— Creo que te subestimé un poco; — la luna superior me volvió a hablar. — pareces tener mejores habilidades de las que creía, pero aún así, no será suficiente para vencerme tú sola. Como mucho sólo podrías sobrevivir si no estuvieras tratando de defender a alguien.

— No creo que a un pilar le guste que digan que está siendo defendido por un demonio; lo dejaré en que me estoy asegurando de que no lo mates.

Siguió atacando, pero esta vez le puso un poco más de esfuerzo a sus ataques; quizás porque quería deshacerse de mí rápido o algo así. La respiración lunar tiene un largo alcance, por lo que no tiene que acercarse para atacar, y además parece que puede usar sin moverse por completo.

Sin embargo, él terminaba teniendo razón; yo sola no podía. Me tomó por sorpresa y me cortó un brazo como lo había hecho con el pilar de la niebla.

Me quedé quieta; no se va a regenerar en un rato, así que no podía hacer nada.

— Justo como sospechaba, tu regeneración es muy lenta. Eres una espadachín talentosa, pero no eres un demonio muy fuerte, ¿no es cierto?

— Yo no...

— Si no es cierto, entonces sólo regenera tu brazo; ahora. — casi sonó como un reto, como si estuviera tratando de probarme que tenía razón porque sabía que no podía a regenerar mi brazo. — No niegues la verdad; eres muy débil, y jamás podrías defender a los humanos de esta forma. — hay otra presencia aquí; alguien escondido. Fue mientras pensaba en eso que se escuchó un disparo, y podría reconocer ese sonido en donde sea; Genya estaba aquí, pero la luna superior se movió tan rápido que no la vi, y para cuando me di cuenta estaba detrás de Genya. — ¿No crees tú lo mismo?

Él ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar porque sus brazos fueron cortados. Sólo verlo me dolió; no había cosa que no soportara más que verlo herido.

— Genya... — no podía ni moverme porque mi brazo seguía herido; no puedo hacer nada por él y eso me duele.

— Hmm... ya veo... así que has estado comiendo demonios, eh... — una vez dicho eso, lo cortó a la mitad. — Oh, no estás muerto... incluso después de haberte cortado a la mitad. Hace unos trescientos años, había un espadachín que comía demonios como tú... él murió cuando le corté el cuerpo, así que quizás... ¿deba cortarte la cabeza? No tengo razones para dejar que un demonio falso como tú viva.

No lo puedo dejar; dije que no iba a dejar que nada le pase a Genya, pero no puedo regenerar mi brazo, no puedo moverme, no puedo vencer a la luna superior yo sola, no puedo hacer nada. Si él muere será enteramente mi culpa y me duele; me duele el pecho verlo así.

— No lo toques. — el demonio me miró, sin prestarme mucha atención. — Te dije... ¡no lo toques! — usé mi otro brazo y tomé mi espada, corriendo inútilmente hacia la luna superior. A pesar de poder esquivar sus ataques, es difícil pelear con mi otro brazo, pero no puedo quedarme sólo mirando.

Fue inevitable, a pesar de todo; salí volando con uno de sus ataques porque no podía sostenerme ni equilibrarme bien.

— Oh... ya veo lo que está pasando; entiendo por qué lo defiendes, y es tan obvio que se les ve en la mirada. — dijo. — Un demonio se enamoró de un humano, y un humano se enamoró de un demonio; por eso se defienden sin importar que puedan morir. Que decepcionante; parece que ustedes realmente se aman tanto que están dispuestos a morir si así el otro vive, y eso tan... patético. No sólo los demonios comen humanos y es muy probable que algún día tú no puedas controlar tus instintos naturales y lo mates, sino que los demonios viven miles de años más; él morirá algún día incluso si sobrevive a esta pelea, y tú no puedes escapar de eso porque tarde o temprano tendrás que verlo. ¿Qué diferencia tiene que muera ahora a que muera después? Te ahorraré el dolor de encariñarte demasiado con él y lo mataré ahora. — fue mientras él decía todo eso que alguien más apareció a defenderlo. — El pilar del viento...

— Tienes razón, soy el viento que te arrancará la cabeza, perra.

— Aniki... — Genya lo miró con sorpresa, al igual que todos.

— Estoy hablando en serio, realmente eres un patético hermanito. — lo regañó, pero le dijo hermanito. — ¿Por qué piensas que fui tan lejos como para matar a nuestra propia madre? ¡Porque quería protegerte! Bastardo, deberías haberte casado, haber tenido algunos malditos hijos y haber vivido hasta que te convirtieras en un jodido anciano. Por todas las veces que no podíamos hacer nada por mamá, y por todas las veces que no podíamos hacer nada por nuestras hermanas pequeñas, deberías... tener una esposa e hijos que fueran tan malditamente felices como ellas debieron serlo, porque me hubiera asegurado de que ningún demonio se dirigiera a ti.

— Lo siento, nii-chan... lo siento mucho...

— Y tú, — de pronto me volteó a ver. — ¿qué demonios es esa manera de defenderlo? — sí, está bien. No pensé que fuera posible, pero creo que ahora me odia más.

— Ah, hermanos cazadores de demonios... — la luna superior pensó en voz alta. — que nostálgico...

— ¡¿Cómo te atreves a cortar a mi hermanito, maldito bastardo?! — le gritó. — ¡Estás muerto! ¡Muerto! ¡Maldita escoria! — y se desató otra pelea inmediatamente después.

Necesito ver cómo está Genya, aunque no pueda hacer mucho para ayudar; quizás pueda hacer algo por él todavía.

Me acerqué hasta donde estaba y él, aún estando herido, lo primero que hizo fue preguntar cómo estaba.

— ¿Tu brazo está bien?

— ¿Mi brazo? Mi brazo se regenera, tonto, no te preocupes por eso; yo siempre estoy bien. ¿Tú estás bien?

— Lo siento, pensé que podía ayudarte y lo arruiné...

— No, es culpa mía; yo no podía vencer a una luna superior y aún así lo intenté, y ahora no puedo hacer nada. Me convertí en un estorbo muy rápido.

— No digas eso.

— Déjame ayudarte, ¿puedes... volver a unirte?

— Será complicado, pero también necesitamos ver cómo está Tokito.

— Lo siento mucho, pensé que podía protegerte y al final no pude hacer nada; me duele verte así.

— Y a mí me duele verte así también, pero necesito que te concentres; encontraremos una forma de ayudar. Ayúdame a llegar con Tokito.

🌀 Ok, sé que estamos en un momento tenso, pero es que el otro día estaba en Facebook y me encontré un video de esos de Franco Escamilla, por alguna razón, y mientras lo veía él dice que creía que para que una relación funcione debían haber dos personalidades juntas: “Una persona seria, constructiva y un loco hijo de puta” alguien que me explique por qué me acordé que Yuki y Genya.

De hecho, ahora que lo pienso todas mis historias tienen esa combinación.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.