∆P R E F A C I O∆
Quería gritar, si, quería gritar de emoción. Mel y yo teníamos ya un rato hablando por Skype sobre la cita que tendré hoy con Mike ¿Quien es Mike? El chico popular jugador de baloncesto, excelente nadador y subcapitan del equipo de arquería. Ojos color miel, cabello rubio/castaño labios rellenos y colorados, cuerpo de adonis. Una obra maestra, que al fin me miró, a mi quien tanto luché por el puesto de porrista y para que me notará.
Mel, mi mejor amiga, la introvertida come libros me felicitaba mientras se emocionaba tanto como yo.
—Te envidio Alice — Dijo sorbiendo su nariz. Pobre, amaneció con una alergia terrible.
—¡Me siento como la puta ama! — Dije terminando de arreglar mi cabello con la plancha.
Mel suspiró con una mirada soñadora —Eres la puta ama — Volvió a sorber por su nariz.
—Tomate algo para esa alergia — Terminé con mi cabello y puse la plancha en el protector —Moriras si no lo haces.
—Lo haré apenas te vallas para soñar que soy yo quien fue a esa cita — Apoyó su cara en su mano, yo reí.
—Si te quitarás esos brackets, usaras lentes de contacto y dejaras de soltar datos innecesariamente inteligentes, serias toda una perra amiga — Comencé a ponerme unas pulseras de colores que amo.
Son unas pulseras de goma que tienen en una parte orejitas de animales: gatos, conejos, pandas e incluso antenas. Simplemente me encantan.
—Lista — Dije sonriendo.
—¡Suerte! Ojala te quite la virginidad — Dijo Mel.
—Igual — Dije en burla.
—Cuidate Alice.
—Gracias cariño — Le dije, colgué y salí.
Me despedí fugazmente de mi mamá y prácticamente salí corriendo ¿porqué? Pues porque no quería que me acompañara, a mis 16 años quería ser toda una adolescente independiente.
Que estúpida fui.
Si hubiera sabido lo que pasaría hubiese salido con mi mamá y le diría cuanto la amo a ella y a papá aunque siempre esta fuera trabajando.
Le hubiera dicho a Mel que siempre contó conmigo, que es como mi hermana, que es hermosa y que es mi perra favorita.
O simplemente hubiera cancelado la cita con Mike, Pero adolescente estúpida y hormanal al final.
Yo llevaba 5 cuadras lejos de mi casa cuando sucedió, mi teléfono sonó, era papá y no me iba a negar a contestar.
—¡Hola papá! — Dije emocionada.
—Mi princesa que feliz soy de escucharte ¿como estas?.
Sentí que alguien me miraba pero la conversación con mi papá era mas importante que alguien observándome con mi falda pantalón blanca y mi sudadera corta color rosa pastel.
—Bien papá yo...— Y todo se volvió borroso.
Sentí una punzada fuerte en la parte trasera de mi cabeza, un dolor taladrante que me hizo perder el equilibrio y caer al piso ¿donde quedó mi teléfono? Pensé que podía pedirle ayuda a mi papá, pero no, alguien me había causado esto lo noté cuando intenté buscar mi teléfono y estampó un trapo contra mi rostro.
Un olor fuertisimo entre alcohol y veneno ácido se metió en mis fosas nasales, exhale con fuerza tratando de sacarlo pero no sirvió, todo fue perdiendo iluminación, poco a poco todo se ponía negro con luces blancas, como luciérnagas.
Y su risa, su puta risa fue lo ultimo que escuché.
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