Capitulo 5
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Los rayos del sol comenzaron a introducirse por las ventanas de la casa donde se hallaban Hinata y Kakashi.
Poca poco, el peli-plata comenzó abrir sus orbes y no pudo evitar suspirar cuando observó el pequeño cuerpo de Hinata pegado al suyo. Era la primera vez, que no había almohadas, ni peluches, intentando separarlos.
La respiración de la Hyuga era tranquila, indicando que estaba dormida y se dedicó a mirarla por unos minutos. Se preguntó ¿como esa chica se pudo meter tan adentro de su corazón? El tiempo de conocerse era relativamente corto, no era posible sentir tantas emociones por ella, pero al mismo tiempo, sabía que su vida ya no sería la misma, luego de conocerla. Era tan irreal que se hubiera entregado a él, dándole su inocencia, ese detalle hizo que se sintiera más apegado a ella, pues creyó que lo consideraba el adecuado.
Se levantó lentamente tratando de no perturbarla, dado que la imagen de Hinata sobre la cama totalmente desnuda, con sólo un tramó de la sábana cubriendo parte de ella y el cabello extendido en las almohadas, era lo mas sensual y tierno que hubiera mirado antes... y vaya que durante su vida, estuvo con muchas mujeres, tantas que ya ni recordaba cada rostro, mientras que la ojiperla, solo lo había dejado entrar a él y ser el dueño de su piel durante la noche.
Entró al baño para darse una ducha y recordó a Genma. De no ser por ese golfo, no se encontrará tan satisfecho y feliz, como se sentía en ese instante. Salió minutos mas tarde, vistiendo un short con camiseta sin mangas, la cual se ajustaba a sus definidos y prominentes músculos. Hinata todavía estaba dormida y sonrió, pensando en el motivo por el cual, se hallaba tan cansada, sin olvidar el dolor que experimentaría al levantarse, sin embargo, ahí estaba él, para ayudarla a ducharse y con un poco de suerte, se ducharían juntos.
Se dirigió a la cocina y se dedicó a buscar, que hacer para el desayuno. No era experto pero haría su mejor esfuerzo.
...
Hinata abrió los ojos y se estiró entre las sábanas, sin embargo, cuando se miró desnuda se sonrojó ¿Que fue lo que sucedió anoche? Se cuestionó mentalmente, mientras localizaba su ropa, no obstante, el dolor en su centro femenino la detuvo, e hizo que los latidos del corazón se fueran en aumento ¡Se atrevió a pedirle a Genma que le hiciera el amor! Con mucha vergüenza, se tapó el rostro con la almohada. Tomó una camisa que le llegaba a la rodilla y se llevó la cartera a la cama, recordando que Ino le entregó una fuerte suma, la unió a la suya y comenzó a contar, pero cuando estaba por terminar, Genma entró en la habitación y ella ocultó todo bajo las almohadas.
—¡Buenos días!—el peli-plata traía una bandeja con el desayuno y ella se acomodó la camisa, para no mostrar más, de lo que mostró—Te prepare el desayuno, aunque no es como los tuyos, espero que te guste—ella le sonrió y comenzó a comer.
—Gracias Genma, está delicioso—Kakashi le entregó una taza de café y se sentó junto a ella—¡Genma...!—Hatake la encaró molestó por escuchar la mención de Genma—¿Que pasó anoche?—todavía tenía la esperanza de que se tratara de un sueño, no obstante, la felicidad en el rostro masculino, desapareció por completo y se levantó de la cama.
—Nada importante Hinata—su voz fue dura, al momento de responder.
—Esta bien... gracias por el desayuno, tomaré una ducha—la ojiperla recogió ropa y se metió en el baño, mientras Kakashi se dirigió hacia donde ella había ocultado algo cuando entró. Encontró todos los billetes y se dispuso a contarlos. Apenas terminó y se fue hacia el baño con ellos en la manó, sorprendiendo a la Hyuga que tenía el cabello enjabonado y sólo pudo cubrir parcialmente su desnudez.
—Es por lo de anoche ¿verdad?—Kakashi le mostró los billetes.
—No-no, no se trata de eso, estás equivocado... dijiste que no pasó nada —ella trató de explicarle.
—Si quisiera cobrarte, sería por adelantado, te lo explique cuándo llegamos.
—Yo, no quiero que pienses que pensaba recibir algo gratis, aunque de ser así, no me hubiera detenido anoche en el cajero, pero de verdad yo...—entre más hablaba, más terminaba acusándose a si misma.
—Sólo déjame aclarar algo... Te falta el veinticinco por ciento—lanzó los billetes sobre el lavabo y salió furioso dirigiéndose a su ropa para vestirse. Ese día tendrían el último ensayo con los novios en la clase de baile.
—¿Quieres decir que si nos hubiéramos acostado, todavía te debería dinero?—la morena salió envuelta en una toalla.
—Así es querida mía—la falsa sonrisa, logró enfadar a Hinata.
—Eso es el enganche de un apartamento—le reprochó ofendida.
—Sabías que yo era muy costoso, de lo contrario, no hubieras retirado tanto efectivo, es sólo que también cobró por... ya sabes—Kakashi le señalo su feminidad y ella se sonrojó además de sentirse ofendida—Pero no tienes nada de que preocuparte, ya que no pasó nada importante, de lo contrario, lo recordarías—ella pensaba decir algo más, pero Kakashi la dejó sola.
Hatake salió a fumar y Neji lo llamó para que se uniera a tomar café con ellos. En la mesa sólo se hallaban Hiashi, Neji y él. Seguramente las mujeres, todavía demorarían, aunque durante el tiempo que llevaba con Hinata, pudo comprobar que ella no era de las que hacían esperar a las otras personas.
—¡Buenos días!—en ese momento llegó ella luciendo fresca y hermosa. Saludo a su padre y a su primo y sin ver a Kakashi se dirigió a la cocina.
—Ahora regresó—Kakashi la siguió y se acercó a ella en la puerta del refrigerador.
—¿Y si no quiero que me hagas eso?—pregunto ella, señalando con la cabeza, en medio de sus piernas.
—El resto es porque tu me lo hagas a mi—replicó Hatake.
—¿Que...?
—Créeme, si algo hubiera pasado debería ser importante para ti.
—Pero nada sucedió, tu mismo lo dijiste—ella ya no sabía que decir.
—Es por eso, que conservas tu dinero—sin decir nada, Kakashi regresó a la mesa del comedor, donde ya se hallaban Ino, y Kurenai. Hanabi y Konohamaru, los esperarían en el lugar de las clases.
...
—¿Pasó algo?—Ino, moriría si no le contaba el resultado de la noche anterior, no es que deseara detalles, aunque tampoco los descartaba, pero viniendo de Hinata, sería imposible. Ella sólo quería que su amiga, fuera feliz y se arriesgara un poco.
—Si... pero luego te cuento—para la rubia, eso era suficiente.
—No olviden que esta tarde nos vamos a la finca y estaremos allá, hasta el día de la boda—aviso Kurenai para que estuvieran listos.
—Está bien, entonces nos vamos—Neji de nuevo invito a Ino para que se fuera con él y la Yamanaka aceptó. No esperaron a Hinata, después de todo, ella y su acompañante, se irían juntos.
...
Durante el trayecto al estudio de baile, Kakashi se mantuvo en silencio. Hinata tampoco dijo ni una sola palabra y apenas llegaron, ella bajo apresurada, dado que al igual que él, estaba molesta.
—Muy bien este es el último ensayo antes de la boda—anunció la coreógrafa a los novios, los cuáles simplemente no parecían tener gracia para el baile. Por otro lado, Ino y Neji se movían a la perfección, al mismo tiempo que no dejaban de verse, pareciendo hipnotizados mutuamente.
Hinata y Kakashi, entraron por diferentes puertas, pues la chica estaba aún molesta, aunque a decir verdad, era un comportamiento infantil de su parte.
—¿Dos pies izquierdos Hatake?—le cuestionó cuando no parecían acoplarse a los pasos de baile. Kakashi la giró deliberadamente haciendo que cayera en sus brazos, ella se molestó y le dio un pisotón, fingiendo que era un accidente, sin embargo, a medida que la música continuaba, ellos se acoplaban y pronto se encontraron abrazados sonriendo, como si nunca se hubieran disgustado.
...
Dos horas más tarde, de nuevo viajaban en auto, con rumbo a la finca que estaba cerca de la antigua capilla, donde se realizaría la boda. Aún faltaban algunas actividades, pero todo sería en zonas cercanas a la finca.
—¿Sabes que me molesta?—cuestionó Hinata durante el trayecto en el auto.
—No, pero me gustaría saberlo—entré más supiera de ella, más le gustaba, no obstante, creyó que diría algo referente a la boda.
—Lo poco que se sobre ti—Kakashi se sorprendió por su revelación y no pudo evitar sonreír.
—¡Bien...! Eso se puede arreglar... Mi animal favorito es el perro, soy hijo único, mi madre murió muchos años atrás y mi padre, no se casó de nuevo. Me reúno a menudo con mis mejores amigos, los cuales son cuatro y para no saturarte de tanta información, finalizaré diciendo que aún sin haberte conocido, siento que te extrañaba—concluyó revelando más, de lo que hubiera podido hacer en el pasado.
La ojiperla sonrió y sus ojos se humedecieron. Nunca le hablaron así en el pasado, ni siquiera Naruto le dijo algo tan emotivo. Dejando de lado su timidez, se acercó a él y lo besó en los labios. El beso fue fugaz, ya que Kakashi conducía, sin embargo, el varón sonrió y le sujeto la mano dónde también él, depositó un casto beso.
Llegaron a su destino y los empleados les ayudaron a bajar el equipaje. Los instalaron en una habitación unida a la gran mansión, pero la puerta la tenía hacía afuera, dándole a cada habitación, un ambiente de privacidad.
—Aquí esta todo señorita—Hinata agradeció—y su mamá dijo que los esperan a cenar en tres horas... con permiso señor—el empleado se despidió de Hatake cuando lo encontró en la puerta.
—¡Una cama grande!—exclamó Hinata con entusiasmo y sorprendido a Hatake, se lanzó sobre la cama quedando de espaldas al colchón, como si fuera una niña. Kakashi se recostó junto a ella.
—Ya no te sentirás a punto de caer por las almohadas que colocas en medio para mantenerme alejado—simultáneamente ambos se giraron para verse las caras y sin decir más palabras, comenzaron a besarse. Hatake se colocó encima de ella y aprovechando que la puerta tenía llave, se dedicó a acariciar todo el cuerpo que apenas una noche antes consideró como suyo y de nadie más.
Las prendas salieron sobrando, al igual que la discusión que tuvieron horas antes. Ambos parecían querer lo mismo y ahora el alcohol no era el detonante para tan intimo acto. Ellos se deseaban y la química entre ambos se veía a simple vista, ya que hasta ese momento, nadie de la familia Hyuga o los amigos se percataron del acuerdo que mantuvieron en secreto.
—¿Quieres esto tanto cómo yo Hinata?—pregunto esperando que asintiera y ella lo hizo. Con la aprobación de la ojiluna, continuó desnudándola, para luego también él, hacer lo mismo—Llámame Hatake—ella no lo había olvidado, pues aunque estaba ebria, los recuerdos permanecieron intactos, logrando incendiar su sangre.
—Hatake...—lo nombró perdida en la pasión y el varón sonrió sin despegar la lengua del pezon derecho de la chica. Toda la altanería que fingió al no recordar nada, quedo reducida ante las calientes caricias que le brindaba Kakashi. Todo era tan nuevo y tan placentero, que no quería pensar en nada más.
Kakashi emocionado con la respuesta, se dedicó a mostrar un poco más de su verdadera naturaleza, en el ámbito sexual. Sin ningún tipo de pudor, beso los senos, luego fue bajando y se colocó entre las piernas de la joven. Hinata jadeó ruidosamente, cuando la lengua de Hatake, cubrió por completo su feminidad, dándole lamidas desde abajo hacia arriba, para luego ayudarse con los dedos. Ella trató de resistirse, pero el varón, no pensaba desistir. La joven era simplemente adictiva y deliciosa.
Hinata no pensó que Genma iba a pasar de unos apasionados besos, no obstante, se dejó llevar en las mil y una sensaciones que le causaban sus besos. La vergüenza y su timidez, eran reemplazados por el deseo de estar con él, de sentirlo cerca, percibir su calor, su aroma y es que ¿como poder resistirse a este hombre tan encantador? Estaba totalmente perdida y lo sabía, sin embargo, por el momento, no quería pensar en lo mucho que se arrepentiría cuando el acuerdo terminara.
El cuerpo de Hinata parecía convulsionar, cuando llegó al climax, pero Kakashi no desistió y continuó degustándola, hasta lograr un segundo orgasmo, dejándola rendida y sin aliento. Se levantó satisfecho y sonriendo, para acomodarse entre las piernas femeninas. La Hyuga respiraba con dificultad, mientras que Hatake la contemplaba con admiración y con la necesidad latente de meterse en su cuerpo, así que luego de darle un hambriento beso, arremetió con una poderosa embestida. Sabía que estaba siendo rudo, pero ella estaba suficientemente lubricada y no la había lastimando. Ambos gimieron al mismo tiempo ante la unión de sus sexos.
El peli-plata comenzó con movimientos lentos, pero a medida que la chica lo recibía sin quejarse, aumento el vaivén de sus caderas. Hacer el amor con ella fue una experiencia increíble, la cual hasta esos días, no había podido experimentar. No estaba seguro de si se trataba de ser el primero, o si se debía a lo mucho que la personalidad de la ojiperla lo embrujó, pero ahora sólo quería continuar a su lado, sin pensar en el pasado de ninguno de los dos.
Los gemidos de Hinata se hacían cada vez más fuertes y moviéndose al compás de Hatake, logró llegar al tercer orgasmo. A pensar de estar completamente agotada, continuó recibiendo el duro miembro del peli-plata, dentro de ella. Kakashi se puso de rodillas y con un ágil movimiento, logró levantar a la chica para que lo rodeara con sus piernas. Ella se dejó hacer, cuanto a él se le ocurrió, teniendo plena confianza en sus acciones. En esa posición la penetro como quiso, logrando que Hinata, se corroerá una vez más, mientras que él, también estaba por llegar, no obstante, quería que llegarán juntos.
Hinata ya no controlaba nada, estaba rendida al gran apetito sexual del hombre que la poseía. Su cuerpo de nuevo, parecía convulsionar y lo único que salía de su boca era el nombre Hatake. Él por su parte, continuó en esa posición arremetiendo contra ella hasta que también logró su liberación. Aún cansado, colocó a la joven sobre la cama con cuidado, pues parecía que iba desmayarse del cansancio. Se recostó a su lado y sintió un poco de culpa por mostrarle su verdadera personalidad. Temió que se asustara y ya no lo quisiera cerca, sin embargo, ella se dejó abrazar y no sólo eso, sino que también se acurrucó en su pecho, quedando dormida.
El caliente encuentro sexual, llevó mucho tiempo y ahora ya casi debían ir a cenar con los demás, no obstante, Kakashi sólo quería quedarse encerrado con ella en esa habitación, para repetir lo que acababan de hacer y quedar exhausto. Su celular como el de ella sonó anunciando mensaje de texto. Kurenai les envió un texto a todos los presentes en la finca para avisar que la cena estaba lista.
—¡Vamos preciosa!—Hatake la removió para que despertará de su corto sueño—Nos esperan para la cena—la única manera de aminorar el cansancio, fue dándose un baño, así que la tomo en brazos y se ducharon juntos, sin hacer algo más, al menos por el momento.
[...]
—De verdad te agradezco mucho que seas tan cercana a mi prima—Neji ademas de estar deslumbrado por Ino, también estaba agradecido por el sincero cariño que le tenía—Ella es muy afortunada por contar con alguien como tu, luego de alejarse de todos los que la queremos.
—No tienes nada que agradecer, Hinata también ha sido un gran apoyo para mí, después de todo, viviendo lejos sólo nos teníamos la una a la otra y fue así estos últimos años—la Yamanaka tenía mucho que agradecer a su mejor amiga, ya que juntas se ayudaron y también juntas lograron triunfar en el negocio que tenían.
—También estoy agradecido con ella por haberte traído aquí y así darme la oportunidad de conocerte—la rubia se sonrojó cuando Neji la tomó de las manos y lentamente se acercó hasta quedar a escasos centímetros, el uno del otro. Las perladas orbes se encontraron con las color zafiro. Neji le dio tiempo de alejarse pero al no hacerlo, sucedió lo inevitable y los dos se enfrascaron en un apasionado beso, el cual dio lugar a otro mucho más personal que el anterior. Las palabras ya no hicieron falta, dado que desde el primer momento en que se vieron, surgió una gran atracción que resultó difícil contener.
—¡Lo siento...!—se disculpó Ino avergonzada y tratando de regular su respiración.
—Yo no—afirmó el castaño y volvió a tomar posesión de los rojos y carnosos labios de la chica. Ella correspondió sin inmutarse. Era la primera vez que se sentía de esa manera con un hombre y para él, la situación no era diferente.
[...]
La finca de los Hyuga era un lugar muy imponente, casi igual que la mansión de la ciudad. Disponía de habitaciones adentro y también las que estaban con puertas hacia afuera, logrando así, privacidad a quienes las ocupaban, como era el caso de la que dispusieron para Hinata y Kakashi. No obstante, para acceder al comedor, debían ir a la casa y verse con todos.
Desde que llegaron a Konoha, Hinata no se sintió cohibida ni avergonzada de lo que su familia pudiera pensar en cuanto a lo que sucedía a puerta cerrada entre Genma y ella, pero ahora, creía que cualquiera de sus familiares, pudieran darse cuenta de todo lo sucedido momentos atrás. Ella no pensó que al entregarse a Genma, las cosas iban a ser tan intensas. La noche anterior sintió dolor, sin embargo Hatake la trato con tanta gentileza, que logró aminorar todo haciéndola sentir segura, pero ahora, después de volver a entregarse a él, apenas podía caminar y estaba segura que todos podían notarlo.
—¿Te sientes bien?—preguntó Kakashi con un toque de diversión al verla caminando con dificultad—Recuerda que la noche apenas empieza—la ojiperla se apenó y miró en todas las direcciones pretendiendo que su familia no hubiera escuchado.
—Hasta que llegan—reprochó Hanabi dado que todos esperaban por la pareja para comenzar a cenar.
—Lo siento si los hicimos esperar, pero Hinata estaba agotada por el viaje y se durmió como un bebé—la única que captó el doble sentido de lo dicho por Kakashi, fue Ino, la cual sonrió con complicidad a la nerviosa ojiperla.
Los únicos presentes en el comedor eran los familiares de ambos novios, ya que los amigos e invitados, llegarían a la mañana siguiente. Entre las conversaciones sobre los últimos preparativos para la boda, Hinata logró relajarse y mientras sus padres se quedaron con Tsunade y Jiraya, ella se marcho junto con los otros.
Hanabi y Konohomoru, se fueron a dar un paseo. Neji llamó a Hatake para mostrarle los caballos y fue entonces que Ino se acercó a Hinata para saber cómo estaba.
—Cuéntame Hina ¿fue suficiente el dinero que juntamos?—la rubia aún no sabía que el peli-plata, no exigió ningún pago por intimar con la morena.
—Debo regresarte lo que me prestaste—Ino arqueo una ceja sin entender a que se refería—no me pidió nada, incluso se molestó cuándo miró el dinero... y bueno, nosotros... nosotros no sólo lo hicimos ayer, sino también antes de cenar—la rubia sonrió complacida. Finalmente su amiga había podido avanzar, dejando de lado, el capítulo de su ex prometido.
—Te lo dije Hina... tu eres una mujer hermosa y cualquier hombre en su sano juicio, podría notarlo—se abrazaron sonriendo—Y ahora que nos estamos confesando, quiero agregar que tu primo y yo, nos besamos—la ojiperla sonrió y buscó a Neji con la mirada.
—Me alegro mucho—repuso Hinata.
—Yo nunca me había sentido así con nadie y cuándo Neji me mira siento que las piernas me tiemblan—confesó con un poco de pena, pero en realidad, así era como se sentía.
Las dos chicas pronto se unieron a los varones y hablaron sobre el día de campo que tendrían a la mañana siguiente, donde se les unirían, Naruto, Sakura y Tenten, luego ya en la noche llegarían todos los invitados, entre ellos los Uchihas, dado que la boda se llevaría a cabo en dos días.
—Creo que es hora de ir a dormir, de lo contrario, no podremos levantarnos mañana—sugirió Neji tomando la mano de Ino.
—Tienes razón, nosotros también nos retiramos—Hatake extendió la mano hacia Hinata y le guiñó un ojo. Ella tomó la mano y despidiéndose de la pareja, siguió al peli-plata.
Apenas se cerró la puerta y las piernas de la morena se sintieron flácidas, sobre todo cuando Kakashi la miro. Sabía lo que esa mirada llena de deseo significaba y no se equivocó, pues él la rodeó de la cintura para apoderarse de sus labios. Durante esa noche, volvieron hacer el amor, en diferentes lugares de la espaciosa habitación, hasta que la chica se quedó dormida en los brazos masculinos. Era increíble, como habían avanzado las cosas entre ambos, ya que no necesitaron palabras y lo que hacían, no era parte del acuerdo, no obstante, ahí estaban, los dos abrazados, desnudos, como si de verdad, fueran una pareja de enamorados.
A la mañana siguiente, el fuerte agarre tirando de su cuerpo, anudado a la luz solar que se asomaba por la única ventana de su recámara, lograron que la ojiperla abriera lentamente los ojos. Sintió una agradable calidez y comprendió que no estaba sola, como lo estuvo el día anterior, sin embargo, se negó a girarse para encarar al dueño de esos fornidos brazos que comenzaban a moverse sobre su cuerpo.
La cama se movió y su largo cabello, fue apartado a un lado, dejando su cuello y hombro desnudó a merced de los suaves labios que comenzaron a pasarse por sus puntos más sensibles.
Respiró hondo tratando de contener el escalofrío que esas caricias le estaban causando a su cuerpo, sin olvidar el calor que le provocó entre las piernas. Aún sintiendo las agradables sensaciones, se negó a enfrentarlo, pero él, extendió su mano y tomó su barbilla girándola lentamente, a la vez que iba depositando suaves besos hasta que llegó a la esquina de sus labios.
Con paciencia, la lengua masculina, pidió pasaje entre los labios, Hinata suspiro por lo que las manos de su acompañante causaron en su pecho y fue en ese momento, que lo miró sonreír en respuesta a lo que le estaba causando a su cuerpo.
Se perdieron en un beso lento y personal, muy diferente a los que compartieron las noches anteriores. La mano masculina que sostenía su cuello, se deslizó lentamente hasta el valle de los senos, logrando que la joven comenzara a gemir. La humedad entree las piernas, unido al cosquilleo, le indicaba lo que había comenzado a querer.
En segundos, Kakashi ya se había colocado encima de ella y sin dejar de chupar los sensibles pezones, se adentró en ella. Cerró los ojos y gimió, dejando que su miembro se adentrara en la estrecha cavidad femenina, mientras ella lo abrazaba con las piernas.
Colocó las muñecas de la chica sobre su cabeza, cuando la sintió rendida hacia él y en ese momento, comenzó adentrarse con mas fuerza. Emocionado apretó aún mas el agarré sobre las muñecas, mientras su hombría continuaba adentrándose con violencia. Ya ni siquiera le preocupaba que ella no logrará caminar bien, lo único que deseaba era marcarla como suya y de nadie más.
Hinata gimió y rasgó su espalda, ocasionando mucho más placer. Él regresó a los pechos y los succionó con mas hambre, como si estuviera desesperado, loco y deseoso de obtener más de esa mujer, la cual a pesar de su violencia al estarla tomando, parecía no molestarla, sino todo lo contrario. Hinata parecía disfrutar de él, tanto, como él disfrutaba de ella.
Movido por sus emociones, la hizo girar y la dejó en cuatro, para empujar dentro de ella sin previo aviso. Hinata se estremeció y dejó caer su cuerpo sobre la cama, sin romper la unión de sus sexos. Kakashi la mantuvo sujeta de las caderas sin dejar de penetrarla, mientras ella se aferraba a las almohadas. En esa posición logró excitarse aún más y sabiendo que ella estaba al límite, la tomó de los brazos con facilidad y la pegó a su pecho, sin disminuir el poder de sus embestidas.
—Hatake—escucharla llamarlo, logró que enloqueciera por escuchar más, así que aumento y logró su cometido.
—Ven para mí Hinata... ahora—la clara orden en ese pedido, hizo que la ojiperla no pudiera soportarlo por más tiempo y terminó llegando al climax de manera inimaginable. Su orgasmo fue tan intenso, que incluso las lágrimas se habían deslizado por sus mejillas y ella no las había notado, hasta que las fuertes sacudidas de Genma también terminando, la regresaron a la realidad... Eso había sido, increíble.
—¿Te encuentras bien pequeña?—Kakashi temía haberla llevado demasiado lejos, sobré todo cuando le miró lágrimas en las mejillas—¿Te lastime?
—No me lastimaste y me siento muy bien, aunque un poco cansada y hoy será un día ajetreado—respondió, dejándose abrazar por el varón.
—No te preocupes, yo me encargaré de ti... después de todo, fui yo quien te dejo en ese estado—tal como lo dijo, Kakashi se encargó de llevarla a la ducha para bañarse en la tina, con agua tibia. Estuvieron juntos en el agua por casi una hora y para cuando salieron, la ojiperla se sentía renovada.
Hinata se vistió con un vestido blanco ajustado arriba y suelto de abajo, que le llegaba, hasta la rodilla. Lo combinó con accesorios en color turquesa, tales como el grueso cinturón, los collares las sandalias y los aretes. Miró a Genma y se quedó embobada. Él era tan apuesto y luciendo esos vaqueros ajustados a sus musculosas piernas, la dejaba sin aliento. Estaba muy entusiasmada, pero a la vez, tenía tristeza, ya que la boda era en dos días y cuando regresaran, el contrato se terminaría. Lo más seguro era que ya no se volvieran a ver.
Kakashi le tendió la mano y le preguntó que si ya estaba lista—Lo estoy—respondió caminando con él y alejando los pensamientos que había tenido, ya que decidió sólo vivir el momento y nada más.
Continuara.
Me disculpo por la gran demora, pero me encontré una telenovela vieja que se llama Corazón salvaje. Me la encontré completa y todavía no la termino, pero me deja muchas ideas para futuras historias. Bueno, de todos modos, lamentó haber tardado y también las posibles faltas de ortografía, luego las corregiré. 😊💕
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