Capítulo 15
Eijirou cayó por el tubo, que a los pocos metros hacia una curva, como un tobogán, hasta llegar a una especie de foso, en el que se encontraban sus dos amigos junto a la profesora Takeyama.
-Lumos.
-Debemos de encontrarnos a varios kilómetros por debajo del colegio.
-Lo más seguro.
Eijirou observó el lugar donde se encontraban. Era una especie de sala circular en la que desembocaban distintos túneles. Uno de ellos lo llevaría hasta Katsuki, así que tenían que darse prisa antes de que le pasase algo al chico.
Escogieron el túnel que estaba delante suya, y con las varitas iluminando, se adentraron en él.
-Recordad -dijo Mina-. Al menor signo de movimiento, hay que cerrar los ojos enseguida.
Al doblar una esquina, Eijirou se chocó con algo. Al retroceder un par de pasos vio una piel de serpiente gigante.
-El animal al que pertenezca debe medir por lo menos diez metros.
Al decir Mina esto, Yu se desmayó. Denki fue hacia ella y la movió con su pie para despertarla. Sin embargo Yu no estaba desmayada, y cuando Denki la pinchó con su varita se apresuró a quitársela y a apuntar a los chicos con ella.
-Bien, aquí termina la aventura. Volveré al colegio y diré que era demasiado tarde para salvar al chico y que vosotros perdísteis el conocimiento al ver su cuerpo destrozado.
Apuntó a Mina y gritó:
-¡Obliviate!
Pero no salió como esperaba. Al estar la varita rota, lo que hizo fue lanzarse el hechizo a sí misma, provocando un estallido que la lanzó hacia atrás, dándose con la pared.
Esto ocasionó que algunas rocas del techo comenzasen a derrumbarse. Mina corrió hacia Denki ya que él se encontraba cerca del lugar de la explosión. Eijirou esquivó las rocas que caían como podía, y cuando hubo terminado el pequeño derrumbamiento, se vio aislado de sus amigos por un gran muro de piedras.
-¡Mina, Denki! ¿Estáis bien?
-¡Estamos bien!-Le contestó Mina desde el otro lado.-Pero la profesora Takeyama está desmayada.
-¿Y ahora qué? Nos llevará un montón quitar todo esto, por mucha magia que usemos.
Se escuchó un silencio en el otro lado hasta que Denki habló.
-Tú ve a por Katsuki, no podemos perder tiempo. Mina y yo quitaremos las piedras para que podáis pasar cuando regreséis.
-De acuerdo, pero si no he vuelto en una hora id a por los profesores.
Después de despedirse Eijirou siguió con su camino. Tras unos minutos en los que tuvo que dar muchas vueltas, llegó al final del túnel. Allí vio una gran puerta redonda decorada con serpientes.
Examinó la puerta, pero no parecía tener ningún mecanismo. Lo único que se le ocurrió fue hablar pársel. Pronunció una frase y al momento se escucharon varios engranajes moviéndose. La puerta se abrió y Eijirou la cruzó desesperado por que al otro lado se encontrase su amigo.
Al cruzar la puerta se halló en el interior de una sala muy grande, decorada con columnas de serpientes, y en el centro, una estatua de una cabeza de quien creía que podía ser Salazar Slytherin.
Al observar mejor, pudo distinguir la figura de alguien rubio con una túnica negra.
-¡Katsuki! -Eijirou corrió lo más rápido que pudo y se arrodilló a un lado del chico, que estaba pálido.-¡Katsuki, por favor no mueras!
Tomó al chico de los hombros y notó que no estaba petrificado, pero ¿por qué no despertaba? No quería que se muriese.
-Blasty, por favor despierta.-Dijo a punto de llorar.
-No despertará. -dijo una voz.
Eijirou miró hacia todos lados. Un joven de cabellos rubios y ojos verdes le miraba apoyado en una columna.
-Eres... ¿Norel Alfon? ¿Por qué dices que no va a despertar? ¿Es que está...?
-Todavía está vivo, pero por muy poco tiempo.
Eijirou lo miró durante unos segundos. Ahora que se fijaba, parecía que la figura era un poco borrosa.
-¿Eres un fantasma?
-Soy un recuerdo. Guardado en un diario durante cincuenta años.
El rubio señaló hacia los pies de Bakugo, donde yacía el diario que le había desaparecido a Eijirou. En esos momentos, Eijirou no se preocupó por ese detalle, estaba más preocupado por la vida de su amigo.
-Tienes que ayudarme, Norel. Hay un basilisco... No sé dónde está, pero podría llegar en cualquier momento.
Mientras hablaba, dejó su varita a un lado, y se inclinó para comprobar que Bakugo aún respirase. Cuando iba a recoger la varita, ya no estaba. Miró a su alrededor y vio que la tenía Norel en sus manos.
-Esto, Norel, ¿podrías devolverme mi varita? Además hay que darse prisa, el basilisco puede aparecer en cualquier momento.
-No vendrá si no es llamado. Y no necesitarás la varita. He esperado este momento durante mucho tiempo, Eijirou Kirishima. ¿Sabes por qué tu querido amigo está ahora en este estado? Porque se abrió a la persona equivocada. Escribía siempre en el diario los problemas que tenía, o con quién se enfadaba. La verdad es que al cabo del tiempo me fue fácil manipularle.
-¿A qué te refieres?
-A que fue Katsuki Bakugo quien abrió la Cámara de los Secretos. Él pintó las paredes, y también lanzó a la serpiente de Slytherin contra los sangre sucia.
-¡Eso es mentira!
-Es cierto. Por supuesto, al principio él no sabía lo que hacía. Pero para mi desgracia es demasiado listo, y pronto descubrió que era yo quien le obligaba a hacer esas cosas. Intentó varias veces deshacerse de mí, hasta que, desesperado, me tiró a un retrete. Y ahí fue cuando me encontraste tú. La persona a la que más ganas tenía de conocer.
-¿Y por qué querías conocerme?
-Verás, Katsuki me habló de todos sus amigos, y de todos tú fuiste quien causó curiosidad en mí. Quería averiguar más sobre ti, así que decidí mostrarte mi captura de ese zopenco de Taishiro para ganarme tu confianza.
-Taishiro es mi amigo. ¡Le acusaste injustamente!
-Era mi palabra contra la suya, y todos me creyeron a mi. Sólo el profesor Toshinori creía en la inocencia de Taishiro. Desde entonces me vigiló mucho más. Como no sería prudente volver a abrir la cámara mientras seguía estudiando decidí dejar un diario, conservándome en sus páginas con mis dieciséis años de entonces.
-Pues qué pena, porque ésta vez tampoco vas a poder terminar tu plan. Dentro de unas pocas horas la pócima de mandrágora estará lista y todos los petrificados volverán a la normalidad.
Pero, para sorpresa del pelirrojo, Norel sonrió.
-Ya no me preocupa matar a los sangre sucia. Desde hace meses mi objetivo has sido tú. Sin embargo, el estúpido rubio te vio con el diario y te lo quitó, seguramente por si se me ocurría atraparte a ti. Por eso hice que escribiese su propia nota de secuestro y le mandé bajar aquí. Me costó lo mío, tiene una gran resistencia, pero al final lo conseguí. Sabía que vendrías ya que él me había dicho que harías lo que fuese por tus amigos.
-¿Pero por qué tanto interés en mi?
Norel pareció enfadarse,y con la varita apuntó al ojo de Eijirou.
-Porque no sé cómo es posible que un simple bebé derrotase al mago más grande de todos los tiempos, y que el máximo daño que recibiese fue una simple y estúpida cicatriz en su ojo derecho.
-¿Por qué te importa tanto lo que All For One hizo? Él es posterior a ti.
-Te equivocas, All For One es mi pasado, presente, y futuro.
Y entonces, con la varita de Eijirou escribió "Yo soy Norel Alfon", mas con un toque de la misma, las letras de su nombre cambiaron y se pudo leer "Yo soy All For One". Eijirou se aterró al leer esa frase.
-¿Crees que iba a usar siempre mi sucio nombre muggle? Me di un nuevo nombre, uno que todos temiesen pronunciar.
Eijirou le miraba medio sorprendido medio asustado, mientras el adolescente se reía. El chico intentaba encontrar la manera de recuperar su varita y llevarse a Katsuki de allí para que los profesores le curasen cuando, del final del pasillo, se escuchó un sonido. Por la puerta que Eijirou había abierto antes, pasó una gran ave roja que llevaba en su pico una tela marrón.
El pájaro aterrizó enfrente de Eijirou y soltó lo que llevaba en el pico.
-Es un fénix.- dijo Alfon.-Y eso no es más que el viejo Sombrero Seleccionador. Me soprende que sean los mejores recursos que tienes para salvar a tu amigo. Bien Eijirou, hagamos una cosa. Enfrentemos los poderes de All for One contra el famoso Eijirou Kirishima, que supuestamente es tan fuerte como para derrotar al Señor Tenebroso.
Norel caminó hacia la estatua de la cara de Slytherin y siseó. La estatua abrió su boca, y Eijirou pudo escuchar algo moviéndose en su interior. Se levantó del lado de Katsuki y retrocedió hasta estar casi en la salida de la Cámara, cerrando los ojos.
Pudo oír que el basilisco salía del hueco que había dejado la boca de la estatua, y apretó los párpados con fuerza. No pudo ver que Norel le señalase, pero sí pudo escuchar qué le decía a la serpiente:
-Mátalo.
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