𝟶𝟺𝟻 𝙄𝙧 𝙖𝙛𝙪𝙚𝙧𝙖
— Oh, eso. — Genya miró hacia otra parte. — La verdad es que no pensé que te interesara eso.
— Me interesa todo lo que tiene que ver contigo. — lo dije sin pensar; ahora me arrepiento.
— Bueno... — pareció prepararse para lo que iba a decir. — la verdad es que quiero mucho a mi hermano, pero pasó algo y... nos distanciamos; en parte fue por eso que me hice cazador de demonios, porque quería... quiero que él me reconozca. Lo malo fue cuando descubrí que no tengo talento para las respiraciones; me sentí mal, y él tampoco es tan amable conmigo.
— Entiendo... — la verdad era que no estaba segura de lo que era correcto para decir en estas situaciones. — No, la verdad no lo entiendo.
— Mira, entiendo que es difícil para ti entenderlo, pero eso es todo; es por esa razón también que tengo algo de miedo de decirle que ahora tengo novia y que incidentalmente ella es un demonio.
— El término correcto no es “incidentalmente” porque el hecho de que seamos pareja no es incidental; fue algo por completo deseado y consciente con respecto a las consecuencias. En dado caso, debiste usar la palabra “casualmente” que indica que el hecho de que yo sea un demonio es mera casualidad y no está necesariamente relacionado con el hecho de que seamos pareja. — me quedé callada un momento. — Lo siento, eso estaba fuera de lugar.
— No, está bien... sueles tener razón en estas cosas. Como sea, ahora sabes lo que pasa con mi hermano.
— Pero, ¿qué fue eso que pasó que los hizo distanciarse? Porque el hecho de que se hayan distanciado quiere decir que antes se llevaban bien. — me arrepentí de haber preguntado; creo que eso es algo doloroso para él de recordar. — No tienes que responder, no preguntaré nada más.
— No puedo culparte por sentir curiosidad, y es cierto que no te he contado tanto sobre mi vida antes de ser cazador; es natural que quieras saber, especialmente si ahora tú y yo salimos.
— Pero si no te sientes cómodo con eso, tampoco quiero que te presiones a contarme. — me sorprendió que él se riera.
— Lo siento, es que... a veces somos muy ridículos y nos disculpamos por todo. ¿Por qué es que estamos tan tensos siempre que estamos juntos?
— No estoy segura... ¿tal vez los dos somos tímidos?
— Tendría sentido. — asintió a lo que dije. — Te voy a contar. No te sientas culpable ni nada; lo hago porque de verdad quiero contarte.
— Está bien.
— Nuestra madre se convirtió en demonio, pero yo no me había dado cuenta de inmediato de lo que pasó, y mi hermano la asesinó en orden para protegerme. Es decir, no me había dado cuenta de que fue nuestra madre convertida en demonio la que entró en nuestra casa y nos atacó a mí y a él resto de nuestros hermanos; yo sólo vi a mi hermano y el cuerpo sin vida de mamá, así que... en ese momento dije cosas muy crueles, y por eso nos distanciamos.
—...Ya entiendo. — tratándose de Genya, no sé por qué me es más fácil sentir y entender lo que siento. — Debió ser difícil para ti; seguramente sufriste mucho, incluso después de que todo acabó. — me sentí mal; no imaginaba que Genya hubiera pasado por algo así, y pensando en eso, supongo que tiene sentido que le preocupe qué pueda pensar su hermano si se entera que sale conmigo.
— No me tengas lástima, por favor.
— No es lástima, pero Genya, que hayas pasado por todo eso y aún así te esfuerces tanto... es increíble y demuestra mucha fuerza. — me miró fijamente mientras hablaba. — Sé que no es de mí de quien lo quieres escuchar, pero me siento muy orgullosa de que todo lo que has logrado después de lo que pasaste. — un segundo después, él se lanzó a abrazarme con fuerza.
—...Gracias, igual significa mucho viniendo de ti, aunque eso no quiere decir que no me seguiré esforzando para que mi hermano me reconozca también.
— Eso está bien. — sigo sin estar acostumbrada a los abrazos, pero lo dejé ser ya que realmente parecía necesitarlo, y di un par de palmadas en su espalda.
— Me sentiría muy mal si algo llegara a pasarte si alguien se entera de, bueno, lo nuestro. Tenía miedo, lo siento; quizás tú querías decírselo a todos o algo y yo no te dejé.
— No tengo prisa por decírselo a todos; no te preocupes por eso.
— Es un poco gracioso que tú casi no sonrías ni entiendas las emociones de los demás pero igual seas capaz de hacerme sentir mejor sólo con tu opinión honesta; eso es lindo.
— De pronto se te quitó la timidez. — me soltó de inmediato.
— Lo siento. — se disculpó teniendo la cara ligeramente roja, pero me acerqué a abrazarlo otra vez.
— Era broma. — volví a hablarle. — Esto es lindo.
— En serio tenemos que trabajar en tu sentido del humor. — dijo, a la vez que me abrazaba de vuelta.
Decidiendo que tenía que salir y hacer algo, decidí ver si podía encontrar a Tanjiro y ver qué estaba haciendo por mero aburrimiento, sin embargo, me encontré a más gente con él; un niño y otra persona... creo que era otro de los pilares.
— ¿Te conozco? — supongo que no se acuerda. — Espera un momento... eres un demonio.
— Soy amistosa, lo juro.
— ¡Lo es! — Tanjiro quiso intervenir al ver que no iba poder defenderme sola. — Es sólo Yuki; es inofensiva.
— Siento que tiene secretos.
— Pues sí, tengo uno solo.
— ¿Por qué se lo dices si se supone que es un secreto? — me regañó Tanjiro.
— La costumbre de ser honesta.
— ¿Qué es lo que ocultas? Dilo.
— Técnicamente si te digo, dejaría de ser un secreto.
— Sólo habla, ahora quiero saber.
— Bien, bien... — Tanjiro se puso nervioso y pareció pensar en una solución; estaba mucho más preocupado que yo. — sólo hay que decirle la verdad a medias. — concluyó. — Yuki tiene novio. — suspiró aliviado; parece que realmente quería quitarse ese peso de encima.
— ¿Por qué? Eso no tiene sentido.
— ¿Qué quieres decir?
— Eres un demonio; significa que vives miles de años. Si tienes un novio humano, él un día va a envejecer y morir y tú te quedarás sola por toda la eternidad; bastante lamentable. ¿Por qué haces algo que no tiene sentido? — no dijo nada más y se fue.
— Pero... — ah, tiene razón. ¿Así se siente que te digan la verdad en la cara? Me sentí deprimida después de eso; esto me pasa por querer salir como una persona normal.
— Ya, ya, no hagas caso a lo que dice. — Tanjiro trató de reconfortarme al ver como mi estado de ánimo decayó. — ¡Lo tengo! Cuando encontremos una cura para que Nezuko vuelva a ser humana, te daré un poco a ti también; así vuelves a ser humana y no te preocupas por eso.
— Es muy amable de tu parte, pero no es necesario.
— ¡Lo digo en serio! Ahora me siento mal porque él tiene razón; no debe ser lindo que veas a todos morir. Por cierto, ¿me quieres acompañar? Así te distraes.
— No gracias, creo que voy a regresar y me quedaré ahí un rato lamentándome de mi existencia.
— Vamos, Yuki, no puedes deprimirte con cualquier cosa.
— Estaré bien.
🌀 Hoy no tengo mucho que decirles, ¿cómo están?
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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