Estoy frío, casi congelado.

Tic tac.

Suena el reloj.

Tic tac.

Pasa el tiempo.

La vida no espera, y el tiempo avanza.

Pero sus miedos se quedan y poco a poco la estancan.

Aún recuerdo cuando dormía tranquila. Con el cuerpo suelto, y totalmente relajado.

Había veces, en las que no se fijaba, que su lindo brazo salía de la cama.

Así que con cuidado, del armario salía, y así entre las sombras, con cariño la atendía.

Tocaba su brazo.

Era delicado.

Pero con mi tacto, se alejaba de un salto.

Mis dedos son fríos, y mi piel obscura.

Es normal que me tema.

Soy una criatura.

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