Capítulo 9
-Bien, lo haré más seguido, sólo por eso, hoy comerás por fin comida, no más suero ttebayo -Itachi lamió sus labios con emoción, tenía bastante hambre, sus ojos crecieron enormes, asintió con determinación, el rubio lo vió con descaro, sonrió lindo -pareces un niño pequeño, eres tierno -el Uchiha parpadeó, se sonrojó bastante, giró su rostro a la ventana cuando la puerta se abrió, nunca le habían dicho algo así -Naruto-san, traigo la comida de Itachi-san -el rubio asintió, observó a la chica invadir un poco el espacio del azabache que aún veía la ventana con vergüenza, apretó el ceño al ver el sonrojo en el azabache, se cabreó sin entender el porqué, como aquella vez en el quirófano -Ino, de nuevo estás incomodando a Itachi, sigue así y solicitaré tu cambio a otro pabellón -la rubia giró su mirada al doctor, apretó el ceño -bien, doctor, lo lamento -se dio la vuelta -hasta luego Itachi-san -el chico ni siquiera volteó a ver a la chica, le recordaba a su ex su actitud, giró su mirada viendo al rubio ver cabreado la puerta, parpadeó con duda -¿estás bien?-
Naruto volteó con molestia, mordió sus labios tratando de calmarse -no soporto a las chicas oportunistas como ella, buscando atrapar a algún chico por su imagen o estatus -negó con fastidio -¿por qué demonios no trabajan y buscan mejorar su vida? -Itachi lo observó con seriedad, se veía extraña su molestia, recordó cuando sacó a la chica del quirófano por algo similar. El rubio levantó un puchero ligero -lo lamento -suspiró con fastidio, talló su rostro con ansiedad, sacó su celular y lo revisó tratando de evitar la mirada del mayor -tienes razón, no creí que fueras tan enojón -Naruto infló su mejilla -cállate Uchiha, a ti te encantó que viniera a atenderte Ino, ví tu sonrojó -Itachi abrió sus ónix con sorpresa y confusión -será mejor que me vaya, me esperan, tengo consulta ttebayo -susurró quedito el rubio cabreado, salió de la habitación sin ver atrás.
El Uchiha veía la puerta por donde salió el pequeño, ¿qué había sido eso?, mordió levemente sus labios, observó su comida, comenzó a comer con emoción, trataba de disfrutar lo poco que le habían dado, debía empezar a comer de poco en poco, había adelgazado bastantes kilos en el lugar, podía definir sus huesos en su brazo y pecho, movió levemente sus alimentos, se sentía débil sólo de cargar el tenedor, bajó su mano perdiendo fuerza, respiró hondo conteniendo las lágrimas y la frustración, otra vez ese sentimiento de debilidad, era estúpido tener orgullo a esas alturas de su enfermedad, tenía más de un mes en el hospital y toda su vida había cambiado drásticamente apartir de ese choque, aunque sino hubiera sucedido, no se hubiera enterado del cáncer y para cuando lo detectaran, ya hubiera sido tarde. No podía dejar de pensar que en dos meses perdió parte de su vida, su esposa lo abandonó, se largó con su amante, además aún estaba entre la vida y la muerte.
-Abre -Itachi abrió sus onix aguados de golpe, el rubio con un enorme puchero tenía el tenedor en su mano con comida -deja tu orgullo a un lado, soy médico, esto lo hice con mi abuelo por meses, me hace feliz, sé lo difícil que es para ti en este momento -el Uchiha bajó su mirada ocultando sus lágrimas de tristeza y frustración. Naruto levantó su mano, limpió suavemente con su dedo las lágrimas, el azabache no quería levantar el rostro. El pequeño dejó el tenedor, se sentó a su lado, lo abrazó. Itachi se rompió en sus brazos comenzando a llorar ligero, las manos del rubio acariciaban su espalda suavemente, sabía que era difícil, no lo dejaría solo.
-Lo… lamento -Naruto negó con un nudo en la garganta -yo estoy a tu lado, no te dejaré solo -el Uchiha abrió sus onix levemente escuchando nuevamente esa frase, cerró sus ojos disfrutando ese abrazo y el calor del rubio, su aroma -gracias… por no dejarme solo -el Namikaze sonrió ligero -eres mi héroe, recuerda -Itachi sonrió ligero, esa frase por extraño que pareciera lo hacía recordar su fortaleza, lo hacía sentirse mejor, se separó levemente, levantó su mano comenzando a jugar con su cabello con vergüenza, Naruto sonrió ligero -¿tienes hambre, no es así? -el azabache desvió su mirada, asintió, el rubio tomó el tenedor con comida, lo acercó a sus labios, el mayor no dudó en comer, tenía mucha hambre, sonrió ligero -?pensé que tenías consultas? -el Namikaze levantó un puchero -cállate, me están cubriendo, es sábado ¿recuerdas? -Itachi lo vio con sorpresa, negó -perdí la noción del tiempo-
Mientras comía el rubio observaba al Uchiha más tranquilo, era un idiota, hizo una escena y ni siquiera entendía el porqué, cuando caminaba por el pasillo recordó la debilidad de los primeros días para comer, después del proceso que había llevado Itachi, regresó sin dudar, lo vió tan dañado, no dudó en estar a su lado, al final levantó la servilleta, limpió sus labios, sonrió al ver su sonrojo -¿te sientes mejor? -Itachi asintió -te agradezco todo lo que haces por mí -Naruto sonrió ligero -disfruto hacerlo, no digas tonterías -el Uchiha lo vio con cuidado -¿mencionaste que lo hacías con tu abuelo? -el rubio sonrió con tristeza -hace años mi abuelo tuvo cáncer de piel, junto a mis padres, mi tío y mi abuela, nos turnábamos para ayudarlo, ahora… -rió con diversión -sigue siendo un pervertido después de años de haber superado el cáncer -Itachi sonrió -pláticas con tanto amor de tu familia que a veces dan ganas de conocerlos -Naruto sonrió divertido -en dos semanas saldrás de aquí, te invito, aprovecho, cumplo mi visita familiar y te mantengo un ojo encima aprovechando la compañía, ¿qué dices? -Itachi sonrió ligero -¿no es molestia? -Naruto negó divertido -no digas tonterías, estaré más tranquilo si vas conmigo-
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