Secreto


Tomioka estaba sentado en el futón de su finca, llevaba el pelo suelto y mojado tras darse un largo baño. Su mirada estaba perdida y no parecía importarle que su ropa se estuviera empapando, había recordado todo lo que una vez le enseñaron sobre ser un omega y no tenía sentido esperar algo diferente.

Las posibilidades de estar en cinta eran muy altas teniendo en cuenta todo lo que había pasado. Era un 90% de probabilidad de que un omega quedara esperando si ocurría un enlace de mordida, a la naturaleza le había funcionado ese método para la supervivencia de muchas especies.

Debido a eso, a Tomioka le aterraba pensar en las muchas cosas que podrían pasarle a su cachorro o cachorros, para empezar podrían salir con algún problema por ser medio demonios, los cazadores eran su miedo número dos, y si sobrevivían por casualidad, el mundo los odiaría.

Probablemente era demasiado pronto para hacer suposiciones pero Tomioka ya estaba montando múltiples escenarios, tanto posibles como absurdos, de cómo llevaría el resto de su vida. 

Deshacerse del bebé era una opción pero genuinamente sentía una mezcla de culpa y asco. Lo último porque definitivamente no quería cargar con un posible potencial a monstruo dentro suyo, pero lo segundo lo sentía fuertemente debido a que la pequeña criatura no cargaba con la culpa de su naturaleza a medias.

Pedir ayuda a la organización era un no rotundo, sabía lo que le esperaba si una sola palabra salía de su boca delante de ellos. Huir tampoco era una opción viable, ¿a dónde iría? No había lugar donde no pudieran encontrarle, sólo sería cuestión de tiempo.

Por un momento pensó en Urokodaki pero desechó la idea con dolor, negando suavemente con la cabeza, no debía... no podía ver a su sensei sin hacerle cómplice de su secreto, Giyuu estaba seguro de que respetaría su decisión y sería un enorme apoyo en su situación, pero no iba a ponerle en peligro, no a él.

Suspiró con resignación y fue a cambiarse de ropa. Mientras se ponía el uniforme, llegó su cuervo con una importante noticia que calmó un poco el tormento que sentía dentro de su cabeza y corazón.

- Ya veo. Así que Rengoku sobrevivió a la noche - murmuró Tomioka, luego vio a su cuervo y le asintió para confirmar que había escuchado las buenas noticias.

"Akaza debía de estar volviendo de atacar Rengoku cuando me encontró." Pensó Giyuu, observando a Kanzaburo tomar el vuelo con dificultad.

El pelinegro se vistió el haori y al momento de tomar su espada, tomó una decisión, la más lógica y segura en su opinión.

Tenía seis meses antes de la próxima reunión, el tiempo promedio de un omega para que naciera su cachorro. Si estaba en cinta, fingiría que no había pasado nada y en cuanto pudiera, hablaría en privado con Oyakata-sama para renunciar a los cazadores de demonios sin decirle la verdadera razón.

Si todo iba según lo previsto, podría quedarse en casa y criar a sus pequeños sin miedo a ocultar algo importante, además, por mucho que le doliera pensarlo, Akaza tenía ahora una soga alrededor de su cuello desde el momento en que lo había marcado.

Y Giyuu estaba bastante seguro de que la luna superior volvería para recordarle que no era libre de vivir tranquilo.

Todos se enteraron de lo que había pasado en la última misión de Rengoku, y en cuanto pudieron, fueron a su lado en la finca mariposa a visitarlo, se sentían aliviados, era realmente un milagro que el sol hubiera empezado a salir poco después de que Rengoku hubiera sido atacado de tal modo por la luna superior tres. Según los chicos que se habían encontrado con el pilar de la flama en el tren, el demonio estaba por ejecutar un gran ataque, pero el notar al sol saliendo lo hizo renunciar a sus planes y huir.

El alfa rubio tenía múltiples heridas, varias costillas rotas, y la peor herida de todas le había costado la visión de uno de sus ojos, pero el haberse recuperado del terrible agotamiento físico que conllevó luchar con una luna superior y la maravillosa intervención médica de Shinobu, le aseguró que viviría.

Tanjiro estaba en la cama junto a Rengoku, feliz del ambiente de la habitación: Mitsuri lloraba de alegría al borde de la cama de su amigo, siendo consolada por Obanai, Uzui no hacía más que alabar su valentía y brillante actuación en la batalla, Gyomei daba las gracias a los dioses y le deseaba una pronta recuperación mientras el resto se alegraba de que el rubio siguiera con ellos.

Rengoku sonreía y su optimismo no había disminuido aun después de haber perdido la funcionalidad en uno de sus ojos, su actitud iluminaba la sala.

"Joder, verle así es como mirar directamente al puto sol". Pensó Sanemi mientras entrecerraba un poco los ojos ante la luminosidad del lugar.

En un instante todos callaron al escuchar a Kamado exclamar alegremente.

- ¡Ah, Tomioka-san! Me alegro de verte por aquí.

Tomioka entró en el ala médica y sintió todas las miradas sobre él.

"Tanjiro, eso no era necesario" Pensó nervioso y se quedó en la puerta sin atreverse a acercarse, con el rostro tan inexpresivo como siempre.

Rengoku se sorprendió como sus compañeros, pero su pecho se alegró al ver que, como había pensado, el pilar de agua no era tan indiferente a sus compañeros como creían.

"Parece que su exterior no refleja cómo es realmente su corazón". se dijo Rengoku.

- Ara ara Tomioka-san, ¿has venido a ver cómo estaba Rengoku-san? Quién lo diría... eso es muy inesperado por tu parte - comentó Kocho tratando de llenar el silencio que la presencia del de pelo negro había provocado.

- Sólo quería ver si estaba bien - dijo Giyuu con voz casi imperceptible.

- Muchas gracias Tomioka-san, ¡es muy amable de tu parte! - Exclamó Rengoku sonriendo, Tomioka sintiendose reconfortado al verlo a salvo y prácticamente estable.

Él ya había experimentado lo complicado que era luchar contra Akaza. Ni siquiera le fue posible derrotarlo, en realidad, ni siquiera sabía por qué seguía vivo. La intención del pelirosa era devorarlo, así que no comprendía la razón de que hubiera huido antes de matarlo.

Unas manos fuertes lo tomaron por los hombros y aunque sabía de quién eran, su cuerpo se tensó terriblemente ante el contacto.

- Tomioka, ¡debes unirte a nosotros para celebrar una vez que Rengoku pueda salir de aquí!

Uzui no pareció darse cuenta de la reacción del cuerpo de Tomioka por lo que se sorprendió cuando recibió un fuerte manotazo, sus ojos se fijaron inmediatamente en el pálido rostro que parecía... ¿Asustado?

El silencio volvió a reinar y un gruñido del alfa con cabello blanco alertó a Tomioka de lo que había hecho.

- HEY, MALDITO BASTARDO, ¡DISCÚLPATE AHORA MISMO!

Sanemi estaba furioso y listo para golpear la bonita cara del pilar de agua. Espera, ¡¿acaba de pensar lo que acaba de pensar?! No, imposible y si así fuera, nunca lo aceptaría.

Tomioka se giró a verlo, luego a Uzui y murmuró un "lo siento" mientras huía del lugar. Definitivamente, tenía que agendar una visita con Oyakata-sama lo antes posible o las cosas podrían empeorar aún más.

Sanemi resopló irritado y centró su atención en Rengoku que reflejaba en su rostro cierta preocupación.

"Será mejor que no se preocupe por ese cabeza hueca de Tomioka". Se dijo, todavía gruñendo con enfado.

- ¿Tanjiro? ¿Qué pasa, por qué tienes esa expresión? - La voz de Shinobu hizo que todos vieran al chico a su izquierda que mostraba preocupación.

- Tomioka-san, él... cuando Uzui-san lo tocó, olía a miedo - soltó finalmente el chico con los ojos aún fijos en el lugar donde había estado el pilar de agua.

Su respuesta fue evidentemente inesperada y la confusión junto con el desconcierto no se hicieron esperar.

- Tal vez fue culpa mía - admitió el pilar de sonido -a Tomioka no le gusta la interacción social fue muy espontáneo para él.

- Pero no es excusa para reaccionar de esa manera tan grosera - añadió Obanai.

- Ya te lo dije, Tomioka se cree por encima de nosotros, obviamente no quería que gente como nosotros se dignara a tocarle.

Tanjiro se apresuró a defender a Giyuu de la acusación del pilar de viento mientras se iniciaba una pequeña discusión en la sala, sin embargo dos personas se mostraron preocupadas por las palabras de Kamado.

"Tomioka-san puede ser una existencia solitaria y asocial, pero nunca reaccionaría así sólo porque un compañero le toque". Shinobu debatía en su cabeza las posibles opciones que se le ocurrían para explicar el comportamiento anormal (en su opinión) de Tomioka.

Esto no se iba a quedar así y podían estar seguros de que ella llegaría al fondo del misterio de una forma u otra.

Por su parte, Rengoku escuchaba a medias la disputa que se estaba librando mientras se preguntaba tristemente si había pensado bien de Tomioka antes de tiempo y si Sanemi tenía razón.


Pasaron unos meses y cada vez quedaba menos tiempo para que se produjera la reunión. Giyuu sentía que le temblaban las manos y no sabía cuál de todas las emociones que albergaba en su interior era la causante.

Había pasado tiempo desde el incidente con la luna superior tres y su abdomen se mostraba un poco más hinchado que antes, lo que sólo podía significar una cosa. Se apoyó en una de las paredes y se hundió lentamente en el suelo, con la mente llena de preguntas.

"¿Estaré preparado para criar a un cachorro yo solo? ¿Y si soy pésimo para esto y el cachorro crece odiándome? ¿Qué voy a hacer si el bebé no puede comer cosas normales? ¿Tendrá colmillos desde tan pequeño? ¿Cómo sé si el sol dañará o no la piel del cachorro? Tanjiro se dará cuenta de que el bebé no es humano cuando lo huela por primera vez. ¿Qué voy a decir? ¿Cómo vamos a sobrevivir cuando deje la organización? ¿Debo pedirle un aumento a Oyakata-sama y empezar a ahorrar a lo grande?".

Empezó a dolerle la cabeza con tantas cosas que tenía que tener en cuenta y sintió que la ansiedad le recorría todo el cuerpo. En ese momento, oyó que alguien le llamaba a la puerta exterior.

- ¡Giyuu-san! ¿Puedo pasar?

Tomioka palideció al identificar la voz de Tanjiro Kamado.

"Mierda, mierda, mierda, a Tanjiro le importa poco si le digo que no puede entrar". Se dijo a sí mismo, paranoico de que descubriera su secreto.

No se le ocurrió pensar que el amable muchacho estaría más que dispuesto a ayudarlo sin siquiera pensarlo, irónicamente olvidó que estaban hablando de Kamado Tanjiro, probablemente una de las personas más gentiles y comprensivas del mundo.

Se apresuró a abrir la ventana, cruzó el jardín de su finca en un abrir y cerrar de ojos, y al mismo tiempo que Tanjiro entraba en el lugar, Tomioka ya estaba a más de tres metros de distancia, corriendo sin parar. No sabía cuánto tiempo llevaba corriendo pero un dolor en el vientre le obligó a detenerse, se asustó y paró en seco.

"No me digas que le he hecho daño al cachorro... Dios necesito ir con Shino... ¿Con quién puedo ir?".

Estaba tan asustado por lo que podía significar aquel dolor que rápidamente se dirigió al pueblo más cercano en busca de un médico. Nada más llegar a un pueblo, preguntó a una mujer que llevaba a su hijo en brazos.

- Hay un médico en la calle de al lado, pero ¿estás bien? ¿Por qué pareces tan agitado?

El omega sintió ganas de llorar y no sabía si era por el estrés de perder al cachorro o por ese miedo a la situación desconocida a la que se enfrentaba. Los ojos azules miraron al niño que tenía la mujer, supuso que podría decírselo rápidamente para recibir algún tipo de consejo de alguien que parecía tener experiencia.

- Debe tener mucho miedo de haber hecho algo mal y que su bebé salga herido - comentó la mujer con tristeza al oír la razón por la que necesitaba ir al médico - No sé si sirve de algo, pero siempre pasa así, ¿sabe? Si existiera un manual que nos enseñara a ser buenos padres, creame, sería enorme.

Aquellas palabras le calmaron un poco, la mujer acarició el pelo castaño de su cachorro mientras lo mecía.

- En vista de que es omega y esta embarazado, la situación es diferente, debes ir con una mujer experimentada en omegas masculinos que le pueda revisar, afortunadamente conozco una muy buena y amable, su casa no queda lejos así que puede ir de inmediato.

- Gracias.

Después de la visita, el azabache iba a su finca completamente tranquilo, la comadrona le había dicho que no pasaba nada y que seguramente había sido una molestia ajena al desarrollo del cachorro en su vientre, le había dado más consejos para que no tuviera algún tipo de accidente y la mujer le curó algunas de las heridas que tenía de las últimas misiones.

"Creo que he encontrado un sustituto temporal para Kocho". Se dijo Tomioka pensativo.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien le saludaba a lo lejos hasta que chocó con él.

- Parece que estás distraído, Tomioka - dijo divertido el pilar de llamas, que iba acompañado de Kanroji y Obanai.

Tomioka comenzó a sudar y trató de mantener su expresión cotidiana a pesar de la tensión que lo estaba minando por dentro.

- Lo siento.

- Tomioka-san, ¡buenas tardes! Vamos a un sitio donde nos gusta mucho comer, ¿quieres venir con nosotros?

- No.

- Ah, vale, quizá sea la próxima vez - ofreció Mitsuri, sin tomárselo como algo personal a diferencia de Iguro, que lanzó una mirada asesina al de pelo negro por aquella seca respuesta.

- Mejor para nosotros, nadie quiere estar cerca de alguien como tú. - escupió venenoso el pilar serpiente.

La pilar de pelo rosa se puso nerviosa e intentó explicarle a Tomioka que eso no era cierto, pero Kyojuro se le adelantó al hablar.

- No te preocupes Tomioka, estoy deseando pasar más tiempo contigo, ¡considéralo para la próxima vez!

- Me lo pensaré.

- ¡Excelente!

El pilar de agua se dirigió a casa, esperando que Tanjiro ya se hubiera ido al no encontrarlo en casa.


Rengoku estaba preocupado, ya había pasado mucho y  no había visto la más mínima señal de Tomioka, no era necesario que le preguntara a Shinobu ya que fue ella misma quien le preguntó si conocía el paradero del pilar de agua.

- Espera, ¿tampoco sabes dónde está?

La pilar insecto le estaba haciendo un chequeo completo de sus heridas anteriores, conservaba muchas cicatrices profundas y su ojo se había quedado completamente ciego, por eso ahora siempre lo cubría con un parche.

- No, hace prácticamente cuatro meses que no va a la finca de las mariposas... Rengoku-san, me preocupa, desde aquel día que vino a visitarte al ala médica ha estado actuando muy extraño.

- Quizá deberíamos visitarle.

- Tanjiro ha ido a su casa muchas veces pero cada vez que va, Tomioka-san desaparece en el aire, Kamado dice que definitivamente lo está evitando y está triste sin saber por qué no quiere verlo.

- Si huye de Tanjiro debe ser algo preocupante.

- Exacto. - Shinobu suspiró - Muy bien, terminé con tu condición médica Rengoku-san. Puede que nunca vuelvas a ver con ese ojo pero creo que definitivamente puedes conservarlo, se ha curado muy bien.

- Muchas gracias Shinobu, y no te preocupes, ¡descubriremos lo que pasa con Tomioka!

- Si... Me aseguraré de ello.


El pilar de agua no había dejado de cumplir sus misiones sin falta pero su presencia fuera de su hogar se hizo prácticamente inexistente y eso preocupaba a Oyakata-sama.

Se puso en contacto con Urokodaki, quien respondió que las cartas mensuales de Giyuu seguían llegando sin grandes cambios en ellas, pero prometió informar de cualquier cambio que se produjera.

Oh sorpresa cuando su fuente de preocupación pidió reunirse con él. Allí estaban en silencio, y Ubuyashiki pudo notar el nerviosismo del joven, con su habitual calma decidió romper la tensión.

- Giyuu - el mencionado se sobresaltó al mencionar su nombre - has estado muy distante estos últimos meses, ¿pasa algo?

Hubo un breve silencio.

- Sí, me gustaría retirarme de la organización de cazadores de demonios. - pidió de inmediato el de pelo negro.

Oyakata-sama se tranquilizó ante su respuesta pero quería saber qué pasaba realmente por la cabeza de su pequeño cazador.

- Por qué quieres dejarnos? - Una pregunta más que obvia que Tomioka debió ver venir.

Tuvo el impulso de acariciar el abdomen completamente oculto ante la pregunta, pero consciente de las acompañantes de Oyakata-sama, se abstuvo de hacerlo.

- Creo que es lo mejor. - Dijo como única respuesta.

Definitivamente algo iba mal, puede que sus compañeros no se dieran cuenta por su incapacidad para comunicarse, pero Ubuyashiki conocía el tono habitual de Tomioka y podía notar la diferencia.

- Muy bien Tomioka, adelantaremos la reunión de pilares y discutiremos este asunto juntos la próxima semana.

El pilar de agua sintió claramente como el mundo se le venía encima y el miedo llamó a su puerta como si fuera a derribarla.

¿Ver a todos los pilares en su estado actual? ¿Arriesgarse a que la furia blanca llamada Sanemi Shinazugawa lo mandara volando al otro mundo? Sus ropas no serían suficientes. ¿Cómo demonios iba a ocultarles su situación? Ya tenía bastante con evitar la nariz necia de Tanjiro, ¿era el día de destruir a Giyuu Tomioka?

No tuvo más remedio que aceptar, se fue a casa con la mala suerte de encontrarse con Kanroji a la salida... Confirmado, hoy no era su día de suerte.

La chica le sonrió y fue con paso seguro a su encuentro.

- Buenos días Tomioka-san, hoy es un buen día, ¿verdad?

- Sí.

- ¿No tienes calor? Tu haori te cubre por completo.

- No.

Mitsuri empezó a hablar normalmente con él hasta que se dio cuenta con quién estaba hablando, se puso un poco nerviosa y se excusó diciendo que Oyakata-sama le había asignado una misión (aunque Tomioka no se lo había pedido). Salió corriendo con las mejillas coloradas preguntándose por qué había sentido tanta confianza y seguridad con él de la nada.

Una vez en casa, Tomioka se tumbó con dificultad en su futón dejando escapar un gemido cansado.

Agradecía no haber tenido misiones duales con otros pilares en esos meses, de esa manera no habían visto lo patético que se veía cada vez que tenía que detenerse en su camino cansado por el peso que cargaba.

El techo siempre había sido el punto de encuentro con sus ojos donde su mente empezaba a divagar mientras mostraba afecto a su barriga cada vez más redonda que seguía creciendo sin pausa. Se dio cuenta de algo que había estado olvidando.

- Un nombre, debía pensar en un nombre.

Más fácil decirlo que hacerlo; sólo se le ocurría el nombre de su amigo si era varón...No sonaba mal: Sabito Tomioka, tenía cierto encanto para un cachorro pero ese nombre significaba mucho para él y lo descartó.

"Ah, también debería pensar en uno femenino". Su mente buscó entre los pocos nombres que conocía y suspiró con resignación al no gustarle ninguno.

Ni siquiera había nacido aún y esto de la maternidad ya le parecía demasiado complicado.


La semana pasó rápidamente y Tomioka pensó que se desmayaría de ansiedad en cualquier momento, estaba en el jardín de Oyakata-sama caminando como si estuviera a punto de hacer el examen más difícil de su vida.

Sintió que la pequeña criatura pateaba molesta por esas hormonas del estrés que los alteraban de la misma manera, pero lo ignoró en cuanto vio llegar poco a poco al resto de los pilares.

Sí, estaba a punto de desmayarse de terror no cabía duda.

Shinobu fue una de las primeras en llegar y le causó algo más que preocupación ver a Tomioka moverse por el lugar sin pausa, demasiado movimiento para ser él... era algo nunca antes visto.

"Si esto es por ti Tomioka-san lo estás empeorando ya que no tienes ni idea". Gruñó internamente la pilar insecto al ver como los que llegaban se quedaban mirando al manojo de nervios que era el pilar agua, no pasó mucho tiempo hasta que incluso Muichiro seguía a Tomioka con la mirada.

Giyuu no lo hacía porque estuviera nervioso, el omega de ojos azules estaba en su quinto mes de embarazo y el asunto ya era mucho más que serio, físicamente hablando.

Se movía por todas partes con la intención de que nadie se diera cuenta de que su ropa le tapaba absolutamente el abdomen. Le habría tranquilizado saber que allí nadie suponía siquiera que era un omega y que, por lo tanto, no tenían ni la más remota sospecha (y en algunos casos interés) de por qué no se quedaba quieto.

Apareció Oyakata-sama, todos le saludaron como de costumbre y una vez dentro lo primero que se dijo dejó a los presentes con la mente en blanco.

- ¿Qué? ¿Tomioka qué?

La pregunta distraída de Muichiro representó en pocas palabras lo que pensaban todos los pilares.

- Giyuu desea retirarse de los cazadores de demonios - repitió Oyakata-sama- Pero antes de dar mi respuesta me gustaría que compartieran su opinión sobre la decisión de Tomioka.

- A mí me da igual, si me lo preguntan él puede ir donde quiera - sentenció Obanai.

- Si esa es su decisión, le deseo mucha felicidad en su vida - Comento tranquilamente Gyomei con su rostro siempre con lágrimas.

- No me importa, de todas formas lo olvidaré - dijo Muichiro con indiferencia.

- Me parece una pena pero no tengo nada que objetar - contestó Uzui.

- Me gustaría saber por qué quieres marcharte, Tomioka-san.

La voz tímida de Kanroji contrastó con las respuestas anteriores.

- No creo que sea lo más apropiado y no me opondré, pero a mí también me gustaría saberlo - exclamó Rengoku.

Viendo su oportunidad, Shinobu aprovechó para expresar su desacuerdo y resolver el misterio de una vez por todas.

- A mí también me gustaría saber la razón, nos has evadido deliberadamente más de lo normal durante meses Tomioka-san, te curas las heridas en Dios sabe dónde, porque no te he visto en la finca de las mariposas en todo este tiempo y te pasas el tiempo encerrado en la finca del agua si no estás en una misión.

Tomioka se quedó en silencio mientras las emociones dentro de su mente entraban en pánico por no saber qué excusa darle a la chica. Así que dijo lo primero que le vino a la mente.

- Demasiado lejos.

- ¿Eh?

- La finca de las mariposas está demasiado lejos.

- ¿Y desde cuándo te importa caminar?

- Siempre hay mucho ruido - Segunda excusa barata lista para salir.

- ¡Ah! Bueno, discúlpame por tener amigos y gente de la que tengo que ocuparme. ¡Tú incluido!

La mente de Tomioka trabajaba a mil por hora pero el nerviosismo le dejaba completamente en blanco y evidentemente empeoraba la situación con cada respuesta que daba.

- Bueno, suponiendo que todo lo anterior sea cierto, ¿por qué has estado evitándonos a todos como si tuviéramos algún tipo de enfermedad? - La pilar insecto no le dio tregua ni tiempo, realmente se preocupaba por él y con todo el tiempo que pasó con él sabía cómo funcionaba en algunos aspectos, no iba a desperdiciar la oportunidad que le había dado este encuentro.

- Ah... yo... bueno... yo...

"¡Sí, estoy tan cerca! Sólo un poco más". Pensó la pilar antes de continuar.

- Al menos deberías decirle la verdad a Oyakata-sama, está claro que no quieres decírnoslo pero, ¿sabes? Si fueras un poco más abierto la gente se preocuparía más por ti.

Shinobu solía decirle en broma que todo el mundo le odiaba, con la excepción de Sanemi e Iguro eso no era cierto, pero se había dado cuenta con su actitud actual que Tomioka cargaba con una preocupación mayor de la que podía afrontar y si ser un poco más venenosa con él iba a ser de alguna ayuda... que así fuera.

Sus palabras fueron un golpe bajo para Tomioka. Ubuyashiki escuchaba en silencio y los demás le miraban expectantes, Oyakata-sama solía parar ese tipo de cosas entre sus hijos con calma, pero esta vez también era consciente de que Giyuu necesitaba ayuda y cumpliendo con su papel de buen padre se la daría.

- A mí tampoco me importa una mierda lo que haga, pero exijo saber por qué, ¿por qué huyes Tomioka? - La mirada de Sanemi era muy aguda y sus palabras más -¿Te diste cuenta que no eras tan especial como creías? ¿Por fin ves que la muerte se cierne sobre nosotros y te acobardas? ¿O es que por ser mejor que nosotros crees que te mereces algo mejor?

Tomioka siempre supo que era emocional, Sabito solía decírselo constantemente, pero en este momento las hormonas de su estado lo habían duplicado. Sintió un nudo en la garganta y cómo los ojos empezaban a llenarse de agua.

Tenía miedo, eso era todo, miedo a lo desconocido, a lo que había pasado, a lo que podría pasar, su cuerpo seguía con la fachada de estar tranquilo arrodillado junto a los demás pero ya no podía mantenerla.

Las palabras de Sanemi sólo lo habían empeorado. Dolorosos recuerdos de su vida fluyeron frente a él. Su hermana y Sabito habían muerto para protegerle, ¿alguien que debería haber muerto en la selección final creyéndose superior? No, no era eso... pero pensándolo bien, ¿acaso un bueno para nada tenía siquiera derecho a elegir cómo seguir con su vida?

De algún modo, Oyakata-sama percibió la crisis emocional de Giyuu, se levantó con cuidado y, con una señal, las chicas de pelo blanco le guiaron hacia el de pelo negro.

Tomioka se sobresaltó cuando sintió que el patrón lo abrazaba, simplemente lo dejó continuar mientras la calidez típica de Ubuyashiki calmaba sus nervios. En cuanto Oyakata-sama volvió a su puesto, el silencio volvió a reinar, nadie se lo esperaba y seguían con la duda de lo que estaba pasando.

- Giyuu, por favor quítate el haori - Ordenó Oyakata-sama.

Los ojos de Tomioka se abrieron de sorpresa y no pudo evitar sentirse traicionado, aunque las intenciones del patrón fueran buenas. Cuando le abrazó, Giyuu dejó que se acercara demasiado a su cuerpo y, sin darse cuenta, le dio a Oyakata-sama las respuestas que había estado ocultando durante tanto tiempo.

Sabiendo que ya no importaba y con enorme vergüenza, deslizó la prenda por sus hombros y se la quitó con cuidado, mirando al suelo mientras lo hacía. Ahora mismo no quería ver a sus compañeros pilares, sólo quería meterse en un agujero y morir.

- Ara Ara...

- ¡¿PERO QUÉ MIERDA?!

- ¡Es lo más extravagante que he visto hoy!

- Me gustaría decir algo, ¡pero me he quedado sin palabras!

- Engordó.

- Vale, eso es asqueroso.

- Tomioka-san...

- Pobre alma.

Cada pilar tuvo una reacción bastante a su estilo pero como lo dijeron al mismo tiempo, solo se escucho un escandaloso montón de ruidos en la sala.

Todos sin excepción hubieran jurado que el de pelinegro era un beta y sus razones no eran descabelladas: no era realmente pequeño, era fuerte y podía hacer el ambiente intimidante de quererlo.

Simplemente no encajaba, incluso le habrían creído un alfa pero nunca un omega.

Tomioka agradeció que parte de su cabello le tapara el rostro, así no veían lo rojo que se había puesto su cara con sus comentarios.

- Giyuu, ¿fue esta la razón por la que quieres dejar a los cazadores? - preguntó el patrón.

- Quería... -murmuró Tomioka sólo audible para Oyakata-sama.

- ¿Por qué lo dices en pasado? ¿Has cambiado de opinión?

- Ya no tiene sentido, ellos ya lo saben.

- Que Tomioka sea omega y quiera formar una familia no es nada de lo que avergonzarse.

Kanroji intentó tranquilizarlo, pensando que podría significar algo más viniendo de otro omega. Pero se puso nerviosa y se arrepintió de haber hablado cuando notaron el temblor que provenía del moreno, era increíble como tal cosa había dejado a los pilares petrificados y atónitos.

- Giyuu, necesito que respondas con sinceridad a lo que te voy a preguntar, te prometo que no tienes nada que temer - Oyakata-sama tenía muy buena intuición y suponía varias cosas, pero no lo sabía todo y era necesario para protegerlo adecuadamente.

- ¿Lo hiciste por voluntad propia?

Una ligera señal negativa de su cabeza causó conmoción entre los presentes.

- ¿El alfa te marcó?

Tomioka asintió y se tocó el cuello sintiendo el comienzo de la cicatriz, aún le dolía.

- ¿Era él o ella humano?

Esta pregunta los asustó, ¿por qué Oyakata-sama preguntaría algo así? Instintivamente voltearon a ver al pilar de agua esperando su respuesta.

Su cabeza negó suavemente y eso cortó el hilo de sus pensamientos, de todos sin excepción.

- ¿Sabes quién era?

- Si

Ubuyashiki sabía que Giyuu probablemente aguantaría una o dos preguntas antes de volver a recordar lo sucedido, no quería eso, así que decidió terminar rápido.

- Dinos quién - preguntó.

Tomioka guardó silencio durante unos segundos y la respuesta les golpeó a todos, dejando ese preciso momento grabado en lo más profundo de sus mentes.

- La luna superior tres, Akaza.


Tomioka estaba lejos de sentirse mejor habiendo revelado su secreto, se encontraba en un rincón de la habitación, mientras el lugar bullía de voces y todo estaba en orden para decidir si su hijo viviría o no.

- No podemos permitir que ese monstruo nazca, ¡es un medio demonio! - Sanemi estaba ansioso por tomar su espada y ponerse a trabajar, pero la presencia de Oyakata-sama se lo impedía.

- P-pero ni siquiera estamos seguros Shinazugawa-san - Kanroji estaba dolida por como iban las cosas y como omega tenía que defender a un compañero en apuros.

- Es cierto Kanroji, pero sigue siendo peligroso para todos que exista una criatura así - Obanai miró a Tomioka con asco, lo que hizo que se pusiera más a la defensiva cubriéndose el estómago.

- Iguro tiene razón, deberíamos evitarle a la pobre criatura el sufrimiento de venir a este mundo sin pertenecer a ningún sitio - las lágrimas eternas de Himejima hacían difícil decir con qué emoción lo decía pero había algo de verdad en sus palabras.

Giyuu sabía que esto ocurriría y también había aceptado su destino de luchar hasta la muerte para proteger a su cachorro, la empuñadura de su espada a la espera de ser desenvainada así lo confirmaba.

- Debemos recordar que Nezuko-chan se convirtió en demonio y logró mantener su humanidad, este podría ser un caso similar - señaló Shinobu.

A la pilar insecto lo menos que le importaba era el cachorro, sin embargo, podía ver la ansiedad de su compañero pilar de agua desde donde estaba. Ese tipo de bebé ni siquiera se suponía que era posible de existir. Todo lo que la mujer de cabello con puntas moradas quería era que la reunión terminara para llevarse a Tomioka y atenderlo como urgentemente necesitaba. Sólo Dios sabía las cosas horribles por las que había pasado hasta ese momento.

- Pero si los instintos de mitad demonio surgen en un mal momento y la criatura mata a alguien, será el fin, las personas no pueden volver a la vida - replicó Uzui.

- Pero no podemos saber si realmente será medio demonio - respondió Kanroji sin saber qué más decir al respecto.

Giyuu seguía el hilo de la conversación con mucho detalle, sus ojos se centraban en los que aún no habían hablado, al parecer no podía esperar mucho de Muichiro porque se perdió en algún punto del camino y Rengoku estaba muy callado lo cual era raro.

El pilar de llamas ni siquiera sabía que decir. Estaba completamente en shock y aunque en realidad no era su culpa y lo sabía, quería disculparse con Tomioka.

"Si hubiera matado a Akaza en ese momento, si tan solo lo hubiera retenido lo suficiente hasta que el sol hubiera terminado de salir... nada de esto hubiera pasado... lo dejé escapar... No... hice lo que pude, hicimos lo que pudimos... ninguna persona murió y esa era nuestra misión, nadie podía imaginar que esto iba a pasar."

Involuntariamente visualizó por un segundo al pilar de agua en el momento en que estaba siendo mordido, sin nadie que pudiera ayudarlo y el sentimiento de culpa aumentó.

- Por favor...

La voz de Tomioka se elevó por encima de las demás y atrajo la atención de los presentes.

- Lo que dicen es cierto, pero por favor... Seguiré haciendo mi trabajo como hasta ahora y no involucraré a la luna superior en sus vidas, pero... -dirigió su mirada suplicante hacia Oyakata-sama, que escuchaba atentamente - Dejen vivir a mi cachorro, aún no ha hecho nada malo.

Tenía recuerdos de su infancia, cuando aún vivía con su hermana. Mujeres y omegas que protegían a sus pequeños, sin importarles los peligros que el mundo les lanzara. De alguna manera, quería que su existencia rota y sin sentido, pudiera cambiar las cosas para una persona aunque fuera.

- ¿Y esperaremos hasta que lo haga? - Sanemi se acercó amenazadoramente desenvainando su nichirin y acercando el filo de la espada a su garganta.

Kanroji soltó un pequeño chillido y se cubrió la cara, aroma amargo de sakura empezando a salir de ella, no iba a pasar nada pero esa agresión en su manada la puso tensa.

- ¿Esperaremos a comprobar si la sangre de los colmillos del pequeño bastardo es de un humano? NO ME HAGAS REÍR - Sanemi tenía una de sus sonrisas maniáticas en el rostro y se sintió curiosamente irritado cuando el omega gruñó débilmente ante su cercanía, en respuesta acercó más el filo a su garganta.

- Creo que deberíamos darle una oportunidad al pequeño y analizar su comportamiento por un tiempo antes de juzgar - Dijo finalmente Rengoku, en un intento de ponerse de lado de su compañero omega.

Las voces reanudaron la discusión ahora con todos menos Muichiro discutiendo sin llegar a nada con ello.

- Creo -comenzó Oyakata-sama y todos volvieron como por arte de magia a sus lugares correspondientes, Tomioka incluido- que la respuesta de Kyojuro es similar a la mía.

Dirigió su pálida mirada hacia donde suponía que estaba Tomioka y sus palabras acabaron con el tormento interno del de pelo negro.

- Giyuu Tomioka, continuarás con tus deberes de pilar de agua y tu cachorro estará bajo la protección del cuerpo de cazadores de demonios, sin embargo debes entender que si llegara a herir gravemente a un ser humano, los pilares tendrán que matarlo por la seguridad de todos.

Tomioka suspiró pesadamente y las lágrimas de alivio comenzaron a brotar a montones, en ese momento cayó inconsciente de la ansiedad y el miedo al que había estado sometido toda la semana. Al menos ahora podría descansar tranquilo por un tiempo.

Rengoku se apresuró a cogerle antes de que se golpeara la cabeza y se sentó a su lado, tumbándole con cuidado en el suelo.

- Ahora, hay otro punto que debemos tratar. Tomioka fue marcado por la luna superior tres y eso es un problema para todos, el demonio no podrá encontrar este lugar siguiendo su aroma gracias a los métodos con los que estamos ocultos, pero podría llegar a la finca del agua sin mucha dificultad.

Los pilares lo habían asumido desde que se enteraron y no sabían a donde intentaba llegar el patrón.

- Esta es una oportunidad única para derrotar a una de las lunas de Muzan, además, una vez derrotado, el vínculo alfa-omega se romperá y Giyuu volverá a ser completamente libre.

- En otras palabras, quiere que seamos las niñeras de Tomioka. - Uzui mostraba una expresión hastiada ante la mera idea de pasar su precioso tiempo con el amargado y aburrido emo.

No era específicamente su idea favorita, menos cuando su alfa le gritaba que debían encontrar y castigar a aquel demonio.

- No exactamente, Giyuu Tomioka es fuerte por sí solo, pero ser un omega marcado reduce sus habilidades con ese alfa en particular. Me gustaría que le echaran un ojo de vez en cuando para asegurarte de que está bien.

- Como desee, Oyakata-sama - dijeron todos.

La reunión terminó y salieron al jardín. Shinobu hizo un gesto a Rengoku, que llevaba a Tomioka, para que le siguiera a la finca de las mariposas.

- Ara ara, Tomioka-san sigue desmayado. Pero no lo culpo - Shinobu sonrió suavemente mientras caminaba frente al pilar de llamas - ha pasado por mucho estos últimos meses, realmente me gustaría que aprendiera a buscar ayuda - refunfuñó manteniendo la sonrisa en su rostro.

Pero Rengoku no le prestaba la más mínima atención, su mirada contemplaba al chico en brazos. El rostro de Tomioka era inexpresivo pero de una forma diferente a la habitual, más relajada se podría decir, tenía unas espesas y hermosas pestañas negras, su piel era blanca, tersa y sin cicatrices visibles. Rengoku se quedó admirando aquella larga melena rebelde y negra como la noche. Nunca había tenido la oportunidad de verlo tan de cerca y ahora no podía quitarle el ojo de encima.

Este pilar era sin duda el omega más hermoso después de su madre que había visto nunca.

- ...san, ¿Rengoku-san? ¡Rengoku-san!

- ¿Qué?

- Parece que Tomioka-san es mucho más interesante que nuestra charla, ¿verdad?

Rengoku se sonrojó un poco mientras sonreía nerviosamente.

- Lo siento, Shinobu, ¡estaba distraído!

Shinobu rió suavemente y lo miró con picardía.

- Sí, ya me he dado cuenta. En cuanto Tomioka-san rompa ese asqueroso vínculo con la luna superior, deberías aprovechar la oportunidad.

Sus palabras por un lado avivaron la rabia que sentía en su interior; un alfa se había aprovechado de Tomioka, y para colmo no era un alfa cualquiera... Tomioka seguramente había tenido miedo, y verse obligado a estar unido a un alfa al que no amas le parecía una tortura cruel y despreciable.

"Soy el único que se ha enfrentado directamente a Akaza y sabe lo fuerte que es".

Pero dejando ir los pensamientos vengativos por aquel demonio que hirió a su compañero pilar, la idea de ser el alfa de Tomioka le hizo cosquillas en el estómago y la garganta.

Por fin llegaron a la finca mariposa, Kyojuro dejó al omega desmayado en una de las camas del ala médica y se atrevió a acariciarle el pelo negro, con la culpa escrita en la cara, no pudo evitar sonreír suavemente cuando Tomioka se puso instintivamente la mano en el abdomen, protegiendo a su cachorro.

"Todavía está desmayado pero es consciente de lo que puede ser peligroso para el bebé... será extraordinario criando al pequeño". Pensó en voz baja.

A partir de ese momento se aseguraría de que el omega recién descubierto estuviera a salvo, el pelinegro se removió inquieto en la cama como si estuviera teniendo una pesadilla. El rubio revisó sus alrededores con un leve rubor en sus mejillas, al no ver a nadie, se inclinó con cuidado y le dio un casto beso en la frente para calmarlo, funcionó a la perfección y se enderezó para ir al encuentro de Shinobu que había visto llegar justo a tiempo por el rabillo del ojo.

El pilar de la llama salió de la habitación y vio que algunos de los otros pilares se acercaban poco a poco para ver a su compañero, Muichiro miró hacia el interior de la habitación fijando su mirada en la curva de su estómago con más atención de la que solía prestar, Mitsuri llegó reflejando gran preocupación y Uzui se acercó con paso decidido hacia donde estaban el pilar llama y la pilar insecto.

- ¿Qué vamos a hacer al respecto?

- Uzui-san, Oyakata-sama dijo que... -comenzó Shinobu.

- No me refiero a lo que haremos con la media-bestia dentro de su vientre, tenemos que hacer algo con esa luna superior. He hablado con Shinazugawa, hay que cazar a ese desgraciado, hay que eliminarlo de la faz de la tierra. Casi acaba con Rengoku ¿Y ahora también esto?

Rengoku escuchó atentamente y supo que no sólo hablaba su amigo, el instinto protector alfa del pilar del sonido se estaba revelando para buscar venganza por su compañero omega.

- No debemos actuar sin pensar, estamos hablando de la luna superior tres, podría ser aún peor para todos, incluido Tomioka-san. El vínculo está ahí, veremos a ese asqueroso demonio en algún momento y estaremos preparados para destruir cada pedazo de él - sentenció Shinobu poniendo cara seria mientras hablaba.

- Sé que nadie quiere decirlo como tal, y no seré el primero... - Tengen volvió a hablar - Pero usando otras palabras... se aprovechó de Tomioka, Shinobu. Ni siquiera sé cómo fue posible para empezar siendo él un pilar, pero no importa, esa maldita criatura debe pagar.

- No quiero interrumpir, pero ¿cómo se siente Shinobu-chan? ¿Le duele algo en el cuerpo a Tomioka-san? - Preguntó Kanroji sumamente preocupada.

- No lo sé Mitsuri, no lo sé... Sabía que algo malo estaba pasando pero no sospechaba que fuera algo de esta magnitud... No se que vamos a hacer.

La pilar del amor suspiró con tristeza y volteó a ver al pilar del agua, dando un salto de sorpresa y preocupación por lo que veía.

-... ¡¿Are?!... ¡Tokito-kun! ¡Shinobu-chan! - Dio un manotazo al aire para llamar su atención, señalando hacia Tomioka.

El pilar de niebla estaba al lado del pilar de agua y se acercaba lentamente para tocarle el vientre.

- ¡Tokito-kun, no! No sabemos cómo puede reaccionar - advirtió Shinobu en susurros autoritarios.

Tomioka olfateó aún inconsciente para identificar al intruso, parecía reconocerlo ya que no se despertó cuando la palma acarició su abdomen con curiosidad por encima del uniforme.

"Oh, está duro. Y algo se mueve dentro". Pensó Muichiro antes de que Rengoku fuera a por él y se lo llevara, cargándolo como un gatito, volviendo a donde estaban congregados.

- Sólo podemos esperar a ver cómo se desarrollan las cosas... no es como si realmente tuviéramos otra opción... sólo estar dispuestos a apoyarle aunque tengamos dudas sobre el cachorro - Shinobu suspiró.

Sabían a qué pilares estaba haciendo referencia especialmente con lo último y sólo pusieron cara de resignación mientras asentían con la cabeza, tratando de olvidar todo lo que había pasado antes en la reunión.

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