Capitulo 1

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


—Trata de calmarte Hina, recuerda que siempre puedes contar conmigo para lo que necesites—Ino Yamanaka, era la mejor amiga de Hinata, desde que llegó a Tokio. Ellas ya se conocían y de inmediato congeniaron, pero no tuvieron el tiempo de convivir, como en esos momentos.

Juntas abrieron la boutique y les iba muy bien. En poco tiempo, las personas comenzaron a correr la voz, acerca de los exclusivos diseños. Hinata incluso, se aventuró para diseñar vestidos de novia, seguramente inspirada por el suyo propio, el cual no llego a usar y conservo como muestra clara de no creer en nadie que le ofreciera "amor"

Desde niña estuvo enamorada del que su convirtió en su novio, luego en su prometido y finalmente en su ex prometido. Una noche llegó a buscarla sólo para romper el compromiso y de paso sus sueños, esperanzas y corazón. No obtuvo ninguna explicación y todos los amigos en común de ambos, tampoco parecían saber nada. Ni siquiera Sakura, quien fue la que más ayudó a unirlos. Hinata sintió que su familia, como también sus amigos, la veían con lastima y dos días después, se marchó sin mirar atrás.

Tanto su padre como su madrastra, trataron de persuadirla, especialmente Su madrastra, la cual desde que se casó con su padre cuando ella tenía tres años, la trató como una verdadera madre, la ojiperla, incluso la llamaba mamá. Si, Kurenai Yuri, se caso con Hiashi Hyuga y meses después, nació Hanabi, su hermana menor. Kurenai, nunca hizo diferencia entre las dos niñas. Siempre fue justa sin importar, que ella no era su hija biológica. Fue por ese motivo, que apenas supo sobre su partida y lloró, cual madre llora por su hija que abandona el nido.

Neji y su tío Hizashi, llegarían a Konoha, en esos mismos días, pensando en estar presentes en su boda, pero como nunca sucedió, tampoco a ellos los pudo mirar, a pesar de quererlos tanto. Con ellos dos, se sentía mas en armonía, que con su padre y su media hermana.

—Lo se Ino, pero él estará ahí y yo no estoy segura de que sucederá en cuanto nos veamos... yo, yo me siento... ni siquiera se como sentirme—confesó frustrada. Lo poco que sabía de su ex prometido, era que no se había comprometido con nadie más y que últimamente se le veía nostálgico. Ese último comentario, sin quererlo, encendió en ella, la llama de la esperanza. Quizás él pretendía regresar con ella en cuanto se reencontraran—Además de todo, mira esto—le mostró a la rubia, la parte de la invitación, donde le pedían llevar a un acompañante, aunque no lo especificaba, estaba segura, que le pedían llevar a un varón. No podía decir que se trataba de Ino, pues a ella de todos modos pensaba llevarla, eso no estaba en discusión.

—Quizás se refieren a mí, recuerda que tú madre me ha saludado por las videollamadas—repuso la chica tratando de calmar a su amiga.

—No lo creó, estoy segura que ellos piensan que ya cuento con alguien y si me ven llegar sin nadie a mi lado como novio, pensarán que continuó en espera de mi ex, incluso él, lo pensara—la ojiperla se frustró y estaba por entrar en pánico—son dos semanas, que debo estar allá, para todo lo previo a la boda ¿Como se supone que podría conseguir a alguien para enamorar y convencerlo de viajar conmigo a conocer a mi rara familia durante dos semanas? Que pesadilla.

Ino sintió mucha pena al ver el estado de ánimo en el que estaba su amiga. Nunca pensó que lo dicho por ella, fuera cierto en torno a su familia. Hinata siempre se quejaba de ellos y de como, parecían no tomarla en cuenta. Lo dudo por mucho tiempo hasta que llegó la invitación, sin previo aviso, era como si hubieran dejado todo, para la última hora, no dándole tiempo a negarse, o poder inventar algo, como lo había estado haciendo, durante el tiempo que no vivió con ellos.

—¿Que te parece un actor? Alguien que actúe como si fuera tu pareja—Hinata se negó, pero luego de pensarlo, decidió intentarlo. Pronto ambas comenzaron a revisar los perfiles de quienes prestaban tales servicios, pero a ninguna de las dos, les gustó lo que veían de ellos. Algunos eran viejos, otros no ofrecían privacidad y otros mas, parecían depredadores sexuales.

Llevaban dos días, buscando y no habían podido encontrar a alguien que valiera la pena. Hinata estaba muy triste y frustrada, tanto que derramó las lágrimas, por su suerte.

—Te agradezco mucho tu ayuda Ino, pero creo que ya no buscaré más, dejaré que piensen lo que les plazca acerca de mi—concluyó con melancolía.

—¡Chicas...! Me disculpo por mi intromisión, pero las estaba buscando y no pude evitar escuchar todo—la ojiperla se sonrojó, mientras que Ino, la veía sorprendida, por no darse cuenta de su presencia.

—Que pena con usted Rin, debo sonar patética—la castaña se acercó y abrazó a la Hyuga. Ellas se habían vuelto muy cercanas, desde que Hinata, le diseñó su vestido de novia. Ino se encargó de maquillarla y peinarla para la boda y fue esa misma mujer, de la alta sociedad, quien comenzó a promocionarlas por toda la cuidad.

—Claro que no, y te aseguro que después de conocerte, nunca pensaría que eres patética, ni que exageras, pero volviendo a lo que hablaban, creo que tengo la solución perfecta a tu problema—Rin escribió en una pequeña hoja, el número y el nombre de una persona—Toma, estoy segura que él, te sacará de apuros, aunque claro, por una fuerte suma de dinero—añadió sonriendo.

—¡Genma Shiranui!—exclamo la ojiperla con desagrado—¿Y que se supone que este sujeto puede hacer por mí?—pregunto, dándose una idea, aunque se negó a creerla, ya que ese nombre no surgió entre los actores que miraron ellas.

—Conozco a Genma desde niños y también es amigo de mi esposo. El es guapísimo y su negocio consiste en ser acompañante de damas, que lo necesitan, como es tu caso—Ino arqueo una ceja, quizás era la solución—es muy discreto y profesional, por eso mismo, su costo es alto, sin embargo, es excelente incluso mejor que cualquier actor y te garantizo, que toda tu familia, jurará que son pareja y que esta perdidamente enamorado de ti—añadió Rin.

—Es una excelente idea Hina, así no tendrás que ir sola y tampoco estarás obligada a mirarlo de nuevo, cuando todo termine—sugirió Ino.

—No lo se, esto hace que me vea mortalmente desesperada—tuvo que contener las  lágrimas, que le causó, la probabilidad de no poder conseguir a un hombre, por ella misma, sino que mas bien, debía pagar por sus servicios, cuál cliente paga por una prostituta y en ese caso, ella era el cliente.

—Esta bien, no estás obligada, yo solo trato de ayudarte—se apresuró Rin a dejarlo en claro, cuando miró que estaba por llorar.

—Se lo agradezco mucho, de hecho, creo que no tengo otra alternativa, sólo tengo dos días, antes de partir y...—ya no supo que más decir, dado que por muy repugnante que le pareciera, no tenía mas opciones—¿Podría quedarse aquí para llamarlo?—la castaña asintió y le dio ánimos al igual que Ino, sin embargo, el susodicho, no respondió las llamadas. Hinata se frustró aún más, porque al ser tan discreto, no se encontraba ninguna imagen suya en la internet y quería conocerlo.

—No te preocupes, yo misma ire a verlo y te garantizo, que lo pondré en contacto contigo... más tarde te enviaré el precio exacto de sus honorarios y también lo que cueste el boleto del avión—la ojiperla asintió y después de atender a Rin, en sus compras, se dispuso hablar con Ino.

—¿Crees que Shion, pueda encargarse de la boutique durante una semana?

—Claro, si es solo una semana, ella es capaz de hacerlo—respondió la Yamanaka—¿pero porque la necesitamos?

—Porque quiero que te unas a mí, la segunda semana... se que no podemos ausentarnos ambas durante dos semanas, pero yo iré primero y después me alcanzaras ¿que te parece?—preguntó sonriendo. Aunque ellas no se conocieron desde niñas, como le sucedió con Sakura y Tenten, cuando coincidieron en la universidad se hicieron muy amigas, luego se reencontraron en Tokio y fue cuando se asociaron.

—Me parece perfecto y te ayudaré en todo lo que pueda—las dos sonrieron y comenzaron a planificar, lo que debía llevar la ojiperla, pues según Ino, debía impresionar a todos, especialmente al imbecil que la dejó plantada.

[...]

Kakashi, Obito, Genma y Yamato, se reunieron como cada Jueves en casa de Obito para cenar. Los cuatro eran amigos desde la infancia y permanecieron muy unidos, al igual que Rin.

—La cena está lista—anunció Rin y en minutos los cinco ya estaban cenando—Oye Genma te llamé hoy y no respondiste—le dijo directamente a su amigo, ya que entre mas rápido dejarán todo claro era mejor para la pobre Hinata.

—Lo siento,  creo que debo haber estado ocupado—sonrió con picardía, refiriéndose a alguna cita—¿Necesitas algo de este galán?—cuestionó mirando a Obito, quien le mostró el dedo medio, por el atrevimiento.

—Por supuesto que no, al menos para mí, pero sí para una gran amiga que necesita un acompañante durante dos semanas—Kakashi negó con la cabeza. El negocio de su compañero era deplorable—por favor, dime que si estás disponible, ya quede con ella y en verdad te necesita, de lo contrario no te lo pediría.

—Yo sólo acompañó a mujeres ricas y guapas, debes saber que esto, no es una beneficencia—se señaló a él mismo cuando lo dijo, intuyendo que debía de tratarse de una mujer pobre y fea.

—Lo se y te garantizo, que ella llena todas tus expectativas, es rica mucho mas joven que tu y ni hablar de belleza, ademas, no deberás preocuparte, cuando el acuerdo llegue a su fin, pues ella no es la clase de mujer que se interesaría en ti—soltó, logrando despertar la curiosidad del varón.

—Vaya vaya, así que esas tenemos ¿eh? En ese caso, aceptó ¿Cuando y a donde sera el viaje?—Yamato sonrió, mirando que Genma quedó retado, por lo cual, no dudó en aceptar.

—El día de partida es el Sábado y el destino es Konoha—los cuatro hombres miraron a la fémina y ella asintió sonriendo. Todos ellos eran de Konoha, no obstante, abandonaron el lugar, muchos años atrás y ninguno regresó a excepción de Obito y Rin, puesto que los Uchihas, vivían allá y en algunas ocasiones los veían en las fiestas.

—Esto se pone más tentador—afirmó haciendo los arreglos en su agenda dentro del celular.

—Le dije, que le enviaría el costo de tus honorarios y también el boleto de avión... y una cosa mas, Genma, quizás ella no te lo diga, porque es muy tímida, pero deberás tratarla como si estuvieras loco por ella, frente a su familia, especialmente, frente a su exnovio—repuso Rin y Genma estuvo de acuerdo, mientras los otros escuchaban en silencio.

—Algún defecto debe tener para recurrir a este—reprochó Obito para borrar la arrogante sonrisa de su compañero.

—Eso deberás decírmelo tú, pues también la conoces—Obito se sorprendió con la afirmación de su esposa.

—¿La conozco?

—Es la chica que te presente el la boutique, la diseñadora, que hizo mi vestido de novia, como todos los atuendos que hemos usado en las cenas elegantes, de tu familia—expuso la fémina.

—¿Ella...?—Rin asintió—Wow, eres un bastardo con suerte—le dijo a Genma, logrando más curiosidad no sólo en Genma, sino también en Kakashi y Yamato.

Esa misma noche, Rin llamó a la Hyuga y la puso al tanto sobre la decisión de Genma, como los costos de acuerdo. La ojiperla se quedó más tranquila, aunque debía echar mano de gran parte de sus ahorros. Esa misma noche, transfirió el monto del boleto y cuando llegaran a Konoha, le entregaría el monto total del acuerdo.

...

El siguiente día, Genma se dirigió a comprar el boleto, como también todo lo necesario para el viaje. Veía el celular y no fue consiente de un camión que se pasó la señal de alto, hasta que sintió el impacto, seguido de gritos y dolor.

La ambulancia llegó minutos mas tarde y fue trasladado al hospital mas cercano.

Kakashi, Yamato Obito y Rin, llegaron apenas les avisaron. Permanecieron en la sala de espera hasta que el médico los dejó pasar a verlo. Genma no sufrió daños grabes, que pusieran en riesgo su vida, pero se fracturó la pierna izquierda, y también dos costillas, haciéndole imposible viajar y mucho menos lucir como un buen acompañante.

—¿Como te sientes?—preguntó Yamato.

—Como si un camión me hubiera impactando—respondió con sarcasmo, tratando de disipar su dolor en todo el cuerpo. El celular de sonó por enésima vez y él, suspiró sabiendo que dejaría asuntos inconclusos gracias al accidente—Kakashi ¿podrías encenderlo en altavoz para escuchar los mensajes?—Hatake, lo hizo y pronto una dulce y a la vez desesperada voz se escuchó dentro de la habitación.

—Señor Shiranui... es Hinata, disculpe por llamarlo, lo que pasa es que no he podido hablar con usted, sobre el horario de salida, como tampoco de lo que haremos llegando a Konoha, por favor, en cuanto reciba este mensaje, llámeme... hasta luego—la habitación quedó en silencio y más mensajes similares de la misma persona se escucharon.

—¿Ahora que le diré a Hina?— se lamenta Rin, en cuanto terminaron los mensajes de voz.
—¿Y no hay alguien mas que pueda realizar el acuerdo?—cuestionó Yamato.

—¿Bromeas? Claro que no hay nadie ¿Quien podría ser lo suficientemente atractivo para igualarme?—replicó Genma con molestia por no poder ir a realizar el viaje. De pronto las miradas de Obito, Yamato y Rin, se dirigieron hacia Kakashi.

—¿Porque me miran así?—preguntó desconfiado—No... no lo haré, yo no me presto para eso—aseguro cruzandose de brazos.

—Kakashi, por favor, hazlo por mí, yo le di mi palabra a Hina, ademas tú pensabas salir de vacaciones, solo las estarías adelantando y también te pagarían por ellas—Genma gruño desde la camilla y le exigió tomar su lugar, por el favor que le debía, cuando lo cubrió echándose la culpa de ser él, quien salía con Mei, la esposa del capitán de la policía. Genma tuvo que soportar la golpiza que le propinó el esposo de la pelirroja y le juró a su amigo, que le cobraría el favor.

Obito, le insistió que aceptara, que conocía a la chica y que de no ser porque en verdad necesitaba ayuda, no la pediría. Yamato también le sugirió aceptar, diciendo que la joven se escuchaba muy dulce y a decir verdad, estaría mintiendo, si no reconocía que también a él, le parecía dulce.

Jurando que no lo haría, se marchó molesto, sin embargo, tanta fue la insistencia de Rin, incluso en su oficina, que hasta su padre se enteró de todo y también le pidió que lo hiciera.

—Esta bien... ustedes ganan, me haré pasar por ese golfo, por dos semanas—Rin sonrió y le dio los datos de la chica, mientras que su secretaria, compro el boleto de avión, para el día siguiente. Su padre quedaría a cargo de todo hasta su regreso. Lo único que le faltaba, era arreglar su equipaje y hablar con la chica, para confirmar que sí iría con ella.

[...]

La ojiperla se preparaba para partir al aeropuerto. Ya se había despedido de Ino y no logró hablar con el acompañante, pensó que no podía ir con ella y no tuvo mas remedio que resignarse a ser el blanco de las burlas y la lastima de todos.

Se dio una ducha y escuchó el celular, pero lo ignoro y continuó para terminar rápido. Debido a lo insegura que se había vuelto a raíz de su matrimonio cancelado, llevaba muchas maletas llenas de ropa y accesorios. Colocó ropa como para dos meses y no para dos semanas. Escuchó el mensaje del celular y se quedó pasmada.

—Hola Hina, es Genma, escuché tus mensajes... todos. No pude responder debido a unos contratiempos, pero te veré en el aeropuerto a la hora pactada... Se que estas nerviosa, pero no tienes nada de que preocuparte, para eso estaré yo—la Hyuga, casi se ahoga—¡Hina...! Una cosa más... te aseguro que tu familia pensará que estamos muy enamorados y tu exnovio se lamentara por haber roto el compromiso, nos vemos en un rato... Ansió conocerte—el mensaje finalizó y la ojiperla comenzó a temblar.

Un joven que trabajaba en el aeropuerto, ayudaba a la Hyuga, con el carrito repleto de maletas en color lavanda. Ella también vestía en ese color, luciendo muy elegante, y sensual, con las altas zapatillas de fino tacón en color negro. Apenas llegarán y debían asistir a la fiesta que darían con motivo de la boda. Sería todo un maratón de ridiculeces, pero así, era Hanabi.

Finalmente ocupó el asiento designado para ella. Según lo planeado, Genma debía quedar en el lado B, pero aún no se hallaba nadie en el.

—¿Es tu primer viaje?—le preguntó una mujer de mediana edad, al verla tan nerviosa.

—Veré a mi familia luego de dos años, por la boda de mi hermana y mi ex es el padrino—la fémina asintió y continuó leyendo una revista.

—Vuelo desde niña, no estoy nerviosa por el viaje—le aseguro la ojiperla a uno de los jóvenes encargados de repartir bebidas, cuando se levantó de su lugar y se dirigió hacia él—La razón por la que me tiemblan las piernas, es que mi cita, esta sentado en el lado B, tras mi asiento y necesito estar segura de que luzca muy bien—el joven, miró por encima del hombro de la chica.

—Hola lado B—la ojiperla le arrebató el vaso con agua y lo bebió antes de girarse y enfrentar a Genma.

Las piernas le temblaron y no era por los altos tacones. El hombre tomaba dos copas de vino y le daba la espalda, sin embargo, con solo verlo desde ese ángulo, pudo apreciar lo alto y corpulento que era. Vistiendo un traje gris oscuro, con camisa gris claro y corbata lavanda, se giró lentamente después de agradecer por las bebidas, encarando a la sonrojada joven.

—¡Hina!—le sonrió de manera tan encantadora, que la pobre chica quedó sin palabras y todo empeoró, cuando se puso a su altura y la beso cerca de los labios—Vamos siéntate—le entregó una de las copas y le sostuvo la mano, aún cuando ya estaban sentados. Ella se apenó y la retiró, para colocarla en su regazo.

—Me alegro que pudiera lograrlo —le dijo ella, aun volteada desde el asiento de adelante.

—Siento mucho, no haber respondido antes, se que querías tiempo extra para arreglarte  —ella asintió—Y te sugiero que me tutees, de lo contrario, nadie creerá que nos amamos—repuso, fascinado con el aspecto de la joven. Apenas la miró, quedó deslumbrado con sus ojos. Era simplemente, perfecta.

—Tienes razón—le dijo Hinata—debe ser fácil para ti, con un trabajo así—Kakashi recibió la primer punzada de molestia y sabía que no sería la única. Ella se giró dándole la espalda y él, le dio un trago a la copa, cuando la chica se giró de nuevo, mostrando preocupación—Debo advertirte algo—el peli-plata asintió—¿Conoces a esas familias, donde todos están locos, pero al final del día, son tu familia y los amas?—Hatake asintió—la mía no es así—confesó sin entusiasmo y Kakashi frunció el ceño, sin entender a que se refería. Ella se volvió a girar, para voltearse otra vez, pareciendo una niña indecisa—Amo a alguien—sonrió genuinamente y Hatake también lo hizo—es mi madrastra, pero técnicamente no es de mi sangre y no queda en la categoría de mi familia—finalmente se giró y ya no volteó hasta que llegaron a Konoha.

La morena se quedó dormida en su asiento y despertó cuando escuchó al piloto pidiendo abrocharse los cinturones de seguridad. Con pereza se quitó el cabello del rostro. De pronto recordó a su acompañante y giró violentamente para verlo.

—Buenos días—la saludó con burla y ella se hundió de nuevo en su asiento. Saco un espejo de su bolso y al verse toda despeinada, con el labial corrido, lo guardó avergonzada.

Ante la inminente llegada a la fiesta, los nervios de la ojiluna, aumentaron. Kakashi, no le quitaba los ojos de encima, mientras caminaba con gracia y elegancia por los pasillos del aeropuerto, mientras él, empujaba el carro de metal, desbordante de maletas color lavanda y unas cuantas negras pertenecientes a él.

—Oh Genma, por favor dime que no usarás eso, esta noche—Hinata salió del baño para alcanzar a Kakashi, donde los esperaba el taxi. El hombre vestía impecable, pero no de acuerdo a los colores que ella pensaba usar. Después de ser diseñadora, solía enfocarse mucho en esos detalles.

—Lo haré—respondió Kakashi despreocupado.

—No me lo tomes a mal y tampoco es muy importante, en serio, pero parece que tu traje no combinara con mi vestido y esa corbata...—él se detuvo a mirarla—No me mal entiendas, tu ropa está bien para ti... ahora combinamos a la perfección, pero usaré otro vestido y entonces...—miró hacia arriba por la diferencia de estatura.

—¿Quieres que se vea que nos esforzamos?—preguntó sin dejar de verla a los ojos.

—Exacto... que parezca que nos acoplamos, pero que no nos esforzamos—no supo ni como pudo hablar tan fluido, aunque debido al trabajo de Genma, le fue mas fácil perder un poco la pena, después de todo, él, estaba acostumbrado a tratar con muchas mujeres.

—Voy a enseñarte un truco—le aseguro Kakashi y se acercó mas a ella—Si miras a las personas directamente a los ojos, jamas notarán, lo que estás vistiendo—subieron al taxi, pero ella continuó argumentando sobre la ropa.

—Lo siento, pero no hay forma de que lleguemos con estos atuendos... ¿Usted? ¿Podría parar en algún lugar?—el conductor del taxi, paró en el primer bar que encontró,  camino al salón, donde sería la fiesta.

Kakashi miraba el reloj de su muñeca, mientras un hombre con el cabello platinado preparaba los vasos, para cuando vinieran los clientes. La ojiperla, ya se había probado tres vestidos diferentes y aún no sabía cual de todos usar. Se disculpo en repetidas ocasiones y Kakashi seguía sin entender, el descomunal afán de las féminas y sus prendas de vestir.

Ella salió con un escotado vestido rojo y se paró frente a Hatake, en busca de su opinión.

—Mmm—pronunció aprobándolo, al igual que los otros, en realidad a ella, todo le quedaba perfecto.

—Mmm ¿simple? O ¿Estaba loco al dejarte ir?—pregunto refiriéndose a lo que diría su ex.

—Yo lo haría contigo—soltó el tipo con nombre Hidan, el mismo que preparaba los vasos—Si él, esta de acuerdo—se dirigió a Kakashi. La morena se sonrojó y entró al baño lo mas rápido que pudo para llegar al salón de belleza donde la peinarían. Ella nunca fue así, pero quería deslumbrar al hombre que la plantó y la inseguridad, hablaba por ella—le quedó mejor el negro—afirmó Hidan, dirigiéndose de nuevo a Kakashi.

—Se lo diré—respondió, queriendo lucir despreocupado.

...

Una hora mas tarde, ya estaban entrando al salón. Kakashi, con el traje gris y la corbata lavanda y ella, con el vestido negro, que eligió desde antes. No pudo convencer a Kakashi de cambiar su traje y tampoco pudo elegir otro vestido que no fuera, el ya planeado.

—No se si estoy lista—dijo parada frente al salón, con Kakashi sosteniendo su mano.

—Tal vez nunca lo estes, pero ya estamos aquí—la insisto a entrar y se dirigieron a la ventanilla donde tomaron un número para dejar el abrigo de la ojiperla y se encontraron con los primeros conocidos.

—¡Tío Hizashi!—el mencionado volteo y de inmediato la estrechó en un fuerte abrazo.

—Mi niña, que gustó verte... ¡Sabes! Creí que tu te casarías primero y de pronto tu hermana nos sorprende—ella apretó mas la mano del varón.

—Te presentó a Genma—Kakashi saludo sintiendo el temblor en la joven.

—Que gustó conocerlo ¿A que se dedica?—cuestiono uno de los ancianos, que se acercó a ellos. El hombre era tío del Hiashi y de Hizashi.

—Disculpen—Hinata estiró el brazo de Kakashi y entraron al lugar donde estaban todos los abrigos. Ella se retiró el suyo y aprovechó para no dejar cabos sueltos—Eres médico, nos conocimos hace un año y estás loco por mí—Kakashi escuchó sin decir nada—Aquí esta el dinero... cuéntalo.

—Esta bien, confío en ti.

—Prefiero que lo cuentes—Kakashi lo hizo, pero se sintió asqueado. Ella pagó el taxi, también las bebidas y todo desde que llegaron, lo cual le causó una gran molestia en su gran ego y se disgustó con ella por la forma en que lo trataba, así que le regreso un poco de su molestia, olvidando que ella, pensaba que él, en verdad era un acompañante por dinero.

—Escucha, de ahora en adelante, yo pagaré por mis cosas, pero si quieres tener intimidad, deberemos hablar sobre el costo monetario—espetó sin mostrar expresiones, aunque por dentro se sentía furioso.

—No te preocupes Genma, la idea de pagar por sexo, me parece moralmente repugnante—soltó sin pensarlo y de inmediato se arrepintió—Lo siento—se disculpo creyendo haberlo ofendido.

—Hagamos una cosa, toma esto, como lo que es, un negocio y nada más, así no tendrás que pasártela disculpándote.

—De verdad lo siento—cerró los ojos frustrada—lo siento.

—Lo vez, es muy molesto—repuso Hatake saliendo del lugar, para entrenar con ella a donde se celebraba la fiesta.

—La hija pródiga decidió regresar—la morena fue abrazada por su progenitor—Llegas tarde, creí que no vendrías—ella se incomodo por la forma en que la llamó su padre.

—Te presentó a mi novio—Kakashi se acercó y estrecho la mano del padre, el cual era prácticamente igual, al tío, que saludaron en la entrada.

El lugar estaba lleno de personas y antes de poder reaccionar, Hinata ya era abrazada por una mujer de cabello negro y ojos rojos.

—Mi Hina, que bueno que llegaste—la beso en las mejillas, mientras Kakashi observaba en silencio pero sonriendo al ver la felicidad en el rostro de ambas féminas.

—Mamá—la ojiperla se dejó abrazar.

—¿Y quien es el galán?—cuestionó sonriendo.

—Soy Genma el nuevo novio... gracias por la invitación—Kurenai también se presentó y les ofreció una copa a los dos. No pudieron continuar hablando, por el escándalo que formó una chica que corría hacia ellos.

—Hina, Hina, me voy a casar—la abrazo por encima girando con ella—¿Quien es el galán? Es lindo—sin esperar respuesta, y dejando a la morena tambaleándose, se marchó corriendo, de la misma forma en que llegó.

—Su atención por favor—todos miraron hacia donde una rubia voluptuosa y visiblemente ebria, llamaba a todos con el micrófono.

—No ¿quien le dio a esa mujer un micrófono?—preguntó Hinata para ella misma, cuando su mirada se encontró con la de Tsunade. El peli-plata escuchó todo con detalle.

—Quiero hacer un brindis, por el matrimonio, entre Hanabi y Konohamaru, es raro, siempre creí que Hinata se casaría primero, ya que ella era tan cotizada en la escuela—las miradas se dirigieron hacia la ojiperla y ella trataba de sonreír—pero como todos saben, ella solo tenia ojos para Naruto y logró comprometerse, lamentablemente eso se hizo cenizas—la música de un piano logró callar a Tsunade y las miradas de todos se fueron hacia el rubio responsable por tocarlo.

—Por la novia y el novio—Naruto levantó la copa y los invitados hicieron lo mismo. Hinata que estuvo a punto de llorar, se fue a retocar el maquillaje y cuando salió, se encontró de frente con Naruto.

Con las piernas temblando, se obligó a verse indiferente y le sonrió.

—Hinata... que gusto verte—sin reservas, se acercó a ella y la abrazó. Hinata cerró los ojos, percibiendo el inconfundible perfume, que solía usar y que tanto le gustaba—estas preciosa—esas dos palabras, la sacudieron—Quisiera hablar con...—los dos se separaron por la llagada de alguien más.

—NO PUEDE SER, NO PUEDE SER—Tenten, una de las mejores amigas de la ojiperla, llegó corriendo y la abrazó con gusto de verla después de tanto tiempo—Hola a ti también—saludo a Naruto sin el mayor entusiasmo—Supongo que luego de dejarla plantada sin ninguna explicación, no te importará que me la lleve ¿verdad?—estiro la mano de Hinata y se alejaron de Naruto, tanto, como fue posible.

—No tenías que hacer eso—la morena se frustró, pues creyó que Naruto le diría algo importante.

—No te salve de él, mi querida amiga, te salve de ti misma—las dos se quedaron paradas mirando como Kakashi, era rodeado por las féminas, de segunda edad, entre ellas, Tsunade, Kurenai, algunas de las esposas de los ancianos, tíos de Hiashi y Kushina. Tsunade, era la encargada de Konohamaru, fue su tutora desde que el chico quedó huérfano y junto a Jiraya, lo sacaron adelante. Se conocían con los Hyugas y con los Namikaze, desde que Naruto y Neji eran niños y por ende eran como una gran familia.

—Nunca antes estuve rodeado de tantas mujeres hermosas—las féminas estaban fascinadas con él.

—Pero Naruto quería hablar—repuso Hinata, regresando a la conversación de antes.

—Espera ¿que haces perdiendo el tiempo, con ese imbecil estando ese caramelo como tu acompañante? ¿A que se dedica?—pregunto Tenten.

—Es médico—Kakashi volteó y le guiñó un ojo a la Hyuga.

—Hay Dios, creó que ya me mojé—la morena casi se ahoga con la bebida, cuando escuchó a su amiga decir semejante barbaridad.

Mas tarde, luego de saludar a muchas personas, Hinata se sentó en la barra y se sonrojó, cuando Kakashi, llegó y se sentó muy pegado a ella.

—¿Estas bien?—le entregó un vaso que ordenó para ella y antes de poderlo tomar, Hanabi la llamó.

—¿Me lo puedes dar?—Kakashi miró a la castaña y después a Hinata. Ella se lo entregó sin decir nada—¡Hinata! ¿Sabes porque hago todo esto?—pregunto mirando a todos los invitados.

—Porque por fin conseguiste, que todos giren a tu alrededor—la castaña, ya ebria asintió sin reparos. Hatake, no necesitó mas que unas pocas horas, para saber, a que se refirió la ojiperla en el avión, cuando le advirtió sobre su familia. Dejándolas a solas, se dirigió afuera a un pequeño balcón, para fumar un cigarrillo y se encontró con un rubio.

—¿Quieres uno?—le ofreció un cigarro y el joven lo tomó—las bodas son el pretexto perfecto para embriagarse frente a todos, incluyendo a los familiares más recatados.

—Lo dijiste dando en el clavo—Naruto miró en dirección a Hinata y suspiró—también es bueno... —se quedó sin hablar.

—Anda dilo—lo animo el peli-plata sonriendo, pues notó que el rubio estaba muy apesadumbrado.

—Estoy enamorado y la mujer que amó, está aquí con otro hombre, quisiera regresar el tiempo, para que fuera mi boda, la que se celebrará, sin importar, cuántos quisieran embriagarse—habló con tristeza.

—Estas aquí—Hinata llegó y le plantó un beso en los labios a Kakashi.

—Hinata—la llamó Naruto y ella giró a verlo.

—Vaya, ya conociste a mi ex—Hatake se sorprendió, mirando frente a él, al hombre por el que la chica, estaba haciendo todo. Aprovechando el momento, rodeó a la morena de la cintura, palpando cada centímetro de ese perfecto cuerpo, que lo estaba enloqueciendo. La sintió temblar y la beso con urgencia, olvidándose, del rubio y disfrutando la magnífica sensación, de tenerla entre sus brazos. Muy a regañadientes, se separó de ella y sonrió satisfecho, al verla sonrojada y sorprendida. Estaba seguro, que ella, sintió el mismo calor, que sintió él.

Si así, se sentía con un día de conocerla, no imaginaba, lo que podía ocasionar, las siguientes dos semanas.

Continuara.

Espero que les guste y disculpen las faltas de ortografía, luego las corregiré 💕😊













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