Sonidos de familia


Kyojuro se despertó temprano, posiblemente demasiado temprano. Tomioka seguía durmiendo plácidamente y él se alegró por ello. Oyó unos suaves golpes en el techo.

"Está lloviendo, pero no muy fuerte" pensó antes de levantarse, despertando a Giyuu.

- ¿Mhhhnn? - murmuró somnoliento el de pelo negro.

- Voy a prepararme, duerme un poco más por los dos. - murmuró, pasandole un mechón de pelo negro por detrás de la oreja con suavidad.

- Mhhhhhh - respondió, tapándose con la manta.

Comenzó a ponerse el uniforme, se estaba abrochando el cinturón blanco cuando escuchó ruidos provenientes del jardín. Alarmado, tomó su espada y fue a investigar, definitivamente no se esperaba lo que encontró.

Tsutako estaba en medio de la lluvia con la katana de Tanjiro, había activado su arte de demonio de sangre porque se veía mucho mayor, su cabello estaba arreglado en una coleta y llevaba puesto el haori azul con diseño de alas de mariposa que Mitsuri había conseguido para ella junto con el primer uniforme del pilar de agua, que al parecer había sido arreglado.

La vio con mucha atención, ella cerró los ojos aspirando una gran cantidad de aire, su mirada cambió a una más decidida y desenvainó la espada que cambió su color de negro a azul.

Kyojuro no estaba familiarizado con la respiración de agua, pero en cuanto comenzó a practicarla, vio a Tomioka reflejado en ella con asombro. Había presenciado su estilo de lucha en más de una ocasión, Giyuu la realizaba de una forma diferente a todos los usuarios de agua que conocía, más limpia, precisa, poderosa, como si formara parte de su propia esencia (fruto de las enseñanzas de Urokodaki), no la utilizaba como un aliento para luchar únicamente.

Ahora veía en cada postura que Tsutako realizaba el mismo tipo de poder y elegancia, sus movimientos parecían fluir como la corriente de un río; todo era muy diferente a los usuarios del fuego, ellos utilizaban movimientos intensos, destructivos y rápidos. El era parte de los pilares por lo que analizo cuidadosamente todo en la practica de la chica.

"Todavía está lejos de ser perfecta, hay varios espacios débiles, pero tiene una gran concentración, me pregunto si aprendió todo eso en los pocos días que Urokodaki- san estuvo con ellos". Observó con curiosidad cómo ella se detenía para ejecutar, si llevaba una cuenta exacta, la postura número cinco.

- Quinta postura, Lluvia después de la sequía.

No sabía si era el tono, la expresión que ponía, la forma grácil en que saltaba para ejecutar la técnica o lo sublime de aquel movimiento, pero su mente se maravillaba ante ello.

El pilar de agua nunca había usado esa postura o al menos no le había visto ejecutarla, aunque pensándolo bien, si había oído bien a Tanjiro en alguna ocasión, se suponía que había diez técnicas de la respiración del agua, y contando la que acababa de ver, no había visto la séptima, la novena y la décima. Cosas de ser un pilar y casi nunca requerir tal variedad de movimientos para derribar a un demonio.

Sintió que Tomioka se acercaba por detrás y se ponía a su lado.

"Buen momento para verlo todo por primera vez", se dijo Kyojuro mientras Tsutako se preparaba para ejecutar las otras formas restantes.

- Sexta forma, Remolino.

Giró su cuerpo creando un fuerte remolino de agua. El sudor de su frente se mezclaba con las gotas de lluvia, no le quedaba mucha energía. Tsutako cogió una roca mediana y la lanzó antes de ejecutar el siguiente movimiento.

- Séptima forma, Estocada de ondas concéntricas.

La piedra dio una estocada rápida, certera y directa. Al hacer contacto, varias ondas de agua se manifestaron y la espada atravesó limpiamente el objeto. Estaba a punto de hacer lo siguiente, pero Tomioka se adelantó y la detuvo poniéndole una mano en el hombro.

- Si no vas a cuidar de tu cuerpo no deberías luchar, Tsutako.

- Ah... Ha... lo siento, me dejé llevar. - contestó la chica jadeando, guardando de nuevo la espada en su vaina.

- ¿Te enseñó todo eso Urokodaki-sensei?

- El abuelo sólo me enseñó a respirar correctamente. - aclaró la chica mientras se acercaban a Rengoku. - Todo es gracias a Tanjiro, cuando se enteró de que practicaba en la respiración de agua me prestó unos diarios que había escrito para Nezuko-chan con todo su entrenamiento.

"Aun así le debió llevar un par de años dominar las técnicas de la respiración del agua, ¿es tan innata para ello? Aunque también es posible que absorbiera las técnicas más rápido debido a sus habilidades de medio demonio" pensó Tomioka sabiendo que esto quedaría como otro misterio sin resolver.

- ¿Y por qué decidiste aprender la respiración de agua?

Tsutako se sintió avergonzada por la pregunta y un ligero tono rosado adornó sus mejillas a juego con sus pestañas.

- Quiero ser como tú... eres alguien increíble, con nosotros eres tranquilo y paciente pero cuando escucho todo lo que dicen de ti cuando luchas, me dan ganas de querer ser tan fuerte como tú. - Explicó con un sonrojo creciente, juntando sus dedos índices.

Kyojuro se quedó muy satisfecho con lo que había dicho y miró fijamente a Giyuu, que no sabía cómo reaccionar ante aquello. Tomioka fijó los ojos en el suelo, se sentía feliz, preocupado, confuso y halagado.

"Realmente pensé que lo hacía para parecerse a Tanjiro" admitió mientras les decía que entraran a la casa para que no se mojaran, sobre todo la chica.

Le hicieron caso, estaban llegando a la entrada cuando Rengoku se detuvo y Tsutako hizo lo mismo, preguntándose por qué había dejado de caminar.

- Nunca te había visto así de cerca con esta forma, estás preciosa Tsu-chan - comentó Kyojuro pasándole un mechón húmedo de pelo negro por detrás de la oreja.

Su haori era idéntico al de Kocho, muy elegante debido a las líneas negras junto a los diferentes tonos de azul; sus pestañas destacaban con pequeñas gotas de agua sobre ellas y sus ojos oceánicos brillaban de alegría.

- Gracias, papá. - respondió ella con una sonrisa encantadora.

Él también sonrió ampliamente y entraron juntos en la casa que ya daba las primeras señales de vida. Giyuu había soltado a los niños, Tanjiro jugaba a esconderse con las manos de Tyojuro que mostraba curiosidad cuando desaparecía y volvía a sonreír cuando regresaba.

- Tan - dijo el pequeño rubio.

- Así es, Tanjiro, mi nombre es Tanjiro. - Felicitó Kamado por sus progresos en su nombre.

"Al menos lo está aprendiendo más rápido que Inosuke" se dijo el chico, entretenido con el pensamiento.

Ryu puso sus manos en la boca de Sanemi para ver sus colmillos alfa y el peliblanco fulmino con la mirada a Tomioka quien lo vio con una expresión triunfante y divertida, su hijo era demasiado lindo como para alejarlo fácilmente, además era un bebe testarudo de primera y probablemente volvería a hacer lo mismo.

Iguro cargaba a Haruki que estaba recostado en su hombro aún con bastante sueño, todos estaban sorprendidos de que de todos los niños, el favorito de Obanai era precisamente el único cachorro que se parecía físicamente a Akaza, pero para el pilar serpiente el pequeño guardaba mucho parecido con Mitsuri y eso lo había colocado inmediatamente en la cima, dejando a Tsutako en segundo lugar por ser la favorita de Kanroji, Tyojuro en tercero por ser idéntico al pilar de la llama y al último Ryu por obvias razones.

Sanemi y Obanai notaron la presencia de Tsutako y se sorprendieron mucho.

- ¿Qué demonios? ¿Es la niña?

- Había escuchado que ella podía hacer esto pero nunca lo había visto.

Tsutako sonrió con diversión en su rostro y Rengoku tomó los hombros de su pequeña con orgullo por su habilidad.

- Oh, así que ahí estaba mi katana. - consiguió decir Tanjiro, evitando que Tyojuro se llevara los dedos a la boca porque tenía hambre.

La chica recordó que había cogido la espada sin permiso y se disculpó nerviosamente mientras desactivaba su arte del demonio de sangre, volviendo a una edad más temprana.

- Solo avísame la próxima vez, pensé que uno de tus hermanitos la había tomado.

- Lo siento Tanjiro.

El sonido de la puerta abriéndose llegó a sus oídos y la voz de Senjuro atrajo la atención de los tres niños.

- Aniue, Giyuu-san, estoy en casa.

- Buenos días, ¡perdón por la intrusión señores pilares! - exclamaron voces desconocidas.

Haruki había hecho un gesto a Iguro de que quería bajar para ir con Senjuro, ya estaba en el suelo pero en cuanto escuchó las voces extrañas y vio el uniforme de los cazadores mostró cara de susto y corrió a esconderse detrás de Obanai que desenvainó su espada para proporcionarle una sensación de seguridad . Tanjiro observo eso con preocupación, el uso de espadas pudo haber llamado la atención del cachorro pero el miedo que había desarrollado a los que no eran pilares no le iba a permitir ser un cazador de demonios fácilmente.

- ¡Buenos días! ¿Quiénes son estos chicos, Senjuro?

- Son mis compañeros de la última misión, Aniue, la finca mariposa está de camino así que les dije que podían pasar un rato aquí.

- Oh, así que es eso, en ese caso es un placer conocerlos.

Los chicos sonrieron nerviosos, habían aceptado la invitación porque sabían lo cálido y amigable que era el pilar de la llama y no pensaban que estar junto al tranquilo pilar del agua les causaría mucho conflicto, pero de ninguna manera esperaban que el agresivo pilar de viento y el malhumorado pilar serpiente estuvieran en el lugar.

Sentían sus miradas terroríficas sobre ellos, ya se querían ir.

Una chica del grupo de pelo negro y ojos marrones claros se asomó y echó un vistazo a Haruki encontrándolo extremadamente mono, había oído los rumores y estaba sorprendida por la aparición del supuesto segundo medio demonio, los demás intentaron detenerla pero ella se había acercado agachada frente al pilar serpiente para poder hablar con el niño.

- Hola pequeño, eres extremadamente adorable. ¿Cómo te llamas?

"Esta mocosa tiene agallas" se dijo Iguro molesto, sintiendo como Haruki se escondía detrás de sus piernas.

- Debes entender Mia, una situación difícil le ocurrió recientemente. - Explico Senjuro con tristeza.

- Ah, ya veo. Es una pena - se levantó ignorando las señales agresivas de Iguro y se acercó a Tomioka.

- Disculpe el atrevimiento con su hijo, pilar de agua.

- No es nada, no te disculpes. - replicó Giyuu con calma.

Uno de los chicos se aclaró la garganta, llamando la atención de los presentes.

- Senjuro, nos encantaría quedarnos, pero me temo que Yoshio tiene heridas graves que la pilar insecto debería revisar ahora mismo.

- Eso no es ver... ¡AUCH! - Uno de sus compañeros le había dado un tremendo pisotón en el pie al que habló.

- ¿Ves a lo que me refiero?

- Oh, entiendo, tengan cuidado - dijo Senjuro a modo de despedida.

Los chicos hicieron una reverencia agradeciendo la atención de los pilares y antes de marcharse la chica sonrió a Senjuro, agitando la mano a modo de despedida. El chico rubio le respondió cariñosamente y eso hizo que Kyojuro refunfuñara ligeramente, mientras que Tomioka parecía divertido.

- ¿Celoso?

- ¿Yo? ¿Celoso de ella? Por favor Giyuu, no tengo motivos, seguro que es una buena compañera cazadora.

- Bueno, Senjuro es un beta atractivo y la chica también parece serlo, también coincide con el tipo de ustedes los Rengoku.

- No tenemos un tipo. - Dijo Kyojuro al ver que Senjuro se les acercaba alegremente.

Todas las miradas se volvieron hacia él con expresiones de no creerse nada, incluso sus hijos pusieron la misma cara por el simple hecho de imitar a los adultos haciendo que Kyojuro analizara las características de su madre, Tomioka y la chica.

"Oh Dios mío, la familia Rengoku si tiene un tipo específico" pensó, finalmente dándose cuenta de lo obvio, Tomioka suspiró incrédulo de lo adorablemente idiota que podía ser el pilar de la llama. (Aunque aceptémoslo, él es igual)

- Bueno, dejando eso a un lado, ¡es hora de desayunar! - anunció Rengoku.

- Sí, ¡ya era hora! - exclamó Tsutako uniéndose a la emoción.

- ¿Desayunar aquí con ustedes? - preguntó Obanai, sintiéndose de nuevo como un intruso al igual que la noche anterior.

- ¿Por qué no?

- Creo que ya hemos abusado bastante de tu hospitalidad.

- ¡Tonterías! Comerán con nosotros, ¡fin de la discusión!

El pilar de viento ni siquiera trato de intervenir, Tyojuro y Haruki habían abandonado con quien estaban y estaban alrededor de Sanemi jugando entre ellos mientras él seguía cargando a Ryu quien jugaba con su cabello.

"... Mierda ... son ... ¡demasiado lindos!"

Tanjiro se encargó de distraer a los cuatro niños mientras Rengoku, Senjuro y Obanai preparaban la comida para los demás, Tomioka preparó una papilla para los dos bebés, y a petición de Tsutako, Sanemi preparó unos ohagis, al principio se negó pero Tsutako se apresuró a traerle todo lo que necesitaba y le rogó con su arma visual no tan secreta.

Todo estaba listo y una vez que comenzaron a comer coincidieron en que todo estaba delicioso, Tsutako y Tomioka dieron de comer a Ryu y Tyojuro respectivamente, el primero insistía en tomar la cuchara y tratar de comer con ella por su cuenta al igual que Haruki, sin entender como era posible que no pudiera hacerlo, mientras su hermano rubio lo miraba divertido, abriendo la boca cada vez que Giyuu acercaba la cuchara.

"Esto es diferente de lo que esperaba. ¿Así son todas sus mañanas?". Se preguntaba Sanemi al ver como Tsutako acercaba su mano al ohagi, aprovechando que Tomioka estaba distraído con Tyojuro mientras Senjuro, Tanjiro y Kyojuro estaban en la esquina charlando animadamente. Obanai miraba todo el cuadro mientras comía, imaginando si así de cálida sería una familia con Mitsuri, visualizándolos a ellos en lugar de a Rengoku y Tomioka.

- Gracias por venir y quedarse a desayunar.

Sanemi y Obanai ya estaban fuera de la casa después de despedirse. Su visita duró más de lo esperado porque pasaron tiempo con todos, la mañana había pasado y la tarde había llegado pero aún quedaba un asunto pendiente y los tres lo sabían.

- Le contaré a Oyakata-sama lo que nos dijo Akaza y veremos que procede.

- También tenemos que proteger a Kanroji, ella es fuerte pero también es una omega. Ninguno de los dos debe pasar por semejante tortura.

Ambos esperaban una respuesta de Rengoku pero no estaba seguro de cómo abordar el tema con Giyuu.

- Kyojuro -empezó Obanai-, debes decírselo a Tomioka.

- Lo sé pero es un tema muy delicado, no sé si es lo mejor hacérselo saber. Además no sucederá, no lo permitiremos.

- Obviamente no, pero recuerda el festival, Rengoku. La situación se nos fue de las manos, por horrible que suene ahora tenemos una ligera idea de lo que podría pasar si Muzan se entera de todo esto y Tomioka debe estar al tanto para proteger a Tsutako y Haruki.

- ¿Pero qué pasa con él? En el peor de los casos si... si... M-Mu-Muzan - no pudo terminar la frase sin recordar aquella terrible pesadilla que tuvo y Sanemi le ayudó.

- Si Muzan se lleva a Giyuu, dejándolo embarazado y asesinando a sus cachorros varias veces como castigo, lo peor que le podría pasar en medio de ese infierno sería perder a todos sus hijos.

- Si es consciente de la situación puede hacer mucho más por ellos que nosotros, recuerda que él tiene un instinto que nosotros no, Tomioka es capaz de detectar el peligro para sus cachorros más rápidamente e idear medios de supervivencia para ellos, además de cubrir su olor de otros alfas. - terminó Iguro.

Sabía que tenían razón, pero no quería comunicarle a Giyuu la horrible posibilidad, infinitamente remota, pero posibilidad al fin y al cabo. Tragó pesado y asintió con angustia, los demás se fueron y Rengoku respiró un poco de aire fresco de primera hora de la tarde antes de buscar a Tomioka.


- ¿Un regalo? - preguntó Haruki curioso ante el objeto que le mostraba su hermana.

- Sí, ¡me lo regaló Tanjiro cuando era un poco mayor que tú! - exclamó Tsutako agitando el cascabel en forma de copo de nieve.

Los niños estaban en el jardín con Giyuu y sus pupilas se agrandaron encantados con la forma y el sonido del objeto.

- Eso es un cascabel , tiene un hueco dentro y una pequeña esfera que choca y hace ese sonido. - les explicó la de cabello negro antes de que empezaran a preguntar como pajarillos que aún no han comido.

- ¡Ohhhhh! - Dijeron los tres cautivados por el sonido.

- El otro día acompañé a Suma-san por algo que quería conseguir para Uzui-san y encontré muchas campanas hermosas diferentes y se me ocurrió una extra - se le trabó la lengua y volvió a intentarlo. - ¡extravagante idea!

"Una mañana con Uzui y sus esposas y ya empieza a adquirir sus extraños hábitos" pensó Tomioka, desenredando el pelo de Ryu con los dedos.

Tsutako metió la mano en una pequeña bolsa que llevaba y sacó tres cascabeles con diferentes colores y diseños, atados al círculo de metal que normalmente se utilizaba para colgarlos había una fina cuerda. Una tenía un diseño de una llama de fuego azul, otra un pequeño sol dorado y otra una pequeña estrella fugaz. Los niños se miraron entusiasmados y Tomioka sintió curiosidad por ver qué pensaba hacer su hija con ellos. La niña se acercó a Ryu y le colgó con cuidado la campana azul de fuego del cuello, a Tyojuro le puso la del sol y ella ocupó la estrella fugaz. Haruki estaba confundido por ser el único sin algo, pero Tsutako sacó otra cuerda y la ató a la campana de copo de nieve y procedió a colgársela del cuello.

- ¡Listo! Ahora todos tenemos una. - sonrió alegremente.

Los bebés no paraban de agitar los objetos mientras el pequeño de pelo rosa cogía el copo de nieve y lo apretaba en su manita, feliz de tener algo de su querida hermana con él en vez de algo nuevo.

Kyojuro preguntó a Senjuro, que se encargaba de recoger y limpiar junto con Tanjiro, si había visto a Giyuu, ellos señalaron hacia el jardín y se miraron preocupados por la apariencia de Rengoku. Llegó al jardín y los cuatro pequeños corrieron a su encuentro (dos de ellos gateaban) mostrándole lo que habían hecho. Kyojuro sonrió con ternura y admiró cada uno de los cascabeles que llevaban en el cuello, eran pequeños libres de preocupaciones e ignorantes de los peligros del mundo.

- Vayan a enseñarle esto a Senjuro y Tanjiro, tengo que hablar de algo importante con su madre.

Se apresuraron a salir haciendo una pausa sólo para cargar a Tyojuro y darle un empujón a Ryu para que pudieran entrar en la casa.

- ¿Me contarás lo que pasó ayer y por qué te sentías tan mal?

- Sí, ojalá no fuera necesario, pero lo es.

- No pasa nada.

Se armó de valor y lo explicó todo intentando ser claro para no tener que escuchar la atrocidad dos veces. Tomioka se quedó en silencio, analizando todo lo que había dicho.

- Ya lo sabía.

- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué no nos dijiste nada? - cuestionó el rubio completamente indignado.

- Fue justo cuando Akaza acabó con mi celo aquel día en el festival. - declaró.

Kyojuro se arrepintió de haberle exigido respuestas e intentó disculparse, pero Giyuu se negó, pidiéndole que le dejara terminar.

- Una vez que fui más consciente, me explicó que lo hizo porque yo era su omega y su propiedad, que bien podría haberse limitado a buscarme únicamente cuando tuviera el celo para que no estuvieras presente en ese aspecto, pero que no valía el riesgo ya que Muzan tarde o temprano descubriría la verdad y haría algo parecido a lo que te ha contado. Argumentó que quedarse conmigo desde el comienzo era lo más seguro para mí y para los niños... Yo tenía miedo de que lo que decía fuera cierto pero después me di cuenta de que mientras Muzan exista, será el mismo peligro en todas partes, y si es así, prefiero mil veces quedarme con mi familia que separarme de ustedes y sufrir lo mismo.

Hizo una larga pausa y su rostro mostró un poco más de sus emociones.

- Tengo miedo desde aquel día Kyojuro, no lo voy a negar. Quiero que Muzan no sea más que un recuerdo en este mundo pero la realidad aún no es esa, no quería angustiaros a todos y no creí que fuera necesario... lo siento,

- Yo también lo siento, tú has llevado esto mucho más tiempo que yo, yo también desearía que esta posibilidad no existiera en absoluto.

- Lo sé.

Ambos se sintieron mejor después de eso y las voces de los niños gritando por ellos mezcladas con las risas de Tanjiro y Senjuro disiparon la tensión.

- Bueno realmente no podemos hacer nada, solo estar preparados para cualquier cosa y siempre hacer lo mejor para salvar a la gente. - Dijo Kyojuro, escuchando a Tanjiro gritar de emoción cuando Ryu dijo su nombre. 

- Derrotaremos a Muzan, es sólo cuestión de tiempo. Nezuko y Tanjiro son parte de la respuesta, algo me dice eso. - agregó Tomioka.

- Probablemente.

Ambos se dirigieron a donde estaba su familia para despedirse de Tanjiro que se quejaba a los gritos de su cuervo que anunciaba otra misión para Kamado.


Un par de meses después

- Aniue ¿no es demasiado? - preguntó Senjuro con una pequeña gota de sudor.

- En absoluto, ¡esto es muy sencillo!

Kyojuro estaba haciendo flexiones, sólo llevaba puesta su hakama, sus músculos estaban tensos, acentuándose cada vez que se encorvaba, y su piel estaba perlada de sudor. Senjuro estaba sentado con los cuatro niños en la espalda del pilar de llamas, técnicamente solo el chico debería estar allí pero Tsutako llegó queriendo ayudar a su padre sirviendo de peso, minutos después Haruki y Ryu decidieron unirse al curioso juego tipo balancín, Tyojuro apareció analizando la situación y no quiso quedarse fuera de... lo que sea que estuvieran haciendo, así que se subió con dificultad a la espalda del rubio.

- Mamá, mamá, ¡mira qué fuerte está papá! - exclamó Haruki viendo pasar a Tomioka.

- Ya sé que lo es. - replicó Giyuu; al fin y al cabo, no en vano estaba considerado uno de los tres pilares más fuertes de los nueve que habían sido antes.

- ¿Eres igual de fuerte? - preguntó Ryu emocionado.

- Tu madre tiene otras habilidades además de su fuerza -dijo Kyojuro como pudo sonriendo ante la pregunta.

Dejó de intentarlo y Senjuro bajó a los pequeños uno a uno excepto a Tsutako que pudo bajarse sola.

- ¿Podemos ver? Por favor.

Giyuu estaba algo avergonzado pero los ojitos suplicantes estaban logrando su objetivo, el colmo fue la carita de Tyojuro que mostró un pequeño puchero.

"No es justo, es igual que Kyojuro" se dijo mientras accedía, colocándose en un lugar un poco más abierto, los pequeños le siguieron y se asombraron cuando tocó el suelo, abriendo las piernas completamente horizontales sin mucho esfuerzo.

- Woow, ¡increíble! - exclamó Ryu con admiración-.

- Sí, Giyuu es muy flexible, mucho más que yo. - admitió Rengoku.

- A ver, ¡a ver! - pidió Tsutako.

Rengoku se puso a su lado y descendió todo lo que pudo de la misma forma que Giyuu, pero sin poder llegar al mismo punto que el de pelo negro. Tomioka le observaba, examinando su nivel de flexibilidad cuando captó la mirada de Kyojuro, el rubio se mordió ligeramente el labio y le guiñó un ojo, Tomioka aún tenía las piernas extendidas y se sonrojó, levantándose rápidamente, y huyendo del lugar.

"Si los demás supieran que no eres tan inocente como aparentas, al menos conmigo" pensó el pilar de cabello oscuro, tratando de bajar el rubor de sus mejillas.

Hasta ese momento no se había dado cuenta de lo mucho que había echado de menos ver aquellos dos ojos dorados y rojos que brillaban como el oro líquido. Senjuro había ido a buscar una toalla para su hermano y había visto cómo Tomioka escapaba avergonzado, pero en aquel momento tenían problemas mayores de los que preocuparse que las travesuras de Kyojuro.

- Aniue, es padre y quiere hablar contigo, está fuera.

Rengoku dejó caer la sonrisa de su rostro por un momento, negó con la cabeza, poniéndose de pie mientras tomaba la toalla que su hermanito le ofrecía, y una vez que se puso una camisa, se dirigió a la puerta exterior. Shinjuro parecía serio y aparentemente tranquilo, pero Kyojuro sabía que estaba enfadado y eso no le gustaba.

- Creí que recordarías los términos de nuestro acuerdo, padre. - empezó mientras se cruzaba de brazos.

- Nunca estuve de acuerdo contigo Kyojuro, vine por Senjuro, este berrinche tuyo ya ha durado demasiado.

- No es una rabieta priorizar el bienestar de los que me importan.

- ¿Y por eso dejas que tu hermano viva con los engendros de un demonio?

Kyojuro estaba irritado con la actitud de su padre, sobre todo porque le había dicho claramente cómo debían ser las cosas si alguna vez aparecía por allí, no quería causarle molestias a Giyuu.

- No metas a mis hijos en esto - no era su intención desafiar a su padre, pero su aroma aumentó defensivamente.

- No son tus hijos, Kyojuro, pero no he venido a discutir eso - el aroma de Shinjuro se activó en respuesta al de su hijo mayor.

- Tsutako-chan es una de las chicas más increíbles que conozco, todo el mundo dice que su actitud es muy parecida a la mía y Haruki-kun es un niño excesivamente amable además de creativo. Ahora dime ¿por qué los odias sin siquiera conocerlos?

- No necesito conocerlos, son medio demonios, bestias como ellos se supone que ni siquiera existen, se han dedicado a asesinar gente durante siglos sin piedad, solo aquellos con un talento excepcional pueden hacer algo al respecto y el hecho de que estés protegiendo a esos niños es ridículo.

- ¿Bestias? ¿asesinatos durante siglos? ¿ridículo? Padre, son sólo niños, no son demonios, ¡no han hecho nada de eso!

- Está en sus genes Kyojuro, tú has visto las atrocidades de las que son capaces esos monstruos, eres un pilar, ¡no puedes negarlo! ¡Lo peor es que vienen del mismo demonio que estuvo a punto de asesinarte!

- Pero debes entenderlo, ¡ellos no son Akaza! Fuera de su sangre no tienen nada que ver con él, ¡son seres humanos sin una sola gota de células de Muzan en ellos!

- ¿¡No puedes entender lo duro que es para mí saber que proteges a los descendientes de quien estuvo a punto de arrebatarme a mi hijo mayor!?

Ambos respiraban agitados, Kyojuro consideró que hubiera sido mejor aceptar la propuesta de no discutir eso en ese lugar.

- Dile a Senjuro que venga, debemos irnos a casa.

- ¿Dejarás de beber e intentarás mejorar tu actitud?

Al no oír respuesta, su enfado cambió a preocupación, realmente se preocupaba por su salud y le dolía verle así, sumido en la depresión.

- Por favor padre, es lo único que te he pedido... Sólo quiero que tanto tú como Senjuro estén bien y sean felices. A mi madre no le hubiera gustado verte así, no eres el mismo hombre del que una vez se enamoró.

La mención de Ruka perturbó a Shinjuro que apretó los dientes con rabia, estaba a punto de soltar todo tipo de palabras cuando varias cabezas espiando le distrajeron. Cabezas negras, rosas y amarillas estaban en el umbral de la puerta mirándose unas a otras con curiosidad.

"Los dos primeros son los híbridos del pilar de agua pero los otros dos... no es posible"

Shinjuro no podía creer lo que veían sus ojos, realmente tenía dos nietos humanos. Kyojuro sospechó la razón de su nuevo silencio, gruñó suavemente, dándole a entender que no toleraría ningún gesto agresivo en su territorio, e hizo un gesto a los niños para que se acercaran.

- Padre ellos son mis hijos, Tsutako, Ryu, Haruki y Tyojuro.

- Se parece mucho a ti - comentó Haruki volviéndose hacia su hermano.

- No es verdad, mamá dice que soy igual que papá. - se defendió Tyojuro.

- Debe de ser el padre de papá. - Aclaró Tsutako pensativa.

- Uzui nii-san dice que soy igual que mamá pero más genial. - mencionó Ryu.

- Creo que todos ustedes son adorables. - Dijo Tsutako alegremente.

- Tsutako nee-san es la más linda de todos nosotros. - proclamó alegremente Tyojuro.

- Tsutako nee-san es la única niña. - señaló Haruki divertido.

Shinjuro estaba algo confuso por la charla espontánea que mantenían los niños entre sí. No había tenido que escuchar tanto ruido en muchos años.... desde que Kyojuro era un niño por lo menos.

Se giró para ver a su hijo que observaba a los pequeños con mucho amor en los ojos mientras una cálida sonrisa le acompañaba.

"¿En qué momento creció tanto? Si no me equivoco, tiene casi veintidós años y ya es padre", se dijo a sí mismo.

Había conseguido entrar en los pilares con poco más de veinte años. Por su mente pasaron recuerdos de Kyojuro cuando acababa de nacer y balbuceaba feliz en brazos de su mujer, jugando con sus juguetes a los cuatro años, llevando a Senjuro a la espalda riendo a los quince, y muchos más.

"La vida me ha dejado atrás, y él ha sabido levantarse dentro de este mundo cruel"

La chica frente a él guardó silencio, olfateó las emociones del desconocido y con decisión se acercó a él.

Kyojuro estuvo a punto de detener a Tsutako que fue la primera en romper la distancia y acercarse a su padre pero decidió contenerse y ver que pasaba. Shinjuro reflejó una momentánea mueca de disgusto cuando la vio acercarse a él, pero una inocente sonrisa por parte de ella fue suficiente para bajar la guardia.

- Me llamo Tsutako Rengoku o Tsutako Tomioka, ¡me gustan los dos! Mi padre se parece mucho a ti, así que tú debes de ser nuestro abuelo, ¿no?

Un pequeño susurro de los niños preguntando por qué Tomioka obligó al pilar de llamas a contener una carcajada. Tsutako había recibido su nombre mucho antes de que Giyuu y él se convirtieran en alfa y omega, así que aún recordaba su apellido anterior, mientras que los pequeños lo ignoraban.

Shinjuro miró a la chica de arriba abajo sin ver nada extraño a primera vista, según él nunca había visto realmente al pilar de agua para poder decir que el parecido era suyo y la chica se parecía un poco a Ruka al mirarla de cerca.

- Antes que nada, sabes que no eres su verdadera hija, ¿verdad? - replicó Shinjuro con desdén.

- ¡Padre! - regañó Kyojuro molesto.

Tsutako no se inmutó, al contrario, pasaron unos segundos antes de cerrar los ojos y responder con expresión alegre.

- Lo sé, pero te equivocas, él es mi papá.

La respuesta desordenó aún más los pensamientos del ex pilar y la niña continuó.

- Shinobu nee-san nos dijo que ni Haruki ni yo tenemos ningún tipo de vínculo sanguíneo más que con mi madre. Pero los lazos no se hacen sólo de sangre, sino también de sentimientos y experiencias, al menos eso dice mamá. Papá nos quiere y nosotros a él, con eso me basta. - explicó girándose para ver a Kyojuro, que se sintió emocionado y conmovido por su respuesta.

Shinjuro escuchó atentamente y vislumbró a Senjuro en la distancia esperando el resultado de la visita.

"¿Me tiene miedo o por qué no se acerca?"

Sintió una pequeña semilla de culpabilidad por eso pero aún no era suficiente para un cambio significativo, Kyojuro cambió a una expresión más seria al ver a su padre levantar la mano e inmediatamente se relajó cuando le dio un golpecito a Tsutako en la frente, sin intención de herirla.

- Realmente eres igual que Kyojuro mocosa.

Sus palabras la hicieron extremadamente feliz y los demás se acercaron ignorando las advertencias de Kyojuro buscando recibir también un cumplido.

- ¡Dicen que me parezco mucho a los dos!

- ¡También me parezco a papá!

- ¡Me dicen que mi personalidad es como la de mamá!

Shinjuro mostró una pequeña curva en la boca, la primera vez que algo parecido a una sonrisa aparecía en su rostro en años. Dirigió su mirada a Kyojuro, que estaba satisfecho de cómo iba todo.

- ¿Senjuro está contento aquí?

- Creo que no le había visto tan feliz en muchos años.

- Está bien, creo que puede quedarse un poco más. Pero al final tiene que volver a casa. ¿Está de acuerdo?

- Si está de acuerdo así será padre, ha crecido mucho y cada vez debe tomar más decisiones por sí mismo.

Su padre suspiró pesadamente mientras los niños seguían hablando entre ellos sobre quién se parecía a quién.

- Sigo sin aceptar el hecho de que pertenezcan al mismo lugar que nosotros - dijo, cuidándose mucho de que los pequeños no entendieran a quién se refería. - Pero les debo muchas disculpas a ustedes dos.

- Varias, espero una por cada objeto lanzado. - bromeó Kyojuro.

Hablaron un rato más, calmando las aguas hasta que el antiguo pilar se marchó. Rengoku arreó a sus hijos de vuelta a la casa, pero apenas había cruzado la puerta del jardín cuando vio a Tomioka apoyado en la pared.

- Giyuu, ¿estuviste ahí todo el tiempo?

- Necesitaba aclararme después de tus insinuaciones de hace un rato.

Caminaron un momento hasta sentarse bajo la sombra de uno de los árboles del jardín. Rengoku con las piernas cruzadas y Tomioka abrazado a sus rodillas.

- ¿Se han reconciliado?

- No creí que fuera posible pronto, pero parece que estamos empezando a hacerlo. - Respondió cerrando los ojos con alegría en dirección a Tomioka.

- ¿Estabas preocupado?

- Un poco - Dijo el moreno apoyando ligeramente su hombro en el contrario.

- Te adoro, ¿lo sabes?

- Me lo dices a menudo.

- ¿Qué te digo a menudo?

- Que te gusta mi pelo, mi sonrisa... que te gusta que sea a-amable... que... que te gustan mis... Ah... ¡Ojos! Y... y... Kyo-Kyojuro no es el momento....

El pobre pilar de agua estaba perdiendo las ideas de lo que quería decir porque el rubio había comenzado a besar la comisura derecha de su boca y luego continuó con su mejilla, mordiendo suavemente su oreja y ahora estaba depositando húmedos besos en su cuello, descendiendo lenta pero constantemente hasta su clavícula. No es que no quisiera, le encantaba recibir ese tipo de trato de su parte pero estaban a la vista de todos y le preocupaba que los niños los vieran, hizo un pequeño ruido de sorpresa cuando Rengoku lo derribó con cuidado sobre la hierba y continuó con su trabajo.

- ¿Qué decías?

- Espera no deberíamos.

- No te preocupes, realmente no haré nada esta vez, sólo quiero mimarte un poco.

Tomioka refunfuñó contra su racionalidad y sus deseos mientras el rojo bañaba su rostro.

- Sólo un poco más. - susurró, incapaz de creer que estuviera cediendo así.

- Excelente.

- Senjuro, ¿dónde están papá y mamá? - preguntó Tsutako mientras comían un postre que el chico les había preparado.

Senjuro dirigió su nerviosa mirada hacia una de las ventanas a la que afortunadamente los niños no llegaron a asomarse.

- Están en un entrenamiento especial Tsutako-chan, vendrán en unos minutos.

- ¿Puedo aprenderlo?

- ¡DE NINGUNA MANERA!

Se dio cuenta del tono con que lo había dicho y de las miradas curiosas que le dirigían.

- Algún día entrenarás así con alguien especial, pero aún eres muy joven.

"Debo proteger a mi Tsutako-chan de los peligros que la acechan por ser tan mona" se dijo Senjuro, dispuesto a blandir su espada contra cualquier chico o subgénero que se acercara a su sobrinita con otras intenciones.

La pequeña quería mucho a Senjuro pero esa respuesta no la dejó para nada satisfecha.

- Voy a buscarlos para que me digan de qué se trata.

- ¡No, nononono! - dijo el chico, cogiendo a la niña de la mano y llevándosela rápidamente.

- ¿Por qué no? Están entrenando así que no hay problema ya los he visto antes.

"Confía en mí, así no Tsutako-chan" pensó nervioso mientras discretamente se volvía hacia la ventana.

- Senjurooooo, ¡quiero ir!

- NOoOoooOo - Arrastró la palabra sonrojándose porque aún no habían terminado.

- ¡Yo también quiero aprender entrenamiento especial! - Declaró Ryu decidido con caramelos por toda la cara.

- ¿Q-Qué? - Dijo Senjuro y por desgracia vio como los niños le seguían como fichas de dominó.

- Yo también - exclamó Haruki.

- Yo también, vamos con mamá y papá, se quedaron fuera. - Tyojuro dijo.

"¡Aniue!" Senjuro grito internamente cuando los niños lo eludieron gracias a que llevaba a Tsutako, comenzó a correr tras ellos nervioso por lo que verían. Senjuro volvía a respirar con normalidad cuando se dio cuenta que los adultos habían terminado apenas un minuto antes de ser vistos y estaban de pie, Rengoku de excelente humor y Tomioka abotonándose rápidamente el cuello de su uniforme nervioso.

Los niños llegaron a su lado gritando que no era justo que entrenaran sin que ellos pudieran verlos, Giyuu comprendió la situación de inmediato y vio su oportunidad de vengarse.

- Su padre me estaba enseñando a realizar la respiración de la llama, con gusto puede enseñarles lo básico.

- ¡Sí! - Dijeron los tres mientras Tsutako, al oír de qué se trataba, decidió sentarse a la sombra del mismo árbol donde estaban ahora para ver.

Kyojuro siguió con la mentira sabiendo que había estado a punto de arruinarlo, pero no se arrepentía en absoluto. Comenzó la lección con la disposición que le caracterizaba, Giyuu estaba a punto de ir a dar de comer a sus peces y descansar un momento cuando llegó el cuervo de Rengoku con un mensaje en la pata, Tomioka acarició el plumaje de su cabeza mientras desplegaba la carta.

¡Hola Tomioka-san, Rengoku-san!

¿Cómo están todos? Shinazugawa-san habló de algo importante con Oyakata-sama y el maestro nos pidió a todos que nos reuniéramos, va a ser nuestra primera reunión de pilares sin Uzui, ¿no es triste? De todos modos, Amane-sama me pidió que te dijera que trajeras a Haruki a la reunión, ella está al tanto de su habilidad de sangre para curar y quiere intentar si es posible curar a Oyakata-sama. Creo que es una gran idea, ¡el increíble talento de nuestro pequeño gatito rosa no debería desperdiciarse! Cambiando de tema otra vez, Ryu y Tyojuro están creciendo muy rápido, me enteré que ya pueden comer cosas más sólidas así que les llevaré un par de golosinas que prepararé yo misma con mucho cariño.

La que les adora a los siete con todo su corazón, Kanroji Mitsuri

"Supongo que Mitsuri tiene razón, el don de Haruki es algo sumamente especial y le gusta curar a los demás, tal vez sería aún mejor si se interesara por ser médico como Shinobu en lugar de cazador"

Los tres niños repitieron las posturas correctas para sostener una katana con ramas que el pilar de llamas había conseguido para la ocasión, aún eran muy pequeños para siquiera intentar hacer algo con una espada de madera así que eso era perfecto para ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top