Después de esa conversación, logramos hablar un poco más durante el camino; al menos hasta que empezó a amanecer porque entonces vi la necesidad de no estar donde el sol pudiera darme directamente en la cara. El riesgo aún existe, y cuando el sol apenas está saliendo es un poco mayor porque empieza a abarcar todas partes.

Decidí ponerme detrás de un árbol.

— Ah, cierto, supongo que nunca has visto un amanecer. — Genya me dijo.

— No, creo que donde vivía cuando aún era humana tampoco podía verse muy claro porque... no salía de casa. Cuando haya amanecido completamente será un poco más fácil evadir el sol; sólo estaré aquí por un momento.

— ¿Recuerdas la vida que tenías cuando eras humana?

— Sólo pequeños fragmentos, y sólo porque una vez me envenenaron y sentí que me iba a morir. Todavía hay muchísimas cosas que me pregunto acerca de mí, pero debería ser capaz de recordar con el tiempo. — me di cuenta de que le he hablado mucho de mí, pero no le pregunté nada sobre él. — Oye, tu apellido es Shinazugawa, ¿verdad? ¿Estás relacionado con uno de los pilares? A juzgar por lo que parecía, puedo suponer que son hermanos.

— Sí, eso... ¿tú ya lo conocías?

— No diría que lo conozco. “Estuve en un juicio y él quería demostrar que todos los demonios son viles” serían las palabras correctas para lo que pasó. Pero no hablemos de mí; estaba preguntándote sobre ti.

— ¿Yo? No sé qué puedo contarte sobre mí; mi vida no es tan... interesante.

— Está bien, si no quieres decirme no lo tienes que hacer. Creo que ya puedo seguir avanzando. — acomodé un poco mi capucha antes de levantarme y seguir con nuestro camino, que por cierto, ya estaba por llegar a su fin.

Llegamos hasta una pequeña villa, pero como era muy temprano, nos dedicamos a buscar información como habíamos acordado antes.

—  Disculpe. — me acerqué a uno de los residentes. — Somos cazadores de demonios; nos llamaron para una misión y llegamos algo temprano. ¿Hay algo inusual que esté pasando actualmente aquí?

— Sí, estamos teniendo problemas una sección de los cultivos de la villa. Hace unos días, el encargado usual fue a revisar el progreso por la noche como de costumbre, pero no regresó. Algunos otros voluntarios intentaron buscarlo, pero desaparecieron también; por eso se acordó que se iba a clausurar esa sección de los cultivos, aunque nos hará mucha falta si el asunto no se resuelve pronto. Intentamos revisar los cultivos cuando era de día, pero para entonces estaban todos destruidos.

— Entiendo. — era claro que eso lo estaba causando un demonio. — Nosotros nos encargamos. ¿Podría indicarnos dónde está el lugar donde desaparecieron esas personas?

— Por allá. — señaló una dirección. Una vez empezamos a avanzar, Genya volvió a llamar mi atención.

— No pensé que nos fueran a decir tanto con sólo acercarnos a preguntar.

— A veces es mucho más sencillo de lo que parece.

— O tú lo haces parecer sencillo.

— Por cierto, tú me preguntaste cómo uso mis habilidades en batalla, pero yo no te pregunté a ti; creo que sería útil saber el estilo de pelea que tienes para poder adaptarme a ello y que podamos trabajar juntos de la manera más eficiente.

— Ah, eso... es un poco complicado; vas a pensar que es raro.

— Casi nunca siento nada; puedes estar seguro de que no me voy a burlar.

—...No puedo usar respiraciones. — susurró; aunque no estaba segura de haber escuchado bien.

— ¿Disculpa? Me parece que no logré entender bien lo que dijiste.

— Dije que no puedo usar respiraciones. En vez de hacer eso, uso esto,  — me mostró una pistola. — y también puedo hacer otra cosa... pero esa es la parte más extraña.

— No te voy a presionar, pero si me dices podría ser más fácil que trabajemos juntos. No sé mucho sobre cómo relacionarme con personas, pero estoy segura de que cualquier tipo de relación, incluso si es sólo de trabajo, se basa en la confianza. Por supuesto, nos acabamos de conocer, así que entenderé perfectamente si no confías en mí.

— Bueno, es sólo que... resumiendo, puedo adquirir las habilidades de un demonio, pero sólo si consumo la carne de un demonio aún vivo. — mi silencio no pareció tranquilizarlo.

— ¿Comes demonios?

— No lo digas así. — sonó molesto por un segundo. — Pero supongo que así es como se puede interpretar.

— Eso es increíble; no pensé que eso fuera posible. Es decir, es algo irónico porque se supone que los demonios comen humanos, pero el hecho de que puedas hacer eso es bastante impresionante. Imagino que tiene sus propios riesgos, sin embargo, es una habilidad única y bastante útil.

— ¿Eso crees?

— Lo estoy viendo de forma práctica; es bastante admirable que te esfuerces tanto cuando no puedes usar ninguna técnica de respiración. — puso especial atención en esa parte de todo lo que dije.

— No pensé que esa fuera tu opinión al respecto.

— A decir verdad, creo que puedo comprender cómo es; yo a veces pienso que debería ser capaz de mucho más por ser un demonio, pero mis heridas se curan lento y no tengo ninguna habilidad que sea especial, como Nezuko, ella es bastante única también. Yo no tengo nada de especial; es algo vergonzoso ser un demonio y no poder hacer lo mismo que hacen todos, porque pareciera que se supone que debería, y yo no tengo la culpa de no poder hacerlo. Lo mismo contigo; no es tu culpa si no puedes usar técnicas de respiración, pero los dos nos esforzamos y buscamos nuestra propia manera de luchar.

— ¿Sabes? Hablar contigo es como tener una charla filosófica eterna; piensas demasiado las cosas.

— También me lo suelen decir. Llegué a la conclusión de que pienso demasiado porque me es difícil sentir.

— Tal vez... para sonreír podrías ver algo muy gracioso que te haga reírte, o podrías ver algo muy impresionante que no hayas visto jamás y que te haga sonreír. No lo sé; sólo estoy diciendo cosas te podrían ayudar, pero no estoy seguro de que vaya a funcionar.

— Lo descubriré algún día; mientras tanto, me alegra que por lo menos tú me entiendas.

🌀 Tan lindos mis niños conviviendo. Ay, estoy muy feliz porque desde aquí mi niña empieza a crecer y avanzar un montón.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.