Final
He decidido ponerle punto final a esta historia. Lo cierto es que tomó un rumbo completamente distinto al que tenía pensado pero que igual me ha gustado escribirla.
Juvia sonreía feliz, el ser oficialmente madre de un niño la hizo llorar largamente de felicidad. No sabía como expresar bien lo que sentía. El niño por su parte, también lloraba, después de haber sufrido tanto recibir tanto cariño fue increíble e irreal para él. Natsu que los veía llorar se preguntaba si realmente no eran madre e hijo de sangre ya que ambos eran un calco del otro.
Fue la mejor cura para ella. A partir de ese día, la maga realizaba todo cómo si tuviera la fuerza de mil personas. El pequeño también estaba siendo educado y Juvia prestó más atención que nunca en enseñar todo lo que ella sabía a este, quién lejos de aburrirse, asentía y comprendía los conocimientos. Y si algo no lo sabía, no paraba hasta encontrarlo, tanto la madre como el hijo.
Natsu por su parte, más tranquilo y viendo la mejora de la maga, decidió regresar a las misiones que se habían vuelto más constantes debido a un número de magos oscuros, cosa que cada cierta época ocurría. También ejercía mucho de padre ya que le enseñaba a pelear. Sin embargo, Juvia deseaba que estudiase mucho para obtener un trabajo lo mejor remunerado posible y menos peligroso. No es que fuera débil, pero no había obtenido una gran magia.
—Mamá, ¿va a tardar mucho papá?, tengo mucha hambre—comentó el niño sentándose en la mesa.
—No creo que tarde ya. Por cierto, ¿te has lavado las manos?
—Si—se las mostró para que hiciera inspección.
—Muy bien, ahora haz el favor de sentarte bien y ponerte recto—este obedeció.
Juvia se sentó algo cansada de toda la faena que había hecho aquel día. Se había excedido un poco, algo que Olín notó enseguida y fue a atenderla cediendo a su madre un vaso de agua con sus pastillas. Ella lo agradeció.
Gracias al buen comportamiento de este, la crianza fue mucho más sencilla y menos agotador para Juvia.
Aunque los nervios de la boda estaban aflorando en la pareja que veía con ganas de ser marido y mujer de manera oficial. Y llegó antes de lo que se imaginaban ya que los días pasaron volando.
La ceremonia se llevó a cabo en una gran sala de una iglesia. Adornada con flores, adornos y toda clase de cosas en relación con el edificio. Todos los amigos acudieron, habían cambiado mucho, algunos más que otros pero se podía ver en ellos ese brillo que tanto les caracterizaba.
—Si que tarda—susurraba Natsu ajustándose la corbata.
—Eh cabeza vela, no la cagues ahora—le dijo Gray.
—¿Quieres pelea?—preguntó enojado.
—Basta idiotas—Laxus puso orden.
Se escucharon las puertas abrirse dando paso a la maga que llevaba un vestido largo y blanco, cubriendo su rostro con un fino velo. Natsu casi llora al verla de aquella guisa. Acompañado de la mano, estaba Olín quien también servía de apoyo por el calor que hacia aquel día.
—Estás preciosa—dijo una vez se colocó a su altura.
—Gracias...—dijo roja y avergonzada.
El proceso se llevó a cabo sin más, todos aplaudieron cuando se dieron el si quiero y tras ello, fueron directos a un gran banquete que habían preparado. Natsu para sorpresa de la maga, se comportó comiendo. Por muy entrenado en la magia, el joven a la hora de comer muchas veces no prestaba atención a sus modales.
La boda sirvió para que todos se reuniesen de nuevo. Era tan feliz verlos todos juntos disfrutar de una comida mientras charlaban alegremente que hizo que sus mentes regresasen a la época de las misiones. Tampoco faltaron las fotos para el recuerdo. Una a una, fueron cayendo las felicitaciones a los novios que agradecieron todo el cariño demostrado.
—Olín, ves a jugar con el resto de niños—dijo esta.
—A eso iba mamá, estás muy guapa—comentó con una sonrisa—nos vemos—se marchó corriendo.
—¡Ten cuidado!—advirtió sabiendo lo torpe que era a veces.
La boda fue mejor de lo esperado. Acabaron todos cansados de tanto beber, bailar y comer, nadie puso ni un pero a aquella boda. Y la pareja paso una noche muy feliz.
El viaje de novios iban a ser los dos solos, Olín que quedaría con Lucy quien estaba muy feliz porque al chico como a ella les encantaba la lectura. Era en una isla apartada para parejas con todo lujo de detalles, atracciones, restaurantes y demás festividades. Y comida gratis ya que eran VIPS gracias a un pase de la reina.
Aquella noche, Juvia estaba descansando en la enorme bañera mientras tenía conectados un aparato que daba masajes por su cuerpo. Estaba agotada, a pesar de todas las medicinas, la boda y ese viaje aguantando a Natsu de un lado a otro era agotador. El mago no tardó en entrar en esta y se colocó a su lado para abrazarla mientras le daba un masaje. Juvia le besó con una sonrisa, le quería tanto que no sabía que haría sin él.
No faltaron los mimos y las caricias suaves ya que estaba sin fuerzas. Juvia casi se dormía en el pecho de este. Entonces Natsu dijo algo que ella no esperaba.
—Me encanta...el agua de tu cuerpo—susurró antes de besarla en la frente.
Y así comenzó la nueva etapa de la pareja.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top