lucy lo miro arrugando la cara, esperanzada.
-Claro que sí – Afirmó.
-Pero solo lo haré si ambas quieren continuar con esto – Dijo.
Luan miro a su hermana, ella no creía en milagros, pero desde que Lincoln llegó a sus vidas, habían pasado cosas que nunca creyó volver a ver. Recordó lo que Lucy le había dicho antes.
Solo quiero confiar en que mi familia estará para nosotras, eso es todo.
Esas palabras se repitieron, finalmente, opacando a la voz que la atormentaba. Guardo silencio y sonrió levemente.
-De acuerdo – Tomó la mano del albino y se levantó.
-¡Perfecto! Hay que apurarse que tenemos el tiempo por encima y no faltará mucho para que vengan a buscarnos – Ante lo que dijo, Lucy también se puso de pie, ligeramente molesta de que a ella no le ofreciera su mano para levantarse, pero prefirió dejar atrás eso.
-¿Entonces qué haremos para arreglar eso? – Preguntó Lucy.
-Primero que nada – Se acercó a la chica, ella lo miro, había una diferencia notoria en sus alturas. Lincoln se inclinó, se quitó un guante y limpio las lágrimas traicioneras. – Ahí estas, que esos bonitos ojos tuyos no se llenen de lágrimas – Dijo con su usual sonrisa prepotente.
Ahora sí, Lucy finalmente llegó a agradecer algo que estuviera cubierta de sangre, así no se notaba el sonrojo que tenía. Esos celos momentáneos se habían esfumado con esa acción.
-¡Okey! Lo primero que deben de hacer es envolverse con esto – Tomo una gran tela blanca que estaban de decoración del camerino y empezó a enroscar a ambas chicas.
-¿Pero exactamente qué vas a hacer? – Volvió a preguntar Luan, sin entender, estaba bien volver a estar motivada, pero en verdad necesitaban quitarse esta sangre.
-Tú silencio y confía en mi – Volvió a mostrar esa sonrisa tan descarada que puso a latir el corazón de ambas.
-Bien, ahora haré un pequeño truco de magia, solo cierren los ojos y no los abran por nada del mundo, ¿entendido? – Se miraron confundidas, asintiendo cerraron los ojos.
-Sin trampas, o esto no funcionará – Volvió a advertir. Aunque no fuera necesario, porque Lincoln podía controlar los parpados de ambas, así que no importaba si intentaban abrirlos.
-Excelente, ahora les pediré que den pequeños saltitos, solo necesito que se muevan, pueden quitarse los tacones, obviamente – Dijo. Las Loud asintieron y así lo hicieron.
Estuvieron dando vueltas por un rato sintiéndose como unas tontas, sin saber que el albino les estaba jugando una maldad al hacerlas hacer todo esto, este se tapaba la boca aguantando la risa, claro que Bloody se estaba riendo a todo pulmón.
-Lo están haciendo increíble, ahora sigan así, y si sienten que las tocan, soy yo, pero descuiden que no estaré tocando nada que privado – La idea de ser tocada por Lincoln asustaba y emocionaba a ambas en igual medida.
Lincoln solo les daba pequeños toques, haciendo un poco de ruido alrededor, pero cuando escucho que, a lo lejos, Patricia los estaba buscando decidió dejar de jugar y con sus poderes, hizo que toda la sangre que cubría a ambas las dejará y se pegará a la tela, para que sus atuendos no estuvieran húmedos, evaporo un poco de la sangre para secarlos con rapidez.
Luan y Lucy sintieron que algo sucedía, Lucy no pudo resistirse y quiso mirar, sin embargo, no pudo abrir los parpados, antes de preguntarse que pasaba, Lincoln volvió a hablar.
-Ya pueden abrir los ojos – Dijo.
Ahora sí pudieron abrirlos, para sorpresa de Lucy, se miraron y efectivamente, la sangre se había ido, miraron la tela antes blanca ahora roja. Fue impactante, incluso su ropa no se sentía húmeda y ya no había rastro del rojo característico de la sangre.
-Bien, ¿les queda algo de perfume a alguna? – Preguntó el albino.
-Traje uno en mi bolsa – Mencionó Luan y Lincoln tomo dicho bolso y de ahí sacó un perfume, no era malo. Y así empezó a rociar a ambas que se dejaron perfumar.
Mirándose, casi parecía que no había sucedido nada, salvo porque el maquillaje que ambas tenían se había ido junto a la sangre.
-Ya no nos queda tiempo para maquillarnos – Anunció Lucy alarmada, viendo que ya varios del club fúnebre le habían mandado mensaje avisándole que ya era su turno.
-¡¿Qué?! – Luan miro preocupada a su hermana, había tomado su tiempo el maquillarla.
-Oh bueno, tampoco exageren, se ven mejor sin maquillaje, es más natural – Dijo Lincoln restándole importancia.
-¡Pero! – Intento protestar Luan.
-Tranquila, así se ven mejor, créanme, oh y si quieres también quítate esa cola de caballo, te ves más bonita sin ella – Le dijo Lincoln, Luan volvió a sonrojarse, estaba nerviosa, pero las palabras del albino de alguna manera la reconfortaban. Lucy tomo su mano, haciendo que Luan la mirase sorprendida.
-Esta bien, también creo que te ves mejor sin ella, ya es hora de irnos – Le dijo Lucy dándole una pequeña sonrisa. La castaña pronto devolvió la sonrisa. Así, se quito la cola de caballo dejándola en la mesa a su lado.
-A la maestra Patricia le va a dar un infarto – Comentó Luan con humor.
-Sí, muy seguramente, pero tendrá que revivir si no quiere perderse de su tan ansiada obra maestra, ya seré yo el que le diga una excusa de porque no tienen maquillaje y Luan se quito la cola de caballo – Dejo escapar una risita.
-Espero que esa perra no chille demasiado – Comentó Bloody.
-En fin... ya nos están esperando, así que... ¿nos vamos, princesas? – Les sonrió mientras les abría la puerta dándoles el paso.
Ambas sonrieron decididas y con un ligero sonrojo, se pusieron los tacones y encaminándose hacía donde ya todos estarían esperando a dar inicio a la obra.
Antes de irse, Lincoln extendió la mano y toda la sangre de la manta salió hacía él ingresando a su cuerpo a través de su mano, cuando ya no hubo ni un solo rastro de sangre, se puso el guante y cerro la puerta.
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La obra había acabado, todo había concluido, lo lograron, consiguieron ganar, aunque Lincoln nunca tuvo dudas de ese resultado. Solo tuvo que empezar a mover las cosas para que sus colegas se pusieran las pilas y se pusieran manos a la obra.
Tenía su saco en la mano, cargándolo despreocupadamente mientras caminaban de regreso al hotel, lograron el primer lugar, ganando el premio gordo, la audiencia lloro ríos con el gran final. Fue gratificante ver los resultados de su esfuerzo, más que por el premio, fue ver a todo el equipo celebrar su victoria, en especial ver a Lucy y Luan, ya con eso las tenía en la bolsa.
Caminaban todos en frente suyo, vitoreando, algunos de los que salieron de ver la obra vinieron a pedirles autógrafos, en especial a él, ya fueron más de veinticinco y algún que otro productor vino a ofrecerle trabajo como actor. Trabajos que rechazo, todo esto fue solo para tener una excusa de pasar tiempo con las dos Loud a su cuidado.
Ese gran plan rindió frutos viendo el cambio en ambas chicas desde que las conoció. Miro como Luan reía con algunos de sus compañeros más adelante, desvió la mirada y también vio al club fúnebre charlando animadamente con Lucy, incluso veía a la maestra Patricia tomándose selfis con el reconocimiento y el gran cheque que le dieron.
No podía esperar a oír pronto que se había fugado con todo el dinero, la veía capaz, eso o le habrán contactado luego gente importante de la obra para contratar sus servicios como directora de teatro. Se rio, le parecía más divertida la primera opción.
Observo los edificios de la ciudad de Detroit, ya casi pasaba un año desde que se fue de la ciudad, tampoco iba a quedarse luego de esto pues mañana todo el grupo se regresaba al pueblo. Probablemente daría una vuelta cuando sus compañeros de cuarto se durmieran.
Le parecía irónico como era que antes espero que alguno de sus hermanos hiciera algo destacable, aunque como no hicieron nada aplico esa frase que dijo un gran hombre morado: Fine. i'll do it myself.
Aún así, Lincoln genuinamente tenía curiosidad de saber que eran de todos sus hermanos en estos momentos, conociendo a la mayoría dudaba que se quedaran en un mismo lugar, a diferencia de él que estuvo tranquilo en Royal Woods.
-(¿Qué estará haciendo él?) – Su semblante se puso algo serio al recordarlo.
-Esperando, como siempre, no ha hecho ningún movimiento desde la última vez que lo vimos – Respondió Bloody, él también lucía serio.
-(Probablemente, pero pudiendo moverse a cualquier lado del cosmos capaz está haciendo algo en otra galaxia) – Pensó mirando el cielo.
-En tal caso, la pregunta es ¿qué estará haciendo? – Razonó.
-Puede hacer billones de cosas, no hay mucho de lo cual agarrar por ahora – Solo estaban divagando un poco, tenían mucho en que pensar cuando se trataba de él, pero ya lo harían cuando estuvieran completamente solos.
-¿En qué planeta estas tú? – Preguntó Luan al albino, esta se había quedado esperándolo viendo que se quedaba atrás.
-No tan lejos, solo a cuarenta millones de kilómetros de la tierra – Respondió siguiéndole el juego.
-¿Y eso es...?
-Venus
-Ah, entiendo – Hubo un pequeño silencio.
-¿No te han hablado todavía? – Preguntó el albino refiriéndose a su familia.
-Eh, no, teléfono sin batería, ¿recuerdas?
-Cierto, lo había olvidado, entonces supongo que es a Lucy a quien le están hablando – Señalo a la susodicha como se separo un poco de su grupo mientras hablaba por teléfono.
-Dime... ¿Cómo fue que hiciste desaparecer lo de la sangre? – Preguntó Luan.
-No tengo idea de lo que me estás hablando~ – Canturreo.
-No te haga el tonto, la sangre con la que nos salpicaron, tú nos la quitaste, ¿cómo lo hiciste? – Insistió.
-Como voy a quitar sangre que no estuvo ahí en primer lugar~ – Volvió a canturrear.
-Varias personas nos vieron de regreso al camerino – Respondió.
-Los alucinógenos son comunes en todos lados, más en este país liderando el top de mayor consumo – Volvió a justificarlo sin perder su sonrisa socarrona.
-Voy a hacer que me lo digas tarde o temprano, ¿sabes? – Comentó tirando la toalla por el momento.
-Te puedo decir buenas noches y que seguramente cenaremos pizza – Mencionó.
-Eso esta genial... pero, aún me quede con la duda de quienes serían esos idiotas de la sangre – Comentó, iban encapuchados y el que le grito no le sonaba para nada.
-Probablemente los mando tu ex.
-¿Benny? Pero si a él lo echaron del grupo junto a Reine.
-La chica es niña rica y el otro conoce gente, probablemente solo necesitaban saber donde te encontrabas para actuar – Eso tenía sentido, pero lo que le costaba tanto de creer a Luan era lo rencorosos que eran.
-Ojalá no hubiera salido...
-Te tiró una mejor, ojalá no te hubiera visto la que dijo donde estabas
-¡Jessica! ¡Es verdad solo ella nos vio salir! – Frunció el ceño, no le gustaba meterse en peleas, pero claramente era hora de volver a abrir su maletín de bromas y darle la broma más pesada de su vida a esa chica.
-Tranquila, por ahora relájate y celebra tú victoria ante esos imbéciles – Calmó Lincoln.
-Tienes razón, ya luego me encargare de ellos, ya no pienso huir nunca más – Declaró animadamente.
-Que bueno es ver que ya tienes autoestima nuevamente – Comentó con una sonrisa. Luan se avergonzó.
-Gracias... no solo por darme esta oportunidad sino también... por ayudar a mi familia, de corazón... te lo agradezco mucho – Dijo y Lincoln se quedo sorprendido, no esperaba eso, pero recupero la compostura.
-Eso es lindo, ahora solo me queda hacer que tus hermanas que tanto se resisten a mi me digan cosas lindas – Se encogió de hombros.
-Eso... sonó bastante mal – Soltó una risa.
-Es mejor de lo que suena – Él también echo a reír.
-Puedo dar fe de eso
-Ahhhh tantas cosas lindas me has dicho hoy, que adorable – Se burló Lincoln haciendo que Luan se volviera a avergonzar.
-Si no quieres que te diga nada, entonces ahí hubieras comenzado – Declaró fingiendo enojo.
-Bueno, porque no mejor dices cosas sucias – La provoco sacándole un poco la lengua sin borrar su sonrisa.
-¿Quieres cosas sucias?, está bien, la ropa de Lana – Respondió.
-Me vas a dar un escalofrío diciéndome esas cosas, no te creí tan puerca – Se burló mientras abrazaba su saco y manoseando su cuerpo.
-¡Cállate, tú empezaste! – Lo empujó amistosamente y ambos rieron.
-Luan – Llamó Lucy. Ya tenía los ojos cubiertos de nuevo. Se acercó a ambos y le paso el celular a Luan. – Es mamá – Le dijo.
Luan tomo el celular y se lo llevo a la oreja.
-¿Hola?
-¡Hija estuviste increíble! – Dijo Rita emocionada. – Me encanto todo, lo preciosa que estabas, como actuaste, ¡TODO! Con solo decirte que tú padre aun sigue moqueando con tu escena final – Escuchar esas palabras significo mucho, Luan ya no quería que la vieran llorar más, pero se lo estaban poniendo difícil.
-Gracias, mamá – Agradeció tratando de no volver a llorar, esta vez, de felicidad.
-¿Es Luan? ¡pásamela! – Escucho de fondo, hubo movimientos del otro lado y oyó la voz de su padre.
-Hola papá
-¡Hija estoy orgullosísimo de ti, eso fue espectacular nos tenían a todos entre lágrimas!
-¿En serio?
-Bueno, Luna se durmió y Lynn no lloró, ¡pero eso no quita que tú y tú hermana nos hicieron emocionar!
-Muchas gracias papá, yo también estaba viviendo el momento
-No lo dudo, también dale mis felicitaciones a Lincoln, no tenía ni idea que actuaba tan bien
-Jejeje sí, nadie la tenía, el tonto está lleno de sorpresas
-Y eso que no has visto lo que cargamos entre las piernas – Comentó Bloody con una sonrisa.
-Bueno, hija te dejo descansar que debes estar agotada, ¡despídanse chicas!
-¡Las queremos! – Escucho a varias de sus hermanas decirle.
-Nosotras también las queremos – Se ánimo a decir sin poder sostener más sus lágrimas.
-Muchos besos mi bebe, les haremos algo especial a los tres cuando regresen – Dijo Rita antes de colgar.
-¡Lo esperaremos con ansias! – Afirmo Luan antes de que colgasen la llamada.
-Que agradable es verlos como una familia funcional – Comentó Lincoln.
-Lo sé... – Luan estuvo a punto de decirle "tú también eres parte de nuestra familia", pero decir algo tan vergonzoso frente a él, eso sí que acabaría con ella.
-Tú también eres parte de nuestra familia, Lincoln – Lucy comentó para sorpresa de ambos, en especial de Luan que se quedo demasiado impactada.
Lincoln abrió los ojos mirando a Lucy, ella también le devolvió la mirada con un ligero sonrojo.
-De todas las personas en el planeta, eres la penúltima persona que pensé que me diría eso – Comentó, fue tanta la impresión que los tres se detuvieron, luego Lincoln volvió a reír. – Bueno, si para ti ya soy de tu familia, entonces falta que me den su apellido para serlo oficialmente – Le siguió la corriente mientras volvía a caminar despreocupadamente.
-(¡Claro que voy a asegurarme de que tengas el apellido Loud!) – Pensó Lucy determinada, por fin había descubierto lo que Lincoln le había hecho, había conquistado su pobre y oscuro corazón. Lucy creía en el ojo por ojo así que se aseguraría de también conquistar ese resplandeciente y rojizo corazón.
Lucy también continuo el paso y volvió a hablar.
-Por cierto, Lincoln, ¿eres un vampiro? – Preguntó.
-Ojalá ser uno – Lincoln cerro los ojos, pero no paro de caminar.
A Lucy ya no le quedaba duda alguna de que Lincoln era un vampiro.
La única que se mantuvo en shock fue Luan quien miro a ambos alejarse, la mandíbula la tenía caída. Pronto cerró la boca, y se sonrojo furiosamente.
-(Maldita sea, me acabo de dar cuenta que me he enamorado y mi hermanita está en las mismas) – Suspiro profundamente, no quería quedarse atrás, en ningún aspecto. Ahora estaba determinada a intentarlo. Con una mirada decidida sonrió ligeramente.
-¡No me dejen atrás! – Dijo echando a correr para alcanzarlos.
Sin embargo... algo inesperado sucedió.
A Lincoln le tomo dar unos cuantos pasos más antes de darse cuenta. Alarmado, abrió los ojos, vio como su alrededor estaba congelado. Las personas, los autos, las palomas que volaban. Todo se había detenido por completo.
¡El tiempo se había detenido!
Esto solo un ser podía causarlo. Miro hacía el cielo cuando detecto donde se encontraba.
-No esperaba verte por aquí, hermano mayor – Habló alguien flotando en el cielo.
El chico parecía de unos quince años, rubio, de cabello alborotado, ojos de un azul marino, piel algo bronceada, vestido con una camisa de vestir azul oscuro con dos botones superiores abiertos, un pantalón de mezclilla blanco y unos zapatos negros. En las manos tenía un reloj de bolsillo el cual no funcionaba y en su espalda estaban formadas alas con forma de manecillas de reloj hechas de una luz azul con los números del uno al doce iluminados en blanco.
Lincoln lo miro con cuidado, era el cuarto ángel hermano.
-Yo tampoco esperaba verte, Astaroth – Mencionó Lincoln, formo dos alas de sangre y también voló hacía él. – Pensé que te habías ido del país – Comentó el albino.
-Volví justo ahora porque él me mando por un par de cosas, me detuve porque te sentí en la ciudad, ¿tú no me sentiste a mí? – Preguntó curioso.
-Estaba algo ocupado, supongo que eso me distrajo – Respondió.
-Entiendo, bueno, no te preocupes, suele pasar, a mí me ocurre muy seguido que cuando me enfoco tanto en algo que pierdo por completo la noción de tiempo – Sonrió.
-Eso es demasiado irónico – Devolvió la sonrisa.
-Lo sé, lo sé, el ángel del tiempo sin la noción del tiempo, es hilarante. Ahora tú... ¿quiénes son esas humanas que proteges? – Miro directamente a donde Luan y Lucy estaban siendo alejadas. Con sus poderes, el albino las hacía flotar lejos para apartarlas de Astaroth y con cuidado para no lastimarlas.
-Bastardo, nos atrapo – Maldijo Bloody.
-Oh bueno, estoy siendo su niñero y me preocupe un poco por ellas – Era cuidadoso con sus palabras, él era peligroso, estaba aliado con él, así que ya no era de fiar, tenía que estar alerta.
-Entiendo, tiene sentido – Se llevó su mano a la barbilla. – Pero... ahora me intriga saber qué tiene de especial esas dos humanas para que tú te preocupes tanto de ellas – Miro intensamente al albino, el cual chasqueo la lengua.
Sin titubear, Lincoln lanzó una serie de golpes, los cuales fueron esquivados por Astaroth con facilidad, este también lanzó sus golpes y Lincoln esquivo algunos con dificultad, notando que Astaroth se había vuelto más rápido desde la última vez que lo vio.
En un descuido, Astaroth logró darle un poderoso golpe al estómago, que hizo escupir sangre al albino, quien rápidamente se recompuso y tomo distancia.
Se vieron fijamente y sin decir nada, en un destello de velocidad ambos fueron directamente contra el otro, Lincoln preparo su puño y Astaroth hizo lo mismo, los dos puños chocaron creando una onda de choque que destruyo los vidrios a su alrededor, pero permanecieron suspendidos en el aire.
Lincoln apretó los dientes su brazo había sido reventado por completo en el choque, mientras que el de Astaroth se mantenía sin un rasguño.
-¿Acaso estás jugando conmigo, hermano? – Preguntó mirándolo con intensidad.
En un estallido de velocidad del cual Lincoln no pudo reaccionar, Astaroth le metió una patada vertical directamente a la cabeza, lo que lo mando contra el suelo, cayendo contra un taxi, destrozando la parte de arriba y matando a los que iban dentro.
-Ugh, eso dolió en serio – Se quejó cerrando los ojos, debía llevarlo lejos, no conseguiría alejar mucho a Luan y Lucy de esta manera. Su brazo ya se había vuelto a regenerar en la caída, estando como nuevo.
Miro a donde debía estar Astaroth solo para ver que había desaparecido, rápidamente lo busco con su sensor y lo encontró en otro lado del cielo, pero lo que vio lo hizo mirar en shock.
-Sigo sin ver lo especial en ustedes, quizás solo sean juguetes para mi hermano, Lucifer – Comentó con simplicidad. Lo impactante fue ver que en sus manos tenía las cabezas de Luan y Lucy en sus palmas, en ambas no cambio la expresión antes de que Astaroth detuviera el tiempo.
Mirar las cabezas decapitadas de ambas chicas hizo fluir más la sangre dentro de Lincoln, que apretó con fuerza los dientes y su mirada se intensifico dando un brillo más asesino a sus ojos.
-¡ASTAROTH! – Exclamó furioso antes de lanzarse contra él.
~0~
Aloooo, no estoy muerto, solo andaba de parranda B)
Este cap tardo mucho más de lo que yo mismo esperaba, por varias circunstancias, no las nombraré, no porque sean graves, sino porque no vale la pena, quédense con saber que este capítulo no pudo salir para junio, lo cual me jodió un poco mi calendario de actualizaciones, pero, como sea, que al final termino saliendo, largo, grueso y con un final impactante para que se queden con ganas.
Tal como he dicho hace ya varios capítulos, dije que hasta el capítulo 15 iba a avanzar antes de hacerle los remakes de los anteriores capítulos, cosa que me tomará algo de tiempo, así que primero les comentaré un poco sobre este tema.
Durante los inicios de otoño estaré trabajando en los remakes de los capítulos, abarcando desde lo que es el prólogo (que dejará de ser prologo y ya será capítulo 1 formalmente) hasta el capítulo 7, realmente solo sería cuestión de volver a releer los capítulos del 8 en adelante y si alguno tiene algo que debo quitar, se lo quitaré o cambiaré, ya sea para que haya coherencia con los capítulos que he estaré haciendo.
Cabe aclarar que los nuevos capítulos no los iré publicando de uno en uno, serán todos del tirón, reemplazaré los capítulos y haré una actualización dando el aviso para que puedan leerlos, ya que sí, habrá bastantes cambios notables. Igual, no se preocupen que cuando ya públique esos capítulos, me pondré a trabajar en el cap 16 para continuar donde lo dejamos y así seguir avanzando con la historia.
Dije que esta historia sería una de las que terminaría hasta el final y así pienso hacerlo. Claro que, si ven por ahí una actualización de otro de mis fics, tampoco sean pesados como para ir a preguntarme sobre el albino callejero, pues también tengo otros proyectos y esto era algo que debí haber hecho hace tiempo, pero mejor tarde que nunca.
Y ya habiendo comentado lo que tenía que comentar, hablaré un poco sobre este capítulo. Pues bueno, en este no hubo ningún flashback, claro que estos regresarán, pero ya siendo más contundentes, quizá hasta puedan parecer apresurados, al menos como los tengo mentalizados, pero tengo que ir trabajando más en la relación de Lincoln y las Loud, pues dije que en este fic iba a haber relación con una de ellas, si lo habrá, para que sigan apostando, a parte que, ya hay más candidatas claras.
Dato: La apariencia de Astaroth es como la versión joven de Julius Novachrono, personaje de Black Clover solo que con otra ropa.
En sí, la historia ya va por la mitad, así que iré con calma, no con tanta pues es mucho trabajo, pero bueno, orgullo de escritor y esas cosas.
Como sea, lo siguiente será otro capítulo de Before Lights Out, sorry, el hilcoln le sigue y ya con eso pues lo que les comenté al inicio de las notas.
Sin más que añadir, se despide Dark-Mask-Uzumaki.
Bye.
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