Capitulo 9

Los personajes de Naruto, no me pertenecen,yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Kakashi siempre pensó que el proceso de ser padre, llevaba un complejo camino. En primer lugar, debía encontrar a la mujer indicada, luego, someterse a todos y cada uno de los caprichos de la fémina durante el noviazgo. Mas tardé, seguía estar completamente de acuerdo en lo que ambos querían y finalmente ir por el embarazo. No obstante, eso no era algo que vislumbraba para él, eso era lo que veía desde su lugar a los que pasaban por ese extenuante proceso. Para los irresponsables, era mejor saltarse todos los procedimientos anteriores e ir directamente al momento de la concepción, tal como le ocurrió a él, aunque nunca lo hubiera planeado.

En ese momento se sentía pleno y el sentimiento que experimentaba era algo desconocido. Sostenía a la ojiluna entre sus brazos y percibió sus temblores, como clara señal de llanto. No lograba explicar con palabras lo surrealista que le parecía la noticia...¡Sería padre! ¡Tendría un bebé con Hinata! ¿Que había hecho para merecer tanta dicha?

—¡Hinata!—la llamó levantándole la  barbilla con sus dedos—¿Que pasa preciosa porque lloras?—la forma en que su voz sonó al preguntarle, le causó que quisiera llorar más—¡Oye...! ¿Que pasa? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?—la voz cambió de ser calma a estar llena de preocupación. Sin reservas llevó sus grandes manos al pequeño vientre de la chica—Háblame Hinata dime algo.

—No, no es nada... creo que el embarazo me tiene muy sensible y todo me da ganas de llorar, pero estoy bien y no me duele nada—Kakashi soltó un suspiro de alivio y la condujo a la sala donde no dudó en sentarse con ella sobre su regazo.

—Dímelo todo, el día que te enteraste, lo que dice el médico y cuando nacerá... por favor cuéntamelo, yo también quiero ser parte de esta gran felicidad—la joven estaba sonrojada y las manos masculinas no soltaban su vientre.

—Me enteré hace dos meses—Kakashi se sobresaltó al escucharla ¿dos meses? Dos meses y no se lo dijo.

—¿Como pudiste saberlo desde entonces y no decirme nada? ¿Acaso no pensabas hacerme partícipe de nuestro embarazo?—no era su intención sobresaltarse pero pensar en la posibilidad de quedar fuera sin saber que un hijo suyo andaba por ahí sin que él lo supiera, lo alteró.

—Antes que nada...—la Hyuga se puso de pie y le dio la espalda en un intento de no mostrar las nuevas lágrimas que derramó al sentirse atacada por él—no era mi intención guardar el secreto y dejarte fuera, pero durante todo este tiempo, no sabía que hacer... no quería ser culpada por no tomar las medidas necesarias ante un embarazo y por otro lado, tampoco quiero que...—ya no pudo continuar hablando, no obstante lo dicho por ella tranquilizó a Hatake.

—Debemos casarnos—soltó sin rodeos y dispuesto a responder como creía que era lo más correcto.

—¿C-casarnos?—ella se alteró al escucharlo, dado que su intención no era atarlo a ella por medio de un embarazo no planeado.

—Por supuesto, esa es la mejor manera de que nuestro bebé nazca dentro de una familia, ademas no hay nada que nos impidan dar ese paso—aclaró sin titubear.

—Si los hay... El que yo esté embarazada no te obliga a casarte conmigo, yo no quiero un matrimonio por compromiso, ademas, no necesitamos hacerlo para que seas parte de la vida del bebé—se negaba a mirarlo directamente a los ojos y la postura rígida que veía en su corpulenta anatomía, la dejó mas intimidada.

—¡Hinata!—la joven se estremeció al escuchar su nombre en tono de advertencia—¿Pretendes que pasémoos peleando por ver quien se queda con la custodia? Te recuerdo que también es mi hijo y por lo tanto, lo querré la mayor parte del tiempo conmigo—ella se estremeció ¿la estaba amenazando con quitárselo?

—No me lo quitarás ¿me escuchaste? Nadie me separará de él o de ella, ni siquiera siendo su padre lo conseguirás—el varón se llevó los dedos al puente de la nariz. Hinata lo estaba malinterpretado todo y ahora estaba alterada muy a la defensiva.

—Yo sería incapaz de quitártelo ¿que clase de hombre piensas que soy?—la ojiperla comprendió que se había sobrepasado al lanzar esa acusación—Yo te estoy ofreciendo matrimonio aún cuando se que no me amas, no obstante, te puedo asegurar que a mi lado nada te faltara... Debes comprender que como padres, ambos querremos permanecer al lado de nuestro hijo y si no nos casamos, inevitablemente deberemos compartirlo.

—¿Y que pasará con la mujer que sales? ¿Debo aceptar que siendo mi esposo estés con ella en la intimidad?—el peli-plata finalmente entendió a que se debía el rechazo de la chica. Ella creía que él estaba con Henare.

—Yo no salgo con nadie más y si te hubieras quedado unos segundos más, lo comprobarías por ti misma—la expresión de Hinata demostraba que no le creía nada en absoluto—Te lo juró Hinata, yo no estoy con nadie y desde que hice el amor contigo, no he estado con ninguna otra mujer... ¿Como podría? Si en la única que pienso es en ti—la morena lo miró directamente en busca del engaño, no obstante, Hatake se veía muy seguro de lo que afirmaba.

—Pero yo los vi, los miré besándose... nadie me lo contó y no quiero que por este embarazo renuncies a tu vida, no sería justo... con el tiempo puedes llegar a odiarme y no podría soportarlo—decreto con tristeza y sin dejar de maldecir sus alborotadas hormonas por no conseguir dejar de llorar. Seguramente se veía patética ante el perfecto hombre.

—En primer lugar, soy tan, o mas responsable que tú respecto a nuestro bebé... yo tengo más experiencia y debía predecir que esto podía ocurrir—lo decía con sinceridad, dado que al mantener relaciones sexuales, normalmente usaba cordón, o las mujeres tomaban medicamentos con regularidad, mientras que ella nunca había estado con un hombre y por lo tanto, no logró separar los conflictos familiares para enfocarse en un posible embarazo—y en segundo lugar, esa mujer no significa nada para mí... aunque no voy a negar que si me he acostado con ella, pero fue antes de conocerte a ti... ¡Entiendes...! Si yo no estuviera interesado en ustedes, nada ni nadie lograría que estuviera frente a ti prácticamente rogándote para que nos casemos, ademas, antes de saberlo ya estaba aquí dispuesto a pedirle que te quedes conmigo.

—¿Estás hablando en serio?—luego de escucharlo, la morena comprendió que sonaba muy creíble y su corazón se fue ablandando.

—¡Dos semanas mi niña! Dos semanas me bastaron para terminar completamente enamorado de ti—se acercó a ella y le tomó ambas manos con las suyas—Se que es muy pronto y que tú no sientes lo mismo, pero si me das la oportunidad de intentarlo, haré hasta lo imposible por conseguir que me ames—el varón se preocupo al verla llorando, incluso más que antes—¿Tanto te molesta mi propuesta? Creí que por lo menos te atraía físicamente—ella negó con la cabeza y le impidió alejarse de su lado apretando las manos masculinas.

—Yo... yo también te amo y durante todo este tiempo desde que te acusé, no he vuelto a tener tranquilidad... me duele estar lejos de ti—Kakashi estaba completamente sorprendido. La confesión de Hinata lo dejó desarmado y perplejo ¿sería posible que ambos sintieran lo mismo el uno por el otro?—Corrí a buscarte luego de regresar a la casa pero ya te habías marchado y cuando por fin reuní el valor para buscarte aquí, te encuentro con alguien más... Me llené de arrepentimiento por no ser lo suficientemente valiente al contarte mis sentimientos cuando aún estábamos juntos y días mas tardé me entero del embarazo—la pareja se abrazó demostrando la necesidad que sentían de estar juntos. Durante minutos no hablaron, simplemente se mantuvieron unidos disfrutando la calidez del otro.

—Fue una muy mala coincidencia y lo lamento mucho... ¡Mi pequeña! Imagino lo que debes haber sentido durante este tortuoso tiempo, teniendo que cargar con todo tu sola sin mi protección y sin mi apoyo—la incito a rodearle la cintura con las piernas y sin demora la beso con todas las ansias que mantuvo reprimidas durante tanto tiempo. Dentro de ese pequeño cuerpo que tanto le gustaba, crecía el bebé de ambos, era demasiado para ser verdad y no creía haber hecho algo para merecerlo, incluso temía estar soñando.

—¿Hatake...?—ella no estaba segura de querer avanzar al lugar a donde los llevarían esos besos.

—Shhh, no digas nada, sólo déjame amarte sin reservas y con mi verdadera identidad... ambos lo necesitamos—para la joven, Kakashi ya era irresistible desde que lo miró por primera vez y escucharlo hablándole así, le convirtió el cuerpo en gelatina, la cual temblaba por lo que sólo él, era capaz de hacerle sentir. Sin preguntar nada, se adentró en el pasillo cargando con ella y entró en la primer habitación que encontró. La tendió en la cama con delicadeza, aunque su deseó era ser rudo, como lo fue la última vez en la que ella quedó satisfecha, no lo haría así. En esta ocasión y en las que seguían, lo haría con mucha calma para no lastimarla, ni a ella ni al bebé... Le quito la ropa lentamente y la escuchó llamarlo Hatake, no es que le molestara ser llamado así, pero no perdería el placer de escuchar su verdadero nombre ser gritado por la mujer que ama—Di mi nombre Hinata.

—¡Kakashi!—luego de escucharla, arremetió contra el níveo cuello de la chica sintiéndose frenético—¡Kakashi, Kakashi...!—para ese momento, las prendas femeninas ya habían sido lanzadas por el suelo y Hatake besaba el cuerpo de Hinata tomándose tiempo en los lugares estratégicos que había descubierto, a ella le enloquecían.

—No sabes cuanto soñé con volver a tenerte así—la morena se intentó cubrir el rostro, pero Kakashi ya se encontraba con el rostro entre sus piernas y por lo tanto, ese pensamiento quedó relegado, pues ahora se aferraba a los cabellos plateados, al mismo tiempo que su espalda se arqueaba. Las sensaciones eran incluso más intensas que tiempo atrás... quizás era por el embarazo o el tiempo separados, no lo sabía, lo único de lo que estaba completamente segura, era de querer a Kakashi dentro de ella.

—Ahhh—la imagen de Hinata rendida ante su asalto, lo calentaba más de lo que ya estaba con solo escucharla gimiendo. En esa mujer, incluso su voz durante el acto sexual, lograba prender el ambiente. La Hyuga sentía su feminidad acariciada por una de las manos masculinas, unida a la habilidosa boca. Las ganas de sentirlo nuevamente de ver como la degustaba como si fuera su plato favorito, lograron que la ojiperla alcanzara un arrasador orgasmo, no obstante, él continuó torturándola por un par de minutos sin darle tregua para que descansara y por consecuente, la volvió a poner necesitada de él.

Apenas la sintió excitada, abandonó la feminidad de su mujer y se colocó de rodillas frente a ella. Sonriendo con superioridad, se desvistió mientras la veía morderse el labio. Hinata ya no quiso esperar y se incorporó en busca suya, lo quería, deseaba ser poseída por completo, lo necesitaba tanto que incluso dolía. Para el varón no era distinto, pero no quería lastimarla, sin embargo, ella no se lo ponía fácil y verla tan ansiosa por tenerlo, le calentó de manera primitiva.

—Tranquila preciosa te daré lo que quieres... soy todo tuyo y mi equipo se derrama por ti—la morena se sonrojó cuando lo escuchó diciendo esas cosas y como si no fuera suficiente, se acarició el pene frente a ella, dejando claro el imponente tamaño y las gotas brillantes que mostraba... Ese hombre era un pecado andante, con ese poderoso abdomen cincelado, musculosas extremidades, hermoso rostro, el cuál parecía haber sido tallado por los mismos dioses y por supuesto, la orgullosa ereccion. Kakashi era extremadamente apuesto y él lo sabía.

—¡Vamos Kakashi! Ya no me hagas esperar, no puedo soportarlo por más tiempo—lentamente la penetro haciendo que ambos gimieran de placer. El varón serró los ojos por unos segundos. Había deseado tanto volver a hacerle el amor, que incluso creyó que pasaría el tiempo ayudado por su mano, mientras veía sus fotos en el celular. Las envestidas eran lentas, no es que no lo estuvieran disfrutando, pero la ojiperla no comprendió porque no la estaba tomando con la misma intensidad que lo hizo en Konoha. De pronto la idea le vino a la cabeza, se debía al embarazo, él no quería lastimarla y se veía obligado a ir lento, no obstante, todo estaba en perfecto orden y el bebé no saldría lastimado... Para su buena suerte, Kakashi invirtió posiciones y ahora, ella lo montaba tomando el control.

Hatake no pudo contenerse por mas tiempo y comenzó a mover sus caderas a un ritmo rápido. Ver a Hinata hundiéndose sobre su miembro con la cabeza echada hacia atrás, al mismo tiempo que los senos se movían de manera tentadora, era mejor que una escena porno. Desde que llegó, notó que se veía mas bella, atribuyéndolo a lo mucho que quería verla, sin embargo, no era sólo eso... Hinata realmente se veía mas hermosa y los senos se notaban incluso mas voluminosos de lo que ya eran.

—Lo siento Hinata, pero no puedo contenerme—la ojiperla no le presto atención a sus palabras hasta que él se sentó sin dejar de penetrarla, pero en esa posición las envestidas se hicieron más profundas y a ambos les era mas fácil tocarse. La joven abrió los ojos y se quedó hipnotizada mirando las expresiones que mostraba el varón durante las envestidas. Él mantuvo los ojos cerrados perdido en la la pasión, mientras su ceño se veía frunciendo, extremadamente sexy... las venas del cuello se hacían visibles en cada movimiento al igual que los músculos del pecho. Sintiéndose observando, abrió los ojos quedándose inmerso en las perlas—Hin...—no terminó de hablar debido a las pequeñas manos de su mujer sobre su rostro en busca de un beso.

Sintiéndose mas tranquilo acerca de la salud de Hinata, Kakashi se dedicó a darle todo el placer que pudiera. Colocó las manos en los glúteos de la chica y llevó la boca a los senos envistiendo fuerte y profundo.

—¡Kakashi...!—lo nombró al momento de sentir que llegaría al  extasis.

—Terminemos juntos... no te contengas—fuertes gemidos fueron lanzados mezclados con los nombres de ambos antes de terminar juntos y completamente sudados. Se quedaron en la misma posición mientras regulaban sus respiraciones. Nada importaba en ese momento. No, después de sentirse satisfechos y felices—¿Estas bien?—debía asegurarse de no haberla lastimado.

—Estamos bien, no te preocupes... el médico me dijo que el embarazo esta en completo orden y puedo continuar con mi rutina diaria sin excederme—sonriendo, Hatake la beso en los labios antes de recostarse sobre la cama con ella encima. Si en ese momento alguien le preguntara que era la felicidad, él podía responder sin ninguna duda que estar con ella así como lo estaban, era la definición perfecta de felicidad.

—Me parece muy bien, porque de hoy en adelante tu rutina diaria incluye hacer el amor conmigo, perdiendo la cuenta de los orgasmos que te haré sentir—la ojiperla se refugió entre su pecho visiblemente sonrojada.

—¡Kakashi...!—el peli-plata comenzó a reír dado que ya había previsto lo que iba suceder con su tímida mujer.
...

La mañana siguiente, Kakashi llevó a su ojiluna con el médico de la familia... quería comprobar por si mismo que todo estaba bien y ¿porque no? También quería escuchar los latidos del corazón, sin embargo, las cosas salieron mejor de lo que esperaba, ya que el médico los refirió con la ginecóloga y ella a su vez, realizó un ultrasonido.

—¿Como se encuentra nuestro bebé?—inquirió Kakashi sin saber identificar lo que se comenzaba a mostrar en el monitor, luego de colocar un gel frío sobre el vientre de Hinata y comenzar con los movimientos.

—Para la edad que tiene, sus proporciones son las correctas aunque un poco grandes, pero nada que sea malo—la morena que por primera vez lo veía, derramó las lágrimas de alegría, mientras Kakashi le sostenía la mano y depositaba besos en ella—El peso también es bueno y...—la médica sonrió al verlos—es un varón—la pareja se quedó pasmada, ellos no pensaron que ya podían saberlo y aunque cualquier sexo hubiera sido bien recibido, se alegraron mucho, tanto, que incluso Kakashi sintió sus ojos humedecidos—Felicidades a ambos—la fémina terminó con el ultrasonido y ayudó a limpiar el vientre de la Hyuga antes de salir y darles espacio.

Ni bien se cerró la puerta, la morena se vio presa de los fuertes brazos masculinos—No tengo como agradecer por esto Hinata—le dijo muy conmovido—me has hecho inmensamente feliz, tu me diste lo que nunca pensé tener... ¡Una familia!—la morena correspondió al abrazo también conmovida y llorando de felicidad. Los días anteriores había estado muy estresada y aunque trataba de disfrutar de su embarazo, el miedo a la incertidumbre le arrebataba la tranquilidad. Su temor mas grande era precisamente la reacción de Kakashi al saberlo y mirarlo tan contento, la hizo reprenderse mentalmente por su temor.

La médica le recetó vitaminas y puso cita dentro de un mes. La pareja se retiró y ambos arribaron a un restaurante donde se hallaban Ino y Neji. Hinata los llamó con anterioridad con el propósito de contarles acerca del embarazo.

—¿Me estas diciendo que ya tienes dos meses de saberlo y no me lo contaste?—Ino cruzo los brazos. Aun no asimilaba la llegada de su amiga con Kakashi quien sostenía la mano de Hinata y sonreía feliz. Neji se quedó en silencio, pero dentro de sí, agradeció que su prima estuviera tan feliz, dado que las semanas siguientes a la partida de Konoha, ella se había encerrado en si misma y temía por ella, temía que volviera a suceder lo mismo que sucedió cuando Naruto rompió el compromiso—¡No lo puedo creer Hina!

—Lo siento mucho... se que debía decirte, pero no sabía que hacer y temí que fueras con Kakashi y se lo dijeras todo—la rubia arqueo una ceja y no pudo evitar sonreír ante lo mucho que su amiga la conocía.

—Eso hubiera sido lo correcto Hinata y sabes que también yo hubiera hecho lo mismo—añadió Neji. Ella lo sabía, después de todo, una noticia como esa no era algo que pudiera mantener en secreto por mucho tiempo... el problema, era que se sintió muy tonta por no haber previsto lo que podía ocurrir al tener sexo sin protección, ademas de haber sido ella quien le pidió a Kakashi hacerla suya. Pensó que la acusarían de planearlo con el fin de atraparlo.

—Pienso exactamente lo mismo—Kakashi se unió a la opinión de los otros dejando claro que la morena no manejó bien las circunstancias—aunque ahora ya no importa, porque de todos modos ya lo se y me siento muy feliz—el peli-plata lo aclaro con rapidez, sin embargo, no fue lo suficientemente rápido para que la ojiperla no se sintiera regañada y por ende, ya tenía los ojos brillantes debido a las lágrimas.

—S-se que no hice bien... pero les juro que no quería formar problemas, no fue mi intención—la rubia se apresuró a ir hasta ella sin importarle que Hatake intentaba calmarla.

—Shhh, Hina, no te estamos regañando, es todo lo contrario, sólo queríamos que no sufrieras a solas teniéndonos a todos quienes te queremos—Neji negó con la cabeza. Hinata era muy sensible y por lo que escuchó, las mujeres embarazadas se ponían aún más sensibles. Debían tener mucho cuidado con lo que decían frente a ella o de lo contrario, terminaría llorando.

—¿Y que será mi sobrino? ¿Niño o niña?—cuestiono el castaño, en busca de distraerla.

—Sera un niño... muéstrales las fotografías de la ecografía—Kakashi sonrió con cariño y con orgullo al aclarar el sexo del bebé, luego le dio un beso en la frente a su mujer, antes de acercarla lo mas posible junto a él.

Ino y Neji sonrieron cuando la morena se distrajo mostrando con entusiasmo las pequeñas fotografías del niño—Mis tíos incluyendo a mi padre, se pondrán felices—soltó Neji imaginando la alegría que les daría Hinata con la noticia.

—¿Cuando se los dirás a ellos?—inquirió Ino.

—Hoy mismo lo haré, no quiero seguir cometiendo errores—respondió intentando mostrarse fuerte aunque por dentro se sentía nerviosa.

—También te llevaré a conocer a mi padre—añadió Kakashi logrando que la joven se pusiera nerviosa, luego recordó que ya lo conocía y fue el mismo día en que miró a Hatake con otra. Suspiro y se dispuso a comer sus rollos de canela. No quería ponerse a pensar en cosas que le hicieran sentir triste.

...

Esa misma tarde, Kakashi llevó a Hinata a su hogar y lo primero que ella miró al adentrarse en la ordenada sala, fue un pequeño y adorable perro.

—¡Pakkun! Tenemos visitas—la morena se tapó la boca para no gritar ante él.

—¿Puedo?—cuestionó Hinata antes de tocarlo.

—Te prometí que lo conocerías ¿lo recuerdas?—ella asintió—Entonces aquí lo tienes y como mi futura esposa, también será tuyo y no tienes que pedir permiso para tocarlo—la ojiperla pasó por alto lo dicho y se sentó en el piso para tener acceso al perro, el cual, no tardó en subir en las piernas femeninas y comenzar a refregarse sobre ella.

—Eres muy lindo ¿verdad?—el peli-plata veía como su mujer jugaba con Pakkun. No hubo necesidad de esperar, ya que el perro de inmediato se rindió a ella y se acostó boca arriba dándole toda la confianza que les da a quienes lo conocen.

—Creó que ya estuvo bien de juegos con Pakkun—Kakashi arrojó una galleta con forma de hueso y el perro se fue a su cama para comerla dejando a la Hyuga atrás—te quiero para mí—el corazón de Hinata se aceleró, pues ya sabía lo que vendría después—Te mostraré mi habitación... se que te gustará—de nuevo como sucedió la noche anterior, Kakashi la levantó sobre su regazo haciendo que ella lo rodeara de la cintura con las piernas.

Sin mas preámbulos, se desvistieron con avidez y en segundos ya el silencio había quedado atrás con los sonoros gemidos de la ojiperla aunado a los jadeos de Kakashi. La morena ni siquiera tuvo tiempo de observar el entorno, puesto que la niebla del deseo la dejó completamente adormecida. La noche anterior hicieron el amor varias veces y tenía una ligera molestia en su feminidad, sin embargo, no se negó a ninguna de las sugerencias hechas por el varón. En todas las ocasiones, le besaba el vientre quedándose recostado por unos minutos con la oreja pegada a la piel de la Hyuga. Se disculpaba con su hijo por perturbar la tranquilidad, tal como lo estaba haciendo en ese momento. Hinata lo encontró como algo muy tierno y en respuesta, acariciaba con sus dedos, los mechones plateados.

—Podría quedarme así indefinidamente—le dijo a la chica abrazándola de la cintura e intentando escuchar algo desde adentro de la ojiperla.

—¿No piensas ir a la oficina en todo el día?—ya pasaba el mediodía y él, no parecía ni cerca de querer levantarse de la cama.

—¿Ya estás aburrida de mí?—cuestionó levantándose y encarándola para mirar sus reacciones—De ser así, lo siento mucho, pero no te pienso dejar ir... nos falta mucho para saciarnos el uno del otro y yo por mi parte, dudo que eso ocurra—ella sonrió ¿aburrirse de él? Ni cerca estaba de llegar a ese punto y a decir verdad, estando a su lado, se sentía en completa paz.

—No lo preguntó porque este aburrida... yo estoy muy contenta, sin embargó, se que debes tener muchas obligaciones—replicó de inmediato sintiendo el cabello de Hatake hacerle cosquillas en su pecho, dado que el varón se recostó sobre los senos desnudos. Kakashi pasó el resto de la tarde mostrándole fotografías de cuando era niño, de sus amigos y sus padres. El varón le contó absolutamente toda su vida y como fue que tomó el lugar de Genma. Hinata no podía evitar reírse por la narración y también se disculpo por lo mucho que lo juzgo creyendo que era Genma.

—Ahora que ya aclaramos los malos entendidos debo volver a preguntar... ¡Hinata!¿Quieres casarte conmigo?—la Hyuga de nuevo se tensó  y en realidad, ella no sabía exactamente que pasó dar. Lo único que tenía seguro era que si lo quería en su vida y la de su bebé, pero ¿casarse? Luego de lo ocurrido con Naruto no le gustaba mucho la idea de dar ese paso.

—Mmm, yo...—Kakashi la miró a los ojos esperando que aceptara.

[...]

—Yo creó que deberían ponerle Genma, después de todo, se conocieron gracias a mí—el peli-plata fulminó al castaño con la mirada, mientras que Obito y Yamato se echaron a reír por la sugerencia.

—¿Te has vuelto loco? ¿En serio piensas que yo arruinaría a mi hijo poniéndole tu nombre? No quiero que por llamarse como tú, mi primogénito termine siendo un golfo igual a ti—Sokumo negó con la cabeza. El Hatake mayor estaba completamente encantado por Hinata y por su futuro nieto. Esa joven sin saberlo, le había traído mucha  estabilidad a la vida de su hijo, el cual sólo estaba al pendiente de ella y de lo que pudiera necesitar. Sin duda alguna, su hijo se había enamorado.

—Tendría suerte de ser igual de guapo y carismático que yo—Genma y los amigos de Kakashi se sorprendieron mucho cuando él les comunicó que tendría un bebé con la mujer de la que se había enamorado y pronto comenzaron las preguntas sobre la fecha de la boda, sin embargo, el rostro de Hatake se volvió sombrío ya que la chica Hyuga, pidió un poco más de tiempo para convivir antes de dar el paso. Kakashi no tuvo otra opción que aceptar el pedido, no obstante, luego de un mes viviendo cada uno en su hogar, Hatake prácticamente obligado a la joven a mudarse con él, debido a un desmayo que le tocó presenciar durante una de sus salidas a cenar en casa de Obito y Rin.

Ellos habían dormido juntos casi todos los días en el apartamento de Hinata, pero cada uno continuaba con su espacio. Hiashi y Kurenai se pusieron felices y de inmediato volaron a visitarla. Aprovechando la estancia de los padres de Hinata, Kakashi les pidió intervenir en la decisión de ella en cuanto a la mudanza y también al matrimonio. Exagerando un poco, les contó que la ojiperla podría haber sufrido daño de no haberlo tenido cerca y como era de esperarse, Kurenai entró en pánico, incluso Hiashi se preocupó e influenciaron en la decisión que la joven se resistía a tomar.

Ino y Neji no se quedaron atrás contribuyendo con todo lo necesario para que ella se sintiera cómoda con la mudanza. Prácticamente nadie la juzgó, sino todo lo contrario. Las personas que la conocían desde niña celebraron que ella finalmente encontrará alguien digno de merecerla luego de lo mucho que sufrió a causa de Naruto y de su propia hermana menor.

—Parece que temieras ser plantado—soltó Obito mirando como su amigo caminaba de un lado a otro en el jardín de su casa donde en unos momentos, contraería matrimonio con la ojiperla. La única manera de convencer a la Hyuga de aceptar matrimonio, fue no hacer una boda a todo lo grande. Ella no quería algo así y Kakashi le dio gusto.

La ceremonia se preparó en el jardín de su propia casa y los invitados eran pocos, entre ellos se hallaban los Uchihas amigos de Kakashi, como también los de Konoha. Jiraya, Tsunade, Konohamaru, Sakura, Nagato, Tenten y Deidara se hallaban entre los invitados, al igual que Hizashi, Neji, Ino, Yamato y Genma. Los padres de ambos novios se encargaron de los arreglos correspondientes y la única ausente fue la hermana de la novia, quien aún se encontraba fuera del país y sólo le envió un mensaje de bendiciones a la Hyuga mayor.

—Si mi memoria no me falla, tú estabas igual o peor que yo el día de tu boda, así que cierra la boca—el peli-plata no estaba de humor para las burlas de Obito y lo que más le molestaba era que tenia razón. Hinata ya tenía cinco minutos de retraso y ante eso, su cerebro comenzó a pensar en varias probabilidades, las cuales no eran buenas. Llevaban cinco meses viviendo juntos y ya hasta tenían amueblada la habitación del bebé. Para su gusto, la boda era muy cercana a la fecha dispuesta para el parto, pero era eso, o de lo contrario, debía esperar hasta después del nacimiento.

...

—¿Estas lista Hina?—Rin no tuvo otro remedio que ir a la habitación donde Ino arreglaba a la ojiperla, de lo contrario, Kakashi iría personalmente—Tu futuro esposo cree que lo dejarás plantado, incluso ya está riñendo con Obito—la morena se sobresaltó y miró el reloj de la pared... efectivamente, ya estaba retrasada y no quería preocupar a Kakashi.

—¡Pero que impaciente!—solto Sakura sonriendo. Ella ya vivía con Nagato y el conflicto que tuvieron a causa de Konan, había quedado en el pasado e incluso tenían planeado tener un bebé.

—¡Tranquila mi amor! Todas las novias llegan tarde, eso nos hace mas interesantes—Kurenai la tomó de las mejillas y la veía con devoción. Su hija portaba un vestido en tono azul claro y la corona adornando el cabello, fue hecha de flores naturales, las mismas que adornaban el jardín. Su pequeña se veía como una ninfa de los cuentos—Además no es tan tarde.

—De todos modos ya terminamos y se ve preciosa—anunció Ino mirando el aspecto de su amiga. La rubia fue quien se encargó de diseñar el vestido y quedó contenta con el resultado. Hinata estaba a días de dar a luz y aún así, se veía muy linda.

—Entonces nosotras nos adelantaremos—Tenten y las otras féminas salieron a calmar los ánimos de los invitados dejando a Hinata con su madre, avanzando tras ellas.

—¡Creí que no iban a salir!—se quejó Hiashi, que esperaba por dos de las mujeres de su vida para entregar a su primogénita al hombre que logró enamorarla y también, logró con éxito curar sus heridas, regresando el brillo que ella había perdido tiempo atrás.

Kakashi esperaba en el arco adornado con flores y desde su lugar, observó a su futura esposa avanzar con el patriarca Hyuga. A pesar de su abultado vientre, ella se veía muy tierna, hermosa, tentadora... y de no ser por los invitados, correría con ella a quitarle el vestido, apenas hubieran terminado la ceremonia.

Hiashi entregó a su hija dándole un beso en la frente y con un asentamiento de cabeza, se despidió de su yerno, para ir a su lugar dónde se hallaba Kurenai, Fugaku, Mikoto, Tsunade, Jiraya y Sokumo.

—No tienes una idea de lo mucho que me calientas con ese vestido... ¡Muero por quitártelo!—murmuro Hatake para que sólo ella lo pudiera escuchar.

—¡Kakashi!—aun con los meses viviendo juntos, la morena no lograba dejar de avergonzarse cuando su amado decía cosas pervertidas y menos frente a otras personas.

—¿Listos?—cuestionó el sacerdote encargado de llevar a cabo la ceremonia.

—Claro, sólo le recordaba a mi futura esposa lo mucho que la amo—tanto Hiashi como Sokumo y Kurenai, veían a los novios con cariño y ajenos a lo que se habían dicho, aunque Sokumo ya lo intuía.

En minutos la ceremonia concluyó y Kakashi no desaprovechó para darle un apasionado beso a su flamante esposa. Genma y Obito se aclararon la garganta y continuaron con las felicitaciones.

Durante la cena, los novios convivieron con cada uno de los invitados. Esa fue una de las ventajas de no celebrar una gran boda, como la que planeó con el rubio. Naruto era otro que se había marchado de Konoha, pues luego de saberse lo del amorío con Hanabi, Kushina le exigió irse a Suna donde correría el negocio familiar que apenas iniciaba, por lo tanto, se iba tener que esforzar mucho para que funcionara. Minato estuvo de acuerdo con su esposa y no le pusieron nada fácil el camino a su hijo.

Sasuke, Itachi y Shisui se sentaron con Obito para conversar de la posible mudanza de Sasuke a laborar junto a él.

—¿Ya sabes cómo nombrarán al bebé?—cuestionó Mikoto a Hinata, en uno de los pocos momentos que su esposo la dejó a solas.

—Bueno, a ambos no gustaría nombrarlo Dai—las noches llenas de amor y deseo que pasaban juntos, terminaban siendo mejores al hablar del niño y Kakashi comenzó a llamar Dai a su vientre, incluso le gustaba escribir con bolígrafo, el nombre sobre la piel desnuda.

—Excelente elección Hina—Sakura le sonrió y al igual que Tenten, agradecían ver a su amiga tan feliz y ya casada con alguien que si la amaba.

...

—Me alegra mucho verte mas recuperado—le dijo Kakashi a Konohamaru cuando brindaban con Hizashi y Neji.

—Lo estoy, aunque aún no he olvidado a Hanabi, se que lo lograré pronto—el joven había comenzado a salir con una joven muy bella. No la amaba, pero era el primer paso para salir de la oscuridad en la que se sumergió.

Mas tardé, Kakashi fue por su esposa y pidió la atención de los invitados—¡Amigos! Mi esposa y yo queremos agradecerles su presencia en este día tan importante para nosotros—la morena sostenía la mano de su esposo y de pronto la apretó involuntariamente—¿Que pasa Hinata?—la miró pálida y ejerciendo mas fuerza en su mano.

—No lo se de pron... AHHH—Kurenai se levantó de la silla en automático.

—Por todos los cielos mi niña ¿que tienes?—el peli-plata ya había entrado en pánico al ver el rostro descompuesto de su mujer.

—Esta por dar a luz... debemos llevarla al hospital—la morena se sorprendió con lo dicho por su madre, pues aún le faltaban dos semanas a la fecha que les dio el médico, pero esos terribles dolores no podían ser otra cosa—Rin por favor tráenos todo al hospital, nosotros nos iremos de inmediato—la castaña asintió.

En minutos los recién casados arribaron al hospital con todo y los trajes de novios, siendo seguidos por los padres y amigos. Kakashi se sentía inútil, pues los gritos de Hinata le taladraban el cerebro y no podía hacer nada para ayudarla.

—Mi esposa está sufriendo mucho... ¡Hagan algo!—exigió a punto de perder la cordura.

—¡Tranquilo hijo!—Sokumo le tomó el hombro cuando las enfermeras llegaron a ellos con una camilla—Hinata estará bien—tomó unos minutos para que también el futuro padre se vistiera adecuadamente y entrara a la sala de partos donde se dedicó a sostener la mano de su amada.

El parto se demoró mas de dos horas, hasta que la pobre ojiperla utilizó todas sus fuerzas logrando dar a luz a su pequeño bebé. Escuchar el fuerte llanto de Dai, fue como magia para disipar el rostro lleno de dolor a uno iluminado por tanta felicidad. Hatake besó a su mujer mientras las enfermeras limpiaban al recién nacido.

—Felicidades, lo hizo muy bien señora—el médico le indicó a la enfermera que le entregara el niño a la ojiluna—se lo dejaré unos minutos y en seguida vendrán por él para realizar la revisión rutinaria... traté de alimentarlo—los nuevos padres se quedaron a solas y ambos derramaron lágrimas de felicidad.

—Eres la mujer más fuerte y valiente que he conocido y te amo como no creí que se podía llegar amar—el varón le besó las mejillas, luego los labios, la joven suspiró enternecida al mismo tiempo que colocó a su hijo cerca de su seno derecho. El pequeño no tardó en succionar. Ambos lo miraron hipnotizados mientras comía. Dai tenía el cabello como el padre, al igual que los ojos. Él era simplemente perfecto.

—Yo te amo más Kakashi, gracias a ti, volví a creer en el amor y me has hecho muy feliz desde que estamos juntos... ¡Mira que hermoso y perfecto es nuestro Dai!—quizás el comienzo de la pareja no fue lo que habían planeado, sin embargo, terminaron muy enamorados y como consecuencia, tenían al nuevo integrante de la familia al cual, los dos amaban incluso antes de nacer.

—Así será siempre mi niña... no puedo prometer que no tendremos desacuerdos que logren enfadarnos, pero si te prometo, hacer hasta lo imposible por arreglarlos y juntos criaremos a Dai, como a los otros que vengan—la morena beso a su esposo y también a Dai, antes de sucumbir al cansancio quedándose dormida.  Kakashi sostuvo a su hijo y su felicidad aumentó.

—El mismo día en que tu madre acepto casarse conmigo llagas tu, logrando que esta fecha sea aún mejor—el bebé se quedó dormido y en ese momento, las enfermeras llegaron a llevárselo con ellas.

Cerca de una hora después, Hinata ya había sido trasladada a otra habitación y la mañana siguiente, todos esperaban la hora de visitas para entrar.

—¡Felicidades mi amor!—Kurenai entró junto a Hiashi y se acercó a ella. Hiashi le besó la frente y palmeó el hombro de Kakashi—Te vez radiante.

—Se ve preciosa...—aseguró el peli-plata llamando la atención de todos, incluyendo la de su padre quien se unió a ellos. Hinata estaba a punto de hablar, cuando entró una enfermera con el cunero trasparente donde dormía Dai. La familia no lo conoció la noche anterior debido al horario.

—Por todos los cielos, es perfecto—Kurenai lo tomó en sus brazos con sumó cuidado y pronto los dos abuelos se colocaron a cada lado sin dejar de sonreír.

—¡Te amo!—la ojiperla se recargó en el brazo de Kakashi. Él se sentó en la cama con ella y no tardó en abrazarla. Ambos veían a sus padres embelesados con Dai.

—No más que yo—no iban a tener a Dai por un rato, pues en minutos, mas personas se unieron. Entre ellos, Ino y Neji, quienes aseguraron ser los próximos padrinos de Dai, como Obito y Rin, quienes también aseguraban lo mismo. Los nuevos padres sonrieron divertidos y sabiendo que tanto Ino, como Obito, no darían el brazo a torcer.

Fin.

Ahora que termine la historia, quiero darles las gracias a todos por tomar el tiempo de leerla. También quiero aclarar que la escribí con dos propósitos, el primero fue el de animar a los nuevos escritores o escritoras. Tomen un libro, película, o serie que sea de su agrado. En mi caso fue una película y quiten lo que no les gusta, agreguen lo que les hubiera gustado e introduzcan personajes que sean necesarios. El seguro propósito fue también para mostrar que no es necesario plagiar la historia de otro, más bien es mejor hacerla nosotros mismos. No estoy en contra de adaptaciones en mis historias, sólo deben decírmelo, tampoco me opongo a traducirlas en otros idiomas, igual, lo único que deben hacer es consultármelo.

Me disculpo por las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron, apenas las encontré y las iré corrigiendo... Estaré pendiente con el epílogo 😊💕

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