Cambios en todas partes
Rengoku y Ryu estaban en la habitación jugando, el pequeño con el haori de llamas del rubio enrollándoselo alrededor de los hombros y corriendo mientras Kyojuro fingía tener problemas para atraparlo.
- Oh no, ¡me pregunto dónde estará el pequeño Ryu!
- Yo no soy pequeño. - El chico salió triunfante de su escondite, ajustándose el haori como si fuera una capa. - ¡Soy el próximo pilar de llamas!
- Me temo que ese lugar ya pertenece a Senjuro, hijo. - Rengoku rió mientras le levantaba con cuidado las piernas, dejándole boca abajo y provocándole una carcajada.
- Bueno, ¡estaremos los dos juntos! - Exclamó decidido una vez que su padre le dejó de nuevo con los pies en el suelo.
- Debes recorrer un largo camino para ser un pilar, acumular experiencia y ganarte el puesto con tus acciones.
"Y hasta que derrotemos a Muzan haber destruido al menos una de las doce lunas"
- Si se necesita experiencia... ¡entonces dominaré el agua y el fuego para ser mucho más fuerte!
- No dudo que puedas hacerlo pero primero aprende a comer sin ensuciar antes de querer tener una katana en tus manos, Ryu.
El pequeño hizo un puchero pero una voz que ambos conocían bien les puso los pelos de punta.
- ¡Ryu!
El mencionado palideció, era un hermoso día para morir, se dijo mientras su padre lo miraba con recelo.
- ¡RYU RENGOKU!
Olvídalo, borra lo último dicho, él quería vivir y así lo demostró buscando un escondite donde el de pelo negro no pudiera encontrarlo.
- ¿Qué hiciste ahora?
- Etto ... No lo sé... depende de cuál haya descubierto. - alcanzó a decir antes de desaparecer apresuradamente.
"Vaya, fácilmente podrían ser cinco cosas diferentes".
- Kyojuro - Dijo Giyuu detrás de él.
- ¡YO NO HE SIDO! - Exclamó inmediatamente el pilar.
- Oh bien, así que Ryu estaba aquí. ¿Dónde ha ido?
- ¿Qué es lo que hizo?
- ¿A dónde fue?
- No puede ser tan malo, podríamos ...
- ¿A dónde fue?
Kyojuro lo delató sin querer cuando sus ojos se dirigieron hacia donde había desaparecido, Tomioka se orientó y fue al encuentro del pequeño.
"Lo siento hijo, te he fallado, esta será tu primera prueba para convertirte en pilar" Pensó mientras se alejaba del campo de batalla que estaba a punto de comenzar.
- Parece que mamá encontró a Ryu. - Comentó Tsutako cuando su nariz captó molestia y nerviosismo a lo lejos.
- Fue su culpa por haber usado su haori para secar al perrito. - Dijo Haruki acariciando con entusiasmo al animal que lamía al rubio.
Tyojuro había descubierto a un perro que se había perdido y de alguna manera había entrado en el patio de la finca, se hicieron amigos enseguida pero consciente de que Tomioka y los perros no se llevaban bien, decidió no decirle nada. Pronto los otros hermanos supieron del animal y después de jugar en el lodo lo bañaron riendo, Ryu buscó una toalla antes de ir a jugar con Kyojuro pero al no encontrarla, tomó lo primero que pudo servirle y eso fue el haori de su madre al cual no le hizo gracia encontrarlo mojado en el jardín y cubierto de pelos, lo peor fue cuando tuvo la prenda en sus brazos y se dio cuenta que se movía. Los tres niños restantes habían ido a por algo que el perro pudiera comer y no vieron la reacción del omega de pelo oscuro al descubrir al animal.
- Así que eso fue lo que ocurrió. - Rengoku había huido al jardín y estaba con el perro en su regazo mientras el animal se frotaba cariñosamente sobre su uniforme.
- ¿Crees que podremos convencerle de que deje que se quede con nosotros? - preguntó Haruki esperanzado.
- Puedes intentarlo, pero Giyuu no tiene buenas experiencias con ellos.
"Pero incluso él debe admitir que éste es muy mono", se dijo mientras abrazaba a la mascota y cerraba un ojo porque le lamía la mejilla.
- No.
- ¡Por favor!
- He dicho que no.
- ¡Es muy pequeño, no podemos dejarlo solo!
- Busquen otro sitio donde quedarse, no será aquí.
- Pero, ¡mamá! - suplicaron los cuatro a la vez.
Tomioka no daba su brazo a torcer, estaban en la habitación principal y se alejaba de la criatura peluda que sus hijos le acercaban con gran insistencia. El animalito ladró alegremente, moviendo la cola como si también pidiera quedarse con ellos.
- ¿Lo ves? Le caes bien.
- Normalmente es al revés. - dijo Tomioka, mirándolo con sospecha.
- No te va a morder, Giyuu. Todavía es muy pequeño. - intentó Kyojuro.
- Pero crecerá, y a Shinobu tampoco le gustan.
- Siempre vamos a verla, casi nunca viene a casa.
- Podría ayudarles a cuidarlo. - dijo Senjuro, asomándose desde la cocina, ya que se había encariñado con el lindo perro.
Tomioka observó al animal, parecía muy feliz de estar limpio y con gente que le quería, empezó a sentirse culpable sobre todo cuando se dio cuenta de que sus hijos estaban a punto de abandonarlo tristes y cabizbajos.
- Puede quedarse un tiempo hasta que le encuentren un hogar.
"Me arrepentiré más tarde" aseguró Giyuu mientras los niños lo celebraban alegremente.
Estaba demasiado cansado de discutir cuando le pidieron que el animal les acompañara a la reunión de pilares, además el cuervo de Senjuro vino a informarle de que tenía una nueva misión, dejándoles sin opciones.
Los niños estuvieron peleando todo el camino para llevar al perro en brazos, Tomioka pensó que tal vez había valido la pena cuando llegaron y le mostraron el perro a Kocho haciendo que se estremeciera y se escondiera detrás de Mitsuri diciendo que era bonito pero que debían alejar esa bola peluda de ella. No pasó mucho tiempo hasta que Amane-sama apareció y llamó a los pilares de agua y llamas, junto con Haruki. Entraron en la casa y se dirigieron a la habitación donde estaba Oyakata-sama. Tras saludarle y explicarle a Haruki lo que tenía que hacer, el niño de pelo rosa se acercó al hombre que estaba escuchando lo que ocurría sentado en el futón, poniendo sus manos sobre él para curarle. Pasaron unos minutos y no hubo ningún cambio.
"Tal vez se necesite algo más directo" pensó Haruki, abriendo la boca y mordiéndose el pulgar con los colmillos hasta que la sangre brotó, estaba familiarizado con este método gracias a la imprudencia de Ryu ya que se encargaba de curarlo todo el tiempo.
Le aplicó la sangre en la frente y activó de nuevo su habilidad, la frente de Oyakata-sama brilló de color blanco y los presentes se esperanzaron al ver que la maldición retrocedía un par de centímetros de su rostro, sin embargo el pequeño estaba muy cansado y parecía haber llegado lo más lejos posible, comenzó a sentir que le faltaba el aire, a lo que el maestro le dijo que se detuviera.
- Lo siento - Murmuró decepcionado al ver la pequeña mejoría.
- No te preocupes Haruki, hiciste lo que pudiste y lograste retrasarlo, muchas gracias. - Se giró hacia donde suponía que estaban los pilares. - Giyuu, Kyojuro, pueden irse, yo me quedaré con él un momento.
"¿Eh?" Se preguntó nervioso el pequeño, y la respuesta de sus padres aumentó la sensación.
- Sí, Oyakata-sama. - Dijeron al unísono.
- Dime Haruki, imagino que sabes de donde vienen tu hermana y tú.
El chico asintió, temeroso de lo que les iba a hacer.
"Aunque, su voz es cálida y no puedo ver ninguna mala intención en su interior, además todos confían ciegamente en él".
- Sí... ¡pero no somos malos! - se apresuró a proteger a Tsutako y a sí mismo.
- Lo sé, no deberías tener miedo, no quiero hacerles daño. Sólo quiero que me digas cómo te sientes.
Eso era algo nuevo. Nunca nadie le había preguntado eso, pensó un poco cómo empezar.
- Yo... nunca he visto al alfa que marcó a mamá. Sé que es muy fuerte, peligroso y que mi padre lo odia... Tsutako nee-san tiene mucha suerte, se parece a mamá. Pero yo no, ellos dicen que me quieren mucho y sé que no mienten pero hay gente que nos ve mal, sobre todo a mí. Aun así me gusta como soy, Obanai nii-san dice que me parezco a Mitsuri nee-san pero eso... eso... no quiere decir que no seamos un error, pero no quiero que me lastimen, no quiero que lastimen a nee-san , o que Tyojuro y Ryu salgan lastimados por nuestra culpa.
Desde el momento en que mencionó que eran un error, sus ojos se llenaron de lágrimas y no pudo evitar que algunas brotaran, Ubuyashiki lo escuchó atentamente y le hizo un gesto para que se acercara, Haruki lo hizo, sintió como sus brazos lo rodeaban cuidadosamente y sus manos limpiaban los rastros húmedos de sus mejillas.
- Llegó a mí que curaste el ojo de Kyojuro, el pilar de llamas. Es cierto, imagino.
- Sí.
- Fue hace mucho tiempo, eras más joven. ¿Por qué lo hiciste?
- Porque papá estaba herido y yo podía hacer algo por él.
Oyakata-sama sonrió suavemente y acariciando su cara le acarició el suave cabello.
- Lo hiciste simplemente porque podías y querías. Eres una buena persona Haruki, los cazadores están llenos de gente así, todos los pilares son buenas personas y sin embargo sus historias, actitud y apariencia son muy diferentes entre sí.
Se quedó un momento en silencio escuchando las voces de sus pilares en el jardín.
- Nadie en este mundo es un error, es lo que decidimos ser lo que nos hace buenos o malos para este mundo. Y si te pierdes, siempre puedes encontrar tu camino, sólo es cuestión de quererlo.
El niño escuchaba atentamente con el corazón tranquilo bajo el afecto del maestro. Le dio un feliz abrazo y mientras Ubuyashiki le devolvía el gesto, intentó una última vez curar la maldición de su cuerpo, consiguiendo de nuevo retrasarla un par de centímetros más, dejándola un poco más arriba de la nariz, pero por más que lo intentó, no se movió más.
- Gracias Haruki, puedes volver con ellos mientras me preparo para recibirlos.
El pequeño asintió y corrió hacia el jardín, uniéndose rápidamente a la actividad que estaban realizando.
"¿Cómo hemos llegado a esto?" - Se preguntó Sanemi sonrojado y humillado mientras se acomodaba el cabello en una diminuta y ridícula coleta blanca, Ryu se había encargado de eso provocando sonoras carcajadas de los demás pilares.
Mitsuri había propuesto una competición entre los niños para ver quién se hacía el mejor peinado, les dejó elegir a sus modelos y víctimas de la humillación. Tyojuro se esmeró con el cabello de Iguro haciéndole tres trenzas como Mitsuri y usando a Kaburamaru en su cabeza como adorno, Haruki había elegido rápidamente a Muichiro en cuanto llegó y estaba terminando dos adorables coletas altas en cada extremo de su cabeza, Tsutako se quitó uno de los lazos azules que llevaba su trenza en esa ocasión en lugar de sus habituales moños morados, terminando de atar la pequeña media coleta en el cabello de Tomioka, y sonrió satisfecha con el resultado.
"He conseguido imitar el mismo estilo de papá, no le queda mal" intentó de muchas maneras diferentes hacer algo con el flequillo negro pero desistió al darse cuenta de que era imposible.
- Ahora vas a juego con Rengoku-san. - dijo Kocho, burlándose sutilmente del pilar de agua.
- Pero Giyuu es mucho más guapo que yo. - Dijo Rengoku riendo junto a las demás ante los inusuales estilos de las otras modelos.
- Eso no es cierto, tú eres muy guapo.
En muchas ocasiones Tomioka era perseguido por la mala suerte cuando hablaba así que por algún tipo de arte mágico todos se habían callado llegando a escucharle más que alto y claro, Tomioka bajó un poco la cabeza mientras apretaba la boca con un tono rosado maquillando su cara de vergüenza.
- Awwwww, Giyuu! Eres muy dulce. - Proclamó Kanroji haciendo que el rosa de Tomioka se tiñera rápidamente de rojo.
Afortunadamente, fueron interrumpidos por la presencia de Oyakata-sama y no hubo más comentarios, al menos en aquella ocasión. Los niños se habían quedado en el jardín jugando con su nueva mascota temporal bajo la atenta mirada de dos kakushi y los pilares estaban reunidos, contentos de que la salud de Oyakata-sama hubiera mejorado aunque fuera un poco.
- Como todos saben, hoy nos reunimos para tratar un tema muy importante, hace poco Sanemi, Obanai y Kyojuro se reunieron con la luna superior tres y se enteraron de la posible consecuencia de que Muzan descubriera que Giyuu tiene hijos medio demonios.
Escucharon con seriedad, la sola mención del nombre de Muzan les estaba diciendo que esto era mucho más delicado que otros asuntos. El maestro indicó a Shinazugawa que les dijera lo mismo que le había dicho a él, el pilar de viento se puso a ello de inmediato y las expresiones de horror no se hicieron esperar.
- No podemos correr ningún riesgo, debemos tomar todas las medidas posibles para evitar esa abominación. - sentenció Shinobu asqueada.
- Debemos empezar por priorizar la seguridad de los pequeños, eso es algo que solo Tomioka y Kanroji pueden hacer, pero nosotros podemos contribuir de alguna manera. - Indicó Himejima tras considerar la situación.
- Se como Tomioka pudo ocultar el olor de sus cachorros pero si los acorralan no podremos hacer nada.
- Por eso debemos tener varias rutas de escape Iguro-san.
- ¿Qué quieres decir Shinobu-chan? - preguntó Kanroji intrigada.
- Tomioka-san es un pilar y está en el puesto número seis de los más rápidos, si no contamos a Uzui-san como el más rápido, sería el quinto, Rengoku-san el cuarto, yo sería la tercera, Himejima-san el segundo y Shinazugawa-san el primero. A partir del número cuatro nos tocaría llevarlos lo más lejos posible en una situación crítica, de lo contrario sería prudente construir rutas de escape en cada una de las fincas que lleven a diferentes puntos estratégicos para poder huir fácilmente si ninguno de los otros está disponible.
- Shinobu ¿y Tomioka? - recordó Sanemi.
- Mientras ellos estén a salvo no me importa lo que me pase. - aseguró el pilar de agua.
- Pero a mí me importa Giyuu, Sanemi tiene razón, debe haber opciones para evitar que Tomioka tenga que pasar por ese infierno si las cosas salen mal. - replicó Rengoku.
- Tendríamos que luchar directamente con Muzan, no hay otra forma. - mencionó Muichiro.
- Sin un plan, nadie saldría vivo y dejaríamos huérfanos a los niños. - Dijo Obanai, frotándose la cara al no encontrar una respuesta.
- No podemos sacrificar a Giyuu sin luchar, debemos pensar en una solución. - exclamó Kanroji.
Oyakata-sama había estado planeando una estrategia para destruir a Muzan, estaba tomando tiempo, tenían que planear cada paso del camino con extrema cautela y tomaría aún más tiempo perfeccionar los detalles. No le gustaba la idea de ocultárselo a sus niños pero no era el momento de revelar las cosas, aparte estaba seguro de que no se lo tomarían bien, esto era algo que solo podía confiar a Gyomei llegado el momento.
"Tendremos que actuar más rápido por la seguridad de Giyuu".
- Haremos lo que propuso Shinobu; Cada uno elegirá un punto concreto y hará pasillos desde su finca hasta el objetivo para proteger a Tsutako y Haruki. Kyojuro, avisa a Uzui de la situación y pídele su colaboración si eres tan amable.
- Por supuesto Oyakata-sama, ¡gracias por ayudarnos!
- Somos una familia, Kyojuro, eso es lo que hacemos.
Así terminó la reunión. Como había mencionado en su carta del día anterior, Kanroji había traído muchos dulces y postres que ella había hecho, un poco avergonzada por haberse emocionado y preparado tal cantidad. Gracias a eso tuvieron un pequeño y agradable almuerzo en el jardín, donde comieron hasta saciarse, esos momentos eran especiales para ellos y Tomioka se alegraba de poder participar en ellos de una manera diferente a la que se había acostumbrado un par de años atrás.
Aquellos días parecían muy lejanos, definitivamente habían sido tiempos más fáciles pero Giyuu se sentía mucho más feliz y completo cada día que pasaba, ya no estaba solo, la oscuridad se acercaba pero tenía mucha luz rodeándole, dándole fuerzas y nuevas razones para seguir luchando. Nezuko, Tanjiro, los pilares, Kyojuro y sus hijos eran las razones más importantes que tenía, les seguían más pero pensaba en ellos en ese momento.
Kyojuro y Giyuu habían olvidado el pequeño e insignificante detalle de que el azúcar convertía a los niños en criaturitas hiperactivas, y teniendo en cuenta que hasta el perro estaba disfrutando de unos caramelos que le estaban dando los pequeños, pagarían las consecuencias de su descuido en un par de horas.
La pilar insecto conocía a una familia a la que le gustaban los perros, los pequeños se habían llevado una gran decepción cuando el perro ya había encontrado un hogar pero se animaron enseguida cuando descubrieron que había varios niños en esa casa y que podían visitarlos cuando quisieran. Todavía estaban en el pueblo y Tyojuro había visto unas preciosas flores moradas, le recordaban mucho a cierta chica mariposa así que corrió con Tomioka arrastrándole hacia las flores y diciendo que quería regalárselas a Shinobu. Giyuu comprobó si llevaba algo de dinero y compró algunas, el pequeño sonrió feliz dándole las gracias y fue en dirección a Shinobu que iba cogida de la mano con Ryu.
- Shinobu nee-san, toma, toma, son para ti.
Kocho soltó al pequeño de pelo negro y sonrió delicadamente cogiendo el ramo de pequeñas violetas.
- Tyojuro, son preciosas, me encantan.
- Las flores son tan bonitas como Shinobu nee-san y huelen muy bien.
El niño le dedicó una bonita sonrisa mirándola feliz con sus ojos celestes, eso era demasiado adorable para ella y le acarició el pelo rubio, encantada de poder pasar tiempo con aquellos pequeños soles. Se sorprendió un poco al ver como de repente ambos niños empezaban a bostezar incontrolablemente.
"Debe ser porque comieron demasiados dulces, ¿pero no deberían estar llenos de energía?"
- Vamos con Tomioka-san antes de que se duerman, es hora de que se vayan a casa.
Los tomó de la mano guardando el pequeño ramo con la misma mano que sostenía a Tyojuro, comprobó sus sospechas en el momento que vio a Tsutako con los ojos pesados, cabeceando mientras tomaba con dificultad una de las manos de Giyuu y a Haruki dormido en el hombro del pilar de cabello negro mientras lo cargaba con su otro brazo. Tomioka la vio diciendo con la mirada claramente "Tengo las manos ocupadas Kocho" así que suspiró y con algo de dificultad cargó a los niños que se acurrucaron en sus hombros de inmediato.
"Al menos estos angelitos son más pequeños y ligeros que los otros dos" agradeció internamente mientras emprendían el camino hacia la finca de agua disfrutando del clima, el agradable viento y los sonidos del ambiente.
Para ser sincera esa era una de las cosas que secretamente le gustaba hacer con Tomioka, caminar juntos con comentarios ocasionales de la pilar insecto y respuestas aún menos frecuentes del pilar del agua, disfrutando de la presencia del otro.
- Lo entiendo, es un asco, ¡por supuesto que te ayudaremos en lo que podamos hombre!
- Gracias Uzui, ¡te lo agradezco de verdad!
Rengoku se encontraba en la casa que el antiguo pilar del sonido compartía con sus tres esposas Makio, Suma y Hinatsuru. Les había explicado rápidamente la situación y la petición de Oyakata-sama.
- Destruiremos a cualquiera que intente ponerles la mano encima. - declaró Makio con un kunai siempre listo bajo la ropa.
- No te preocupes, Rengoku-san, Uzui-sama y nosotros haremos lo que podamos para protegerlos. - consoló Hinatsuru.
- Creía que habías traído a los pequeños de visita, Rengoku-san. - se quejó Suma con tristeza.
- Es una visita rápida, Suma-san, será para otra ocasión. - Prometió el rubio.
- Ne, Ne, Rengoku-san, cambiando de tema. ¿Cuándo es la ceremonia de ustedes dos?
- Estoy esperando a que Muzan ya no exista, Makio-san, me gustaría que fuera un recuerdo que marque el tiempo de paz si es posible.
- Deberías hacerlo pronto, no sabes si mañana seguiremos aquí. - Comentó sabiamente Hinatsuru.
- Ya nos marcamos el uno al otro así que técnicamente ya estamos unidos. - Dijo alegremente Rengoku.
- Eso no cuenta, nadie vio nada. - Protestó Makio.
- Eso es aburrido Rengoku. - Dijo Uzui cruzándose de brazos.
- ¿De verdad? ¿Podemos ver? - preguntó Suma entusiasmada.
Con mucho orgullo y alegría, Kyojuro les dio la espalda y bajó el cuello de su uniforme mientras se quitaba el haori de llamas. Una cicatriz de un mordisco estaba en su cuello anunciando al mundo que ya pertenecía a cierto omega de ojos azules y pelo negro.
- Amigo, no sabía hasta ahora que Tomioka ya te había reclamado. ¿Cuándo ocurrió eso?
- La primera noche que pasé definitivamente en la finca del agua como mi nuevo hogar lo hicimos oficial. - dijo recordando todo lo que habían hecho por segunda vez en aquella ocasión, tiñendo su rostro de rojo, había pasado mucho tiempo desde la última vez que habían intimado.
- ¿Oficial? Tonterías, queremos una ceremonia de unión Rengoku-san.
- Estoy de acuerdo con Makio, hay que celebrar algo extravagante como diría Tengen-sama.
Las mujeres comenzaron a parlotear sobre todo lo que se podía decir respecto al tema y aprovechando la distracción Uzui se acercó más a Rengoku para que sólo él pudiera oírle.
- ¿Sigue la marca de la luna superior en su cuello?
- Sí, pero curiosamente mi marca también.
- Explícate.
- Ambos nos marcamos sabiendo que solo yo llevaría la marca de nuestro vínculo, queríamos hacerlo simbólicamente en él aunque la mordedura se fuera a desvanecer pero no fue así, la cicatriz de Akaza sigue siendo la más visible pero la mía ya lleva meses ahí.
- Interesante, no sé qué puede significar, pero no puede ser una mera coincidencia, tal vez el vínculo se está debilitando.
- Eso espero.
- ¿Qué tal es Tomioka en la cama?
Rengoku sintió que su rostro ardía por completo ante la inesperada y espontánea pregunta de Tengen.
- ¿Y por qué quieres saberlo?
- Tenía curiosidad, pero a juzgar por tu cara debe de ser muy bueno - Sonrió con picardía.
- No es eso...
- ¿Prefieres abajo o arriba?
- Sólo lo hemos hecho conmigo dominando pero...
- ¿Postura favorita?
- Tengen, no lo sé.
- ¿Has hecho la posición cuatro?
- ¡Uzui!
- Mhhh, ya veo, quieres intentarlo.
- ¡Ese no es el punto!
- No lo negaste.
- ¡No me das tiempo para pensar!
- ¿Quieres llenarlo de cachorros?
- Ya tenemos cuatro.
- Dos tuyos, la finca de agua es grande, sé creativo.
- Tomioka ya ha tenido dos embarazos, uno de ellos largo, doloroso y con tres al mismo tiempo, no creo que quiera más y me doy por satisfecho.
- ¿Entonces no te gustó la experiencia?
- ...Nunca dije eso...
Lo último lo dijo en un tono tranquilo y tímido, muy raro en él.
- Oh, así que las cosas son así.
- Fue increíble estar a su lado durante todo el embarazo, pero todo el tiempo pensé que era sólo Haruki, no sabía que ya estaba esperando hijos míos... de los dos.
- Bueno entonces es simple - Uzui lo trajo de sus recuerdos. - Habla con él y vean lo que los dos quieren, sea lo que sea, no negarás que ya necesitan un tiempo a solas.
- eso es verdad.
- Y si vuelve a quedarse esperando crío, más vale que sean diferentes a los tuyos o Shinazugawa recuperará el dinero que le quité.
- ¿Todavía ni siquiera sabes si Giyuu va a querer otro bebé, y ya has vuelto a apostar? Aparte de todo, ¿apostaste porque los genes de mi descendencia ya habían cambiado a partir de ahora?
- La vida es cuestión de riesgos Rengoku -dijo Tengen con orgullo. - además siempre están los futuros hijos de los hijos para ver que herencia es la más dominante, ten en cuenta que ni siquiera Tyojuro salió completamente como tú.
El pilar de llamas negó divertido, su amigo seguía siendo llamativo, descarado y excéntrico a pesar de estar retirado. Definitivamente no sería pronto, pero ahora se preguntaba si Giyuu estaría dispuesto a que su familia volviera a crecer.
Rengoku regresaba tras haber ido directamente a ver a Uzui y a sus esposas dando por finalizada la reunión. Había pasado un rato hablando con ellas y el sol indicaba que probablemente eran las cuatro o las cinco de la tarde, se encontró a Mitsuri y Obanai en el camino de vuelta pasando juntos una tarde relajada aprovechando que ninguno de los dos tenía misiones pendientes.
- No lo entiendo, ¿entonces Ryu y Tyojuro se desarrollan más rápido que un humano normal y como los otros dos están igual, no tenemos forma de saber sus edades?
- En realidad es más complicado, Ryu y Tyojuro mantienen la apariencia que deberían tener con algunas excepciones pero ya han desarrollado habilidades propias de niños mayores como caminar y hablar. En cambio con los otros dos hacemos estimaciones, aunque sinceramente a estas alturas ya no sabemos que edad tienen en realidad. Haruki parece un niño de dos años cuando en realidad tiene la misma edad que sus hermanos y se comporta como uno de tres o cuatro, y Tsutako se supone que tiene dos años sin embargo parece una niña de cuatro y se comporta como una de seis. - explicó Rengoku, confundiendo más a Obanai y aceptando de buen grado el dango que le ofrecía Mitsuri.
- Eso explica por qué Haruki parece el segundo hijo en lugar de uno de los trillizos. - dijo la pilar del amor antes de llevarse la comida a la boca.
- Sinceramente espero que nunca tengas que registrarlos en algún sitio con todos sus datos personales. - Dijo Iguro mientras Mitsuri asentía a sus palabras, asintiendo con la boca llena.
Estaban sentados en un banco disfrutando de la calma de la tarde, habían hecho un alto en su paseo porque a pesar de haber consumido ya mucho azúcar, Kanroji no pudo resistir la tentación del delicioso dango.
- Y por suerte el avance se detuvo por un tiempo en Tsutako mientras practicaba con sus habilidades especiales.
- ¿Y Tyojuro y Ryu, no encuentran extraño que su hermano tenga su edad y no se parezca a ellos, ya sabes... más pequeño?
- Es una buena pregunta, Kanroji. Creo que no les importa mucho, los cuatro se llevan muy bien pero por su forma de ser, Tyojuro y Haruki pasan mucho tiempo juntos al igual que Tsutako y Ryu.
- Pensaba que los mayores se llevarían mejor y los pequeños igual. - admitió Iguro ligeramente sorprendido por la nueva información.
Rengoku estaba a punto de replicar cuando una risa familiar entró por sus oídos.
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