Capítulo 1
Antes de comenzar con la lectura, me gustaría mencionar que los créditos tanto de la portada como del separador son para astrxtaka de la Editorial_Saviours. Hizo un trabajo precioso y me encanta💛🌻🖤
Asimismo aquí tenéis el nombre del autor de los fanart utilizados:
-groundvzero; Twitter
Kirishima miraba al cielo mientras estaba tumbado en la hierba. Hacía demasiado calor como para estar en la calle, pero prefería eso a estar en casa de sus tíos.
Su primo había cumplido y ya no le molestaba, pero su tío seguía haciéndole la vida imposible así que lo mejor era no estar en su casa.
—¿Kirishima? —Una voz sonó tras él y vio a Midoriya, que se sentó a su lado—. Ya va a anochecer... Te quedas mucho tiempo aquí.
—Necesito un lugar tranquilo donde pensar... —miró al sol, que ya se estaba poniendo, y recordó aquella noche.
Desde que volvió no había dejado de tener pesadillas con el momento en el que Shigaraki mató a Reiji, y no había podido descansar en mucho tiempo.
Izuku le miró en silencio, a veces le escuchaba gritar en mitad de la noche, pero prefería no decirle nada. Algo había ocurrido en el colegio mágico de Kirishima, algo que había cambiado a su primo.
Sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos cuando le llegó una ráfaga de aire, y con ello un periódico. Se lo quitó del rostro y notó que comenzaba a hacer bastante frío en el ambiente.
Eijirou pareció notarlo también, y sintió que algo no iba bien. Estaban en verano, y que de repente el cielo se pusiese de un color oscuro, e hiciese ese viento, no era normal.
—Midoriya... Vamos, tenemos que irnos —se tensó al sentir algo de frío de nuevo, y se levantó sacando su varita.
Al verle, el peliverde también se puso de pie, y ambos adolescentes echaron a correr. El muggle no sabía qué estaba pasando, pero le hizo caso a su primo.
Pronto comenzó a llover y decidieron refugiarse en un túnel que había cerca. Normalmente se llenaba de chicos que iban allí a divertirse, pero extrañamente no había nadie.
Kirishima seguía alerta, notando como algunas luces parpadeaban. También iba haciendo cada vez más frío, y sumado a que estaban mojados seguramente acabarían con un resfriado.
—Izuku no te separes de mí.
Se dio la vuelta para mirar a su primo, que iba detrás de él. Justo en ese momento algo le agarró del cuello, alzándolo y pegándole a una de las paredes mugrosas del túnel.
Eijirou notó cómo el dementor comenzaba a absorber su alma, y empezaba a sentirse débil, muy débil.
—Corre...
Susurró eso, y Midoriya sin comprender absolutamente nada le hizo caso y echó a correr, huyendo de allí. Sin embargo no llegó muy lejos, porque otro dementor le tiró al suelo y comenzó a absorber su alma también.
Kirishima logró reunir algo de fuerzas, alzando su varita en dirección a donde su primo estaba e invocando su patronus.
El ciervo apareció de inmediato, echando primero al dementor que atacaba al peliverde, y después al suyo. Cuando cayó al suelo recuperó la respiración como pudo, y se acercó a su primo cansado.
Midoriya estaba desmayado completamente, y por mucho que Eijirou trató de hacer que reaccionase no lo consiguió.
—Mierda... El tío Hisashi me va a matar...
Se cargó como pudo a su primo, que por suerte era liviano, y caminó hacia la casa de sus tíos. Por suerte había dejado de llover, así que no tuvo que caminar más mojado de lo que ya estaba.
Le costó bastante llegar porque tampoco era tan fuerte como para llevar a una persona tanto rato, así que cuando abrió la puerta de la casa se llenó de alivio.
—¡Izu mi bebé, la cena está lista! —El rostro alegre de Inko pasó a estar pálido al ver a su hijo desmayado siendo cargado por su sobrino—. ¿I-izu? ¡Hisashi, Hisashi ven!
La mujer apartó a Kirishima de su hijo, abrazándolo y zarandeándole ligeramente, tratando de que despertase.
El hombre llegó tras unos momentos tranquilamente, pero al ver a su hijo así también se desesperó.
Primero llevaron a Midoriya al sofá, tumbándole, y en lo que Inko le ponía un paño de agua fría en la frente, Hisashi se giró a ver a Kirishima.
—¡Qué le hiciste a mi hijo!
—¡No le hice nada lo juro! —El pelirrojo se asustó un poco al ver como su tío se acercaba a él, pero la aparición de una carta en medio del salón hizo que el adulto se detuviese.
La carta se abrió, y una suave voz se pudo escuchar por todo el salón.
—Señor Kirishima, nos ha llegado la noticia de que esta tarde usted ha invocado el encantamiento patronus en presencia de un muggle. Al haber violado el decreto para la restricción del uso de magia en menores de edad, queda usted expulsado de la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. Un funcionario del Ministerio se presentará pronto para destruir su varita. Buenas noches.
La carta cayó al suelo tras haber terminado de ser leída, y Kirishima la tomó en sus manos sin poder creer que estuviera expulsado por haber intentado defender a su primo.
—Te lo mereces niño... Por fin se hace justicia.
Eijirou miró furioso a su tío, subiendo a su cuarto. No, no era justo que le quitasen la varita y le expulsasen solo por haberse defendido.
Hedwig trató de piar para distraerle, pero el chico solo se tumbó en su cama realmente frustrado. No había sido usar magia por gusto, era en defensa propia.
Cerró los ojos, deseando que solo fuese un mal sueño del que poder despertar. Estuvo tentado algunas veces de escribir a sus amigos, pero no había recibido noticias de ellos en todo el verano.
Entendía que Kaminari no le escribiese porque iba a estar con sus padres, pero no esperaba que Sero o Mina no le dedicasen una sola carta. Ni si quiera Bakugo le había escrito, y eso le dolía bastante.
Ahora no estaba Dobby para interceptar las cartas, no habían abierto la cámara de los secretos, ¿entonces por qué no se comunicaban con él?
Tan concentrado estaba en sus pensamientos que ni si quiera se dio cuenta de que alguien entraba en la casa. Pero sí abrió los ojos cuando escuchó crujir la madera del pasillo.
Se levantó de un salto de la cama y agarró un bate que tenía guardado en su armario, esperando por si esa persona entraba a su cuarto.
Vio que el pomo de su puerta se giraba, y que ésta se abría despacio. Sujetó su arma con más fuerza, y cuando vio una silueta se lanzó a por el desconocido o desconocida.
—¡Petrificus totalus!
Cayó al suelo de inmediato, viendo cómo varias personas desconocidas entraban en su cuarto, mirándole desde arriba. Hasta que Fourth Kind se abrió pasó entre todas ellas.
—Rumi, quita el hechizo. El chico no nos va a atacar.
—Sí Fourth —Kirishima vio a una joven de pelo blanco apuntarle, y momentos después podía moverse normalmente.
Se levantó del suelo, mirando con desconfianza a todos menos a Fourth, y éste le indicó que les acompañase al salón.
Al bajar no vio a los Midoriya, pero antes de que pudiese preguntar dónde estaban, la chica de pelo blanco le contestó.
—Los muggles se han ido al hospital, tranquilo.
—¿Dónde guardas las cosas del colegio chico? —Kind miró todo a su alrededor serio, y Kirishima señaló la alacena bajo las escaleras—. Bien, ve arriba a por lo que necesites, nos vamos de aquí de inmediato.
—¿Qué? Pero estaba expulsado profesor, me lo han dicho esta tarde.
—Toshinori convenció a la gente del ministerio para que atrasasen tu expulsión. Tendrán una reunión mañana para decidir qué pasará contigo. Ahora coge tus cosas, Sasaki se las llevará.
Señaló a un hombre alto de pelo verde que le miraba serio, analizándolo con la mirada. No quería cuestionar lo que su profesor decía, así que subió a por Hedwig y algunas pertenencias de valor que tenía en su cuarto.
Cuando bajó vio a todos los presentes con escobas, y les miró sin comprender mientras le daba todo a Sasaki, que se desapareció de allí.
—Bien, salgamos por el patio trasero, ningún muggle debe vernos. No rompáis la formación, si alguno muere el resto debe seguir. Lo que debemos hacer es proteger a Kirishima.
Fourth abrió a puerta de la cocina, y uno a uno salieron de la casa, incluido Eijirou con su saeta de Fuego en la mano.
Se colocaron en una fila, subiendo a las escobas. Por suerte la noche les amparaba, porque no podían llamar la atención bajo ningún concepto.
Kirishima esperó a que Fourth diese la señal, y le dio una patada al suelo alzando el vuelo finalmente. Todos los magos hicieron lo mismo, volando sobre las calles de la ciudad y subiendo en dirección a las nubes para no ser advertidos.
El pelirrojo estaba sonriendo, mirando a los demás que volaban junto a él, y viendo las luces bajo sus pies. Sin duda era genial poder volar de noche sobre Londres.
—¿Y a dónde vamos?
Preguntó a la joven que habían llamado Rumi, y que iba a su derecha. La joven se giró a verle, sonriendo alegremente.
—Vamos a un sitio seguro, es la base de operaciones.
Rio y volvió a ver al frente, dejando al chico con más dudas. Suponía que no iban a la madriguera, así que tenía mucha curiosidad por su destino.
No fueron muy lejos sin embargo, pronto vio que los demás descendían y él hizo lo mismo, viendo que estaban en un barrio apartado de Londres, pero que seguían en la ciudad.
Fourth se puso frente a dos casas, y dio tres patadas en el suelo. Pronto Kirishima notó un temblor a sus pies, y miró con sorpresa cómo se separaban el número once y el trece, dejando paso a una tercera casa igual que las demás, pero con todas las luces apagadas.
—¿Qué es esto?
—Aquí no chico, espera a que entremos.
Pasaron a la casa, y les recibió Sasaki, que había llegado antes que ellos. Kirishima podía escuchar voces, así que siguió a los adultos mientras observaba el interior.
Estaba todo cubierto de polvo, con cuadros viejos y en mal estado colgados en las paredes, que estaban tapadas por un papel espantoso. Sin duda no era el lugar más acogedor del mundo.
Cuando llegaron al final de pasillo, abrieron la puerta que daba al parecer al comedor, y donde estaban reunidas muchas personas. Observó bien y sonrió sorprendido al ver a su padrino y a su exprofesor junto a otras personas.
Quería entrar a saludarle, pero Mitsuki salió y cerró la puerta tras ella, viendo aliviada al pelirrojo. Se acercó a él y le dio un abrazo maternal, que Eijirou claramente correspondió.
—Me alegra verte querido, has sido el último en venir. Hace dos semanas llegó Denki, menos mal que estás bien. La cena estará en un rato, por ahora sube y descansa, ha debido ser un día difícil para ti.
—Gracias señora Bakugo.
Le hizo caso y subió a la última planta. En cuanto abrió la puerta alguien le abrazó y cayó al suelo con esa persona.
—¡Idiota, eres un maldito inconsciente! ¡¿Cómo se te ocurre hacer magia?!
Bakugo le regañaba encima de él, pero Kirishima solo sonrió y le abrazó feliz de verle después de tantas semanas sin saber nada de él.
—Me alegro de verte Blasty.
Hundió su cara en el hombro del rubio y aspiró su aroma. Ahora podría disfrutar el resto del verano con sus amigos, y eso era la mejor noticia del mundo.
—Hola también Kiribro.
Kirishima miró a sus otros tres amigos, que sonreían mirándolos divertidos. Ellos sabían que le gustaba Katsuki, así que supuso que luego le molestarían con eso, pero no le importaba. Se separaron y se pusieron de pie, y Kirishima abrazó a sus amigos.
—¿Qué hacéis todos aquí, y por qué no me escribisteis?
—No nos dejaron, por si All for One se movilizaba contra ti. Queríamos hacerlo, había muchas cosas que queríamos contarte.
—Él... ¿Ha comenzado a moverse?-Eijirou se sentó en una de las camas, mirando a Kaminari.
—Sí, y me temo que muy rápido. Mis padres no saben que estamos aquí, ellos creen que estoy en la Madriguera como todos los años. Pero antes de venir investigué un poco y se lo conté al profesor Hakamata.
—No debe ser fácil...
—No pero, sabes que estoy de tu parte Kiribro, aunque tenga que desafiar a mis padres —alzó el pulgar con su típica sonrisa, y se sentó en su cama con Sero.
Kirishima sonrió, que le apoyasen sus amigos le daba mucha tranquilidad. Lo había pasado mal esas semanas de verano, aunque hubiese mejorado un poco su relación con su primo.
—Y... ¿Qué lugar es este?
—Es el cuartel de la Orden del Fénix. Toshinori la creó tras su primer enfrentamiento con Quien tú sabes —le explicó Mina, sentándose a su lado.
—Todos formamos parte de la orden creo, pero no nos dejan asistir a las reuniones por ahora.
Eijirou asintió, y se dedicaron a ponerse al día después de haber estado tanto tiempo sin hablar. Para ellos que estaban acostumbrados a estar nueve meses juntos, un mes y poco más sin hablar era demasiado tiempo.
Al rato escucharon toques en la puerta, y Fuyumi se asomó con su típica sonrisa.
—Hola chicos, la cena está servida. Ya acabó la reunión.
—¡Por fin, me muero de hambre! —Kaminari se levantó de un salto y salió de la habitación seguido de Mina.
Los otros tres chicos también se fueron del cuarto, viendo que los adultos estaban sentados a la mesa, pero con caras un poco largas.
Eijirou sonrió al ver a su padrino, pero todavía tenía algunas dudas con el tema de su expulsión, y no pensaba quedarse con ellas.
—¿Por qué me expulsaron tan repentinamente si fue defensa propia?
Miró a Yamada, que estaba con una cara preocupada, y entonces le defendió Fourth.
—Decídselo, de todas formas se va a enterar tarde o temprano.
Mitsuki trató de objetar, pero Hakamata ya le había mostrado a Kirishima un periódico en el que se podía ver al pelirrojo en primera plana, con un titular nada bonito. "¿El niño que miente?"
—¿Qué es esto?
—Bueno, al parecer han estado esparciendo rumores de que en realidad All for One no ha vuelto... Y que Toshinori y tú estáis mintiendo. Mucha gente les está creyendo para nuestra mala suerte, y no podemos permitir eso —Hizashi comenzó a explicarle, y continuó Hakamata.
—El ministro cree que Toshinori quiere apoderarse del ministerio y quitarle su puesto. Por eso usará todo su poder para desacreditarle.
—Pero, ¡nadie en su sano juicio creería que Toshinori le quiere quitar el puesto!
—Exacto pero-
—Eiji, Eiji, nos pareció escuchar tu dulce voz —Touya y Natsuo aparecieron de improviso en la cocina, tocando cada uno un hombro del pelirrojo y aliviando la tensión del ambiente—. Los niños no deben meterse en conversaciones de adultos.
Algunos en la mesa rieron, pero Mitsuki estaba totalmente seria. Ella no estaba de acuerdo con que los chicos supiesen lo que estaba pasando, y tras poner la olla con comida en la mesa tomó el periódico que tenía Kirishima en las manos.
—Ya está bien, dije que no más hablar de estas cosas en la mesa, y mucho menos con los niños en frente—miró mal a Hakamata y Hizashi, y luego a los dos jóvenes—. Y vosotros dos, aunque se os permita hacer magia no podéis apareceros todo el tiempo. Ahora a comer todos si no queréis que me enfade de verdad.
Su mirada no admitía quejas, ni si quiera Fourth se atrevió a decir nada más. Todos se sentaron y comieron en paz, como si no pasase nada.
Pero Kirishima sabía que eso no era cierto. All for One debía estar buscando a más gente para poder conseguir poder, y eso le asustaba. Miró a sus amigos, cómo Mina hablaba animadamente con Fuyumi sobre la idea de ser medimaga, Bakugo explicándole a su padre que estaba pensando en hacer las pruebas del equipo de quidditch ese año, Sero y Denki dando de comer a sus gatos entre risas junto a Ojiro...
No quería que les pasase nada, a ninguno de los que había sentados junto a él en la mesa, y esperaba que no fuese necesario mucho dolor para poder vencer a All for One.
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