Sombras en la luz
La oscuridad rodeaba el campo donde llevaba más de cinco horas y empezaba a hartarse de buscar. Muzan-sama se había decepcionado de él, no había conseguido matar a un pilar como le había ordenado por culpa del sol maldito y las palabras del molesto mocoso de los pendientes hanafuda llamándole cobarde resonaban en su cabeza. De pura rabia había destruido la estúpida espada negra del chico, un pequeño recuerdo que le había lanzado en el último momento. Suspiró molesto, era inútil recordar aquello.
- Debo encontrar la maldita flor antes del amanecer - gruñó, volviendo su mirada a cada planta con pétalos que se encontraba en su camino.
Se topó con una simple flor azul, no era la famosa araña lirio azul que debía llevarle a Muzan-sama pero su color le era familiar.
"Los ojos de ese omega son del mismo color". Pensó recordando lo que había hecho esa noche; su intención original no era marcarlo, pero las cosas resultaron... diferentes.
Akaza volvió a suspirar continuando su camino, había dejado que su necesidad alfa de marcar a una pareja, despertada por primera vez en mucho tiempo, tomara el control de la situación. Ahora pagaba las consecuencias y estaba ligado a aquel cazador.
A veces le venían escalofríos con sentimientos que no eran suyos: ¿miedo, estrés, felicidad, vergüenza? No tenía ni idea, pero esa última sensación había sido la más reciente.
"Deja de divagar y presta atención al maldito trabajo". Se dijo a sí mismo, lo último que necesitaba era que Muzan-sama lo destruyera por dentro como cuando fue a informar de lo sucedido con el pilar de llamas.
Rengoku no podía estar más contento, Giyuu había salido a una misión y le había pedido que cuidara de Tsutako durante un par de días. Estaban en uno de los pasillos exteriores viendo como Senjuro practicaba motivado, Tsutako estaba sentada en las piernas de Kyojuro y no hacía más que emitir sonidos de sorpresa ante las posturas que el rubio más joven practicaba.
A Kyojuro le encantaba que fuera tan expresiva, dirigía miradas divertidas a su hermanito que sonreía tímidamente ante tal muestra de asombro, después de todo Senjuro no se consideraba muy bueno.
- Aniue, no deberías dejar que Tsutako-chan coma eso, Tomioka-san no estaría de acuerdo - le regañó Senjuro.
Se habían tomado un descanso y estaban en la cocina para que Senjuro preparara algo de comer, el chico solo se descuido cinco minutos y cuando volteo a verlos Rengoku seguía cargando a la niña pero esta lamía con entusiasmo una galleta que antes no estaba en su boca.
Kyojuro tenía pequeñas gotas de sudor en la sien, sabía perfectamente que Senjurou tenía razón pero Tsutako le había tirado de un mechón de pelo señalando una caja con dulces. Nunca debió mirarla a los ojos, sus ojitos tenían un brillo suplicante y cuando parpadeó con aquellas pestañas suyas, Rengoku sintió claramente como una flecha se clavaba en él.
"Necesito saber cómo es posible que Tomioka se resista a este tipo de tácticas". Pensó mientras planeaba cómo excusarse con su hermano pequeño.
- ¡Los ojos de cachorro suplicante son difíciles de ignorar! Ademas tu nunca hiciste eso, este es un nuevo tipo de ataque.
Senjuro se quedo perplejo analizando lo que su hermano acababa de decir y se rio, tapándose la boca con las manos.
Aparentemente las debilidades del temerario pilar de llama eran su hermano pequeño, los ojos azules del pilar de agua (el pilar completo en realidad), la sonrisa de un adolescente de cabello burdeo y ojos carmesí, además del adorable bebé del pilar de agua.
- ¡RENGOKU-SAN! ¡SENJURO-KUN!
Hablando del mencionado, los hermanos reconocieron la voz de inmediato y Tsutako soltó un chillido de completa alegría haciendo gestos de querer juntarse con el recién llegado. Rengoku amaba a Tanjiro y a Nezuko pero no podía evitar sentirse celoso, aún sabiendo que le provocaba algo parecido a la niña según las palabras de Giyuu.
Salieron a su encuentro y no sólo encontraron a Kamado, sino también a Zenitsu e Inosuke. Les saludaron y Kyojuro le pasó a Tsutako al chico Kamado más por obligación que por buena voluntad.
- Tsutako-chan, ¡has crecido mucho! - exclamó Tanjiro admirado mientras la hacía saltar en sus brazos.
- Sigue produciendo ese sonido tan bonito, me alegro mucho - añadió Zenitsu, deleitándose con la melodía que emanaba la pequeña.
- YO SERÉ EL GANADOR EN ESTA OCASIÓN TAMAKO, ¡ME ESCONDERÉ TAN BIEN QUE NUNCA ME ENCONTRARÁS! - gritó Inosuke seguido de una carcajada salvaje.
- ¡Se llama Tsutako-chan, Inosuke! - le riñó Tanjiro mientras la bebé se aferraba a su haori a cuadros babeándolo sin parar.
- Nos gustaría que mantuvieras tus palabras - añadió Zenitsu, ganándose un puñetazo de su amigo.
Kyojuro se alegró de ver a todos allí sanos y salvos tras una misión más; tras el suceso del tren Senjuro y Tanjiro se habían conocido en la finca mariposa y se habían hecho grandes amigos, gracias a Kamado y a las cartas que le enviaba a su hermano menor, el pilar de la llama se sentía aliviado al ver que Senjuro era un poco más feliz que antes.
- ¿Qué les trae por aquí?
- Bueno, no sé si recuerda lo de la danza del dios del fuego - comenzó Tanjiro.
"Oh, es verdad, con todo lo que ha pasado me había olvidado de eso". Rengoku se sintió avergonzado.
Le había dicho a Tanjiro que le entrenaría y aunque no había sido del todo falso ya que durante varias misiones le había estado instruyendo, no se había dedicado a ello como tal.
- Me preguntaba si sería posible revisar esos registros que mencionó antes sobre los pilares anteriores a usted - Terminó de decir Tanjiro mientras arrullaba a Tsutako meciéndola con cuidado.
Rengoku iba a contestar cuando una voz ronca le dijo que los problemas habían llegado.
- ¿Por qué quieres ver eso, si se puede saber?
Se giraron para ver, Shinjuro estaba en la entrada de la puerta, Senjuro se posicionaba lentamente detrás de Kyojuro, esperando lo que se avecinaba.
- Padre, son compañeros cazadores de demonios y han venido aquí para....
- No me interesa saber por qué están aquí - Interrumpió Shinjuro - Tuviste suerte Kyojuro, pero te convertiste en espadachín a pesar de no tener un gran talento. La suerte te ha mantenido vivo hasta ahora, morirás si sigues por el camino del cazador de demonios. No sería sorpresa si murieras de volverte a encontrar con un demonio de luna superior.
Zenitsu podía escuchar claramente como Tanjiro se enfurecía con cada palabra, él mismo apreciaba a Rengoku-san y no entendía porque su propio padre lo insultaba de esa manera.
- Deja de darle esperanzas a Senjuro, lo estás arrastrando a la muerte al mantenerlo como tu tsuguko, los poderes de las personas se deciden en el momento en que nacen, una pequeña fracción de la gente tiene talento, ¡el resto es sólo basura sin ningún valor! Ninguno de nosotros cambiará las cosas.
Kyojuro no necesitaba ver a Senjuro para saber que las palabras de su padre habían dado en sus esperanzas e ilusiones. Uno de los pensamientos que cruzaron su mente cuando pensó que iba a morir había sido dejar a su hermano solo en el mundo con su padre sumido en la desesperación y el dolor. ¿Qué habría pasado si hubiera muerto de verdad? Estaba a punto de responder cuando la voz de Tanjiro se enfrentó a su padre.
- Es una forma muy cruel de decirlo, por favor, deje de hablar así.
- Fuera de mi casa, no quiero ver... ¿Y de quién es esa niña?
Las reacciones no se hicieron esperar, Tanjiro apretó contra su pecho a Tsutako que se había despertado, Zenitsu e Inosuke se pusieron en guardia a su izquierda, Senjuro con algo de miedo se colocó al lado derecho y Kyojuro giró su cuerpo para mirar a su padre.
- Siento no habértelo dicho padre, es la hija del pilar de agua y se queda con nosotros un tiempo porque Tomioka-san está en una misión.
- Esto no es una maldita guardería, deja que los mocosos se la lleven con ellos - gruñó Shinjuro de mal humor.
- Me temo que eso no será posible, Tomioka-san se preocuparía si llega y no puede encontrarla.
Shinjuro pretendía continuar la discusión pero en ese momento Tanjiro acomodó mejor a la pequeña en sus brazos y los pendientes hanafuda que colgaban de sus orejas, llamaron la atención del antiguo pilar.
- Tú... veo que eres... - señaló a Kamado antes de gritar - ¡Un usuario del aliento solar! ¿verdad?
- ¿Aliento solar? ¿De qué está hablando?
Kyojuro vio a su padre moverse, sabía lo que iba a hacer y su ojo voló hacia Tsutako que seguía sobre el pecho y los brazos de Tanjiro. Su ojo se abrió desesperado, su padre era muy rápido no lo lograría, o eso creía.
El puño de Shinjuro golpeó el hombro de Kyojuro que se había lanzado para apartar a Tanjiro y a la niña.
- ¡Tanjiro, aniue!
Senjuro e Inosuke corrieron a ayudarles y se oyeron varias voces.
- ¿ESTÁ LOCO? ¡Pudo haberla lastimado! - Gritó furioso Zenitsu.
- Hey Monjiro, ¡levántate y lucha! - Exclamó Inosuke.
- Ngh, Rengoku-san, ¿estás bien? - Preguntó Tanjiro, preocupado porque había acabado encima de él.
- No te preocupes por mí chico, ¿está bien Tsutako-chan?
- Sí, no tiene ni un rasguño.
Al oír eso, Kyojuro suspiró aliviado, pero la voz de su padre hacia Tanjiro continuó como si nada.
- Te estás burlando de nosotros, ¿verdad? Eres un usuario de aliento solar, ¡conozco esos pendientes!
- ¿Por qué piensa eso? ¡No tengo ni idea de lo que está diciendo! ¡No me acuse!
- El aliento solar es el aliento original. ¡El aliento divino que fue el primero en ser creado! ¡Y del que derivan los demás alientos! ¡Cualquier otro aliento no es más que una imitación del aliento solar! No sólo son copias descaradas. ¡Sino también versiones inferiores! Llamas, Agua, Viento, ¡Todo!
Se quedaron sin habla ante la revelación. Tanjiro no entendía en absoluto lo que decía, su familia había sido vendedora de carbón durante generaciones, no había ni un solo cazador en su historia, pero se enfureció ante lo que Shinjuro dijo a continuación.
- No te atrevas a engreírte sólo porque he dicho que eres un usuario del aliento solar, mocoso.
¿Lleno de sí mismo? Si la danza del dios del fuego era este aliento solar... si era un aliento tan asombroso, ¿por qué dejó que Rengoku-san estuviera en grave peligro? ¿Por qué no fue capaz de matar a Akaza cuando las fuerzas del pilar estaban al límite?
Tanjiro le pasó la bebé de pelo negro a Senjuro, preparándose para atacar al hombre pero fue detenido por Rengoku, quien se puso de pie y volteó a ver a su padre.
- Es suficiente, no sé el motivo de tu actuar, pero no estoy dispuesto a aceptarlo. Podrías haber herido a la hija del pilar de agua con tu irracionalidad; por favor, déjalos en paz y cálmate.
La voz de Kyojuro era diferente, calmada pero autoritaria. Su rostro no tenía ninguna sonrisa como de costumbre y Tanjiro detectó un aroma intimidante que provenía de él.
"Rengoku-san está liberando feromonas alfa". Se dio cuenta sorprendido, no sabía que los alfas pudieran hacer eso.
Shinjuro se sorprendió al sentir el cambio en el ambiente. Para él aquello era una maldita osadía, Kyojuro era un alfa, pero seguía siendo de menor rango que él, ¿Cómo se atrevía a desafiarlo así estando en su casa y territorio? Sin embargo, su atención quedó en el parche oscuro de su hijo mayor y eso lo disuadió, por lo que pasó de él molesto.
- No quiero un usuario del aliento solar en mi casa - dijo alejándose, probablemente para comprar mas sake.
Todos dejaron escapar un suspiro colectivo, Rengoku se acercó a Tsutako que se había aferrado a Senjuro con miedo y tomándola suavemente, le dio un beso en la parte superior de la cabeza, relajándola al instante.
- Disculpa la escena. - pidió Senjuro con tristeza.
Kyojuro estaba ocupado arreglando el aspecto de la cachorra con su nariz, Tsutako se dejaba hacer, tratando de imitar los ronroneos que hacía su madre cuando hacía lo mismo para ella. El alfa escuchó los comentarios de Tanjiro, quien seguía enojado por lo que pasó y suspiró antes de contestar.
- Se comporta así desde que murió mi madre. Solía ser un padre cariñoso y con mucha pasión en su corazón. - dijo continuando con las caricias que tanto le gustaban a la pequeña.
"Eso del aliento solar debe ser algo muy importante, padre nunca hubiera atacado a alguien sosteniendo a un bebe así". Pensó Kyojurou, pero aunque así fuera, no había excusa para lo que había hecho.
Los chicos se sintieron mal pero el ambiente no duró mucho, Senjuro los invitó a pasar y en ese momento el estómago de Inosuke rugió provocando una carcajada en ellos.
La energía volvió pronto con la comida, olvidando lo que había pasado en la entrada momentos atrás.
Habían pasado varios meses, si cuidar de un niño ya era agotador y complicado de por sí, esta niña batió todos los récords conocidos. Para empezar, habría que contar todo lo que sabían de ella hasta el momento. Para tranquilidad de Tomioka, el único efecto del contacto con el sol era el riesgo de sufrir quemaduras más fuertes que la mayoría de la gente.
Shinobu se reía cada vez que recordaba el día en que, antes de que él lo supiera, a Tomioka casi le da un infarto cuando la encontró jugando con Kanroji al aire libre, en el pleno y directo sol. Esto les hizo suponer que posiblemente sólo fuera un 25% demonio, pero los estudios de sangre de Kocho decían lo contrario, era medio demonio sin duda.
"Creíamos que los demonios no podían reproducirse pero Tsutako-chan es la prueba viviente de lo contrario. Mi teoría es que al no tener la sangre de Muzan en ella, sólo tiene características especiales, pero claramente aún es muy pronto para suponer nada".
Ahora, su energía era abundante, es decir... inmensa. Cuando el pilar de agua tenía que ir a una misión, sólo confiaba en unas pocas personas que pudieran manejarla. Para Kyojuro esto no representaba muchos problemas, tenía mucha energía y un hermano que le ayudaba, Mitsuri siempre estaba haciendo todo tipo de cosas con ella y era la única que milagrosamente había visto dormir a la niña a su cuidado.
A Obanai no le sorprendía que la mocosa estuviera cansada. Cada vez que visitaba a Kanroji, si Tsutako estaba presente por casualidad, Iguro estaba involucrado en diferentes actividades tanto él como Kaburamaru, no hace falta explicar como acababan agotados y en muchas ocasiones incluso acababan durmiéndose al lado de la pequeña.
En el caso de Shinobu, ella aprovechaba esas ocasiones para enseñarle cosas nuevas y estudiarla, adoraba a la hija de su amigo porque se parecía en algunas cosas a su hermana Kanae. A Tsutako le encantaba estar en compañía del insecto pilar. Cuando Shinobu estaba ocupada, requería de la ayuda de sus chicas de confianza para mantenerla ocupada, pero disfrutaba tanto de su presencia, que solía postergar un poco sus tareas para pasar tiempo con ella, varias veces incluso Kanao se unió a sus actividades para pasar tiempo con su maestra.
Y en los casos en los que no había nadie disponible, Tomioka tenía que desplazarse hasta la casa de Urokodaki-sensei para dejarla a su cuidado, algo que Urokodaki apreciaba mucho porque desde que supo de su existencia, la quería como si fuera uno más de sus niños. Le derretía el corazón que a Tsutako no le gustara separarse de él y llorara cada vez que Giyuu venía a buscarla.
Otra de sus habilidades era un impresionante sentido del olfato, muy similar al de Tanjiro, y esto condujo a otra de sus características: la temprana aparición de un par de colmillos superiores e inferiores (que explicaban su afán por morder y babear todo lo que se cruzaba en su camino). Juntas, estas cosas eran las más problemáticas para el pilar de agua.
Encontraba cualquier cosa que comer por muy escondida que estuviera y la devoraba con la ayuda de sus pequeñas navajas, aquellos dientes preocuparon a los demás pilares en cuanto brotaron pero una vez se comprobó que podía consumir todo tipo de alimentos, el ambiente volvió a relajarse, aunque aquellos caninos le costaron a Tomioka un montón de ropas agujereadas que remendar, tanto las suyas como las de muchos otros.
Por último, estaba la habilidad que todos habían notado en más de una ocasión y que más fascinaba a Shinobu, además de que aún le resultaba imposible de explicar; Tsutako de alguna manera estaba creciendo demasiado rápido o desarrollando sus habilidades motoras y cognitivas con demasiada rapidez.
Definitivamente tampoco aparentaba su edad real ya que fácilmente podía ser confundida con una niña de unos tres años cuando apenas tenía un año y poco más. Actualmente ya sabía hablar y estaba terminando de aprender a caminar, si no supiera la verdad detrás de sus genes, la pilar insecto diría que era una niña superdotada.
- ¡No quiero!
- No me importa, debes ponértelo o cogerás un resfriado.
- Noooo, ¡NO QUIERO!
Tomioka suspiró cansado, el invierno estaba a la vuelta de la esquina y su pequeño "ángelito" se negaba por todos los medios a ponerse ropa más abrigada.
En ese momento llamaron a la puerta, Tomioka fue a abrir pero a juzgar por la reacción de Tsutako al detectar el aroma, ya sabía de quién se trataba.
- ¡Giyuu-san! ¡Nezuko y yo hemos venido a visitarte! - La deslumbrante sonrisa de Kamado le obligó a cerrar los ojos.
- Me alegro, ¿no viene contigo esta vez? - preguntó el pilar de agua, mirando a los lados en busca de un destello amarillo y rojo.
- No, hoy se dedica a entrenar a Senjuro-kun, por eso hemos aprovechado para venir.
- ¡Tanjiro! ¡Nezuko! - La cara de Tsutako se ilumino mientras caminaba torpemente a su encuentro (Bueno solo Tanjiro esta afuera pero ya te das una idea).
- ¡Oh, hola Tsuta...! - Tomioka cortó al chico, poniéndose delante de él, ganándose una mirada frustrada de la niña.
- Mamá, ¿por qué has hecho eso?
- No puedes salir a jugar si no te has puesto la otra ropa - dijo Giyuu con calma.
Tsutako lo fulminó con la mirada, con las mejillas hinchadas y los ojos llenos de lágrimas... estaba a punto de estallar un berrinche. Tomioka palideció y se giró para ver a Tanjiro, que interpretando su mirada de auxilio decidió ayudarle un poco.
- Eh, Tsutako-chan mira, mira... ¡Ta da! - e inmediatamente sacó del bolsillo una campanita con forma de copo de nieve, agitándola delante de ella.
Tsutako dejó de llorar y miró asombrada aquel curioso objeto que emitía un sonido tan simpático.
- Te la daré si te portas bien y haces caso a Tomioka-san.
Tsutako pensó por un momento, una cosa asombrosa, brillante y bonita... era demasiado buena para ignorarla. Se dio la vuelta y buscó las cosas molestas que su madre había intentado ponerle últimamente.
- Gracias, pero no era necesario que se lo dieras, simplemente podías prestárselo.
- No te preocupes Giyuu-san tengo dos, uno para Nezuko y otro por si se pierde.
Alguien jaló a Tomioka del haori y mirando hacia abajo Tsutako le daba un suave gorrito y una bufanda para que se los pusiera.
"Todavía no me puedo creer que ya sea capaz de hablar y andar, no tardará mucho en empezar a correr". pensó Tanjiro incrédulo mientras Tomioka por fin le ponía la ropa sin tener que pelear con ella.
Se sentía mal por no poder pasar tanto tiempo con ellos como él y Nezuko querían. Mucho después de la escena en el ala médica se enteró de lo que había pasado inicialmente por Shinobu-san y se enfadó mucho.
Todavía recordaba las palabras de la pilar insecto "Lo mataré, si pongo mis ojos en ese demonio todos mis venenos juntos no serán suficientes".
Las misiones continuaban una sobre otra debido a la falta de cazadores entrenados pero gracias a las cartas que enviaba a Giyuu-san desde que conocieron a los pilares (y que el otro comenzó a responder lentamente) se mantenía al tanto de todo.
Parecía que había sido ayer cuando Zenitsu, Inosuke, Nezuko y él habían conocido a Tsutako envuelta en los brazos de Tomioka. ¿Cuánto tiempo había pasado desde aquello? Tanjiro sonrió recordando cómo un par de días después de su nacimiento, Rengoku-san no había dejado de hablar de ella en el transcurso de la misión que tenían con él y prácticamente los había arrastrado de vuelta a la finca del agua para conocerla.
Zenitsu se había ganado el coscorrón que Tomioka le dio aquel día cuando empezó a mencionar la belleza que sería de mayor y otras cosas que le daba vergüenza recordar, aunque tenía que admitir que para tener la apariencia de una niña de tres años, ya era bastante bella.
Su cabello negro siempre estaba recogido en una trenza decorada con un sencillo par de moños morados, su flequillo era fino, ligeramente curvado y enmarcaba sus hermosos ojos azules idénticos a los de Tomioka-san pero con mucha más vida en ellos. Lo más hipnótico eran sus pestañas, en vez de ser extrañas o desagradables eran la cereza del pastel; ese color rosa claro le daba un toque especial e inocente. Tomioka-san tendría que mostrar su espada a cientos de miradas cuando Tsutako cumpliera dieciocho años, de eso estaba seguro.
El de pelo negro suspiró en cuanto terminó de prepararla y se apartó de su camino. Tsutako se abalanzó sobre las piernas de Tanjiro, apretándolas con entusiasmo.
- ¡Tanjiro es uno de mis favoritos! - Exclamó Tsutako haciendo que Kamado apretara donde tenía el corazón.
"Tan lindo" Pensó con pequeñas flores flotando a su alrededor.
- Bien, cumpliste el acuerdo. Toma.
La pequeña se había olvidado de lo que hablaba hasta que volvió a ver la campana, apresurándose a cogerla y empezar a agitarla sin parar. Tanjiro le dio unas palmaditas en la cabeza y habló con Tomioka.
- Mañana por la noche hay una especie de celebración en uno de los pueblos de más adelante, estaba pensando que podríamos llevar a Tsutako-chan a dar un paseo - propuso.
Nezuko golpeó la caja desde dentro aprobando la idea.
Fuera de la casa de Shinobu, Mitsuri, Rengoku y Urokodaki, Tsutako no estaba acostumbrada a salir a menudo de la finca de agua ni a estar en medio de tanta gente.
"Podría ser bueno para ella empezar a relacionarse con un ambiente más normal, quizá incluso tener amigas para poder jugar, además de las chicas de Kocho". Tomioka reflexionó.
Le preocupaba que pudiera llegar a ser como él, ya que su vida giraba en torno a los cazadores de demonios, hacía tiempo que había expresado su interés por las espadas al verle entrenar con frecuencia. Aunque era tierno ver cómo fingía que una hierba larga del jardín era una katana mientras la "blandía" sin ningún sentido, Tomioka era consciente (gracias a Shinobu) de las necesidades sociales que necesitaba reducidas en dos frases: Niños de su "edad" y presencia más frecuente de gente.
Tanjiro esperó expectante la respuesta de Giyuu, sabía que se tomaba su tiempo y por suerte podía esperarle mientras jugaba con Tsutako-chan y el cascabel.
- ¿Seríamos los únicos en ir?
- Como tal sí, pero estoy seguro de que Iguro-san invitará a Kanroji-san y probablemente nos encontremos con Rengoku-san y Senjuro-kun.
La mera mención de los hermanos y especialmente del mayor, le provocó una extraña sensación en el estómago.
- Aún tengo que preguntarle a Rengoku-san si puede seguir ayudándome a encontrar algo relacionado con la danza del dios del fuego en los registros que mencionó en el tren, así que espero encontrarlos por la noche -explicó pensativo.
"Tal vez sea lo mejor, ir a su casa no fue muy buena idea". Se dijo recordando todo lo que había pasado la última vez que pisó la residencia Rengoku.
- Ya veo, te acompañaremos. De todas formas Tsutako necesita salir más.
- ¡Excelente, lo pasaremos muy bien!
Pasaron las horas y viendo que se hacía tarde Tomioka les invitó a quedarse hasta el festival. Un poco más tarde Nezuko pudo salir de su caja y lo primero que hizo fue hacerse pequeña, abrazar a Giyuu y correr detrás de Tsutako que empezó a gritar y a huir de ella.
- Siempre me he preguntado cuál podría ser el objetivo del juego que tienen en mente - mencionó el azabache, siguiendo con la mirada los círculos que daban en la habitación.
- Desde que Nezuko se convirtió en demonio parece pensar como una niña pequeña - Explicó Tanjiro -Debe ser agradable tener a alguien más con quien jugar además de Kiyo, Sumi y Naho.
Ambos sonrieron cuando Nezuko alcanzó a Tsutako y los papeles se intercambiaron en una especie de "atrápame si puedes".
Cenaron juntos, con Tanjiro hablando la mayor parte del tiempo, contándole a Giyuu sus misiones, aprendizajes y demás. Tomioka le escuchaba con atención y se sentía orgulloso de Tanjiro, estaba creciendo como cazador de demonios, de eso no había duda y quizá pronto sería tan fuerte como un pilar.
También sus amigos tenían muchas posibilidades de llegar a la cima, el chico jabalí tenía un estilo de respiración interesante y mucha energía, el chico de pelo y haori amarillo era un poco peculiar y molesto pero un buen chico al fin y al cabo, quizás si confiaba más en sus habilidades con su estilo de respiración podría llegar más alto de lo que pensaba.
Tsutako comía muy bien, nunca hacía gestos a nada y al final de cada comida le rogaba a su madre con ojos de cachorrito por algún dulce como postre, pero desafortunadamente a diferencia de cierto rubio y pilar de cabello rosa, Tomioka no caía en esos trucos fácilmente.
- Tanjiro - dijo Tomioka regañándolo al ver como había sucumbido a los encantos de Tsutako e iba a deslizar un dulce junto a ella.
El chico se sobresaltó al verse descubierto y los hermanos Kamado traicionaron a Tomioka uniéndose a las miradas suplicantes de Tsutako.
Giyuu se sentía algo decepcionado por sus acciones pero... ya que el público lo pedía... se levantó en dirección a la cocina y con una llave que tenía colgada en la pared abrió uno de los cajones para sacar una pequeña cesta de melocotones que alguna chica simpática le había regalado el día anterior cuando volvía de una misión, quería saber por qué lo hacía pero oye, la comida es la comida.
Dejó la llave en su lugar, que era el único sitio al que Tsutako no podía llegar, de lo contrario ni siquiera habría nada que compartir.
- Vaya, ¡estos melocotones están deliciosos! - Tanjiro se relamió, disfrutando hasta el último trozo de la fruta.
- Es mejor que darle otras cosas -explicó Giyuu cogiendo una servilleta y limpiando los restos de melocotón que Tsutako tenía por toda la cara.
"Ser un desastre al comer es una habilidad de los Tomioka por lo visto" Tanjiro intentó reprimir una risita ante el pensamiento, pero fracasó totalmente.
En cuanto terminaron la comida, el de pelo negro designó una habitación para los hermanos y se fue a leerle un libro a su hija.
No tenía ni idea de que existieran los cuentos infantiles, así que solía leerle algo diferente cada día, normalmente lo primero que encontrab. Pasaron varias horas, Nezuko los había encontrado y estaba detrás de Tomioka escuchando el cuento mientras trenzaba su largo cabello con los dedos y no fue hasta que Giyuu vio como los ojos de Tsutako (por fin) empezaban a cerrarse involuntariamente que se levantó, y seguido por Nezuko entró en su habitación acostando a Tsutako en su pequeño futón.
Mientras la arropaba, captó la mirada cansada de su pequeña sobre él.
- ¿Qué te pasa?
- ¿Por qué Nezuko no puede jugar conmigo fuera?
Tomioka se giró para ver a Nezuko, que también lo miraba con sus adorables ojos rosados como esperando oír la respuesta.
- Porque el sol le hace daño.
- ¿Por qué?
- Le pasó algo hace mucho tiempo y Tanjiro está intentando arreglarlo para que pueda volver a salir a jugar - La niña asintió ante la mención de su hermano mayor.
- ¿Qué le pasó?
- Un monstruo los atacó y le hizo algo feo a Nezuko.
Tomioka hacía todo lo posible por responder a sus preguntas sin decir nada que pudiera asustarla.
- ¿Por eso puede hacerse grande y pequeña cuando quiere?
- Sí.
- ¿Cuándo vendrá Mitsuri nee-san?
Era menos que antes pero el pilar de agua seguía siendo malo hablando, así que tardó un poco en contestar debido al repentino cambio de conversación.
- Probablemente la veas mañana, pero no te prometo nada.
Tsutako hizo un puchero pero fue pronto eliminado por un bostezo, Giyuu le acercó el pequeño muñeco de madera de gatito que Urokodaki había tallado con cariño para ella.
Nezuko le acarició la cabeza como recordaba haber hecho con su hermanito Rokuta y cuando dejó de hacerlo, ya estaba profundamente dormida. Tomioka le dio un beso en la frente diciéndole un "que duermas bien", se llevó a Nezuko con su hermano que también estaba dormido, le prestó algunas cosas para que se entretuviera y volvió a su habitación para prepararse para dormir ya que mañana sería un día ajetreado, después de todo tenían una reunión de pilares temprano por la mañana y por la tarde irían al festival.
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