Bakusquad!

—¡Tomemos una foto de grupo!

Mina saltó animada mientras expresaba su deseo de tomar una foto, y Kirishima la miró con una ceja arqueada.

—¿Más fotos, Mina?

La chica le miró con las mejillas infladas.

—¡Va a ser en grupo! ¡Los cinco! —se acercó a él y le susurró—: Aunque si quieres unas a solas con tu novio, yo no me opongo.

El rostro de Kirishima adoptó un color rojizo, como si fuera un camaleón, tratando de mimetizarse con su cabello.

—¡No es mi novio!

La exclamación atrajo a los otros, que habían estado demasiado centrados en el videojuego como para hacerles caso.

—¡Ja! ¡Yo nunca he especificado! ¡Lo has dicho tú solito!

Kirishima se puso más rojo, si es que eso fuera posible, y los otros tres le miraron con una ceja arqueada.

—¿Qué cojones os pasa? —preguntó Bakugou, y Mina rió.

—Pues verás, que tu...

—¡Mina, cállate o hablo yo!

Mina chasqueó la lengua y vio a Kaminari y Sero intercambiar miradas antes de volver a centrarse en ella.

—Pues la cosa es que quería que hiciésemos una foto de grupo, pero el amargado de Kiri no quiere.

Kirishima le dedicó una incrédula mirada.

—Tus fotos ya me han traído muchos problemas.

—¿Problemas? —preguntó Bakugou, y el pelirrojo hizo un gesto con la mano para quitarle importancia.

—Cosas de la loca de Mina —la chica sonrió como si hubiera ganado un premio.

—La locura es sana —se encogió de hombros—. ¿Y bien? ¿Qué opináis?

—Paso —sentenció Bakugou, volviendo su atención a la pantalla.

—Y yo también —afirmó Kirishima, y Mina le miró con ojos de cachorro abandonado.

—¡Vamos! Es sólo una inofensiva foto. ¿Qué puede salir mal?

—Oír de ti la palabra «inofensiva» es lo que necesito para saber que puede salir fatal.

—¡Venga ya! —Mina se abrazó a Kirishima—. Por favor, Kiri, eres el único que puede convencer a Bakugou.

—Ni muerto.

—Venga, hazlo por tu querida hermanita, tan maja ella, que quiere una foto de todo el grupo.

Kirishima se separó de Mina con una expresión espantada.

—¡¿Hablas con mi hermana?!

—Kirishima, te va a dar algo —rió Kaminari.

—Veo que le da un infarto prematuro —apuntó Sero.

—Si tuviese una hermana y esta loca le hablase, yo también estaría así —comentó Bakugou.

—¡No habléis de mí de esa manera, que parece que soy mala persona! —se quejó la chica.

—No hemos dicho que seas mala persona —señaló Denki.

—Solo que estás loca —dijeron Kirishima y Bakugou al tiempo.

—Lo cual es verdad —finalizó Sero.

—Sois muy crueles conmigo —se quejó de nuevo, cruzándose de brazos.

Kirishima rió y le pasó un brazo por los hombros.

—Estás así de loca, pero igual te queremos —comentó—. Pero por favor, no hables con mi hermana.

—Lo siento, no puedo corresponderte —dijo con falso afligio—. Así como tampoco puedo prometer que no hablaré con tu hermana. De hecho, ella fue la que me habló a mí.

—Ni siquiera te conoce —rodó los ojos.

—Te sorprenderías si vieras las maneras en las que se pueden conocer dos personas —rió—. 0ero básicamente creo que me etiquetaste en alguna publicación de Instagram y le entró curiosidad.

Kirishima trató de hacer memoria, pero supuso que sería imposible.

—Como sea, yo no veo tan mal una foto entre los cinco —señaló Kaminari—. ¿Qué puede pasar? Es una foto y ya.

—Yo tampoco veo lo malo en eso —dijo Sero, encogiéndose de hombros.

—¿Lo ves? Incluso ellos lo dicen. ¡Venga!

Kirishima suspiró y se resignó. Seguía sin estar de acuerdo con todo eso, y tendría que hablar con su hermana seriamente para que no cayese en el juego de su loca compañera de clase, aunque no sabía si ya era demasiado tarde para ella.

—Tiene razón, Bakugou, no es para tanto —admitió, y el aludido le miró con una ceja arqueada.

—No me fío un pelo de esta tipa.

—Ni yo, pero ni ella puede hacer nada raro con una foto grupal.

—Gracias por la confianza, eh —puso las manos en jarras, y las risas de Denki y Sero no se hicieron esperar.

—De nada —respondieron ambos a la vez.

—De acuerdo, pero solo porque es para una cría —suspiró Bakugou, y Kirishima sonrió—. Además de que no soportaré al pelo mierda este todo lo que queda de día si no lo hago.

Mina se ahorró su comentario, pero su sonrisa divertida decía más que cualquier cosa que pudiese decir, y sacó su móvil, poniéndose junto a sus amigos en frente de él y haciendo el signo de la victoria.

—¡Decid patata!

—¿Patata? —preguntó Kirishima—. ¿No se decía queso?

—No, se dice: ¡sonreíd! —apuntó Kaminari.

—¿Qué más da cómo cojones se diga? Haz la jodida foto ya —bufó.

—¡Decid lo que queráis! —animó Mina, y todos miraron a la cámara con filtro de orejas de perro que tenía puesto en el Snow.

En cuanto tomó la foto, la campana que anunciaba la hora de dormir sonó, haciendo que empezase a haber movimiento a su alrededor y tuviesen que marcharse cada cual a su habitación.

Mina prometió que la subiría a Instagram para que todos la viesen, y los demás estuvieron conformes. La muchacha le envió esa misma noche a la hermana de Kirishima por mensaje la misma foto, adjuntando un «Te dije que tu hermano siempre le pasa el brazo por los hombros. Siempre.»

No tardó en recibir respuesta, y sonrió al ver la foto de Kirishima de pequeño, abrazando un oso de peluche, que la chica le había mandado como intercambio.

A las fans de Kirishima eso les iba a encantar.


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