La noche esperada
La finca del agua estaba llena de ruido, Tomioka cepillaba el pelo de Tsutako mientras ésta proclamaba su emoción a los cuatro vientos.
- ¡Hoy será la primera vez que estaremos fuera de noche, podré ver una estrella fugaz y pediré un deseo como dijo Tanjiro! - exclamó emocionada agitando los brazos.
El de cabello negro iba a preguntar cuál era ese deseo cuando los gritos de Zenitsu perforaron sus tímpanos.
- ¡Nezuko-chan te ves preciosa con ese peinado!
- Fue difícil pero valió la pena - Tanjiro suspiró admirando la coleta alta que le había hecho a su hermana adornada con un broche de mariposa amarillo y dorado.
- Tienes la habilidad de hacerte diferentes peinados Tanjiro. - admiró Shinobu mientras Nezuko emitía pequeños sonidos de aprobación e intentaba acercar a Kanao para que su hermano también pudiera peinarla.
- En realidad sólo sé hacer cosas sencillas - el chico se sonrojó mientras sonreía - fue Giyuu-san quien me enseñó hace un par de horas.
- Ara ara, Tomioka-san nunca dejas de sorprenderme. - Expresó Shinobu con sinceridad, volteando a ver al moreno.
Tomioka suspiró ante su comentario. ¿Cómo es que su casa se había llenado de gente tan ruidosa? Un grito de Inosuke persiguiendo a Zenitsu por la habitación con la intención de asestarle una serie de golpes le puso los pelos de punta y le refrescó la memoria. "Tanjiro" fue la respuesta.
- Giyuu-san sé que dije que iríamos solos con Rengoku-san y Senjuro-kun pero Zenitsu e Inosuke acaban de volver de una misión y quieren venir con nosotros.
- Está bien, no creo que sea un inconveniente. - Dijo mientras cosía una rotura en el lado geométrico de su haori.
- ¡Muchas gracias Giyuu-san! Iré por ellos a la finca de las mariposas, no tardaré mucho. - Dijo mientras corría en busca de sus amigos.
Poco sospechaba el pilar de agua que el chico de pelo burdeo traería no solo a los chicos sino también a Shinobu y a su hermana pequeña que también era su tsuguko.
- ¿Kocho? ¿Qué haces aquí? - preguntó confundido mientras Tsutako corría a saludar al pilar insecto.
- Recibimos un mensaje hace poco, los demonios están empezando a cazar en grupos pequeños. Oyakata-sama está al tanto del festival y pidió a los pilares cercanos que ayudaran y vigilaran la situación. ¿No te lo dijo tu cuervo?
No sabía cómo explicarle a Shinobu que su cuervo era viejo y a menudo se equivocaba de dirección u orden.
"Si no ha llegado es porque se habrá perdido"
Se limitó a negar con la cabeza ante aquel pensamiento mientras tomaba un broche con adornos azules para mantener unidos los mechones de los costados de Tsutako en la parte trasera y dejarle el cabello suelto.
- Tsutako-chan también se ve hermosa- Zenitsu suspiró encantado- pero no entiendo porque tiene ropa de cazadora, le queda un poco grande.
La respuesta era sencilla, mientras Tomioka tomaba un baño, su hija había aprovechado para colarse en la habitación donde su madre guardaba sus cosas. Le encantaba el lugar porque había varias cosas interesantes, abriendo una caja había encontrado el primer uniforme de cazadora de demonios del pilar de agua.
Al momento de salir de bañarse, Giyuu se encontró con la mirada suplicante de su hija y esta vez no pudo negarse, Mitsuri le había regalado hace un par de días un lindo haori con un estampado de mariposa azul ya que sabía lo mucho que le gustaba el de Shinobu. Como aún tenía tiempo, Tomioka arregló la tela sobrante del uniforme con unas simples puntadas y ató el largo sobrante del haori en una especie de lazo a su cintura, no quedaba mal así que decidió dejarla ir al festival vestida así.
Se estaban haciendo los últimos preparativos, Kanao había accedido al deseo de Nezuko y Tanjiro se peinaba el suave cabello en una coleta ligeramente alta, ambos confundidos por el aumento de sus latidos, Tomioka se aseguraba de que Tsutako no pasara frío sin su gorrito y su bufanda, Shinobu le explicaba a Inosuke lo que tenía permitido hacer durante el festival y Zenitsu se aseguraba de que todo en su apariencia estuviera perfecto emocionado por el hecho de caminar al lado de Nezuko.
Alguien llamó a la puerta y un par de cabezas rubias que conocía bien saludaron a Tomioka en cuanto abrió la puerta.
- Hola Giyuu! - exclamó Rengoku, ignorando el hecho de que sólo habían pasado unas horas desde la última vez que se habían visto.
- Hola Kyojuro, Hola Senjuro -saludó mientras las voces del interior de la casa se acercaban.
- Parece que son varios los que nos acompañarán. - dijo Rengoku divertido.
- Oh, Rengoku-san es un placer verte esta noche.
- ¡Igualmente Shinobu! Oigan, ¿no notan algo diferente? - Preguntó el pilar de llamas.
Muchos ojos escrutaron a los recién llegados y Tanjiro se sorprendió lleno de alegría.
- Senjuro-kun, ¡llevas un uniforme de cazador de demonios!
El mencionado sonrió nerviosamente mostrándoles su espada nichirin la cual era de un color rojo brillante. La emoción y las felicitaciones cayeron sobre el nuevo miembro oficial, Tomioka dirigió su mirada a Kyojuro y aunque lo vio feliz, pudo sentir una ligera preocupación detrás de su sonrisa. Se acercó a él.
- ¿Te encuentras bien? Te noto inquieto. - preguntó con calma causando sorpresa en el rostro de Rengoku.
- ¿Es tan obvio? - Se rió y luego volteó a ver a su hermanito animado por las reacciones de los demás.
- No, pero puedo distinguir tu sonrisa. - Murmuró.
Rengoku le sonrió con cariño y con un suspiro decidió aflojar el nudo de su pecho.
- Estoy orgulloso de él, sabía que sin importar el camino que eligiera, sería increíble en él, ha crecido en confianza y habilidad pero... no puedo evitar sentir miedo de lo que va a enfrentar de ahora en adelante.
Tomioka le entendía, le pasó con Tanjiro. Estaba orgulloso de sus avances pero temía constantemente por su seguridad y desde que nació Tsutako, su instinto maternal había incrementado ese sentimiento.
- Cuidaremos de él, todos nosotros. No te preocupes - le tranquilizó Tomioka.
- Gracias, sé que lo harán.
Un precioso rayo de sol entró en la periferia de Rengoku al igual que un grito de alegría.
- ¡Papá, papá! Mírame, soy una mariposa como Shinobu nee-san.
Tomioka suspiró resignado con un ligero rubor, Kyojuro le devolvió una alegre sonrisa y se agachó hasta encontrarse con sus ojos.
- Es verdad Tsutako-chan, ¡eres la mariposa más hermosa que he visto nunca! Pero te falta una cosa.
- Eh, ¿qué cosa?
- ¡Volar! - exclamó mientras cargaba de repente a la niña y la lanzaba por los aires, con mucho cuidado.
La niña se sorprendió de la acción antes de empezar a reír mientras agitaba las mangas de su haori que parecían alas de mariposa. Tomioka no pudo aguantar más la escena dejando ver en su rostro una expresión cálida, semejante lindura debería ser ilegal, no había forma de que un latido tan acelerado fuera saludable.
Una vez pasada la excitación inicial todos se dirigieron a la aldea donde tendría lugar el festival, charlando divertidamente entre ellos.
- Finalmente cayó la noche, ya era hora - Akaza se levantó del suelo de la cueva y salió al exterior.
"Debo comer, ese hombre no fue suficiente".
Estaba a punto de salir a cazar cuando sintió la presencia de otros demonios muy cerca de donde se encontraba. Intrigado, se dirigió hacia donde estaban los otros y su rostro reflejó disgusto al verlos. Eran muy simples en apariencia, rápidamente se dio cuenta que su poder no podía competir ni con una luna inferior. Eran cinco, tres chicos y dos chicas. En cuanto notaron su presencia, varios se asustaron.
El primero que le reconoció se acercó a recibirle.
- ¡Luna superior tres! No esperábamos tener el honor de ver a tan alto rango aquí en esta espléndida noche de... - Su cabeza voló con una patada que le dio el demonio.
- Corta el rollo pequeña peste, mejor dime por qué están todos aquí. - Dijo Akaza fijando sus ojos amarillos en el cuerpo que se estaba regenerando lentamente.
- Conseguir comida se ha vuelto cada vez más complicado, ¡en grupo es más fácil! - Exclamó inmediatamente una de las chicas del grupo, aterrada ante tal muestra de poder.
- No es culpa mía que todas seáis débiles e inútiles - se burló Akaza.
- Es por culpa de los cazadores de demonios, hay tres condenadamente buenos para ser solo unos niños insignificantes. - Protestó otro chico.
Ni siquiera había terminado de hablar y la cara de Akaza ya mostraba aburrimiento, estaba a punto de dejarlos cuando su cuerpo se congeló y sus ojos se abrieron de par en par. Una sensación de calor recorrió su cuerpo.
Se giró hacia la chica demonio que dedujo que llevaba mucho tiempo sin comer.
- Oye tú, si quieres comida fácil te la daré pero antes necesitaré que hagas algo por mí.
- ¿Hablas en serio?
- Maldita sea, ¿quieres comer o no?
- ¡Si! Discúlpame por favor, haré lo que me pidas.
Akaza sonrió satisfecho y le hizo un gesto para que le siguiera, ella se apresuró tras él y los demás le siguieron tras escuchar la propuesta que había hecho la luna superior.
La noche era perfecta, las luces iluminaban la calle llena de gente y la alegría se percibía en cada rincón. Tsutako nunca había visto tantas personas en un mismo lugar, se había escondido detrás de las piernas de su madre, asomándose tímidamente sobre todo cuando algunos la miraban con simpatía o por lo linda que era.
- Ahí fuera huele a comida.
Inosuke estaba a punto de correr en dirección al delicioso aroma, pero una mirada de Shinobu bastó para retenerlo.
- Debemos estar atentos al entorno, tengan cuidado. - les recordó la pilar insecto antes de que los jóvenes se entusiasmaran y comenzaran a dispersarse.
Tanjiro hizo un gesto a Kanao y Senjuro para que se unieran a ellos, el rubio corrió a su lado y Shinobu observó como su protegida entraba en conflicto, pero antes de que pudiera sacar la moneda como de costumbre para decidir Shinobu le dio un empujón sobresaltando a la chica que se giró para verla confundida.
- Debes relajarte de vez en cuando Kanao- dijo Shinobu indicándole que fuera a divertirse.
La chica asintió y tomó la mano que el chico le acababa de ofrecer mientras se sonrojaba, Tanjiro la guió entre la gente para llegar con sus amigos.
- Parece que Shinobu cuidará de Tsutako-chan durante un tiempo. ¿Qué te gustaría hacer mientras tanto? - preguntó Kyojuro a Tomioka con interés.
- Podríamos pasear por el lugar y elegir qué hacer mientras vigilamos la situación. - propuso el de pelo negro.
- De acuerdo, ¡eso haremos! - exclamó Rengoku, tomándolo de la mano para caminar juntos.
Tomioka estaba muy contento, aquellas estaban siendo las mejores horas de su vida. Se habían detenido en un juego de puntería y Kyojuro obtuvo el mejor premio sin ninguna dificultad, tal y como Tanjiro había imaginado se cruzaron con Kanroji y Obanai, los cuatro fueron a comer algo de takoyaki y ambos pilares de pelo oscuro observaron como sus respectivos compañeros devoraban sin cesar al menos diez platos de comida entre risas y expresiones típicas entre ellos.
Se separaron de ellos e intentaron pescar algunos peces con una especie de red de papel, para sorpresa de Rengoku seguía fallando por más que lo intentaba, sin embargo Giyuu había pescado siete peces y sólo había roto una red. Siguieron su camino y se encontraron con los jóvenes que estaban comprando manzanas de caramelo y otros tipos de dulces.
Kanao nunca los había probado y sonreía encantado por el dulce sabor, Inosuke ya se lo había comido prácticamente todo e intentaba robarle los dulces a Zenitsu, Tanjiro y Senjuro reían junto a Nezuko que llevaba una máscara parecida a la de Haganezuka (por casualidades del destino también era el herrero de Senjuro).
Se acercaron para escuchar todo lo que habían estado haciendo, el pilar de llamas aprovecho para coger dos manzanas de caramelo y justo en ese momento llegaron también Shinobu y Tsutako hablando entre ellas con entusiasmo.
Kyojuro se acercó y le ofreció una manzana a la niña, al ver que tenía una fina capa de caramelo no tardó en tomarla y empezar a comérsela con alegría. Volvió al lado de Tomioka y le ofreció un poco, el de pelo negro se acercó a morder la manzana y tal y como el rubio había planeado, sus labios se cubrieron de caramelo.
"No está mal" pensó Giyuu relamiéndose los labios sintiendo su boca un poco pegajosa pero al segundo siguiente se quedó helado cuando sintió la boca de Rengoku sobre la suya, limpiando con hambre y delicadeza el más mínimo rastro del caramelo que quedaba en su cara. Cuando Kyojuro se apartó, le miró atentamente para ver su reacción.
1...2...3...
"¡¿EH?!" Gritó Tomioka para sus adentros, tapándose la boca con las manos por la sorpresa.
Se giró para ver a los demás, Senjuro y Tanjiro fingían no haber visto nada pero el rubor en sus caras les delataba. Kanao, Nezuko e Inosuke estaban confundidos ante la acción, Zenitsu rechinaba los dientes de envidia y Shinobu sonreía con las manos tapando los ojos de Tsutako mientras la niña le permitía tal cosa pensando que era otro juego.
- Si piensas volver a hacer eso, será mejor que vayas a un lugar más privado, Rengoku-san, aquí hay niños. - le regañó Kocho.
- Lo siento, Shinobu, ¡me he dejado llevar! - Se disculpó Kyojuro sin dejar de sonreír enormemente por cómo se había tomado la situación el pilar de agua.
Un grito se escuchó a unos metros de donde estaban haciendo que los pilares se pusieran en alerta. Vieron a una persona sujetándose dolorosamente el brazo con goteo de sangre mientras una silueta huía abriéndose paso entre la multitud, era un demonio no había duda.
- Shinobu encárgate del herido, yo me encargaré del demonio. - Dijo Rengoku mientras se lanzaba a perseguir a la criatura.
- No bajes la guardia Rengoku-san. -pidió la pilar insecto y antes de hacer lo que le habían asignado miro a los demás - Tomioka-san, Kanao, ustedes dos vayan en busca de Kanroji y Obanai, es muy probable que este no sea el único demonio, y ustedes lleven a Tsutako-chan y localicen a los demás demonios.
- De acuerdo - dijeron todos y todos se apresuraron a cumplir sus misiones.
Segundos antes de partir, Nezuko se había metido en su caja y Senjuro había tomado a Tsutako en brazos, ahora corrían rápidamente rodeados de gente mientras se dedicaban a encontrar a los demonios esparcidos por el lugar.
- Hay dos cerca de los pilares del amor y de la serpiente, Tomioka-san y Kanao se encontraran con ellos muy pronto. - Dijo Zenitsu asustado prestando especial atención a los sonidos a su alrededor.
- Huele a que un demonio está muy cerca, debemos estar preparados. - Anunció Tanjiro con una mano ya en la empuñadura de la katana.
- Perfecto, esto será rápido y doloroso para ellos. - Dijo Inosuke desenvainando sus espadas.
Tsutako no estaba asustada y Senjuro no sabía si debía sentirse aliviado o preocupado por ello.
Mientras tanto Tomioka y Kanao se apresuraban a llegar a donde la chica había visto por última vez a los otros pilares. Iban muy rápido pero lo que ocurrió fue aún más rápido, una zona negra de forma cuadrada apareció de repente junto al pilar de agua y una mano le tapó la boca mientras otra le cogía del brazo y tiraba de él hacia dentro. Kanao no se dio cuenta y llego hasta donde estaban Mitsuri y Obanai.
- Aparecieron demonios pero no sabemos cuántos hay, tenemos que proteger a la gente y matar a esos demonios - explicó rápidamente.
- ¿Shinobu-chan te dejó venir sola? - preguntó Kanroji sorprendida por la confianza de Kocho en su sucesora.
- ¿Qué? El pilar de agua está justo... - no había nadie a su lado, se giró hacia atrás y a sus lados pero no lo vio - ¿aquí?
Kanroji iba a decir algo cuando dos ataques cayeron cerca de ellos causando pánico en la gente de esa parte que comenzó a huir y esconderse.
- No hay tiempo para buscarlo, debe haber visto a otro demonio y lo ha seguido. - Exclamó Iguro, esa era la única opción lógica.
- Terminemos con estos y vayamos a buscarlo- dijo Mitsuri desenvainando su peculiar espada.
Las chicas demonio comenzaron a sudar del terror de estar justo en frente de dos de los mejores cazadores de demonios, una de ellas sintió algo en el aire sobre ella y milagrosamente logró moverse antes de que una ráfaga de viento cortante le rebanara la cabeza.
- ¡Sanemi! ¡No sabía que Oyakata-sama también te había asignado aquí! - exclamó el pilar serpiente.
- No lo sabía, pero quería masacrar a unos asquerosos adefesios. - Replicó Shinazugawa divisando al demonio que había logrado evadirlo, la chica gritó aterrorizada y dejó a su compañera solo.
- ¡HEY NO ME DEJES AQUI, COBARDE!
Apenas tuvo tiempo de activar su técnica de sangre y cubrirse de la espada pilar del amor en un escudo de energía.
- Su arte de demonio de sangre es débil, encárgate de ese, yo me encargaré de la otra escoria. - Dijo el pilar de pelo blanco desapareciendo en persecución de la desertora.
Kanao tenía un mal presentimiento, algo le decía que el pilar de agua necesitaba su ayuda pero ella tenía órdenes de permanecer a su lado. Recordó a Tanjiro y cómo le había dicho que escuchara atentamente a su corazón.
- Espera, ¿a dónde vas? - preguntó Iguro mientras veía alejarse a la hermana de Shinobu.
Su corazón había hablado y le había susurrado que tenía que encontrar a Tomioka-san.
Una curiosa sensación había aparecido a su lado mientras corría, fue durante una fracción de segundos y antes de que pudiera reaccionar, sintió una mano que tiraba de él y otra que le tapaba la boca.
Blandió su espada hacia las manos, cortándolas eficazmente sin usar su aliento, escuchó un grito y de pronto se encontró en el fondo de un callejón sin salida, en la entrada vio las luces del festival y algunas personas que parecían no estar al tanto de la situación aún transitando por la zona.
"Al menos sigo en el mismo sitio, debo ir a ayudarles".
No había dado un paso cuando escuchó en su oído una voz que había querido no volver a oír.
- Hola Giyuu, ¿te estás divirtiendo?
Akaza estaba detrás de él, no necesitaba ver la voz que hablaba para saber que era él, su cuello ardía como loco y había empezado a calentarse. Tragó pesado al tener un flashback de todo lo que había pasado esa noche. Pero no le iba a dar el gusto de verlo asustado. Jamás.
- Tranquilo solo quiero hablar contigo, por ahora.
"¿Y cuánto durará exactamente ese por ahora?". Se preguntó el moreno al sentir las manos de Akaza bajar el cuello de su uniforme para ver la cicatriz que tenía. No quería permitir que lo tocara, pero ya había comprobado su fuerza y sólo, no era un rival que lo pudiera vencer.
- Has estado tomando supresores, ¿verdad? Sentía como tu celo se acercaba, pero a veces, la sensación desaparecía. - comentó, delineando con el dedo la marca que le había dejado hacia casi un año.
Tomioka no contestó, estaba apretando la empuñadura de su katana, deseoso de acabar con aquel lazo que le encadenaba día y noche.
- Eres muy terco, parece que te gusta poner las cosas difíciles. - rió provocando una sensación de inquietud en el estómago de Tomioka.
El de pelo negro se vio obligado a mirarle a los ojos cuando le cogió la barbilla y giró la cabeza hacia él. Empezó a preguntarse cuanto tiempo más Akaza lo tendría así cuando empezó a sentir mucho calor, se asustó sabiendo lo que significaba e intentó apartarse un poco, pero en cuanto apartó la mirada, Akaza lo tomó violentamente de sus mejillas.
- Soy tu alfa Giyuu, y no puedes hacer nada para cambiarlo- afirmó con tono firme.
Por el tono era obvio, el sentido posesivo del alfa despertado estaba hablando.
Intentó desesperadamente apartar las manos de su cara y lo intentaba con más fuerza cada vez que sentía como las feromonas que la luna superior estaba liberando especialmente para su naturaleza omega estaban provocando la aparición de su celo. Si empezaba del todo no habría forma de pararlo.
Giyuu consideró seriamente usar su espada para escapar, pero eso sería innegablemente desafiar al alfa y las consecuencias podrían ser terribles, con sus amigos y su hija allí no correría ningún riesgo.
Akaza vio en sus ojos azules como la angustia se apoderaba de ellos y algunas pequeñas lágrimas comenzaban a surgir de la temperatura que desprendía su cuerpo, parecía que en cualquier momento aquel azul oscuro se derretiría junto con el agua que salía de sus ojos.
- No dejas de ser un omega único - comentó la luna superior - es una pena que no hayas aceptado convertirte en demonio. Como mi omega, incluso podríamos aprovechar los momentos en que no estás en celo para estar juntos.
"¿Ser un demonio y vivir con él? Preferiría morir". Pensó mientras sentía que empezaba a marearse y a jadear un poco.
Akaza siguió mirándole a los ojos cuando un recuerdo cruzó su mente. El mismo pelo negro, grandes ojos de un imposible azul y un olor como a agua. Recordaba ahora.
- Pensándolo bien, ¿Tuviste un cachorro de la última vez?
La pregunta disipó momentáneamente el celo. Tomioka lo miró con los ojos muy abiertos, no iba a hablarle de Tsutako, de ninguna manera, no le permitiría que le tocara ni un solo pelo de su linda cabecita.
- Contéstame. - ordenó impaciente, sospechaba la respuesta pero quería confirmarla.
El omega de pelo oscuro se resistía con todas sus fuerzas a la necesidad de contestar, su instinto maternal consideraba peligrosa la situación actual y eso le ayudaba a contrarrestar el efecto de la orden del alfa pero no sería suficiente. Akaza se acercó a su cuello y succionó la zona donde se encontraba su glándula de olor, haciéndole gemir y derrumbando la concentración que había sido capaz de reunir.
- Una vez más. ¿Quedaste esperando la última vez?
- S... N... o... No... -consiguió farfullar.
"Mentiroso". Invadió su boca con fiereza y al cabo de unos segundos, cuando sintió que su cuerpo se relajaba, la luna superior se apartó sabiendo que el trabajo estaba hecho.
- Es la última vez que te lo pregunto, ¿tuviste un cachorro mío?
- Sí - respondió torpe y débilmente el pilar de agua.
Tomioka había luchado contra el estímulo pero se enfrentaba al alfa que le había marcado, para ser sinceros había durado mucho más que cualquier otro omega en su situación.
- Así que tengo un cachorro. - Dijo recordando perfectamente a la niña que había conocido por la mañana.
Definitivamente tenía que ser ella, su omega y ella eran prácticamente iguales.
"Si me hubiera enterado antes podría haber hecho algo, ahora está infectada de la misma mentalidad que esos asquerosos cazadores de demonios". Pensó indignado.
No volvería a pasar, pero por ahora tenía que concentrarse en usar el celo del omega para refrescar su vínculo. Se puso manos a la obra, arrancándole pequeños gemidos al de pelo negro mientras lo lamía y le dejaba marcas de mordiscos en la piel. Los colmillos al encajarse hacían que brotaran pequeñas gotas de sangre, y el sabor era una completa locura para Akaza.
Shinazugawa se movía por los tejados buscando al demonio que se le había escapado, en eso logró distinguir en un callejón que acababa de pasar a un haori dividido que conocía bien de vista, con un mal presentimiento volvió sobre sus pasos y descendió a su encuentro.
Vio a Tomioka acorralado por un desconocido, algo iba mal. Incluso con la mala iluminación, Sanemi pudo ver que el joven de pelo oscuro tenía la mirada perdida, un poco de saliva goteando de su boca, las mejillas rojas...
"Maldita sea, ha entrado en celo".
A juzgar por su forma de actuar sin aparente resistencia contra el alfa, ese definitivamente tenía que ser la luna superior tres. Supuso que no podía percibir las feromonas de Tomioka porque el pilar de agua ya había sido marcado, eso le dio la oportunidad de hacer algo sin perder la cabeza por su olor en el proceso. Vio claramente cómo Tomioka parecía recuperar la cordura y luchaba contra su impulso de apareamiento, y observó cómo aquel hijo de puta se acercaba a él con la intención de morderle en la zona sensible del cuello para que Giyuu se sometiera.
- Oh no... NO EN MI PUTA GUARDIA -gritó, llamando su atención y lanzándose al ataque.
Una vez ya era horrible e imperdonable, y aunque esta vez era algo un poco diferente, una segunda vez no iba a suceder, Sanemi no lo iba a permitir.
Akaza no esperaba que los encontraran tan rápido, esquivó la espada y decidió llevar a cabo el plan B.
En ese momento llegó Kanao, había regresado al último lugar donde estaba segura que el pilar de agua estaba con ella y acababa de escuchar la voz del pilar de viento cerca.
- Tch, hay muchas molestias aquí. - Akaza evadió de nuevo otro ataque y con un salto abandonó el lugar.
- Mierda... si no fuera un lugar tan estrecho podría usar ataques de viento para acabar con él. - Refunfuñó Sanemi, escuchó a Kanao acercarse al pilar de agua que había caído al suelo.
- ¿Tomioka-san, Tomioka-san?
- Joder... ¡CHICA! Escúchame, este imbécil está teniendo un celo y es de los fuertes, tenemos que llevarlo a Rengoku lo más rápido posible.
Kanao asintió mientras Sanemi cargaba a Tomioka en brazos y partían en busca del pilar de llamas. Shinazugawa no se atrevía a mirar directamente a Tomioka, tal vez no pudiera olerlo, pero su estado actual no era conveniente para un alfa contemplarlo por mucho tiempo, podía escucharlo respirar agitadamente, suplicando con necesidad y suavidad que Sanemi lo ayudara.
- Aguanta un poco más idiota, ya viene tu verdadero alfa. - murmuró acercándolo más a su pecho para protegerlo mejor en caso de que Akaza regresara.
- ¡Hay uno delante! - Gritó Inosuke cuando vieron al mismo demonio que había escapado del pilar de viento.
"¡No es posible, son esos malditos niños!". Pensó aterrorizada mientras se preparaba para luchar contra ellos.
Tanjiro se preparó para asestar el primer golpe.
"¡Primera Forma, Tajo Superficie de Agua!".
El demonio consiguió esquivarle y le lanzó un chorro de ácido. Senjuro entregó rápidamente a Tsutako a Zenitsu y se lanzó frente a Tanjiro.
"Segunda Forma, Sol Ardiente Naciente"
Con eso bloqueó el ataque evaporando el ácido que se dirigía hacia ellos. Tanjiro se sorprendió, el entrenamiento con Rengoku había servido para algo, Inosuke se impulsó y separó con precisión la cabeza del cuerpo de la chica.
- HA, ¡esto no es nada para el rey de la montaña! - anunció orgulloso mientras el demonio desaparecía.
Tanjiro iba a felicitarlo cuando sintió una mano en su cuello, los dedos enterrados hasta el límite amenazaban con penetrar su piel causándole dolor, volteó a ver a Senjuro y lo encontró en la misma situación.
Akaza sonreía disfrutando de la expresión de dolor que Senjuro tenía en la cara mientras le apretaba el cuello con más fuerza que Tanjiro porque le recordaba al pilar de llamas.
- Kamado Tanjiro y una versión pequeña de Kyojuro, no podría haber encontrado mejores opciones. Haz un solo movimiento y mataré al otro, eso va para ustedes también. - Dijo mirando a Inosuke y Zenitsu.
Se fijó en la niña de aquella mañana en brazos de Zenitsu. Sus miradas se cruzaron y la pequeña le miró enfadada, seguramente por como estaba haciendo daño a los dos chicos.
"Cómo lo suponía, ya es tarde para recuperarla". Pensó al ver en ella esa molesta determinación típica de los cazadores de demonios.
- ¡Zenitsu, Inosuke! ¡Llévensela de aquí! - Gritó Tanjiro, ganándose que Akaza sólo lo soltara para golpearlo en un costado del cuello y hacerlo callar.
- ¡T-Tanjiro! - Dijo Senjuro preocupado, con el chico desmayado había pocas posibilidades de que pudieran salir de esa situación... pocas pero no era imposible.
Tsutako gruñó agresivamente, asustando a Zenitsu y como si la hubiera llamado, Nezuko abrió la caja de una patada, liberando a su hermano del agarre de Akaza. El demonio no se esperaba eso, retrocedió evitando los ataques de Nezuko sin soltar el cuello de Senjuro que intentaba concentrarse para usar una técnica y escapar de su mano, al notar sus acciones Akaza repitió lo mismo que con Tanjiro, noqueándolo antes de que pudiera hacer algo. Inosuke se unió al ataque con Nezuko.
"No tengo tiempo para estas tonterías" pensó la luna superior.
Dirigió su mirada a la niña, no le costaría nada abrirse paso entre los mocosos y arrebatarle su cachorro a aquel chico completamente de amarillo pero ya la daba por totalmente perdida, parecía lo suficientemente mayor como para no dejarse influenciar tan fácilmente por sus ideas, mucho menos si había pasado toda su vida rodeada de gente como Kyojuro y Kamado.
Llevársela sólo complicaría más las cosas, chasqueó los dedos y desapareció llevándose consigo a Senjuro.
Rengoku había perseguido al demonio que había aparecido primero y vaya que resultó ser rápido, pero nada que no pudiera manejar. Igualó la velocidad y le cortó la cabeza de un tajo, mucha gente se asustó al ver lo que había hecho, otros pocos que habían oído hablar de la existencia de estas criaturas comprendieron la situación y comenzaron a hacer lo que pudieron para despejar el lugar y dejar que los cazadores hicieran su trabajo.
- ¡Muchas gracias! - Exclamó el rubio por aquella gran ayuda que les estaban prestando.
Pensaba buscar a los chicos para asegurarse de que estaban a salvo cuando escuchó su nombre. Shinobu, Shinazugawa y Kanao se acercaban a él corriendo, Sanemi llevaba algo y Rengoku se alarmó al ver de quién se trataba.
- ¡Giyuu! - Se acercó palpándose la cara sintiendo que le ardía - ¿Qué le pasa Shinobu?
- Ese bastardo hizo que Tomioka entrara en celo, Rengoku te necesita. - Explico Sanemi sin dejar hablar a la pilar insecto.
Rengoku se congelo al saber de quien hablaba el pilar viento.
"Akaza está aquí, no es posible". Pensó incrédulo, mirando preocupado a Tomioka que temblaba con la frente cubierta de gotas de sudor en los brazos de Shinazugawa.
- Escúchame Rengoku-san, es uno de los peores celos que he visto nunca. Creo que es la causa de muchos factores, pero para resumirlo, el vínculo de dependencia que Tomioka-san había estado ignorando aumentaba el impacto físico de un celo provocado. - Shinobu se apresuró a aclarar.
- Vaya, parece que sabes mucho sobre el tema. - Rengoku reconoció la voz y la ira se apoderó de él, pero cuando se giró, palideció horriblemente.
- Ha pasado mucho tiempo Kyojuro. - Dijo Akaza con los ojos brillantes mientras sujetaba a su hermanito inconsciente como antes - Déjenme ir sin seguirme y no oirás el sonido de su cuello rompiéndose- Amenazó cerrando poco a poco la mano con la que lo sujetaba.
- ¡Suelta a Senjuro! - El pilar serpiente acababa de llegar junto con Kanroji, ambos con un aura asesina rodeándolos, nadie se metía con el menor de los Rengoku.
- Espera, ¡no se muevan! - Suplicó aterrado Kyojuro cuando Akaza le dirigió una mirada molesta.
Iguro y Mitsuri se detuvieron en seco.
- Si no fuera por esa mocosa demonio, el chico de los pendientes hanafuda también estaría aquí, deberías agradecérselo más tarde. - Akaza gruñó molesto al recordar a Nezuko - Tienes diez segundos para aceptar o el chico morirá.
El pilar de llamas analizaba la única condición, debía haber algo más, pero el tiempo apremiaba y fuera de que podía escapar, la situación estaba a su favor.
- Bien - Dijo Rengoku ante la petición sin sentido de Akaza.
Volteó a ver a los demás pilares y aunque a ninguno de los presentes les agradó la idea, se hicieron a un lado dando una vía de escape a la luna superior. Una sonrisa se dibujó en su rostro.
- Excelente.
Soltó al chico rubio dejándolo caer al suelo, sin embargo antes de que nadie pudiera sospechar de él gracias a su velocidad, le dio un puñetazo a Shinazugawa, lanzándolo varios metros mientras atrapaba a Tomioka entre sus brazos.
El pilar de viento escupió sangre por el impacto de aquel puñetazo. Si no hubiera sido un pilar, habría muerto del dolor. Todos cambiaron su expresión a una sorprendida y desesperada.
- Me gustaría quedarme a luchar contigo, pero tengo que atender las necesidades de mi omega. - mencionó lamiendo la mejilla de Giyuu, que gimió débilmente al contacto.
Se estremecieron ante el cambio de acontecimientos, y entendiendo lo que quería decir se abalanzaron sobre él apuntando sus ataques para no golpear a Tomioka en el proceso. (Excepto Mitsuri, ya que era consciente de que sus movimientos podían dañar a Giyuu).
"Primera Forma, Mar de fuego"
"Segunda Forma, Garras de Viento Purificador"
"Danza del Aguijón de Abeja, Aleteo"
"Segunda Forma, Corte de serpiente retorcida"
Pero ninguno de sus ataques rozó siquiera la luna superior, chasqueó los dedos y un cuadrado negro apenas del tamaño exacto apareció bajo sus pies y los dos desaparecieron a través de él.
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