𝟶𝟷𝟶 𝙋𝙖𝙨𝙖𝙙𝙤

Seguimos a la anciana al interior del lugar, donde nos dieron ropa limpia, y luego pasamos a otra habitación donde nos ofrecieron comida.

— ¡Es un yokai! ¡Esa señora es un yokai! — afirmó Zenitsu. — ¡Es demasiado rápida! ¡Es una vieja yokai! — Tanjiro lo golpeó.

Al parecer Zenitsu tiene demasiada imaginación.

Tuve que sentarme junto a Inosuke; Zenitsu estaba a mi izquierda y Tanjiro en el extremo derecho, junto a Inosuke; quien por cierto estaba comiendo de forma incivilizada como si fuera un animal salvaje. Demasiado primitivo.

— Usa los palillos. — lo regañé, pero hizo caso omiso a mis palabras. — Tienes que tener más decencia, Inosuke. No es tan difícil aprender a usarlos, si es que no sabes, pero nada justifica tener malos modales en la mesa.

Supuse que no puedo comer más comida humana que no sean manzanas, y él de todas maneras estaba llevándose todo lo que tenía enfrente, así que sólo lo dejé y acerqué mi parte de la comida para que la tomara.

Partí una manzana en pedazos pequeños, aunque con mis manos fue difícil, pero pude comer más tranquila.

Inosuke tomó algo de la comida de Tanjiro y le sonrió con la boca llena y... sucia de no comer como una persona normal, pero aún así, el no pareció enojarse; al contrario.

— Si tienes tanta hambre, come esto también. — le ofreció de su comida con una sonrisa. — Toma.

— ¡No es eso! — supongo que el motivo de su enojo es que quiere hacer enojar a Tanjiro.

Después de comer, nos llevaron a otra habitación donde podíamos dormir; Inosuke fue el primero en saltar a una de las camas.

— Hay que ser rápidos. — se justificó a sí mismo. — Yo dormiré en ésta. — dio un par de palmadas en el lugar donde ya se había recostado.

— De acuerdo; elige la que prefieras. — Tanjiro contestó con la misma tranquilidad de siempre. — ¿Ustedes cuáles quieren? — se dirigió a nosotros, pero antes de que alguno pudiera responder, Inosuke lanzó una almohada.

Le dio a Zenitsu.

Después trajeron a un doctor y les realizó un examen médico a los chicos. Yo me negué, por razones obvias, pero no cuestionaron nada; pudimos acostarnos tranquilos.

Parece ser que Zenitsu no quería estar junto a Inosuke, ni conmigo, así que él quedó junto a Tanjiro; suerte que a él no le importaba que fuera un demonio. Eso me sigue sorprendiendo.

— Los tres tenemos las costillas rotas. — mencionó Zenitsu; yo ya estaba completamente sanada.

— Me duele más el chichón que las costillas. — Inosuke movió su cabello, dejando ver la... enorme inflamación en su frente; esa cosa era horrible.

— Lo siento.

— Discúlpate conmigo. — se apresuró a decir Zenitsu, refiriéndose a Inosuke. — Me hiciste daño, me golpeaste sin descanso; discúlpate.

— No.

— ¡Discúlpate!

— No.

— ¡Discúlpate! — lo apoyó Tanjiro.

— Si sigues así, no comeré más contigo.

— ¿Y qué importa eso?

Bueno, por primera vez en mi vida estaba de acuerdo con él; yo tampoco entendí qué tiene de especial.

— La comida sabe mejor cuando se come en compañía.

— Es verdad. — Tanjiro le dió la razón.

— ¿Están bien de la cabeza?

— ¡Mira quién habla!

— A decir verdad, yo tampoco comprendo del todo la complejidad ni el simbolismo de lo especial que tiene comer en compañía; estar acompañado no debería afectar el sabor de lo que se consume.

— Es porque te lo estás tomando demasiado literal. — me respondió Tanjiro. — Cuando comes con alguien es mucho más entretenido que cuando lo haces sola, y entonces la comida sabe mejor, ¿no piensas lo mismo?

— No lo sé, no le entiendo del todo.

Una sombra apareció del otro lado de la habitación y escuchamos la voz de la anciana.

— ¿Desean algo?

— ¡Un fantasma! — exclamó Zenitsu.

— ¡Oye! — lo volvió a regañar Tanjiro. — Según dijo el cuervo, los cazadores de demonios salvaron a la familia del blasón de las glicinias; por eso sirven a cualquier cazador de demonios. Aún así, me sorprende que sean tan amables.

— ¿Tan importantes son los cazadores de demonios?

— ¿Tú por qué te uniste, Inosuke? — preguntó Tanjiro.

— Tuvo que motivarte algo. — lo apoyó Zenitsu.

Que vergüenza, y yo que me uní sin una razón específica; espero que no me pregunten.

— Un asesino de demonios se metió a mi montaña; — contestó. — comparamos fuerzas y le robé la espada. — que razón tan extraña. — Entonces me enteré de la existencia de los demonios y de la selección final.

— Y por eso te convertiste en cazador de demonios; — concluyó Tanjiro. — yo también me crié en una montaña.

— ¡No me compares contigo! Yo no tengo ni padres ni hermanos. — alcanzó la cabeza de jabalí para ponérsela otra vez. — Mi única diversión es comparar fuerza con otros seres vivos.

— Ya veo. Ya veo. — lo miró con lástima. — ¿Qué hay de ti, Yuki? Es inusual que seas cazadora de demonios siendo uno.

También es inusual que seas cazador de demonios cuando llevas uno contigo a todas partes, pero no me ves preguntándote nada.

Bueno, eso hubiera querido decir, pero lo dejé como un pensamiento.

— No lo sé, creo que lo hice porque sí; después de todo no tengo mucha información respecto a mi vida.

— ¿No recuerdas nada de cuando eras humana?

— No, y tampoco estoy segura de cómo o cuánto influye la vida que tuve de humana a mis actitudes como demonio. El recuerdo más lejano que tengo es una montaña, frente a tres cadáveres, pero yo no me comí a esas personas... creo.

— ¡¿Crees?! — exclamó Zenitsu.

— Quizás la razón para ser cazadora de demonios es como... una manera de perdonarme a mí misma; me siento algo culpable al pensar en que naturalmente debería comer humanos. La cosa es que... da asco; la mayoría de los humanos no parecen del tipo de cosa que comería, y quién sabe dónde han estado.

— ¿La única razón por la que no comes humanos es porque eres selectiva con tu comida? — me preguntó Zenitsu, casi de forma sarcástica.

— Más o menos.

— Pero lo importante es que no has devorado a nadie, así que eres un demonio bueno. — dijo Tanjiro. — ¿No recuerdas nada más?

— No, el resto de mis recuerdos son después de convertirme en demonio; encontré un par de libros con que usé para convertirme en cazadora de demonios, pero si lo pienso bien... fue como si ya supiera lo que tenía que hacer. He estado entrenando y haciendo todo sola desde entonces; la única pista que tengo sobre mi pasado es la ropa elegante rasgada y rota que estaba usando el día en que me convertí en demonio.

— Pero eres bastante diferente a los otros demonios; seguramente descubrirás algo pronto. — dijo Tanjiro en un intento por animarme. — Al menos sabes que vivías en una montaña.

— Tal vez lo descubra cuando muera, porque dicen que entonces pasa toda tu vida frente a tus ojos.

— Mejor no pienses en eso...

— O podría cortar mi propia cabeza con mi espada, ya que la tengo.

— Ahora definitivamente debes parar.

🌀 Sí, pero me di cuenta de que la voz de Yuki en mi mente también se parece a la de Violet Evergarden, y que luego me doy cuenta de que ella y Mikasa Ackerman tienen a la misma seiyuu, muero, ¿por qué no me había dado cuenta?

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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