Perspectiva diferente


Esa voz era inconfundible.

"¿Senjuro?" Rengoku se giró para verlos, Obanai y Mitsuri le dieron a entender que también lo habían oído.

Se levantaron buscando la dirección del sonido y en cuanto la encontraron se escondieron detrás de una casa cercana asomando sus cabezas una sobre la otra para ver que ocurría, el pilar serpiente agachado, la del amor de puntillas en medio y el de la llama de pie. Mitsuri y Obanai apreciaban mucho a Senjuro, no solo por ser en el caso de la chica el hermano de su amigo y maestro o en el caso de Iguro por conocerlo desde hace tiempo al mismo tiempo que a Kyojuro cuando Shinjuro lo salvo y lo llevo a la casa Rengoku.

Era un chico especial en muchos sentidos y estaban dispuestos a todo si tenía que ver con él.

- ¿De verdad? No creía que el pilar de agua tuviera miedo a los perros. - comentó riendo la misma chica que había intentado hablar con Haruki la otra vez.

- Sí, es inesperado, pero a la pilar de los insectos tampoco le gustan.

- Ahora que mencionas a Kocho-san, ¿sabías que entre nosotros a veces emparejamos a los pilares?

- No, no lo sabía. - dijo Senjuro con curiosidad.

- Si conoces los subgéneros es más fácil, pero el favorito de todos para especular solía ser Tomioka-san.

"¿Tomioka?" Tanto Senjuro como los pilares ocultos pensaron.

- ¿Por qué les resultaba tan interesante?

- No sólo es guapo, es increíblemente fuerte, sus rasgos son definidos, tiene un precioso pelo negro y unos ojos azules espectaculares, también había un aura de misterio sobre el pilar de agua ya que nadie conocía su subgénero y todos tenían miedo de preguntarle directamente sin estar cerca de él.

- Tomioka-san a veces da esa impresión. - Senjuro rió suavemente recordando sus propias impresiones sobre Giyuu cuando lo conoció.

- ¿Verdad? Al principio le tenía miedo, pero sabía que era amable desde que le vi consolar a un niño perdido y ayudarle a encontrar a su padre cuando yo iba a una misión. Oh, me estoy desviando de mi punto ... Como no teníamos ni idea de con quién podíamos emparejarlo, surgieron todo tipo de teorías y uniones, las más fuertes fueron Tomioka-san beta o alfa con Kocho-san beta y Tomioka-san beta con Shinazugawa-san alfa.

- ¿Con Shinazugawa-san? Lo siento, me cuesta creerlo, ahora que lo pienso, ¿qué pasa con mi hermano y Tomioka-san?

- Estaban muy cerca de esas dos primeras opciones, pero aunque al resto de mis compañeros les gustaba bastante la idea, no muchos creían que fuera posible, admitían que tenían una buena dinámica, y todos coincidían en que eran un dúo de poder atractivo al máximo, pero decían que eran demasiado diferentes, ya sabes... Rengoku-san es alegre, cálido, motivador, y bueno... Tomioka-san es todo lo contrario hasta donde alcanza la vista.

A Rengoku le decepcionó que se dejaran llevar por la impresión externa de Tomioka sin atreverse a conocerlo bien, eso y el hecho de que más gente no lo hubiera emparejado con Giyuu. Le indignaba un poco que hubieran tenido en cuenta a Sanemi antes que a él, aunque no podía culparles por emparejarlos, el alfa de pelo blanco no era feo y quedaría bien con Tomioka. Masculló algo insatisfecho por ese pequeño detalle del pasado, ignorando el hecho de que le había pisado los talones al emparejamiento anterior y que ya estaban juntos en la vida real. Kanroji intentaba no reírse del rubio, celoso de que hubieran juntado a Giyuu con alguien que no era él.

"A Sanemi no le gusta Tomioka, no habría funcionado", se dijo a sí misma con una mente mucho más clara que la de su amigo, y Obanai consideró seriamente disciplinar con mayor intensidad a los cazadores de menor rango.

- ¿Tú qué pensabas?

- Creo que cada uno tenía lo suyo pero si me preguntas por ellos en concreto, creía que en vez de chocar se complementaban, incluso sus elementos respiratorios son opuestos pero muy similares.

- ¿Similares?

- Sí, el agua es una bendición y a la vez un riesgo, nos permite vivir pero si no tienes cuidado te puedes ahogar en ella; el fuego es peligroso pero nos da calor y nos ayuda a vivir mejor. ¿Entiendes lo que digo?

- Creo que sí, nunca lo he visto así.

- Pocos lo hacen - comentó. - cuando supimos que el pilar de agua era un omega y estaba siendo cortejado por Rengoku-san nos alegramos, el sueño imposible de varios se hizo realidad. - Se acercó a la oreja de Senjuro provocando en él un leve sonrojo por la proximidad. - La verdad es que son demasiado tiernos para su propio bien, pero no se los digas.

Rengoku se asomó más, frunciendo el ceño sin perder su característica sonrisa para ver si tenía que intervenir debido a la cercanía de la cazadora y casi derriba a Kanroji sobre Obanai en el proceso.

- No lo haré.

- Lo sé.

Se alejó y se quedó en silencio, mostrando una expresión de culpabilidad en sus ojos castaño claro.

- Lo siento.

- Eh, ¿por qué?

- Mi mejor amigo... o mejor dicho el que era... él... era uno de los que atacaron a los hijos de tu hermano.

Senjuro se quedó en silencio ante el recuerdo y los pilares se enojaron ante la mención de uno de esos desgraciados.

- Basta, Senjuro merece mejores amigos. - Murmuró Obanai a punto de revelarse para enfrentar a la chica.

- Espera Iguro-san no podemos interrumpirlos. - Kanroji le detuvo con una inusual mirada de enfado en su rostro causada por recordar los acontecimientos por los que tuvieron que pasar sus tesoros.

La pregunta de Senjuro volvió a reclamar su atención.

- ¿Y qué piensas tú al respecto?

- No le creía capaz de hacer algo así. - Suspiró con tristeza. - Al principio de todo sólo eran los rumores del verdadero subgénero del pilar de agua, te puedes imaginar que la noticia de que estaba embarazado y había dado a luz a una niña fue una gran noticia. Estábamos muy contentos y nuestra curiosidad aumentó cuando la mantuvieron en secreto para todos los rangos, a nadie se le permitió verla o interactuar con ella. Pasó mucho tiempo y llegaron órdenes de Oyakata-sama que nos desconcertaron: una luna superior había secuestrado a Tomioka-san... actuamos rápidamente buscando por todas partes cómo nos habían indicado y cuando los cuervos nos anunciaron al cabo de cuatro días que lo habían encontrado todos nos sentimos aliviados y fue entonces cuando todo se nos fue de las manos.

- ¿Qué pasó?

Su expresión se volvió amarga y volvió a suspirar.

- Varios cazadores que estaban cerca de la zona de búsqueda 34 vieron a la niña, parecía normal pero notaron que tenía las uñas muy largas y colmillos.

"La primera vez que se transformó había signos más marcados de su mitad demoníaca". Senjuro recordó.

- Inmediatamente se dieron cuenta de la situación y algunos decidieron dejarlo pasar, parecía que Oyakata-sama lo sabía y confiaban en su criterio, sin embargo otros se enfurecieron ante la verdad y esparcieron rumores, al cabo de una semana todos sabían que la chica era medio demonio y cuando se supo que el pilar del agua esperaba un bebé de nuevo, supusieron que el cachorro era de la luna tres superior. Taiki estaba furioso, decía todo el tiempo que los pilares debían hacerse cargo de ella y del nuevo bebé, que estaban traicionando a todas los cazadores que habían sido asesinados por demonios, incluso un día dijo que no le importaría enfrentarse a un pilar con tal de eliminar esas amenazas... A mí me molestaban las cosas que decía y discutía con él cada vez. No le creía, debes estar loco si querías enfrentarte a uno de los pilares, era una idea suicida así que lo ignoré. Ojalá no lo hubiera hecho.

- ¿Sabes algo más sobre esto?

- Nada útil para ti.

- No lo sabes Mia, por favor dime lo que sabes. - Senjuro preguntó preocupado por su familia.

"¡Bien hecho Senjuro!" le felicitaron los pilares, la chica pensó un momento y continuó con lo sucedido.

- Taiki empezó a mostrarse algo distante, excusándose en que había misiones en curso, yo me centré en la mía y no fue hasta que le oí hablar con otros compañeros sobre las misiones en curso de los pilares del agua y de la llama junto con los días concretos que tardarían en cumplir esos encargos cuando empecé a sospechar que algo malo estaba pasando. Le pregunté al respecto y me dijo que le habían encargado que diera un mensaje a la pilar del amor que se ocuparía de los niños esos días. Su excusa sonaba sacada de la manga pero no tan descabellada así que la dejé pasar, pero ya no confiaba plenamente en sus palabras como antes así que decidí hablar con él al día siguiente pero me asignaron una misión y no tuve oportunidad, escribí una carta a un amigo nuestro para que Taiki no hiciera ninguna estupidez. Iba a llegar a donde se escondía el demonio que debía matar, estaba pensando que haría mientras caía la noche cuando de repente el pilar de agua pasó corriendo a una velocidad impresionante, si no fuera porque distinguí su haori no podría haber dicho que era él. Por aquel entonces no tenía ni idea de que estaba pasando cerca del lugar donde se encontraba el pilar de agua, y mucho menos de que Taiki se había reunido con otros compañeros de diferentes rangos para matar a los niños. Hasta que no me contaste lo ocurrido no entendí por qué les habían quitado el nichirin y los habían expulsado de la organización.

La chica apretó los puños con rabia, Senjuro temía que le dejara marcas en las palmas de las manos de tanta fuerza que estaba empleando.

- Es un idiota, descerebrado, imbécil, triste intento de asesino. - Murmuró enfurecida. - Es normal que odiemos a los demonios pero esos niños no tenían nada que ver, ellos no pidieron tener una media naturaleza, ellos no fueron los que asesinaron a su familia y a su prometida. Se merecía todas y cada una de las patadas que le dio el pilar de agua.

"Así que fue él" se dijo Senjuro recordando al chico que se había colado y enfrentado a Tsutako antes de intentar decapitar a Haruki.

También recordó la tremenda paliza que le dio Giyuu, seguramente debía seguir recuperándose por algún lado, sin la ayuda de Shinobu-san no había forma de curarse tan pronto de cuatro costillas rotas y una muñeca rota.

El chico rubio quiso decir algo pero fue interrumpido cuando la chica sonrió con tristeza y siguió hablando.

- La mayor es muy guapa, se ve que está muy unida al pilar de llamas, su actitud es idéntica a lo que me has contado de ella. El pequeño es tan adorable, con esos ojitos inocentes y ese peculiar pelo rosa, va a ser un joven muy guapo cuando crezca. Me da asco pensar que quisieron hacerles daño, y seguro que sus hermanitos humanos se asustaron... pobrecitos... si hubiera estado más atenta, tal vez podría haberlos detenido o advertido a los pilares al menos, lo siento Senjuro.

- No deberías disculparte Mia, la circunstancia de que ese chico fuera tu amigo no significa que tú tuvieras nada que ver.

Los ojos marrones se encontraron con los dorados y la chica no pudo evitar soltar una pequeña carcajada.

- Eres muy amable Senjuro, ¿todos en la familia Rengoku son así?

- ¿Físicamente o en personalidad?

- Supongo que ambas, aunque la primera es evidente.

- Ah, cierto.

Se rieron de su despiste y continuaron charlando animadamente. Kanroji suspiró encantada con el ambiente.

- Esa chica sería perfecta para Senjuro, parece ser una beta, es vivaz, fuerte, honesta, adorable y tiene el pelo largo y negro.

- Estoy seguro de que Senjuro puede hacerlo mejor, Kanroji. - gruñó Iguro, nada convencido.

- Es una buena chica y eso es lo que importa, Senjuro decidirá si la ve como una amiga o como algo más pero por ahora me alegro de que tenga a alguien en quien confiar. - Mencionó Kyojuro alegremente. - Lo que me preocupa es lo que dijo, los cazadores efectivamente venían de varios rangos sin importarles enfrentarse a cazadores de demonios mucho más experimentados que ellos, por como lo explica estoy seguro que hay muchos más que piensan de la misma manera.

Las palabras de Akaza vinieron a su memoria

Por mucho que quieras lo contrario, esos cachorros son de mi propiedad y te aseguro que hasta los cazadores lo ven así

- Bastante tenemos ya en la cabeza como para preocuparnos por esos idiotas y su falta de cerebro. - Dijo Obanai recordando la reunión de la mañana.

- No te preocupes Rengoku-san, los protegeremos con nuestras vidas.

- Gracias Mitsuri.

Echaron una última mirada a Mia que había golpeado amistosamente a Senjuro en el hombro mientras se reía de algo que habían dicho. Se alejaron tranquilamente yendo en dirección contraria.

- Oye, Kyojuro, ¿cómo están los niños después de tanto azúcar? - comentó el pilar serpiente.

- No he vuelto a casa desde que me fui con Uzui por lo que me pidió Oyakata-sama. - Recordó el rubio.

- Oh no es posible... ¿Dejaste al idiota de Tomioka solo con cuatro mocosos llenos de energía?

- ...¿Sí?...

- ¿Eso es un problema?

Rengoku y Kanroji no parecían entender la intensidad del asunto y Obanai prefirió mostrárselo. Al cabo de un rato llegaron a la finca del agua y en cuanto abrieron la puerta, el caos les estalló en la cara.

- ¡Tyojuro bájate de ahí que te vas a hacer daño! ¡Suelta eso! Ryu deja eso en su lugar, ¡no es un juguete! ¡Haruki, no juegues así! ¡Espera, espera, vas a tropezar! NO, NO TE TRANSFORMES TSUTAKO ¡ESO ES PEOR!

Tomioka estaba detrás de sus cuatro hijos evitando que se mataran haciendo todo tipo de cosas. Les bastó dormir unas dos horas para que el azúcar les golpeara como Shinobu había especulado. El de pelo negro había estado escribiendo la carta del mes para Urokodaki-sensei cuando un sonido agudo de algo rompiéndose le alertó, fue a comprobarlo y se encontró con el inicio del ragnarok en el pasillo, Shinobu hacía tiempo que se había ido así que intentó contener a las cuatro bestias hiperactivas él solo pero no pudo. Haruki y Tyojuro reían mientras jugaban con la tinta que habían encontrado en su camino para perseguirse, Tsutako imitaba los movimientos de Kanroji con una cinta del pelo parecida a su espada flexible jugando con Ryu que de alguna extraña manera la amenazaba con un pincel con la cara manchada de varias sustancias inidentificables con solo una mirada.

Eso era lo que estaban haciendo en ese momento pero a juzgar por el aspecto del lugar que era en pocas palabras un completo desastre, debían haber hecho mucho más. Ni siquiera Tanjiro habría sido capaz de controlarlos en ese estado, el azúcar les había nublado el juicio. Los tres sintieron caer una gota de sudor, aquello era demasiada energía incluso para Rengoku.

- Bueno, adelante super papá. - Kanroji animó al rubio con una fuerte palmada en la espalda.

- Ha sido un placer conocerte. - Menciono Iguro empujándolo hacia adentro.

- ¿No van a ayudarnos?

- ¡NO TE LO METAS EN LA BOCA TYOJURO!, ¡CUIDADO TSUTAKO! - Los tres cerraron los ojos, levantando un poco los hombros al oír algo romperse.

- No, creo que estamos bien así Kyo.

- Dame un consejo al menos Kanroji.

La chica pensó un momento y tuvo una idea.

- Cuando mis hermanos pequeños comen muchos dulces, a veces los pongo a limpiar la casa a través de juegos para cansarlos, pruébalo y si no funciona...

- Al menos tendrás la casa reluciente. - Iguro completado.

- ¡Gracias!

Se despidieron de él viendo como entraba en casa entrando en una de las mayores peleas de la paternidad.

Cuatro horas después...

- No se que hubiera hecho si no hubieras llegado.

Se disponían a dormir después de haber lidiado con sus "angelitos", la idea de Mitsuri había funcionado a las mil maravillas, las habitaciones estaban más o menos como antes y los niños descansaban con las pilas puestas al 0% cada uno donde se suponía que debían dormir. Giyuu se acercó a él, quitándole la pequeña coleta, desenredándole el pelo con los dedos, Kyojuro echó la cabeza hacia atrás relajándose, los dedos de Giyuu se sentían bien rozándole la cabeza. 

Tomioka pronto se dio cuenta que el joven lo observaba con detenimiento mientras seguía peinando su rubio cabello.

- ¿Qué?

- Te pareces a mi madre, la forma de tus ojos es parecida, tus cejas son refinadas como las de ella, tu pelo es oscuro y tu cara es parecida - soltó una suave carcajada - incluso uno de tus flequillos está en la misma posición que uno de sus mechones... eres precioso.

Tomioka sonrió halagado y con un poco de rubor en la cara.

- Gracias, te pareces a Sabito.

- ¿Tu mejor amigo?

"Bravo Giyuu, que manera de arruinar el momento, decirle que te recuerda a tu mejor amigo sobre todo al alfa con el que tienes una familia" pensó Tomioka abofeteándose mentalmente pero decidió no complicarse.

- Sí.

- Espero que no sea tan doloroso recordarlo pero me gustaría saber más sobre él.

Esa no era la reacción o respuesta que esperaba pero honestamente el pilar de llamas nunca dejaba de sorprenderlo. Tomioka dejo de peinarlo y concentro en su mente los recuerdos que guardaba de Sabito.

- Tenía mi edad, un chico de ojos lavanda con un llamativo color melocotón en el pelo, no estaba seguro de si era un beta o un alfa, nunca me lo dijo. Tenía una gran cicatriz en la mejilla derecha a la altura de la boca. Sabito era muy simpático, carismático, considerado, amable, alegre, decidido y, sin duda, un buen líder.

Kyojuro escuchaba cada palabra que salía de su boca, Giyuu le acariciaba la mejilla mientras continuaba.

- Él y Urokodaki-sensei eran mi familia, todo lo que me quedaba después de perder a mis padres y a nee-san, crecimos juntos, haciéndonos más fuertes cada día y aspirando a convertirnos en los próximos pilares del agua, éramos inseparables. Él era más fuerte que yo, además de tener un gran talento con la espada, pero aun así nunca dejó que su confianza se convirtiera en arrogancia por ello y siguió entrenando para dominar las enseñanzas de Urokodaki-sensei.

Se detuvo un momento cuando escuchó a Ryu quejarse entre sueños en su pequeño futón, pronto tendrían que conseguirles una cama más adecuada pero por el momento seguían siendo pequeños, mucho más que Haruki que actualmente compartía el futón de su hermana. Volteó a ver a Rengoku quien sonreía cálidamente en dirección a su hijo, el rubio captó la mirada y regresó sus ojos a los del moreno.

- Continua.

- Otra vez será, ahora tenemos que dormir. Mañana seguramente tendremos una misión y lo sabes.

- ¿Crees que Sabito se habría alegrado por nosotros?

La pregunta pilló a Giyuu por sorpresa, pero le besó en la boca con sólo apretar sus labios contra los de Kyojuro.

- Sabito y tú se habrían llevado de maravilla, se parecen mucho y al mismo tiempo son tan diferentes. Estaría encantado de dejarme a tu cuidado.

- Lo dices como si fuera tu padre. - Kyojuro soltó una risita.

- Él me quería y me protegía mucho, estoy seguro de que te habría puesto a prueba para comprobar tus verdaderas intenciones.

- Vaya, ni siquiera Urokodaki-san fue tan duro conmigo. - se quejó, colocando el puente de su nariz con la curva de la mandíbula de Tomioka de forma cariñosa.

- Se está haciendo tarde.

- Después de ti.

Se tumbaron en el futón y Kyojuro los cubrió como de costumbre.

- Descansa bien.

- Tú también.

.

.

.

- Giyuu.

- ¿Sí?

- Mi madre también habría estado feliz de dejarme a tu cuidado.

.

.

.

- Te quiero Kyojuro.

- Yo también te quiero Giyuu.



Había pasado una semana desde la última reunión de pilares. El sol empezaba a ocultarse en el horizonte, una chica nueva de los cazadores revisaba unas hojas informativas mientras se dirigía a una misión, la chica tenía el pelo corto, castaño y liso que le llegaba a la altura de la barbilla.

"El pilar de agua Tomioka Giyuu, un joven de 24 años, piel blanca bastante pálida, pelo largo y negro arreglado en una coleta desordenada en la base del cuello, ojos afilados de color azul marino, su uniforme es de un color más oscuro de lo habitual, lleva un haori con dos diseños diferentes: el de la derecha es rojo y el de la izquierda muestra un patrón geométrico de cuadrados de color verde, naranja y amarillo, se ha arreglado el hakama de su uniforme con vendas blancas abotonadas para las piernas, su altura ronda el 1. 75 metros. Es muy fuerte, llevando su capacidad física a niveles casi sobrehumanos, posee inmensa velocidad, resistencia y reflejos, es extremadamente peligroso, inventó un undécimo estilo de respiración acuática que anula los ataques enemigos en una batalla uno contra uno, de personalidad aún inexplorada pero aparentemente tranquilo, serio, malo para comunicarse y según algunos, amigable. Es un omega, su pareja de apareamiento es el pilar de la llama Rengoku Kyojuro, tienen cuatro cachorros, de los cuales el primogénito y uno de los trillizos son de la luna superior tres".

- Bueno, esto va a ser más complicado de lo que pensaba. ¿Es realmente necesario que Douma-sama tenga a los niños y al omega? Akaza-sama no va a ser su amigo aunque tengamos éxito. - Refunfuñó molesta y pasó la página perezosamente. - Vaya, es del tipo que le gusta a mi hermana. - Dijo mientras leía la descripción en su mente.

"El pilar de las llamas Rengoku Kyojuro, joven de 23 años de complexión atlética, pelo largo rubio brillante con mechas rojas a la altura de los hombros prácticamente suelto excepto por una pequeña coleta en la parte posterior, sus cejas son negras, terminadas en dos crestas y tiene los ojos dorados con rojo, su haori es blanco siguiendo un patrón degradado a amarillo y finalmente a rojo con llamas en los bordes inferiores, mantiene su hakama uniforme en su sitio mediante bandas de tela roja con llamas amarillas que van de abajo hacia arriba, mide aproximadamente 1. 77 metros de altura. Su fuerza física es increíble, su velocidad es demasiada, realiza ataques letales a corta y larga distancia, posee un gran intelecto táctico, extremadamente peligroso. Afable, cálido, extrovertido, ruidoso, amigable, carismático, bla, bla, bla, sonriente, etc. Es un alfa, su pareja de apareamiento es el pilar de agua Tomioka Giyuu, tienen cuatro cachorros y solo dos están emparentados con él, no hay información sobre ellos lamentablemente. "

- Supongo que esto último tampoco es importante, no nos interesan lo más mínimo. Veamos si hay algo más... - Pasó varias hojas con información sobre el resto de pilares, a veces mucha, en otras sólo uno o dos párrafos cortos.

- Aquí hay uno.

"La hija del pilar de agua Tomioka Giyuu y la luna superior tres es una niña con apariencia de cuatro años, pelo largo, liso y negro, recogido en una trenza y decorado por dos lazos morados, sus ojos son grandes, brillantes y de color azul marino y tiene las pestañas de color rosa pastel. Posee un peculiar arte de demonio de sangre, puede transformarse en demonio a voluntad conservando su conciencia humana y es capaz de utilizar un círculo de luz azul con unos símbolos que parecen de una brújula, no se sabe que hace pero cuando ataca es muy difícil de golpear, ella bloquea o esquiva todo como si supiera lo que viene."

- Afortunadamente no tengo que ocuparme de ella, mi objetivo debería estar en la siguiente página.

"El hijo del pilar de agua Tomioka Giyuu y la luna superior tres es aún desconocido en muchos aspectos, la información de su apariencia se obtuvo gracias al altercado entre cazadores y pilares. Con la apariencia de un niño pequeño, tiene el pelo rosa claro como sus pestañas, ojos verdes oscuros y según rumores recientes tiene una habilidad curativa pero se desconoce si esto es cierto."

- Cierto, subestimen al mocoso, si resulta que tiene otro arte de demonio de sangre que no viene en este informe mataré al que lo escribió.

- Hey, ¿no eres la cazadora que se unió al último grupo de mizunoto hace tres días?

La chica giro la cabeza hacia atrás mientras doblaba y metía las hojas de información dentro de su pecho. Un chico cuyos ojos sólo podían verse a través de su uniforme de kakushi esperaba su respuesta con impaciencia.

- ¿Y si lo soy?

- Para empezar necesito saber tu nombre, nos han asignado la tarea de verificar el desempeño de los últimos cazadores que se unieron, en base a eso se preparará un entrenamiento especial.

La chica puso los ojos en blanco y respondió irritada.

- Saki

- ¿Eres la hija del viento o qué? Nombre completo.

- Sutoraiku Saki

- Ve a tu misión, allí nos reuniremos un pequeño grupo de cazadores.

"Por supuesto, como si esto no fuera lo suficientemente complicado con el cuervo cuidándome. ¿Ahora tengo que lidiar con él también?" De todos modos, no tenía otra opción así que continuó su camino hasta llegar a su destino donde se encontraba un grupo con otros cazadores del rango Mizunoto.

- Encuentren al demonio y acaben con él, estaré evaluando todo así que no sean idiotas y hagan las cosas como normalmente lo harían. ¿Entendido?

- Sí.

- Más les vale.

Se pusieron en marcha y la chica no podía estar más incómoda.

"No es que me moleste matar bestias de ningún tipo pero cuanto más tarde más bajará mi puntuación en esta misión... aunque no tengo ni idea de por donde empezar"

- ¡Cuidado!

Los cazadores desenvainaron sus espadas y se encontraron cara a cara con tres demonios que, a juzgar por su aspecto, llevaban mucho tiempo sin comer. La lucha comenzó, el kakushi no podía estar más decepcionado de lo que estaba presenciando.

"Algunos no usan alientos, los que lo hacen les dan un uso incorrecto o bastante normal y hay otros que definitivamente necesitan más entrenamiento físico".

- ¡Deja que te hinque el diente, humano! - gritó una de las bestias.

Saki lo esquivó con suavidad y de un tajo dejó que la cabeza rodara por el suelo.

- No te atrevas a hablarme, vulgar sabandija. - dijo despectivamente, pateando el cuerpo desintegrado lejos de ella.

"Huraña y tal vez un poco arrogante pero Saki Sutoraiku parece tener algo de experiencia a diferencia de los otros que están teniendo varios problemas y probablemente se hagan matar pronto".

Un sonido de agua fue todo lo que escucharon y de repente los otros dos demonios se estaban consumiendo en cenizas. Estaban desconcertados hasta que vieron al kakushi inclinarse respetuosamente y saludar.

- Buenas noches Tomioka-sama, es un placer toparnos con el pilar de agua en esta ocasión.

"¿P-P-PILAR DE AGUA? Mierda, Mierda Mierda " Al menos no era la única que se había puesto pálida, todos se giraron para ver al de pelo negro.

Saki tragó grueso y miró hacia abajo, no había duda, aquel era el omega que la luna superior dos les había encargado capturar. Su aspecto denotaba poder y experiencia, era un aura realmente impresionante que la puso aún más nerviosa.

"Que diablos, ni siquiera pude seguir sus movimientos, es como si fluyera entre ellos sin mucho problema. Menos mal que no tengo que enfrentarme a él, perdería inmediatamente... Uf pero tengo que llevarme a uno de sus hijos. ¿Cómo voy a hacer eso? No creo que me permita seguirle, se dará cuenta aunque mantenga suficiente distancia".

Tomioka alineó su katana con su vaina antes de guardarla, volteó a verlos haciéndolos saltar de miedo.

- ¿Están bien?

Respondió el kakushi por ellos.

- Muchas gracias pilar de agua, disculpe la confusión durante su patrulla, estábamos evaluando el desempeño de los novatos.

- Oh... lo siento.

- Al contrario, gracias por esta lección de increíble valor educativo. - El kakushi les miró con desaprobación, esperando su agradecimiento.

- Sí, ¡muchas gracias pilar de agua! - exclamaron al mismo tiempo, inclinándose apresuradamente por miedo a faltarle al respeto.

"¿Por qué los mizunoto siempre hacen eso? Ni que yo fuera tan especial". Al verlos a salvo, Tomioka se retiró y no fue hasta que se perdió completamente de vista que los chicos volvieron a respirar tranquilos.

- No me gusta estar cerca de los pilares, son aterradores.

- Yo pienso lo mismo, son ridículamente poderosos.

- No todos son así, me gusta la pilar del amor, si no estuviera fuera de mi alcance me encantaría intentar cortejarla. - Comentó uno de ellos con una mirada de amor.

- Está claro que no te has topado con el pilar serpiente. No mires a Kanroji-san si está cerca, te matará.

- El pilar de la llama es muy amistoso, es fácil hablar con él.

- Mientras no te acerques a sus hijos...

- ¿Qué? ¿Tiene hijos?

- Sí, con Tomioka-san, ¿cuánto hace que entraste que no lo sabías?

- Silencio, sabes que no se te permite hablar de este tema libremente, hazlo de nuevo y lo reportaré a los superiores. - amenazó el kakushi, terminando de anotar sus observaciones.

- ¿Por qué le dan tanta importancia? Serán muy poderosos y lo que quieran pero no dejan de ser seres humanos. - gruñó Saki.

La vieron sorprendidos, estaba nerviosa por su verdadera misión y acababa de chocar accidentalmente con uno de los objetivos, las palabras que había dicho eran más bien un comentario para tranquilizarse. El que les estaba evaluando recibió un mensaje a través de un cuervo y les indicó una nueva dirección donde habían avistado a un par de demonios instándoles a darse prisa.

Iban deprisa y la chica se dio cuenta de que una de las dos únicas mujeres del grupo se acercaba lentamente a ella.

- Deberías cuidar tus palabras, últimamente no estamos en una situación fácil gracias a un grupo de idiotas. - Susurró entre jadeos de la carrera.

- ¿De qué estás hablando?

- Probablemente no lo sepas porque no llevamos mucho tiempo en el cuerpo de cazadores de demonios pero mi hermano también es cazador, tiene el rango Tsuchinoto. Me contó que hace tiempo hubo una traición, intentaron matar a los pequeños de los pilares de la llama y el agua. Por su culpa, todos los pilares se pusieron en guardia y se giraron para ver a los de rango inferior. Si no quieres que sospechen de ti, debes demostrarles que no eres como ellos, demostrar que nadie de nuestro grupo planea volver a hacer algo tan estúpido.

Sintió claramente que una flecha de incomodidad la atravesaba, acababa de llamarla estúpida.

"Seguro que lo soy, sólo a mí se me ocurre proponerme entre los seguidores de Douma-sama para una misión suicida... en fin, todo sea por el paraíso".

- Tienes razón, es una tontería - Consiguió decir con dificultad, se le ocurrió una idea. - Los idiotas no se quedaron aquí, ¿verdad?

- No, en absoluto. Fueron expulsados hace tiempo.

- Excelente, un problema menos, no me gustaría haberme encontrado ¿con...?

- No los conozco a todos, pero uno de ellos se llamaba Taiki y tenía nuestra edad.

- Taiki, no lo olvidaré, nos clavó una molesta espina, no me importaría darle su merecido.

La chica se rió un poco y se volvió hacia el frente con algo de lástima en los ojos.

- No te preocupes, he oído que Tomioka-san lo dejó en muy mal estado y Kocho-san se negó a tratarlo por completo.

- ¿Qué heridas quedaron sin curar?

- Si no me equivoco varias costillas rotas, golpes en el cuerpo y una muñeca rota.

"Bingo"

- Bueno definitivamente lo tuvo difícil, lo siento por él. - Dijo con una sonrisa en la cara.

Taiki necesitaba una visita y ella necesitaba información, parecía un trato justo.

Estaba amaneciendo y Tomioka cruzaba las calles de un pueblo. Tsutako le había pedido durante horas el día anterior un ohagi, aún no le había dicho nada pero quería darle una sorpresa para comer. Afortunadamente, la tienda ya estaba abierta, esperando vio el banco donde tiempo atrás se había sentado con su pequeña para comer el mismo tipo de dulce, el recuerdo le dio calor y distraídamente se tocó el abdomen.

"¿Han pasado ya casi tres años? Tsutako es tan pequeña y a la vez tan grande... mi pequeña... a veces desearía que aún cupiera en mis brazos, tan frágil, tan bonita, tan inocente". Se dio cuenta de que su pedido estaba listo, pagó y se marchó.

Caminó rápidamente hasta que unos hombres le cerraron el paso, algunos que pasaban por allí se detuvieron curiosos, la expresión indiferente de Tomioka mostraba fastidio y esperó una respuesta a eso.

- Eres un omega, ¿no?

"¿Cómo lo saben? ¿Qué quieren?" No le preocupaba en absoluto pero quería saber que pretendían. No contestó, eran tres y un poco más alto que él, uno se acercó, insinuándole haciendo que Giyuu se sintiera increíblemente incómodo.

- Eres el mismo omega embarazado de hace tiempo, sigues igual de guapo, incluso mejor sin esperar un bebé, me encantaría cuidar de ti, ¿sabes? No me importa que ya tengas un cachorro.

Tenía intención de tocarle la cintura pero el filo de una espada que amenazaba con cortarle la mano lo detuvo, se giró para ver al omega de pelo oscuro con cara de estupefacción, su expresión seguía siendo la misma y sus ojos azules le devolvieron la mirada retándolo a continuar con lo que tenía intención de hacer. Apartó la mano del arma con la otra y puso cara de fastidio.

- Eres un omega pero no uno fácil. - Murmuró.

Tomioka apartó la espada y se abrieron paso, dejándole continuar su camino mientras los curiosos cuchicheaban sobre lo que acababa de suceder.

- Puedo cuidar de mí mismo. - Susurró para quitarse las ganas de decir aquello en su cara.

Los omegas no eran un sector marginado de la sociedad, afortunadamente, pero cada día parecía haber más personas que querían aprovecharse de su naturaleza. El 13% de la población eran omegas, y de ellos algo menos de la mitad eran omegas masculinos, mientras que los alfas representaban el 25% de la población y sólo dos quintas partes eran alfas femeninas. Giyuu llegó a su destino y entró en la finca del agua con estos pensamientos en la cabeza.

- Ya he llegado. - Anunció en voz baja.

Su rostro indiferente fue sustituido por una sonrisa cuando oyó varias voces que le daban la bienvenida.

- ¡Mamá! - Exclamaron tres niños emocionados.

- Giyuu-san bienvenido a casa. - Dijo Senjuro.

- Giyuu, ¡qué alegría verte hoy! - se alegró Mitsuri.

- Hola Tomioka-san, es bueno ver que has vuelto sano y salvo de otra misión. - saludó Shinobu.

- Hola, mamá. ¿Cómo te ha ido? - Preguntó Tsutako.

Definitivamente había vuelto a casa y al parecer tenían invitados lo cual le alegraba.

- Bien.

Tsutako fue la primera en llegar a su lado y le abrazó con fuerza. Giyuu se agachó para cargarla y devolverle el abrazo, Tsutako se aferró más a él hundiendo la cara en su pelo con alegría mientras Giyuu desprendía un poco de su aroma tranquilizador, podía parecer y actuar mucho más grande ahora, pero seguía siendo una niña pequeña.

"Mi bebé, mi dulce y preciosa hija". Se dijo mientras rozaba su nariz con la de la niña con inmenso cariño.

- Te quiero mucho. - murmuró Tsutako abrazándose a su cuello.

- Yo te quiero más.

Tsutako iba a responder que le quería mucho más cuando la voz de sus hijos llegando les interrumpió. Le tendieron tres frascos para que los examinara y pudo ver insectos reptando en su interior.

- Mira, ¡hemos encontrado varias orugas! Mitsuri nee-san nos dijo que se envuelven en un capullo y se transforman en mariposas. - explicó Ryu.

- ¡Sí! ¡Y Shinobu nee-san nos enseñó a hacerles una casa en un tarro de cristal para que podamos ver cómo se transforman! - completó Tyojuro con emoción en los ojos.

- Tardaremos un poco, pero podremos verlos de cerca y luego los soltaremos en su casa. - Haruki terminó con un tono más calmado pero era fácil ver que estaba muy entusiasmado con la idea.

Tomioka bajó a Tsutako y agachándose acarició las cabezas de Haruki y Tyojuro que estaban en los extremos y besó la frente de Ryu que estaba en el medio.

- Parece interesante. - Se giró hacia las chicas y ellas entendieron su pregunta aunque no lo había dicho.

- Acabo de volver de una misión y se me ocurrió pasar a saludar, hace varios días que no veo a mis mochis. - Dijo Mitsuri apretando a los niños en un abrazo.

Los cuatro tenían sus mejillas apretadas por aquella acción y Shinobu no pudo evitar sonreír ante sus reacciones: Tsutako estaba en un extremo y sonreía encantada, su mejilla chocaba con la de Ryu cuyo rostro mostraba los ojos cerrados con fuerza, molesto por estar emparedado entre las mejillas de su hermana y Haruki, el susodicho sonreía tímidamente y algo preocupado por su hermano de pelo negro mientras Tyojuro estaba en el otro extremo fijándose al igual que Shinobu en las reacciones de los demás mientras contenía una pequeña risa . Kocho se dio cuenta de que aún no había respondido a la silenciosa pregunta de Tomioka y volvió a centrar su atención en él.

- Tanjiro-kun dijo que vendría a practicar con Tsutako-chan y me preguntó si podía estar presente por si pasaba algo.

- ¿Practicar?

- Con su arte del demonio de sangre. Ara ara, Tomioka-san no me digas que no estabas al tanto.

El de pelo negro indagó en sus pensamientos y la situación de la que hablaban acudió a su memoria.

- Ah.

- ¿Y bien?

- Ya lo sabía.

- De verdad Tomioka-san... por eso todos te odian.

- Nadie me odia.

Shinobu lo vio, feliz por su respuesta. Parecía que por fin entendía que sólo lo decía para molestar, el pilar insecto se percató de un pelo rubio con rojo que se acercaba lentamente por detrás de Tomioka, se dio cuenta pero fingió no hacerlo. Segundos antes de que Rengoku pudiera agarrarle por la cintura, Giyuu se giró cogiéndole de las muñecas y dándole un pequeño tirón hacia abajo mientras miraba directamente a los sorprendidos ojos ardientes.

- Bienvenido a casa, Kyojuro.

- Increíble percepción Giyuu, ¡primera vez que consigues fijarte en mí! - respondió el pilar de llamas.

Giyuu decidió provocarle un poco como castigo y aún con las manos cogidas le dio un rápido mordisco en el labio inferior. Kyojuro se sobresaltó sonrojándose un poco cuando el pelinegro le soltó, relamiéndose discretamente los labios.

- Ara ara, quién iba a decir que el cazador se convertía en presa. - bromeó Kocho.

Mitsuri se había llevado a los niños a jugar hacía un par de minutos para que no presenciaran nada. Tomioka invitó a Shinobu a quedarse a comer con ellos con una mirada a lo que ella asintió encantada, Rengoku la siguió y se detuvo con Giyuu después de que entrara buscando a los pequeños.

- ¿Compraste algo?

En respuesta Giyuu le mostró lo que había conseguido.

- Vaya, Tsutako se pondrá muy contenta cuando huela eso.

- Siempre se comporta de forma muy responsable con los niños, creo que darle algún dulce de vez en cuando no le viene mal.

- Estoy de acuerdo contigo; comamos, la misión de hoy ha sido tediosa y me muero de hambre.

- Vale pero necesito que me ayudes a reparar mi haori en lo que cocino.

- ¿Qué ha pasado?

- Creo que se atascó en algo, falta un trozo de tela en la parte inferior.

Rengoku se asomó y descubrió que había un agujero en la parte inferior de la tela justo donde se juntaban los patrones.

- Qué raro, no parece desgarrado.

- No importa, eso se puede arreglar. Ahora vámonos o Ryu empezará a quejarse de hambre otra vez.

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